Santiago Segura Munguía
Frases y expresiones latinas de uso actual con un anexo sobre las instituciones jurídicas romanas
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Frases y expresiones latinas de uso actual con un anexo sobre las instituciones jurídicas romanas
Santiago Segura Munguía
Frases y expresiones latinas de uso actual con un anexo sobre las instituciones jurídicas romanas
2006 Universidad de Deusto Bilbao
Serie Derecho, vol. 85
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera alguna ni por ningún medio, ya sea eléctrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin permiso previo del editor. © Publicaciones de la Universidad de Deusto Apartado 1 - 48080 Bilbao e-mail:
[email protected] ISBN: 978-84-9830-664-4 Depósito legal: BI - 2.700-06
Índice
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Fonética latina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Frases y expresiones latinas de uso actual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Anexo: Instituciones jurídicas romanas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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Roma y la organización del derecho . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Algunos aspectos del derecho romano. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
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© Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
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Presentación
En la cultura occidental aparecen ya, en los primeros albores de su literatura, algunas colecciones de frases y aforismos, que tratan de expresar, en un número reducido de palabras, las ideas más brillantes o populares de sus más famosos personajes. Son múltiples los aforismos que recogen las enseñanzas de Hipócrates, fundador de la medicina y de la ciencia griegas. Son frecuentes los procedentes de la Biblia, algunos de ellos expresados en griego y posteriormente en latín. Los autores antiguos y medievales transmitieron, en esta lengua común, el inmenso acervo de frases, que, de la manera concisa y brillante que permite el latín, reflejaban las experiencias propias y las heredades de los predecesores. Los humanistas del Renacimiento siguieron acrecentando este valioso cúmulo de sabiduría, tanto culta como popular, plasmada en aforismos, proverbios, adagios, refranes, sentencias y principios jurídicos a lo largo de los siglos. La memorización de tales frases gnómicas era una práctica seguida por los maestros de los viejos tiempos, que las utilizaban normalmente como sistema pedagógico, por su eficacia, concisión, armomía y variedad de significado. Fue el sofista Gorgias, contemporáneo y adversario de Sócrates, el primero que dedicó su atencion a las figuras del lenguaje, llamadas por ello «figuras gorgianas», punto de partida de las que nacieron después en Grecia y Roma. Siglos más tarde, tras su cultivo por humanistas del Renacimiento, proliferan en la cultura literaria de nuestros días: la antítesis, o contraste u oposición entre dos elementos; el paralelismo, en el que los dos miembros de una frase tienen igual o similar número de sílabas; la 9 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
similicadencia, en la que los dos elementos de la frase presentan la misma terminación; etc. Algunas obras de la literatura greco-latina, hoy perdidas, son conocidas gracias a estas colecciones de frases sacadas de ellas. El Renacimiento fue pródigo en recopilaciones de aforismos y sentencias, compuestas con fines de preceptiva literaria. Unas veces los adagios emanan directamente de las fuentes antiguas; otras veces, el compilador manipula o adapta el texto original para lograr más concisión o expresividad. Durante el siglo XVI se publicaron sobre este tema de moda diversas obras, que alcanzaron notable prestigio y difusión. El humanista francés Juan Tixier de Ravisi, llamado Ravisio Textor (1430-1524), rector de la Universidad de París, publicó, el año 1522, el libro titulado Officina vel potius naturae historia, una especie de «diccionario de citas» de autores clásicos, en el que los textos están agrupados por temas y, dentro de éstos, por orden alfabético. Este sistema permitía a cualquier autor adornar sus obras o discursos con oportunas citas de los más famosos escritos griegos o romanos. Otra obra de Ravisio Textor, titulada Specimen epithetorum, publicada en 1518, trata de los epítetos aplicables a nombres comunes y propios; está compuesta por orden alfabético y, junto a cada uno de estos nombres, se indica qué adjetivos los acompañan en los autores antiguos o humanísticos, la frase en que se encuentra este epíteto y el autor de la misma. Ambas obras permitían a sus consultantes alardear de una erudición extraordinaria. Desiderius Erasmus Rotterdamus (1467-1536), más conocido como Erasmo de Rotterdam, eminente filólogo holandés, publicó en París, el año 1500, sus Adagios, obra un tanto reducida; más tarde fue notablemente ampliada. En Venecia entabló amistad con Aldo Manucio, que, el año 1508, la imprimió con el título de Adagiorum Collectanea o Chilliades. Esta obra, en la que figuran 4.200 sentencias, locuciones y adagios, le grangeó tal prestigio, que fue bien recibido por el Papa en Roma, de donde pasó, llamado por el rey Enrique VIII, a Inglaterra, donde fue profesor de griego en Cambridge. La edición póstuma de esta obra, publicada en 1536, comprendía 4.251 adagios, que a veces se han convertido en refranes o en sentencias en las lenguas modernas. Erasmo compuso otras dos obras sobre el mismo tema: Parabolae seu similiae (Estrasburgo, 1514) y Apophthegmata (Basilea, 1531). En la primera reunió las locuciones aplicables a los objetos existentes en la naturaleza o en la vida común; estaban tomadas de Aristóteles, Plutarco, Plinio el Viejo y otros autores. En la edición del año 1514 figuran 1.856 de ellas. La segunda obra es, sobre todo, una colección de anécdotas tomadas principalmente de Plutarco y de Luciano. 10 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Luis Vives, humanista y filólogo, nació en Valencia (1492) y murió en Brujas (1540). Su origen judío le impulsó a vivir en los Países Bajos. Fue profesor de lenguas clásicas en el Colegio trilingüe de Lovaina. Mantuvo estrecha relación con Erasmo, Guillermo Budé y Tomás Moro. Enrique VIII y su esposa Catalina de Aragón le confiaron la educación de su hija María, lo que le permitió formar parte del foco humanista de Oxford, donde enseñó durante 5 años. Entre sus numerosas obras figura la titulada Satellitium (o Satellitia) animi, «Escolta del espíritu», compuesta por 313 máximas, a las que llamó Symbola, helenismo latino que designa el blasón o la figura que se pone en un escudo de armas o en su sello personal, y también el «mote» o «divisa» de un escudo. Por esa razón, su texto ha de ser muy breve y su intención es alegórica. Esta obra se publicó en Francfort (1540 y 1547), Lyón (1544) y Viena (1883). Los «adagios» de Erasmo y los «motes» o «divisas» de Vives, así como las frases que proliferan en los libros de sentencias de la Edad Moderna y en otras obras del mismo tipo, alternan con diversos ejemplos aforísticos procedentes tanto de la Biblia, como de los autores greco-latinos. En fechas recientes han visto la luz varias obras, entre las que hemos consultado especialmente las siguientes: Víctor José Herrero Llorente.—Diccionario de expresiones y frases latinas. Tercera edición. Ed. Gredos, Madrid, 1992. Gregorio Sánchez Doncel.—Diccionario de latinismos y frases latinas. Editorial Noesis. Madrid, 1997. Teresa Giménez-Candela.—Frases y locuciones latinas. En el Diccionario Trivium de Derecho y Economía. Editorial Trivium, S.A. Madrid, 1988. Lateinische Rechtsregeln und Rechtssprichwörter. Zusammengestellt, übersetzt und erläuter von Detleft Liebs... Verlag C. H. Beck. München, 1991. La obra que ahora presentamos sólo aspira a facilitar al escritor, al locutor, o al simple lector, el correcto uso de las citas latinas, acompañadas de su equivalencia en español y, muchas veces, del autor, obra y pasaje de ésta en la que figuran. Intenta, sobre todo, recoger los aforismos, proverbios, principios jurídicos, expresiones y giros que aparecen con más frecuencia en el actual lenguaje del Derecho. No se trata de competir con los diversos diccionarios y textos de Derecho Romano, bien conocidos por estudiantes y profesionales de Derecho. 11 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Tampoco está destinada a los expertos en lenguas clásicas, para los que resultará un tanto elemental. Sin embargo, como la mayoría de las citas pertenecen al lenguaje jurídico, al final de esta obra se adjunta un breve apéndice, que aborda la organización del Derecho llevada a cabo por Roma. Con ello, se intenta facilitar a los profanos en esta ciencia algunas noticias acerca del Derecho Romano, necesarias para la correcta interpretación de los textos que aparecen en la presente publicación. Estos textos son los citados con más frecuencia en la literatura del mundo actual y se han generalizado en todas las lenguas cultas. Muchas de estas frases salpican el lenguaje diplomático; unas veces reflejan un rasgo de ingenio o una intención moral o filosófica; otras veces aparecen grabadas en monumentos, arcos, tumbas, diplomas, medallas conmemorativas e incluso en monedas. No faltan los proverbios latinos tan famosos o de uso tan frecuente, que se cita tan sólo una parte, ya que se supone que el resto es bien conocido por el lector o el oyente. Al consultar una frase determinada, es posible que no aparezca tal como se recuerda. En tal caso, puede buscarse mediante alguna de las otras palabras que la componen, ya que, a veces, una misma frase puede enunciarse con un comienzo diferente o más o menos completa. Es notorio que en latín no existe el acento gráfico. Véase, a continuación, el § 10 de la FONÉTICA LATINA.
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Fonética latina
1. ALFABETO LATINO. En la época clásica, el alfabeto latino constaba de los siguientes signos: A, B, C, D, E, F, G, H, I, K, L, M, N, O, P, Q, R, S, T, U (V), X. Posteriormente se añadieron la Y y la Z para poder transcribir las palabras de origen griego. Observaciones.—1) La G no existía en un principio. Se suplía con la C. 2) La K se usó cada vez menos, siendo sustituida por la C. Subsistió tan sólo en algunas abreviaturas: K. (por Kaeso, nombre propio); K. o Kal. (por Kalendae, primer día del mes). 3) El alfabeto latino antiguo carecía de minúsculas En las ediciones latinas actuales se usan las mayúsculas solamente al comienzo de párrafo o de nombre propio, como en español. En cambio, se usan también las mayúsculas en la inicial de los adjetivos o adverbios derivados de nombres propios 4) Los signos ortográficos auxiliares son idénticos a los utilizados en español: punto, coma, punto y coma, paréntesis, interrogación, admiración, etcétera. Los signos de interrogación y de admiración se ponen solamente al final de frase. 2. DIVISIÓN Y PRONUNCIACIÓN DE LOS SONIDOS. Es preciso distinguir entre la manera de pronunciar de los antiguos romanos y la que tradicionalmente se ha seguido en España. Veamos primero la PRONUNCIACIÓN CLÁSICA. 3. VOCALES. La salida del aire no encuentra obstáculo en los órganos bucales; la boca es una simple caja de resonancia. Las vocales 13 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
latinas son las mismas que en español, siendo igual asimismo su timbre. Por la posición de la lengua, se pueden agrupar con arreglo al siguiente esquema: ı¯ ı˘ e¯ e˘ (Máxima distancia entre la lengua y el paladar.)
(Mínima distancia entre la lengua y el paladar.)
a¯ a˘ o˘ o¯ u˘ u¯
Por la duración, o cantidad, las vocales pueden ser largas o breves. Cuando se quiere señalar la cantidad se emplea el signo ¯ para las breves y el signo ˘ para las largas: lu¯ ce˘ o, prı¯dı˘e¯ . La a, e, o se pronuncian como en español. La i y la u se llaman SEMIVOCALES, porque unas veces tienen sonido de vocal y otras de consonante. Generalmente tienen sonido de consonante cuando van ante otra vocal. La i y la u vocales suenan como en español. La u se pronuncia siempre, incluso en los grupos que, qui, gue, gui (aquila, unguentum). NOTA.—La i consonante, que también se representa, en las ediciones actuales, por medio del signo j (signo del que carecían los romanos), suena como la y española: iam o jam se pronuncia yam; major o maior, sueno máyor. La u consonante (V = v = u) sonaba en la época clásica como la u vocal: vivum sonaba uiuum; civium sonaba kiuium; la v era la u de la escritura capital o mayúscula (la v minúscula fue introducida por los eruditos de la Edad Media); sin embargo, pronto comenzó a pronunciarse ligeramente aspirada, lo que aproximó su sonido al de la v actual del español. (la e algo cerrada, próxima a 4. DIPTONGOS. Suenan las dos vocales la i). Los más usados (rosae ), au (tau son ae rus), oe (poe na); más raros son: eu (ceu ), ei (hei ), oi (proinde) y ui (huic). 5. CONSONANTES. La salida del aire es modificada por los órganos de la boca. Podemos clasificarlas con arreglo al siguiente cuadro: 14 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
CONSONANTES
LABIALES
DENTALES
GUTURALES
B P
D T
G CKQ
LÍQUIDAS (La lengua desvía el aire por los lados)
R
L
NASALES (El aire es expulsado por la nariz)
M
N
FRICATIVAS (El aire sale rozando)
F
S, Z
OCLUSIVAS (Se cierra y abre de repente el paso del aire)
SONORAS SORDAS
Suenan como en español, salvo ligeras diferencias: C, suena siempre como la K española, aunque vaya ante e, i: Cicero, Kíkero; cinis, kínis. G, suena siempre como la g española de gato, gorra, gusto, aunque vaya ante e, i: gelu suena guélu; regit suena réguit. H, se aspiraba levemente; pero la aspiración era considerada como signo de afectación. T, conserva siempre su sonido: natio suena nátio. Ll, las dos letras se pronuncian separadas: ille suena íl-le. CH, TH, RH, la H no suena; se pronuncian, por tanto, como C, T y R, respectivamente: pulcher suena púlker; Corinthus, Coríntus; rhetor, rétor. PH suena como F: Philoso˘ phus suena filósofus. En este caso, como en los del apartado anterior, la H se añadió a la C, T, R y P para poder reproducir las palabras tomadas del griego. Z suena como DS. X es un sonido mixto, equivalente a una gutural (C, K, G) más una S: dux = duc-s; rex = reg-s. 6. PRONUNCIACIÓN TRADICIONAL ESPAÑOLA. Los pueblos que hablaron latín adaptaron a la pronunciación de esta lengua algunas modalidades de su propia fonética. En España, la C y G latinas se pronunciaron ante e, i, como suenan la C y G españolas ante las mismas vocales: regina, legem, duces, dicis suenan como en español. El sonido U se omite en los grupos que, qui. El grupo TI, seguido de vocal, suena generalmente CI (natio = nácio), salvo si la i es acentuada (petíerim) o si el grupo va precedido de s o x (ostium, mixtio) o le sigue H (Pythia). En los diptongos ae y oe no suena el primer elemento y se pronuncian e. 7. PRONUNCIACIÓN ECLESIÁSTICA ROMANA. De los intentos para unificar la pronunciación del latín litúrgico, basándose en la moderna pronun15 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
ciación italiana del latín, que es la que más se asemeja a la fonética del bajo latín, ha surgido una pronunciación denominada ROMANA. En ésta CE, CI suenan CHE, CHI; GE, GI, aproximadamente como en francés; TI suena TSI; GN suena Ñ; H se pronuncia como K en mihi (míki) y nihil (níkil). Para evitar la dispersión fonética, la Santa Sede ha recomendado en alguna ocasión este tipo de pronunciación. En España se usa raramente, excepto en Cataluña, región de características fonéticas más en consonancia con ella. 8. LA SÍLABA. Es un sonido vocálico o un grupo de sonidos apoyados en una vocal que se pronuncia en una sola emisión de voz. Si la sílaba acaba en vocal, se llama «abierta»; si acaba en consonante, se denomina «cerrada». Una consonante situada entre dos vocales forma sílaba con la vocal que la sigue: ma-ri-ti-mus. Dos o más consonantes colocadas entre vocales forman también sílaba con la vocal siguiente, si el grupo consonántico es de los que puede encontrarse al principio de una palabra latina: bl, cl, fl, gl, pl; br, cr, fr, gr, pr, tr; sc, sp, st; scr, spl, str, sgr. Además, empiezan con el grupo consonántico dr- el nombre propio Drusus, y en gn-, gnarus, gnavus, gnatus, etc. En los demás casos, los grupos de consonantes se dividen: ar-tis; mor-tem; prop-ter; in-ter. Las palabras compuestas se consideran divididas según sus elementos componentes. 9. CANTIDAD. Es el tiempo que se invierte en pronunciar una sílaba. Una sílaba es BREVE: a) Cuando contiene una vocal breve y es abierta: fu˘ ga˘ , do˘ mı˘na˘ ; b) cuando, siendo larga su vocal o conteniendo un diptongo, va seguida de otra vocal: au¯ -re˘ -us, me˘ us, om-nı˘-a. Una sílaba es LARGA: a) Cuando contiene una vocal larga por naturaleza; b) cuando es sílaba cerrada. 10. ACENTO. Los romanos no usaban el acento ortográfico. Tampoco se emplea en las ediciones modernas. No obstante, en algunos libros escolares y litúrgicos suele indicarse, para facilitar la pronunciación. Tampoco se usaban los signos de cantidad silábica, pero, como la pronunciación depende de ésta. en algunos libros se ponen también estos signos, como meros auxiliares. En latín la sílaba acentuada era, según algunos gramáticos, más fuerte (acento de intensidad); según la opinión más general, era más aguda (acento musical, tónico o de altura). 11. REGLAS DE LA ACENTUACIÓN. 1.a) En latín NO HAY PALABRAS AGUsalvo unas pocas, que han perdido una vocal final: edúc (de edu¯ ce), addíc (de addı¯ce), illíc (de *illíce ), etc. DAS,
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2.a) Las palabras de DOS SÍLABAS son LLANAS: rósa, máre. 3.a) Las palabras de más de dos sílabas son: a) LLANAS, si su penúltima sílaba es larga: amı¯cus, frume¯ ntum. Si la última sílaba es una ENCLÍTICA, el acento va en la penúltima, aunque ésta sea breve: armá-que, virúm-que, reginá-ve. b) ESDRÚJULAS, si la penúltima sílaba es breve: domı˘nus, inco˘ la. En latín NO HAY SOBRESDRÙJULAS. Para facilitar la correcta acentuación, en la presente obra se emplea el acento gráfico, especialmente en las palabras esdrújulas.
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frases y Expresiones latinas de uso actual
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A A cápite usque ad calcem, de la cabeza al talón; del principio al fin. Séneca, Clem., 2,2. A contráriis, [argumento] que parte de la oposición de dos hechos. A contrário, v. A contrariis, por lo contrario; desde el punto de vista contrario. A contrario sensu, en sentido contario. A Deo rex, a rege lex, de Dios proviene el rey, del rey la ley [lema de la monarquía absoluta]. A die, a partir de un día determinado. A divinis, a sacris, apartado de las cosas divinas; suspensión de la autorización de celebrar oficios divinos. A facto ad ius non datur consequéntia, no es válido inferir del hecho el derecho. A fortiori, con mayor razón. A furto, del hurto; procedente de un hurto. A límine, desde el umbral; desde el comienzo. A mínima, a partir de la mínima pena. A posteriori, después de una circunstancia determinada; después de conocido el hecho de que se trata, o en un momento posterior a aquel que se toma como referencia. A prima facie, a primera vista. A priori, con anterioridad; antes de conocer el hecho de que se trata, o en un momento anterior a aquel que se toma como referencia. 21 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
A quo
A quo, desde el [día en] que; se opone a ad quem. A remotis, desde lejos; aparte, alejado. A sacris, [apartado] de las cosas sagradas. A tergo, por la espalda; de espaldas. A verbis legis non est recedendum, no hay que apartarse de las palabras de la ley. Ab absurdo, de forma absurda o ilógica. Ab abusu ad usum non valet consequéntia, del abuso [de una cosa] no se sigue que pueda hacerse uso [de ella]. Principio jurídico. Ab antiquo, desde antiguo. Ab extra, desde fuera. Ab imo péctore, desde el fondo de su corazón. Ab inítio, desde el principio. Ab íntegro, por entero, de nuevo. Ab intestato, sin testamento. Digesto, 37,7,18. Ab intra, desde dentro. Ab irato, acto irreflexivo, provocado por la ira. Ab orígine, desde el principio; desde el origen. Ab ovo, desde su origen [alude al origen de Helena, hija de Leda]. Ab ovo usque ad mala, desde el huevo hasta las manzanas; desde el principio hasta el fin [los romanos solían empezar los banquetes con huevos y terminarlos con manzanas]. Horacio, Sát., 1,3,6. Ab urbe cóndita, desde la fundación de la ciudad [de Roma]. T. Livio, 1,7,3. Abdicátio, renuncia voluntaria [a un derecho, a un cargo o al desempeño de una función pública]. Digesto, 1,5,21; 1,18,20. Abiurátio, perjurio; negación bajo juramento de algo que se debe o se tiene. Abrogátio, abrogación, anulación o suspensión de una ley por otra posterior. Digesto, 50,16,102. Absens heres non erit, el ausente no será heredero. Principio jurídico. Absente reo, estando ausente el demandado. Abséntia longa morti aequiperatur, la ausencia larga se equipara a la muerte. Absit iniúria verbo, dicho sea sin ofender. T. Livio, 9,19,15. Absolútio, absolución. Absolutus semel non debet molestari, el ya absuelto una vez, no debe ser molestado. Decio. 22 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Absólvere nocentem sátius est quam condemnare innocentem
Absólvere nocentem sátius est quam condemnare innocentem, es preferible absolver a un culpable a condenar a un inocente. Principio jurídico. Absque hoc, sin esto. Absque ulla conditione, sin condición alguna. Ábstine et sústine, abstente y aguanta [principio del Estoicismo]. Abusus no est usus, sed corruptela, el abuso no es uso, sino corruptela. Principio jurídico. Abusus non tollit usus, el abuso no suprime el uso. Abyssum abyssus invocat, el abismo llama al abismo. Psalm., 41,8. Acceptilátio est imaginaria solutio, la aceptilación es un pago ficticio, imaginario. Accéssio, accesión, acceso [modo originario de adquirir la propiedad]. Digesto, 33,8,2. Accéssit, se acercó. Recompensa inmediatamente inferior al premio, que se concede en un certamen, esp. cultural. Accesórium séquitur principale, lo accesorio sigue a lo principal. Principio jurídico. Accrescendi ius, derecho de acrecer o de incorporar a su dominio algo añadido por el arte o la naturaleza. Acta est fábula, la comedia ha concluido. Acta, non verba, hechos, no palabras. Actio nihil aliud est quam ius persequendi iudício quod sibi debetur, la acción no es otra cosa que el derecho de perseguir judicialmente lo que a uno se le debe. Digesto, 44,7,51. Actio personalis móritur cum persona, la acción personal se extingue con la persona. Principio jurídico. Actio semel extincta non reviviscit, la acción, una vez extinguida, no revive. Actiones tránseunt ad heredes et in heredes, las acciones [judiciales] pasan a favor de los herederos y en contra de los herederos. Principio jurídico. Actor, el que actúa; el demandante. Actor et reus idem esse non potest, el demandante no puede ser a la vez el demandado. Principio jurídico. Actore non probante, reus est absolvendus, si no prueba el demandante, debe ser absuelto el demandado. Actori incumbit probátio, la prueba incumbe al demandante. Acuit ingénium fames, el hambre agudiza el ingenio. 23 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ad absurdum [argumentum]
Ad absurdum [argumentum], por reducción al absurdo. Ad acta, archívese. Ad augusta per angusta, a la gloria por caminos estrechos. Ad bestias, [condenar a ser arrojado] a las fieras [en el anfiteatro]. Ad calendas Graecas, v. Ad kalendas... Ad cautelam, por cautela. Ad diem, hasta el día [final de un plazo]. Ad exemplum, para ejemplo; verbigracia. Ad experimentum, como experimento. Ad extra, hacia fuera. Ad finem, hasta el final, al final. Ad hoc, para esto; a propósito; destinado especialmente para el caso. Ad hóminem, [argumento] dirigido contra la persona y no contra su tesis. Ad honorem, a título honorífico; honorario. Ad imposíbilia nemo tenetur, nadie está obligado a lo imposible. Principio jurídico. Digesto, 50,17,185. Ad imum, hasta el fondo; hasta el fin. Ad infinitum, hasta el infinito; a perpetuidad. Ad instar, a semejanza. Ad interim, interinamente; provisionalmente. Ad intra, hacia adentro. Ad iúdicem, ante el juez. Ad iura renuntiata non datur regressus, no puede darse retracto tras renunciar a unos derechos. Ad Kalendas Graecas, para las calendas griegas, para nunca [ya que los meses griegos no tenían calendas]. Suetonio, Augusto, 87,1. Ad laudem, para alabanza. Ad líbitum, a voluntad, libremente; a discreción. Ad límina [apostolorum], hacia la Santa Sede; [visita] que los obispos tienen obligación de hacer cada cinco años al Papa. Ad lítteram, al pie de la letra, literalmente; cita literal. Ad maiora, para cosas más grandes. Ad maiorem Dei glóriam, para la mayor gloria de Dios [divisa de la Compañía de Jesús]. Ad multos annos, que sea por muchos años [fórmula de felicitación]. 24 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ad naturam
Ad naturam, conforme a la naturaleza. Ad nauseam, hasta la náusea; referido a cosas exageradamente repetidas. Ad normam, según lo prescrito; según norma. Ad nutum, a voluntad. Ad omnes casus, para todas las eventualidades. Ad pedem lítterae, al pie de la letra; literalmente. Ad perpetuam memóriam, para la eterna memoria. Ad personam, para una persona determinada; contra la persona. Ad petendam pluviam, para pedir la lluvia [preces litúrgicas]. Ad quem, para el cual [= día hasta el que]; se opone a a quo, «desde el que». Ad referendum, bajo condición de que sea aprobado por el superior. Ad rem, a la cosa; respecto al asunto. Ad sensum, conforme al sentido [no a la forma]; por el sentido. Ad solemnitatem, [requisito] formal indispensable para que un acto jurídico sea válido. Ad tempus, por cierto tiempo; durante un tiempo; temporal. Ad tempus concessa, post illud tempus censetur denegata, lo permitido por cierto tiempo, transcurrido éste, se entiende prohibido. Principio jurídico. Digesto, 31,11,1. Ad tempus prohíbitum, post illud tempus censetur permissum, lo prohibido por cierto tiempo, se entiende permitido una vez transcurrido dicho tiempo. Principio jurídico. Cód. Just., 10,61,1. Ad terrorem, para causar miedo. Ad túrpia nemo obligatur, nadie está obligado a hacer algo inmoral. Ad unum, hacia una sola cosa; hasta el último. Ad usum, según el uso; según costumbre; para hacer uso de ello. Ad usum Delphini, para el uso del Delfín [visto bueno dado a ciertas ediciones censuradas, para educar al Delfín]. Ad valorem, con arreglo a su valor; según el valor estimado de la mercancía [derechos de aduana]. Ad verbum, [traducción] palabra por palabra. Ad virtutem, una et ardua via est, el camino hacia la virtud es uno solo y arduo. Salustio, Ad Caesarem, 1,7. Ad vitam aeternam, para toda la vida. Ad vivum, a lo vivo; semejante a la realidad. Addenda, cosas que hay que añadir. 25 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Addíctio bonorum
Addíctio bonorum, adjudicación de los bienes. Adenda, v. Addenda. Adeste fideles, acudid, fieles. Adfínitas in coniuge supérstite non deletur, el parentesco de afinidad no se extingue para el cónyuge que sobrevive. Adgnatio, agnación o parentesco civil. Digesto, 38,8,4. Adhuc sub íudice lis est, el proceso está aún ante el juez. Horacio, Arte Poética, 78. Aditio hereditatis, aceptación de la herencia. Adminículum, apoyo. Adoptare minor maiorem non potest, un menor no puede adoptar a un mayor. Adóptio, adopción; incorporación a una familia de un individuo alieni iuris procedente de otra. Gayo, Instit., 1,134. Adrogatio, arrogación; acto jurídico por el cual un individuo sui iuris, se somete a la potestad de un pater familias como hijo y, con él, su anterior familia, si la tenía. Gayo, Instit., 1,107; 99. Adsum, estoy presente. Adversum fiscum usucápio non procedit, la usucapión no es válida contra el fisco. Principio jurídico. Adversum perículum naturalis rátio permitit se deféndere, la razón natural permite defenderse contra el peligro. Digesto, 9,2,4 pr. Adversum stímulum calces iactare, dar coces contra el aguijón. Advocatorum error litigántibus non nocet, el error de los abogados no perjudica a los litigantes. Cód. Justiniano, 2,10,3. Advocatus diáboli, abogado del diablo [en los procesos de canonización señalaba los defectos o faltas]. Advocatus non accusat, el abogado no acusa. Ulpiano. Digesto, 38,2,14,9. Aegroto dum ánima est, spes est, para un enfermo, mientras hay vida, hay esperanza. Cicerón, Epist. Ad Átticum, 9,10,3. Aéquitas de íure multum remittit, la equidad suaviza el rigor del derecho. Aéquitas in dúbio praevalet, en caso de duda prevalece la equidad. Digesto, 50,17,56. Aéquitas praefertur rigori, la equidad es preferible al rigor. Principio jurídico. Aéquitas séquitur legem, la equidad sigue a la ley. Aequo ánimo, con ánimo imparcial; con serenidad. 26 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Aerárium
Aerárium, erario; caja pública. Aes alienum, dinero ajeno; deudas. Digesto, 50,16,213. Aes alienum est onus universi patrimonii, non certarum rerum, la deuda es una carga de todo el patrimonio, no de ciertas cosas. Aestimare litem, fijar la indemnización; estimar el litigio. Aestimátio delicti praetériti ex post facto non crescit, la responsabilidad de un delito pasado no aumenta por un hecho posterior a él. Principio jurídico. Aestimátio facit venditionem, la estimación produce venta. Digesto, 19,2,3. Aeternum vale, adiós para siempre. Affirmanti incumbit probátio, al que afirma, le compete probar lo que afirma. Principio jurídico. Age quod agis, haz lo que haces; lo que haces, hazlo bien. Agenda, lo que ha de hacerse; libro o cuaderno en el que se anotan datos que interesa recordar y las fechas correspondientes; relación de los asuntos que han de tratarse en una junta. Agentes et consentientes pari poena plectuntur, los que cometen [el delito] y los que lo consienten son castigados con la misma pena. Principio jurídico. Agnus Dei, oración que comienza con estas palabras [= Cordero de Dios] y que se reza por tres veces seguidas entre el Padrenuestro y la Comunión; agnusdéi, joya pequeña que generalmente representa la imagen del Cordero místico. Album, lo blanco; el pretor publicaba su edicto en unas tablas banqueadas; estaba escrito con letras negras, con sus capítulos en rojo [rubrum]; de ahí deriva la voz rúbrica. Album iúdicum, lista oficial de los jueces. Álea iacta est, la suerte está echada [frase atribuida a César al pasar el río Rubicón]. Ália est aestimátio possessionis, alia proprietatis, son conceptos distintos los de posesión y propiedad. Principio jurídico. Álias, otras veces; de otro modo; apodo. Álibi, en otra parte; coartada. Aliena nobis, nostra plus aliis placent, nos gusta lo ajeno, a los otros les gusta más lo nuestro. P. Syro. Alieni iuris, sometido al poder de otro [p. ej. a la patria potestas del pater familias]. 27 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Áliis alia placent
Áliis alia placent, a unos les gustan unas cosas y a otros otras. Álio die, para otro día [aplazamiento de un asunto]. Aliquando bonus dormitat Homerus, a veces se duerme el bueno de Homero. [Hasta el hombre más ilustre puede cometer alguna vez errores]. Áliquid esse et non esse, non potest símul, una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo [principio filosófico de contradicción]. Principio filosófico y de derecho. Áliquis non debet esse iudex in propia causa, uno no debe ser juez en su propia causa. Áliter, de otro modo. Áliud est celare, aliud tacere, una cosa es ocultar y otra callar. Principio jurídico. Alma mater, madre nutricia, madre bienhechora. Denominación dada hoy a la Universidad y a una persona que ayuda en gran manera al desarrollo de una empresa. Alma parens, madre benéfica; la patria. Alpha et omega, el alfa y la omega; el principio y el fin. Alter altérius auxílio eget, cada uno necesita la ayuda del otro. Alter ego, otro yo, un segundo yo; persona de confianza; amigo íntimo. Alter idem, otro igual a sí mismo. Alter orbis, otro mundo; un mundo aparte. Álteri ne féceris quod tibi fieri non vis, no hagas a otro lo que no quieres que se te haga a ti. Principio de derecho. Tob., 4,15. Altérius contractu nemo obligatur, nadie está abligado por el contrato de otro. Cód. Justin, 4,12,3. Altérius culpa nobis nocere non debet, no nos debe perjudicar la culpa de otro. Altérius mora álteri non nocet, la demora de uno no perjudica a otro. Principio jurídico. Álterum non laédere, no causar daño a otro. Digesto, 1,2,10. Álterum tantum, otro tanto [indica que el porcentaje de una deuda no puede se superior a la misma]. Altíssima quaeque flúmina mínimo labuntur sono, los ríos más profundos se deslizan con el menor ruido. Q. Curcio, 7,4,13. Amén, así sea. Amicus certus in re incerta cérnitur, en los momentos difíciles se ve al amigo de verdad. Cic. Amic., 17,64. 28 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Amicus Plato, sed magis amica véritas
Amicus Plato, sed magis amica véritas, Platón es amigo, pero es más amiga la verdad. Horacio, aludiendo a Aristóteles. Amor et domínium non patiuntur sócium, el amor y el derecho de propiedad no soportan un socio. Amor et melle et felle est fecundíssimus, el amor es muy fecundo tanto en miel como en hiel. Plauto, Cistell., 69. Amor fati, amor al hado, al destino. Amor gignit amorem, el amor engendra amor. Amor magister est óptimus, el amor es el mejor maestro. Plinio el Joven, Epist., 4,19,4. Amor pátriae, amor a la patria; patriotismo. Amor sapiéntiae, amor a la sabiduría [definición de philosophía]. Amor tussisque non celatur, el amor y la tos no pueden ocultarse. Amor vincit ómnia, el amor todo lo vence. Amore Dei, por el amor de Dios. Anáthema sit, sea anatema [condenación de toda opinión herética]; sea maldito. Anguis in herba, una serpiente en la hierba; se emplea para indicar un peligro oculto. Ánimus abutendi, intención de abusar. Ánimus defendendi, intención de defenderse. Ánimus donandi, deseo de hacer una donación; intención de donar. Ánimus furandi, intención de robar. Digesto, 47,2,43,5. Ánimus iniuriandi, intención de ofender o injuriar. Ánimus iocandi, intención festiva o de broma. Ánimus laedendi, intención de causar daño. Ánimus necandi, intención de matar. Ánimus negotiandi, intención de negociar. Ánimus novandi, intención o deseo de introducir un elemento nuevo en la obligación. Ánimus possidendi, intención de poseer. Ánimus rem sibi habendi, intención de apropiarse de algo. Ánimus revertendi, tendencia instintiva de los animales domésticos a volver a casa del dueño, lo que excluía su adquisición por caza. Digesto, 41,1,5,5; 41,2,47. Ánimus revocandi, intención de revocar [un testamento, un legado, etc.]. 29 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Anno Dómini, [A.D.]
Anno Dómini, [A.D.], en el año del Señor, es decir, de la era cristiana. Annus coeptus pro completo habetur, el año comenzado se considera como completo. Aforismo jurídico. Ante auditam causam, antes de escuchada la causa. Ante cibum, antes de las comidas [referido a ciertas medicinas]. Ante diem, [citación o aviso] que convoca a una reunión para un determinado día posterior; la víspera. Ante litem, antes del litigio. Ante lítteram, que es [lo expresado por el término precedente] antes de que ese término exista o se utilice con el significado en cuestión. Ante meridiem, [A.M.], antes del mediodía. Ante mortem, antes de la muerte. Ante omnia, ante todo. Ante partum, antes del parto. Aperto libro, como un libro abierto. Approbatione totius rei quaélibet eius pars approbatur, con la aprobación del todo se aprueba cualquiera de sus partes. Apud, [en ciertas bibliográficas] seguido del autor o de la obra que se señala como fuente. Apud acta, según consta en acta unida al expediente. Apud iúdicem, ante el juez. Aqua prófluens iure naturali communis est, el agua corriente, por derecho natural, es común a todos. Digesto, 1,8,2. Aquam dare, dar el agua; conceder la palabra [al orador, porque el tiempo se medía con la clepsidra, o reloj de agua]. Plinio el Joven, Epist., 6,2,7. Aquam pérdere, perder el agua, es decir, el tiempo [concedido al orador, ya que se medía con la clepsidra o reloj de agua]. Áquila non captat [= capit] muscas, un águila no captura moscas. Árbore deiecta quivis ligna cólligit, del árbol caído cualquiera recoge leña. Árbiter, mediante un acuerdo [compromissum], las partes aceptaban la decisión de un árbitro, para librarse de las exigencias de un juicio ordinario. Árbiter elegantiarum, árbitro de la elegancia [referido a Petronio]. Tácito, Ann., 16,18. Arcus qui nimis inténditur, rúmpitur, el arco que se tensa demasiado, se rompe. 30 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Argumenta non sunt numeranda, sed ponderanda
Argumenta non sunt numeranda, sed ponderanda, los argumentos no deben numerarse, sino sopesarse. Ars boni et aequi, arte de lo bueno y de lo justo [definición del Derecho, según Celso]. Ars gratia artis, el arte por el arte; lema de la productora de cine Metro Goldwyn Mayer. Ars longa, vita brevis, la ciencia es larga, la vida es breve. Séneca, Brev. V., 1,1. Ars non habet inimicum nisi ignorantem, la ciencia no tiene más enemigo que el ignorante. Ars una, spécies mille, el arte es una; sus manifestaciones, mil. Ásinus ásinum fricat, el asno frota al asno [los necios se elogian mutuamente]. Ásinus in cáthedra, un asno en la cátedra; un profesor ignorante. Ásinus in tégulis, el asno en el tejado [algo extraordinario o un necio en un cargo elevado]. Satiricón, 63,2. Ássem hábeas, ássem váleas, si tienes un as, vales un as [= tanto tienes, tanto vales]. Auctor opus laudat, el autor alaba su obra. Ovid. Pont., 3,9,9. Auctóritas, non véritas facit legem, es la autoridad, no la verdad, la que hace la ley [Hobbes, Leviatán]. Audaces fortuna iuvat, la fortuna ayuda a los valientes. Virg. Aen., 10,283. Audentes fortuna iuvat, la fortuna ayuda a los valientes. Audi álteram partem, escucha a la otra parte [ya que hay que escuchar a las dos partes contendientes]. Sentencia jurídica. Audiatur et áltera pars, escúchese también a la otra parte. Adagio jurídico. Audit quod non vult qui pergit dícere quod vult, quien se apresura a decir lo que quiere, escucha lo que no quiere. Catón. Monos., 10. Áurea mediócritas, dorada medanía; felicidad basada en la vida tranquila y sin grandes aspiraciones. Horacio, Odas, II, 10,5. Áuri sacra fames, maldita hambre de oro. Virgilio, Eneida, 3,57. Aut bibat, aut ábeat, que beba, o que se vaya. Aut Caesar, aut nihil, o emperador o nada. Divisa de César Borgia. Aut víncere aut mori, o vencer o morir. Avarítia est radix ómnium malorum, la avaricia es la raíz de todos los males. 31 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ave atque vale
Ave atque vale, salud y adiós. Catulo, 101,10. Ave, Caesar, morituri te salutant, ave, César, hombres dispuestos a morir te saludan [saludo ritual que dirigían los gladiadores romanos al emperador antes de iniciar los combates]. Suetonio, Claud. 21,6. Axis mundi, eje del mundo.
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B Barba no facit philósophum, la barba no hace al filósofo; el hábito no hace al monje. Beátae memóriae, de feliz memoria; que ha dejado un buen recuerdo [un difunto]. Beati Hispani quibus vívere est bíbere, felices los españoles para quienes vivir es beber [confusión fonética v = b]. Beati monóculi in terra caecorum, dichosos los tuertos en el país de los ciegos [cf. en el país de los ciegos, el tuerto es el rey]. Beati páuperes spíritu, bienaventurados los pobres de espíritu. Mat., 5,3. Beati possidentes, felices, los que poseen. Bismark. Bellum iustum, guerra justa [que cumple las normas jurídicas establecidas]. Bene facta, male locata, male facta árbitror, considero como perjuicios los beneficios mal colocados. Cic. off., 2,18,62. Bene vertat, que resulte bien. Bene vixit qui potuit cum voluit mori, bien vivió quien pudo morir cuando quiso. P. Syro. Benefícium abstinendi, beneficio de abstenerse [concedido por el pretor a favor del heredero necesario, para repudiar la herencia]. Digesto, 50,17,153pr. Benefícium cedendarum actionum, beneficio de cesión de acciones [concedido al fiador que ha pagado la deuda, para reclamar del deudor principal el reembolso de la misma acción que el acreedor tenía contra este deudor, en función de la acción de regreso]. 33 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Benefícium cessionis [ex lege Iulia]
Benefícium cessionis [ex lege Iulia], beneficio de cesión, concedido a favor del deudor que ofrece su patrimonio, céssio bonorum, para que los acreedores puedan venderlo y cobrarse la deuda]. Gayo, 3,78. Benefícium competéntiae, beneficio de competencia, concedido a favor del deudor, limitando la ejecución a sus posibilidades económicas reales. Digesto, 17,2,63,1; 24,3,13; 50,17,173pr. Benefícium divisionis, beneficio de división, a favor de los fiadores solventes, para dividir entre ellos la totalidad de la deuda. Gayo, 3,121; Digesto, 46,6,12. Benefícium inventárii, beneficio de inventario, concedido a favor del heredero, para que pudiera aceptar la herencia previo inventario de la misma. Cód. Justin, 6,30,22. Benefícium invito non datur, no se puede obligar a nadie a aceptar un beneficio. Principio jurídico. Benefícium legis amittit, qui legem subvértere intendit, pierde el beneficio de la ley el que intenta perturbarla. Benefícium legis non debet esse captiosum, el beneficio de la ley no debe ser engañoso. Principio jurídico. Digesto, 21,2,39pr. Benefícium restitutionis transit ad heredes, el beneficio de la restitución pasa a los herederos. Principio jurídico. Bis ad eundem [lápidem offéndere], [tropezar] dos veces en la misma [piedra]. Cicerón, Epist. ad Fam., 10,20,2. Bis dat, qui cito dat, quien da pronto, da dos veces. P. Syro. Bis de eadem re ágere non licet, no se puede ejercitar dos veces una acción por el mismo asunto. Bis de eadem re ne sit actio, no se ejercite dos veces una acción por el mismo asunto. Principio jurídico. Bis repetita placent, lo que se repite agrada. Horacio, Ars. Poét., 365. Bona fides, buena fe; recta intención. Bona fides non pátitur ut bis idem exigatur, la buena fe no permite que se reclame dos veces la misma cosa. Digesto, 50,18,57. Bona fides semper praesúmitur nisi mala adesse probetur, se supone siempre la buena fe, si no se prueba que hubo mala fe. Bona non intellegentur nisi deducto aere alieno, el valor del patrimonio no se calcula, sino después de restar las deudas. Bona nullius, bienes de nadie [cf. res nullius]. 34 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Bona pupillaria non licet tutóribus in proprios usus convértere
Bona pupillaria non licet tutóribus in proprios usus convértere, no está permitido a los tutores aprovechar los bienes de sus pupilos en provecho propio. Principio jurídico. Bona vacantia, bienes que nadie reclama. Bónae fídei non cóngruit de apícibus disputare, no concuerda con la buena fe disputar sobre minucias jurídicas. Principio jurídico. Bónae fídei possesor, poseedor de buena fe. Bonae leges malis ex móribus procreantur, las buenas leyes son hijas de las malas costumbres. Macrobio, Saturnales, 2,13. Bonae memóriae, que ha dejado un buen recuerdo [persona]. Bonam fidem in contráctibus considerari aequum est, es equitativo tener en cuenta la buena fe en los contratos. Cód. Justin., 4,10,4. Boni mores, buenas costumbres. Bonis nocet, quisquis pepércerit malis, perjudica a los buenos quien perdona a los malos. P. Syro, 205. Bonorum céssio, cesión de los bienes [del deudor insolvente]. Bonorum possessio, posesión de los bienes hereditarios [en la que el pretor ofrece, no la condición de heredero, sino la posesión de los bienes hereditarios a parientes excluidos por el ordenamiento civil]. Ulpiano. Digesto, 37,1,13. Bonum vinum laetíficat cor hóminis, el buen vino alegra el corazón del hombre. Vulgata, Eccl., 40,20. Bonus praesúmitur qui de bono génere natus est, se supone que es bueno el que desciende de antepasados buenos. Aforismo jurídico. Brevi manu, con mano breve; directamente. Brevis esse laboro, obscurus fio, procuro ser breve [al escribir]; pero resulto oscuro. Horacio, Epist. Ad Pisones, 25-26.
