EL AMPLIFICADOR DE ENSUEÑOS
EL AMPLIFICADOR DE ENSUEÑOS Jack Massa
En el interior de la cabina de pruebas, Leon fijó l...
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EL AMPLIFICADOR DE ENSUEÑOS
EL AMPLIFICADOR DE ENSUEÑOS Jack Massa
En el interior de la cabina de pruebas, Leon fijó la vista en aquel objeto origen de todos los rumores. Se trataba de un casco translúcido con circuitos visibles y numerosos conductores que sobresalían en la parte superior. Siguiendo las instrucciones, Leon tomó asiento y se puso el casco. La voz de Henderson llegó a través de los auriculares, leyendo las instrucciones redactadas mediante ordenador: - Buenas tardes. Prueba 1152, Dispositivo de Amplificación del Mesocéfalo. Sujeto número 140, sesión primera. Relájese, por favor. Tenga la bondad de distenderse y ajustar su silla o la intensidad de luz en la cabina... Leon ya había apretado el botón que accionaba el respaldo del asiento. Llevaba casi tres años trabajando por horas como sujeto de pruebas. No es que tuviera un interés especial en la psicología, pero el empleo era fácil y relativamente cómodo. En la década de 1990 todo el mundo trabajaba por horas y las investigaciones subvencionadas por el gobierno estaban consideradas como una de las mejores fuentes de empleo. Leon amortiguó las luces... después de ponerlas al máximo para comprobar si había altavoces o proyectores ocultos en los rincones de la cabina. Normalmente no era tan curioso, pero este dispositivo mesocefálico estaba recibiendo el más importante programa intensivo en la historia de la universidad. Se rumoreaba que podía producir grandes sumas de dinero. - Cuando empecemos la prueba - continuaba Henderson -, haga el favor de cerrar los ojos y entregarse a un ensueño agradable. Elija un deseo al azar y satisfágalo. Al quedar conectada la corriente sentirá un ligero hormigueo debido a la realimentación de los microelectrodos. Sólo ha de gozar de esta sensación y proseguir con su ensueño. Le habían pedido cosas menos agradables. Leon se recostó. Pensó al instante en Rachel, imaginándola en una playa pública... vacía. Ella estaba de pie al borde del agua, y resultaba muy atractiva, con aquel monobikini verde. Su sedoso cabello negro caía sobre los hombros, y le llegaba por debajo de los pequeños y erguidos pechos. Leon sintió el hormigueo de la realimentación de los microelectrodos en las profundidades de su cerebro. Pensó que, para tratarse de un ensueño, Rachel parecía extremadamente real. También dio la impresión de ser real cuando se echó a reír. Y sintió que era real cuando ella le asió por la muñeca y le arrastró hacia el agua. Normalmente la conducta de Rachel era mucho más reservada, pero Leon sólo se sorprendió durante un momento. file:///H|/eMule/Incoming/Ciencia%20Ficción/amplificador_ensueños.htm (1 of 6)28/10/2003 0:25:44
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Luego se dejaron llevar por las olas e hicieron el amor desenfrenadamente. Más tarde lo hicieron de nuevo tendidos en la arena. Cuando el zumbido de los auriculares le devolvió a la realidad, Leon gimió. Su ropa interior estaba pegajosa. - Igual que vivir en un mundo fantástico, ¿no es cierto? - dijo Henderson. Leon asintió. Había vuelto al laboratorio principal para la entrevista que seguía a la sesión. - ¿Cómo funciona? - preguntó. Henderson, una mujer de amplias caderas que llevaba la chaqueta del laboratorio, lanzó una mirada a la entrepierna de Leon y sonrió perspicazmente. - Amplificación localizada y realimentación de impulsos - explicó -. Muy simple, en realidad. El doctor Kracauer descubrió este principio por casualidad, mientras tomaba micrografías del