Víctor Hugo Arévalo Jordán
Testimonio
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Víctor Hugo Arévalo Jordán
Testimonio POESÍA
1ª edición 1993, A...
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Víctor Hugo Arévalo Jordán
Testimonio
Testimonio
Víctor Hugo Arévalo Jordán
Testimonio POESÍA
1ª edición 1993, Asociación San Jerónimo. Santa Fe – Argentina.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede reproducirse, almacenarse o transmitirse de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste eléctrico, químico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin la previa autorización escrita por parte del autor.
Portada: Testimony (Watters Gallery 2000), por Rod McRae http://rod.curveprojects.com.au/ © 1993, por Víctor Hugo Arévalo Jordán © Primera edición virtual y en papel, Ediciones del Sur, abril de 2004 Impreso en Buenos Aires Hecho el depósito que marca la ley 11723 ISBN 987-20862-7-7 Distribución gratuita Visítenos y disfrute de más libros gratis en: http://www.edicionesdelsur.com
SOBRE EL AUTOR
VÍCTOR HUGO ARÉVALO JORDÁN nació en Cochabamba, Bolivia el 23 de diciembre de 1946. A la edad de cuatro años se trasladó con sus padres a la ciudad de La Paz, donde vivió hasta 1982 cuando, por razones de familia debió residir en la ciudad de Santa Fe, Argentina. Entre 1971 y 1973 se radicó en la costa del pacífico, en Mollendo, Perú. En 1964 (bachiller egresado del santuario de Don Bosco), se inició en teatro, en un taller de los padres Maryknoll, que trabajaba en la Iglesia de San Pedro, con representaciones dominicales de la vida de Cristo, que hacían reflexionar a quienes observaban las escenas religiosas. La máxima reflexión de este grupo fue “Murió por nosotros”, trabajo realizado sobre la vida, obra y milagros del Cristo. Y que posteriormente fuera llevada a escenarios naturales y al coliseo abierto de la Paz, Bolivia. Posteriormente (1965) trabajó con el estudio “Arte Dramático” que se fundó a iniciativa de algunos miembros del Teatro Nacional Popular (TNP), donde desarrolló sus conocimientos sobre este género. Arévalo trabajó con este grupo llevando a escena obras como “Collacocha” del
peruano Enrique Solary, “Tres historias para ser contadas” de Oswaldo Dragún; “El canto del cisne” y “El aniversario” de Anton Chéjov; “El loco” de Nikolái Gogol; “El socavón” de Hiber Conteris; “El Diablo se fue al diablo” de Guido Calabi Avaroa; “El cuento del zoo” de Edward Albee; y “La azotea” de Sergio Suares Figueroa. En este periodo “Arte Dramático” presentó en las Primeras Jornadas Julianas (La Paz) “El hombre de sombrero de Paja”, con la cual ganó el premio nacional a la mejor presentación, Arévalo Jordán protagonizaba el papel de Margal. Dejó el teatro después de escribir varias obras, entre ellas, “La puerta” y “El Apocalipsis”. Desde esta época, se propuso mantener un perfil bajo, lo que logró hasta el presente. La puerta. Originalmente concebida como novela, fue posteriormente adaptada al teatro y obtuvo un premio nacional en el “Concurso Literario Franz Tamayo”, auspiciado por la Alcaldía Municipal, el año 1968, en La Paz. Esta comedia, reconocida en toda América, tiene un carácter socio-existencialista que trata de sacar a flote los problemas y pasiones de una familia sometida a formulismos educacionales. La obra se estrenó en Lima en el teatro “La Cabaña” por el grupo teatral “Ayar”. En 1973 fue presentada por otro grupo en Santiago de Chile en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional. El golpe de estado los sorprendió, pero lograron salir de Chile. La pieza teatral fue presentada posteriormente en Buenos Aires, por el elenco peruano “Ayar”. Dirigido por Edmundo Tipacti, este grupo presentó varias obras del autor que nos ocupa, entre ellas el “Réquiem”, “Reír”, tanto en Lima (Perú) como en algunas ciudades del Ecuador. En la ciudad de Lima fue premiado por el Palais Concert, en mérito al éxito que obtuvieran estas dos obras: 6