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C Caduca possessio, bienes caducos [aquellos de cuya propiedad no había tomado posesión el heredero]. Cicerón, De Orat., 3,31,122; cf. Ulpiano, 17,1. Caelavit, cinceló, grabó [ante el nombre del artista]. Caesar ad Rubiconem, César ante el Rubicón; el peligro está en la puerta, es inminente. Cf. Álea iacta est. Caétera..., v. cétera... Cálamo currente, al correr de la pluma; a vuela pluma. Campus [Universitárius], Campo Universitario; espacio que comprende los edificios y el entorno de una universidad. Canes qui plúrimum latrant, perraro mordent, perros que ladran mucho, muy raramente muerden. Cápitis deminútio, disminución de la capacidad cívica o jurídica. Gayo, 2, 159-163; Digesto, 4,5. Caput atque fundamentum intellígitur totius testamenti heredis institútio, la institución de heredero se considera el principio y fundamento de todo testamento. Instit. Justin., 2,20,34. Caput Nili quaérere, buscar las fuentes del Nilo; buscar lo imposible. Cáritas bene ordinata íncipit a se ipso, la caridad bien ordenada comienza por uno mismo. Proverbio medieval. Cármina Burana, canciones de Beuren; versos buranos, cantados por los goliardos en los siglos XII y XIII. Carnes tollendas, las carnes deben suprimirse. 37 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Carpe diem
Carpe diem, disfruta del [día] presente; invitación a tomar lo bueno que ofrece cada momento, sin pensar en lo que puede deparar el futuro. Horacio, Odas, I, 11,8. Castigat ridendo mores, riendo, corrige las costumbres. Casum sentit débitor, el caso fortuito grava al deudor. Casum sentit dóminus, el caso fortuito grava al propietario. Casus belli, motivo de guerra. Casus consciéntiae, caso de conciencia. Casus foéderis, caso de alianza. Casus fortuiti a némine praestantur, los casos fortuitos no pueden imputarse a nadie. Digesto, 50,17,23. Casus fortuitus in nullo contractu praestatur, el caso fortuito en ningún contrato figura. Casus omissus, caso omitido [circunstancia no prevista en una ley o tratado]. Causa cessante, cessat effectus, al cesar la causa, cesa el efecto. Principio filosófico y de derecho. Causa debendi, causa de deuda [origen o fundamento de la obligación]. Expresión jurídica. Causa mortis, por causa de muerte. Expresión jurídica. Causa perit iusta, si déxtera non sit onusta, una causa justa se pierde, si la diestra no está cargada [de dinero]. Adagio medieval. Causa petendi, causa de pedir [hecho que constituye el fundamento jurídico de una acción judicial]. Expresión jurídica. Causa sine qua non, causa sin la cual no [condición previa de un efecto, pero que no actúa en su desarrollo]. Causa traditionis, causa de transmisión. Expresión jurídica. Causa turpis, causa torpe, deshonrosa. Expresión jurídica. Cave canem, cuidado con el perro. Cave ne cadas, procura no caer. Cáveant cónsules, que los cónsules procuren... Cavendum est ne maior poena quam culpa sit, hay que procurar que el castigo no sea superior a la culpa. Cicerón, De Offic., I, 25,89. Cedant arma tógae, que las armas cedan [el paso] a la toga. Cicerón, De Offic., I, 22,82. Cedunt mores rebus secundis, las costumbres cambian con la prosperidad. 38 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Celsae graviore casu decidunt turres
Celsae graviore casu decidunt turres, las torres altas caen con caída más grave. Cessante causa, cessat effectus, al cesar la causa, cesa el efecto. Principio filosófico y de derecho. Cessante ratione legis, cessat eius disposítio, al cesar la razón de ser de la ley, cesa su aplicación. Principio jurídico. Cétera desunt, el resto falta [= desiderantur]. Chartae standum est, se ha de estar al documento escrito. Aforismo jurídico. Cítius, áltius, fórtius, más rápido, más alto, más fuerte; lema deportivo y título de una revista de deportes [lema de los Juegos Olímpicos]. Cívitas non mutatur, sed amíttitur, el derecho de ciudadanía no se muda, sino que se pierde. Claudus eget báculo, caecus duce, pauper amigo, el cojo necesita un bastón, el ciego un lazarillo, el pobre un amigo. Aforismo medieval. Cly´ peum post vúlnera súmere, empuñar el escudo después de recibir las heridas. Coactus volui, he querido por coacción. Cogitationis poenam nemo pátitur, nadie puede sufrir un castigo por su pensamiento. Digesto, 48,19,18. Cógito ergo sum, pienso, luego existo [Descartes]. Cognátio, cognación; parentesco de sangre; consanguinidad. Cognítio, cognición; actividad del magistrado durante la instrucción del proceso, en que debe examinar los presupuestos de admisión de la acción. Cóitus interruptus, copulación interrumpida. Collátio, aportación de bienes del heredero forzoso en la partición de herencia. Digesto, 50,4,14,2; 50,5,11. Collátio dotis, colación de la dote. Digesto, 37,7,1. Collátio emancipati, colación del emancipado; el hijo emancipado debía aportar los bienes adquiridos, una vez emancipado, para no perjudicar a los hijos que hubieran quedado sujetos a la potestad paterna, que no adquirían nada para sí. Digesto, 37,6,1pr. Color insániae, apariencia de locura [aducido para impugnar un testamento]. Colubra restem non parit, una culebra no pare una cuerda. Satiricón, 45,9. Cómminus et éminus, de cerca y de lejos. Commodatum, comodato; préstamo de uso, consistente en la entrega gratuita de una cosa no-consumible, para que el comodatario la use temporalmente y la devuelva al comodante. Gayo, 4,47; Digesto, 13,6,1,1. 39 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Cómmodo et incómmodo
Cómmodo et incómmodo, según las ventajas y los inconvenientes. Cómmodum eius esse debet cuius perículum est, el beneficio debe ser de aquél que corre el riesgo. Commune perículum concórdiam parat, el peligro común procura la concordia. Communes ómnium sunt heredum res hereditáriae, los bienes de la herencia son de todos los herederos. Digesto, 47,19,4. Communi consensu, de común acuerdo. Communio, comunidad de bienes, copropiedad; condominio; concurrencia de varios propietarios sobre la misma cosa. Commúnio pro indiviso, comunidad indivisible. Communis error facit ius, un error generalizado hace derecho. Communis opínio habet vim consuetúdinis, la opinión dominante tiene fuerza de costumbre. Conceptus iam pro nato habetur, el hijo concebido se tiene ya por nacido. Paulo. Digesto, 1,5,7. Concórdia cívium murus úrbium, la concordia de los ciudadanos es la muralla de las ciudades. Concórdia parvae res crescunt; discórdia máximae dilabuntur, con la concordia crecen los estados pequeños; con la discordia se deshacen los más grandes. Salustio, Yugurta, 10,6. Condício sine qua non, condición sin la cual no... Confer, compárese; compara; consulta [se usa también la abreviatura cf. o cfr., para remitir, en un libro o escrito, a determinada página o pasaje]. Conféssio est regina probationum, la confesión [del culpable] es la reina de las pruebas. Principio jurídico. Confessus pro iudicato habetur, al confeso se le tiene por juzgado. Digesto, 42,2,1. Connúbium est uxoris iure ducendae facultas, matrimonio es la facultad de tomar esposa conforme a derecho. Ulpiano. Consciéntia fraudis, conciencia de fraude. Expresión jurídica. Consciéntia scéleris, conciencia de crimen. Expresión jurídica. Consensus facit legem, el consenso crea la ley. Consensus facit nuptias, el consentimiento hace las nupcias. Digesto, 50,17,30. Consensus ómnium, el consentimiento universal; el acuerdo de todos. 40 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi
Constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi, constante y perpetua voluntad de atribuir a cada uno lo suyo [definición de la justicia]. Ulpiano. Consuetúdinis magna vis est, grande es la fuerza de la costumbre. Cicerón, Tuscul, 2,17,40. Consuetudo est áltera lex, la costumbre es una segunda ley. Consuetudo est óptima legum interpres, la costumbre es el mejor intérprete de las leyes. Aforismo jurídico. Consuetudo ius est móribus constitutus, el uso es un derecho basado en las costumbres. Principio jurídico. Consuetudo potest quidquid potest praescríptio, la costumbre puede cuanto puede la prescripción. Principio jurídico. Consuetudo pro lege servatur, la costumbre se observa como ley. Principio jurídico. Consuetudo ultra territórium non disponit, la costumbre no rige fuera de su territorio. Principio jurídico. Consuetudo vincit legem, la costumbre vence a la ley. Principio jurídico. Consummatum est, todo se ha acabado [últimas palabras de Cristo]. S. Juan, 19,30. Contemptus mundi, desprecio del mundo. Gerson o T. de Kempis. Contra iuris civilis régulas pacta conventa, rata non habentur, los pactos convenidos en contra de las reglas del derecho civil no se consideran válidos. Gayo. Principio jurídico. Contra legem facit qui id facit quod lex próhibet, obra contra la ley quien hace lo que la ley prohibe. Principio jurídico. Contra naturam, contra la naturaleza [vicio]. Contra vim non valet ius, contra la violencia de nada sirve el derecho. Contractus vis omnis in conclusione consistit, toda la fuerza de un contrato reside en su conclusión. Contraria contráriis curantur, los contrarios se curan mediante los contrarios. Fundamento de la medicina alopática. Copia dicendi, capacidad de hablar; elocuencia. Coram epíscopo, en presencia del obispo [referido a ceremonias litúrgicas]. Coram me, en mi presencia. Coram non iúdice, en presencia de alguien que no es juez. Coram pópulo, en presencia del pueblo; en público. 41 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Coram vobis
Coram vobis, ante vosotros. Cornu-copia, cuerno de la abundancia. Córpore insepulto, con el cuerpo sin sepultar [misa o funeral que se celebra antes del entierro]. Corpus, colección de textos de un mismo carácter, esp. la formada como base de un estudio; conjunto o colección de cosas de un mismo carácter. Corpus alienum, cuerpo extraño; materia extraña al objeto del litigio. Expresión jurídica. Corpus Christi, fiesta en que se conmemora la institución de la Eucaristía. Corpus delicti, cuerpo del delito. Corpus inscriptionum [Graecarum vel Latinarum], colección de inscripciones [griegas o latinas]. Siglas: C.I.L.; C.I.G. Corpus Iuris Civilis, Cuerpo de Derecho Civil; Código Civil. Corrigenda, cosas que hay que corregir; suele ir precedido de addenda, cosas que hay que añadir. Cras credo, hódie nihil, hoy no se fía, mañana sí. Varrón. Crassa Minerva, de Minerva crasa [de torpe entendimiento]. Credenda est scriptura, hay que dar crédito a lo que está escrito. Créditor posterior in prioris creditoris locum succedit, el nuevo acreedor ocupa el lugar del primero. Digesto, 20,4,12,9. Credo quia absurdum, lo creo porque es absurdo. Credo ut intélligam, creo para comprender [la esencia divina; lema de San Anselmo]. Crimen laesae maiestatis, crimen de lesa majestad; abuso de poder y traición a la soberanía del pueblo. Crímina morte extinguntur, los crímenes se extinguen con la muerte. Critérium, prueba reservada a determinadas categorías. Cuasi, casi. Cucúllus non facit mónachum, la cogulla no hace al monje. Cui bono?, ¿a quién beneficia? Cuestión acerca de la autoría de un delito. Cicerón, Mil, 12,32 y R. Amer., 30,84. Cui licet quod est plus, licet útique quod est minus, al que es lícito lo más, le es lícito lo menos. Principio jurídico. Digesto, 50,17,21. Cui prodest?, ¿a quién beneficia? Cui prodest scelus, is fecit, a quien beneficia el delito, ése es el autor. Séneca, Medea, 500-501. 42 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Cuique suum tribúere
Cuique suum tribúere, dar a cada uno lo suyo. Tácito. Cuius est dare, eius est dispónere, a quien corresponde dar, corresponde el disponer. Principio jurídico. Cuius régio, eius et relígio, de quien es la región, es la religión. Cuiusvis hóminis est errare, es propio de cualquier hombre el equivocarse. Cicerón, Filípicas, 12,2,5. Culpa caret qui scit, sed prohibere non potest, carece de culpa el que sabe una cosa pero no puede imperdirla. Digesto, 50,17,50. Culpa est immíscere se rei ad se non pertinenti, culpa es inmiscuirse en un asunto que no le concierne. Culpa lata dolo aequiparatur, la culpa grave es equiparable al dolo. Digesto, 11,6,1,1; 16,3,32. Culpam maiorem pósteri luunt, la culpa de los antepasados la pagan los descendientes. Cum díxeris quod vis, audies quod non vis, cuando hayas dicho lo que quieres, oirás lo que no quieres oír. Cum grano salis, con un grano de sal [= con un poco de gracia]. Plinio el Viejo, Nat. Hist., 33,149. Cum laude, con alabanza; con elogio. Sigue a la calificación de «sobresaliente» en un grado académico para expresar excelencia y opción a premio extraordinario. Cum quibus,-con los cuales; recursos, dinero. Cum quid prohibetur, prohibentur omnia quae sequuntur ex illo, cuando se prohibe algo, se prohibe todo lo que es su consecuencia. Principio jurídico. Cum quid una via prohibetur álicui, ad id alia non debet admitti, cuando a alguien se le prohibe algo por una vía, no se debe dar acceso a ello por otra vía. Cum sint pártium iura obscura, reo favendum est pótius quam actori, cuando los derechos de las partes sean dudosos, hay que favorecer al demandado más que al demandante. Principio jurídico. Cunábula iuris, primeros fundamentos del derecho. Cura, curatela; administración del patrimonio de un incapaz: furiosi, de un loco; minorum, de un menor; pródigi, de un pródigo; ventris, de un concebido y aún no nacido; absentis, de un ausente... Cura ut valeas, procura mantenerte sano [fórmula de saludo o de despedida en las cartas]. 43 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Currículum vitae
Currículum vitae, carrera de la vida; relación o serie de datos personales, formación, actividades profesionales y méritos de una persona. Cursus honorum, carrera de honores o cargos públicos; cargos públicos desempeñados por una persona sucesivamente hasta alcanzar un cargo político importante.
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D Da mihi factum et dabo tibi ius, dame el hecho y te daré el derecho. Adagio jurídico. Da ubi consistam, et terram caelumque movebo, dame un punto de apoyo y moveré el mundo [frase atribuida a Arquímedes]. Literalmente: «Dame en donde me apoye y moveré la tierra y el cielo». Damnatio memóriae, condena del recuerdo. Damnosa heréditas, herencia ruinosa [= que implica más cargas que ventajas]. Expresión jurídica. Damnum emergens, daño emergente. Damnum infectum, daño temido, posible. Damnum iniúria datum, daño injustamente causado. Digesto, 9,2. Damnum non facit qui iure suo útitur, quien usa de su derecho no hace daño a nadie. Máxima de derecho romano. Dare in solutum est véndere, dar en pago es vender. Cód. Justin., 8,44,4. Dat veniam corvis, vexat censura columbas, la censura perdona a los cuervos y condena a las palomas. Juvenal, 2,63. Data venia, concedida la venia [para hablar]. De auditu, de oídas; por haberlo oído decir. De cápite usque ad calcem, de la cabeza al talón; ...a los pies; del principio al fin. De cómmodo et incómodo, de la ventaja y del inconveniente. De cuius, abreviación de is de cuius bonis ágitur, aquel de cuyos bienes se trata; causante de la herencia. 45 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
De duobus malis, mínimum est semper eligendum
De duobus malis, mínimum est semper eligendum, de dos males, hay que elegir siempre el menor. Kempis, De Imit. Christi, 3,12,6. De facto, de hecho; se opone a de iure, de derecho. De fide, [dogma] de fe. De gústibus et colóribus non est disputandum, de gustos y colores no hay que discutir. Locución escolástica medieval. De incógnito, de manera desconocida; sin notoriedad. De indústria, deliberadamente. De internis non iúdicat praetor, el pretor no juzga de las disposiciones internas. De iure, de derecho; se opone a de facto, de hecho. De iure condendo, de derecho que se ha de crear. De iure cóndito, de derecho vigente. De iure constituendo, del derecho a establecer. De iure iúdices, de facto iúdicant iuratores, los jueces juzgan del derecho; los jurados, del hecho. Principio jurídico. De lege ferenda, acerca de la ley que se ha de promulgar. De levi, de error leve o poco notorio [en los juicios de la Inquisición, con el verbo abjurar]. De méritis, sobre los méritos. De mínimis lex non curat, la ley no se ocupa de asuntos sin importancia. Principio jurídico. De mínimis non curat praetor, el pretor no se ocupa de asuntos sin importancia. De more, de la costumbre. De novo, de nuevo; otra vez; partiendo de cero. De omni re scibili, acerca de todo lo que se puede saber. De plano, fácilmente; sin dificultad. Digesto, 37,1,3,8; 38,15,2,1. De profundis [clamavi ad te, Dómine], desde lo profundo [clamé a ti, Señor]; salmo penitencial. Psalm., 129,1. De Propaganda Fide, Sobre la Propagación de la Fe. Congregación fundada en 1628 por el Papa Gregorio XV, para fomentar las misiones extranjeras. De scientia, acerca del conocimiento. De vehementi, de delito grave. De verbo ad verbum, palabra por palabra; al pie de la letra. 46 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
De veritate
De veritate, acerca de la verdad. De visu, de vista; por haberlo visto. Debet esse títulum secundum ius, el título debe ser ajustado a derecho. Débita sequuntur personam debitoris, las deudas siguen al deudor. Débitor intelligatur is a quo invito exigi pecunia potest, entiéndase por deudor aquel de quien, en contra de su voluntad, se puede exigir dinero. Digesto, 50,16,108. Débitor non liberatur nisi débitum tuto in loco deposúerit, el deudor no se libra de la deuda si no la deposita en lugar seguro. Principio jurídico. Débitor rei certae intéritu rei liberatur, el deudor de una cosa cierta se libera de la deuda por su pérdida. Principio jurídico. Decatlón, Decathlon, conjunto de diez ejercicios olímpicos. Decessit sine prole, murió sin descendencia. Frencuente en libros de genealogía [d.s.p.]. Déficit, falta; cantidad que falta. Dei gratia, por la gracia de Dios. Dele; deleatur, borra tú; bórrese. Delegatus delegare non potest, el delegado no puede delegar. Delenda est, ha de ser destruida; hay que destruir. Delicta parentum líberis non nocent, los delitos de los padres no se imputan a los hijos. Cód. Justin., 6,7,2pr. Delictum iteratum grávius est, un delito repetido es más grave. Cód. Justin., 1,4,3,4. Delínquitur aut propósito aut ímpetu aut casu, se comete un delito premeditadamente, o por un impulso pasional o por un descuido. Digesto, 48,19,11,2. Delírium tremens, delirio acompañado de temblor, ansiedad y alucinaciones, propio de los alcohólicos y de algunos toxicómanos. Término acuñado el año 1813, por el Dr. Sitton. Deo duce, cómite Fortuna, con Dios como guía y la Fortuna por compañera. Deo favente o iuvante, con la ayuda de Dios. Deo grátias, gracias [sean dadas] a Dios. Deo volente, Dios mediante; si Dios quiere. Depósitum habet executionem paratam, el depósito tiene siempre preparada la devolución [= puede reclamarse en todo momento]. 47 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Desiderátum
Desiderátum, pl. desideráta, lo deseado; las cosas deseadas; aspiración; ideal. Desunt nonnulla, faltan algunas [frases o líneas]. Detérior surdus eo nullus qui renuit audire, no hay peor sordo que el que no quiere oír. Deus ex máchina, un dios que desciende por medio de una máquina [en un teatro]. Suponía el desenlace feliz de una situación difícil. Deus laudetur, alabado sea Dios. Deus providebit, Dios proveerá. Dicat testator et erit lex, que lo diga el testador y será ley. Digesto, 35,1,19. Dicta est iniuria quod fit non iure, se llama injuria lo que se hace contra derecho. Principio jurídico. Dictum uníus, dictum nullíus, lo dicho por uno solo, es como dicho por nadie. Principio jurídico. Dies a quo, día a partir del cual. Dies domínicus non est iurídicus, el domingo no se tiene en cuenta para asuntos judiciales. Principio jurídico. Dies irae, día de la ira [= el del juicio final]. Diffíciles nugae, pequeñeces laboriosas [alude al tiempo perdido en tonterías]. Difficultas non vítiat actum, la dificultad no vicia el acto [= la dificultad de realizar el acto no lo invalida]. Digesto, 30,39,7. Diligenter fines mandati custodiendi sunt, los límites del mandato deber ser observados diligentemente. Digesto, 17,1,5,1. Dimídium facti qui coepit habet, quien comienza ya tiene hecha la mitad de la obra. Horacio, Epist., I, 2,40. Dis Mánibus sacrum, consagrado a los dioses Manes [D.M.S.; en inscripciones funerarias]. Dissensus, forma de extinguir una obligación por un acto voluntario; se opone a consensus. Digesto, 17,2,65,3; ... Dissólvitur lex cum fit iudex miséricors, se destruye la ley cuando el juez resulta compasivo. P. Syro. Distinctio iuris, diferencia o matiz en una cuestión de derecho; regla de interpretación en un caso concreto. Digesto, 12,1,11, pr; ... Dives est qui sibi nihil deesse putat, es rico quien piensa que nada le falta. Dives est, qui vivit sua sorte contentus, es rico el que vive contento con su suerte. 48 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Dívide et ímpera
Dívide et ímpera, divide y manda. Maquiavelo. Dívide ut regnes, divide y reinarás [= y vencerás]. Maquiavelo. Divinarum atque humanarum rerum notitia, iusti atque iniusti scientia, el conocimiento de las cosas divinas y humanas; ciencia de lo justo y lo injusto [definición de la Jurisprudencia, según Ulpiano]. Dixi, he dicho. Do, dico, addico, concedo [el juicio], indico [la ley], asigno [el juez]; palabras del pretor romano antes de comenzar el juicio, tras haber escuchado a los litigantes. Do ut des, doy para que dés. Digesto, 19,5,5pr. Do ut fácias, doy para que hagas. Digesto, 19,5,5pr. Docendo díscimus, enseñando aprendemos [= se aprende]. Docto hómini vívere est cogitare, para el hombre instruido, vivir es pensar [cf. cogito ergo sum, pienso, luego existo]. Cicerón, Tuscul, 5,38,111. Doctus cum libro, sabio libresco. Dolo agit qui petit quod redditurus est, obra con dolo el que reclama lo que tiene que devolver. Digesto, 50,17,173,3. Dolum auctoris bónae fídei emptoris non nocere certi iuris est, es cierto en derecho que la buena fe del comprador no puede ser perjudicada por la mala fe del vendedor. Principio jurídico. Dolum ex indiciis perspícuis probari convenit, conviene que el dolo sea probado por indicios evidentes. Cód. Justin., 2,21,6. Dolum facit qui ex aliena iactura lucrum quaerit, actúa con dolo quien busca provecho de la pérdida ajena. Digesto, 14,3,17,4. Dolus est vel obscure loqui, vel obscure dissimulare, hay dolo cuando se habla con oscuridad y se disimula. Principio jurídico. Dolus semper praestatur, el dolo siempre obliga. Dómine, non sum dignus, Señor, no soy digno. S. Mat., 8,8. Dómine, quo vadis?, Señor, ¿adónde vas? Domínica potestas, poder del dueño [sobre las cosas de su propiedad]. Dóminus habetur qui póssidet donec probatur contrárium, se tiene por dueño al poseedor, mientras no se demuestre lo contrario. Principio jurídico. Dóminus vobiscum, el Señor [sea] con vosotros. Domo in fabrili culter est hic lígneus, en casa del herrero, cuchillo de palo. Domus sua cuique est tutíssimum refúgium, la casa propia es para cualquiera un refugio muy seguro. Digesto, 2,4,18. 49 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Dona clandestina sunt semper suspiciosa
Dona clandestina sunt semper suspiciosa, las donaciones clandestinas son siempre sospechosas. Cód. Justin., 4,35,23. Donati nec oportet equi cognóscere dentes, al caballo regalado no le mires los dientes. Donatio mortis causa, donación hecha en previsión de la muerte [sólo es eficaz si el donatario sobrevive al donante]. Digesto, 39,6,2. Donatio omnium bonorum praesentium et futurorum non valet, la donación de todos los bienes presentes y futuros no es válida. Digesto, 45,1,61. Donec contrárium probetur, mientras no se demuestre lo contrario; hasta que se pruebe... Donec eris felix multos numerabis amicos, mientras seas rico, contarás con muchos amigos. Ovidio, Tristes, I, 9,5. Dormit aliquando ius, móritur numquam, la justicia duerme a veces, pero nunca muere. Dormiunt aliquando leges numquam moriuntur, las leyes duermen a veces, pero nunca mueren. Proverbio jurídico. Dos adventícia, dote constituida por un pariente de la mujer o por un tercero cualquiera. Ulpiano, Epit. 6,3. Dos, dotis, donación hecha al marido, para contribuir a los gastos del matrimonio. Digesto, 17,2,65,16; ... Gayo, 4,62. Dos profectícia, dote constituida por el padre de la mujer alieni iuris. Digesto, 23,3,5pr. Dos receptícia, dote cuya devolución se ha estipulado mediante una promesa. Drámatis personae, personajes de una obra teatral. Dubia in meliorem partem interpretari debent, las cláusulas dudosas deben interpretarse en su mejor sentido. Ducunt volentem fata, nolentem trahunt, los hados guían al que quiere, al que no quiere lo arrastran [lema estoico adoptado por Spengler]. Séneca, Epist., 107,11. Dum Romae consúlitur, Saguntum expugnatur, mientras en Roma se delibera, Sagunto es asaltada [es decir, la discusión es inútil ante un peligro urgente]. T. Livio, 21,7,1. Duobus litigántibus tértius gaudet, cuando litigan dos, disfruta un tercero. Duorum vel plúrium in sólidum domínium esse non potest, la propiedad no puede pertenecer solidariamente a dos o más personas. Digesto, 13,6,5,15. Dura lex, sed lex, la ley es dura, pero es la ley. Digesto, 40,9,12,1. 50 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
E E contrario, a partir de lo contrario; por el argumento contrario. E ténui casa saepe vir magnus exit, de una humilde choza sale a menudo un gran hombre. Ecce homo, he aquí el hombre. S. Juan, 19,5. Eccum lupus in sermone, he aquí el lobo cuando de él se habla. Édidit, editó. Edítio princeps, primera edición. Ego, yo; ego cógitans, yo pensante; ego agens, yo que obro. Ego primam tollo, quia nóminor leo, yo cojo la primera, porque me llamo león [cf. contrato leonino; se emplea para indicar que el poderoso suele abusar del más débil, quedándose con lo que es suyo y con lo de los demás; alude a la fábula de Fedro]. Fedro, 1,5,7. Ego sum resurréctio et vita, yo soy la resurrección y la vida [respuesta de Jesús a Marta, en la resurrección de Lázaro]. S. Juan, 11,25. Ego sum via et véritas et vita, yo soy el camino, la verdad y la vida [Vulgatas, Juan, 14,6]; palabras de Cristo. Ego te absolvo a peccatis tuis, yo te absuelvo de tus pecados [palabras del sacerdote confesor, al absolver al penitente]. Ei incumbit probátio qui dicit, non qui negat, la prueba incumbe al que afirma, no al que niega. Digesto, 22,3,2. Eius est interpretari legem cuius est cóndere, la interpretación de la ley corresponde a quien la dicta. Cód. Justin., 1,14,12. 51 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Eius nulla culpa est, cui parere necesse sit
Eius nulla culpa est, cui parere necesse sit, no tiene culpa alguna quien se ve obligado a obedecer por necesidad. Proverbio jurídico. Digesto, 50,17,160pr. Eius sunt mobilia, cuius est domus, los muebles pertenecen al dueño de la casa. Principio jurídico. Eiusdem farinae, de la misma harina. Electa una via non datur recursus ad álteram, una vez elegida una vía no está permitido recurrir a otra. Eméritus, retirado, jubilado [esp. referido a un profesor universitario]. Émptio consensu perágitur, la compra se perfecciona por el consentimiento. Digesto, 18,1,1,2. Émptio tollit locatum, la compra suprime el arrendamiento. Digesto, 19,2,25,1. Émptio venditio, compraventa. Digesto, 18,1; 19,1. Emunctae naris, de fino olfato [persona]. Horacio, Sát., I, 4,8. Eo ipso, por él mismo; por sí mismo; en sí; por ello mismo. Équus Troianus, el caballo de Troya; regalo que encierra traición. Erga omnes, frente a todos; absolutamente. Ergo, por tanto; en consecuencia [introduce la conclusión de un silogismo]. Errare humanum est, el errar es cosa humana. Errata, errores, equivocaciones; equivocación tipográfica cometida en un escrito. Error communis facit ius, el error generalizado hace derecho. Paulo. Digesto, 33,10,3,5. Error facti, error de hecho. Digesto, 22,6,8. Error facti némini nocet, el error de hecho no perjudica a nadie. Cód. Justin., 6,50,9. Error in córpore [vel obiecto], error en el objeto, consistente en tomar por objeto del negocio uno distinto del que era realmente. Digesto, 18,1,9,2. Error in nómine, error en el nombre [de aquel con quien se concluía un negocio]. Digesto, 18,1,9,1. Error in persona, error relativo a la identidad de la persona. Digesto, 35,1,17,1. Error in substantia, error en la cualidad del objeto que interviene. Digesto, 18,1,9,2. Error iuris, error de derecho. 52 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Errores in iudicando, in procedendo
Errores in iudicando, in procedendo, errores de enjuiciamiento, de procedimiento. Esse debet actoris distincta persona et rei ut detur actio, para que haya acción deben ser personas distintas el demandante y el demandado. Principio de derecho. Esse oportet ut vivas, non vívere ut edas, conviene comer para vivir, no vivir para comer. Retórica ad Herennium, 4,28,39. Est dolor iniustus rerum aestimator, el dolor es un injusto apreciador de las cosas. Séneca. Est enim lex nihil áliud nisi recta... rátio, ímperans honesta, prohíbens contrária, la ley no es sino la recta razón que manda lo honesto y prohibe lo contrario. Cicerón, Filip., 11,12,28. Est modus in rebus, hay una medida en todas las cosas. Horacio, Sát., 1,1,106-7. Est pater ille quem iústae núptiae demonstrant, el padre es aquel a quien designa como tal un matrimonio regular. Principio jurídico. Est próprium stultítiae aliorum vitia cérnere, oblivisci suorum, es propio de la necedad el ver los vicios de los demás y el olvidarse de los suyos. Cicerón, Tusc., 3,30. Est quaedam virtútibus ac vítiis vicínitas, hay cierta afinidad entre las virtudes y los vicios. Est res dulcis honor, sed magnum pondus honoris, el honor es dulce, pero su carga es muy pesada. Aforismo medieval. Et ália, y otras cosas. Et álibi, y en otro lugar. Et cétera, y las demás cosas; y lo demás. Et in terra pax homínibus bonae voluntatis, y en la tierra paz a los hombres, objeto del amor [de Dios]. S. Lucas, 2,14. Et prius quam íncipias consulto, et ubi consulúeris, mature facto opus est, y antes de empezar, es preciso reflexionar y, cuando se ha reflexionado, hay que actuar con rapidez. Salustio, Cat., I, 6. Et reliqua, y lo restante. Étiam capillus unus habet umbram suam, incluso un solo cabello tiene su propia sombra. P. Syro. Étiam sine lege, poena est consciéntia, incluso sin el castigo de la ley, la conciencia lo es. P. Syro. Étiam tácite consensu conveníre videtur, también parece que se contrata tácitamente. Digesto, 2,14,2pr. Ex abrupto, arrebatadamente; bruscamente; de improviso. 53 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ex abundántia cordis os lóquitur
Ex abundántia cordis os lóquitur, la boca habla según la abundancia del corazón. S. Mateo, 12,34; S. Lucas, 6,45. Ex abuso non est argumentum ad desuetúdinem, del abuso no se extrae un argumento para el desuso. Ex aéquo, con igual mérito [para un mismo puesto]. Ex aéquo et bono, con igual mérito y bien [derecho del tribunal a decidir según su leal saber y entender]. Ex auctoritate legis, por fuerza de ley. Ex cáthedra, desde la cátedra; en tono doctoral, autoritario; desde la cátedra de San Pedro, como maestro supremo de la Iglesia [referido al modo infalible de hablar el Papa sobre temas de fe o de costumbres]. Ex cómmodo, con comodidad. Ex compósito, según lo convenido. Ex consensu, con el consentimiento general. Ex corde, de corazón. Ex definitione, por definición. Ex delicto, como resultado de un delito. Ex desuetúdine amittuntur privilégia, los privilegios se pierden por desuso. Ex dolo malo non óritur actio, del dolo malo no nace una acción legal. Ex dono, procedente de un regalo. Ex facto óritur ius, el derecho nace del hecho. Ex falso séquitur quódlibet, de una cosa falsa se deduce cualquier cosa. Ex frúctibus eorum cognoscetis eos, por sus frutos los conoceréis. S. Mat., 7,16. Ex fructu cognóscitur arbor, por su fruto se conoce el árbol. S. Mateo, 7,1920 y 12,33. Ex imo corde, de lo más profundo del corazón. Ex iniúria ius non óritur, el derecho no nace de la injuria. Ex iure, según el derecho. Ex lege, según la ley. Ex libris, de entre los libros [marca que indica quién es el dueño de un libro]. Ex malefício non óritur contractus, de una maldad no se origina un contrato. Ex malis elígere mínima, de los males, elegir los menores. Cicerón, De offic., 3,1,13. Ex mínima magnus scintilla náscitur ignis, de una chispa muy pequeña nace un gran incencio. Ex necessitate, por necesidad; sin que exista alternativa. 54 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ex níhilo
Ex níhilo, de la nada. Ex níhilo nihil, de la nada no proviene nada. Persio, 3,84 [lo tomó de Lucrecio, 1,155]. Ex novo, de nuevo; de la nada; de nueva planta. Ex nunc, desde ahora; de ahora en adelante; sin efectos retroactivos. Ex officina, del taller [tipográfico del que procede el libro]. Ex offício, por el cargo que tiene; por derecho de posición u oficio. Ex post facto, después de lo hecho [de un hecho posterior se deduce la certeza de otro hecho anterior; retroactivo]. Ex professo, lit. de acuerdo con su propia declaración; de intento, adrede. Ex S.C. = ex Senatus Consulto, según un decreto del Senado. Ex siléntio [argumentum], argumento basado en el silencio. Ex síngulis causis síngula poenae irrogantur, de cada una de las causas, se imponen cada una de las penas. Digesto, 48,16,15,1. Ex témpore, fuera del tiempo. Ex testamento, según el testamento; como consta en el testamento. Ex toto corde, de todo corazón. Ex tunc, desde entonces. Ex turpi causa non óritur áctio, de una causa inmoral no nace acción. Cód. Justin., 4,7,5. Ex usu, según el uso. Ex vi, por fuerza; por efecto. Ex vi legis, por la fuerza de la ley. Ex voluntate debitoris nulla obligatio consístere potest, de la voluntad del deudor no puede surgir obligación alguna. Digesto, 45,1,108,1. Ex voto, procedente de un voto; el exvoto es un objeto ofrecido a una imagen sagrada en reconocimiento de un beneficio recibido, especialmente una curación, y suele consistir en una figurilla que representa el ser o miembro curado. Excelsior, más alto cada vez. Lema del estado de Nueva York. Exceptio probat [firmat] régulam, la excepción confirma la regla. Principio jurídico. Excerpta, colección; recopilación o resumen de los principales trabajos de un autor. Excitare fluctus in símpulo, provocar una tempestad en un vaso de agua. Cicerón, De légibus, 3,16. 55 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Exclusa censentur ómnia quae lex enumerando non inclusit
Exclusa censentur ómnia quae lex enumerando non inclusit, se debe considerar como excluido todo lo que la ley, al enumerar, no ha incluido. Principio jurídico. Excursus, digresión que explica algún punto concreto. Excusátio, excusa justificada; rehusación de cumplir un deber alegando una causa grave que la justifique. Digesto, 50,5,13pr. y 1. Excusátio non petita, accusátio manifesta, una excusa no pedida es una acusación clara. Expresión jurídica. Éxeant omnes, salgan todos [los que no pertenezcan a alguna comunidad]. Exempla docent, non iubent, los ejemplos enseñan, no mandan. Exempli gratia, por ejemplo. Exemplo detérriti delínquunt minus, atemorizados por el escarmiento delinquen menos. Éxeunt, salen [anotación en el texto de las obras de teatro, para indicar que los personajes que acaban de actuar abandonan el escenario]. Exheredátio, desheredación; si era injustificada podía conducir a la impugnación del testamento. Digesto, 32,90; 28,3,3,5; Gayo, 2,1,27. Éxitus, muerte. Experientia est ómnium rerum magistra, la experiencia es maestra de todas las cosas. Éxplicit, conjunto de las últimas palabras de un escrito o impreso antiguo; [aquí] acaba; fin. Expressa nocent, non expressa non nocent, lo expresado perjudica; lo que no se expresa no. Modestino; Digesto, 50,17,195; 35,1,52. Regla jurídica romana. Expréssio unius exlúsio altérius, la designación expresa de una cosa excluye la otra. Principio jurídico. Expressis verbis, con palabras expresas; de manera concreta. Exsequatur, cúmplase; ejecútese. Exstínguitur crimen mortalitate, con la muerte se extingue el delito. Digesto, 48,4,11. Exstínguitur obligátio, si in eum casum incíderit a quo incíperi non potest, la obligación se extingue, si acaece que no hubiera podido nacer. Digesto, 45,1,140,2. Extrema se tangunt, los extremos se tocan. Extremis malis, extrema remédia, a grandes males, grandes remedios.
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F Fac sapias et liber eris, haz por saber y serás libre. Fac símile o facsímile, haz igual; facsímil; reproducción exacta de algo; haz [algo] semejante. Facientes et consentientes pari poena plectuntur, los autores [del delito] y los cómplices son castigados con la misma pena. Fácile mutari non debet quod per longa saécula custoditur, no se debe cambiar fácilmente lo que ha estado observándose durante largos siglos. Digesto, 1,3,33. Fácile omnes, cum valemus, recta consília aegrotis damus, cuando estamos sanos, todos damos fácilmente buenos consejos a los enfermos. Terencio, Andria, 309. Facílius iudex quam testis reícitur, es recusado más fácilmente un juez que un testigo. Facio ut des, lo hago para que dés [contrato de trabajo remunerado en dinero]. Facio ut facias, lo hago para que lo hagas [contrato de trabajo remunerado con otro trabajo]. Facit experientia cautos, la experiencia hace cautos. Facta communia, hechos de interés general. Facta concludentia, hechos concluyentes, irrebatibles. Facta dant legem contrahéntibus, los hechos imponen la ley a los contratantes. Principio jurídico. Facta non praesumuntur, sed probantur, los hechos no se presumen, sino que se prueban. Principio jurídico. 57 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Facta, non verba
Facta, non verba, hechos, no palabras. Facta potentiora sunt verbis, los hechos valen más que las palabras. Principio jurídico. Facta pro infectis haberi non possunt, no se puede considerar por no hecho lo que se ha hecho. Digesto, 50,17,31. Factótum, que sirve para todo; que lo hace todo; persona que en un lugar desempeña toda clase de trabajos. Factum a iúdice, quod ad offícium eius non pertinet, ratum non est, lo hecho por el juez, si no pertenece a su ministerio, no es válido. Digesto, 50,17,170. Factum a maiori parte ab ómnibus factum videtur, lo hecho por la mayoría se considera hecho por todos. Principio jurídico. Factum cuique suum non adversario nocere debet, lo hecho debe perjudicar a su propio autor, no a su adversario. Digesto, 50,17,155. Factum procuratoris, factum partis, lo hecho por el procurador es hecho de la parte. Principio jurídico. Factum tutoris censetur factum pupilli, lo hecho por el tutor se juzga hecho por el pupilo. Principio jurídico. Factum unius álteri obesse non debet, lo hecho por uno no debe perjudicar a otro. Principio jurídico. Facultas docendi, facultad de enseñar [grado académico, llamado también licentia docendi y venia docendi]. Fallaces sunt rerum species, las apariencias engañan. Séneca. De beneficiis, 3,34,1. Fállitur visus, las apariencias engañan. Falsa demonstratio non nocet, una descripción falsa no perjudica. Fama volat, la fama vuela. Virgilio, Eneida, 3,121. Fames ártium magister, el hambre es maestra de las artes. Fas nefas, lícita e ilícitamente; a todo trance; por las buenas o por las malas; por una razón o por otra. Fata volentem ducunt, nolentem trahunt, los destinos al que quiere lo guían, al que no quiere lo arrastran. Fátum, hado; destino; sino. Feci, sed iure feci, lo hice, pero lo hice con derecho. Fecit, lo hizo [precede o sigue a la firma del autor]. Felicior Augusto, melior Traiano, más feliz que Augusto, mejor que Trajano [fórmula empleada en el s. IV, para felicitar al nuevo emperador]. Eutropio, 8,5,3. 58 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Felix sua sorte contentus
Felix sua sorte contentus, feliz quien se contenta con su suerte. Feriunt summos fúlmina montes, los rayos hieren las cumbres de los montes. Horacio, Odas, 2,10,11-12. Festina lente, apresúrate con calma, lentamente [cf. vísteme despacio, que tengo prisa]. Suetonio, Aug., 25,4. Fiat, hágase; cúmplase [autorización para hacer algo]. Fiat iustítia et péreat mundus, hágase justicia y que se hunda el mundo [= ...ruat caelum]. Hegel [= ne pereat]. Fiat lux, hágase la luz. Génesis, I, 3. Fiat panis, hágase el pan [divisa de la F.A.O.]. Fiat voluntas tua, hágase tu voluntad. S. Mateo, 6,10 y 26,42. Fíctio, ficción; recurso pretorio que permitía rebasar los límites del ius, dando por existente un hecho inexistente. Gayo, 4,32-38. Fíctio cessat ubi véritas locum habere potest, no hay ficción donde puede tener lugar la verdad. Fideicommissum, fideicomiso; encargo de confianza dado por el testador al heredero o a otra persona. Gayo, 2,270; Ulpiano, Epít., 24,1; 25,2; Digesto, 32,21, pr; 34,4,3,11. Fidem qui perdit, pérdere ultra nihil potest, quien pierde la fe, no puede perder ya más. P. Syro. Fides bona contraria est fraudi et dolo, la buena fe es incompatible con el fraude y el dolo. Digesto, 17,2,1 y 3,3. Fides quaerens intellectum, la fe que busca la razón; ...que busca justificación racional [San Anselmo]. Filius, ergo heres, hijo, luego heredero. Filius naturalis ventrem séquitur, el hijo natural sigue la condición de la madre. C. Justin., 11,48,21. Filius nullius, hijo de nadie; hijo ilegítimo. Finis bonus malas non iustíficat rationes, el buen fin no justifica los malos medios. Finis coronat opus, el final corona la obra [a veces se añade: si bene factum est, si está bien hecha]. Finis misériae mors est, la muerte es el final de la miseria. Fiscus ex suis contráctibus usuras non dat, el fisco en sus contratos no paga intereses. Principio jurídico. Fiunt scripturae, ut, quod actum est, per eas facílius probari possit, las escrituras se hacen para que, mediante ellas, pueda probarse con más facilidad lo que se ha hecho. 59 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Flare simul, sorbére simul, res árdua semper
Flare simul, sorbére simul, res árdua semper, soplar y sorber a la vez, siempre cosa difícil fue. Flatus vocis, soplo de la voz. Flúctuat nec mérgitur, batido por las olas, pero no se hunde [lema de la ciudad de París, cuyo emblema es un barco]. Flumen confusum reddit piscántibus usum, a río revuelto, ganancia de pescadores. Aforismo medieval. Forma legis omissa, córruit actus, si se omite la forma de la ley, el acto es nulo. Principio jurídico. Fortes fortuna adiuvat, la fortuna ayuda a los valientes. Terencio, Phorm, 203. Fortior est custodia legis quam hóminis, es más fuerte la protección de la ley que la del hombre. Fórtiter in re, suáviter in modo, con valentía en el obrar y suavidad en las formas. Fortuna caeca est, la Fortuna es ciega. Fortuna multis dat nimis, satis nulli, la fortuna a muchos les da demasiado, a ninguno bastante. Marcial, 12,10,1; Macrobio, Saturnalia, 12,10,2. Fractor vasorum prétium persolvat, el que haya roto los platos, que los pague [aforismo medieval]. Frangar, non flectar, me romperán, pero no me doblegarán. Frangit inértia vires, la ociosidad quebranta las fuerzas. Frater fratri uterino non succedit in hereditate paterna, el hermano no sucede al hermano uterino en la herencia paterna. Cód. Justin., 6,58,13,3. Fraus est accípere quod non potest réddere, es fraude aceptar lo que no se puede devolver. P. Syro. Fraus et ius numquam cohábitant, el fraude nunca convive con el derecho. Fraus numquam praesúmitur, el fraude nunca se presume. Principio jurídico. Fraus ómnia vitiatur [= corrumpit], el fraude lo vicia todo. Principio jurídico. Frúctibus eorum cognoscetis eos, por sus frutos los conoceréis. Fructus bonae fídei possessores réddere cogendi non sunt, nisi ex his locupletiores exstíterint, los poseedores de buena fe no deben ser obligados a devolver los frutos, a no ser que con ellos se hayan enriquecido. Cód. Justin., 3,31,1,1. Fructus non intelliguntur nisi deductis impensis, no se consideran frutos, sino una vez deducidos los gastos. Digesto, 5,3,36,5. 60 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Fructus pendentes pars fundi videntur
Fructus pendentes pars fundi videntur, los frutos pendientes se consideran parte del fundo. Digesto, 6,1,44. Frustra laborat, qui ómnibus placere studet, se esfuerza en vano quien quiere dar gusto a todos. Fugit irreparábile tempus, huye irreparablemente el tiempo. Virgilio, Geórg., 3,234. Fulcrum, punto de apoyo de una palanca. Fumum véndere, hacer vanas promesas; vender humo. Apuleyo, Apol., 60; Marcial, 4,5,7. Fundus, fundo; extensión de terreno [cf. minifundio y latifundio]. Digesto, 50,16,60pr. Furiosus témpore intermissi furoris testamentum fácere potest, un loco, en los intervalos de lucidez, puede hacer testamento. Paulo, Sentent, 3,41,5. Furtum, hurto; sustracción ilícita de una cosa mueble ajena contra la voluntad de su propietario. Digesto, 47,2,1pr.