mesocéfalo. Dispositivo de Amplificación del Mesocéfalo, D-A-M. El decano lo llama Demencia de Kracauer. Divertido, ¿no? - Olvidé que era una ilusión. - Leon rió tontamente, mientras Henderson garabateaba algo. - Hasta ahora, el ochenta y uno por ciento ha olvidado que se trataba de una ilusión. Es probable que a todo el mundo le pase lo mismo cuando las sesiones se prolonguen. A partir de mañana durarán treinta minutos y, la semana que viene, una hora. Hoy han sido quince minutos, si le interesa saberlo. ¿Le gustó? Leon asintió. - Perfecto. Hasta ahora, el ochenta y siete por ciento han admitido que les ha gustado. Es una noticia muy buena. Ha de saber que la universidad ha solicitado una patente del Amplificador de Ensueños. Esperan comercializarlo como diversión doméstica. Aquella noche, cuando Leon se presentó en el piso de Rachel, ella llevaba un vestido floreado. Su cabello estaba recién lavado. Por desgracia, Rachel ya tenía un invitado, un personaje bigotudo de impresionante espalda que se llamaba Bernard, estudiante graduado de la universidad. Rachel, que dedicaba algunas horas al estudio y otras a su trabajo de consejera en una agencia de servicios sociales, tenía amistades de diversas capas sociales. Leon se dejó caer en la mecedora, enfrente del sofá ocupado por Rachel y Bernard. Melanie, la hija de seis años de Rachel - Rachel era soltera -, se sentó en la mesita y pulsó los botones de un pequeño proyector. El aparato era un hológrafo y cubrió la pared con llamativos hologramas de aves de la jungla y peces tropicales. - Hoy he tenido mi primera sesión con ese dispositivo mesocefálico - dijo Leon. Y a continuación les contó su experiencia. Rachel sólo pareció impresionarse en parte... y desfavorablemente. Bernard lo encontró muy divertido. file:///H|/eMule/Incoming/Ciencia%20Ficción/amplificador_ensueños.htm (2 of 6)28/10/2003 0:25:44
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- ¡Fantasías vividas para entretener a las masas!. - exclamó Bernard -. Si la universidad lo lanza, obtendrá dinero suficiente para inaugurar doce nuevos departamentos. - Se venderá bien - opinó Leon -. Fue muy divertido. - Espero que no les permitan comercializarlo - dijo Rachel -. Ya hay bastante escapismo electrónico en nuestra sociedad. - Y por eso mismo, otro pequeño aparato no cambiará en nada las cosas - contestó Bernard -. Además, tal como está la situación mundial, creo que a todos nos hace falta tanto escapismo como podamos conseguir. - Ese es uno de los puntos fundamentales del problema - replicó Rachel, y Leon imaginó lo que iba a seguir: una de sus interminables parrafadas sobre la necesidad del activismo político -. Necesitamos menos adeptos al escapismo, Bernard, y más gente que se mueva para cambiar las cosas. - Rachel era activista hasta la médula y amaba las discusiones. Pero Bernard se mostró dispuesto a dar a la apatía un apoyo igualmente fervoroso. - Vamos, Rachel - dijo -. Es demasiado tarde para el activismo. Los cambios eran necesarios hace veinte años Ahora lo único que podemos hacer es sentarnos y presenciar lo inevitable. Nos quedan doce, quince años... «No quiero escuchar una palabra más», se dijo Leon. Esperaba quedarse más tiempo que Bernard y que, tal vez entonces, Rachel le pidiera que pasara la noche allí. Pensó en la Rachel de su ensueño, tan seductora. El recuerdo le fastidió más todavía. Contempló durante un rato un gran pez de color púrpura que se movía en la pared. Luego se levantó y anunció que se iba. - ¿Tan pronto? - Rachel pareció desilusionada. - Mañana será un día muy agitado - mintió Leon. - Llámame. Rachel buscó la mano de Leon y la estrechó. Leon no la