La puerta y Réquiem, donde obtuvo el Boletín de Plata, y fue invitado a la ceremonia anual que organizaba Palais Concert para premiar a destacados autores extranjeros. Además de las dos piezas teatrales citadas es autor de otras nueve: “Los inadaptados”, “Semillas en arena”, “El último juego de la última cena”, “El plazo”, “La patética”, “El Apocalipsis”. Continuó contribuyendo con poemas y relatos en la prensa nacional. Los Augures. Una primera versión fue escrita en 1968, cuando Víctor Hugo decidió alejarse del “ruidanal mundo”, y se internó en el agreste altiplano. Trabajaba como profesor rural, en una localidad situada a 4.500 metros de altura, en Umala, a 20 km de “Patacamaya”, una estación ferroviaria de cierta importancia. Una parte de esta monumental obra fue presentada bajo el nombre de “El Apocalipsis” como poesía escenificada en tres partes, en la que había que reunir varias artes como coro, orquesta, ballet y declamación teatral. Se la consideró modernista, dada la influencia de la corriente cultural de los años ’60, que cubría a Perú, Chile, México, Argentina y Haití. El “Apocalipsis” de Arévalo Jordán se constituye en una constante incorporación del eterno al contingente. Y, por otro lado, a la abstracción de las dimensiones de tiempo y espacio que suprimen la perspectiva de los planos y su desplazamiento histórico-mítico, confundidos todos en una súper-realidad, apenas una línea tangencial que delimita lo invisible por lo visible. Pero no se trata del súper-realismo en el sentido de la escuela francesa, hay constante de la fuerza, de la inteligencia y del corazón, denominado el tumulto de las fuentes del subconsciente. Poesía muy de católico, terriblemente consciente del pecado original, que trata de ser purgado con 7
un fulgurante amor por sus semejantes y las cosas de la Creación. Para los años ‘70, Arévalo Jordán figuraba en la Bibliografía Nacional Boliviana de Luis Raúl Duran. En 1976, La última sinfonía del mago: El mar de las gaviotas. Poesía. Fue premiada en el X Concurso Anual de Literatura “Franz Tamayo” El jurado estuvo integrado por Berta A. De Alvéstegui, Yolanda Bedregal, Oscar Cerruto, Oscar Rivera Rodas y Norah Zapata-Grill. Ha dicho su prologuista Carlos Urquizo Sossa: La última sinfonía del mago: El mar de las gaviotas presenta una constante de añoranzas marinas. Su inspiración se remonta en alas de gaviotas, sobre el viento en el desierto, cual si se tratara de un viaje eterno, que renace en la magia del paréntesis y la esperanza, que retorna al vacío de la sombra y la soledad de una muerte que no es tal.
En 1977 publica por sus propios medios Soledad, hoy. Poesía. Periodo en el que alterna con miembros del Grupo “Prisma” de Bolivia, en el que confluyeron notables escritores como Pedro Shimose, Yolanda Bedregal, Guido Calabi, Guido Orias y Julio de la Vega, Estos dos últimos alentaron permanentemente el trabajo de Arévalo Jordán. La columnista de “El diario”, matutino de La Paz, Bolivia, Isabel Muñoz Reyes comenta que: Al iniciarse la vanguardia, coincidiendo más o menos con la segunda guerra mundial, los poetas decidieron revolucionar por completo el sentido de la poesía; ya no se trataba de buscar una armonía en el ritmo, una combinación de sonidos buscando la rima, ni siquiera un esfuerzo por embellecer el idioma a base de juegos de palabras e idealización.
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No es la forma lo que interesa, sino solamente el mensaje que se puede exponer en forma directa y concreta. El lirismo como expresión íntima del corazón, cobra una importancia muy grande, desaparece la idealización de la mujer y el paisaje muestra un realismo severo, casi agresivo. La denuncia social, el tenebrismo y la melancolía, son las armas favoritas de los poetas de vanguardia. Se trata de mostrar al hombre como víctima del ambiente y la soledad. V.H.A.J. ha conseguido con este cambio en el sentido de la poesía, una obra densa, embellecida con una serie de figuras literarias que son dignas de un análisis más severo. Con acertadas palabras, V.H.A.J. da nueva vida a temas muy antiguos como la soledad, la melancolía y el amor. Sus metáforas son límpidas y aunque un poco arriesgadas, embellecen notablemente sus poemas. También el tema de la “muerte” de Dios, de la incomunicación del hombre y su desconsuelo ante un destino sin sentido, está presente en este pequeño libro.