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G Gaudeamus ígitur, iúvenes dum sumus, gocemos pues, mientras somos jóvenes. Himno antiguo de los estudiantes. Gaudet stultus dum laudatur, el necio goza cuando es alabado. Gáudium et spes, el gozo y la esperanza [primeras palabras de la Constitución pastoral, sobre la Iglesia y el mundo actual, del Concilio Vaticano Segundo]. Géminat peccatum, quem delicti non pudet, repite el delito quien no se avergüenza de él. P. Syro. Génetrix virtutum frugálitas, la frugalidad es madre de las virtudes. Genius loci, el Genio [espíritu tutelar] de un lugar. Gens una sumus, somos una sola familia [divisa de la Federación internacional de ajedrez]. Gloria virtutis umbra, la gloria es la sombra del valor. Gnosce te ipsum, conócete a ti mismo. Graecia capta ferum victorem cepit, Grecia cautiva, cautivó a su fiero vencedor. Horacio. Epist, II, 1,156. Graecum est, non légitur, es griego, no se lee [el griego era prácticamente desconocido en la Edad Media; se decía también: graeca sunt, non leguntur]. Gratia Dei, por la gracia de Dios. Grátias agere, dar las gracias. Gratis et amore, sin cobrar y por amor; gratis. Gratis pro Deo, gratis por amor a Dios. 63 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Grato ánimo
Grato ánimo, con animo agradecido. Gratuita est virtus, virtutis praémium ipsa virtus, la virtud es gratuita; el premio de la virtud es la propia virtud [máxima estoica]. Gratuitum esse debet commodatum, el comodato debe ser gratuito. Grave praeiudícium est, quod iudícium non habet, es grave el prejuicio, porque descarta el juicio. P. Syro. Graviore culpa grávior poena, cuanto más grave sea la culpa, más grave ha de ser la pena. Gravíssimum est impérium consuetúdinis, es muy dura la tiranía de la costumbre. P. Syro. Grosso modo, a grandes rasgos; en líneas generales o de modo aproximado. Locución tomada del bajo latín. Gula plures óccidit quam gladius, la gula ha matado a más gente que la espada. Gutta cavat lápidem, la gota horada la piedra. Ovidio, Pont., 4,10,5; Ars amandi, 1,471-74; Lucrecio, 1,311-13.
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H Hábeas Corpus, tengas el cuerpo; puedes tener tu cuerpo; ley inglesa [1679] que prohibía encarcelar a un ciudadano sin orden del juez; derecho de una persona detenida a ser llevada inmediatamente ante el juez, para que éste resuelva sobre la legalidad de su arresto. Habemus Papam [o Pontíficem], tenemos Papa; fórmula para anunciar la elección de un nuevo Papa. Hábitat, lit. habita; como sust., lugar en donde vive un animal o planta; conjunto de condiciones ambientales en las que se desarrolla la vida [de una especie animal o vegetal]. Hábitus delinquendi, propensión a delinquir. Hábitus non facit mónachum, el hábito no hace al monje. Hánnibal ad portas, Aníbal está a las puertas [de Roma]; alude a la amenaza de un peligro inminente. Cicerón, Tusc., 2,16,37; De fin., 9,22; T. Livio, 23,16. Hápax legómenon, palabra o sintagma de los que sólo se conoce un ejemplo. Herba cito crescit, quae fructum réddere nescit, la hierba que no da fruto, crece con rapidez. Aforismo medieval. Heredem eiusdem potestatis iurisque esse, cuius fuit defunctus, constat, es sabido que el heredero es de la misma potestad y derecho de que fue el difunto. Digesto, 50,17,59. Heréditas ádita non est amplius heréditas, sed patrimónium heredis, la herencia, una vez aceptada, ya no es herencia, sino patrimonio del heredero. Principio jurídico. 65 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Heréditas iacens personae defuncti vicem sústinet
Heréditas iacens personae defuncti vicem sústinet, la herencia yacente sustituye al difunto en las obligaciones de éste. Principio jurídico. Digesto, 11,7,12,6. Heréditas nihil aliud est quam succesio in universum ius quod defunctus habuit, la herencia no es más que la sucesión de todos los derechos que tenía el difunto. Principio jurídico. Heréditas non ádita non transmíttitur ab herede, la herencia no aceptada no se transmite por el heredero. Cód. Justiniano, 6,30,18. Heréditas non heredis personam, sed defuncti sústinet, la herencia respresenta la persona del difunto, no la del heredero. Digesto, 41,1,34. Heréditas pro parte adquiri nequit, una herencia no puede ser aceptada sólo en parte. Digesto, 29,2,1. Heres est caput et fundamentum totius testamenti, el heredero es cabeza y fundamento de todo testamento. Principio jurídico. Heres personam defuncti sústinet, el heredero sustituye a la persona del difunto. Principio jurídico. Hic cubat, aquí yace [epitafio sepulcral]. Hic et nunc, aquí y ahora. Hic et ubique, aquí y en todas partes. Hic iacet, aquí yace. Hic situs est [H.S.E.], aquí está sepultado [inscripción sepulcral]. Historia... testis témporum, lux veritatis, vita memóriae, magistra vitae, nuntia vetustatis, la historia es testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, mensajera de la antigüedad [Cic.]. Cicerón, De oratore, 2,9,36. Hoc loco, en este lugar. Hoc signo vinces, con esta señal vencerás [alusión al lábaro de Constantino]. Hoc unum scío nihil scire, sólo sé que no sé nada. Frase atribuida a Sócrates. Hodie mihi, cras tibi, hoy por mí, mañana por ti [doblan las campanas; sirve también de epitafio]. Hóminem mórtuum in Urbe, ne sepélito, neve uríto, que no se sepulte ni queme a ningún hombre muerto en Roma [Ley XII Tablas]. Los sepulcros romanos estaban fuera de su recinto amurallado. Hóminis est errare, es propio del hombre el errar. Hóminis mens discendo álitur, la mente humana se desarrolla aprendiendo. Cicerón, De officiis, 1,30,105. 66 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Hóminum causa omne ius constitutum est
Hóminum causa omne ius constitutum est, todo el derecho se ha establecido para los hombres. Homo cógitans, hombre que piensa. Homo de humo, la voz de homo [= hombre] viene de humus [= tierra]; San Bernardo. Homo doctus in se semper divitias habet, el hombre instruido siempre tiene las riquezas en sí mismo. Fedro, Fab., 4,21. Homo erectus, hombre erguido; hombre que camina de pie. Homo est ánimal bipes sine pennis [= implumis], el hombre es un [animal] bípedo implume [según Platón]. Homo faber, hombre considerado en su capacidad de fabricar herramientas. Homo finit, ópera manent, el hombre muere, sus obras perduran. Homo hábilis, hombre hábil, diestro. Homo hómini lupus, el hombre es un lobo para el hombre. Hobbes. cf. Plauto, Asinaria, 495: Lupus est homo hómini. Homo locum ornat, non hóminem locus, el hombre honra al lugar, no el lugar al hombre. Homo ludens, hombre que juega; hombre deportivo. Homo mechánicus, hombre que utiliza máquinas. Homo mélius se defendit cum veritate quam cum iuramento, un hombre se defiende mejor con la verdad que con el juramento. R. Lulio, Liber Proverbiorum. Homo novus, hombre nuevo [de origen humilde, que ha llegado a un cargo importante]. Homo oeconómicus, hombre metódico y bien ordenado. Homo sapiens, hombre racional; evolución del homo erectus, hombre que camina de pie; hombre erguido. Homo sum: humani nihil a me alienum puto, soy un hombre y considero que nada de lo humano me es ajeno. Terencio, Heautontimoroúmenos, 77. Homo uníus libri, hombre de un solo libro [que no admite discusión más que acerca de lo poco que sabe]. Expresión atribuida a Sto. Tomás de Aquino. Honeste vívere, álterum non laédere, suum cuique tribúere, vivir honradamente, no perjudicar a otro y dar a cada uno lo suyo [según Justiniano, son las tres bases de las leyes]. Digesto, 1,1,1,10. Honestum lucrum illud est per quod nemo laéditur, es moral el lucro cuando no perjuidica a otro. Aforismo jurídico. 67 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Honoris causa
Honoris causa, por causa de honor, aplicado a la concesión de grados universitarios a título honorífico. Hora ruit, tempus fluit, la hora corre, el tiempo fluye [inscripción en algunos relojes]. Horresco réferens, siento horror al contarlo. Virgilio, Eneida, 2,204. Horríbile dictu, cosa horrible de decir; de contar. Horror vácui, horror al vacío. Humanae vitae, de la vida humana [encíclica sobre el control de la natalidad; Pablo VI, 1968]. Humanum est errare, es humano errar; equivocarse. Hypotheca est obligationis fília, la hipoteca es hija de la obligación.
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I Iánua ómnium scientiarum, [la Gramática] es la puerta de todas las ciencias. Ibi debet quis puniri, ubi quis deliquit, debe ser castigado alguien, cuando alguien ha delinquido. Digesto, 48,2,7,4. Ibi déficit orbis, allí termina el mundo [frase alusiva a las Columnas de Hércules; cfr. non plus ultra]. Ibi semper est victória, ubi concórdia est, la victoria está siempre donde hay concordia. P. Syro, 289. Ibi ubi, allí donde [se encuentre una persona]. Ibidem, allí mismo, en el mismo lugar [en las notas de pie de página, remite a una obra ya citada; equivale a loco citato y a ópere citato]. Ictus, ataque cerebral; golpe. Ictus gratiosus, golpe de gracia [= actual «tiro de gracia»]. Id est, esto es; es decir. Ídem, lo mismo; el mismo. Idem de idem, lo mismo de lo mismo [se usa para evitar la repetición de lo anterior]. Idem per idem, lo mismo que lo otro. Idus, [entre los romanos] día 15 [de marzo, mayo, julio y octubre] o día 13 [de los meses restantes]. Ieiunus venter non audit libenter, un vientre en ayunas no escucha con ganas [proverbio medieval]. Iesus Hóminum Salvator [= I.H.S.], Jesús salvador de los hombres. 69 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ignis aurum probat, miseria fortes viros
Ignis aurum probat, miseria fortes viros, el fuego prueba el oro; la miseria, a los hombres valerosos. Séneca, De Prov., 5,10. Ignorántia excusatur non iuris, sed facti, se excusa la ignorancia del hecho, no de la ley. Principio jurídico. Digesto, 22,6,4. Ignorántia legis non excusat, la ignorancia de la ley no excusa [de su cumplimiento]. Cód. Justin., 1,18,12. Ignotum per ignotum, [conocer] lo desconocido por lo desconocido [es un sofisma]. Imaginaria venditio [o solútio] non est pretio accedente, no hay venta imaginaria mediando un precio. Ulpiano. Regla de Derecho. Imago mundi, imagen del mundo [título de una obra de cosmografía]. Imo de péctore, del fondo del alma. Impares nascimur, pares morimur, nacemos diferentes, morimos iguales. Imperare sibi, magnum impérium, dominarse a sí mismo es un gran imperio. Séneca, Epist. ad Lucil, 113,30. Impossíbile allegatum non auditur, el alegato imposible no se tiene en cuenta. Principio jurídico. Impossíbilia nulla obligátio est, nadie está obligado a cosas imposibles. Digesto, 50,17,185. Imposssíbilis condicio pro non scripta habetur, la condición imposible se considera como no escrita. Impoténtia éxcusat legem, la imposibilidad exime de la ley. Principio jurídico. Imprimátur, imprímase [fórmula con que la jerarquía eclesiástica da la licencia para imprimir un texto = nihil obstat]. Impúnitas semper ad deteriora invitat, la impunidad induce siempre a lo peor. In absentia, en ausencia [del titular de un cargo]. In abstracto, en abstracto; considerado de manera abstracta. In acceptum referre, anotar en los ingresos. Cicerón, Verrinas, 1,57,144. In actu, en el acto; de hecho; en el hecho realizado. In aédibus, en casa de; en los talleres de [edición de un libro]. In aequali iure melior est condicio possidentis, en igualdad de derechos prevalece el de quien está en posesión de la cosa. Proverbio jurídico. In aeternum, para siempre; para toda la eternidad. In agone, en el combate; en el campo de batalla. 70 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
In albis
In albis, en blanco; sin nada; sin enterarse de lo que se trata. In alieno foro litigare, litigar en foro ajeno. [= ser nuevo en el oficio]. In alternum, alternando; a veces. In ambigua voce legis, ea potius accipienda significatio est quae vitio caret, en caso de ambigüedad de la ley, debe aplicarse la significación carente de vicio. Digesto, 1,3,19. In ambiguis oratiónibus máxime spectanda est eius qui eas protulisset, en los discursos ambiguos se ha de atener, sobre todo, al parecer del que los pronunció. Digesto, 50,17,96. In ambiguis rebus humaniorem sententiam sequi oportet, en las cosas dudosas se debe seguir el parecer más humano. Digesto, 34,5,10. In ambiguo, en la duda. In artículo mortis, en trance de muerte; en la proximidad de la muerte; en el último extremo. In cásibus omissis deducenda est legis ratio a simílibus, en casos de omisión debe deducirse la disposición de la ley por otros semejantes. Principio jurídico. In casu extremae necessitatis, omnia sunt communia, en caso de extrema necesidad, todas las cosas son comunes. In cauda venenum, el veneno está en la cola [escrito que empieza suave y termina violento]. In certis non est coniectura locus, en lo cierto, no ha lugar la conjetura. In claris non est interpretatio, en los casos claros no es precisa la interpretación. In consímili casu, en un caso semejante. Expresión jurídica. In crescendo, creciendo, aumentando; cada vez más. In Dei nómine, en el nombre de Dios. In diebus illis, en aquellos días [expresión de los Evangelios; indica tiempos remotos]. In diem, para un día; hasta un día determinado. In diem vívere, vivir al día. In dúbiis, ábstine, en la duda, abstente. In dúbiis benigniora, en casos dudosos, lo más benigno. In dúbiis melior est condicio possidentis, en la duda es mejor la condición del que posee. Aforismo jurídico. In dubio contra fiscum, en la duda, contra el fisco. Principio jurídico. 71 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
In dubio minus
In dubio minus, en la duda, lo menor. In dubio pars mitior est sequenda, en la duda hay que aplicar la parte más suave. Digesto, 48,19,32. In dubio pro libertate, en la duda, a favor de la libertad. In dubio, pro reo, en caso de duda, a favor del reo. Principio jurídico. In eo quod plus sit, semper inest et minus, en lo más siempre está contenido lo menos. Digesto, 50,17,110. In extenso, por extenso. In extremis, en el último momento; en las últimas. In extremis extrema sunt tentanda, en los casos extremos se debe recurrir a medios extremos [cf. a grandes males, grandes remedios]. In flagranti delicto, en el momento de cometer el delito. In fraudem creditorum, en fraude de acreedores. In fraudem legis ágere, obrar en fraude de la ley. In futurum, para después; desde ahora. In génere, en general; sin especificar. In hac lacrimarum valle, en este valle de lágrimas [en la Salve]. In hoc signo vinces, con esta enseña vencerás. In illo témpore, en aquel tiempo; en tiempos muy remotos. In íntegrum, por entero. In itínere,-en el camino [referido a accidentes laborales producidos mientras se va al trabajo o se regresa de él]. In iudicando criminosa est celéritas, al juzgar, la celeridad es censurable. P. Syro. In iure, ante el magistrado [fase del proceso]. In iure cessio, cesión ante el magistrado. Gayo, 2,24 s. In iure uxoris, por el derecho de la esposa. In loco parentis, o parentum, en el lugar del padre o de los padres; haciendo las veces de padre. In luce, a la luz; públicamente; al aire libre. In maleficiis voluntas spectatur, non éxitus, en las malas acciones se mira la intención, no el resultado. Principio jurídico. Digesto, 48,8,14. In manum convenire [cf. conventio in manum], pasar a depender de la autoridad del marido; casarse [una mujer]. In matrimonium dare, entregar en matrimonio [a una hija]. Digesto, 2,4,2; 34,9,2,1-2. 72 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
In matrimonium dúcere áliquam
In matrimonium dúcere áliquam, llevarse a una mujer para contraer un matrimonio legítimo. In medio stat véritas, la verdad está en el medio. In medio [stat] virtus, la virtud está en el término medio. In memoriam, para recuerdo; en memoria de... In mente, en la mente; en el pensamiento. In modum crucis, en forma de cruz. In mora, en retraso. In naturálibus, en estado de desnudez; en cueros. In nómine Dómini, en el nombre del Señor. In nuce, en forma embrionaria o compendiosa. In obscuris mínimum est sequendum, en los casos oscuros hay que seguir el de menor daño. Regla jurídica. In ómnibus aéquitas máxime spectanda, en todas las cosas hay que tener en cuenta sobre todo la equidad. Principio jurídico. In ómnibus testatoris voluntatem quae legítima est dominari censemus, pensemos que la voluntad del testador debe prevalecer, si no se opone a la ley. Principio jurídico. In ópere nuptiali, en la acción nupcial; en el acto marital. In pace Dómini, en la paz del Señor [en epitafios]. In pari causa possesor potior haberi debet, en igual derecho debe ser preferido el que tiene la posesión. Principio jurídico. Digesto, 50,17,154. In pártibus infidelium, en países de infieles; [obispo] que toma título de un lugar no cristiano y que no reside en él; [persona que posee un cargo] puramente nominal. In patria natus non est propheta vocatus, nadie es [llamado] profeta en su patria. Adagio medieval. In péctore, en el pecho, en el corazón [referido al cardenal cuyo nombramiento no se ha hecho público]; [persona prevista para un cargo] cuya proclamación no se anuncia hasta el momento oportuno. In perpétuum, para siempre; a perpetuidad. In personam servilem, nulla cadit obligatio, al esclavo no le incumbe obligación alguna. Ulpiano. Regla de derecho romano. In praesenti, ahora; en este momento; actualmente In praesentia, en presencia. In praetéritum, al pasado. 73 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
In primis
In primis, en primer lugar. In prístinum, a su origen. In promptu, espontáneamente; de improviso. In púribus [naturálibus], en cueros. In puris naturálibus, en cueros. In rasura, en lo raspado [de un escrito]. In re, en la cosa; en realidad; de hecho. In re communi nemo dominorum iure fácere quidquam invíto áltero potest, en la propiedad común ninguno de los condueños puede legalmente hacer nada contra la voluntad de otro. Digesto, 10,3,28. In re dubia melius est verbis edicti servire, en un asunto dudoso lo mejor es atenerse a las palabras de la ley [= del edicto]. Principio jurídico. In re pari potiorem causam prohibentis esse constat, en igualdad de circunstancias, es evidente que prevalece la causa del que prohibe. Principio jurídico. In rerum natura, en la naturaleza de las cosas. In sacris, en las órdenes sagradas. In situ, en su lugar de origen; en el propio lugar; en el lugar en cuestión. In solutum, en pago; para saldar una deuda. In statu naturae, en el estado de naturaleza. In statu quo, en el estado en que; en el mismo estado; en el estado actual. In testamentis plenius testatoris intentionem scrutamur, en los testamentos tenemos más en cuenta la intención del testador. Digesto, 50,17,12. In toto, en la totalidad, en conjunto; completamente. In toto et pars continetur, la parte está también contenida en el todo. Digesto, 50,17,113. In utramque aurem dormire, dormir sobre ambas orejas; dormir a pierna suelta. In utroque iure, en uno y otro derecho [= en el civil y en el canónico]. In vacuo, en el vacío; sin apoyo alguno. In varietate voluptas, en la variedad está el gusto. In verbo suavis, in re gravis, suave en las palabras, duro en la acción. In vino véritas, la verdad está en el vino. Erasmo, Adagia. In vitro, lit. en el vidrio; designa toda reacción fisiológica realizada fuera del organismo [en probetas, tubos, etc.]. 74 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
In vivo
In vivo, en el ser vivo; designa toda reacción fisiológica que tiene lugar en el organismo; en el organismo vivo. In voce, de viva voz; de palabra. Inanis venter non audit verba libenter, el vientre en ayunas no oye con agrado las palabras. Inaudita áltera pars, sin haber escuchado a la otra parte. Incaute factum pro non facto habetur, lo hecho imprudentemente se tiene por no hecho. Digesto, 28,4,1,1. Incendia plerumque fiunt culpa habitántium, la mayoría de los incendios son causados por culpa de los habitantes. Digesto, 1,15,3,1. Incerta pro nullis habentur, lo incierto se considera inexistente. Principio jurídico. Incerta quántitas vitiat actum, la cantidad incierta vicia el acto. Incipit, comienza [primeras palabras de un manuscrito o de un impreso antiguo]. Inclusio unius est exclusio altérius, la inclusión de uno equivale a la exclusión de otro. Principio jurídico. Incontinenti, al instante, en el acto. Incredíbile dictu, increíble de decir. Index librorum prohibitorum, índice de libros prohibidos [publicado en 1564 y suprimido en 1966]. Infans conceptus pro nato habetur quoties de cómmodis eius ágitur, el hijo concebido se tiene por nacido, siempre que se trate de sus intereses. Principio jurídico romano. Infinita aestimatio est libertatis et necessitúdinis, la estima de la libertad y de la necesidad es infinita. Digesto, 50,17,176,1. Infra scripto, el que firma al final o al pie del escrito. Iniqua numquam regna perpetuo manent, los reinos injustos nunca permanecen eternamente. Séneca, Medea, 159. Iniquitati próxima est sevéritas, la severidad está próxima a la iniquidad. Iniquum est usuras ab eo exigi qui fructus non percépit, es injusto exigir intereses a quien no recibió beneficios. Principio jurídico. Initium omnis peccati est superbia, la soberbia es el origen de todo pecado. Eccli, 10,15. Initium sapientiae timor Domini, el principio de la sabiduría es el temor al Señor. Eccli, 1,15; Psalm., 110,10. 75 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Iniuria est omne quod non iure fit
Iniuria est omne quod non iure fit, injusticia es todo lo que se hace contra derecho. Principio jurídico. Iniuriarum remedium est oblivio, el remedio de las injurias es el olvido. Séneca, Epist. ad Lucilium, 94,28. Ínopi beneficium bis dat qui dat celériter, el que da pronto un beneficio a un pobre, lo da dos veces. P. Syro. Inopiae desunt multa, avaritiae omnia, a la pobreza le falta mucho, a la avaricia todo. P. Syro, 236. I.N.R.I. = Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum, Jesús Nazareno Rey de los Judíos. Insanus omnis fúrere credit céteros, todo loco cree que todos están locos. Proverbio antiguo. Intelligenti pauca, al buen entendedor, pocas palabras le bastan. Inter alia, entre otras cosas. Inter arma silent leges, en medio de las armas guardan silencio las leyes. Cicerón, Pro Milone, 4,10. Inter arma silent Musae, en la guerra callan las Musas. Inter consanguíneos viri et uxoris nulla affínitas contráhitur, entre consanguíneos no se contrae ninguna afinidad de marido y mujer. Inter duos litigantes, tertius gaudet, entre dos litigantes, hay un tercero que disfruta [el abogado]. Inter nos, entre nosotros; en confianza. Inter pares, entre iguales. Inter partes, que se realiza entre dos partes. Inter saxum et sacrum, entre la piedra [del altar] y el cuchillo [del sacrificador] [cf. «entre la espada y la pared»]. Plauto, Captivi, 617. Inter se, entre sí; entre ellos. Inter vepres rosae nascuntur, entre zarzas nacen rosas. Am. Marcelino, 16,7,4. Inter vivos, entre personas vivas; en vida; [donación o transmisión] que ha de tener efecto en vida de quien la hace. Ínterest rei públicae ut sit finis litium, importa al Estado que haya fin de los litigios. Ínterim, entre tanto; período intermedio; provisionalmente. Intestatus, sin testamento; el que muere sin testar. Digesto, 26,4,6. Intúitu personae, en consideración a la persona. 76 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Invenit et pérficit
Invenit et pérficit, encuentra y perfecciona [lema de la Academia de Ciencias de París]. Inventa lege, inventa fraude, hecha la ley, hecha la trampa. Inveterata consuetudo pro lege custóditur, la costumbre inveterada se guarda como una ley. Digesto, 1,3,32. Invidia gloriae comes est, la envidia es compañera de la gloria. C. Nepote, Chabrias, 3,3. Invidia virtutum comes, la envidia es compañera de las virtudes. Invita Minerva, contra la voluntad de Minerva, es decir, sin talento creador. Cicerón, De off., 1,31,110; Horacio, Art. poét., 385. Invito beneficium non datur, a nadie se le da un beneficio contra su voluntad. Digesto, 50,17,69. Invitus ágere vel accusare nemo cógitur, nadie está obligado a actuar en juicio o acusar contra su voluntad. Cód. Justin., 3,7,1. Invitus nemo rem cógitur deféndere, nadie está obligado a defender algo contra su voluntad. Digesto, 50,17,156pr. Invitus procurationem suscípere nemo cógitur, nadie está obligado a asumir contra su voluntad una procuraduría. Cód. Justin., 2,12,17. Ioci causa, por diversión; en broma. Ipso facto, en el hecho mismo; inmediatamente. Ipso iure, por el mismo derecho; según la ley; sin necesidad de previa intervención o solicitud de una parte. Digesto, 2,14,17. Ira furor brevis est, la ira es una locura pasajera. Horacio, Epist., 1,2,62. Ira non excusat delictum, la ira no justifica el delito. Decio. Is dammum dat qui iubet dari, causa el daño el que ordena que se haga. Principio jurídico. Digesto, 50,17,169pr. Is fecit cui prodest, lo ha hecho aquél a quien beneficia. Aforismo jurídico. Is qui actionem habet ad rem recuperandam, ipsam rem habere videtur, el que tiene acción para recuperar una cosa, parece que tiene la cosa misma. Digesto, 50,16,143. Is, qui in ius successit altérius, eo iure quo ille uti debebit, el que ha sucedido en el derecho de otro, deberá usar el mismo derecho que aquél. Digesto, 50, 17,177pr. Is qui precario habet etiam possidet, el que tiene en precario, también posee. Digesto, 43,26,4,1. Ita diis plácuit, así lo quisieron los dioses. 77 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ita est
Ita est, así es. Ítalum acetum, vinagre de Italia; mordacidad... Horacio, Sát., 1,7,32. Ite, missa est, marchaos, es la despedida. Item, además. Iter críminis, proceso de comisión de un delito. Expresión jurídica. Iudex a quo, juez del que [procede la sentencia impugnada]. Iudex ad quem, juez al que [se ha encargado la tramitación del litigio]. Iudex damnatur ubi nocens absólvitur, se condena un juez cuando es absuelto un culpable. P. Syro, Mimos, 257. Iudex est lex loquens, el juez es la ley que habla. Iudex extra territorium est privatus, el juez, fuera de su territorio, es un simple particular. Iudex non calculat, el juez no calcula. Digesto, 49,8,1,2. Iudex non commúnicat officium suum nisi imploratus, el juez no comunica su deber, sino implorado. Iudex non debet lege clementior esse, el juez no debe ser más clemente que la ley. Principio jurídico. Iudex non reddit plus, quam quod petens ipse requirit, el juez no concede más de lo que reclama el propio demandante. Iudex obligatus est, si cum imprudentia fécerit, el juez queda obligado si ha obrado con imprudencia. Principio jurídico. Iudicata res pro veritate accípitur, la cosa juzgada se recibe como verdadera. Principio jurídico. Iúdices non tenentur exprímere causam sententiae suae, los jueces no están obligados a expresar la causa de su sentencia. Iúdicis est ius dícere, non dare, es propio del juez interpretar la ley, no dictarla. Iunior, [Jr], más joven; se opone a senior, más viejo, para distinguir al hijo del padre, cuando tienen el mismo nombre. Iura non in síngulas personas, sed generáliter constituuntur, los derechos no se establecen para unas determinadas personas, sino para todas en general. Digesto, 1,3,8 [Ulpiano]. Iura pública anteferenda privatis, los derechos públicos han de prevalecer sobre los privados. Iura sánguinis nullo iure civili dírimi possunt, los derechos de la sangre no pueden invalidarse por ningún derecho civil. Digesto, 50,17,8. 78 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Iura subveniunt muliéribus deceptis, non decipiéntibus
Iura subveniunt muliéribus deceptis, non decipiéntibus, el derecho ayuda a la mujer engañada no a quienes la engañan. Principio jurídico. Iura vigilántibus obveniunt, non dormiéntibus, los derechos ayudan a los diligentes, no a los dormilones. Iurato créditur in iudíciis, en los juicios hay que dar crédito al que ha prestado juramento. Iure divino, por derecho divino. Iure et facto, de derecho y de hecho. Iure hereditario, con derecho a dejarlo en herencia. Iure naturali omnes líberi nascuntur, por derecho natural todos los hombres nacen libres. Ulpiano. Iuris et de iure, de derecho y por derecho. Iuris ignorantia nocet, la ignorancia del derecho perjudica. Principio jurídico. Iuris praecepta sunt haec: honeste vívere, álterum non laedere, suum cuique tribúere, los principios del derecho son éstos: vivir honradamente, no hacer daño a otro, dar a cada uno lo suyo. Ulpiano. Digesto, 1,1,10,1. Iuris tantum, tan sólo de derecho. Iurisprudentia est divinarum atque humanarum rerum notitia, iusti atque iniusti scientia, la jurisprudencia consiste en el conocimiento de las cosas divinas y humanas y la ciencia de lo justo y de lo injusto. Digesto, 1,1,10,2. Ius abutendi, derecho de abuso [= total posesión de la propiedad]. Ius accrescendi, derecho de supervivencia [por el que el superviviente accede a la propiedad, derechos y obligaciones del fallecido]. Ius ad bellum, derecho a hacer la guerra. Ius ad rem, derecho a la cosa. Ius agendi, derecho de obrar. Ius calcatur violentia cum dominatur, es pisoteado el derecho, cuando impera la violencia. Principio de derecho. Ius circa sacra, derecho a las cosas sagradas. Ius cogens, derecho que obliga. Ius condendum, derecho que se debe establecer; derecho futuro. Ius cónditum, derecho ya establecido. Ius devolutum, derecho de devolución. Ius dispositivum, derecho a disponer. 79 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ius edicendi
Ius edicendi, derecho de dar edictos [que tenía el pretor]. Ius est ars boni et aequi, el derecho es el arte del bien y de lo justo. Digesto, 1,1,1. Ius est in armis, opprimit leges timor, el derecho depende de las armas, el temor oprime a las leyes. Séneca, Hércules loco, 253. Ius et obligatio sunt correlata, el derecho y la obligación son correlativos [es decir, a todo derecho corresponde una obligación]. Principio jurídico. Ius eundi, derecho de ir y venir; derecho de tránsito. Ius ex facto óritur, el derecho nace del hecho. Principio jurídico. Ius gentium, el derecho de gentes; derecho de las naciones. Ius gentium est quo gentes humanae utuntur, derecho de gentes es aquel que usan todos los pueblos humanos. Digesto, 1,1,2 y 4; 50,17,84,1. Ius honorum, derecho a ejercer cargos públicos. Ius in bello, derecho en la guerra [es decir, de las partes beligerantes y entre éstas y las neutrales]. Ius naturale est immutábile, el derecho natural es inmutable. Ius naturale est quod natura omnia animalia docuit, derecho natural es aquel que la naturaleza ha enseñado a todos los animales. Digesto, 1,1,1,3. Ius non in síngulas personas, sed generáliter constitúitur, el derecho no se establece para ciertas personas, sino para todos. Principio de derecho. Ius non scriptum, derecho no escrito. Ius primae noctis, derecho a la primera noche [en el feudalismo]. Ius privatum, derecho privado; derecho civil. Digesto, 1,1,1,2. Ius públicum, derecho público; derecho político. Digesto, 1,1,1,2. Ius públicum est quod ad statum rei romanae spectat; privatum quod ad singulorum utilitatem spectat, derecho público es el que afecta al estado de la república romana; privado, el que afecta a la utilidad de cada uno en particular. Digesto, 1,1,1,2. Ius públicum privatorum pactis mutari non potest, el derecho público no puede alterarse por pactos privados. Digesto, 2,14,38. Ius réspicit aequitatem, el derecho contempla la equidad. Ius sánguinis, derecho de la sangre [p. ej., para conceder la nacionalidad española a los hijos de padre español]. Ius summum saepe summa est malitia, la justicia extrema es a veces una maldad extrema. Terencio, Heautontimorúmenos, 796. 80 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ius trium liberorum
Ius trium liberorum, derecho de los tres hijos [otorgado por Augusto a los padres de «familia numerosa»]. Plinio el Joven, Epist., 2,13,8; 10,2 y 10,95. Ius utendi et abutendi re sua quátenus iuris ratio pátitur, el derecho de usar y abusar de las cosas propias hasta donde lo permite la razón del derecho [definición de la propiedad en el derecho romano]. Ius vitae necisque, derecho de vida y muerte [del pater familias romano]. Iusiurandum, juramento, acto voluntario por el que las partes podían poner fin pacíficamente a su controversia. Digesto, 12,2,9,1. Iusiurandum etiam loco solutionis cedit, el juramento también hace las veces de pago. Digesto, 12,2,27. Iusiurandum speciem transactionis cóntinet, el juramento implica una especie de transacción. Digesto, 12,2,2. Iustae nuptiae, matrimonio legal. Iuste fit quod lege permittente fit, se hace con justicia lo que se hace de acuerdo con la ley. Principio jurídico. Iuste possidet qui auctore praetore possidet, posee legalmente el que posee por la autoridad del pretor. Principio jurídico. Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi, justicia es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo suyo. Digesto, 1,1,10pr. Iustitia est fundamentum regnorum, la justicia es el fundamento de los Estados. Iustitia et Pax, Justicia y Paz [comisión pontificia creada por el Papa Juan XXIII para las relaciones sociales y políticas]. Iustitia némini neganda, a nadie debe ser negada la justicia. Iustitia non debet claudicare, la justicia no debe claudicar. Iustitia virtutum regina, la justicia es la reina de las virtudes. Cicerón, De off., 3,6,28. Iustitiae dilatio est quaedam negatio, la dilación de la justicia es cierta negación de la misma. Iuxta modum, de manera condicional; según y cómo; conforme a una medida.
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L Labor omnia vincit ímprobus, el trabajo tenaz todo lo vence. Virgilio, Geórg., I, 145. Laborem exercens, «Ejercitando el trabajo» [encíclica del Papa Juan Pablo II, 1981, en la que se considera el trabajo como factor esencial de todo el problema social]. Lácrima Christi, lágrima de Cristo [famoso vino italiano]. Laesae maiestatis [crimen], crimen de lesa majestad; de majestad herida u ofendida [suele ir unido a la palabra «crimen»]. Lapsus cálami, error de pluma; error al escribir. Lapsus linguae, desliz o error al hablar. Lapsus memóriae, fallo en la memoria. Larga manu, con largueza; con generosidad. Lata sententia iudex désinit esse iudex, pronunciada la sentencia, el juez deja de ser juez [= de ejercer como tal]. Digesto, 42,1,55. Latet anguis in herba, una serpiente se oculta en la hierba [peligro mortal solapado]. Virgilio, Bucólicas, 3,93. Lato sensu, en sentido lato; por extensión. Laudate, alabad, ensalzad. Laudatio fúnebris, alabanza fúnebre; alabanza del difunto. Laus Deo, gloria a Dios. Lectio brevis, lectura, lección breve [la primera del curso]. Legatárius, legatario; beneficiario de un legado. Digesto, 29,4,1,11. 83 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Legatum est donatio testamento relicta
Legatum est donatio testamento relicta, el legado es una donación dispuesta por testamento. Digesto, 31,1,36. Legatus a látere, embajador del Papa con poderes especiales. Legatus est vir bonus péregre missus ad mentiendum reipúblicae causa, un embajador es un hombre honrado mandado al extranjero, para que mienta en defensa de su país [definición satírica]. Legatus nec cógitur nec violatur, al mensajero ni se le coacciona ni se le violenta. Legem brevem esse oportet quo facílius ab imperitis teneatur, conviene que la ley sea breve, para que sea retenida con más facilidad por los profanos en derecho. Séneca, Epist. ad Lucilium, 94,38. Legem habemus, tenemos ley; expresión usada contra disertaciones doctrinales en conflicto con el derecho vigente. Legendum, debe leerse; se usa en la crítica de un texto, con la abreviatura legend. Leges ab ómnibus intellegi debent, las leyes deben ser entendidas por todos. Cód. Justin., 1,14,9. Leges bonae ex malis móribus procreantur, las buenas leyes nacen de las malas costumbres. Mecrobio, Saturnalia, 3,17,10. Leges firmantur cum móribus uténtium approbantur, las leyes se refuerzan cuando son aprobadas pora las costumbres de los que las usan. Leges illae óptimae quae arbítrio iúdicis pauca relinquunt, las mejores leyes son las que dejan pocas cosas al arbitrio del juez. Principio jurídico. Leges per desuetúdinem abrogantur, las leyes se abrogan por desuso. Principio jurídico. Leges posteriores priores contrarias ábrogant, las leyes posteriores derogan las anteriores que son contrarias. Principio jurídico. Leges respíciunt futura, non praetérita, nisi aliud exprimatur, las leyes se refieren al futuro, no al pasado, salvo que expresamente se diga [= no surten efecto retroactivo...]. Légibus non exemplis iudicandum, debe juzgarse con arreglo a las leyes no a precedentes. Légibus salvis, dejando a salvo las leyes; sin violar las leyes. Legis actio, acción de ley. Legum corrector usus, la costumbre corrige las leyes. Legum omnes servi sumus ut líberi esse póssimus, todos somos esclavos de las leyes para poder ser libres. Cicerón. Pro Cluentio, 53,146. 84 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Leonina societas
Leonina societas, sociedad leonina, en la que un socio sufre los inconvenientes y el otro goza de las ventajas. Cf. Fedro, 1,5; Digesto, 17,2,29,2. Lex aut iubet aut vetat aut permittit, la ley ordena, prohibe o permite. Principio jurídico. Lex cítius tolerare vult privatum damnum quam públicum, la ley prefiere soportar el daño privado mejor que el público. Principio jurídico. Lex dilationes semper abhorret, la ley aborrece siempre los retrasos. Lex dubia, lex nulla, ley dudosa,ley nula. Lex est quod pópulus iubet atque constituit, ley es lo que el pueblo manda y establece. Digesto, 1,3,1. Lex est ratio summa ínsita in natura, quae iubet ea quae facienda sunt prohibétque contraria, la ley es la suprema razón asentada en la naturaleza, que ordena lo que se debe hacer y prohíbe lo contrario. Cicerón, De légibus, 1,6. Lex ferenda, ley que se va a promulgar; nueva. Lex iniusta non est lex, una ley injusta no es ley. Lex iúbeat, non dísputet, la ley debe ordenar, no discutir. Séneca, Epist. ad Lucilium, 94. Lex lata, ley ya existente. Lex lege tóllitur, la ley sólo es suprimida por otra ley. Lex móneat, non dóceat, la ley debe advertir, no enseñar. Lex móneat, priusquam fériat, la ley debe advertir, antes de herir. Lex néminem cogit ad vana seu inutília, la ley no obliga a nadie a realizar actos vanos o inútiles. Principio jurídico. Lex néminem cogit osténdere quod nescire praesúmitur, la ley no obliga a nadie a declarar lo que se presume que no sabe. Principio jurídico. Lex nihil frustra facit, la ley nada hace en vano. Lex non cogit ad imposíbilia, la ley no obliga a cosas imposibles. Principio jurídico. Lex non debet esse ludíbrio, la ley no debe ser burlada. Lex non est imponenda áliis ab eo qui ipsam neglegit observare, la ley no debe ser impuesta a los demás por quien olvida cumplirla. Principio jurídico. Lex non obligat nisi promulgata, la ley no obliga, a no ser que esté promulgada. Lex postérior dérogat prióri, la ley posterior deroga la anterior. Principio jurídico. 85 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Lex talionis
Lex talionis, ley del talión [= ojo por ojo, diente por diente]. Éxodo, 21,23-25. Lex universa est quae iubet nasci et mori, es una ley universal la que ordena nacer y morir. P. Syro. Liberalis ex alieno non debet esse, no se debe ser liberal con lo ajeno. Principio de derecho. Libertas est potestas faciendi id quod iure licet, la libertad es la posibilidad de hacer lo que permite la ley. Adagio jurídico. Libertas inaestimábilis res est, la libertad es una cosa inestimable [= que no tiene precio]. Digesto, 9,3,1,5; 46,8,8,2. 50,17,106. Paulo. Líberum arbítrium, libre albedrío; libertad. Licentia docendi, facultad de enseñar. Licet, es lícito; está permitido. Lignum crucis, leño o madero de la cruz [de Cristo]. Lis litem generat, un pleito engendra otro pleito. Lite pendente nihil innovetur, mientras esté pendiente el caso, no se innove nada. Expresión jurídica. Litis aestimatio, estimación del grado de pena. Litis contestatio, contestación de la demanda. Litis denuntiatio, denuncia del proceso. Litorum usus públicus est, el uso de las costas es público. Locare servitutem nemo potest, nadie puede arrendar una servidumbre. Digesto, 19,2,44. Locatio, arrendamiento [contrato de]. Locatio conductio, arrendamiento; contrato de buena fe, que comprendía diversas figuras de arrendamiento: operarum, de servicios; operis, de obra; rei, de una cosa. Digesto, 19,2,31,1; 19,2,35pr. Loci communes, lugares comunes; tópicos. Loco citato, en el lugar citado. Loco dolenti, en lugar doloroso [en medicina; uso tópico]. Locum tenens, el que ocupa el lugar; el lugarteniente; el teniente. Locupletari non debet áliquis cum altérius iniuria, nadie debe enriquecerse con perjuicio de otro. Principio jurídico. Longa manus, mano larga, generosa. Longa possessio parit ius possidenti et tollit actionem vero dómino, la larga posesión procura un derecho al poseedor y quita la demanda en justicia al verdadero dueño. 86 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Luat in córpore, qui non luet in aere
Luat in córpore, qui non luet in aere, pague con su cuerpo el que no pague con dinero. Digesto, 48,19,1,3. Lucri causa, por afán de lucro; por motivo de ganancia. Lucrum cessans, ganancia que se deja de obtener. Lúdere, non laédere, jugar, no herir. Lux aeterna, luz eterna.