llamó ni aquella semana ni la siguiente, pero la vio infinidad de veces en sus fantasías. Disfrutó contemplando a la Raquel de su ensueño en todas las posiciones, con todos atuendos y en todos los lugares imaginables. Vivió escenas bastante espectaculares y experimentó pasiones algo insólitas. Imaginó a Rachel como maestra de escuela, prostituta, esclava y emperatriz. Después, aumentando su atrevimiento, la transformó en una mariposa, en una sensual sirena, en una loba en celo, en un árbol lujurioso... Por supuesto, Leon también fantaseó con otras cosas aparte del sexo. Después de todo, no era un obsceno. Dedicó su permanencia bajo el casco a todo tipo de ensueños. De hecho, sus ensueños no tardaron en abarcar el mundo entero. Todas las mujeres de la Tierra consideraban atractivo a Leon y que había pocos hombres interesantes. Y en sus fantasías no hubo ningún Bernard que hiciera prever el fracaso. Este mundo de ensueño incluía el pasado de Leon (con ciertas modificaciones que le file:///H|/eMule/Incoming/Ciencia%20Ficción/amplificador_ensueños.htm (3 of 6)28/10/2003 0:25:44
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proporcionaban satisfacción y dejaban muy alta su reputación). Y también su futuro, que inventó una y otra vez, imaginando placeres sin fin. Si, pasado y futuro. Pero el mundo de la fantasía no poseía un presente exacto... o un presente del que Leon pudiera estar seguro. Durante la segunda semana de pruebas, Leon iba en el metro, camino de la universidad, cuando Henderson le despertó inesperadamente con un timbre. Si no sabía en qué momento se hallaba bajo la influencia del Amplificador de Ensueños, nunca podría estar totalmente seguro de cuándo se encontraba libre de tal influencia. Cualquier fragmento de la realidad podía resultar un producto de su imaginación. Esta incertidumbre preocupó a Leon. Puesto que sucedían cosas muy extrañas, empezó a utilizarlas constantemente. Paseaba por la calle esperando que las mujeres se rasgaran los vestidos y saltaran sobre él o que las casas se alzaran y empezaran a retroceder. Abrumado por la confusión, Leon se volvió más tímido, más reservado. Dejó de rondar los bares y salas de juegos electrónicos de la galería municipal. En lugar de eso, daba largos paseos a solas y permanecía en la playa durante horas enteras, contemplando el mar con expresión de perplejidad. - Un ocho por ciento tienen problemas para distinguir sus fantasías de la realidad indicó Henderson -. Usted forma parte de una minoría muy interesante, Leon. - ¿Cuál es la causa? - Es difícil de determinar. Estamos examinando los expedientes de personalidad de ese ocho por ciento, pero todavía no hemos descubierto demasiados factores comunes. ¿Duerme usted menos? ¿Sufre lapsus de memoria? - Sí. - ¿Se siente más apático o deprimido que de costumbre? - Más apático, menos deprimido. ¿Es peligroso? - Oh, lo dudo. Claro que, no podemos saberlo con seguridad sin hacer más pruebas. Las sesiones preliminares finalizan esta semana, pero volveremos a contratar a cerca de la mitad de los novecientos sujetos para continuar experimentando. - Lo sé - dijo Leon -. Iba a hacer una nueva solicitud, pero... - Perfecto - contestó Henderson -. Lo que necesitamos en especial, como ya podrá suponer, es efectuar más pruebas con individuos como usted que manifiestan reacciones adversas. Sus síntomas le dan derecho a percibir la compensación por pruebas peligrosas, Leon. Eso significa paga doble. Y podemos garantizarle el empleo durante el próximo semestre. Leon miró a la mujer durante unos momentos con el ceño fruncido. No sabía si la oferta de paga doble era o no un sueño. - Lo pensaré - dijo al fin.