Ha dicho René Pomarino de la Universidad de Salta, Argentina: La poesía de Víctor Hugo Arévalo Jordán se despliega en medio de un ámbito teórico-concreto de la realidad totalizante, reflejándonos de una manera casi mítica la transformación de un mundo conflictivo a un mundo humano. Se observa la identificación plena con la naturaleza recogiendo de ella símbolos y objetos para adecuarlos a una determinada imagen pensante, logrando así una definición más concreta de su vivencia con la experiencia crítica. Como producción humana es poesía, es creación y es una confesión íntima que tiene caracteres universales y nos hace ver que el cosmos en directa relación con el actuar del hombre, guarda signos de dolor al encontrarse impotente en su soledad y sujeto a las transformaciones naturales. Su poesía es objetiva, una posición realista; pero el horizonte en cuya dirección se proyecta el núcleo de su concepción es necesariamente filosófico; por la sencilla razón de que no se capta de inmediato su manifestación si no es acomodándose en una
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posición dialéctica-reflexiva entre el sentir humano y su naturaleza. En suma, la presente obra constituye un gran aporte al lenguaje literario y al entendimiento de la filosofía poética sobre todo al empleo de nuevas formas de expresión y consiguientemente a nuevas concepciones de carácter ontológico.
En 1978 sale a la luz La noche de los elegidos. Ha dicho Virginia Reyes, periodista de “El diario”, de La Paz, Bolivia: Es una pequeña obra de tipo alegórico. Todos los elementos en juego son simbólicos. Los dos protagonistas, Runa Sua y Luntata, son los dos aspectos del alma del hombre. Runa Sua es el lado negativo, el odio, el rencor, el egoísmo; en tanto que Luntata representa al amor, a la sensibilidad espiritual. El tema central, la disputa por el fuego, es la lucha perenne que sostiene el hombre en cada minuto crítico de su vida. Como leit-motiv se habla de “la noche de los elegidos” y el ladrón de almas no puede ser otro que Cristo. Con esto ha conseguido una obra de fondo alegórico semejante a las “Moralidades” de la Alta Edad Media, pero adaptada a nuestras costumbres y a nuestro lenguaje.
En 1982, publica Geometrías del dolor, en Santa Fe. Argentina. Las geometrías del dolor se estructuran en tres partes. En la primera de ellas el poeta parte de las geometrías del pasado, accediendo al juego de los recuerdos en un viaje de ida y vuelta. En esos recuerdos subyace lo ancestral identificado en la sombra materna, donde fugacidad y eternidad, permiten el despertar angelical, que posibilita la interpretación de la oscuridad de las sombras, a través del temor que ellas engendran. El temor se corporiza en el temor hacia esas sombras, disipadas a partir del juego concéntrico de una taza blanca de café, donde paisaje, jardín y gato muerto necesitan 10
ser consolados. Cielo y mundo. Mundo y cielo intercambian elementos: nube blanca, verde e inocencia. La amistad, el amor, la vida y la creación. En las nuevas geometrías la culpa de la existencia y el tiempo se amontonan, siendo sólo liberados por la existencia del amor. En la fisiología de las geometrías el poeta se reencuentra consigo mismo y con la soledad del mundo, la nada y el tiempo. En 1985 se lo ve acompañando a Luis Di Filippo, junto a Edgardo Pesante, Adrián Escudero, Catalina Pistone, Nilda Vincentín y otros, conformando la Comisión Directiva de la Asociación de Escritores de Santa Fe. En 1989 se edita definitivamente Génesis. La prologuista María Isabel Copes dice con referencia a Génesis: Estamos ante un nuevo poema de la Creación: en parte síntesis de todas las cosmogonías, las imágenes dominantes devienen de los mitos indoamericanos. También está presente la moderna cosmogonía de la ciencia a través de su terminología específica, amalgamándose sin riesgos de disonancia con los nombres sagrados de todos los dioses de los orígenes más predominantes de la actualidad. El trabajo es un resultado del conocimiento intelectual y de la compenetración emocional con los valores de las tradiciones más antiguas y arraigadas, de los pueblos que han dado la matriz de las actuales culturas, nos encontramos con un universalismo de nuevo cuño, en el que la cosmogonía de las ciencias adquiere una nueva dimensión existencial, transformándose ella misma en un nuevo mito de Creación, en el que anida también la destrucción, como en todos los mitos fundacionales de las antiguas civilizaciones, como en un moderno mito Fundacional de nuestra actual civilización.