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M Magis esse, quam videri oportet, importa más ser que parecer. Magister dixit, lo ha dicho el maestro. Magna Charta, la Carta Magna, documento otorgado por Juan Sin Tierra, en 1215; fundamento de las libertades inglesas y base de sus sistema democrático. Magna culpa dolus est, la culpa grande se equipara al dolo. Magna di curant, parva négligunt, los dioses se ocupan de las cosas grandes y no se preocupan de las pequeñas. Magna est véritas et praevalet, la verdad es grande y prevalece. Esdras, 4,41. Magna negligentia culpa est; magna culpa dolus est, la negligencia grande es una culpa; el dolo es una culpa grande. Magna pars hóminum est quae non peccatis iráscitur, sed peccántibus, gran parte de los hombres se irrita no contra los delitos, sino contra los que delinquen. Séneca, De ira, 2,28,8. Magna vis necessitatis, grande es la fuerza de la necesidad. Maiorum gloria pósteris lumen est, la gloria de los antepasados es luz para los descendientes. Salustio, Yugurta, 85,23. Mala causa est quae requírit misericordiam, mala causa es la que necesita misericordia. P. Syro, 346. Mala fide, de mala fe; fraudulentamente. Mala herba non ínterit, mala hierba nunca muere. Mala témpora currunt, corren malos tiempos. 89 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Male parta, male dilabuntur
Male parta, male dilabuntur, lo mal adquirido, mal ido. Cicerón, Filípicas, 2,27,65. Malesuada fames, el hambre es mala consejera. Malitia crescente, et poena créscere debet, al crecer la maldad, debe crecer también el castigo. Principio jurídico. Malus usus est abolendus, una mala costumbre debe ser abolida. Principio jurídico. Manifesta non egent [=indigent] probatione, lo que es manifiesto no necesita prueba alguna. Principio jurídico. Manu longa, con mano larga, con largueza. Manu militari, por la fuerza armada; militarmente. Manu promptus, dispuesto a la acción. Manu propria, de su puño y letra. Manus manum lavat, una mano lava la otra mano. Séneca, Apocolocyntosis, 9,6; Satiricón, 45,13. Mare magnum, gran mar; confusión; barullo; maremágnum. Mare Nostrum, mar nuestro [así llamaban los romanos al Mediterráneo]. Mare verborum, gutta rerum, un mar de palabras y una gota de ideas. Margaritas ante porcos, [echar] perlas a los puercos. S. Mat., 7,6. Maria montesque polliceri, prometer mares y montes. Marito non licet nocére propriam uxorem, al marido no le es lícito perjudicar a su propia mujer. Principio jurídico. Mater ártium necéssitas, la necesidad es la madre de las artes. Mater et magistra, madre y maestra [encíclica del Papa Juan XXIII]. Mater tua mala burra est, tu madre come manzanas rojas [frase festiva]. Materia prima, materia primera [principio de todas las cosas]. Matrimonium inter invítos non contráhitur, no es válido el matrimonio entre personas que no consienten en él. Digesto, 23,2,22. Matrimonium per vim contractum cohabitatione spontánea convalescit, el matrimonio contraído a la fuerza se convalida por la convivencia voluntaria. Máxima culpa est sponte delínquere, dilinquir deliberadamente supone una culpa muy grave. Máxima egestas avaritia, la avaricia es la mayor pobreza. Máxima illecebra est pecandi impunitatis spes, el mayor atractivo del delito es la impunidad de delinquir. 90 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Máxime
Máxime, principalmente, sobre todo. Me iúdice, siendo yo juez; a mi juicio. Me míserum!, ¡desgraciado de mí!, ¡pobre de mí! Mea culpa, por mi culpa. Mea sponte, por mi voluntad espontánea. Médico imputari eventus mortalitatis non debet, no se debe achacar al médico la muerte. Digesto, 1,18,6,7. Melior est canis vivus leone mortuo, es mejor un perro vivo que un león muerto. Eclesiastés, 9,4. Melior est condicio possidentis, es mejor la condición del que posee. Principio jurídico. Digesto, 43,30,1,1. Melior tutiorque est certa pax, quam sperata victoria, es mejor y más segura una paz cierta que una victoria esperada. T. Livio, 30,30,19. Melius est a sapiente córrigi, quam stultorum adulatione décipi, es mejor ser corregido por el sabio que ser engañado por la adulación de los necios. Eclesiastés, 7,6. Melius est impune delictum relínquere quam innocentem damnare, es mejor dejar impune un delito que condenar a un inocente. Principio de derecho. Memento, homo, quia pulvis es et in púlverem reverteris, recuerda, hombre, que eres polvo y volverás al polvo. Gén., 3,19. Memento mei, Dómine, acuérdate de mí, Señor. S. Lucas, 23,42. Memento mori, recuerda que has de morir. Memorandum, lo que hay que recordar. Libro de notas; agenda. Memoria minúitur nisi eam exérceas, la memoria disminuye si no se la ejercita. Cicerón. De senectute, 7,21. Mendacem mémorem esse oportet, conviene que el mentiroso tenga buena memoria. Quintiliano, Instit. orat., 4,2,91. Mens et ánimus et consilium et sententia civitatis pósita est in légibus, la mente, el alma, la sabiduría y el pensamiento de un pueblo residen en sus leyes. Cicerón, Pro Cluentio, 53,164. Mens sana in córpore sano, mente sana en cuerpo sano. Juvenal, 10,356. Mensura iuris est utílitas, la medida del derecho es la utilidad. Mente captus, afectado en cuanto a la mente; privado de inteligencia; mentecato. Mente manuque, con la mente y con la mano. 91 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Meum est quod ex re mea súperest
Meum est quod ex re mea súperest, mío es lo que queda de una cosa mía. Digesto, 6,1,49. Mica salis, un grano de sal; pizca de ingenio. Miles gloríosus, soldado fanfarrón. Título de una comedia de Plauto. Mínima de malis, de los males [elegir] los menores. Cicerón De offic., 3,29,115. Mínime, de ningún modo. Minus solvit qui tardius solvit, nam et témpore minus sólvitur, paga menos el que paga más tarde, porque también se paga menos en relación al tiempo. Digesto, 50,16,12,1. Mirábile dictu, cosa admirable de decir; cosa asombrosa. Mirábile videtur, quod non rídeat harúspex cum harúspicem víderit, parece admirable que un adivino no se ría cuando ve actuar a otro adivino. Mirábile visu, cosa admirable de ver. Mirum in modum, de manera admirable; maravillosamente. Miscére útile dulci, mezclar lo útil con lo agradable. Horacio, Ars poét., 343-4. Miserére, ten misericordia. Salm., 50,3. Modum ádhibe, aplica tú la moderación; procede tú con moderación. Modus faciendi, operandi, orandi, vivendi, modo de obrar, de rezar, de vivir. Mora debitoris non debet esse creditori damnosa, la demora del deudor no debe perjudicar al acreedor. More maiorum, según la costumbre de los antepasados. More sólito, según la costumbre habitual. Móribus antiquis, según las costumbres antiguas. Morituri mortuis, los que han de morir, a los muertos [inscripción sepulcral]. Morituri te salutant, los que están dispuestos a morir te saludan. Mors certa, hora incerta, la muerte es cierta; su hora incierta. Mors honesta saepe vitam quoque turpem exornat, una muerte honrosa dignifica a veces incluso una vida indigna. Cicerón, Pro Quinctio, 15,49. Mors omnia iura solvit, la muerte todos los derechos resuelve. Principio jurídico. Mors turpitúdini anteponenda, la muerte es preferible a la deshonra. Morte crímina extinguuntur, con la muerte se extinguen las acusaciones. Principio jurídico. 92 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Mortis causa
Mortis causa, a causa de la muerte [donación o transmisión que ha de tener efecto tras la muerte de quien la hace]. Término de derecho. Mortuo leoni et lépores insultan, al león muerto hasta las liebres lo insultan. Proverbio medieval. Mos maiorum, costumbre de los antepasados. Mos regit legem, la costumbre rige a la ley. Motu proprio, por iniciativa propia; espontáneamente; bula apostólica expedida por propia iniciativa. Mulier familiae suae et caput et finis est, la mujer es principio y fin de su familia. Digesto, 1,16,195,5. Multa docet fames, el hambre enseña muchas cosas. Multae viae sunt in Romam, muchos caminos conducen a Roma. Multam malitiam docuit otiósitas, la ociosidad enseña muchas maldades. Eccl., 33,29. Multi enim sunt vocati pauci vero electi, pues muchos son los llamados, pero pocos los elegidos. S. Mat., 20,16 y 22,14. Multi multa, nemo omnia novit, muchos conocen muchas cosas, nadie lo sabe todo. Multo facilius parricidium perpetrari quam defendi, es mucho más fácil perpretar un parricidio que defenderlo. Papiniano. Multum lucratur qui a lite discedit, mucho gana quien se aparta de los pleitos. Aforismo jurídico. Mutatis mutandis, cambiadas las cosas que hay que cambiar; hechos los cambios necesarios.
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N Naris emunctae homo, hombre de fino olfato. Nasciturus, el destinado a nacer; jurídicam; «ser humano que aún permanece en el claustro materno y que es sujeto de ciertos derechos». Nasciturus pro iam nato habetur, el que ha de nacer se considera ya nacido [si se trata de sus intereses]. Digesto, 50,16,231. Nascuntur poetae, fiunt oratores, los poetas nacen, los oradores se hacen. Quintiliano. Natura abhorret vácuum, la naturaleza siente horror al vacío. Descartes. Natura agit semper per vias símplices, la naturaleza actúa siempre por el camino más fácil. Natura nihil agit frustra, la naturaleza nada hace en vano. Natura non facit saltus, la naturaleza no actúa a saltos. Natura omnes hómines aequales génuit, la naturaleza ha engendrado iguales a todos los hombres. Naturale vitium est negligi quod commúniter possidetur, es un vicio natural el descuidar lo que se posee en común con otros. Naturali iure ómnium commúnia sunt ista: aer, aqua prófluens et mare, et, per hoc, lítora maris, por derecho natural son bienes comunes de todos las siguientes cosas: el aire, el agua que fluye y el mar, y, por consiguiente, las orillas del mar. Náviter ac fidéliter, con diligencia y fidelidad. Ne bis in idem, no dos veces en lo mismo; no castigado dos veces por el mismo delito. 95 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ne éxeat
Ne éxeat, que no salga [escrito que prohibe al acusado abandonar la jurisdicción]. Ne púero gladium, no des una espada a un niño. Ne quid nimis, nada en demasía; nunca demasiado. Terencio, Andria, 61. Ne sutor supra crépidam, zapatero, no [vayas] más allá de la sandalia; zapatero, a tus zapatos. Valerio Máximo, 12,3 y Plinio el Viejo, Nat. Histo., 36,35,12. Ne varietur, que no se cambie; quédese como está [en libros o documentos]. Nec plúribus impar, superior a todos [= no desigual a los demás]. Nec plus ultra, ni más allá. Nec témere, nec tímide, ni temerariamente, ni con timidez; lema del peronismo argentino. Necare videtur qui alimonia dénegat [= alimenta detrahit], se considera que mata quien niega los alimentos. Digesto, 2,5,3,4. Necéssitas caret lege, la necesidad carece de ley. Principio jurídico. Necéssitas facit iustum quod de iure non est lícitum, la necesidad convierte en justo lo que jurídicamente no es lícito. Principio jurídico. Necéssitas mater ártium, la necesidad es madre de las artes. Necéssitas non habet legem, la necesidad no tiene ley. Aforismo jurídico. Digesto, 1,10,1,1. Necessitate medii, por la necesidad como medio; medio necesario para conseguir un fin. Necessitatem in virtutem commutare, hacer de la necesidad virtud. Nego maiorem, niego la mayor; niego la primera parte [fórmula de la lógica escolástica]. Némine discrepante, lit. nadie discrepante; por unanimidad; sin oposición de nadie. Némini invito benefícium datur, a nadie se le da un beneficio contra su voluntad. Principio jurídico. Némini licet ignorare ius, a nadie le está permitido ignorar la ley [= la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento]. Digesto, 22,6,9. Némini licet locupletari cum alterius iniuria vel iactura, a nadie le es lícito enriquecerse con injuria o con perjuicio de otro. Principio jurídico. Nemo alieno facto praegravari debet, nadie debe sufrir gravamen por un hecho de otro. Principio jurídico. Nemo alieno nómine lege ágere potest, en asuntos legales nadie puede actuar en nombre de otro. Ulpiano. Regla de derecho romano. 96 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Nemo cogi potest ut vicino prosit, sed ne nóceat
Nemo cogi potest ut vicino prosit, sed ne nóceat, nadie puede ser obligado a beneficiar al vecino, pero sí a no causarle daño. Principio jurídico. Nemo compéllitur contráhere, nadie es obligado a hacer un contrato. Cód. Justin., 6,30,16. Nemo contentus sua sorte, nadie está contento con su suerte. Nemo contra se sponte ágere videtur, se presupone que nadie obra espontáneamente contra sí mismo. Nemo damnandus nisi auditus vel vocatus, nadie debe ser condenado sin haber sido oído o citado. Principio jurídico. Nemo damnum facit, nisi qui id facit quod fácere ius non habet, nadie hace daño, sino aquel que hace lo que no tiene derecho a hacer. Principio jurídico. Digesto, 50,17,151. Nemo dat quod non habet, nadie da lo que no tiene. Nemo de domo sua extrahi debet, nadie debe ser sacado de su casa. Digesto, 50,17,103. Nemo debet bis vexari pro una et eádem causa, nadie debe ser procesado dos veces por una sola y misma causa. Principio jurídico. Nemo debet inauditus damnari, nadie debe ser condenado sin ser oído. Digesto, 48,17,1pr. Nemo debet lucrari ex alieno damno, nadie debe lucrarse con el daño ajeno. Digesto, 4,3,28. Nemo duarum civitatum civis esse potest, nadie puede ser ciudadano de dos ciudades. Nemo esse iudex in sua [propria] causa potest, nadie puede ser juez en su propia causa. Cód. Justin., 8,53. Nemo ex consilio tenetur, nadie está obligado por lo que aconseja. Digesto, 17,1,2,6. Nemo ex suo delicto meliorem suam condicionem fácere potest, nadie puede mejorar su condición por su propio delito. Digesto, 50,17,134,1. Nemo exécutor textamenti esse cógitur, nadie está obligado a ser albacea testamentario. Nemo heres invítus est, nadie es heredero en contra de su voluntad. Digesto, 6,30,16. Nemo imperare sibi nec se prohibére potest, nadie puede mandarse ni prohibirse a sí mismo. Digesto, 4,8,51. Nemo invitus compéllitur ad communionem, nadie puede ser obligado, contra su voluntad, a la comunidad [de bienes]. Principio jurídico. 97 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Nemo invitus donat
Nemo invitus donat, nadie hace una donación en contra de su voluntad. Nemo iudex sine actore, ningún juez sin demandante. Nemo liberalis nisi liberatur, nadie puede hacer donación sin estar libre de obligaciones. Principio jurídico. Nemo oneratus nisi honoratus, nadie puede ser gravado sin ser honrado [con una herencia]. Principio jurídico. Nemo patriam quia magna est amat, sed quia sua, nadie ama a su patria porque es grande, sino porque es la suya. Séneca, Epist. ad Lucilium, 66,26. Nemo plus cómmodi heredi suo relinquit, quam ipse habuit, nadie deja a su heredero más provecho que el que él mismo tuvo. Digesto, 50,17,120. Nemo plus iuris ad álium transferre potest quam ipse haberet, nadie puede transferir a otro más derecho que el que él mismo tenga. Ulpiano. Digesto, 50,17,54. Nemo potest duobus dóminis servire, nadie puede servir a dos señores. S. Mat., 6,24. Nemo potest ignorare leges, nadie puede ignorar las leyes [cf. la ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento]. Nemo potest mutare consilium in altérius iniuriam, nadie puede cambiar de opinión en perjuicio de otro. Papiniano. Regla de Derecho Romano. Digesto, 50,17,75. Nemo praedo est, qui pretium numeravit, no es ladrón quien pagó el precio. Ulpiano. Regla de Derecho Romano. Nemo praesúmitur gratuito malus, nadie obra mal sin interés. Principio jurídico. Nemo praesúmitur malus nisi probetur, nadie puede ser considerado culpable, si no se prueba que los es. Nemo propheta acceptus est in patria, nadie es aceptado como profeta en su patria. S. Luc., 4,24 y restantes evangelios. Nemo púnitur pro alieno delicto, nadie es castigado por un delito ajeno. Principio jurídico. Nemo qui condemnare potest, absólvere non potest, nadie que pueda condenar está privado de la facultad de absolver. Ulpiano. Regla de Derecho Romano. Digesto, 50,17,37. Nemo rem alienam invíto dómino véndere potest, nadie puede vender una cosa de otro contra la voluntad de su dueño. Principio de derecho. Nemo rem suam invítus véndere cógitur, nadie puede ser obligado a vender algo suyo contra su voluntad. Principio jurídico. Nemo res suas iactare fácile praesúmitur, se presume fácilmente que nadie perjudica sus cosas. Principio jurídico. 98 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Nemo societatem contrahendo, rei suae dóminus esse désinit
Nemo societatem contrahendo, rei suae dóminus esse désinit, al formar sociedad, nadie deja de ser dueño de lo que es suyo. Principio jurídico. Nemo tenetur ad impossibília, nadie está obligado a hacer cosas imposibles. Principio jurídico. Nemo tenetur édere contra se, nadie está obligado a declarar contra sí mismo. Principio jurídico. Nemo tenetur se ipsum accusare, nadie está obligado a acusarse a sí mismo. Principio jurídico. Nemo tenetur uti privilegio, nadie está obligado a usar de privilegio. Aforismo jurídico. Nequaquam, de ninguna manera; de ningún modo. Neque ignorans, neque invítus quisque donat, nadie da ignorándolo o contra su voluntad. Principio jurídico. Neque leges sine armis, neque arma sine légibus, ni leyes sin armas, ni armas sin leyes. Nervus belli pecunia infinita, el nervio de la guerra es el dinero sin límites. Cicerón, Filípicas, 5,2,5. Nescit labi virtus, la virtud no sabe resbalar. Nescit otiari virtus, la virtud no sabe estar ociosa. Ni [= nisi] fallor, si no me engaño. Nihil ad rem, nada respecto al asunto. Completamente irrelevante. Nihil agendo hómines male ágere discunt, no haciendo nada los hombres aprenden a obrar mal [cf. la ociosidad es la madre de todos los vicios]. Columela. De re rústica, 11,1,26. Nihil commune habet propríetas cum possesione, la propiedad nada tiene en común con la posesión. Digesto, 41,2,12,1. Nihil consensui tam contrarium est quam vis atque metus, nada hay tan contrario al consenso como la violencia y el miedo. Ulpiano. Nihil de mortuis nisi bonum, nada se dice sobre los muertos sino lo bueno. Nihil diffícile volenti, nada hay difícil para el que quiere. Nihil dolo créditor facit, qui suum récipit, nada hace con dolo el acreedor que recobra lo suyo. Digesto, 50,17,129. Nihil est aliud fálsitas nisi veritatis imitatio, la falsedad no es otra cosa que la imitación de la verdad. Justiniano. Nihil est aliud heréditas quam sucessio in universum ius quod defunctus habuit, la herencia no es otra cosa que la sucesión en todo el derecho que tuvo el difunto. Digesto, 50,16,24. 99 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Nihil novum sub sole
Nihil novum sub sole, nada nuevo bajo el sol. Eccles. 1,10. Nihil obstat, nada se opone [fórmula con que la censura eclesiástica manifiesta su aprobación para la publicación de un libro]. Nihil pretiósius témpore, nada hay más valioso que el tiempo. Nihil prius fide, nada antes que la fe; divisa del escudo del Colegio Notarial de Madrid. Nihil vólitum quin praecógnitum, nada es querido si no ha sido conocido antes. Aforismo escolástico. Nóbili loco natus, nacido en lugar noble; de noble cuna. Noli me tángere, no me toques [palabras de Jesús a la Magdalena]. S. Juan, 20,17. Nólite iudicare ut non iudicémini, no juzgueis, para que no seais juzgados. S. Mateo, 7,1. Nómina stultorum semper pariétibus instant, los nombres de los necios están escritos siempre en las paredes. Nóminor quia leo, [esto es para mí], porque me llamo león [de la fábula de Fedro]. Non avaro divítiae, sed divítiis avarus servit, no son las riquezas las que sirven al avaro, sino el avaro el que sirve a las riquezas. Non bis in idem, no dos veces por lo mismo, es decir, no se puede juzgar dos veces a una misma persona por el mismo delito. Principio jurídico. Digesto, 50,17,57. Non cadit in virum bonum mentiri, el mentir no es propio de un hombre de bien. Non debet actori licére quod reo non permíttitur, no debe permitirse al acusador lo que no se permite al reo. Digesto, 50,17,41. Non debet álteri per álterum iniqua condicio inferri, no se debe inferir a uno una injusta condición por medio de otro. Papiniano. Regla de Derecho Romano. Non debet cui plus licet, id quod minus est non licére, no se le debe privar de lo que es menos al que se le permite lo más. Digesto, 50,17,21. Non debet nócere factum altérius ei qui nihil fecit, el hecho de uno no debe causar daño a otro que nada hizo. Digesto, 39,1,5,5. Non debet uni licére quod álteri non permíttitur, no debe ser lícito para uno lo que no se permite al otro. Principio jurídico. Non decet, no es conveniente; no está bien. Non ex opiniónibus singulorum sed ex communi usu nómina exaudiri debent, las palabras deben interpretarse no según la opinión de cada uno, sino de acuerdo con el uso común. Digesto, 33,10,7,2. 100 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Non exemplis sed légibus est iudicandum
Non exemplis sed légibus est iudicandum, no se ha de juzgar basándose en precedentes, sino con arreglo a las leyes. Cód. Justin., 7,45,13. Non expedit, no conviene. Non in solo pane vivit homo, no sólo de pan vive el hombre. Deuter., 8,3; S. Mat., 4,4; S. Luc., 4,4. Non licet, no es lícito; no está permitido. Non licet ómnibus adire Corinthum, no a todos les está permitido visitar Corinto. Non liquet, no está claro. Non natus, no nacido. Non óbiit, ábiit, no murió, partió. Non omne quod licet honestum est, no todo lo que es lícito es honesto. Digesto, 50,17,144pr. Non pax sine iustitia, sin justicia no hay paz. Non placet, no agrada. Non plus ultra, no [hay tierra] más allá; grado máximo de perfección. Non potest dolo carére qui imperio magistratus non obtémperat, no puede estar libre de dolo el que no obedece la orden del magistrado. Digesto, 50,17,199. Non potest ignorari quod públicum notum sit, no se puede ignorar lo que es públicamente notorio. Principio jurídico. Non potest ímprobus videri qui ignorat quantum sólvere débeat, no puede considerarse malvado el que ingnora cuánto debe. Digesto, 50,17,99. Non potest negari, no puede negarse. Non potest usucápere qui scienter mala fide póssidet rem alienam, no puede adquirirla por usucapión el que, a sabiendas, posee de mala fe una cosa ajena. Digesto, 41,3,38. Non potest videri desiisse habere qui numquam habuit, no se puede considerar que dejó de tener el que nunca tuvo. Digesto, 50,17,208. Non ratione imperii, sed rationis imperio, no por la razón de la fuerza, sino por la fuerza de la razón. Principio de derecho. Non sancta, no santo, no decente; cosas no santas. Non scholae sed vitae díscimus, no aprendemos para la escuela, sino para la vida. Séneca, Epist. ad Lucilium, 106,12. Non solent, quae abundant vitiare scripturas, lo que abunda [en los escritos] no suele viciar las escrituras. Digesto, 50,17,94. 101 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Non súfficit ut iudex sciat, sed necesse est ut órdine iuris sciat
Non súfficit ut iudex sciat, sed necesse est ut órdine iuris sciat, no basta que el juez sepa, sino que es necesario que sepa como resultado del juicio. Principio de derecho. Non sunt neganda clara propter quaedam obscura, no hay que negar lo claro porque algo esté oscuro. Principio jurídico. Non uni líceat quod álteri non permíttitur, no sea lícito para uno lo que no se permite a otro. Principio jurídico. Non ut edam vivo, sed ut vivam edo, no vivo para comer, sino que como para vivir. Quintiliano, Instit. orat., 9,3,85. Non valet sententia lata de re non petita, no tiene valor la sentencia dictada sobre una cosa no reclamada. Digesto, 10,3,18. Non vidébitur réddita res quae deterior facta rédditur, no se considera restituida la cosa que se devuelve deteriorada. Principio jurídico. Digesto, 13,6,3,1. Non videntur rem amíttere quibus propria non fuit, no parece que pierden una cosa los que no la tuvieron como propia. Papiniano. Regla de Derecho Romano. Digesto, 50,17,83. Non videtur possessionem adeptus is qui ita nactus est, ut eam retinére non possit, no se considera que ha alcanzado la posesión el que la adquirió de tal modo que no pueda retenerla. Digesto, 41,2,22. Non videtur vim fácere qui iure suo útitur et ordinaria actione experítur, no se considera que ejerce violencia el que hace uso de su derecho y ejecuta la acción voluntaria. Digesto, 50,17,155,1. Non vult heres esse, qui ad alium transferre voluit hereditatem, no quiere ser heredero quien quiso transferir la herencia a otro. Digesto, 50,17,6. Nosce te ipsum, conócete a ti mismo. Inscripción de Delfos. Nota bene, nótese bien; obsérvese; tómese buena nota. Novíssima voluntas servatur, la última voluntad [del testador] es la que prevalece. Principio jurídico. Digesto, 34,4,6,2. Novus rex, nova lex, nuevo rey, nueva ley. Aforismo jurídico. Nox fugit Historiae lumen dum fulget Íberis, la noche huye mientras brilla para los Íberos la luz de la Historia [mote de la Academia de la Historia]. Noxa caput séquitur, la responsabilidad del delito incumbe al delincuente. Gayo, 4,77; Digesto, 44,7,14. Nudum pactum, pacto desnudo [sin condiciones especiales]. Nulla aetas ad discendum sera, ninguna edad es tardía para aprender [= nunca es tarde...]. 102 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Nulla dies sine línea
Nulla dies sine línea, ningún día sin [escribir] una línea. Plinio el Viejo, Nat. Hist., 35,36,12. Nulla est venditio, quoties in materia erratur, la venta es nula cuando hay error en la materia. Principio jurídico. Nulla iniuria est, quae in volentem fiat, no hay injuria si se hace a quien la consiente. Ulpiano; Digesto, 47,10,1,5. Nulla intelligitur mora ibi fieri, ubi nulla petitio est, cuando ninguna petición hay, se entiende que ningún retraso se produce. Escévola. Regla de Derecho Romano. Digesto, 50,17,88. Nulla lex satis cómmoda ómnibus est, ninguna ley es bastante conveniente para todos. T. Livio, 34,3,5. Nulla poena sine lege, ningún castigo sin ley. Principio jurídico. Digesto, 50,16,131,1. Nulla régula sine exceptione, no hay regla sin excepción. Nulla voluntas errantis est, donde hay error no hay voluntad [de cometerlo]. Digesto, 39,3,20. Nullíus, de nadie. Nullíus est quod multorum esse potest, no es de nadie lo que puede ser de muchos. Nullo auctore, nullus iudex, si no hay demandante, no hay juez. Nullum crimen sine lege, ningún delito sin ley. Feuerbach. Principio jurídico. Númerus clausus, número cerrado, cantidad limitada; se aplica sobre todo a la admisión de alumnos en un centro docente. Nummus nummum parit, el dinero pare dinero; dinero llama dinero. Nunc aut numquam, ahora o nunca. Nunc dimittis, ahora puedes dejar marchar [= puedes ya dejar ir a tu siervo en paz...]. S. Lucas, 2,29. Nunc est bibendum, bebamos ahora [= ahora hay que beber]. Horacio, Odas, 1,37,1. Nunc et semper, ahora y siempre. Nunquam est fidelis cum potente socíetas, la alianza con el poderoso nunca es de fiar. Fedro, 1,5,1. Nuptiae sunt coniunctio maris et féminae et consortium omnis vitae, divini et humani iuris communicatio, el matrimonio es la unión de hombre y mujer, consorcio de toda la vida y comunicación del derecho divino y humano. Digesto, 23,2,1. 103 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Nuptias non concúbitus, sed consensus facit
Nuptias non concúbitus, sed consensus facit, lo que constituye las nupcias no es el concúbito, sino el consentimiento. Digesto, 50,17,30. Nusquam libertas tam necessaria est quam in matrimonio, en ningún caso es tan necesaria la libertad como en el [contraer] matrimonio. Quintiliano, Declamationes, 257. Nutrimentum spíritus, alimento del espíritu [inscripción que figura en algunas bibliotecas].
104 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
O O sancta simplícitas!, ¡oh santa simplicidad! O témpora! O mores!, ¡oh tiempos!, ¡oh costumbres! Cicerón, Catil, 1,2; Verrinas, 4, 25, 56. O Tite tute Tati, tibi tanta tyranne tulisti!, ¡oh Tito Tacio, tirano, tú mismo te atrajiste tamañas desgracias! Ennio. Ejemplo de aliteración. Óbiit, murió. Óbiit sine prole, murió sin descendencia. Óbiter dicta, opiniones dichas de pasada. Plinio el Viejo, Nat. Hist., 36,19. Obligat lex simul atque promulgata est, obliga la ley tan pronto como ha sido promulgada. Cód. Justin., 1,14,9. Obligatio, obligación. Obligatio ad genus pértinens, obligación genérica. Digesto, 17,1,52. Obligatio in sólidum, obligación solidaria. Obligatio semel extincta non reviviscit, la obligación, una vez extinguida, no se restablece. Digesto, 2,14,27,2; Cód. Justin., 8,25,9. Obligationes consensu contractae, obligaciones consensuales. Obligationes ex contractu, ex delicto, quasi ex contractu, quasi ex delicto, obligaciones nacidas del contrato, del delito, cuasicontractuales, cuasidelictuales. Oboedientia non praesúmitur consensu, con la obediencia no se presume consentimiento. Principio jurídico. Obsequium amicos, véritas odium parit, la complacencia procura amigos, la verdad crea odio. Terencio, Andria, 1,1,48. 105 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Occasio facit furem
Occasio facit furem, la ocasión hace al ladrón. Occupantis melior est condicio, la condición del que ya ocupa es mejor [para poseer algo]. Óculum pro óculo, dentem pro dente, ojo por ojo; diente por diente [ley del talión]. Éxodo, 21,24. Óculus dómini saginat equum, el ojo del amo engorda al caballo. Proverbio antiguo. Óderint dum métuant, que me odien, con tal que me teman [frase atribuida a Calígula]. Cicerón. De off., 1,28,97; Filip., 1,14,34; Suetonio, Calig, 30,1. Óderint dum probent, que me odien con tal que me respeten [frase atribuida a Tiberio]. Suetonio, Tib., 59,2. Odi et amo, odio y amo; te odio y, sin embargo, te quiero. Catulo, 85,1. Officcii necessitas excusat, la necesidad excusa el cumplimiento de un deber. Digesto, 34,9,5,13. Offícium suum némini debet esse damnosum, un favor no debe causar daño al que lo hace. Principio jurídico. Digesto, 29,3,7. Olim possesor, hodie possesor, semper possesor, el que poseyó antaño y posee hoy, es siempre poseedor. Principio jurídico. Omne bene, todo está bien. Omne cómmodum cum suo ónere pertransit, todo beneficio pasa con sus cargas. Principio jurídico. Omne ius aut consensus facit aut necéssitas constituit aut consuetudo firmavit, todo derecho lo hace o el consentimiento general o lo constituye la necesidad o lo estableció la costumbre. Principio jurídico. Omne tulit punctum qui míscuit útile dulci, consiguió todos los votos el que mezcló lo útil con lo agradable. Horacio, Arte Poét., 343-44. Omnes casus légibus comprehendi non possunt, no todos los casos pueden ser abarcados por las leyes. Principio jurídico. Omnes hómines aequales sunt, todos los hombres son iguales [ante la ley]. Digesto, 50,17,32. Omnia hómini dum vivit speranda sunt, todo debe ser esperado por el hombre mientras vive; mientras hay vida, hay esperanza. Séneca, Epist. ad Lucilium, 70,6. Omnia mea mecum porto, llevo conmigo todas mis cosas. Cicerón, Paradoxa, 1,1. Omnia mors aequat, la muerte todo lo iguala. Claudiano, De raptu Proserpinae, 2,302. 106 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Omnia non póssumus omnes
Omnia non póssumus omnes, no todos lo podemos todo. Virgilio, Bucól, 9,63. Omnia praeclara sunt rara, todas las cosas muy brillantes son raras. Cicerón, De amicitia, 21,79. Omnia praesumuntur legítime facta, donec probetur contrarium, se presume que todo se hizo legalmente, mientras no se demuestre lo contrario. Omnia quae iure contrahuntur, contrario iure péreunt, todo lo que se contrata por un derecho se extingue por un derecho contrario. Digesto, 50,17,100. Omnia rara, cara, todas las cosas raras son costosas [= nos son queridas]. Omnia sunt incerta, cum a iure discessum est, todo es incierto, cuando se aparta del derecho. Cicerón, Epist. ad fam., 9,16,3. Omnia vincit amor, el amor triunfa de todo. Virgilio, Bucól, 10,69. Ómnibus movílibus mobilior sapientia, de todo lo que se mueve, lo que más se mueve es la sabiduría. Mote de la U.N.E.D. [Universidad Nacional de Educación a Distancia]. Ómnibus unus, uno para todos. Omnis fructus rei ad fructuarium pértinet, todo fruto producido por la cosa pertenece al usufructuario. Digesto, 7,1,7. Omnis poena non tam ad delictum pertinet quam ad exemplum, todo castigo se aplica no tanto por el delito como para el ejemplo. Quintiliano, Declamationes, 247. Omnis vis testamenti sólvitur, si hereditatem nemo subit, todo el valor del testamento se anula, si nadie recibe la herencia. Ómnium consensu, con el consentimiento de todos. Principio jurídico. Onus probandi incumbit actori, la carga de la prueba incumbe al demandante. Principio jurídico. Digesto, 22,3,21. Ópera minora, obras menores [= menos importantes de un autor]. Ópera omnia, todas las obras; obras completas [de un autor]. Ópera prima, el primer libro de un autor. Ópere citato [op. cit.], en la obra citada. Oportet esse ut vivas, non vívere ut edas, conviene comer para vivir, no vivir para comer. Retórica a Herenio, 4,28,39. Óptima est legum interpres consuetudo, la costumbre es la mejor intérprete de la ley. Digesto, 1,3,37. Óptimus interpres rerum usus, el mejor intérprete de las cosas es su uso. 107 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Opus
Opus, obra musical catalogada [acompañada del número con que figura en el catálogo de las de su autor]. Opus citatum, obra citada [= op. cit.]. Opus Dei, Obra de Dios [instituto secular católico]. Opus iustitiae pax, la paz es obra de la justicia. Divisa de Pío XII Opus laudat artíficem, la obra ensalza a su autor. Ora et labora, reza y trabaja; divisa de la Orden Benedictina. Ora pro nobis, ruega por nosotros. Ordo iudiciorum privatorum, tramitación de los juicios privados. Justin. Instit., 3,12pr. Ostiatim, de puerta en puerta. Otia dant vitia, los ocios engendran los vicios. Otium cum dignitate, ociosidad digna. Cicerón, De oratore, 1,1. Otium divos rogat in patenti prensus Aegéo, ocio ruega a los dioses el navegante sorprendido en alta mar en el Egeo. Horacio, Odas, 2,16. Otium est pulvínar diáboli, el ocio es la almohada del diablo. Otium malorum omnium origo, el ocio es el origen de todos los males. Otium sine lítteris mors est et hóminis vivi sepultura, el ocio sin lectura es muerte y sepulcro del hombre en vida. Séneca, Epist. ad Lucilium, 82,3.
108 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
P Pacta non sint violanda, los pactos no deben violarse. Pacta quae turpem causam cóntinent non sunt observanda, los pactos que contienen una causa vergonzosa no deben cumplirse. Digesto, 2,14,27,4. Pacta sunt servanda, los pactos deben cumplirse. Digesto, 2,14,1pr. Pactum de contrahendum, pacto de negociación. Paenitentia sera, raro vera, arrepentimiento tardío, raramente verdadero. Palam est coram plúribus, públicamente es en presencia de muchos. Digesto, 50,16,33. Pállida mors aequo pulsat pede páuperum tabernas regúmque turres, la pálida muerte golpea con el mismo pie las chozas de los pobres y los palacios de los reyes. Horacio, Odas, 1,4,13. Pane lucrando, para ganarse el pan; para ganarse la vida. Panem et circenses, pan y espectáculos circenses. Juvenal, 10,81. Panem nostrum quotidiánum da nobis hódie, danos hoy nuestro pan de cada día. Pange lingua, gloriosi Córporis mysterium..., canta, lengua, el misterio del Cuerpo glorioso... [primeras palabras de un himno eucarístico]. Papam habemus, tenemos papa. Par debet esse ratio cómmodi et incómmodi, debe ser igual la razón de las ventajas y de los inconvenientes. Principio jurídico. Par ímparem non habet imperium, entre iguales no hay derechos preferentes. Principio jurídico. 109 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Parce
Parce, perdona tú. Parce mihi, perdóname. Párcere subiectis et debellare superbos, perdonar a los sometidos y derrotar a los soberbios. Virgilio, Eneida, 6,853. Pari passu, con paso igual; al mismo ritmo; a la vez. Pária sunt aliquid non fácere et non iure fácere, son cosas iguales no hacer algo y hacerlo sin derecho. Páribus delictis par imponenda est poena, a los mismos delitos debe imponérseles la misma pena. Parietes papyrus stultorum, las paredes son el papel de los necios. Pars pro toto, la parte por el todo. Parturiunt montes, nascetur ridículus mus, los montes están de parto, nacerá un ridículo ratón. Horacio, Ars poet., 139. Partus ventrem séquitur, el hijo sigue al vientre [= la condición de su madre]. Digesto, 6,1,5,2; Cód. Justin., 3,32,7. Parum accípere plus est quam nihil ómnino, recibir poco es más que no recibir nada en absoluto. Parum loqui, multa fácere, hablar poco y hacer mucho. Parum pro níhilo reputatur, lo poco se considera como nada. Parvo vívitur bene, se vive bien con poco. Passim, por doquiera; a cada paso. Pater est quem núptiae demonstrant, el padre es aquél a quien ponen de manifiesto las nupcias [= el que legalmente está casado con la madre]. Digesto, 2,4,5. Pater familias, padre de la familia. Digesto, 1,6,4; 50,16,195,2. Pater putativus, padre tenido por tal; el que es considerado como padre, aunque no lo sea. Patrem habenti tutor non datur, a quien tiene padre no se le da tutor. Principio jurídico. Patria potestas in pietate debet, non atrocitate consístere, la patria potestad debe consistir en la piedad, no en la crueldad. Digesto, 48,9,5. Patris delictum fílio innocenti nocére non debet, el delito del padre no debe perjudicar al hijo inocente. Principio jurídico. Pax et bonum, paz y bien. Lema de la Orden Franciscana. Pax tecum, portapaz [lit. la paz sea contigo]. Pax vobis, la paz sea con vosotros. S. Juan, 20,19. 110 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Peccata minuta
Peccata minuta, faltas leves, sin importancia. Peccatum non dimíttitur nisi restituatur ablatum, el pecado no se perdona sin la restitución. Principio jurídico. Pecunia ánima et sanguis est mortálibus, el dinero es el alma y la sangre para los mortales. Pecunia communis est rerum utílium mensura, el dinero es la medida común de todas las cosas útiles. Principio jurídico. Pecunia non olet, el dinero no huele [frase atribuida a Vespasiano]. Suetonio, Vespas., 23,3. Pecunia soluta praesúmitur solventis, nisi contrario probetur, se presume que, pagado el dinero, era de quien lo pagó, salvo que se pruebe lo contrario. Principio jurídico. Pecunia sua, con su propio dinero. Pendente lite, mientras el caso está pendiente. Pensum, tarea; peso de lana que había que hilar en un día. Per áccidens, por accidente; de modo accidental; por las circunstancias. Per annum, por año; anualmente. Per áspera ad astra, a través de las dificultades, hacia las estrellas. Per cápita, por cabeza; individualmente. Per fas et per nefas, por lo justo y por lo injusto; por una cosa o por otra. Per iocum, en broma; por juego; por diversión. Per maiorem partem públice fit quod refertur ad universos, los acuerdos de la mayoría se considera que afectan a todos. Per procurationem, por delegación. Per saécula saeculorum, por los siglos de los siglos. Per se, por sí mismo; esencialmente; por su propia naturaleza. Peractis peragendis, hecho lo que debía hacerse. Perfecta emptione perículum ad emptorem réspicit, consumada la compra, el riesgo afecta al comprador. Principio jurídico. Digesto, 18,6,8pr. Perfundet omnia luce, lo inunda todo con su luz [lema de la Universidad Complutense de Madrid]. Perículum eius esse debet cuius cómmodum est, debe correr el riesgo el que recibe la utilidad. Principio jurídico. Perpetuum móbile, movimiento contínuo [en Física]. Persona non grata, persona indeseable [leng. diplomático]; persona rechazada. 111 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Personale pactum ad álium non pértinet, quemádmodum nec ad heredem
Personale pactum ad álium non pértinet, quemádmodum nec ad heredem, un pacto personal no pertenece a otro, ni tampoco al heredero. Digesto, 2,14,25. Péssimum genus ignorantiae, ignorare quod omnes intélligunt, la peor clase de ignorancia es ignorar lo que entienden todos. Principio de derecho. Petente populo, a petición del pueblo. Petitori incumbit probatio, la prueba incumbe al demandante. Philosophía est rerum humanarum divinarumque cognitio cum studio bene vivendi coniuncta, Filosofía es el conocimiento de las cosas humanas y divinas junto con el deseo de una vida honesta. S. Isidoro, Etimologías, 2,24. Philósophum non facit barba, la barba no hace al filósofo [cf. el hábito no hace al monje]. Pietas fundamentum est ómnium virtutum, la piedad es el fundamento de todas las virtudes. Cicerón, Plancio, 12,29. Pignus proprie rei móbilis constitúitur, la prenda se constituye propiamente con cosa mueble. Digesto, 50,16,238,2. Pinxit, lo pintó [precede en los cuadros al nombre o a la firma del pintor]. Piscem vorat maior minorem, el pez grande se come al chico. Placebo, lit. agradaré; medicamento que se administra al paciente, no para curarlo, sino para contentarlo. Plácet, parece bien; aprobación, por parte del gobierno de un país, de la designación de una persona como representante en él de otro país. Pláudite, cives, aplaudid, ciudadanos [petición del aplauso, al final de la obra teatral]. Plectatur cápite, sea condenado a pena capital. Las XII Tablas. Plenus venter fácile de ieiunis dísputat, el vientre lleno discute fácilmente sobre ayunos. S. Jerónimo, Epist., 58,2,320. Plerumque emptoris éadem causa esse debet circa petendum ac defendendum quae fuit auctoris, generalmente la causa del comprador, en cuanto a pedir y a defenderse, debe ser la misma que fue la del vendedor. Digesto, 50,17,156. Plerumque fit, ocurre muchas veces. Pluralia tantum, solamente plurales [se emplean sólo en plural]. Plus, más; sust. gratificación; sobretasa. Plus actum quam scriptum valet, vale más lo hecho que lo escrito. Principio jurídico. Gayo, 4,53a-53d; Justin. Inst., 4,6,33a. 112 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Plus aequo
Plus aequo, más de lo justo; excesivamente. Plus cautionis in re quam in persona, hay más garantía en la cosa que en la persona. Expresión jurídica. Plus minusve, más o menos; poco más o menos. Plus peccat auctor quam actor, es más culpable el instigador que el delincuente. Principio de derecho. Plus ultra, más allá. Plus valet unus testis affirmans quam mille negantes, más vale un testigo que afirma que mil que niegan. Principio de derecho. Pódium, pedestal, podio. Poeta náscitur, non fit, el poeta nace, no se hace. Póllice verso, con el dedo pulgar vuelto [hacia abajo; para condenar a muerte a un gladiador vencido]. Juvenal, 3,36. Pons asinorum, puente de los asnos [problema difícil para un ignorante]. Póntifex Máximus, Sumo Pontífice, Papa [jefe de todos los sacerdotes de la antigua Roma; después, jefe supremo de cualquier religión]. Pórtio agri videtur aqua viva, el manantial se considera parte de la finca. Principio jurídico. Posséssio ad imáginem domínii redacta est, la posesión está considerada como una especie de dominio. Principio jurídico. Possessor malae fídei ullo témpore non praescribit, el poseedor de mala fe no prescribe en ningún tiempo. Principio jurídico. Possessor pro dómino habetur, el poseedor es considerado como dueño. Principio jurídico. Póssidet cuius nómine possidetur, posee aquel en cuyo nombre se posee. Digesto, 41,2,18pr. Post Christum [natum], después del nacimiento de Cristo [para indicar una fecha]. Post data, después de dada [la carta]. Post factum, después del hecho. Post fata resurgam, renaceré después de muerta [alude al ave fénix]. Post hoc, después de esto. Post merídiem [P.M.], después del mediodía. Post mortem, post óbitum, después de la muerte. Post partum, posterior al parto; después del parto. 113 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Post scriptum
Post scriptum, posdata; después de lo escrito. Pótior est causa eius qui certat de damno vítando, quam illíus qui certat de lucro captando, es mejor la causa del que litiga para evitar un perjuicio, que la del que litiga para obtener una ganancia. Principio de derecho. Pótior in tempore, pótior in iure, el primero en el tiempo es el primero en el derecho. Principio jurídico. Potior iure, con mayor derecho. Potius sero quam nunquam, más vale tarde que nunca. T. Livio, 4,2,11. Praescribens solventi símilis est, la prescripción equivale al pago. Praestat cautela quam medela, más vale prevenir que curar. Praetermissis praetermittendis, pasando por alto todo lo que era preciso pasar. Precárium est quod précibus petenti utendum concéditur, tamdiu quamdiu is qui concessit pátitur, precario es lo que se concede al que lo pide con ruegos, para usarlo mientras lo consiente el que lo concedió. Digesto, 43,26,1pr. Preces armatae, ruegos que son órdenes. Pretium doloris, el precio del dolor [compensación por el sufrimiento físico]. Prima facie, a primera vista. Prima manus, primera mano [directamente del autor]. Prima non datur et última dispensatur, la primera [clase] no se da y la última se dispensa. Primo occupanti terra pértinet, la tierra pertenece al primero que la ocupa. Principio jurídico. Primum vívere, deinde philosophari, primero vivir, después filosofar. Primus circumdedisti me, tú has sido el primero que me has rodeado [= que has dado la primera vuelta al mundo; alusión a Elcano]. Primus inter pares, el primero entre iguales. Prior témpore, potior iure, primero en el tiempo, mejor en el derecho. Digesto, 20,4,3; Cód. Justin, 8,18,4. Prior traditione, potior iure, primero en la tradición, mejor en el derecho. Cód. Justin., 3,23,5. Priusquam incipias consulto; et ubi consulueris, mature facto opus est, antes de comenzar es preciso reflexionar y, cuando se ha reflexionado, hay que actuar con rapidez. Salustio, Cat., 1,6. Privatorum conventio iuri público non dérogat, el acuerdo de los particulares no deroga el derecho público. Principio jurídico. Digesto, 50,17,45,1. 114 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Privatum cómmodum público cedit
Privatum cómmodum público cedit, una ventaja personal cede ante el interés público. Privatum incómmodum público bono pensatur, una desventaja personal se compensa con el bien público. Privilegium aggratiandi, privilegio de conceder el perdón. Privilegium est lex privata et contra ius commune, el privilegio es una ley privada y contraria a lo que es derecho general. Principio jurídico. Privilegium non valet contra rempúblicam, el privilegio carece de valor cuando atenta contra el Estado. Privilegium personale non transit ad heredem, el privilegio personal no se transfiere al heredero. Principio jurídico. Privilegium personale personam séquitur et extínguitur cum persona, el privilegio personal acompaña a la persona y se extingue con ella. Digesto, 50,17,196. Pro aris et focis, en defensa de los altares y de los hogares [= de la religión y de la patria]. Cicerón, Pro Roscio Amerino, 5. Pro domo sua, por su casa; por su propio interés. Título de un discurso de Cicerón. Pro herede gérere est pro dómino gérere, el que obra como heredero obra como dueño. Principio jurídico. Pro indiviso, se aplica a los bienes que permanecen en común, sin que puedan dividirse. Pro mundi benefício, en beneficio del mundo [divisa del escudo de Panamá, por el canal de su nombre]. Pro operário, en favor del trabajador [derecho laboral]. Pro pane lucrando, para ganarse el pan. Pro patria mori, morir por la patria. Pro pópulo, por el pueblo; en favor del pueblo [misa]. Pro rata [parte], según una parte calculada; cuota individual [de algo repartido entre varios]. Gayo, 2,254 i.f.; Justin. Inst., 2,23,5. Pro tribunali, delante del tribunal; en el tribunal. Expresión jurídica. Digesto, 37,1,3,8; 38,15,2, 1 y 2. Pro veritate habetur, se considera como verdadero. Probare debet qui dicit non qui negat, debe probar quien afirma, no quien niega. Probatio est demonstrationis véritas, la prueba es la verdad de la demostración [= la demostración veraz del hecho]. 115 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Probatio onus petitoris, cómmodum possessoris
Probatio onus petitoris, cómmodum possessoris, la prueba es una carga para el demandante y una ventaja para el poseedor. Probatio rei negantis factum nulla est, el reo que niega el hecho no está obligado a dar la prueba. Probatio specialis praevalet generali, la prueba específica prevalece sobre la genérica. Probatio vincit praesumptionem, la prueba prevalece sobre la presunción. Principio jurídico. Procul dubio, sin duda alguna; lejos de la duda. Procurator est qui aliena negotia mandatu dómini administrat, procurador es el que, por mandato del dueño, administra negocios ajenos. Digesto, 3,3,1pr. Prodesse sibi unusquisque, dum álii non nocet non prohibetur, no está prohibido que cada uno se favorezca a sí mismo, mientras no perjudique a otro. Digesto, 39,3,1. Proprie dícitur res non réddita quae deterior rédditur, con razón se dice que no se ha devuelto la cosa que se devuelve en mal estado. Principio jurídico. Propter necessitatem illícitum effícitur lícitum, en caso de necesidad, lo ilícito se convierte en lícito. Principio jurídico. Propter nuptias, por razón de matrimonio; a causa del matrimonio. Propter privatorum cómmodum non debet communi utilitati praeiudicari, no debe perjudicarse la utilidad pública por la utilidad privada. Principio de derecho. Proscríptio bonorum, anuncio de venta de bienes [hecha por el acreedor como pignoración o subasta de los bienes de un deudor insolvente]. Expresión jurídica. Prosit, que aproveche [la comida o bebida]. Provecta aetate, de avanzada edad. Provisio hóminis tollit provisionem legis, la previsión del hombre invalida la previsión de la ley. Principio de derecho. Públicum bonum privato est praeferendum, el interés público debe anteponerse al privado. Principio jurídico. Pulchra Leonína, hermosa [catedral] de León. Pulvis es et in púlverem revertéris, polvo eres y volverás al polvo [= y en polvo te convertirás]. Gén., 3,19.