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Al salir del departamento de psicología, Leon recibió una llamada de Rachel. Se detuvo en la rampa de hormigón y sacó el teléfono del bolsillo. Ella no mencionó el hecho de que Leon no la hubiera llamado desde hacía más de una semana. Respeto e independencia mutua, afirmaba siempre Rachel, constituían la base de todas sus relaciones. Se limitó a preguntarle cómo estaba y luego le invitó a cenar. Leon aceptó. Se presentó a las siete y media, confiando en que la llamada telefónica hubiera sido real. - Estás pálido - dijo Rachel -. ¿Te encuentras bien? - Sí, creo que si. Rachel tenía un excelente aspecto, atractiva y deliciosa como siempre. Leon se preguntó si le invitaría a pasar la noche allí. Cenaron en la cocina. Rachel habló de la agencia de servicios sociales y Melanie de su primer año en la escuela. Leon se hartó de mirar fijamente su plato. Después de la cena, Melanie se llevó el hológrafo a su dormitorio. Rachel acompañó a Leon al sofá. - Estás muy silencioso esta noche, teniendo en cuenta que no nos hemos visto desde hace una semana. Leon se encogió de hombros. - ¿Sabes una cosa, Leon? Me han dicho que ese aparato de las fantasías está convirtiendo en un zombi a algunas personas que lo están experimentando. ¿No serás tú una de ellas? - Habladurías. A veces estoy un poco ausente y confuso, eso es todo. - Un poco ausente y confuso... al principio. - La voz de Rachel indicó preocupación -. Acabarás las pruebas después del viernes, ¿no? - No lo sé. Quizá siga por más tiempo. - ¡Oh, no! No creo que debas hacerlo. - Pagan bien. - Pero estás jugando con tu cordura. - ¡Bueno, es mi cordura! - ¿Qué le importaba a ella? Quizá se preocupaba porque él era el único que trabajaba, en solitario, para lograr un cambio -. Disfruto con las pruebas. Me gusta el Amplificador de Ensueños. Rachel le miró, ansiosa y frustrada. - Mira - dijo Leon -. Te demostraré que no soy un zombi. Trató de abrazarla, pero Rachel le apartó los brazos. Volvió a intentarlo. - Basta, Leon. Estoy preocupada por ti. ¡Basta! Pero Leon ni siquiera la escuchó. No estaba demasiado en contacto con la realidad. Imaginó a la Rachel de sus fantasías, la mujer que se resistía, que suplicaba... indefensa en sus garras. El placer ciego del mundo de los ensueños sobrecogió a Leon. Apoyó a Rachel contra el respaldo del sofá y la besó en el cuello con labios y dientes. - ¡Leon! ¡Basta! - Rachel desistió de apartarle y le golpeó. Una sola vez pero muy fuerte. Su mano produjo un chasquido en la oreja de Leon. file:///H|/eMule/Incoming/Ciencia%20Ficción/amplificador_ensueños.htm (5 of 6)28/10/2003 0:25:44
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- ¡Ah! - Leon se echó hacia atrás y Rachel aprovechó para escabullirse. Leon contempló la alfombra durante largo tiempo, frotándose la oreja y haciendo muecas. Cuando por fin alzó los ojos, Rachel estaba acurrucada al otro extremo del sofá, Melanie estaba de pie junto a ella. Madre e hija clavaron los ojos en Leon con idéntica expresión de fría hostilidad. Leon no sabía si aquello era una fantasía o no, pero decidió marcharse. Después de meditar durante la noche, Leon aceptó seguir haciendo pruebas con el Amplificador de Ensueños. Su confusión estaba empezando a parecerle normal y se divertía tanto con las fantasías que no podía pensar que amenazaran su cordura. (Además, si aquello era cordura, ¿quién necesitaba tal virtud?) - Esto va muy bien - dijo Henderson -. ¿Sabe una cosa? La universidad está en tratos con algunas empresas de entretenimientos. A finales del próximo semestre tal vez pueda comprarse un amplificador. - Fabuloso - contestó Leon -. Para entonces quizá esté enviciado. Henderson soltó una risita y apuntó algo. Leon entró en la cabina de pruebas y se puso el casco. No pensaba fantasear más con Rachel. Nunca más. No le hacía falta. Pensándolo bien, había infinidad de mujeres en el mundo. FIN Edición digital de Questor
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