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En 1991 el Banco BICA imprime una plaqueta con poemas de Arévalo Jordán, acompañado de Danilo Doyharzabal, Belkis escudero, y Alba Yobe de Abalo. En 1992 la Asociación Cultural Maya publica Recuerdos y silencios, en Santa Fe, Argentina. La prologuista Nora Didier de Iungman ha dicho: El poeta es aquel que no ha olvidado lo que es sentir, y su poesía es aquella que produce una emoción clara; en ella vale el término de Paul Valery “sensación de universo”. Ahondar el discurso lírico es, entonces, sentir su sentido, porque la palabra poética encamina a sus receptores hacia las sensaciones, las emociones, la conmoción estética, una especie de relámpago que se desliza sinuoso, a lo largo del hábeas poético.
En 1993, sale a la luz Testimonio. Poesía. Auspiciado por la Asociación Cultural San Jerónimo. Se presentó este libro en la IV Feria Santafesina del Libro. En esa ocasión dijo Adrián Néstor Escudero: Testimonio es la renovada epopeya del Hombre que, asumido como semilla de cruz, batalla y libra el buen combate en las fronteras de su propio espacio-tiempo “Siglo veinte, siglo veinte, viviendo en una sola noche/ desde el nacimiento hasta el fin”, sin perder la fe, ni la esperanza ni la generosidad en su trato con los semejantes, confiado en que la misericordia del Creador. También se renueva eternamente, en un diciembre sin tiempo, sin edad...
Todos estos años, se han realizado segundas y hasta terceras ediciones de estos libros. EL EDITOR
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PRÓLOGO
Siglo XX cambalache, Problemático y febril ENRIQUE SANTOS DISCÉPOLO
TESTIMONIO, es una obra donde Víctor Hugo Arévalo Jordán despliega su evolución como poeta y como pensador… es como un aterrizaje forzoso a este siglo XX febril, que lo ahoga y lo desafía a seguir buscando o desandando su propio Testimonio como ser privilegiado por el don universal de lo eterno y la duda. Testimonio, palabra que supera en la obra su propio significado y a la que Víctor Hugo Arévalo Jordán resignifica en este siglo XX sufrido como “implacable, amargo” y angustiante. Testimonio es el testimonio del hombre en busca de un alguien, de un algo, que calme todas las ausencias, todos los dolores, que aleje a la parca que acecha constantemente sin motivos precisos pero con un objetivo claro, que es igualar a los que habitan este siglo cuyo mal es la desesperanza. Esta obra de Víctor Hugo Arévalo Jordán surge como una suma de poemas, ensayando un todo. Es la experiencia puesta como reflexión cultural ante un mundo cuyo peso histórico es cuestionado, donde los contenidos pa-
recen diluirse ante la voz del poeta que en cada verso pregunta y busca razones, principios, valores, esperanzas, las que surgirán como fragmentos de mosaicos, perfectamente calzados en el rompecabezas de una vida que intenta llegar a la plenitud. Si seguimos la obra como camino y nos sumamos al poeta, luego de sus “25 horas de ausencia” (v. 1) para recorrer con él la sinuosa senda de su búsqueda a lo largo del “largo siglo XX” nos encontramos con el hombre y la mujer casi existencialmente solos… Tú, quien quiera que seas solitaria mujer solitario ser con amaneceres que te sobran, horas largas de espera sin saber realmente que se espera; y yo, noche conocida horas largas que no esperan nada porque todo está terminado, concluido, acabado, realizado. La mujer, elemento que Víctor Hugo persigue como ese otro desconocido e imperfecto, no como compañera del hombre, que sí le es conocido, sino como ser dependiente del mismo… Mujer, pasado, infancia, lugares a los que vuelve como anhelo de arraigo, como búsqueda de algo que le otorgue raíces a su vida que transita como nada:
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11 Tiempos perdidos cuando la felicidad fue volar montado en la bicicleta de vientos, pateando el balón por las calles, algún vecino furibundo con vidrios rotos. 12 —¡¡El pasado no ha muerto!! —anuncia a diario el ángel sin nombre, Dios creó la paradoja el pasado es el futuro y tengo en cuenta por lo menos este granito de arena que es solo recuerdo. Es el pasado de lo trivial, de lo simple, es allí donde aparece casi sin preparación previa Dios, el Dios que por hoy y por ese momento también, considera humano, porque él, al mismo tiempo se considera Dios-Creador. Concepto que ostenta con orgullo: ser Dios-palabra, crear a través de ella. No Dios de Hombres, sino Dios de letras con un sentido profundo de verdad, sentida como Testimonio, como sufrimiento que no puede acallar. Por todo ello su obra fructifica, crece, pare mundos alternativos y propios, febriles por momentos como este mismo siglo XX , visionario por instantes. Este Poeta que nos sugiere seguir el siglo XX como un camino de rosas, con tallos de espinas gigantes, se hace eco de la degradación del hombre.