116 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Q Qua de causa?, ¿por qué causa? Quae consensu contrahuntur, consensu dissolvuntur, lo que se contrae por el consentimiento, por el consentimiento se disuelve. Cód. Justin., 4,45,1. Quae contra ius fiunt, debent útique pro infectis haberi, lo que se hace contra derecho, debe considerarse como no hecho. Principio jurídico. Cód. Just., 1,2,14,4. Quae dubitationis tollendae causa contráctibus inseruntur, ius commune non laedunt, lo que se inserta en los contratos para evitar dudas, no perjudica al derecho común. Digesto, 50,17,81. Quae in áliis libertas est, in áliis licentia vocatur, lo que en unos es libertad, en otros se llama libertinaje. Quintiliano, Inst. orat., 3,8,48. Quae in domo altérius reperiuntur, eius esse praesumuntur, lo que se encuentra en la casa de alguien, se presume que es de éste. Quae in favorem alicuius introducta sunt, contra eum retorqueri non possunt, lo que se ha establecido en favor de alguien no puede convertirse en su daño. Principio jurídico. Quae in testamento ita sunt scripta, ut intélligi non possint, perinde sunt ac si scripta non essent, lo que en un testamento se ha escrito de manera que no se pueda entender, es lo mismo que si no se hubiera escrito. Digesto, 50,17,73,3. Quae non est plena véritas est plena fálsitas, non semivéritas, lo que no es plena verdad es plena falsedad, no una verdad a medias. Principio jurídico. Quae peccávimus iúvenes, luímus senes, lo que hemos pecado de jóvenes, lo pagamos de viejos. 117 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Quae plus damni quam utilitatis áfferunt, inter bona non adnumerantur
Quae plus damni quam utilitatis áfferunt, inter bona non adnumerantur, las cosas que aportan más daño que provecho no se cuentan entre los bienes. Principio de derecho. Quae propter necessitatem recepta sunt, non debent in argumentum trahi, lo que fue admitido por necesidad, no debe admitirse como argumento de prueba. Digesto, 50,17,162. Quae rerum natura prohíbentur, nulla lege confirmata sunt, lo que está prohibido por la naturaleza de las cosas, no está confirmado por ley alguna. Principio jurídico. Digesto, 50,17,188,1. Quae sine culpa accidunt a nullo praestantur, lo que sucede sin culpa no acarrea responsabilidad. Digesto, 50,17,23. Quae sunt Caésaris, Caésari, et quae sunt Dei, Deo, [dad] al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. S. Mateo, 22,21. Quae sunt eadem uni tértio sunt eadem inter se, las cosas que son iguales a una tercera son iguales entre sí. Principio de indentidad. Quaedam iura non scripta, sed ómnibus scriptis certiora sunt, existen derechos no escritos que son más ciertos que todos los escritos. Séneca, Contr., 1. Quaérite et invenietis, buscad y hallaréis. S. Lucas, 11,9 y S. Mateo, 7,7. Quaestio iuris, cuestión de derecho. Quaéstus intellígitur qui ex ópera cuiusque descendit, se entiende por ganancia lo que procede del trabajo de cada uno. Digesto, 17,2,8. Quam quisque norit artem, in hac se exérceat, que cada cual practique el arte que conozca. Cicerón, Tuscul. disput., 1,18,41. Quandoque bonus dormitat Homerus, algunas veces dormita el buen Homero. Horacio, Ars poet., 359. Quanto altior est ascensus, tanto durior descensus, cuanto más alta sea la subida, tanto más dura será la bajada. S. Jerónimo, Régula Monachorum, 15. Quantum libet, cuanto desee; a voluntad. Quantum meruit, según sus merecimientos. Quantum placet, cuanto agrade; a voluntad. Quantum satis [Q.S.], cuanto sea suficiente [fórmula famacéutica]. Quasi nulla est actio quae exceptione repéllitur, es como nula la acción rechazada por una excepción. Principio jurídico. Quem dii díligunt, adulescens móritur, aquel a quien los dioses aman, muere joven. Plauto, Bácchides, 816-17 [tomado de Menandro]. 118 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Qui amat perículum in illo peribit
Qui amat perículum in illo peribit, quien ama el peligro en él perecerá. Eccli, 3,27. Qui ásinum non potest, stratum caedit, el que no puede apalear al asno apalea la albarda. Satiricón, 45,8. Qui auctore iúdice comparavit, bonae fidei possesor est, el que compró con la autoridad del juez es poseedor de buena fe. Digesto, 50,17,137. Qui bene amat, bene castigat, quien bien ama, bien castiga [cf. quien bien te quiere te hará llorar]. Qui bonis césserint, nisi sólidum créditor recéperit, non sunt liberati, los que hubieran hecho cesión de bienes no quedan libres si el acreedor no hubiera recibido la totalidad. Cód. Justin., 7,71,1. Qui clam delinquunt, plus delinquunt quam qui palam, los que delinquen ocultamente, delinquen más que los que delinquen abiertamente. Digesto, 23,2,68. Qui cum possit non próhibet, iubet, el que pudiendo no prohibe, consiente. Principio de derecho. Qui damnare potest, is absolvendi quoque potestatem habet, el que puede condenar, tiene también la potestad de absolver. Digesto, 42,1,3. Qui dat mutuum, amicum vendit, inimicum emit, quien concede un préstamo vende un amigo y compra un enemigo. Qui de uno dicit de áltero negat, quien afirma algo, niega lo contrario. Principio jurídico. Qui desíderat pacem, praéparet bellum, quien desea la paz, prepare la guerra. Vegecio, Epítoma rei militaris, 3. Qui facit per alium, facit per se, el que delega en otro obra por sí mismo. Principio jurídico. Digesto, 26,7,5,3. Qui festinat ditari non est ínnocens, el que se apresura a enriquecerse, no es inocente. Qui gladio ferit, gladio perit, quien hiere con la espada, perece con la espada [cf. quien a hierro mata, a hierro muere]. S. Mateo, 26,52. Qui intélligit alienum se possídere, mala fide póssidet, el que sabe que posee algo ajeno, lo posee de mala fe. Digesto, 41,3,38. Qui iuramentum a malo viro póstulat, insanit, quien pide juramento a un malvado no está en su sano juicio. Principio jurídico. Qui iure suo útitur, némini iniuriam facit, quien ejerce su derecho a nadie hace daño. Principio jurídico. Qui multum habet, plus cupit, el que tiene mucho, quiere más. Séneca, Epist. ad Lucilium, 119,6. 119 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Qui nimis probat nihil probat
Qui nimis probat nihil probat, el que prueba demasiado, no prueba nada. Aforismo escolástico. Principio de derecho. Qui non cógitat, non dúbitat, quien no piensa, no duda. Qui non est mecum est contra me, quien no está conmigo está contra mí. S. Mateo, 12,30; S. Lucas, 11,23. Qui non habet in aere, luat in córpore, el que no tenga dinero [para pagar], pague con su cuerpo. Principio jurídico. Qui non prohíbet quod prohíbere potest assentire videtur, quien no prohibe lo que puede prohibir, parece que lo consiente. Digesto, 9,4,3-4. Qui partem débiti sine protestatione solvit, totum débitum agnóscere videtur, quien, sin protesta, paga una parte de la deuda, parece reconocer la totalidad de la deuda. Qui peccat ébrius, luat sóbrius, el que delinque cuando está ebrio, pague cuando está sobrio. Principio jurídico. Qui precario habet, etiam póssidet, el que tiene en precario también posee. Principio jurídico. Qui prior est témpore potior est iure, quien es anterior en el tiempo lo es también en el derecho. Sexto. Regla jurídica, 54. Qui rem alienam defendit, numquam lócuples habetur, quien defiende una cosa ajena, nunca se considera como rico. Paulo. Regla de Derecho. Qui scribit, bis legit, quien escribe, lee dos veces. Qui séminat iniquitatem, metet mala, quien siembra iniquidad, cosechará desgracias. Vulgata, Prov., 22,8. Qui sentit cómmodum, sentire debet et onus, quien goza de las ventajas, debe soportar la carga. Principio jurídico. Digesto, 50,17,10. Qui suo iure útitur néminem laedit, quien hace uso de su derecho a nadie perjudica. Digesto, 50,17,55. Qui suum petit, néminem defraudat, el que pide lo suyo, a nadie defrauda. Principio jurídico. Qui tacet consentire videtur, el que calla, se entiende que consiente [= otorga]. Digesto, 19,2,13,11. Qui tacet, non útique fatetur, sed tamen verum est eum non negare, el que calla, ciertamente no confiesa, pero también es verdad que no niega. Digesto, 50,17,142. Qui ventum seminabunt, et túrbinem metent, quienes siembren viento, recogerán tespestad. Vulgata, Oseas, 8,7. Qui vult antecedens, velle etiam consequens praesúmitur, quien quiere lo que antecede, se entiende que quiere sus consecuencias. Principio jurídico. 120 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Quia nóminor leo
Quia nóminor leo, porque me llamo León. Fedro, Fábulas, 1,5,7. Quid, el quid, el problema, la causa. Quid divinum, inspiración propia del genio; un algo divino. Quid est libertas? Potestas vivendi ut velis, ¿qué es la libertad? La posibilidad de vivir como quieras. Quid faciant leges, ubi sola pecunia regnat?, ¿qué harán las leyes donde únicamente reina el dinero? Satiricón, 14,2. Quid multa?, ¿para qué más?, ¿para qué seguir hablando? Quid novi?, ¿qué [hay] de nuevo? Quid pro quo, una cosa por otra; error consistente en confundir una persona o cosa con otra. Quidam, cierta persona; cualquiera; una persona insignificante. Quidquid discis, tibi discis, lo que aprendes, para tí lo aprendes. Quílibet est rex in domo sua, cada cual es rey en su propia casa. Quílibet praesúmitur bonus donec probetur contrarium, cualquiera es considerado inocente, mientras no se demuestre lo contrario. Principio jurídico. Quis, quid, ubi, quibus auxíliis, cur, quómodo, quando?, ¿quién, qué, en dónde, por qué medios, porqué, cómo, cuándo? Hexámetro técnico, que comprende lo que en retórica se llama circunstancias: la persona, el hecho, el lugar, los medios, los motivos, el modo y el tiempo. Quintiliano. Quisque praesúmitur consentire in id quod utilitatem adfert, se presume que cada uno está de acuerdo en aquello que le reporta utilidad. Quo iure?, ¿con qué derecho?, ¿con qué autoridad? Quo vadis [Domine]?, Señor, ¿adónde vas? S. Juan, 13,36. Quod ab initio benefícium fuit, usu et aetate fit débitum, lo que al principio fue beneficio, con el uso y el tiempo se convierte en deuda. Principio jurídico. Quod ab initio nullum est, nullum habet effectum, lo que desde el principio es nulo, no produce efecto alguno. Principio jurídico. Quod álicui suo non licet nómine, nec alieno licebit, lo que no le es lícito a alguien hacer en nombre propio, no le es lícito hacerlo en nombre ajeno. Principio jurídico. Quod commune cum alio est, désinit esse proprium, lo que es común con otro, deja de ser propio. Principio jurídico. Quod cuique pro eo praestatur, invito non tribúitur, lo que a uno se da en favor suyo, no se le da contra su voluntad. Digesto, 50,17,156,4. 121 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Quod differtur non aufertur
Quod differtur non aufertur, lo que se difiere no se suprime. Quod discis, tibi discis, lo que aprendes, para ti lo aprendes. Quod erat demonstrandum, lo que se trataba de demostrar. Quod erat faciendum, lo que se trataba de hacer. Quod est absurdum, lo que es absurdo. Quod ex re nostra fit nostrum est, lo que se hace de algo nuestro, es nuestro [= nos pertenece]. Digesto, 41,1,7,7. Quod faustum, felix, fortunatumque sit, que ello sea fausto, feliz y afortunado [antigua forma augural de los romanos]. Quod fit per legem, fieri potest per factum, lo que puede hacerse por ley, puede hacerse de hecho. Principio jurídico. Quod gratis asséritur, gratis negatur, lo que se afirma gratuitamente, gratuitamente se niega. Principio jurídico y filosófico. Quod meum est ámplius meum fieri non potest, lo que es mío no puede convertirse en más mío. Digesto, 45,1,87. Quod mihi prodest et tibi non nocet, faciendum est, lo que es útil para mí y a ti no te causa daño, debe hacerse. Quod natura non dat Salmántica non praestat, lo que la naturaleza no da no lo otorga Salamanca. Quod non est lícitum in lege, necéssitas facit lícitum, lo que no está permitido por la ley, la necesidad lo hace lícito. Principio jurídico. Quod non est plena probatio, nulla est probatio, lo que no es una prueba completa no es una prueba [= no prueba nada]. Principio jurídico. Quod non opus est, asse carum est, lo que no es necesario, no vale ni un as [= un céntimo]. Séneca, Epist., 94,27. Quod non vetat lex, hoc vetat fíeri pudor, lo que no prohibe la ley, prohibe que se haga el pudor. Séneca, Tróades, 334. Quod nullíus esse potest id ut alicuius fieret nulla obligatio valet effícere, lo que no puede ser de nadie, ninguna obligación puede conseguir que se haga de alguien. Digesto, 50,17,182. Quod nullíus est, id ratione naturali occupanti concéditur, lo que no es de nadie se concede, por razón natural, al que lo ocupa. Digesto, 41,1,3. Quod nullum est in uno, nullum est in ómnibus, lo que es nulo en un caso, lo es en todos. Principio jurídico. Quod nullum est, nullum producit effectum, lo que es nulo no produce ningún efecto. Principio jurídico. 122 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Quod omnes tangit, ab ómnibus debet approbari
Quod omnes tangit, ab ómnibus debet approbari, lo que a todos atañe debe ser aprobado por todos. Principio de derecho canónico. Cód. Justin., 5,59,5,2. Quod pendet, non est pro eo quasi sit, lo que está pendiente, no es como si ya fuera. Digesto, 50,27,169. Quod per alluvionem agro nostro flumen adíecit, iure gentium nobis adquíritur, lo que un río agrega a nuestra finca por aluvión, lo adquirimos por derecho de gentes. Principio jurídico. Quod príncipi plácuit, legis habet vigorem, lo que agradó al príncipe tiene fuerza de ley. Digesto, 1,4,1pr. Quod promissum est de iure debetur, lo que se prometió se debe en justicia. Aforismo jurídico. Quod quis ex culpa sua damnum sentit, non intellígitur damnum sentire, no se entiende que sufra daño el que lo sufre por su culpa. Digesto, 50,17,203. Quod tibi fieri non vis, álteri ne féceris, no hagas a otro lo que no quieres que se te haga. Lampridio, Hist. Augusta. Vita Alex. Sev., 51,8. Quod tibi non nocet et alii prodest, non prohibetur, lo que a ti no te daña y a otro beneficia, no se prohibe. Principio de derecho. Quórum [praesentia súfficit], cuya presencia es suficiente; número necesario de indivíduos de un cuerpo deliberante para que éste pueda tomar determinados acuerdos. Quos Deus coniunxit, homo non séparet, a los que Dios ha unido, no los separe el hombre. Vulg., S. Mateo, 19,6. Quot cápita, tot sensus, cuantas cabezas, tantas opiniones. Quot hómines tot sententiae, cuantos hombres, tantas opiniones. Terencio, Phormio, 454. Quot hostes, tot servi, cuantos enemigos, tantos esclavos. Festo, De verborum significatione. Quot regiones, tot mores, cuantos países, tantas costumbres. Quot servi, tot hostes, cuantos esclavos, tantos enemigos. Quousque tandem?, ¿hasta cuándo? Cicerón, Catilin, 1,1.
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R Rápere in ius, llevar ante los tribunales; citar a juicio. Horacio, Sát., 1,9,77. Rara avis, ave extraña; cosa inusitada. Horacio, Sát., 2,2,26. Rátio, cuenta, proporción; cálculo; razón [relación entre dos magnitudes o cantidades]; relación entre dos elementos o conjuntos de elementos cuantitativos de un balance o de las magnitudes características de una empresa. Rátio cognoscendi, fundamento del conocimiento. Rátio decidendi, fundamento de una decisión. Rátio iuris, razón de derecho; fundamento jurídico. Rátio legis, razón de la ley. Rátio legislatoris posterioris dérogat rationem legislatoris prioris, el criterio de un legislador posterior deroga el de otro anterior. Rátio naturalis quaedam lex tácita, la razón natural es una ley tácita. Principio de derecho. Ratum qui habere non potest quod ipsius nómine non est gestum, aquel en cuyo nombre no se ha obrado no puede ratificar lo hecho. Principio de derecho. Re extincta, pignus perit, destruida la cosa, se extingue la prenda. Digesto, 20,6,8pr. Reália, cosas reales; elementos ajenos al sistema de la lengua, pero que influyen en ella [Historia, instituciones, etc.]. Rebus iudicatis standum est, una vez que se juzga, debe mantenerse lo ya juzgado. Principio de derecho. Digesto, 38,2,12,3. 125 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Rebus sic stántibus
Rebus sic stántibus, estando así las cosas, en tal situación; expresa que un acuerdo es vigente sólo mientras dura la situación existente al firmarlo. Redde Caésari quae sunt Caésaris, et quae sunt Dei Deo, devuelve al César lo que pertenece al César y a Dios lo que pertenece a Dios. Redeamus ad rem, volvamos al asunto [tras una digresión]. Reductio ab absurdum, reducción al absurdo. Referéndum, manifestación de democracia directa, que permite al pueblo expresar su voluntad; consulta al pueblo, mediante votación, de una ley o un acto administrativo, para su ratificación. Cicerón, Att. 1,19,9; T. Livio, 44,19,1; Salustio, Cat., 51,43. Refertur ad universos quod públice fit per maiorem partem, se refiere a todo lo que se hace públicamente por la mayor parte. Digesto, 50,17,160; 50,1,19. Régula cum simul in áliquo vitiata est, perdit officium suum, la regla jurídica, tan pronto como es viciada en algo, pierde su eficacia. Digesto, 50,17,1. Régula est, quae rem, quae est, bréviter enarrat, la regla jurídica es la que expone brevemente la cosa tal cual es. Digesto, 50,17,1. Régula est quasi causae coniectio, la regla jurídica es como un compendio de la causa. Rem tene, verba sequentur, domina la materia, las palabras vendrán detrás. Remitténtibus actiones suas non est regressus dandus, no debe permitirse volverse atrás a los que han renunciado a sus derechos. Principio de derecho. Remíttere dare est, qui remittit donat, perdonar es dar; el que perdona dona. Principio de derecho. Remunerare sólvere est, non donare, remunerar es pagar, no es dar. Principio de derecho. Renuntiare semel constitutae obligationi, adversario non consentiente nemo potest, una vez constituida una obligación, nadie puede renunciar sin el consentimiento de la otra parte. Cód. Justin., 4,10,5. Reo accusato legítima defénsio non est deneganda, al reo acusado no debe negársele su legítima defensa. Principio de derecho. Replicationes nihil aliud sunt, quam exceptiones in exceptiones, las réplicas no son otra cosa que excepciones que se oponen a las excepciones. Digesto, 44,1,2,1. Réproba pecunia non líberat solventem, [el pago en] moneda falsa no libera al [deudor] que paga. Principio de derecho. Digesto, 13,7,24,1. 126 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Requiescat in pace [R.I.P.]
Requiescat in pace [R.I.P.], descanse en paz. Rerum inhonestarum nulla est societas, la sociedad cuyo fin son las cosas inmorales es nula. Ulpiano. Principio jurídico. Rerum ómnium magister usus, la experiencia es la maestra de todas las cosas. César. De bello civili, 2,8. Res crescit vel perit dómino, la cosa aumenta o perece para su dueño. Principio de derecho. Res de qua ágitur, objeto del litigio; asunto acerca del que se plantea la reclamación. Res derelicta primi occupantis [= capientis], la cosa abandonada se hace del primero que la ocupa. Principio de derecho. Res gestae divi Augusti, empresas del divino Augusto. Res in tránsitu, cosa en tránsito [= que cruza varios estados]. Res ipsa lóquitur, la cosa habla por sí misma. Terencio, Eunuco, 705. Res iudicata pro veritate habetur, la cosa juzgada es considerada como la verdad. Ulpiano. Digesto, 50,17,207. Principio jurídico. Res, non verba, realidades, no palabras. Res nullíus, cosa de nadie. Res nullíus cedit occupanti, la cosa de nadie pasa a ser de quien la ocupa. Res nullíus fit primi occupantis, lo que no es de nadie se hace del primero que lo ocupa. Principio jurídico. Digesto, 41,1,3pr. Res nullíus quae nostrae rei accédit fit nostrae, la cosa de nadie que se añade a la nuestra es nuestra. Principio jurídico. Res perit creditori, la cosa perece para el acreedor. Res perit dómino, la cosa perece para su dueño [el daño procedente de la cosa vendida corre a cargo de su dueño, cuando se debe a fuerza mayor]. Principio jurídico. Cód. Justin., 4,24,9. Res pública, cosa pública; estado; gobierno. Res públicae, cosas públicas. Res sine dómino, cosas que no tienen dueño. Res soli, cosas del suelo, solares; bienes raíces. Res sua némini servit, su propia finca a nadie presta servidumbre. Digesto, 8,2,26. Res transit cum ónere suo, la cosa se transmite con sus cargas. Principio jurídico. Res ubicumque sit pro dómino suo clamat, la cosa, donde quiera que esté, clama por su dueño. 127 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Resoluto iure dantis, resólvitur ius accipientis
Resoluto iure dantis, resólvitur ius accipientis, al cesar el derecho del que da, cesa el derecho de que recibe. Principio de derecho. Digesto, 20,1,31. Restitutio in íntegrum, restablecimiento total. Digesto, 4,2,9pr; 4,6,1,1; 44,1,7,1. Retro, Sátana!, ¡detente, Satanás! Reum inauditum damnare non licet, no se puede condenar al reo sin haberlo oído. Reus ínnocens fortunam, non testem timet, el reo inocente teme a la fortuna, no al testigo. P. Syro. Rex convivii, rey del banquete. Cf. Arbiter bibendi. Rex facit legem, el rey hace la ley. Rex numquan móritur, el rey nunca muere [principio de la monarquía hereditaria]. Rex regnat, sed non gubernat, el rey reina, pero no gobierna. G. Zamoiski (1605). Rigor mortis, rigidez cadavérica [lit. de la muerte]. Riparum usus públicus est, las orillas y riberas son de uso público. Digesto, 1,8,5pr. Risu inepto res inéptior nulla est, no hay cosa más inoportuna que una risa fuera de lugar. Catulo, 39,16. Risus abundat in ore stultorum, la risa abunda en la boca de los necios. Proverbio. Rixatur de lana caprina, se riñe por lana de cabra [= por algo baladí]. Horacio, Epist., 1,18,15. Roma locuta, causa finita, habló Roma, se acabó la discusión. S. Agustín, Sermo, 131.
128 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
S Sacer esto, sea maldito [expresión que figura en la Ley de las XII Tablas]. Sal terrae, la sal de la tierra. S. Mateo, 5,13. Salus pópuli suprema lex esto, sea ley suprema la salvación del pueblo. Cicerón, De legibus, 3,3,8. Salutem et apostólicam benedictionem, salud y bendición apostólica [fórmula papal en las bulas]. Salutem plúrimam, mucha salud [te deseo; fórmula de saludo]. Salvo errore cálculi, salvo error de cálculo [cf. salvo error u omisión]. Sancta sanctorum, lugar muy oculto y reservado; tabernáculo o sagrario. Sapientia melior auro, la sabiduría es mejor que el oro. Satisfactio est pro solutione, la prestación de la garantía vale como pago. Digesto, 46,3,52. Ulpiano. Scire est reminisci, saber es recordar [teoría platónica de la reminiscencia]. Scire leges non hoc est verba earum tenere, sed vim et potestatem, conocer las leyes no es sólo retener en la mente sus palabras, sino su espíritu y su fuerza. Digesto, 1,3,17. Scire loqui decus est, decus est scire tacere, saber hablar es una virtud, también lo es saber callar. Aforismo medieval. Scire, vel scire debere paria sunt, saber o deber saber es lo mismo. Principio de derecho. Scripsit, [abreviatura scr.], escribió [usado en crítica textual]. Scripta pública probant se ipsa, los documentos públicos tienen valor probatorio por sí mismos. 129 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Scriptura quae non est subscripta nullam facit fidem
Scriptura quae non est subscripta nullam facit fidem, la escritura que no está firmada no hace fe alguna. Principio jurídico. Se damnat iudex innocentem qui ópprimit, el juez que condena a un inocente se condena a sí mismo. P. Syro. Secundum cómmoda quae quisque sentit ita onus subire tenetur, según las ventajas que cada uno siente, así está obligado a soportar la carga. Digesto, 50,17,10. Secundum naturam est cómmoda cuiusque rei eum sequi, quem sequentur incómmoda, es natural que las ventajas de cualquier cosa correspondan a quien corresponden los inconvenientes. Digesto, 50,17,10. Semel absolutus, semper absolutus, una vez que se es absuelto, se continúa siempre estando absuelto. Semel heres, semper heres, una vez heredero, siempre se es heredero. Digesto, 28,5,89. Semper in dúbiis benigniora praeferenda sunt, en caso de duda se ha de preferir lo más benigno. Gayo. Principio jurídico. Digesto, 50,17,56. Semper ingenia summa in occulto latent, los grandes talentos se mantienen siempre ocultos. Semper necéssitas probandi incumbit illi qui agit, la necesidad de probar recae siempre sobre el que ejercita una acción. Digesto, 22,3,21. Semper victoria ubi concordia, hay victoria siempre donde hay concordia. Senatus censet, pópulus iubet, el Senado decreta, el pueblo ordena. Senatus Populusque Romanus, el senado y el pueblo romano [S.P.Q.R.]. Senatusconsultum, decreto del senado. Senatusconsultum últimum, decisión suprema del Senado [cf. caveant cónsules...]. Senem iuventus pigra mendicum creat, una juventud vergonzosa genera un mendigo anciano. Antiguo proverbio. Sénior, el más anciano; el más viejo; se opone generalm. a iunior [el más joven]. Sensim sine sensu aetas senescit, la edad va envejeciendo poco a poco y sin sentirlo. Cicerón, Se senectute, 11,38. Sensu absoluto, lato, stricto, en sentido absoluto, amplio, estricto. Sensum, non verba considerare debemus, debemos tener en cuenta el sentido, no las palabras. Principio jurídico. Digesto, 34,4,3,9. Sententia facit ius, la sentencia hace derecho. Digesto, 5,2,17,1. Sententia incerta non valet, una sentencia dudosa no vale. Digesto, 42,1,59,2. 130 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Sententia non fertur de non líquidis
Sententia non fertur de non líquidis, no se puede dictar sentencia de lo que no está claro. Digesto, 8,1,15,1. Servatis servandis, conservando lo que deba conservarse. Servile caput nullum ius habet, la cabeza del esclavo [= el esclavo] no tiene ningún derecho. Sérvitus pars fundi videtur, la servidumbre se considera parte inherente del fundo. Principio jurídico. Sérvitus per partes adquiri non potest, no se puede adquirir por partes una servidumbre. Digesto, 8,3,32. Sérvitus servitutis esse non potest, servidumbre sobre servidumbre no puede ser. Principio de derecho. Si fúeris Romae, romano vívito more; si fúeris álibi, vívito sicut ibi, si estuvieras en Roma, vive según la costumbre romana; si estuvieras en otro lugar, vive como allí viven. Si iudex pronuntiat ultra petita, sententia est ipso iure nulla, si el juez dictamina más de lo reclamado, la sentencia es nula de derecho. Principio jurídico. Si iúdicas, cognosce; si regnas, iube, si actúas como juez, indaga; si eres rey, manda. Séneca, Medea, 194. Si nemo subit hereditatem, omnis vis testamenti sólvitur, si nadie se hace cargo de la herencia, se anula toda la fuerza del testamento. Digesto, 50,18,181. Si pace frui vólumus, bellum gerendum est; si bellum omíttimus, pace numquam fruemur, si queremos disfrutar de la paz, hay que hacer la guerra; si omitimos la guerra, nunca gozaremos la paz. Cicerón, Filíp., 7,6,19. Si quaeratur honos, non fugiatur onus, si se busca un cargo, no se rehuya la carga. Si quid invenisti et non reddidisti, rapuisti, si encuentras algo y no lo devuelves, lo has robado. Principio de derecho. Si quis interrogatus in iure est confessus obligatus est, si alguien interrogado en juicio confiesa, queda obligado. Principio jurídico. Si quis ratum habúerit, quod gestum est, obstríngitur mandati actioni, si alguien ratificó lo que se ha hecho en su nombre, queda obligado por la acción de mandato. Digesto, 50,17,60. Si testator voluisset, expressisset, si el testador lo hubiera querido, lo habría hecho constar. Principio de derecho. Si vis éadem semper velle, vera oportet velis, si quieres querer siempre lo mismo, conviene que quieras la verdad. Séneca. Epist. ad Luc, 95,58. 131 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Si vis me flere, dolendum est primum tibi
Si vis me flere, dolendum est primum tibi, si quieres que yo llore, has de llorar primero tú mismo. Horacio. Art. poét., 102-103. Si vis pacem, cole iustitiam, si quieres la paz, cultiva la justicia. Palabras de la Carta del Trabajo (Ginebra). Si vis pacem, para bellum, si quieres la paz, prepara la guerra. Vegecio, Epit. rei militaris, 3. Si vis scire, doce, si quieres saber, enseña tú. Sibi servire gravíssima est sérvitus, ser esclavo de sí mismo es una esclavitud muy pesada. Séneca, Quaest. Nat, 3,17. Sic, así; tal como se transcribe [se emplea, generalmente, entre paréntesis, a continuación de una palabra o frase que puede parecer equivocada, para indicar que la cita es textual]. Sic cum inferiore vivas, quemádmodum tecum superiorem velles vívere, vive con tu inferior como querrías que tu superior viviera contigo. Séneca, Epist. ad Lucilium, 47,11. Sic de céteris, así en cuanto a lo demás. Sic erat in fatis, así figuraba en los hados. Sic erunt novíssimi primi et primi novíssimi, así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos. S. Mateo, 20,16; S. Marcos, 10,31; S. Lucas, 13,30. Sic itur ad astra, así se llega a los astros [= a la fama]. Virgilio, En., 9,641. Sic transit gloria mundi, así pasa la gloria del mundo. Sic útere tuo ut alienum non laedas, usa de lo tuyo sin causar daño a otro. Principio jurídico. Sic vive cum homínibus, tamquam Deus vídeat; sic loquere cum Deo, tamquam hómines audiant, vive con los hombres como si Dios te viera; habla con Dios como si te oyeran los hombres. Séneca, Epist. ad Lucilium, 10,5. Sicut tábula rasa, in qua nihil est scriptum, como en una tablilla lisa, en la que nada hay escrito. Oposición a la teoría platónica de la reminiscencia. Sicut vita, finis ita, como la vida, así el final [= la muerte]. Silent leges inter arma, mientras dura la guerra, guardan silencio las leyes. Cicerón, Pro Milone, 4,11. Silentium videtur confessio, el silencio parece una confesión [= quien calla, otorga]. Marco Séneca, Controversiae, 10,2,6. Similia simílibus curantur, las cosas semejantes se curan con remedios semejantes. 132 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Símilis símilem quaerit
Símilis símilem quaerit, el semejante busca al semejante. Simul flare sorberéque haud fácile est, no es fácil soplar y sorber a la vez. Plauto, Mostellaria, 791. Sine causa, sin motivo. Sine causa nulla obligátio, sin causa no hay obligación. Principio jurídico. Sine cura, sin preocupaciones; sin cuidado. Sine die, sin [fijar] el día; pospuesto indefinidamente. Sine doctrina vita est quasi mortis imago, la vida sin instrucción es como una imagen de la muerte. Catón, Dísticos, 31. Sine dolo, sin engaño. Sine effusione sánguinis, sin derramamiento de sangre. Sine heredis institutione nihil in testamento scriptum valet, sin la institución del heredero, nada vale lo dispuesto en el testamento. Digesto, 28,6,1,3. Sine ira et studio, sin rencor ni parcialidad. Tácito, Anales, 1,1,4. Sine labe originali concepta, concebida sin pecado original [dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María]. Sine legítima prole, sin descendencia legítima. Sine nobilitate [S.Nob.>snob], sin nobleza. Sine pretio nulla venditio, sin precio, no hay venta. Digesto, 18,1,2,1. Sine qua non [condicio], [condición] sin la cual no; [condición] imprescindible. Singulária non sunt extendenda, las medidas especiales para un caso determinado no deben hacerse extensivas a otros. Digesto, 40,5,23,3. Singularia tantum, nombres que sólo se usan en singular. Sínite párvulos venire ad me, dejad que los niños vengan a mí. S. Mateo, 19,14; S. Lucas, 18,15. Sint leges imbecillis blandae, robustis robustae, pertinácibus feroces, quod est óptimi rectoris ingenium, sean las leyes benignas para los débiles, enérgicas para los fuertes, implacables para los reincidentes; este es el talento del mejor gobernante. L. Vives, De tradendis disciplinis, 5. Siste, viator, detente, caminante [inscripción sepulcral]. Sit tibi terra levis, que la tierra te sea leve [inscripción sepulcral; S.T.T.L.]. Sit venia verbo, valga la expresión. Sive velit, sive nolit, tanto si quiere, como si no. 133 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Societas aut mandatum flagitiosae rei nullas vires habent
Societas aut mandatum flagitiosae rei nullas vires habent, la sociedad y el mandato con fines delictivos no tienen valor alguno. Principio jurídico. Societas vice personae fúngitur, la sociedad hace las veces de persona. Principio jurídico. Socii mei socius, meus socius non est, el socio de mi socio no es mi socio. Digesto, 50,17,47,1. Sol lucet omnibus, el sol luce para todos. Satiricón, 100,1. Sola fides súfficit, la sola fe es suficiente. Idea básica de Lutero. Sola nos morum nostrorum vitia vicerunt, sólo los vicios de nuestras costumbres nos han vencido [palabras de Salviano referidas a la decadencia del Imperio Romano]. Soli Deo [>solideo], solamente para Dios; sólo a Dios; casquete que los eclesiásticos sólo se quitaban ante el sagrario. Solus cum sola, nudus cum nuda et in eodem lecto, solo con sola, desnudo con desnuda y en el mismo lecho [definición del adulterio en el derecho canónico]. Solutione impedita, fides cóncidit, suprimido el pago, se pierde el crédito. Principio jurídico. Solvendo quisque pro alio, licet invíto et ignorante, líberat eum, pagando uno por otro, aunque sea contra la voluntad de éste o lo ignore, lo libra de la deuda. Principio jurídico. Somnus est frater mortis, el sueño es hermano de la muerte. Somnus mortis imago, el sueño es imagen de la muerte. Cicerón, Tuscul. disput., 38,92. Sortes bíblicae, suertes por la Biblia [se abría ésta al azar y la primera frase encontrada se consideraba aplicable al caso concreto]. Speciali modo, de manera especial. Specialia generálibus dérogant, lo especial deroga lo general. Principio de derecho. Digesto, 48,19,41; 50,17,80. Spes praemii solatium est laboris, la esperanza de premio es el alivio del esfuerzo. Spes servat afflictos, la esperanza es el sustento de los afligidos. Spíritus promptus est, caro autem infirma, el espíritu es pronto, pero la carne es débil. S. Mateo, 26,41; S. Marcos, 14,38. Sponsalia sunt mentio et repromissio nuptiarum, los esponsales son expresión y promesa de futuras nupcias. Sponte sua, por voluntad propia. Digesto, 23,1,1. 134 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Standum est chartae
Standum est chartae, hay que atenerse al documento escrito. Stat crux dum vólvitur orbis, se mantiene en pie la cruz, mientras gira la tierra [divisa de la orden de los cartujos]. Statu quo, en el estado en que [está actualmente]. Status, estado, situación, forma de vida; posición que una persona ocupa en la sociedad. Digesto, 4,1,2; 4,5,11; Gayo, 1,162. Statuta sunt stricte interpretanda, los estatutos deben ser interpretados exactamente. Statutum non ligat nisi subditos, una disposición local no obliga más que a los interesados. Statutum ubi res est sita servari debet, debe observarse la ley del lugar donde se halle la cosa. Cód. Justin., 1,1,1. Stercus cuique suum bene olet, a cada uno le huelen bien sus propias heces. Stricti iuris, de estricto derecho. Stricto sensu, en sentido estricto; en sentido riguroso [se opone a lato sensu]. Studium Generale [en plural Studia Generalia], Estudio General; en la Edad Media, corporación de maestros y estudiantes de nivel superior; fue el origen de la Universidad. La voz Universitas aparece en España el año 1254. Studium novandi, deseo de innovar. Stultum est tímere quod vitari non potest, es necio temer lo que no puede ser evitado. P. Syro, 100 Suáviter in modo, fórtiter in re, con suavidad en la forma, pero con energía en el fondo. Sub anno, en el año. Sub condicione, bajo condición. Sub divo, al aire libre [= Sub Jove]. Sub iúdice, bajo el juez; aún no decidido por el juez; en espera de resolución judicial. Horacio, Art. poét., 78. Sub lege libertas, la libertad está sometida a la ley. Sub lege rex, el rey está sometido a la ley. Principio jurídico. Sub lite, [está] en litigio; sin resolver aún. Sub poena, bajo pena. Sub sigillo, bajo secreto; confidencialmente. Sub tutela iuris públici latet ius privatum, el derecho privado está tutelado por el derecho público. Principio jurídico. 135 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Sub voce [s.v.]
Sub voce [s.v.], en la palabra; se encuentra en esta palabra. Sublata causa tóllitur effectus, al cesar la causa, cesa el efecto. Principio jurídico y filosófico. Súfficit, basta; es suficiente. Sui géneris, de género propio, muy especial. Sui heredes, herederos de propio derecho; los que, al morir el pater familias, se convierten en sui iuris y, al subrogarse en la posición jurídica que tenía su padre, no precisan de ningún acto de adquisición de su patrimonio. Gayo, 2,157. Sui iuris, de su propio derecho; persona con edad y capacidad jurídica plenas. Gayo, 1,48. Sumendum non est arguméntum ab exemplis, de los ejemplos no se debe sacar argumento. Principio jurídico. Summa cum laude, con el más alto elogio; con la mayor distinción [calificación académica]. Summum in lite malum, quod ab una mille creantur, lo peor en un pleito es que de uno nacen mil [= el supremo mal...]. Principio de derecho. Summum ius summa iniuria, derecho supremo, injusticia suprema; el derecho estricto puede ser la mayor injusticia. Cicerón, De offic., 1,10,33. Sunt remedia saepe deteriora, a veces los remedios son peores [que la enfermedad]. Sunt súperis sua iura, también los dioses tienen sus leyes. Suo iure uti nemo prohíbetur, a nadie se le prohibe usar de su derecho. Suo témpore, a su tiempo; en la ocasión precisa. Superavit, lit. sobró; cantidad que sobra; sobrante. Superfícies solo cedit, lo superpuesto a un terreno se hace del propio terreno. Gayo, 2,73; Digesto, 9,2,50; 43,17,3,7; 41,1,7,10. Superfluum non est quod ad declarationem pónitur, no es superfluo lo que se incluye para declarar. Principio jurídico. Supra, más arriba; escrito antes. Supra rationem, por encima de la razón; sobrenatural. Supra scripsit, lo escribió arriba, antes. Supra se, por encima de sí. Suprema voluntas potior habetur, la última voluntad es la que prevalece. Principio jurídico. Digesto, 32,22pr. Supremum vale, adiós para siempre. Ovidio, Metam., 10,62. 136 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Supressio veri
Supressio veri, supresión de la verdad [en el juicio hay que decir toda la verdad]. Surge et ámbula, levántate y anda [palabras de Jesús al paralítico]. S. Mateo, 9,5; S. Lucas, 5,23. Sursum corda, arriba los corazones. Susceptum mandatum aut consumandum est aut quam primum renuntiandum, el mandato que se ha aceptado o se cumple o se rechaza cuanto antes. Instit., 3,26,11. Sústine et ábstine, soporta y abstente [máxima estoica]. Suum cuique, a cada uno lo suyo. Uno de los tres principios básicos del derecho. Suum cuique placet, a cada uno le gusta lo suyo. Plinio el Viejo, Nat. Hist., 14,8,6. Suus cuique crépitus bene olet, a cada cual le huelen bien sus propios pedos.
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T Tabellio non potest instrumentum confícere nisi de eo, quod in sua praesentia géritur, un notario no puede documentar más que aquello que se ha realizado en presencia suya. Tacitúrnitas et patientia consensum imitantur, silencio y paciencia imitan consentimiento. Principio de derecho. Tacitúrnitas imitatur confessionem, el silencio parece confesión [cf. quien calla otorga]. Taedium vitae, el hastío de la vida. Aulo Gelio, 6,18,11. Tamquam tábula rasa, como en una tablilla alisada [en la que nada hay escrito]. Cf. sicut tabula rasa. Tantum ergo, tan grande, pues [inicio de una estrofa del himno litúrgico Pange lingua]. Tantum est tacére verum, quam falsum dícere, callar la verdad equivale a decir una mentira. Tantum praescriptum quantum possessum, sólo prescribe lo que se ha poseído. Principio jurídico. Tantum valet res quantum vendi potest, una cosa vale aquello en lo que puede ser vendida. Principio jurídico. Te Deum [laudamus], a ti, oh Dios, te alabamos; tedeum [himno litúrgico de acción de gracias]. Teméritas est florentis aetatis, prudentia senectutis, la temeridad es propia de la edad en flor [= la juventud]; la prudencica, de la vejez. Cicerón, De senectute, 6,20. 139 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Tempora auctoris et successoris coniunguntur
Tempora auctoris et successoris coniunguntur, los tiempos del poseedor y de su sucesor se suman [es decir, el heredero continúa la posesión del causante a efectos de la usucapión]. Instit., 2,6,13. Tempus lugendi, período de luto [en el que la viuda no podía volver a casarse]. Términus a quo, límite a partir del que. Términus ad quem, límite hasta el que [en el espacio o en el tiempo]. Términus ante quem, límite antes del cual. Términus post quem, término después del cual. Terra patrum patria, la tierra de los padres es la patria. Terra sigilata, tierra sellada [cerámica romana marcada con sello o signos]. Testamentum est voluntatis nostrae iusta sententia de eo quod quis post mortem suam fíeri velit, el testamento es la justa expresión de la voluntad sobre lo que uno quiere que se haga después de su muerte. Principio jurídico. Testator non praesúmitur voluisse quod non dixit, no se presume que el testador quisiera lo que no dijo. Testes deponentes non verisimilia, non probant, immo sunt de falso suspecti, los testigos que declaran cosas inverosímiles no prueban; más bien, son sospechosos de falsedad. Principio de derecho. Téstibus affirmántibus plus créditur quam negántibus, se concede más crédito a los testigos que afirman que a los que niegan. Testis falsus non erit impunitus, el testigo falso no quedará impune. Prov., 19,5. Testis unus, testis nullus, testigo solo, testigo nulo. Adagio de jurisprudencia. Tímeo Dánaos et dona ferentes, temo a los griegos, sobre todo cuando ofrecen regalos. Virgilio, En., 2,49. Tímeo hóminem uníus libri, temo al hombre de un solo libro. Sófocles, Áyax loco, 665. Timor Dómini principium sapientiae, el temor a Dios es el principio de la sabiduría. Prov., 1,7. Tolle, lege, toma, lee. S. Agustín, Confes., 8,12,29. Tot cápita, tot sententiae, cuantas cabezas, tantas opiniones. Totum revolutum, todo revuelto; confusión total. Totum simul, todo a la vez; totalidad simultánea. Totus tuus, todo tuyo; divisa del Papa Juan Pablo II. Tres faciunt collegium, tres forman un colegio. Digesto, 50,16,85. 140 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Tria sunt item quae praestare debet orator, ut dóceat, móveat, delectet
Tria sunt item quae praestare debet orator, ut dóceat, móveat, delectet, el buen orador debe procurar estas tres cosas, que enseñe, que conmueva, que deleite [= enseñar, conmover y deleitar]. Quintiliano, Instit. orat., 3,5. Tu es Petrus, et super hanc petram aedificabo ecclesiam meam, tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia. S. Mateo, 16,18. Tu quoque, fili mei, tú también, hijo mío. Suetonio, Caesar, 82,2. Tunc ius calcatur, violentia cum dominatur, el derecho es conculcado, cuando domina la violencia. Principio jurídico. Turbatio sánguinis, confusión de sangre; para evitarla, el derecho romano prohibía a la viuda casarse antes de cumplir diez meses de serlo. Cf. Tempus lugendi. Tutela est vis ac potestas in cápite líbero, ad tuendum eum qui propter aetatem se deféndere nequit, iure civili data ac permissa, tutela es la potestad que concede el derecho a una persona libre para proteger a aquél que, por su edad, no puede defenderse por sí mismo. Principio jurídico. Tutíssimas reddit societates mútuus metus, el miedo mútuo es la mayor seguridad para las naciones [= hace muy seguras a las sociedades]. Tuto, cito, iucunde, con seguridad, con prontitud, con gusto [aforismo terapéutico de Asclepiades de Perusa]. Tutor loco parentis habetur, el tutor ocupa el lugar del padre. Digesto, 47,2,57,4. Tutor non rebus dumtaxat, sed et móribus pupilli praepónitur, el tutor debe cuidar no sólo de los bienes, sino también de la educación del pupilo. Principio jurídico. Tutor rem pupilli emere non potest, el tutor no puede comprar una cosa del pupilo. Digesto, 18,1,34,7.
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U Ubi acceptum est semel iudicium, ibi et finem accípere debet, allí donde se ha aceptado el juicio por primera vez, allí mismo debe acabar. Digesto, 5,1,30. Ubi amor, ibi dolor, donde hay amor, hay dolor. Ubi bene, ibi patria, donde se está bien, allí está la patria. Cicerón, Tuscul. disput., 5,37,108; citando a Pacuvio. Ubi cómmodum, ibi auctor, donde está el provecho, allí está el autor. Ubi concordia, ibi victoria, donde hay concordia, allí está la victoria. Ubi éadem ratio, idem ius, donde hay la misma razón, allí hay igual derecho. Digesto, 1,3,12; 9,2,32pr. Ubi emolumentum, ibi onus, donde hay ganancia, allí hay carga. Ubi est confessio, ibi est remissio, donde hay confesión, hay perdón. Ubi humílitas, ibi sapientia, donde hay humildad, hay sabiduría. Ubi ius ibi remedium, donde está el derecho, allí está el remedio. Principio jurídico. Ubi iustitia, ibi pax, donde hay justicia, hay paz. Ubi lex inhibet usucapionem, bona fides possidenti nihil prodest, cuando la ley prohibe la usucapión, no aprovecha la buena fe del poseedor. Digesto, 41,3,24. Ubi lex non distinguit, nec nos distínguere debemus, donde la ley no distingue, tampoco debemos distinguir nosotros. Principio jurídico. Dig., 6,2,8. Ubi lex voluit, dixit; ubi non voluit, tacuit, cuando la ley lo quiso, lo dijo; cuando no lo quiso, se calló. Principio jurídico. 143 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ubi libertas, ibi patria
Ubi libertas, ibi patria, donde hay libertad, allí está mi patria [Franklin]. Ubi maior, minor cessat, donde hay superior, cesa [en sus funciones] el inferior. Principio jurídico. Ubi maius perículum, ibi cautius agendum est, donde es mayor el peligro, debe haber mayor precaución. Principio jurídico. Ubi non est culpa, ibi non est delictum, donde no hay culpa, no hay delito. Ubi non est iustitia, ibi non potest esse ius, donde no hay justicia, allí no puede haber derecho. Máxima estoica. Ubi non est lex, nec praevaricatio, donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Vulgata, Rom., 4,15. Ubi númerus testium non adiícitur, duo sufficient, donde no se expresa el número de testigos, dos son suficientes. Digesto, 22,5,12. Ubi partes expressae non sunt, aequales sunt, cuando las partes no están determinadas, son iguales. Principio jurídico. Ubi partes sunt concordes, nihil ad iúdicem, cuando las partes están de acuerdo, nada tiene que ver el juez. Principio jurídico. Ubi perículum ibi et lucrum collocetur, donde haya peligro, póngase allí la ganancia. Cód. Justin., 6,2,22,3. Ubi sapientia, ibi libertas, donde hay sabiduría hay libertad [lema de la Universidad Europea de Madrid]. Ubi societas ibi ius, donde hay sociedad, hay derecho. Ubi solitúdinem faciunt, pacem appellant, donde hacen un desierto, dicen que han dado la paz. Tácito, Agric., 30,7. Ubi te invenio, ibi te convenio, donde te encuentro, allí te reconvengo [las personas sin domicilio fijo pueden ser demandadas en el punto en que se las encuentre]. Principio de derecho. Ubi tu Caius, ego Caia, donde tú seas Cayo, yo también seré Caya; fórmula que pronunciaba, en Roma, la recién casada al entrar en su nuevo hogar. Ubicumque causae cognitio est, ibi praetor desideratur, donde hay conocimiento de causa, se requiere la intervención del pretor. Digesto, 50,17,105. Úbinam gentium sumus?, ¿en qué país vivimos? Cicerón, Catilin, 1,4,9. Ubique medius caelus est, en todas partes está la mitad del cielo [= el meridiano]. Ubique pax, paz en todas partes. Última ratio, razón última; argumento definitivo; condiciones últimas y terminantes que un estado presenta a otro comportando intimación; propuesta o demanda final y perentoria. 144 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ultimatum
Ultimatum, declaración final; último plazo; último aviso. Ultra lícitum, más allá de lo lícito. Ultra posse nemo obligatur, nadie está obligado a más de lo que puede. Celso el Joven, Lex 185 Gigestorum, 50,17. Ultra vires, más allá de las facultades [= poderes, facultades] recibidas. Una hirundo non éfficit ver, una golondrina no hace verano. Una salus victis, nullam sperare salutem, la única salvación para los vencidos es no esperar salvación alguna. Virgilio, En., 2,354. Una voce, «con una sola voz», nombre de una asociación internacional que trata de conservar la liturgia en latín y el canto gregoriano. Unde orta est culpa, ibi poena consistat, caiga la pena allí donde nació la culpa. Unde quia Deus fecit illam líberam et ita filium, videtur quod volúerit ratione matrimonii dare privilegium, quod possint cuicumque volúerint, núbere, como Dios hizo libre a la mujer, y también a su hijo, parece ser que, en lo que concierne al matrimonio, les dio el privilegio de casarse con quien quisieran. F. De Vitoria, Quaest, 104. Únguibus et rostro, con uñas y dientes [defenderse]. Unicuique sua mora nocet, a cada uno le daña su propia tardanza. Digesto, 50,17,173,2. Unicuique suum, a cada uno lo suyo. Justiniano, Instituta. Uníus testimonium non súfficit ad condemnationem, el testimonio de un solo testigo no basta para condenar. Univérsitas magistrorum et scholarium, universidad de maestros y escolares. Uno ore, con una sola boca; por unanimidad. Uno principio illícito dato, plura sequuntur, admitido un principio ilícito, se siguen muchos. Principio jurídico. Uno tenore, sin interrupción. Unum castigabis, centum emendabis, castigarás a uno, corregirás a cien. Unus testis nullus testis, un solo testigo es como ningún testigo. Principio jurídico. Cód. Justin., 4,20,9. Urbi et orbi, a la ciudad [= Roma] y al mundo; alude especialmente a la bendición papal. Usque ad aras, ad finem, ad mortem, ad satietatem, hasta los altares, el fin, la muerte, la saciedad. Usucapionis requisita: res hábilis, títulus, fides, possessio, tempus, los requisitos de la usucapión son: cosa hábil, justo título, buena fe, posesión y tiempo. Principio jurídico. 145 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ususfructus est ius alienis rebus utendi et fruendi salva rerum substantia
Ususfructus est ius alienis rebus utendi et fruendi salva rerum substantia, el susufructo es el derecho de usar y disfrutar de las cosas ajenas, dejando a salvo la sustancia de las mismas. Principio jurídico. Ut desint vires, tamen est laudanda voluntas, aunque falten las fuerzas, es loable la voluntad. Ovidio, Póntic., 3,4,79. Ut infra, como abajo; como se dice al final. Ut plures corrigantur, rite unus perit, perece legalmente uno, para que se corrijan muchos. P. Syro. Ut retro, como atrás, como al dorso. Ut sementem féceris, ita metes, como hayas sembrado, así segarás. Cicerón, De oratore, 2,65,261. Ut supra, como arriba; como se dijo o escribió más arriba, anteriormente. Uti, non abuti, usar, no abusar. Axioma de moderación. Uti possidetis, según lo que poseéis [ahora]; actualmente indica que los beligerantes conservan los territorios ocupados hasta el momento en que cesan las hostilidades. Uti via pública nemo recte prohibetur, a nadie se le prohibe usar la vía pública. Cód. Justin., 3,34,11. Utílitas pública praeferenda est privatorum contráctibus, la utilidad pública prevalece sobre los contratos privados. Cód. Justin., 12,62,3. Utílitas pública privatae praeferri debet, la utilidad pública debe prevalecer sobre la privada. Principio jurídico. Digesto, 1,8,5. Utíliter émere et care véndere omnes volunt, todos quieren comprar barato y vender caro. Principio jurídico.
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V Vacare culpa máximum est solacium, estar libre de culpa es el mayor consuelo. Cicerón, Epist. ad Famil., 7,34. Vacat, está vacante [lugar en blanco en un escrito]. Vacatio legis, vacancia legal [período transcurrido entre la publicación de una ley y su entrada en vigor]. Vacua possessio, propiedad sin dueño. Cicerón, De oratore, 3,31,122; Digesto, 19,1,2,1. Vade retro, retrocede; se usa para rechazar una oferta tentadora. Vade retro, Sátana!, ¡vete atrás, Satanás! [frase usada para rechazar una proposición maligna]. S. Marcos, 8,33. Vademecun [
Vani timoris iusta excusatio non est
Vani timoris iusta excusatio non est, no hay justa excusa de un temor vano. Digesto, 50,17,184. Vánitas vanitatum et omnia vánitas, vanidad de vanidades y todo vanidad. Eclesiastés, 1,2; 12,8. Varia lectio o variae lectiones, variante de lectura [en códices antiguos]. Variatim, de distintas formas. Varietas taedium levat, la variedad alivia el hastío. Variorum, de varios [autores]. Vel quasi, o casi; a la manera de. Velim nolim, quiéralo yo o no lo quiera. Velis nolis, quieras o no; por las buenas o por las malas. Velle non créditur qui obséquitur imperio patris vel dómini, el que está bajo la autoridad de su padre o de su dueño, se ha de creer que no quiere. Velle non intellígitur qui circumvenitur et seducitur, se entiende que no quiso el que fue engañado y seducido. Principio jurídico. Véndere fumum, vender humo; hacer falsas promesas. Marcial, 4,5,7. Vénditor non tenetur de casu fortuito, el vendedor no está obligado por un caso imprevisto. Principio jurídico. Veni, vidi, vici, vine, vi, vencí. Suetonio, Caesar, 37,2. Venia aetatis, dispensa de edad [por la que se ponía fin a la incapacidad de un menor de 25 años antes de cumplirlos]. Venia docendi, licencia para enseñar. Verba volant, scripta manent, las palabras vuelan, los escritos permanecen. Proverbio que aconseja discreción. Verbatim, palabra por palabra; literalmente. Verbi gratia, por ejemplo. Verbum caro factum est, et habitavit in nobis, el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros. S. Juan, 1,14. Véritas filia témporis, la verdad es hija del tiempo. Aulo Galio, N.A., 12,11,2. Verum, iustum, pulchrum, verdadero, justo, hermoso [lema de la Academia de Ciencias Morales y Políticas]. Verum tacere et falsum assérere pária sunt, son cosas iguales callar la verdad y afirmar lo falso. Veto, lo prohibo; lo impido. 148 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Vetustas pro título habetur
Vetustas pro título habetur, la antigüedad se considera como título. Principio legal. Vetustas semper pro lege habetur, la antigüedad siempre tiene fuerza de ley. Paulo; Digesto, 8,3,1pr; 39,3,2. Principio jurídico. Vetustas vicem legis tenet, la antigüedad hace las veces de la ley. Digesto, 39,3,1,23. Vi et armis, por la fuerza y por las armas; por la fuerza de las armas. Cicerón, De domo, 24,63. Via crucis, camino de la cruz. Via Dolorosa, camino de dolor hasta el Calvario. Via trita, via tuta, camino trillado, camino seguro. Viáticum, viático; dinero o medios para el viaje. Vicisti, Galilaee!, ¡venciste, Galileo! [Frase atribuida a Juliano el Apóstata; últimas palabras dirigidas a Cristo]. Vídeant cónsules, ne quid res pública detrimenti capiat, procuren los cónsules que el Estado no sufra daño alguno [fórmula del Senatusconsultum últimum, que les concedía plenos poderes]. Cicerón, Catilin, 4. Vidélicet, a saber; es decir. Digesto, 4,6,29. Videtur rem alienare qui eam pátitur usucapi, parece que enajena una cosa quien consiente que ésta sea objeto de usucapión. Principio jurídico. Vigilántibus, non dormiéntibus, subveniunt iura, las leyes ayudan a los que están despiertos, no a los que duermen [= a los que no las contemplan]. Principio de derecho. Cód. Justin., 7,40,2. Vim vi deféndere, omnes leges ómniaque iura permittunt, todas las leyes y todos los derechos permiten rechazar la fuerza con la fuerza. Digesto, 9,2,45. Vim vi repéllere licet, la violencia puede rechazarse con la violencia. Digesto, 43,16,1,27. Vincit qui pátitur, vence el que resiste. Vir bonus dicendi peritus, un hombre bueno, diestro en el hablar [definición del orador, según Catón]. Quintiliano, Instit. orat., 12,1,1. Vis cómica, fuerza cómica, comicidad. Vis consílii expers mole ruit sua, la fuerza desprovista de inteligencia se derrumba por su propia masa. Horacio, Odas, 3,4,65. Vis est maioris rei ímpetus qui repelli non potest, fuerza es el ímpetu de la cosa mayor que no se puede repeler. Principio de derecho. Vis légibus inimica, la violencia es enemiga de las leyes. Principio de derecho. 149 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Vis maior
Vis maior, fuerza mayor, [que excede el control del obligado a cumplir una prestación]. Séneca, De benefficiis, 2,18,7. Vita brevis est, la vida es breve. Salustio, Catilina, 1,3. Vita mortuorum in memoria vivorum est pósita, la vida de los muertos está puesta en el recuerdo de los vivos. Cicerón, Filip, 9,5,10. Viventis nulla est heréditas, no existe herencia de persona viva. Digesto, 18,4,1. Vivere est cogitare, vivir es pensar [cf. pienso, luego existo]. Cicerón, Tuscul. disputat., 5,38,111. Vixit, vivió; cesó de vivir; murió [fórmula por la que los romanos anunciaban la muerte de una persona]. Volaverunt, volaron, desaparecieron; escaparon. Volenti non fit iniuria, a quien consiente no se le hace injuria. Principio jurídico. Voluntas hóminis deambulatoria usque ad mortem est, la voluntad de una persona puede cambiar hasta la muerte. Principio jurídico. Vox administrationis omnem excludit alienationem, la palabra administración excluye toda venta. Principio jurídico. Vox clamantis in deserto, la voz del que grita en el desierto. Isaías, 40,3; S. Mateo, 3,3. Vox pópuli, vox Dei, la voz del pueblo es la voz de Dios. Alcuino, Admonitio ad Carolum Magnum (año 800). Vulgata, divulgada [versión latina de la Biblia, hecha por San Jerónimo, entre los años 383 y 405, basándose en otras versiones anteriores]. Vulnerant omnes [horae], última necat, todas las horas hieren, la última mata. Inscripción en esferas de reloj. Vulpes pilum mutat, non mores, la zorra cambia el pelo, no las costumbres. Suetonio, Vespasiano, 16,3. Vultus est index ánimi, la cara es el espejo del alma. Vultus índicat mores, el rostro indica el carácter. Cicerón, De legibus, 1,9.
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Anexo: Instituciones jurídicas romanas
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Roma y la organización del derecho
Tu regere imperio populos, Romane, memento; Haec tibi erunt artes, pacique imponere morem, Parcere subiectis et debellare superbos. (Verg. Aen., VI, 851-853).
Roma utilizó la ciencia militar, llevada a su más alto grado de perfección, para dominar el mundo antiguo y para someterse a sí misma a una disciplina, adaptándose constantemente a la norma establecida. Esta norma que rige las relaciones de los individuos entre sí y con las colectividades en que se integran constituye el derecho. Los romanos no se limitaron a someter a los pueblos de la Antigüedad y a tomar posesión de sus territorios, sino que los organizaron. No se limitaron a vencerlos y a cobrarles unos tributos, abandonándolos después a su suerte. Salvo Alejandro Magno, eso es lo que hicieron todos los conquistadores antiguos. Roma, en cambio, tomó muy en serio su papel de soberana y tutora de los destinos de los pueblos sometidos, adaptando sus propias leyes, lenta e insensiblemente, a las condiciones de vida, tan heterogéneas como cambiantes, de sus súbditos a lo largo de los muchos siglos en los que éstos siguieron sus directrices, legando a todos los pueblos de Occidente un cuerpo de derecho y de jurisprudencia sobre el que éstos han cimentado su actual organización social y jurídica. Así, cuando, en el siglo V d. de C., las oleadas incontenibles de los pueblos bárbaros habían desbaratado el edificio político levantado por Roma a través de un milenio de esfuerzos sin desmayo, sobre las ruinas, 153 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
calcinadas y humeantes aún, de este gigante caído, resonaba el eco de estos versos del poeta galo Rutilio Namaciano: Porrige victuras romana in saecula leges, Solaque fatales non vereare colos. Desde estas ruinas, Roma ofrecía a Occidente unas leyes, gracias a las cuales no debía temer que las Parcas cortaran el hilo de su destino inmortal. Originalidad del Derecho Romano Roma ostenta la primacía en el campo del derecho, no por haber creado muchas leyes o por haber regulado con ellas el complejo mecanismo de las relaciones sociales, sino por haber acertado a definir, ordenar y jerarquizar estas relaciones y las formas que adaptó a ellas, por haberlas clasificado de acuerdo con sus orígenes y sus causas, por haber analizado y determinado sus efectos y por haberlos previsto y combinado hábilmente; por haber constituido, en fin, una ciencia y un arte del derecho, por haber creado una mentalidad y unos procedimientos aptos para someter todo dato jurídico a una norma, sin suprimir ni alterar la vida social, sino potenciándola hasta llevarla a su plenitud. La iuris civilis scientia y el ars boni et aequi, unidas a la prudentia y a la disciplina son las aportaciones genuinas de Roma. No puede negarse que tomó prestados, para organizar su estructura jurídica, elementos diversos de legislaciones extranjeras. Ahora bien, la organización de este derecho es obra exclusiva suya, prolongada desde el siglo II a. de C. al siglo III d. de C. El mos maiorum, es decir, el viejo derecho consuetudinario, precisado por algunas normas de los Pontífices y por los decretos de las gentes, constituyó durante siglos la base de la vida jurídica de los romanos. Prescindiendo de relatos más o menos legendarios y aceptando incluso, como posibles, algunas imitaciones del código ateniense de Solón, el conjunto de la legislación promulgada por los decénviros no contiene, en esencia, nada que no pudiera nacer en la sociedad romana. La manía obsesiva de imitar todo lo griego, mostrada más tarde por los romanos, no parece haber tenido repercusión alguna en el campo de las leyes. Por otra parte, la progresiva ampliación de sus relaciones con los extranjeros, paralela a su incesante expansión territorial y a la afluencia a Roma de población no romana, originó la creación de la pretura peregrina y dio también nacimiento al ius gentium, que no obedece, en absoluto, a la adopción de formas jurídicas extrañas. La fulgurante expansión territorial romana por los países ribereños del Mediterráneo, fruto de su aplastante victoria militar sobre Cartago 154 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
y de las campañas subsiguientes, produjo una transformación gradual e inexorable de la vida socioeconómica del mundo romano. Una minoría, frente a una gran mayoría inoperante de personas desheredadas de toda fortuna. Las masas de labriegos arruinados de Italia se concentran en las ciudades formando un proletariado manejado por el demagogo de turno. Se produce un antagonismo, cada vez más marcado, entre la ciudad y el campo. Se va perfilando, cada vez más neta, una civilización de corte helenístico, predominantemente urbana, mientras aquel campesino que se ha aferrado a su medio primitivo es víctima del desprecio absoluto por parte de la población urbana, que se burla de su rusticitas. Esta actitud acentúa el absentismo rural y la desconfianza y hostilidad latentes del campesino frente a la ciudad. Es en la ciudad en donde la difusión de la cultura helenística va produciendo un cambio de mentalidad en las clases dirigentes. La filosofía de esta época, más pragmática que creadora, inspira una orientación ética en el derecho romano hacia el fin de la República y bajo el Imperio. La elocuencia jurídica ciceroniana, impregnada de un eclecticismo en el que predominan el neoacademicismo y el estoicismo, contribuyó a infundir en el derecho romano los elementos morales de que antes carecía. Se trataba de hacer compatible la ley escrita, producto de un legislador humano, con las leyes no escritas; reguladas por la conciencia y que constituyen el derecho natural. Se intenta, pues, delimitar el campo entre la ley y la equidad. Se va potenciando gradualmente el valor de los vínculos de sangre sobre los puramente legales en las relaciones jurídicas familiares y se subraya poco a poco el papel relativo o preponderante de la intencionalidad en materia de delitos o de contratos. De todas las escuelas filosóficas griegas era el estoicismo, en su versión romana, la que mejor se adaptaba a su mentalidad y a sus peculiaridades tradicionales: disciplina, dominio de sí mismo, integridad, espíritu de justicia, etc. Aparte de esto, la stoa media aportó sistemas en los que los romanos podían basar y justificar su imperialismo creciente. Los políticos romanos explotaron hábilmente el principio estoico de la providencia divina, presentando a Roma como instrumento de esa providencia, de esa fuerza cósmica que gobierna el mundo entero; era Roma la llamada a lograr la paz universal, en la que pueden florecer las más variadas actividades humanas y, con ellas, la prosperidad general y la felicidad individual del hombre. Roma representaba pues, la realización de la vieja concepción, aparentemente utópica, de un estado universal regido por las leyes de la razón, cristalizadas en su equilibrada constitución política, en la que la experiencia de muchos siglos y generaciones había logrado fundir lo mejor de los diversos sistemas políticos, eliminando, a la vez, los inconvenientes de cada uno de ellos. 155 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Tal es el panorama brillante que nos ofrece Cicerón en su De re publica. Este cambio de mentalidad provocó una divergencia entre muchas de las instituciones y normas tradicionales del viejo derecho romano y las nuevas tendencias y formas de vida. Pero la filosofía aportó también nuevos sistemas y métodos, que hicieron posible el desarrollo de la ciencia jurídica, es decir, de la iurisprudentia. De ella dimana la gran claridad y la elegancia de estilo de la mayoría de los jurisconsultos clásicos. A partir de Diocleciano, la actividad jurídica, salvo la producción legislativa, que se multiplica, sólo conserva cierto vigor en Oriente, donde perduran algunas escuelas de cierto renombre. En Oriente, a donde se ha desplazado el centro de equilibrio del Impero Romano, el derecho tradicional es alterado por las costumbres provinciales. Justiniano trata de adaptar ambos elementos, combinándolos mediante interpolaciones o retoques, en sus compilaciones, o consagrando, en sus Novelae las teorías orientales o recientes, en un intento loable de adaptar la materia jurídica al medio étnico, a las formas sociales y a las condiciones de vida material y espiritual de su época. Todo ello unido a un ensayo general de sistematización y, sobre todo, a la introducción de concepciones abstractas, sustitutivas del empirismo romano. De este modo logró dotar al derecho romano-bizantino de los elementos que más podian influir en las legislaciones posteriores. Las fuentes del Derecho Romano Los jurisconsultos romanos clásicos afirmaban que el derecho era el resultado de las leyes, plebiscitos, senadoconsultos, constituciones imperiales, edictos de los magistrados y respuestas de los Prudentes. Hemos de sumar a estas fuentes la más abundante en su origen: la costumbre. Los edictos de los magistrados y las respuestas de los Prudentes constituyeron las manifestaciones más originales, fecundas y plásticas de este derecho. La aparición de todas las fuentes mencionadas no fue simultánea, sino escalonada, pero su caudal jurídico iba sobreviviendo y conservaba sus cualidades específicas. Su ordenamiento era imprescindible. Se llevó, pues, a efecto, aunque en época muy tardía. El mos maiorum El derecho consuetudinario, producto espontáneo de la conciencia popular, no presupone un Estado organizado, pero, una vez establecida la costumbre, puede subsistir en el seno de éste como norma jurídica, adap156 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
tándose instintiva e insensiblemente a las necesidades de la vida individual y social, constituyendo una fuente de derecho libre de todo artificio Este mos maiorum, es decir, el conjunto de normas heredadas de los antepasados, sirve de base a la organización gentilicia y familiar, a todo el sistema de relaciones privadas, a la estructura jurídica, religiosa, cultural y social de Roma hasta la aparición de las leyes de las XII Tablas. Los actos y situaciones jurídicas se tradujeron por medio de un formalismo rígido, de un simbolismo muy concreto, repleto de palabras y gestos, de alcance psicológico, social e incluso religioso. La norma jurídica, respaldada por la sanción penal, se va separando de la mera costumbre, que está libre de la coacción que esta sanción supone. Paralelamente, se va ampliando el foso entre el fas y el ius. Fas es todo aquello que se acomoda al orden divino. Nefas, al contrario, lo que infringe las normas sagradas. Quien las infringe (impius) ha de ser castigado, para atraer de nuevo la protección divina sobre la comunidad de la que el impius formaba parte. Ius es, simplemente, lo que respeta las normas de la convivencia humana. Iniuria, en cambio, es toda transgresión de esas normas. El mos maiorum (la costumbre tradicional) es reconocido, aceptado y transmitido de generación en generación (traditio, -onis). Por esa razón, goza del respeto general, aunque su contenido vaya anticuándose, por lo que ha de ser acomodado gradualmente a las nuevas circunstancias de la comunidad social a la que sirve de fundamento jurídico. Ahora bien, al ir conformándose el Estado como ente monopolizador del poder, se tiende a una legislación unitaria, en detrimento del derecho consuetudinario. Surge así el derecho escrito (ius scriptum) y, con él, la organización del derecho por el poder público, que toma como fuentes del mismo la ley, el plebiscito, el edicto, el senadoconsulto y las constituciones imperiales. La Ley En sentido lato, ley es todo principio o norma obligatoria en una relación jurídica. En sentido estricto, ley es toda norma emanada de los órganos del Estado expresamente destinados para este fin; estos órganos legislativos fueron cambiantes en Roma a lo largo de su dilatada historia: asambleas populares, Senado, magistrados y emperadores. Según Gayo, «Lex est quod populus iubet atque constituit. Lex est quod populus Romanus, senatorio magistratu interrogante, veluti consule, constituebat». Capitón la define así: «Lex est generale iussum populi aut plebis rogante magistratu». 157 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
En ambas definiciones destacan dos aspectos fundamentales de la ley. Es una orden del pueblo (iussum populi) y está promovida por la propuesta (rogatio) de un magistrado que esté investido del ius agendi cum populo («derecho a tratar con el pueblo»), es decir, un cónsul o un pretor, o del ius agendi cum plebe, o sea, un tribuno o un edil de la plebe. Se la distinguía por un adjetivo derivado del nombre de quien la había propuesto y defendido. Prescindiendo de las llamadas Leges Regiae, atribuidas a los reyes, compiladas por Papirio y que debían afectar más al campo religiosoritual, que al jurídico propiamente dicho, las primeras leyes escritas en Roma son las de las XII Tablas. Las leyes de las XII Tablas, así llamadas por haberse grabado en doce tablas de bronce, fueron la obra legislativa de una comisión de diez miembros (Decemviri legibus scribundis), magistratura colegiada, excepcional y transitoria, con funciones legislativas y de gobierno, que durante su vigencia anuló la competencia de las magistraturas restantes, incluso el tribunado de la plebe. El nombramiento de esta comisión obedeció a la exigencia de una legislación estable y al deseo de disponer de un derecho al alcance de todos los ciudadanos (aequare leges omnibus) y de una normativa legal más radical en materia de deudas. El tribuno de la plebe Terentilio Arsa, desde el año 461 a. de C., venía proponiendo el nombramiento de unos magistrados especiales encargados de tal misión. Vencida la oposición del Senado, el año 451 se nombró la comisión de los Decemviri legibus scribundis, integrada por patricios que habían sido cónsules anteriormente. Su labor fue altamente positiva, al administrar justicia imparcialmente, discutiendo cada principio o norma in contione, admitiendo toda sugerencia oportuna y sometiendo, por último, a los comicios centuriados diez tablas de normas para su aprobación. Sin embargo, alegando que la legislación estaba aún incompleta, hicieron prorrogar su nombramiento para el año 450. La nueva comisión, de la que ahora formaban parte tres plebeyos, añadió otras dos tablas, que ni fueron previamente discutidas en la contio ni aprobadas en los comicios. Estas razones, unidas a lo odioso de su contenido y al hecho de que, al acabar su mandato, los nuevos decénviros no se mostraron dispuestos a renunciar al poder que detentaban, más una serie de arbitrariedades y abusos, originó una de tantas sediciones de la plebe, la caída violenta de los decénviros y la restauración de las magistraturas ordinarias. Sin embargo, su obra legislativa estaba terminada. Los cónsules del año 449 la propusieron a los comicios y éstos aprobaron las llamadas Leyes de las XII Tablas. 158 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Los relatos que rodean su creación abundan en episodios anecdóticos llenos de elementos legendarios y anacronismos. La propuesta de T. Arsa obliga a reconocer la existencia, como magistratura constitucional, del tribunado de la plebe en el año 450, en el que todavía tenía carácter revolucionario. La embajada a Grecia, para estudiar las leyes allí vigentes, es inconcebible en una época en la que Roma no extendía sus contactos internacionales más allá de los pueblos limítrofes. El acceso de los plebeyos a la magistratura suprema fue una conquista política que sólo alcanzaron cien años más tarde, tras afanosos esfuerzos. Ello hace muy problemática su participación en la comisión del año 450, que destaca, además, por su matiz reaccionario. Por último, no parece lógico que las dos últimas tablas, precisamente las iniquae, fueran publicadas junto a las diez del año anterior sin el menor reparo por parte de los comicios. Según T. Livio, la propuesta tribunicia tendía a la equiparación entre patricios y plebeyos y a limitar el poder de los cónsules; la tradición, en cambio, considera como móviles primordiales el de suprimir la rigurosa ejecución personal contra los deudores insolventes y el de resolver las cuestiones relativas al matrimonio entre patricios y plebeyos. Pues bien, aparte de que las dos últimas cuestiones fueron resueltas en sentido totalmente opuesto a los intereses de la plebe, las reivindicaciones políticoeconómicas de ésta ocupan en el contexto de estas leyes un lugar muy secundario. Destacan, en cambio, el procedimiento civil, las formas de los negocios jurídicos, el derecho de sucesiones, la tutela y curatela, las relaciones de servidumbre entre fundos contiguos, los delitos y las penas. El texto de estas leyes es de una simplicidad lapidaria. Se reduce a una serie de concisas expresiones imperativas, con algunas formas arcaicas. Sus preceptos son de una rudeza muy primitiva, carente de toda sensibilidad, como el que establece los derechos de varios acreedores sobre el cuerpo del deudor insolvente: Tertiis mundinis partis secanto. Si plus minusve secuerunt, se fraude esto («Al tercer mercado córtenlo en pedazos. Si cortasen más o menos, sea sin fraude»). Se admite el talión, se prevé la pena de muerte para el ladrón de mieses, se concede gran importancia a los delitos de encantamiento y perduran los ritos arcaicos para el registro del domicilio del presunto ladrón. Todos estos detalles son reflejo del nivel social y cultural de Roma en la época en que la tradición supone la creación de tales leyes. Ni su contenido ni su forma justifican en modo alguno los juicios hiperbólicos que sobre ellas formulan los escritores romanos. T. Livio, en efecto, las considera «fons omnis publici privatique iuris, corpus omnis privati iuris». En realidad, se limitaban a fijar y sancionar determinadas disposiciones, para acabar con la incertidumbre de las normas consuetudinarias, y a establecer algunas modificaciones. 159 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Suponen, sin embargo, un avance notable en el hecho de que en ellas las normas religiosas se desglosan enteramente de las puramente sociales y de que fijan las normas jurídicas preexistentes, creando un cuerpo legal completo: I, II, III, derecho procesal; IV, derecho de familia; V, derechos sucesorios; VI, VII, derecho de propiedad; VIII, IX, X, XI, derecho penal; XII, derecho público. Las leyes posteriores regularían materias particulares y fueron consideradas como complemento de las de las XII Tablas. El gran prestigio de que siempre gozaron las convirtió en fuente primordial del derecho romano. Todos los juristas se basaron en ellas en su labor interpretativa y de extensión. No fueron derogadas hasta Justiniano, si bien sus normas habían caído en desuso mucho tiempo antes. El Plebiscito Según Festo, «Scita plebis appellantur ea, quae plebs suo suffragio, sine patribus iussit, plebeio magistratu rogante». Se trata, pues, de una disposición dictada por el pueblo, reunido por tribus, a propuesta de un tribuno de la plebe. Se diferenciaba de la lex en que ésta debía contar con la aquiescencia del Senado y la ratificación del pueblo, reunido por centurias y, una vez aprobada, obligaba a todos los ciudadanos. El plebiscito, en cambio, sólo afectaba, en un principio, a la plebe, pero, con el tiempo, llegó a ser una simple variante de la ley. En efecto, la lex Valeria Horatia señaló su obligatoriedad para el ordo plebeius y la lex Publilia obligó al Senado a sancionar los plebiscitos. Más tarde, la lex Hortensia (287 a. de C.) extendió esta obligatoriedad a todos los ciudadanos, equiparando los plebiscitos a las leyes, para evitar los conflictos entre las diversas disposiciones. El Senadoconsulto El senatus-consultum es un dictamen del senado. Durante mucho tiempo fue ajeno al derecho privado, pero, al caer en desuso los comicios en el siglo I d. de C., el Senado heredó el poder legislativo, ejerciéndolo, al menos desde Adriano, mediante la propuesta (relatio) de un magistrado, que a veces era el propio emperador, que acabó monopolizando tal relatio. El emperador presentaba la propuesta de ley en forma de oratio, o exposición de motivos, y su moción era indefectiblemente aprobada por el Senado. En el siglo III d. de C. llegó a publicar el acta sin referirse siquiera al mismo. 160 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
La influencia del senado en la legislación había sido grande en todas lás épocas, ya que las leyes votadas por el pueblo requerían su aprobación (patrum auctoritas) y, además, sus dictámenes estimulaban la creación de leyes. Podía también declararlas no obligatorias por vicio de forma (ea lege non videri populum teneri) y dispensar a un ciudadano de la observancia de una ley (lege aliquem solvere). Según Gayo, «senatusconsultum est quod senatus iubet atque constiuit: idque legis vicem obtinet, quamvis fuerit quaesitum». El s.c. constaba de tres partes: praescriptio, en que constaba el nombre del magistrado promotor del mismo, en forma adjetiva, fecha y lugar; el texto, dividido en capita; la sanctio, seguida del número de senadores participantes en la votación. A veces, en lugar de recibir el nombre del magistrado que lo había propuesto, se le denominaba con un término alusivo al objeto del senadoconsulto (s.c. de Bacchanalibus) o a otras circunstancias. Podían ser verdaderos senadoconsultos-leyes, fuentes de derecho civil, o simples instrucciones a los magistrados de justicia, fuentes de derecho pretorio. Ius civile, ius gentium y ius honorarium Ius civile El derecho civil (ius civile) es un derecho creado por los romanos y sólo para los romanos. Hemos visto cuáles fueron sus fuentes primitivas: mos maiorum, leyes comiciales, plebiscitos y senadoconsultos. Ahora bien, el objetivo perseguido por la actividad legislativa de los comicios fue más la organización política que el derecho privado. En cambio, este vacío legislativo fue colmado por la labor de interpretación (interpretatio) de las leyes por parte de los juristas de la época republicana. Tal interpretación permitió utilizar las viejas leyes e instituciones, para alcanzar fines no previstos por sus fundadores. Era necesaria la adaptación sucesiva de las vetustas normas jurídicas a las cambiantes necesidades socio-económicas y a las nuevas concepciones de la vida en evolución constante. Los juristas romanos mostraron siempre un profundo respeto hacia el derecho tradicional legado por sus mayores, pero dejaron simplemente en desuso las normas que se consideraban ya inaplicables, sustituyéndolas por otras nuevas, nacidas fuera del ámbito del viejo ius civile, pero de uso corriente en otros pueblos civilizados; normas basadas en la razón natural, como las del ius gentium o dimanantes de un sistema más ágil de creación legislativa (ius honorarium). 161 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ius gentium En los primitivos tiempos, el particularismo de la ciudad-estado no permitía aproximación alguna entre su proprium ius civile y los derechos extranjeros, que, para el romano, simplemente no existían. Era para ellos inconcebible lo que actualmente recibe la denominación de «Derecho Internacional Privado». Roma no reconocía a los extranjeros más derechos que los que ella misma les confería por tratados o concesiones unilaterales. El ius gentium limitaba su campo de acción a los usos admitidos por las embajadas. Sin embargo, ya en Cicerón, el término ius gentium adquiere connotaciones más amplias, indicando las instituciones jurídicas comunes a los diversos pueblos. Más tarde, en las obras de los grandes jurisconsultos, designó el conjunto de las relaciones jurídicas reconocidas como válidas por Roma entre los extranjeros o entre los ciudadanos romanos y los extranjeros, dentro de los límites territoriales del Estado romano. Muchas de estas normas y prácticas, consideradas como buenas y útiles, fueron incluso incorporadas al ius civile. En el primer cuarto del siglo II d. de C., los jurisconsultos las reúnen bajo la denominación global de ius gentium, aunque semejante etiqueta pudiera ser más antigua. Este ius gentium, más extenso y flexible, también de creación romana, es fruto de las prácticas que, aplicadas a los extranjeros y refundidas en el crisol del pensamiento romano, sólo tenían validez como institución impuesta o tolerada por Roma. El ius civile no era aplicable a los extranjeros. Estos, por consiguiente, no podían realizar los actos jurídicos formales básicos del ius civile. Carecían, por tanto, del derecho de propiedad, por lo que no podían realizar los actos solemnes para adquirirla, ni podían contraer obligaciones bajo formas usuales, como la stipulatio, ni contraer matrimonio, ni testar, ni ser herederos con validez ante el ius civile. Si vivían estos peregrini en sus comunidades de origen, de carácter homogéneo, seguían rigiéndose por su propio derecho, por lo que dentro del Imperio Romano siguieron vigentes en las provincias derechos no romanos, ya que gran parte de la población del territorio sometido a Roma carecía de la civitas. Pero la situación en la ciudad de Roma era distinta. Habían afluido a ella grandes masas de peregrini, a los que se les fue aplicando una serie de normas elementales y sencillas, exentas del rígido formalismo del ius civile, basadas únicamente en el sentido común y susceptibles de ser aplicadas a cualquier hombre libre, independientemente de su nacionalidad. El principal promotor de este conjunto de normas, que constituyen el embrión del ius gentium, fue el praetor peregrinus, creado el 242 a. de C. 162 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
No fue, por tanto, un derecho extranjero adoptado por los romanos, que sólo copiaron a los otros pueblos en los campos jurídicos en los que carecían de experiencia y en los que se encontraron de pronto, a causa de su rápido crecimiento, ante situaciones y actividades jurídicas ya reglamentadas por el derecho helenístico: derecho marítimo, mercantil, bancario, etc. Incluso en esos campos, las instituciones adoptadas recibieron la impronta del sistema jurídico romano. El ius gentium fundamenta esencialmente el deber jurídico en la bona fides, es decir, en el cumplimiento de la palabra dada, no en la realidad de una formalidad jurídica. La bona fides, reconocida previamente, con carácter extrajurídico, en las relaciones entre peregrini, fue adquiriendo carácter jurídico gracias al uso que hizo de ella el praetor peregrinus. El ius gentium no quedó claramente definido entre los juristas romanos. Para Gayo, frente al ius civile, derecho creado exclusivamente por y para cada pueblo, sin relación alguna con el derecho de los demás, el ius gentium era el derecho revelado por la razón natural y respetado, por tanto, por todos los pueblos. Por primera vez, la idea de una razón universal sirve de base a la noción de un ius naturale, en conexión evidente con el ius gentium. En tiempos de los Severos se engloba en el concepto de ius civile todo el derecho propio de los ciudadanos, por oposición al ius gentium y al ius naturale. Esta noción teórica se acentúa en la época postclásica al desaparecer, de hecho, la diferencia entre cives y peregrini. Ius honorarium El edicto de los magistrados (edictum magistratuum) responde al derecho que todas las autoridades públicas tenían de hacer reglamentos y comunicaciones, orales o escritas, a sus administrados (ius edicendi). Este derecho tuvo un mayor desarrollo entre los magistrados investidos de poderes judiciales, como los pretores, ediles, cuestores, gobernadores de provincia, etc. Era costumbre que, al tomar posesión de su cargo, estos magistrados reglamentaran determinados aspectos jurídicos de su competencia e indicaran cómo iban a interpretar las normas existentes y a resolver ciertas dificultades. En los primeros tiempos, esta iniciativa del magistrado, limitada por la rigidez de las legis actiones, se ejercitaba casi exclusivamente por la práctica de la coacción y de sus medios restrictivos (posesiones, interdictos y estipulaciones pretorianas) o por otras medidas de orden público dimanantes de su imperium. Pero, tras la lex Aebutia, su poder, según Gayo, se incrementó en gran manera. De acuerdo con el procedimiento 163 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
«formulario», el magistrado judicial era el encargado de establecer y publicar las «fórmulas», convirtiéndose con ello en el intérprete oficial del derecho civil (viva vox iuris civilis), llegando a ser una verdadera fuente del mismo, capaz de ampliar, suplir o corregir las disposiciones legales (adiuvandi vel supplendi vel corrigendi iuris civilis gratia). Aunque, en teoría, el magistrado no podía crear ni abrogar una norma jurídica, en la práctica, la efectividad del derecho sólo comenzaba cuando él decía «iudicium dabo». Así pues, de hecho, el derecho honorario (ius honorarium; honos, -oris, «cargo público») y, sobre todo, el pretoriano, «ampliando, supliendo o corrigiendo» la ley establecida, se convirtió en el principal promotor legislativo de Roma. El pretor, al tomar posesión de su cargo anual, anunciaba libremente aquellas situaciones e intereses a los que otorgaría protección jurídica. Algunas de estas situaciones e intereses estarían ya previstas, reguladas y protegidas por la normativa del ius civile y, en tales casos, el edictum se limitaría a dar a sus normas una efectividad práctica. En otros casos, en cambio, la protección anunciada en el edictum difería de las normas, ya absolutas, del ius civile. Entonces el pretor, respetando teóricamente tales normas, las privaba en la práctica de protección mientras se la otorgaba a situaciones o intereses posiblemente contrarios o simplemente nuevos no previstos por las anticuadas disposiciones del viejo ius civile, al que complementaba sin entrar en colisión con él. El pretor no era normalmente un jurista, sino un político, pero actuaba bajo el asesoramiento de los juristas y eran éstos los que inspiraban su edictum. Este era expuesto al público, escrito en tablas blanqueadas (album). Las normas que en él figuraban tenían vigencia durante el año que duraba su magistratura (lex annua), pero, adoptadas en gran parte por los sucesivos magistrados, con el nombre de edictum translaticium, y extendidas también en el espacio territorial, fueron objeto, con el nombre de edictum perpetuum, de una codificación oficial, por orden de Adriano. Un senadoconsulto posterior obligó a los nuevos pretores y ediles a respetarlo, sin privarles por ello del ius edicendi, que podían ejercitar en lo referente a materias nuevas (edicta repentina). Sólo el veto (intercessio) de otros magistrados podía limitar la libertad del pretor. Ello daba una maravillosa elasticidad a este sistema, para ir adaptando el derecho al ritmo de las cambiantes necesidades sociales, e hizo de él la principal fuente del derecho. El ius honorarium, al superar el anquilosado formalismo del viejo ius civile, protegiendo lo bonum et aequum, es decir, lo acorde con la nueva concepción de la justicia, dentro de la objetividad y seguridad jurídica, y la bona fides, o mantenimiento de la palabra dada, dentro de la honradez y del sentido común, constituye la creación más original del genio organizador de Roma. 164 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