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15 El hombre común reflexiona, se idealiza... se teosifica... se osifica... se fosiliza... y por último se idiotiza. Es el hombre común , el que cae sin remedios, no es el hombre que “crea”, que es el que intenta empezar de nuevo en una realidad difícil, terca, donde los umbrales no se cruzan, como lo hacía antiguamente el héroe para enriquecerse, sino donde se choca constantemente con intelectuales tan globalizados que se sienten… 20 Los ciudadanos del mundo no pueden ver a las estrellas porque llevan las quijadas anquilosadas por la angustia y el deseo. Hay silencios de almas. Ciudadanos que no buscan nada y nada piensan, angustiados, sin almas, sin dioses, vacíos. Siglo XX, Testimonio de Soledad, donde una veta, una grieta aparece sobre la faz de la tierra en espera de un Hombre Nuevo. Hombre Nuevo con Mayúsculas: 22 ¿Escuchas?... Los vientos cantan al Hombre Nuevo, 16
que ha de venir, porque los angustiados o mueren o se salvan en la Luz de su espíritu. El nuevo Hombre se llama Amor, es Dios es Naturaleza, es privilegio sobre todas las cosas. Esta opción tiene para Arévalo Jordán, varios nombres: DIOS – NATURALEZA – PRIVILEGIO… ¿Es el siglo XX que busca a DIOS como opción para la desesperanza? ¿Es un privilegio o una ambición del hombre ser libre? ¿El hombre puede ostentar ser Sabio? ¿El hombre es todo espacio, todo tiempo? Preguntas sin respuestas, siglo que agobia y que nos lleva hasta el mismo ¿Ser o no ser? de mi querido Shakespeare. 27 (…) ¿Ignoran acaso mis ojos que soy y no soy? Veo la nada y el todo... Y el retorno eterno al origen, al que muchos creen que ha creado el mundo y que Arévalo Jordán casi tímidamente nombra o denomina “el innombrado”, ¿o el innombrado que quita, está metido en el mismo y endemoniado siglo XX? 17
Desde el origen buscado, el hombre surge por su nombre. Se instaura el concepto “hombre” por medio de la palabra y a través de ella, el hombre instaura el mundo… ¿Pero quién quiso que fuéramos hombres y no otra cosa? ¿Quién nos bautizó? 33 Nacimos sin ser bautizados, no escogimos nuestro nombre, como una forma que se busca en el fondo, nos bautizaron, porque podíamos ser cualquier cosa, y fuimos hombres, blanco y negro. Ser blanco o ser negro, ser chino o ser indio, es simplemente Ser; que ya es suficiente problema como para tener otros, soy átomo y cosmos, distingo a ambos. ¿Será casualidad que el poema 33 nos hable de bautismo? ¿Coincidencia? No lo creo. Víctor Hugo Arévalo Jordán es demasiado astuto en su derrotero, como para instaurar coincidencias en sus búsquedas… Para él siempre es búsqueda-verdad no simple coincidencia… Será que a partir del Dios hecho Hombre, ¿el hombre fue instaurado en este mundo como tal?... porque unos versos después el poeta pide 39 Quítate tu nombre y dime: ¿quién eres?, ¿qué es la vida?, 18