El ius publice respondendi Las obras doctrinales (interpretatio) contribuyeron, acaso en mayor medida aún que este ius honorarium, al desarrollo del derecho romano, que a los Prudentes debe, en buena parte, su originalidad y su eficacia. En los tiempos primitivos, en los que el ius y el fas eran entes tan inseparables como la Religión y el Derecho, fueron los Pontífices los intérpretes y rectores en ambos campos, ejerciendo con frecuencia el papel de orientadores o de árbitros y regulando, en cierto modo, el procedimiento jurídico. A partir de las Leyes de las XII Tablas, el ius y el fas se disocian y el derecho se seculariza. Sin embargo, los nuevos gerentes del mismo siguen aferrados a los viejos sistemas: respondere (contestar a las consultas), cavere (redactar fórmulas de actas) y agere (dirigir los procedimientos y componer fórmulas judiciales). Fueron así surgiendo poco a poco formularios, recopilaciones de costumbres, libros sobre derecho civil, exposiciones del derecho de las XII Tablas e incluso comentarios al edicto. Ya Augusto pretendió controlar la actividad de los juristas respaldando con su auctoritas los dictámenes de algunos de ellos, adictos a su política y emitidos en ciertas circunstancias. Los dictámenes de los juristas que no gozaban de este respaldo imperial sólo contaban con la fuerza que dimanara de su propio prestigio personal. A partir de Tiberio, el ius publice respondendi constituye una facultad que alcanza a los juristas a quienes se ha otorgado tal privilegio, sometido al cumplimiento de ciertos requisitos formales. Sólo se concedía a los juristas más eminentes, por lo general a petición del interesado. En los siglos I y II d. de C. se fue ampliando gradualmente el alcance de tal privilegio. Se hizo cada vez más frecuente la publicación de responsa de famosos juristas. Estos dictámenes eran presentados, con fuerza prácticamente vinculante, ante los tribunales. Esto afectó incluso a toda la doctrina (sententiae et opiniones) que los juriconsultos privilegiados reflejaban en sus escritos. En tiempos de Augusto, los dictámenes de los juristas investidos del ius publice respondendi ex auctoritate principis, o derecho a dar respuestas escritas y selladas, respaldadas por la autoridad del emperador, obligaban al juez en el litigio por el que habían sido solicitadas, a menos que los otros litigantes hubieran aducido otros dictámenes contrarios en el mismo asunto. Según Gayo, un rescripto de Adriano admitía la validez de toda doctrina sobre la que estuvieran de acuerdo todos los jurisconsultos que tuvieran la permissio iura condendi (communis opinio). Pero Adriano, al dar forma definitiva al edicto del pretor, contribuyó a reducir el alcance de la doctrina de los juristas, que en lo sucesivo no podrían lograr que se 165 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
introdujeran variantes o innovaciones en el edicto o que se concediesen nuevas acciones o excepciones, presentándolas como convenientes en sus dictámenes. A partir de Adriano, por consiguiente, el ius publice respondendi queda monopolizado por los miembros del consilium principis y reflejado en constituciones imperiales, obra de este consilium al que pertenecen los juristas más notables. Las escuelas jurídicas clásicas Al comenzar la época imperial los jurisconsultos, o jurisprudentes (Prudentes) se agrupan en dos escuelas jurídicas rivales que, salvo discrepancias de detalle, presentan una misma orientación doctrinal y métodos prácticamente iguales: sabinianos y proculeyanos. Su nombre se debe respectivamente a Masurio Sabino, jurista que siguió las doctrinas de Capitón, y a Próculo, que continuó las de Labeón, el jurista más citado en el Corpus iuris. En efecto, Labeón, jurista eminente, aunque no gozó del ius Publice respondendi por sus convicciones republicanas, gozó del mayor prestigio. Imprimió claridad y fijeza en la teoría y en la práctica del derecho, creando una serie de clasificaciones, divisiones y definiciones. Aplicó los métodos filosóficos griegos a los estudios de jurisprudencia, ahondando con aguda dialéctica en las leyes y conceptos armónicos que presidían el derecho positivo, dando forma precisa a normas jurídicas antes inconcretas y fluctuantes. Masurio Sabino fue autor de una «posición general del ius civile con una disposición sistemática de su invención, que adoptaron muchos juristas posteriores. A la escuela sabiniana, más tradicionalista, pertenecieron también Casio Longinos, Sabino el Joven, Javoleno Prisco, Alburnio Valens, Tusciano, Salvio Juliano y Gayo. A la proculeyana, más innovadora, Pegaso, Neracio y los Celso. En la época de los Antoninos aparecen grandes juristas, como Ulpio Marcelo, Cervidio Escévola y Venuleyo Saturnino. Destacan también dos juristas de la escuda sabiniana, Sexto Pomponio y Gayo. Este último es el único jurista romano del que se conserva una obra prácticamente completa, Instituciones, que es una exposición sumaria del conjunto de todo el derecho romano privado, notable por la forma clara y brillante con que refleja todo el sistema jurídico y obra de la mayor importancia para el conocimiento del derecho romano clásico. En la época de los Severos los juristas más importantes son Papiniano, Paulo, Ulpiano y Modestino. 166 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Papiniano, discípulo de Q. Cervidio Escévola y condiscípulo y amigo del emperador Septimio Severo, fue prefecto del pretorio y miembro del consilium principis, en el que colaboró con Ulpiano y Paulo. Como Caracalla asesinase a su propio hermano y pretendiera que Papiniano lo disculpara ante el Senado, Papiniano no accedió a ello y murió decapitado el año 212. Sus obras más importantes son las Quaestiones (37 libros) y las Responsa (19 libros), ambas muy utilizadas en las compilaciones justinianeas. Se le menciona constantemente en el Codex Theodosianus y en el Digesta. Su genio abarca todo el dominio de la jurisprudencia y se distingue no sólo por la claridad y firmeza de sus afirmaciones, sino por su profundo respeto por el derecho y la moral, cuya apasionada búsqueda hacía más aceptable para todos el rígido sistema jurídico romano. Paulo, ayudante de Papiniano y colaborador de Ulpiano, es también autor de Quaestiones y Responsa, colecciones comentadas de casos consultados y resueltos por el autor. Se le atribuye también la obra Sententiae, compilación de materiales de este autor hecha en época postclásica. El emperador Heliogábalo lo desterró, pero, llamado por Alejandro Severo, fue prefecto del pretorio con Ulpiano. De sus numerosas obras pasaron al Digesto más de dos mil extractos. Ulpiano, prefecto del Pretorio y magister libellorum, fue también desterrado por Heliogábalo. Alejandro Severo, de quien fue favorito después, le levantó el destierro el año 222. Fue asesinado el año 228 por los pretorianos, por oponerse a la desenfrenada codicia de éstos. Su vasta cultura y su dominio perfecto de la literatura jurídica quedaron reflejados en abundantes obras, entre las que destacan los Libri ad edictum, Libri ad Sabinum, Institutionum libri 1I y Disputationum libri X. Los fragmentos de sus obras constituyen más de la tercera parte de las Pandectas y presentan más carácter compilatorio que originalidad. Modestino, discípulo de Ulpiano, es el último de la serie de los grandes juristas clásicos. La superabundancia de fuentes legales y doctrinales, de difícil entendimiento y aplicación, dio lugar a las leyes de citas, que se iniciaron con la promulgada por Constantino, que reglamentaba la eficacia ante los tribunales de las opiniones de los juristas. La más conocida es la publicada por una constitución de Valentiniano III y Teodosio II (426 d. de C.). En ella se ordenaba que se contaran las opiniones de los juristas clásicos sobre cada cuestión, prevaleciendo el criterio de la mayoría; en caso de empate, prevalecía la opinión de Papiniano y, si éste no había opinado sobre esa cuestión, el juez podía decidir libremente. Los jurisconsultos a cuyas opiniones se reconocía poder decisorio eran Gayo, Papiniano, Paulo, Ulpiano y Modestino. Los juriconsultos crearon el ars boni et aequi, «el arte de lo bueno y de la equidad», que contribuía a limar las aristas que presentaba la rigidez del 167 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
ius civile. Sus sententiae, opiniones y regulae eran la vox viva iuris civilis, que suprimía o allanaba los obstáculos que surgían en las relaciones humanas. Sus obras presentan títulos como Digesta, Responsa, Res quotidianae, Institutiones, Regulae y en ellas hacen desfilar una serie de casus. Tratan de aplicar a casos humanos soluciones humanas, dentro de un marco legal y de acuerdo con el buen sentido. La gran labor de los jurisconsultos finalizó hacia el 2.o cuarto del siglo III d. de C. En el Bajo Imperio sólo aparecen compilaciones o trabajos de escolios o paráfrasis, quedando como única fuente de derecho las constituciones imperiales. Las Constituciones Imperiales La intervención del emperador en el campo del derecho fue haciéndose cada vez mayor, acabando por convertirse en fuente de todo derecho, mediante las constituciones imperiales. El ius edicendi de que estaba investido, lo mismo que todos los magistrados curules de la época republicana, le facultaba para promulgar normas de carácter más o menos general y para participar directa o indirectamente en la administración de justicia, dando instrucciones a funcionarios imperiales, magistrados, etc. La constitutio principis comprende toda clase de disposiciones emanadas del emperador y constituye el cauce más normal de su intervención en el campo jurídico. Con ellas fue surgiendo un derecho nuevo, paralelo a veces al ius civile y al ius honorarium, que va sustituyendo paulatinamente a éste en su función de renovación y adecuación, es decir, como fuente de derecho. De hecho, el emperador se convierte en única fuente de creación o renovación jurídicas. Es el resultado de la acentuación progresiva del poder imperial, de la evolución del «principado» hacia el «dominado», es decir, hacia la autocracia, que se refleja en el lema: «Quod principi placuit legis habet vigorem». La Lex Regia (s. II d. de C.) delegaba, de hecho, en el emperador el poder legislativo, al conferirle poderes discrecionales para velar por el bien y el orden público. Desde el siglo II, por tanto, el emperador tuvo en sus manos la plenitud del poder legislativo y, a partir del III, lo ejerció en exclusiva. Las constituciones imperiales presentan varias facetas: edictos, decretos, epistulae y mandatos. Los edictos, que emanan del proconsulare imperium maius, del que emperador está investido, consistían normalmente en disposiciones que mandaban, prohibían o regulaban algo, frente al edicto del pretor, que no era más que un programa de actuación, sin carácter de decisión. El contenido de un edicto era variado: concesiones de ciudadanía a grupos más o menos reducidos, etc. Su vigencia no estaba limitada, como la del edicto 168 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
pretoriano, a un año, sino que rebasaba incluso la de la vida del emperador de que procedía, salvo que el Senado hubiera condenado a éste con la damnatio memoriae y rescissio actorum, en cuyo caso dependía de que el emperador que le sucediese lo confirmase o no. Los decretos (decreta) son sentencias judiciales mediante las cuales el emperador resuelve los pleitos y procesos que llegan hasta él, como consecuencia de las atribuciones jurisdiccionales que, al margen de la tramitación ordinaria de los mismos, se le reconocen. Los decreta resolvían las cuestiones, unas veces en única instancia, otras en apelación, por recurso interpuesto por las partes o por un funcionario inferior, e incluso por iniciativa del princeps, que, aunque generalmente se limitaba a aplicar el derecho vigente, tenía que resolver a menudo la ambigüedad de las normas o suplir la ausencia de ellas, mediante la introducción de otras nuevas. Los funcionarios e incluso los particulares elevaban frecuentemente consultas al emperador sobre cuestiones de dudosa solución, para que éste las resolviera. La terminología es un tanto imprecisa. Si eran los jueces los que formulaban las consultas, éstas se llamaban relationes, consultationes o suggestiones y el princeps las contestaba en escritos aparte, llamados epistulae, redactados por una secretaría especial, ab epistulis, con el saludo (Vale) del emperador, y después eran cursadas al destinatario. Las solicitudes de los particulares (libelli) eran entregadas personalmente por el peticionario o un apoderado suyo al emperador, en audiencia concedida. La respuesta se redactaba en la secretaría a libellis y se consignaba al pie de la solicitud (subscriptio), con el «Visto Bueno» del emperador, contenido en la fórmula scripsi o rescripsi. El hacerlo en el mismo libellus presentado por el peticionario obedecía a la necesidad de que el juez tuviera a la vista la exposición que la parte había hecho de su caso. Si ésta lo había tergiversado, no aplicaría el rescripto. La cancillería imperial conservaba copias o extractos de los libelli tramitados, con sus correspondientes respuestas. Todo ello pasaba a formar parte de los commentarii, que quedaban archivados. La desaparición de los archivos en los que se conservaban todas las constituciones imperiales, acarreó la pérdida de la mayor parte de las mismas. Sólo una pequeña parte de ellas ha llegado a nosotros a través de los códigos redactados en la época postclásica. En realidad, la participación personal del emperador en la redacción de tales documentos era insignificante. El texto era elaborado por el quaestor sacri palatii, con la colaboración de alguna de las varias secciones de la cancillería imperial, y a menudo obedecían a sugerencias (suggestio) de algún alto funcionario. 169 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Los mandatos eran órdenes o instrucciones dirigidas por el emperador a las autoridades o funcionarios. El Derecho postclásico Las disposiciones emanadas del emperador son, a partir de Constantino, de varias clases: Leges generales, constituciones imperiales de carácter general, en contraposición al ius vetus, o derecho antiguo. Pragmatica sanctio, constitución imperial de carácter intermedio entre las leges generales y los rescripta, por su solemnidad, elaboración y alcance. Rescripta, en los que quedaron comprendidos los antiguos decreta, o decisiones judiciales del emperador, y aquellos documentos que respondían a consultas de todo tipo. El gran número de constituciones imperiales existentes, su dispersión y el uso constante de las mismas en los tribunales de justicia condujo a la creación, por parte de diversos juristas, de obras en que se sistematizaba su contenido, sin reproducirlas textualmente. Surge el codex, llamado así por la forma de libro, no de volumen, que adoptaron los que se hicieron a partir de Diocleciano. Los primeros codices son fruto de la iniciativa privada de un jurisconsulto, cuyo nombre llevan. Los más antiguos son el Codex Gregorianus y el Codex Hermogenianus. El C. Gregorianus, obra de un jurista llamado Gregorius, es una compilación de rescriptos imperiales, que abarca los promulgados desde Adriano a Diocleciano, en cuya época fue redactado. Es un trabajo de sistematización del derecho privado, dividido en 15 libros, ordenados, según su contenido, en títulos y éstos, cronológicamente. El C. Hermogenianus recoge en un solo libro los rescriptos dados por Diocleciano en los años 293 y 294. Ambos códices carecieron de carácter legal, como trabajos de meros jurisconsultos, pero fueron muy útiles para la redacción de las compilaciones jusfinianeas, aunque habían perdido interés tras la publicación de códigos oficiales. La primera codificación oficial fue el Codex Theodosianus. Los emperadores Valentiniano III (Occidente) y Teodosio II (Oriente) nombraron una comisión de nueve jurisconsultos, con la misión de reunir los edictos y demás constituciones con fuerza de ley promulgados desde Constantino. Seis años después se renovó el mismo encargo, limitándolo ahora a las constituciones. La nueva comisión compuesta por 16 miembros, poseía 170 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
facultades para hacer en los textos legales las modificaciones que considerara pertinentes. El código se promulgó en el año 438. Sus 16 libros constituyen una amplia colección de las constituciones imperiales promulgadas desde Constantino a Teodosio II inclusive. En los cinco primeros se sigue el orden de los comentarios al Edicto y están incluidas casi todas las materias referentes al derecho privado. Los restantes tratan de las magistraturas, milicia, administración política y económica y asuntos eclesiásticos. Se trata de una mera compilación sistematizada, no de un cuerpo completo y homogéneo de derecho. Se diferencia esencialmente del C. Gregorianus por el predominio en él de las constituciones imperiales, especialmente los edictos, y por dar más importancia al derecho público que al privado; éste en el C. Gregorianus ocupa 13 de los 15 libros y en C. Theodosianus sólo ocupa 4 de los 16 (II-V), ya que son menos frecuentes las constituciones imperiales en este campo del derecho. Teodosio no pretendió que este código fuese una suma de todo el derecho vigente, ya que reconoció validez a las constituciones recogidas en los códices Hermogeniano y Gregoriano y a las obras de jurisprudencia que no estuvieran en contradicción con las constituciones. Sin embargo, como se trataba de una compilación oficial para todo el Imperio, contribuyó a la unidad legislativa de Oriente y Occidente. En Oriente estuvo en vigor hasta Justiniano. En Occidente sobrevivió al derrumbamiento del Imperio, ya que quedó recogido, en gran parte, en la Lex Romana Visigothorum. No ha llegado completo hasta nosotros. La edición más completa y moderna se debe a Mommsen (1905). Las grandes compilaciones justinianeas La labor codificadora culmina en las tres grandes compilaciones de Justiniano, que intentó con ellas dotar al Imperio de una regulación jurídica adecuada. Su colaborador más directo en esta ingente tarea fue el jucisconsulto Triboniano, inicialmente magister officiorum y después quaestor sacri palatii. El año 528 se nombró una comisión de diez juristas presidida por Triboniano, de la que formaban parte Teófilo y Doroteo. Dicha comisión tenía facultades discrecionales para hacer supresiones y correcciones. Su gran rapidez y eficacia hizo que su trabajo, el Codex Vetus, pudiera promulgarse en 529. En él se prohibía citar más constituciones que las contenidas en este código, bajo pena de falsario. No se conserva, por haber sido sustituido en el año 534 por un nuevo código. 171 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Ya la Ley de Citas había intentado resolver el problema de las contradicciones entre los diferentes autores clásicos. El año 530 promulgó Justiniano una serie de constituciones decisorias (Quinquaginta decisiones), en las que se daba una solución unívoca a las cuestiones jurídicas controvertidas. Estas decisiones fueron incorporadas al nuevo código del año 534. Para proceder a esta incorporación, se nombró una comisión compuesta por Triboniano, Menas, Doroteo, Constantino y Juan, con facultades para suprimir las constituciones anteriores que les pareciesen supérfluas, derogadas, repetidas o contradictorias. El nuevo código (Codex repetitae praelectionis) comprende 12 libros, divididos en títulos, con sus correspondientes epígrafes, indicando la materia. Cada título abarca cierto número de constituciones imperiales. Cada una comienza con su inscriptio, el nombre del emperador que la dictó y, por lo general, la fecha y lugar de su publicación. El primer libro se ocupa del derecho eclesiástico y político; los siete siguientes, del derecho privado; el noveno, de derecho penal y procesal; los tres últimos, de derecho administrativo. Pero la obra más importante de estas compilaciones justinianeas es el Digesto (Digesta). Justiniano, el año 530, por medio de la Constitutio Deo auctore y a propuesta de Triboniano, nombró una nueva comisión, presidida por éste e integrada por Doroteo, Anatolio, Teófilo, Cratino y otros once juristas más, investida de atribuciones similares a las que las comisiones anteriores habían tenido. En diez años debía compilar toda la literatura jurídica. El entusiasmo con que actuó esta comisión permitió reducir a tres años el plazo señalado y pudo publicarse el Digesto el 30 de diciembre del año 533. Su título en latín es Digesta (digerere, «ordenar») y, en griego, Pandectas (pan, «todo»; dexomai, «recibir»). Con su publicación perdieron vigencia, ante los tribunales y, por tanto, en las escuelas de jurisprudencia, todos los escritos no incluidos en esta colección. Perdieron también su fuerza, por tanto, las normas de las Leyes de Citas. Comprende el Digesto 50 libros, divididos en títulos numerados, con epígrafe de la materia tratada en cada uno. Los títulos están subdivididos en fragmentos, que comienzan con el nombre del jurisconsulto del que se ha tomado, la obra del mismo y la parte de ella de donde se ha extractado el pasaje. A partir de la Edad Media, los fragmentos extensos se subdividen, a su vez, en párrafos. Por ello, para hacer citas del Digesto, se antepone su inicial D al número romano del libro, seguido del número árabe del título, fragmento y párrafo. Por ej., D, XVI, 2, 14, 1 corresponde a Digesto, libro XVI, título 2, fragmento 14, párrafo 1. Las Novellae son constituciones dictadas por Justiniano a partir del año 535. Constituyen una de las partes del Corpus iuris civilis, nombre con que se conoce el conjunto de las compilaciones justinianas desde el 172 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
siglo XVI. Están redactadas en griego y en latín, en estilo ampuloso y prolijo. Al texto propiamente legislativo de cada constitución, dividido en capítulos, precede una explicación y van seguidas de un epílogo. La mayoría versan sobre derecho público y eclesiástico. Las que se refieren a derecho privado tienen, en general, carácter interpretativo de disposiciones anteriores. Algunas de ellas, no obstante, introdujeron reformas radicales, por ejemplo, en materia de derecho de familia y sucesiones. Las huellas del Derecho Romano A pesar de que Justiniano había desautorizado los escritos jurídicos anteriores a sus compilaciones y prohibido los comentarios a sus obras, pronto aparecieron comentarios como la Paráfrasis de las Instituciones, atribuida a Teófilo. El hecho de que la compilación justinianea estuviera redactada en latín la hacía poco apropiada para la práctica jurídica en un mundo en el que la lengua generalizada era el griego. Ello dio lugar a reelaboraciones diversas. Por otra parte careció de vigencia en Occidente, salvo en pequeñas zonas dominadas por el Imperio Bizantino. De ahí que el corpus iuris de Occidente, en el momento de su desintegración política y de su sustitución por los diversos reinos bárbaros, era el Codex Theodosianus y las Novellae posteodosianas. En los nuevos reinos del Occidente europeo es el derecho vulgar el que cristaliza en el Codex Euricianus (hacia 476) y la Lex Romana Visigothorum (Breviarium Alaricianum o «Código de Alarico», 506). En este último código, la más importante colección de derecho romano utilizada en Occidente, se conserva, en gran parte, el C. Theodosianus y perviven muchos elementos de los códigos Gregoriano y Hermogeniano, algunas Novellae posteodosianas y gran parte de las Sententiae de Paulo, el Epítome de Gayo y un fragmento de Papiniano. En España, durante la monarquía visigoda, se va acentuando el proceso de desnaturalización del derecho romano en la revisión del Código de Eurico, hecha por Leovigildo, y en la Lex Visigothorum, compilación llevada a cabo por Recesvinto hacia el año 654. El Edictum Theodorici y la Lex Romana Burgundiorum (princ. s. VI) derivan de las mismas fuentes que la Lex Romana Visigothorum. Su vigencia estuvo ligada a la corta existencia de los reinos ostrogodo y burgundio. En el siglo XII, la creación de las primeras universidades (Bolonia, Montpellier, etcétera) originó un renacimiento de los estudios jurídicos. La compilación justinianea fue considerada como el derecho usual en el Imperio de Occidente, heredero y continuador del Imperio Romano. 173 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
El texto original es respetado como norma indiscutible y se convierte en objeto de los comentarios de numerosos glosadores, que intentan profundizar en su cabal conocimiento. En los siglos sucesivos se van incrementando estos estudios, recibiendo una orientación teórico-práctica por parte de los comentadores y glosadores, extendiéndose el sistema italiano (mos italicus) a las demás universidades de Europa durante los siglos XV y XVI. Los humanistas del siglo XVI, infatigables investigadores de la Antigüedad Clásica, proyectaron también su curiosidad hacia los dominios jurídicos, aplicando a sus textos los métodos filológicos y contemplándolos con un espíritu nuevo. Esta nueva orientación fue llamada mos Gallicus, por ser Francia el centro geográfico de tales estudios en los siglos XVI y XVII. Más tarde se denominó «jurisprudencia elegante», por su sentido eminentemente teórico y puramente cultural. En algunos países pervivió el Derecho Romano como derecho supletorio e incluso como derecho común. Su inclusión en los planes de estudio de las universidades condujo al desarrollo del usus modernus Pandectarum, que intentaba conjugar el Derecho Romano con el derecho nacional. Esta nueva orientación práctica dio lugar al nacimiento de la «Pandectística», que se propuso el estudio exhaustivo de la compilación jistinianea, acomodado a las concepciones jurídicas del siglo XIX. El resultado fue la creación de una sólida y racional sistemática en el estudio y exposición del Derecho Romano, que confirió a éste una serie de categorías y concepciones muy valiosas para la ciencia jurídica, pero alejadas de las antiguas concepciones romanas. En la actualidad, el Derecho Romano, carece prácticamente de vigencia. Sin embargo, sigue incluyéndose en los planes de estudio de las Facultades de Derecho por una serie de razones. Constituye una introducción general y básica para el estudio del derecho privado, porque proporciona una visión panorámica del mismo. Explica, además, el origen histórico de muchas instituciones que están actualmente en funcionamiento. Aclara, sobre todo, la formación y evolución de un ordenamiento jurídico, fruto de un ambiente social, económico, político y cultural, madurado en un pueblo milenario, cuya característica más peculiar fue precisamente su gran sentido de la organización y del Derecho.
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Algunos aspectos del Derecho Romano
Los ciudadanos romanos Persona, capacidad jurídica y ciudadanía En Derecho Romano recibe el nombre de «persona» todo ser o entidad suscepfible de derechos y obligaciones, es decir, todo ser dotado de capacidad jurídica. Se deduce de ello que ni todas las «personas» eran hombres, ni todos los hombres eran «personas». Los esclavos, por ejemplo, eran hombres, pero carecían de capacidad jurídica, por lo que no eran «personas» Sólo eran «personas» aquellos individuos humanos que reunieran determinados requisitos y, además, las entidades capaces de ejercer derechos y asumir obligaciones, aunque no tuvieran naturaleza individual humana. Roma concibió y estructuró su Derecho como algo consustancial a ella, de lo que sólo podían disfrutar sus ciudadanos. Incluso dentro de sus ciudadanos, sólo el «pater familias» gozaba de plena capacidad jurídica. Por tanto, para ser «persona», en la auténtica acepción de esta palabra, había que ser hombre libre, ciudadano y, además, «pater familias», es decir, «jefe de familia». El Estado romano sólo prestaba protección jurídica a los miembros de la «civitas romana, llamados cives y también Quirites. Hemos visto que para ser «persona» era requisito imprescindible ser ciudadano (civis). La civitas o ciudadanía romana, puede adquirirse de varias formas: a) Por nacimiento. Son cives Romani los procreados por un ciudadano romano en justas nupcias, o los nacidos, fuera de matrimonio, de madre romana, aunque en este último caso existían ciertas restricciones. 175 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
b) Los manumitidos por un medio solemne. c) Los extranjeros (peregrini) que hicieran condenar por el delito de concusión a un magistrado romano. Eran también cives los Latini que fijasen su residencia en Roma (facultad suprimida por la Lex Licinia Mucia) y los que en sus ciudades de origen hubieran desempeñado magistraturas locales o formaran parte de la curia. A veces la civitas era concedida como recompensa por ciertos servicios militares o sociales o en virtud de leyes que tendían a favorecer la natalidad legítima. d) Por concesión del poder público, es decir, por los comicios, comisiones encargadas de la fundación de colonias, generales victoriosos o emperadores. En ocasiones se concedía una civitas incompleta (cives minuto iure), privada de ciertos derechos, por ejemplo, el del sufragio (civis sine suffragio), es decir, sin derecho a voto. El emperador Caracalla extendió la civitas a todos los habitantes del Imperio. Derechos cívicos Los ciudadanos «optimo iure» (con pleno derecho) gozaban de los siguientes derechos: En el orden político: Ius honorum, derecho a desempeñar cargos públicos. Ius suffragii, derecho a votar en las asambleas. Ius militiae, derecho a servir en las legiones. En el orden privado: Ius commercii, derecho a la propiedad, es decir, a constituir un patrimonio y a los actos relacionados con ello. Ius connubii, derecho a contraer matrimonio y a constituir una familia. Ius legis actionis, facultad de hacer valer todos los derechos anteriores ante la ley. Los peregrini Frente al civis estaba el peregrinus (extranjero), carente de todos los derechos anteriormente citados. En general, se llamaba peregrini a los que, sin ser cives, vivían dentro del mundo romano; en cambio, Roma no tenía relaciones normales con los hostes o barbari. Por ello, un peregrinus 176 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
es miembro de una civitas, cuyo derecho peculiar suele ser respetado por Roma, que elaboró las normas de gran flexibilidad que integraban el ius gentium, aplicadas en Roma por el praetor peregrinus y en provincias por sus respectivos gobernadores. La constitución de Caracalla (212 d. de C.) suprimió prácticamente la diferencia entre peregrini y cives Los dediticii Eran los miembros de pueblos a los que, tras haber resistido a las armas romanas y rendirse a discreción, Roma no les reconocía derecho propio. No pertenecían por tanto a ninguna civitas. No podían vivir a menos de cien millas de Roma, ni disponían de más actividad jurídica que la que emanaba del ius gentium. A veces quedaban reducidos a esta condición, a título de pena, algunos ciudadanos o esclavos manumitidos. Los latini Ocupaban una posición intermedia entre los cives y los peregrini. Originariamente eran los miembros de las ciudades del Latium, que formaban con Roma una confederación. Eran los prisci Latini o Latini veteres. Los miembros de las colonias fundadas por tal confederación se llamaban Latini coloniarii. Los Latini veteres desaparecieron al convertirse en cives, cuando se extendió la civitas a todas las ciudades de la península italiana. En cambio, los Latini coloniarii aumentaron, ya que Roma, en su gradual expansión, otorgó a muchas ciudades y extensos territorios la condición jurídica de los Latini. Hay otro grupo de Latini, los Iuniani, es decir, los manumitidos sin formas solemnes después de la Lex Iunia. La ciudadanía de los Latini es restringida. Los prisci Latini tenían el ius suffragii, el ius commercii y el ius connubii. Los Latini coloniarii sólo tenían el ius commercii, y podían, por tanto, gozar de propiedad romana, celebrar contratos, testar y actuar ante los tribunales romanos. Los Latini Iuniani sólo tenían capacidad jurídica para realizar actos inter vivos; no podían, por tanto, ni testar ni recibir nada por testamento. El «status familiae» La capacidad jurídica de un civis está determinada también por el puesto que ocupa en la «familia», o grupo de personas sometidas a la «potestas» de «pater familias», o jefe de la misma. Esta relación de depen177 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
dencia recibe el nombre de agnatio y se llama familia agnaticia el grupo doméstico regido por la autoridad del pater familias. Al morir el «pater», la familia agnatorum proprio iure, es decir, en sentido estricto se escindía en tantas familias como individuos habían dependido directamente de él, pero el nomen gentilicium (es decir, el apellido) no desaparecía, formándose así la familia agnatorum communi iure (o familia en sentido amplio). Al dilatarse esta «familia» por sucesivas escisiones, surgía el grupo de los gentiles. La gens era, pues, el grupo de familias cuyos jefes descendían de un antepasado común por línea masculina; su vínculo de unión era el nomen gentilicium y una cierta comunidad de culto privado. De acuerdo con la situación familiar, los ciudadanos eran jefes (patres) de familia y, por tanto, personae sui iuris, o bien dependían de un pater y carecían, por tanto, de capacidad jurídica plena. Eran, pues, personae alieni iuris. El ser pater familias no dependía del tener o no descendientes, sino de ser o no jefe de la familia. A la autoridad del «pater familias» estaban sometidos: su esposa (si era uxor in manu), sus hijos legítimos, las esposas de éstos (si eran uxores in manu), los descendientes legítimos de sus hijos y nietos varones y, además, cuantas personas hubieran entrado a formar parte de la familia en la situación jurídica de hijos o nietos, mediante la arrogatio o la adoptio. En cambio, no estaban sometidos a la autoridad del «pater familias» su esposa y las de sus descendientes ilegítimos y, de los legítimos, aquellos que hubieran salido de la familia agnaticia (emancipatio), para ser jefes de otra familia o para entrar a formar parte de una familia distinta (adoptio; matrimonio cum manu de sus hijas o nietas). Tampoco pertenecían a la familia agnaticia los descendientes de las hijas o nietas o los hijos vendidos por su «pater familias» a un extraño (personae in mancipio). La familia agnaticia romana está constituida, pues, por un grupo de personas sometidas al poder doméstico de un jefe, llamado «pater familias». Según Ulpiano, «iure proprio familiam dicimus plures personas, quae sunt sub unius potestate aut iure subiectae». La familia agnaticia está constituida, por consiguiente, por el jefe (pater familias, sui iuris) y las personas sometidas a él (filii familias, alieni iuris). El pater familias, pues, prescindiendo de que haya procreado o no hijos, es el que no está bajo la potestas de nadie. Tampoco el filius familias equivale a nuestro concepto actual de «hijo». En una familia agnaticia pueden estar integradas varias familias naturales basadas en el vínculo matrimonial. Además, el extraño que entraba a formar parte de ella, por adopción, podía llevar consigo todo el grupo familiar de que era anteriormente jefe (arrogatio). 178 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
El vínculo familiar no es biológico, sino jurídico; es la potestas o jefatura doméstica del pater. El hijo emancipado, por ejemplo, no pertenece ya a la familia de origen. Si sus hijos no han sido expresamente emancipados con él, pierden entre sí toda relación agnaticia y progenitor y descendientes pertenecían a dos familias distintas. Por ello, los hijos nada tienen que ver con la familia de origen de su madre y ésta será para ellos jurídicamente una extraña, a no ser que su matrimonio haya sido acompañado de la conventio in manum, que la desvincula de su propia familia, para integrarla en la de su marido. El término manus designa la autoridad del marido sobre la esposa. En una familia agnaticia se puede entrar: a) por nacimiento, como hijo del pater o de los varones sometidos a la potestas de éste; b) por la conventio in manum, como esposa del pater o de los varones sometidos a su potestas; c) por adoptio, si en la familia anterior se era alieni iuris; d) por arrogatio, si antes se era pater familias de otro grupo familiar y se integra en la nueva familia como filius familias. Frente a la agnatio, el parentesco de sangre se denomina cognatio y es también fuente de consecuencias jurídicas, especialmente en el terreno de los impedimentos matrimoniales, derechos sucesorios, tutela, etc., hasta el punto de que La familia natural, formada por miembros vinculados entre sí por la comunidad de sangre, fue desplazando paulatinamente, sin llegar a sustituirla del todo, a la familia civil. La evolución desde esta familia agnaticia hacia la natural fue constante, pero no culminó hasta Justiniano. La «capitis deminutio» El status, o «situación». de un hombre respecto a la libertad (status libertatis), la ciudadanía (status civitatis) o la familia (status familiae) podía variar, variando. por consiguiente la personalidad (caput) del mismo. Este cambio de status y de caput se denomina capitis deminutio, o disminución de la personalidad jurídica. Esta disminución puede ser maxima, media y minima La capitis deminutio maxima se produce al perder el status libertatis, es decir, la condición de hombre libre. El civis que caía prisionero de guerra del enemigo era considerado legalmente muerto y sólo una ficción jurídica (fictio legis Corneliae y ius postliminii) lo restituía, en el caso de que hubiera recuperado su libertad, a su anterior situación jurídica, salvo en ciertos aspectos relacionados con la posesión o el matrimonio, en los que se aceptaban posibles situaciones «de facto». La pérdida del status libertatis presupone la del status civitatis y la del status familiae. 179 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
La capitis deminutio media (o minor) equivale a la pérdida del status civitatis, es decir, de la ciudadanía romana, sin que ello produzca la pérdida de la condición de hombre libre. En cambio, presupone la pérdida del status familiae. Se origina cuando se pasa a formar parte de otra civitas o de una colonia no romana. Pierden también la civitas romana los condenados al destierro por la pena de la interdictio aquae et ignis o por la deportatio in insulam. La capitis deminutio minima se produce en la status familiae permutatio, es decir, cuando se deja de pertenecer a una familia agnaticia. Se seguía siendo libre y ciudadano romano. Tenía lugar, para las mujeres, en los casos de matrimonio cum manu y, en general, en los casos de adoptio, arrogatio y emancipatio. En este último caso, el emancipado se convertía en pater familias de la nueva familia constituida nor él.
Instituciones de guardaduría A) La tutela Una persona sui iuris, plenamente apta para ser titular de derechos y obligaciones, puede encontrarse en una situación que la inhabilita para ejercitar por sí misma tales derechos o cumplir tales obligaciones, mediante la ejecución de los actos requeridos para ello. El patrimonio de estos sui iuris incapaces queda bajo la custodia de otras personas designadas con este objeto. La función de estas personas se denomina tutela y cura (o curatela). La tutela, según el jurisconsulto Servio (contemporáneo de Cicerón), es la «vis (o ius) ac potestas in capite libero ad tuendum eum qui propter aetatem suam sponte se defendere nequit iure civili data ac permissa», es decir «derecho y potestad sobre un ciudadano sui iuris dados y permitidos por el derecho civil, para proteger a aquel que por su edad no puede defenderse por sí mismo». Por el modo de designación del tutor, la tutela puede ser testamentaria, legitima o dativa. En la primera, el tutor es nombrado por el testador; en la legitima, el tutor es señalado por la ley, en virtud de su grado de parentesco con el «pupilo»; en la dativa, es el magistrado quien designa al tutor. En relación con las personas a quienes protege, puede tratarse de la tutela de los impúberes o de la tutela de las mujeres. Analicemos ambas modalidades. 1) TUTELA DE LOS IMPÚBERES El tutor de un impúber puede ser testamentario, legítimo o dativo. En el Derecho antiguo sólo el pater familias podía nombrarlo para los 180 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
impúberes sometidos a su potestas o al mancipium y el nombramiento debía hacerse inmediatamente después de la institución de heredero y certis verbis, es decir, mediante fórmulas determinadas. Tales limitaciones fueron desapareciendo paulatinamente. Si no había tutor testamentario, la ley de las XII Tablas, llamó a desempeñar la tutela a aquellas personas que, en caso de fallecer el impúber, le heredarían abintestado, es decir, sus agnados más próximos o, en su defecto, los gentiles. La sustitución gradual de la familia agnaticia por la natural originó paralelamente un llamamiento, para el ejercicio de la tutela, de los parientes de sangre (cognati) del pupilo; tal evolución no culminó hasta el Derecho justinianeo. La tutela dativa tenía lugar cuando no había tutor testamentario ni legítimo. Al principio eran el pretor o los tribunos de la plebe los encargados de nombrar el tutor dativo; luego, en el reinado de Claudio, los cónsules; después un pretor especial, el praetor tutelaris. En el Derecho justinianeo, podían nombrarlo el praetor o el praefectus urbi, en Roma, y los praesides (gobernadores) en las provincias. El sistema de designación por el magistrado fue establecido por la lex Atilia; de ahí su nombre de tutor Atilianus. El tutor se limitaba a velar por el patrimonio de su pupilo. Podía desempeñar tal función mediante la auctoritatis interpositio o la gestio negotiorum. La auctoritatis interpositio consistía en la asistencia y cooperación del tutor a un acto jurídico realizado por su pupilo, siempre que éste fuera capaz de pronunciar las expresiones requeridas en el correspondiente negocio jurídico. Si no lo era, el tutor realizaba por sí solo los actos necesarios (negotia gerere), es decir, actuaba mediante la gestio negotiorum, prescindiendo de la colaboración de su pupilo. Actuaba, pues, en nombre propio, aunque por cuenta del sometido a su tutela, al que deberá traspasar después la cosa o el crédito al patrimonio, para que asuma las obligaciones contraídas. Las facultades o potestas del tutor eran muy amplias en un principio: hacía y recibía pagos, podía invertir a su arbitrio los capitales e incluso pignorar y enajenar los bienes del pupilo (tutor... domini loco haberi debet, «el tutor debe ser considerado como el dueño»), pero fueron recortándose gradualmente a partir de la época clásica. Para salir al paso de la posible falta de honradez de la gestión del tutor, el pupilo disponía de la accussatio suspecti tutoris y de la actio de rationibus distrahendis. Mediante la primera se podía lograr la destitución del tutor. La segunda era una acción penal que castigaba la sustracción de bienes por parte del tutor, el cual era condenado a pagar el doble del valor de los bienes sustraídos. A finales del período republica181 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
no surge la actio tutelae, que señala de modo claro las responsabilidades del tutor. Esta actio tutelae es una acción infamante contra el tutor o sus herederos, conducente a lograr la devolución de los bienes administrados, con sus aumentos, más una indemnización por los daños y perjuicios ocasionados por la gestión defectuosa del tutor, bien se debiera a dolo (mala fe) o bien a culpa del mismo. Incluso se salió al paso de una posible insolvencia del tutor, mediante la satisdatio rem pupilli salvam fore («garantía de que el patrimonio del pupilo estará a salvo») y la actio subsidiaria (que exigía responsabilidades al magistrado que hubiese nombrado o aceptado tutores o aceptado cautiones o fiadores insolventes), colocando al pupilo por delante de los demás acreedores no hipotecarios del tutor, mediante la concesión de un privilegium inter personales actiones. Más tarde se establecía a favor del pupilo una hipoteca tácita sobre todos los bienes del tutor, el cual era, además, responsable de cuantos perjuicios pudieran derivarse de su abstención en el desempeño de la tutela, si, pasado un cierto plazo a partir de su nombramiento, no alegaba una justa excusa que le eximiera de dicha tutela. 2) TUTELA «MULIERUM» Se llama también perpetua, porque la mujer estaba sometida a ella toda su vida, si no se hallaba bajo la patria potestas o la manus. En el ius civile primitivo era similar a la de los impúberes, o menores. Después, fue vaciándose de contenido y de fundamento y acabó por desaparecer. En cuanto al contenido, el tutor mulieris, ya en la época clásica, carecía de la negotiorum gestio, puesto que la mujer sólo necesitaba la auctoritas de su tutor únicamente para algunos actos: acceptilatio, adición de herencia, manumisión, enajenación de res mancipi y algunos más. Además se veía obligado a prestar dicha auctoritas, si era tutor testamentario o dativo, ya que el testador concedía frecuentemente a la mujer la optio tutoris, o elección del tutor. En cuanto a la tutela legítima de los agnados se eludía mediante una coemptio fiduciae causa celebrada con un varón que previamente se había puesto de acuerdo con ella para manumitarla, con lo cual, como manumisor, se convertía en tutor fiduciarius de la mujer. Esta tutela legítima de los agnados fue abolida en la época del emperador Claudio y ya antes las leyes Iulia y Papia Popaea habían eximido de ella a las mujeres acogidas al ius liberorum, por tener tres o cuatro hijos según fueran de nacimiento libre o libertas. Teodosio y Honorio extendieron los beneficios del ius liberorum, aplicado antes también a las demás tutelas, a todas las mujeres del Imperio. 182 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
B) Curatela Cura, o curatela, es la protección de los bienes o patrimonios necesitados de vigilancia y cuidado, no incluidos en los casos de TUTELA. El término cura se aplica también a ciertos servicios públicos confiados a los curatores (viarum, riparum, fisci, aquarum, etc.), que son funcionarios del Estado. La única diferencia con la tutela es que ésta presupone siempre la persona del pupilo, mientras la cura puede aplicarse a un patrimonio sin titular. La más antigua es la cura furiosi, es decir, la «curatela del loco». Aparece ya en las XII Tablas: Si furiosus escit, ast ei custos nec escit, agnatum gentiliumque in eo pecuniaque eius potestas esto («si hay un loco y no tiene un pater, exista un poder de los agnados o gentiles sobre él y sus bienes»). Junto a esta curatela legítima aparece la dativa en el Derecho clásico. La curatela del pródigo aparece también regulada en las XII Tablas. Afectaba a aquellas personas que, teniendo hijos, dilapidasen los bienes heredados abintestato de sus ascendientes agnaticios (bona paterna avitaque). Se establecía mediante un interdicto del pretor, cuya fórmula nos ha transmitido Paulo: «quando tibi bona paterna avitaque nequitia tua disperdis liberosque tuos ad egestatem perducis ob eam rem ego tibi ea re commercioque interdicto» ( = puesto que, por tu incapacidad, derrochas el patrimonio que has heredado de tu padre y de tus mayores y llevas a la pobreza a tus hijos, yo te prohíbo el uso y la administración de este patrimonio). Al pródigo se le privaba realmente del ius commercii. Más tarde, esta cura se extendió también a los dilapidadores de cualquier clase de bienes aunque no tuvieran hijos.
La Propiedad Los romanos definen la propiedad como ius utendi et abutendi re sua quatenus iuris ratio patitur, es decir, el «derecho a usar y abusar de los suyo hasta donde lo permita la razón de la ley». Actualmente se define como la «señoría jurídica efectiva o potencialmente plena sobre una cosa». No es preciso que la «cosa» esté sujeta al poder físico del propietario. Puede estar en manos de otra persona, es decir, en la posesión de otro, sin que su propietario deje de serlo, ya que dicha cosa le pertenece jurídicamente. 183 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Para designar la propiedad existen tres denominaciones técnicas: mancipium (de manus y capere), dominium (de dominus, «señor») y proprietas. El dominium, o, mejor dicho, el dominium ex iure Quiritium era el verdadero derecho de propiedad. El titular del mismo debía ser civis romano o un latinus dotado del ius commercii; la cosa debía ser mueble o suelo itálico, su modo de adquisición debía ajustarse a la condición mancipi o nec mancipi de la misma; en casos de transmisión, el transmitente debía tener el dominium ex iure Quiritium de la cosa transmitida. Modos de adquirir la propiedad A) Modos originarios a) OCCUPATIO. Consiste en apoderarse de una cosa sin dueño (res nullius). El sujeto que toma posesión de la cosa en cuestión ha de tener intención de hacerla suya (animus domini). La cosa ha de ser res intra commercium y carecer de dueño, bien porque nunca lo tuvo, bien porque su anterior dueño la ha abandonado (res derelicta) o bien porque pertenecía a enemigos con los que Roma estaba en guerra (res hostilis). b) ACCESSIO. Cuando una cosa forma con otra un todo indivisible, el propietario de la cosa principal adquiere la propiedad de la otra, ya sea ésta res nullius o ya pertenezca a otra persona. En los bienes inmuebles pueden presentarse varios casos: 1) Alluvio, tierra que va sedimentando un río en los predios ribereños. 2) Avulsio, tierra arrancada de un predio por un río y dejada en otro predio situado aguas abajo; la accesio sólo tiene lugar cuando las plantas han arraigado en este segundo predio. 3) Alveus derelictus; el lecho abandonado de un río que ha cambiado de cauce pasa a ser propiedad de los dueños de los antiguos predios ribereños. 4) Insula in flumine nata; la isla que emergía en un río público se reparte entre los propietarios de los predios ribereños situados frente a ella. La ACCESSIO de una cosa mueble a otra inmueble ofrece los casos de inaedificatio (los edificios son propiedad del dueño del suelo en que han sido construidos), plantatio y satio (las plantas, una vez arraigadas, y las semillas sembradas pertenecen al dueño del suelo). La ACCESSIO de cosas muebles aparece en los casos de ferruminatio («soldadura» de la propia materia de ambas cosas), textura (borda184 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
dos, etc. en la tela preexistente), scriptura (el dueño del pergamino o de cualquier otro material, sobre el que se escribe, lo es también de lo que se haya escrito en él), pictura (el propietario de la obra pictórica se hace dueño del material en que se haya pintado). c) Existen otras muchas variantes de formas de adquisición de la propiedad en el Derecho romano: «especificación», se produce cuando el que no es dueño de una cosa la transforma, sin contar para ello con la autorización del dueño de la misma: uvas en vino, piedra en estatua, etc.; confusio, por ej., cuando se mezclan dos cantidades de aceite, de vino, etc.; commixtio, por ej., cuando se mezclan dos cantidades de trigo, de frutas, etc.; adquisición de un tesoro, de frutos, etc. B) Modos derivativos a) MANCIPATIO. Modo solemne y arcaico de transmisión del dominium ex iure Quiritium. Se realiza en presencia de cinco cives adultos y de una persona que sostiene simbólicamente una balanza, llamada por ello libripens (libra=balanza; pendo, -ere, «colgar, sostener»). El adquirente golpea uno de los platillos de la balanza con un trozo de bronce, mientras pronuncia una fórmula solemne, declarando que la cosa se hace suya de acuerdo con el derecho de los Quírites, porque la compra con el metal y la balanza (per aes et libram). b) IN IURE CESSIO. Consiste en el traspaso de la propiedad realizado ante el magistrado (in iure) y desarrollado bajo la forma de iniciación de un proceso sobre el dominio de la cosa. El demandante y el demandado se ponen de acuerdo en este simulacro de pleito y el magistrado verifica la addictio o «adjudicación» de la cosa en cuestión al supuesto actor, o demandante. c) TRADITIO. Se entrega la cosa, a la vez que se manifiesta la intención de transferir también, a la persona a quien se entrega la cosa, la propiedad de la misma, en virtud de una justa causa. d) ADIUDICATIO. Un juez no podía conferir con su sentencia la propiedad, porque la sentencia no es constitutiva de derechos. Ahora bien, en los pleitos de división de una cosa común, el juez concedía a cada uno de los antiguos copropietarios el dominio exclusivo de la parte que le correspondía o concedía a uno solo el dominio de toda la cosa, si ésta era indivisible, previa indemnización al o a los otros copropietarios. e) USUCAPIO. La propiedad se adquiere por la posesión continuada de la cosa durante un tiempo determinado, en las condiciones fijadas por la ley (adiectio dominii per continuationem possessionis temporis lege definiti). 185 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Actualmente, este tipo de adquisición de la propiedad recibe el nombre de «prescripción adquisitiva». La USUCAPIO podía presentar tres aspectos. 1) USUCAPIO del IUS CIVILE. Ulpiano la define como dominii adeptio per continuationem possessionis anni vel biennii («adquisición del dominio por la posesión continuada durante uno o dos años»). Dos años para los bienes inmuebles y uno para los muebles. Se exceptuaban todas las cosas extra commercium, el iter limitare, el ambitus, las res mancipi y las res furtivae (cosas hurtadas) o las res vi possessae (cosas arrebatadas por la fuerza). Se exigía la buena fe y el justo título. Había varias formas «extraordinarias» de USUCAPIO del IUS CIVILE: a) USUCAPIO PRO HEREDE. Tenía lugar cuando uno se apoderaba de cosas de una herencia en el período comprendido entre el fallecimiento del causante y la aceptación de la herencia por parte del heredero. b) USURRECEPTIO EX FIDUCIA. Acaecía cuando una cosa había sido entregada en prenda por su dueño, para garantizar el cumplimiento de una obligación (mancipatio fiduciae causa). La cosa volvía a su antiguo dueño (receptio, «recuperación»; usus, -us, «uso»), que se convertía de nuevo en dominus al cabo de un año. c) USURRECEPIO EX PRAEDIATURA. Cuando el dueño de un fundo embargado por el Estado lo retenía en su poder durante dos años, readquiría la propiedad del mismo. Ninguna de estas tres formas «extraordinarias» subsistió en el Derecho justinianeo. 2) PRAESCRIPTIO (O EXCEPTIO) LONGI TEMPORIS. Frente a la USUCAPIO expuesta anteriormente, que sólo surtía efectos entre cives romanos y respecto a cosas susceptibles de dominium ex iure Quiritium, en el Derecho honorario los magistrados de las provincias admitían que, contra la acción real ejercitada por el que pretendía tener sobre un fundo la señoría general (propiedad provincial), el que venía poseyendo dicho fundo se defendiera por medio de una EXCEPTIO o PRAESCRIPTIO, si en dicha posesión tenía una antigüedad de 10 o de 20 años, según fuera o no residente en la misma ciudad (y, más tarde, provincia). 3) En el Derecho justinianeo ambas modalidades anteriores se confundieron. Los requisitos para la usucapio eran: a) Que se tratara de res habiles, es decir, de cosas susceptibles de adquisición de propiedad sobre ellas. 186 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
b) POSSESSIO, disponibilidad material de la cosa e intención de tenerla como dueño exclusivo. c) TEMPUS, tiempo legal de posesión ininterrumpida. La posesión El propietario ejercita sobre la cosa unas actividades respaldadas por un título jurídico. Se trata de la práctica de un derecho. Ahora bien, se puede actuar sobre una cosa, prescindiendo de tal derecho. La situación «de hecho», en la que una persona dispone de modo efectivo de una cosa corporal, se denomina «possessio». La proprietas, pues, es un «derecho»; la possessio, un «hecho». En la proprietas, el «propietario» tiene el título jurídico de señor de la cosa, es decir el derecho de propiedad. En la possessio, el «poseedor» es el que de un modo real y efectivo se está sirviendo de ella, es decir ejerce el hecho de la posesión. Muchas veces ambas cosas, la proprietas y la possessio coinciden en la misma persona, que es a la vez «propietario» (dominus) y «poseedor» (possessor). En cambio, puede haber propietarios que no tengan la posesión de la cosa, y poseedores que no sean propietarios. Protección posesoria La ley protegía al poseedor con medios judiciales de defensa contra posibles ataques. Se protege al poseedor, para forzar a quien impugne su situación a utilizar la vía judicial, para demostrar su derecho. Con ello se eximía a los propietarios de exponer y razonar constantemente los títulos demostrativos de su derecho. La ley protege a quien aparentemente se comporta como señor de la cosa. Como la «posesión» constituye la forma más inmediata y ostensible de exteriorizarse la «propiedad», se supone, al menos provisionalmente, que quien está poseyendo es propietario. ¿Cuándo y por dónde empezó el pretor romano a dispensar tal protección? Se originó de los medios con que se empezó a proteger la situación de los tenedores del ager publicus o bien de la atribución interina de la cosa, que el magistrado hacía a uno de los litigantes, mientras se dilucidaba quién era el propietario de la misma. El punto de arranque de la possessio y de su protección jurídica era el manum conserere con que el pretor señalaba el término de la violencia privada, dejando expedita la vía judicial como único medio de reivindicar la cosa. Contra la possessio no cabe ya la vis, sino la actio. 187 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Tipos de posesión A) Simple tenencia de la cosa, carente de medidas judiciales de protección. Se denomina possessio naturalis; p. corpore; detinere; naturaliter possidere. B) Situación de poder ejercida sobre una cosa; estaba protegida por los «interdictos». Se denomina simplemente possessio, o bien possessio ad interdicta. C) Señorío de hecho sobre una cosa, que, además de estar protegida por «interdictos», podía convertirse en propiedad por USUCAPIO, ya que reunía los requisitos de la «buena fe» y el «justo título». Se trata de la POSSESSIO CIVILIS. Entre la POSSESSIO NATURALIS y la POSSESSIO AD INTERDICTA existían algunas diferencias. La primera consta de un solo elemento, el natural (corpus), o sujección efectiva de la cosa. Se da en el anrendatario, depositario, etc. En la segunda, en cambio, aparece un nuevo elemento, espiritual, es decir, la intención (animus). Se da en el que se cree propietario, el ladrón, etc. El animus que caracteriza a los poseedores es el animus domini, es decir, la intención de tener la cosa como dueño o, según otras interpretaciones, la consciencia que acompaña a todos los que, teniendo la cosa (corpus), lo saben y lo quieren así. Por ello, no son poseedores, aunque tengan materialmente la cosa, el loco o una persona dormida o que la tenga sin saberlo, ya que carecen del animus domini. La opinión más generalizada es la de que el animus es la intención, no de ser dueño, sino simplemente de tener la cosa para sí, de ejercitar sobre ella un poder de hecho, con exclusividad e independencia (animus possidendi). Adquisición y pérdida de la posesión Adipiscimur possessionem corpore et animo, «adquirimos la posesión mediante el corpus (o «tenencia») y el animus (o «intención de poseer»). El que preparó la red en que ha caído un animal tiene el corpus, aunque ni siquiera haya visto al animal atrapado. Para un fundo, basta entrar en cualquier parte de ese fundo (quemlibet partem eius fundi introire). El animus supone la capacidad del sujeto. Ni el esclavo, ni el loco, ni el niño pueden adquirir por sí la posesión. La posesión puede adquirirse por medio de representantes, por ej., mediante hijos o esclavos. El administrador general de toda hacienda romana de cierta importancia (procurator omnium bonorum; de ordinario, 188 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
un liberto) podía adquirir la posesión en representación del pater familias administrado. La posesión puede perderse vel animo vel etiam corpore, ya que, para adquirirla, es preciso la concurrencia del animus y del corpus. Ahora bien, para la persistencia del corpus no es requisito imprescindible el contacto constante y material con la cosa. Incluso puede haber casos en que, de hecho, la posesión se retiene sólo con la intención (possessio retinetur solo animo). Protección de la posesión La ejerce el pretor mediante los interdictos. Hay que distinguir entre la possessio vitiosa y la posesión no viciosa. La vitiosa es la que tiene origen en la violencia (vi) o en la ocultación del hecho (clam) al poseedor anterior. Otras veces se debe a concesión graciosa de éste, revocable en todo momento (precario). Un interdicto posesorio puede pretender dos fines. a) Respaldar a una persona en una posesión en la que se le perturba o molesta (interdicta retinendae possessionis). b) Reintegrar a una persona en una posesión de la que ha sido despojada (interdicta recuperandae possessionis). Al primer grupo pertenecen el i. uti possidetis (para los bienes inmuebles) y el i. utrubi (para las cosas muebles). Las palabras con que comenzaba la orden del pretor sirvieron para denominarlos. Los i. recuperandae possessionis, otorgados por el pretor en favor de aquellos a los que alguien había despojado de su posesión, eran el i. de vi, el i. de vi armata y el i. de precario. El i. de vi no tenía lugar si había transcurrido un año desde que había ocurrido el hecho que lo motivaba y, además el reclamante debía ser titular de una possessio non vitiosa (nec vi, nec clam, nec precario). Su aplicación llevaba consigo la reintegración en la posesión y la indemnización por daños y perjuicios. El i. de vi armata se otorgaba, si el despojo de la posesión había tenido lugar por obra de hombres armados. Podía ejercitarse una vez pasado el plazo de un año y prosperaba aunque el desposeído estuviera en una possessio vitiosa (vi, clam o precario) frente al causante del despojo. El i. de precario solía concederse al que había dado a otra persona una cosa en precario, cuando el precarista, requerido para que la devolviera, se negaba a hacerlo. 189 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
En el Derecho justinianeo se desdibujaban las diferencias entre el i. uti possidetis y el i. utrubi. Lo mismo ocurre entre los tres tipos de i. recuperandae possessionis, que se denominan indistintamente i. unde vi.
Derechos sobre las cosas ajenas El derecho de propiedad puede estar sujeto a ciertas limitaciones, creadas, sobre todo, en las épocas postclásica y bizantina. He aquí algunas de estas limitaciones. a) Obligación de permitir al propietario de un fundo vecino penetrar, tertio quoque die, en el fundo propio, para recoger los frutos de aquél que hubieran caído en éste. b) Prohibición de sepultar o cremar cadáveres en fincas sitas en el casco urbano y, fuera de éste, obligación de respetar una distancia de 60 pasos desde el punto de la cremación al edificio más próximo. c) El propietario de un fundo en el que hubiera árboles que extendieran sus ramas sobre el fundo contiguo, a una altura menor de 15 pies, estaba obligado a cortarlas. d) Obligación de guardar distancias entre las edificaciones y de no sobrepasar en ellas una altura determinada. e) Obligación que tenían los propietarios de fundos ribereños de permitir el uso de las orillas para las necesidades de navegación, salvamento, etc. f) Obligación de tolerar el paso por la finca propia a los propietarios de fundos colindantes, cuando el camino público estuviera obstruido o en los casos en que un sepulcro no tuviera otro acceso que a través de ella (iter ad sepulcrum). La solución de los frecuentes problemas que surgen, cuando se enfrenta la propiedad privada a la utilidad pública, es decir, los que provocan en las legislaciones actuales la «expropiación forzosa», no parece haber sido prevista, sino que parece haberse reservado al arbitrio de los magistrados judiciales. Los derechos sobre las cosas ajenas (iura in re aliena) están protegidos por acciones reales valederas contra cualquiera (erga omnes = «contra todos»), es decir, contra cualquier propietario actual o futuro de la cosa. Son un gravamen que la cosa lleva consigo, prescindiendo de quién sea su propietario. Estos iura in re aliena son: servidumbre, superficie, enfiteusis, prenda e hipoteca. 190 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
I) Servidumbre Consiste en la capacidad de impedir ciertos actos al dueño de una cosa o en la facultad de utilizarla de cierta manera. Es un gravamen sobre la cosa, tendente a beneficiar a una persona determinada («servidumbre personal») o al propietario, sea quien fuere, de una finca («servidumbre predial»). Las «servidumbres prediales» presuponen siempre dos fundos, el dominante, que tiene a su favor la servidumbre, y el sirviente, que la sufre como gravamen. Pueden ser «rústicas» y «urbanas», según la naturaleza del fundo dominante. Los romanos tuvieron un número limitado de «servidumbres», reduciéndolas a unos cuantos tipos concretos: 1) SERVIDUMBRES PREDIALES A) Rústicas a) Servidumbre de paso, subdividida en iter (cruzar el fundo sirviente a pie, a caballo o en litera), actus (cruzarlo incluso en carro) y via (fijación de una franja de ocho pies, para transitar con toda clase de vehículos). b) S. aquaeductus: derecho a hacer pasar una corriente de agua por el fundo sirviente mediante rivus (canal), specus (galería subterránea) o fistula (cañería). c) S. aquae haustus, facultad de poder sacar agua. d) S. pecoris ad aquam adpulsus (de llevar a abrevar el ganado) y s. pecoris pascendi (de apacentar el ganado). e) S. calcis coquendae (de hacer hornos de cal), arenae fodiendae (de excavar arena), cretae eximendae (de extraer greda) y en general, el derecho a realizar las excavaciones precisas para una explotación minera, con la obligación, por parte del que ejercita tal servidumbre, de pagar una décima parte de los beneficios al propietario del suelo y otra décima al fisco. B) Urbanas a) S. stillicidii, facultad de verter las aguas de lluvia del tejado, sin encauzarlas por ningún medio. b) S. fluminis, igual que la anterior, pero con la obligación de encauzar las aguas. c) S. cloacae, derecho a hacer pasar canales o tuberías de desagüe. d) S. tigni immitendi, derecho a introducir vigas en la pared de otro. 191 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
e) S. oneris ferendi («de soportar peso»), derecho a apoyar una construcción en un muro o columna de otro. f) S. proiciendi, derecho de avanzar balcones o terrazas sobre el fundo sirviente. g) S. protegendi, derecho a avanzar el alero del tejado. h) S. altius non tollendi, derecho a prohibir que se levanten construcciones o que éstas rebasen cierta altura. El propietario de un fundo puede exigir al propietario del fundo vecino que proceda a suspender los trabajos de construcción o de demolición que hubiera comenzado, si los considera perjudiciales (nuntiatio operis novi); también podía exigir que el vecino le resarciese de los daños temidos, si éstos llegaban a producirse (cautio damni infecti). i) S. ne luminibus officiatur, prohibición de privar de luces al edificio dominante. j) S. ne prospectui officiatur, prohibición de privar de vistas al edificio dominante. 2) SERVIDUMBRES PERSONALES Usufructo, uso, habitatio y operae servorum. A) Usufructo Usus fructus est ius alienis rebus utendi fruendi salva rerum substantia (Paulo), derecho de usar de una cosa ajena y de sus frutos, dejando a salvo la sustancia de la misma. El titular del usufructo se llama fructuarius, usufructuarius o dominus usufructus. El dueño de la cosa retiene la nuda (=desnuda) proprietas y se denomina dominus proprietatis o proprietarius. El límite del usufructo es el de la vida del usufructuario. Si éste era una «persona jurídica» se fijó este límite en cien años. No se transmite este derecho ni a los herederos ni inter vivos, pero puede cederse el ejercicio del mismo. El usufructuario debe usar de la cosa boni viri arbitratu («según el juicio de un hombre bueno») y ésta ha de restituirse al propietario al terminar el usufructo. Debe también sufragar los gastos de conservación de la cosa (modica refectio) y pagar los impuestos con que esté gravada. El usufructo sólo puede recaer sobre cosas corporales fructíferas no fungibles por el uso. Si, en los casos de herencia, se deja a alguien en usufructo cosas fungibles, se puede considerar al usufructuario como propietario de ellas, pero con la obligación de devolver, al terminar el usufructo, una cantidad igual de las mismas. A esto se denomina quasi usus fructus. 192 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
B) Usus Consiste en el ius utendi (derecho a usar) de una cosa ajena y de la participación en sus frutos, limitada a las necesidades del usuario o de él y su familia. C) Habitatio Derecho a habitar una casa, pudiendo incluso arrendarla, pero no cederla gratuitamente, al revés que en el caso de USUS. D) Operae servorum En las disposiciones testamentarias era frecuente legar a una persona la utilización del trabajo de un esclavo o de animales domésticos. II) Superficie Derecho real, trasmisible inter vivos y mortis causa, al pleno disfrute de un edificio construido en suelo ajeno. Es un derecho surgido después de la época clásica, en la que regía el principio superficies solo cedit («la superficie está subordinada al suelo»). Cuando el propietario de un solar concertaba con el que quería edificar en el mismo un contrato de arrendamiento, las facultades del constructor no constituían un derecho real, sino de crédito. Pero, como tales arrendamientos se hacían a un plazo muy largo, el pretor introdujo un interdicto especial de superficiebus contra quien pretendiera molestar en el disfrute del edificio a quien se hallase en tal situación, nec vi, nec clam y nec precario, con respecto a su adversario en el interdicto. El titular de la superficies debe generalmente pagar una cuota anual (solarium) o una suma al constituirse la superficies. Paga también los impuestos. En cambio, puede transmitir libremente su derecho. III) Enfiteusis Decreto real, transmisible inter vivos y mortis causa, consistente en el disfrute de un fundo ajeno, sometido al cumplimiento, por parte del enfiteuta, de ciertas obligaciones con respecto al dueño del fundo. Este derecho es tan amplio que se designa como dominio útil, frente al dominio directo que ostenta el propietario. El enfiteuta adquiere los frutos del fundo por simple separación, puede cambiar los cultivos, dar al fundo destino diverso, conceder el susufructo del mismo, constituir servidumbres, gravar su derecho con hipote193 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
cas y otorgar subenfiteusis. Se diferencia del propietario sólo en que ha de pagar a éste la renta convenida (canon, vectigal, pensio), debe conservar el fundo en buen estado, pagar los impuestos y notificar al dueño su intención de enajenar su derecho de enfiteusis o abonarle el 2% del precio cobrado por tal venta. IV) Prenda e hipoteca Derechos reales de garantía son los que se constituyen a favor de un acreedor, para asegurarle el pago de una obligación. Presentan tres modalidades: fiducia, pignus e hypotheca. FIDUCIA, en general, consiste en la transmisión de la propiedad por mancipatio, acompañada de un convenio según el cual, el accipiens («el que recibe») se compromete a devolver la cosa recibida o a dar a ésta un destino determinado, en los casos que en tal convenio se fijen. El acreedor, pues, se hacía propietario de la cosa entregada como garantía de la deuda. El deudor, en cambio, aunque la cosa valiese mucho más que la deuda, no podía utilizarla ya para garantizar otras obligaciones, y, si era fructífera, no tenía derecho a sus frutos, con los que acaso hubiera podido pagar su obligación. Este último inconveniente podía eliminarse dejando el acreedor-propietario en arrendamiento o en precario la cosa al deudor. Este, una vez pagada la deuda, disponía de la actio fiduciae para reclamar la devolución de la cosa. Pero, si el acreedor-propietario la había enajenado, tan sólo podía reclamar de él una indemnización por incumplimiento del convenio, ya que la actio fiduciae era inoperante contra terceros. Con el PIGNUS («prenda»), en cambio, se evitaban tales inconvenientes. En el pignus no se transmite al acreedor la «propiedad» de la cosa sino sólo la «posesión» (ius possidendi), acompañada del ius distrahendi o derecho a vender la cosa dada en garantía, cobrándose el acreedor con el precio de la misma el incumplimiento de la obligación por parte del deudor. La evolución del pignus es paralela a la de los interdictos, ya que sólo mediante la aplicación de éstos se defiende el ius possidendi. La HYPOTHECA es una variante del pignus, en la que la transmisión al acreedor de la «posesión» de la cosa sólo se realiza en caso de incumplimiento de la obligación garantizada por la misma. Sólo si se incumple el pago de la deuda comienza el ejercicio del ius possidendi y del ius distrahendi por parte del acreedor hipotecario. Los romanos consideraban sustancialmente idénticas la prenda (pignus) y la hipoteca: «inter pignus et hypothecam tantum sonus nominis differt» (=«no hay más diferencia que la del sonido del nombre...»), dice Marciano. 194 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
La prenda, que implica el paso inmediato de la posesión de la cosa al acreedor, no puede constituirse en favor de varios acreedores con créditos independientes, pero pueden en cambio, constituirse sobre una misma cosa varias hipotecas, o bien, una prenda y una o varias hipotecas, para lograr el mayor rendimiento de dicha cosa como garantía de varios créditos. En tales casos se establecía un orden de prelación entre los acreedores, según el principio prior in tempore potior in iure («el primero en el tiempo es el primero en el derecho»). La successio in locum tenía lugar cuando un crédito garantizado por una hipoteca de fecha precedente se había extinguido, porque un tercero prestaba al deudor la suma necesaria para pagarlo, sustituyendo la antigua obligación por otra nueva, garantizada por nueva hipoteca. El nuevo acreedor se situaba, no al final de la serie de acreedores, sino en el puesto correspondiente al acreedor que había dejado de serlo. Asimismo, el acreedor de una ulterior hipoteca podía ofrecer al acreedor o acreedores que tenía delante el pago de los respectivos créditos y subrogarse en el puesto preferente que ocupaban el o los acreedores ya pagados. Existían también «hipotecas privilegiadas» o preferentes, como las que establecía el fisco sobre el patrimonio de los contribuyentes o las que se instituían a favor de la mujer sobre los bienes del marido, como garantía por la devolución de la dote.
Derecho de sucesiones Conceptos fundamentales A) Successio y hereditas Es el conjunto de normas que regulan el destino que ha de darse a las relaciones jurídicas de una persona física cuando ésta muere y a las que se derivan de su muerte. El término successio equivale a «traspaso de derechos» y puede ser inter vivos o mortis causa. La sucesión universal mortis causa (hereditas; successio in ius... o successio in locum defuncti) se produce cuando, al morir una persona, otra, llamada heres, asume la totalidad de las relaciones jurídicas del difunto, salvo aquellas que fueran intransmisibles. El heres, pues, se hace cargo tanto de los derechos como de las obligaciones del difunto, respondiendo de éstas, incluso con su propio patrimonio, ultra vires hereditatis, es decir, «más allá de las posibilidades de la herencia». Las relaciones jurídicas de las que era titular el difunto pasan al 195 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
heres con todas sus características (prior causa transit in omnem successorem). Todas sus propiedades, créditos, derechos reales, etc. se traspasan al heres en bloque. La designación del heres se verifica por la voluntad del causante (sucesión testamentaria) o, en su defecto, por la ley (sucesión abintestato). Ambas formas se excluyen mutuamente (nemo pro parte testatus, pro parte intestatus decedere potest). Había herederos a los que, una vez designados, pasaba el patrimonio del causante, en cuanto este moría, sin necesidad de un acto especial de aceptación de la herencia. Se trataba de las personas sometidas inmediatamente al causante por vínculo agnaticio (heredes sui o heredes sui et necessarii) o de esclavos del causante (heredes necessarii). En cambio, otros herederos necesitaban aceptar la herencia (heredes extranei). La successio mortis causa requiere la muerte de una persona capaz de tener un heredero y la existencia de otra persona capaz de ser heredero y designada como tal. Se desarrolla en dos fases, la delatio hereditatis («ofrecimiento de la herencia») y la adquisitio hereditatis («toma de posesión de la herencia»). Pueden tener un heredero: el hombre libre, ciudadano o paterfamilias y la mujer libre, romana y sui iuris. Esta capacidad se aprecia, para la sucesión abintestato, en el momento de la muerte. En cambio, la institución de heredero testamentario exigía en el causante una capacidad ininterrumpida desde el momento de testar hasta el fallecimiento del testador. El Derecho justinianeo limitó esta exigencia al momento de testar y al del fallecimiento. Para ser heres con plenos derechos se requiere: la testamenti factio passiva, el ius capiendi (o capacitas, es decir, no estar incurso en cualquiera de las leyes que vedaban la adquisición de la herencia diferida) y la ausencia de indignitas. No podían, pues, ser herederos los peregrini (barbari en el Derecho nuevo), los hijos de condenados por delitos de alta traición (perduelles) y, en Derecho romano-cristiano, los apóstatas y herejes. Podían, en cambio, ser instituidos herederos testamentarios los esclavos propios del testador, que se consideraban manumitidos, como los esclavos ajenos, que adquirían la herencia para su dominus y con la voluntad de éste (iussu domini). La indignitas se produce en casos de conducta delictiva, inmoral o incorrecta del heredero para con el difunto. Aunque no pierde su condición de heres, la herencia pasa al Estado (al aerarium o al fiscus). La delatio hereditatis («ofrecimiento de la herencia») puede ser testamentaria, intestada y forzosa. La testamentaria la hace el causante mediante un negocio jurídico unilateral, llamado testamento. La intestada, abintestato o legítima, tiene lugar por prescripción legal, en virtud del vínculo familiar que unía al heres con el difunto. La forzasa es impuesta 196 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
por la ley, pero en contra de las disposiciones del testamento respecto a designación de heredero. En la adquisitio hereditatis se distinguía dos casos: a) el heres suus et necessarius y el heres necessarius adquirían la herencia al producirse la delatio hereditatis, sin necesidad de acto alguno o de manifestación de voluntad por su parte; b) el heres extraneus sólo adquiría la herencia tras manifestar expresamente su voluntad de aceptarla. La sucesión de los heredes sui se consideraba realmente como una continuatio dominii, porque, según Gayo, et vivo quoque quodammodo domini existimantur («en cierto modo son considerados dueños en vida de su padre»). B) Bonorum possessio La hereditas es la sucesión mortis causa regulada por el Derecho civil. El pretor no puede hacer herederos (heredes facere non potest), sino que se limita a poner a una persona en posesión del patrimonio hereditario, es decir, a convertirla en bonorum possessor, bien para reforzar el Derecho civil (bonorum possessio iuris civilis confirmandi gratia) o bien para suplirlo por el Derecho honorario (bonorum possessio iuris civilis supplendi gratia). Incluso podía preferir a otra persona, frente a los herederos civiles (bonorum possessio iuris civilis impugnandi gratia). La hereditas y la bonorum possessio no eran idénticas. Esta había que demandarla siempre ante el pretor (agnitio bonorum possessionis), el cual la concedía (datio bonorum possessionis) si el peticionario reunía los requisitos señalados por el edicto. Además, puede adquirirse por representante, cosa que no sucedía con la hereditas. La bonorum possessio puede ser edictalis (cuyas normas figuraban en el edicto del pretor) y decretalis (en casos concretos no prefijados en el edicto). La primera concedía de plano; la segunda, tras la causae cognitio, o «vista del proceso». Otros tipos de bonorum possessio son las b.p. cum re y sine re; la b.p. secundum tabulas, abintestato y contra tabulas. Sucesión testamentaria. Testamento Según Modestino, «testamentum est voluntatis nostrae iusta sententia de eo quod quis post mortem suam fieri velit» («testamento es la opinión justa de nuestra voluntad acerca de lo que alguien quiere que se haga después de su muerte»). Ulpiano dice: «testamentum est mentis nostrae iusta contestatio in id solemniter facta ut post mortem valeat» («testamento es la manifestación legal de nuestro pensamiento, formulada solemnemente, para que tenga validez después de la muerte»). 197 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Los intérpretes modernos definen el testamento romano como «acto unilateral y personalísimo, solemne y revocable, en el que se contiene necesariamente la institución de uno o varios herederos, y pueden ordenarse además otras disposiciones, para que todas tengan efecto después de la muerte del testador».
Formas de testar A) Derecho antiguo y clásico Testamentum calatis comitiis. Se otorgaba ante el pueblo reunido en los comitia curiata (= por curias). T. in procinctu, otorgado oralmente ante el pueblo encuadrado en unidades militares. Estas dos formas arcaicas fueron sustituidas por el t. per aes et libram, es decir, según el viejo rito de la balanza y el metal, practicado para la transmisión del dominium ex iure Quiritium (mancipatio), para crear obligaciones (nexum) o para originar el poder familiar de la manus (coemptio). En el rito «testamentario» de la mancipatio, lo esencial eran las palabras (nuncupatio) en las que el testador ordenaba su última voluntad y, sobre todo, designaba heredero. El testador manifestaba ante cinco testigos y el libripens («el que mantiene pendiente la balanza») las disposiciones de su última voluntad, o bien podía declarar que figuraban en un escrito (tabulae, codex testamenti), en el que ponían sus sellos (signatio, obsignatio) y en ellos sus nombres (superscriptio) los cinco testigos y, generalmente, el libripens y el emptor familiae (especie de albacea testamentario). El pretor acabó simplificando este rito de la mancipatio y prometió la bonorum possessio secundum tabulas a quienes figurasen como herederos en unas tabulae firmadas y selladas por siete testigos. B) Derecho justinianeo Testamentum privatum. Requiere la presencia, simultánea, en un acto único, de siete testigos, invitados a actuar como tales, voluntarios y capaces. Podía ser oral o escrito. A veces se levantaba del testamento oral un acta escrita, para facilitar la prueba (testamentum nuncupatum in scriptum redactum). El testamento escrito podía ser ológrafo (de puño y letra del testador) o alógrafo (escrito por otra persona). En el ológrafo no era preciso la subscriptio, o firma, del testador, pero en ambos era imprescindible la subscriptio de todos los testigos, con la correspondiente signatio y superscriptio al cerrar el documento. 198 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Testamentum publicum. Podía presentar dos modalidades: t. apud acta conditum (ante la autoridad judicial o municipal, que levantaba acta de lo expresado por el testador) y t. principi oblatum (que se entregaba escrito y se registraba en los archivos imperiales). Testamentos especiales El t. del ciego, que requiere un tabularius, para redactarlo o, al menos, un octavo testigo. El t. del analfabeto, que requiere también un octavo testigo. El t. hecho en tiempos de epidemia, que no exigía la comparecencia simultánea de los testigos. El t. ruri conditum, hecho fuera de los núcleos urbanos, en el que eran suficientes cinco testigos. El t. del padre en favor de sus hijos, que no requería testigos. Merece mención especial el t. militar, que permite a los testadores hacerlo como quieran y como puedan (quomodo velint, quomodo possint); se admite incluso el testamento parcial (parte testatus parte intestatus decedere potest), por lo que podía ordenarse la sucesión de un militar con arreglo a varios testamentos, cosa inconcebible en los testamentos ordinarios. El Derecho justinianeo limitó tales libertades a los militares que estuvieran fuera de su residencia habitual (in expeditionibus occupati). Testamentos nulos A) INVALIDEZ INICIAL. Es nulo un testamento (t. iniustum o t. non iure factum) si presenta algún defecto de forma, si no contiene la institución de heredero, si el testador carece de capacidad para otorgarlo (llamado a veces t. irritum), si el heres carece de capacidad para serlo o si en él existe preterición de un heres suus (t. nullum; t. nullius momenti). B) INVALIDEZ POSTERIOR AL OTORGAMIENTO. Causas: capitis deminutio del testador (t. irritum); incapacidad sobrevenida al heres; rechazo de la herencia por parte del heres (t. destitutum; t. desertum); por revocación o por aparición de un nuevo heres suus (t. ruptum). Legados y fideicomisos Según Florentino «legatum est delibatio hereditatis qua testator ex quod universum heredis foret alicui quid collatum vellit» («es la disgregación de algo de una herencia, según la cual el testador sustrae, para dárselo a alguien, algo que sería en bloque del heredero»). Para Modestino, 199 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
el legado consiste en una «donatio quaedam a testamento (o a defuncto) relicta» (donación dejada por el testamento o por el difunto). En general, legado es toda disposición mortis causa que atribuye derechos a una persona sin conferir a ésta el título de heres. A veces pueden formularse disposiciones de última voluntad sin adaptarse a las formalidades exigidas por los legados, e incluso sin incluirlas en un testamento, sino expresadas en forma de un simple ruego, por el que el causante encarga a una persona de su confianza (fiduciarius) que ejecute un determinado deseo suyo. Se basa, pues, exclusivamente en la honradez y lealtad (fides) de esa persona de confianza. De ahí el nombre de fideicommissum (= confiado a la buena fe). El fideicommissarius no podía obligar legalmente al fiduciarius a cumplir el deseo del causante, ya que carecía de todo medio coactivo jurídico. En cambio, gracias a este sistema, los bienes hereditarios podían ir a parar a personas que careciesen de la capacidad de heredar. A veces podía hacerse, no en el testamento, sino en un simple escrito o carta (codicillum) e incluso por personas que no otorgaban testamento y hacían tal encargo a los que habían de ser sus herederos abintestato. Sucesión intestada El heres no siempre es designado por el causante de la sucesión. A veces, incluso, aunque éste lo haya designado, tal nombramiento es nulo. En tales casos la ley dispone a quien corresponde la herencia (successio y heredes ab intestato). La sucesión ab intestato es meramente subsidiaria. Sólo se recurría a ella: a) cuando el causante había muerto sin testar; b) cuando el testamento era nulo); c) cuando se había anulado en fecha posterior a su confección; d) cuando el heredero testamentario no había podido o querido aceptar la herencia. Para determinar qué personas son legalmente llamadas a heredar se tiene en cuenta, no el momento de la muerte del causante, sino el de la delatio hereditatis (= ofrecimiento de la herencia). La ley establece entre los parientes diversos grupos (ordines) y, dentro de los ordines, diversos gradus, de acuerdo con el parentesco más o menos cercano con el difunto. En las XII Tablas aparece el siguiente precepto: «si intestato moritur qui suus heres nec escit adgnatus proximus familiam habeto. Si adgnatus nec escit gentiles familiam habento» («si muere sin testar quien no tiene heredero, hágase cargo de la familia el pariente agnado más cercano. Si no hay pariente agnado, háganse cargo de la familia los miembros de su gens»). De acuerdo con esta 200 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
concepción agnaticia de la familia, se establecía este orden de prelación: heredes sui, agnado más próximo, los miembros de la gens a la que pertenecía el difunto. Los sui heredes eran los que habían estado sometidos directamente a la manus o a la patria potestas del difunto. Al ir prevaleciendo la familia natural sobre la agnaticia, en el derecho pretoriano se fue gradualmente tomando más en cuenta los vínculos naturales de la sangre que los artificiales de la agnatio, y el pretor ofrece sucesivamente la bonorum possessio del patrimonio del causante fallecido intestato por este orden de preferencia: los liberi (hijos sui iuris); los legitimi (los que figuran en el precepto de la ley de las XII Tablas antes mencionado); los cognati (descendientes, ascendientes y colaterales por cognatio, es decir, por parentesco de sangre); vir et uxor (el esposo y la esposa). En los senadoconsultos y en las constituciones imperiales se acentúa aún más esta tendencia, considerándose ya como heredes civiles a personas ligadas al difunto con parentesco basado en la procreación, no en la potestas, aunque con ciertas limitaciones. En las Novelas de Justiniano se adopta el sistema que, en lo esencial, ha quedado reflejado en el Derecho moderno y que en las escuelas medievales compendiaban en estos versos mnemotécnicos: Descendens omnis succedit in ordine primo, ascendens proprior, germanus, filius eius, tunc latere ex uno frater, quoque filius eius, denique proximior reliquorum quisque superstes. «Todo descendiente es sucesor en primer grado; el ascendiente en el grado más cercano; el hermano; el hijo del hermano; después, el hermano de un solo lado (es decir, sólo por parte de padre o de madre, o «medio hermano») y también el hijo de éste; por último, los parientes colaterales del grado más próximo». Si un liberto moría sin testar, como carecía tanto de ascendencia civil como de agnados y gentiles, sólo podía tener heredes sui en sentido descendente. Su hereditas abintestato correspondía, según el ius civile, por este orden: 1) a sus heredes sui; 2) al patronus o patrona (su antiguo dueño o su antigua dueña); 3) a los más próximos descendientes agnados del patronus; 4) a los gentiles del patronus. Según el edicto del pretor, el orden de prelación era: 1) los liberi (los adoptivos sólo percibían la mitad, correspondiendo la otra mitad al patronus); 2) los legitimi (según el ius civile antes citado); 3) los cognati (parientes naturales del liberto); 4) la familia del patronus no incluida en los casos anteriores; 5) el patronus o patrona de su manumissor, si éste 201 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
también era liberto; 6) el esposo o la esposa; 7) los parientes naturales de su patronus. Justiniano estableció un nuevo orden de prelación. Sucesión en contra de un testamento válidamente otorgado La ley imponía a la libertad de testar ciertas limitaciones, cuyo incumplimiento llevaba consigo el que el ofrecimiento de la herencia se hiciera en contra de lo dispuesto en el testamento, anulando, por tanto, la voluntad expresa del causante, y dando a la herencia un destino distinto al manifestado por el testador. Éste, por ejemplo, no podía dejar de mencionar en su testamento a ciertas personas, bien para instituirlas herederos o bien para desheredarlas: sui heredes instituendi sunt, vel exheredandi. Tampoco podía disponer libremente de su patrimonio, ya que había de respetar lo que en las actuales legislaciones se denomina la «legítima», es decir, la parte de la herencia que la ley asigna a ciertos parientes. La ley establecía, en efecto, la necesidad de que ciertas personas participaran del caudal hereditario. Se llegó a estimar que el testador que no había dejado una parte del patrimonio hereditario a ciertos parientes próximos, no estaba en su sano juicio y se accedía, por tanto, a la petición de herencia por parte de los herederos abintestato, declarando nulo el testamento colore insaniae, es decir, por la aparente locura del testador. La acción utilizada por los reclamantes era la querela inofficiosi testamenti, y sólo podían recurrir a ella aquellas personas que, en ausencia del testamento, heredarían abintestato. Debía concurrir, además, la inexistencia de motivo justo en la privación de la parte legítima, circunstancia que debía apreciar el juez. La cuota legitimaria se fijó en la cuarta parte del haber hereditario correspondiente, elevándola Justiniano a un tercio o a un medio, según que los legitimarios no pasasen o pasasen de cuatro. Adquisición de la herencia Los heredes sui y los esclavos del testador la adquirían automáticamente (ipso iure), por el mismo hecho de la delatio hereditatis e independientemente de su voluntad (sive velint sive nolint, «quieran o no quieran»). De ahí su nombre de heredes necessarii (los esclavos del testador) o heredes sui et necessarii (aquellos a quienes, abintestato o por testamento, les corresponde la herencia). 202 © Universidad de Deusto - ISBN 978-84-9830-664-4
Los demás herederos eran libres de aceptar la herencia o de renunciar a ella (heredes voluntarii). Por no tener con la domus del causante el vínculo que caracterizaba a los heredes sui, se llamaban también heredes extranei. Durante el tiempo que media entre la delatio hereditatis y la aceptación de la misma, los derechos, obligaciones y relaciones jurídicas en general que integran la herencia quedan carentes de titular y ésta se denomina hereditas iacens. Para salir al paso de una posible prolongación indefinida de esta situación, se instituyó la usucapio pro herede, en virtud de la cual, el que ocupaba durante un año la herencia no aceptada aún, la adquiría para sí, asumiendo la condición de heres. Tal forma de usucapio fue objeto de restricciones, llegando a desaparecer en el Derecho justinianeo. La facultad de aceptar o rechazar la herencia era personal e intransferible inter vivos y mortis causa, salvo algunas excepciones. Una vez adquirida la herencia se da el fenómeno jurídico de la successio, es decir, el heres se coloca en el puesto jurídico del difunto. Surge entonces la confusión hereditaria, extinguiéndose cuantas obligaciones jurídicas existieran entre heredero y causante, y la responsabilidad del heredero respecto a las obligaciones del difunto, que responde de ellas, incluso con el propio patrimonio, más allá de las posibilidades de la herencia (ultra vires hereditatis) e incluso, en un principio, con su propia persona. Estas consecuencias podían ser soslayadas mediante la separatio bonorum (para los esclavos), el beneficium abstinendi (para los heredes sui), o el spatium deliberandi, si se sospechaba que se trataba de una hereditas damnosa, en la que el pasivo superaba al activo. Incluso los acreedores podían llegar a un acuerdo con el heredero, para que éste se animase a hacerse cargo de la herencia, conviniendo con él una rebaja en las deudas (pactum ut minus solvatur), ante el temor de tener que vender en subasta los bienes hereditarios, para cobrarse los créditos. En el Derecho justinianeo aparece el beneficium inventarii, en virtud del cual el heredero no quedaba obligado sino en la medida del valor de la herencia (in quantum valere bona hereditatis). Esto eliminaba la responsabilidad del heres ultra vires hereditatis.
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Santiago Segura Munguía Frases y expresiones latinas de uso actual con un anexo sobre las instituciones jurídicas romanas La obra presente sólo aspira a facilitar al escritor, al locutor, al jurista, o al simple lector el correcto uso de las citas latinas, acompañadas de su equivalencia en español y, muchas veces, del autor, obra y pasaje de ésta en que figuran. Intenta recoger los aforismos, proverbios, principios jurídicos y giros que aparecen con más frecuencia en el actual lenguaje del derecho. Por esta razón se añaden algunas breves noticias acerca del Derecho Romano, para facilitar la interpretación de los textos latinos más generalizados en la literatura del mundo actual y en todas las lenguas cultas, que han incorporado, como propias, múltiples frases latinas.
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