¿qué es el amor?, ¿qué es la belleza? ¿Eres idéntico aún? Y pregunta, sabiendo las respuestas, porque sabe que él es la vida, el amor, es la belleza que puede modificar, la búsqueda y los hechos… pero el tiempo lo lleva a preguntarse “¿Eres idéntico aún?”, porque él ve que 41 Nuestros ojos reflejan la muerte, nuestra mirada no es significativa, siglo veinte, siglo veinte, viviendo en una sola noche desde el nacimiento hasta el fin, olvidados del futuro, esperando en la noche el alimento profano de las tinieblas, época de confusión, caos, negrura y maldad. Los jueces no están en su sitio. ¿Será que el siglo XX ha sido tan soberbio y negro? ¿Será que el siglo XX ha sido su propio enemigo?, ¿su propio lobo? Dudas, mares de dudas y en ese caos donde los bordes no aparecen, surge Dios egocéntrico, sabio, multifacético al que el poeta coloca como un ser a su altura, igual, par, al que desde el mismo peldaño interroga y califica sin ahorrarse nada, tal como lo piensa y siente: 19
Es el Dios más egocéntrico que he conocido, se muerde eterno. Me lo dijo en su libro. El innombrado es escritor, multifacético hacedor de las cosas y hombres, a decir verdad, es muchas cosas, no tiene premios ni pretensiones, es pacífico, ha creado un solo libro y pude leerlo, se intitula “EL LIBRO DE LA VIDA ETERNA”. Cada letra es un hombre. Me lo prestó un día sin decir nada. ¿Excéntrico? Leí y comprendí su ambición. Solo quiere que lo amemos. Nada más. ¿Y por qué no hacerlo? A veces, tenemos que ser comprensibles con los dioses. Desde aquí crea una genealogía para este Dios personal que lo emparenta con dioses griegos, que lo transforma en el creador de Cronos, de su hijo Zeus y del hijo de su hijo Heracles, a los cuales considera inferiores y cada vez más imperfectos hasta llegar al propio hombre: 48 El Innombrado cuenta que tuvo un hijo menos perfecto que él: Cronos. 20
Cronos tuvo un hijo menos perfecto aún: Zeus, que tuvo un hijo medio imbécil todo solucionaba por la fuerza: Heracles. Así pasó a la Historia. 49 Cuenta el libro, que nosotros, los pobrecitos hombres somos sus tatarabisnietos. (Creo que dijo tara-nietos, ya no recuerdo muy bien, hace tanto tiempo de todo esto). Tuve que decirle que sí a todo para no ofender al noble anciano que firmaba como Dios en cada capítulo de su libro. Hombre que es “VERBO CONJUGABLE”, imperfecto por excelencia, ya que la perfección quedó encerrada en el “VERBO INCONJUGABLE”: 50 ¿A quién lanzaremos nuestro grito de angustia? Somos la flor de fuego que nadie ha recogido. Somos el Verbo conjugable, y solo es perfecto el Verbo inconjugable, en nuestra oración de piedad.
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En su incansable búsqueda, Víctor Hugo Arévalo Jordán ha llegado al principio donde, al intentar explicarlo, descubre lo absurdo del mismo principio de la vida. Por este motivo a través de la palabra se instaura Dios-hombre-creador a través de la letra, donde nuevamente llega a la contradicción y a los opuestos del mundo como extremadamente necesarios: Todos se necesitan: el pueblo necesita un gobernante, el gobernante necesita un pueblo, el hombre necesita una mujer (o más), la mujer necesita de un hombre (o más), el negro necesita del blanco, hablo de los hombres, algún día hablaré de los colores. Todo resulta ser doble, hasta él mismo es Hombre y es Dios al mismo tiempo 57 Aquí, en el planeta tierra todo es contradictorio. Mayo, mes de la luna. Me gusta ser doble, triste y alegre, llevo todo adentro, donde nadie me ve. y sigue descubriéndose humano, universo, todo nada… 61 Soy el corazón que no amanece, concierto de aves. 22
Soy el universo entero. 62 Dentro de ese universo tengo mi mundo, mi todo y mi nada, y tú y yo y él y ella, somos un mundo aparte. Y en este diálogo consigo mismo, que no atina a ser monólogo se desdobla y crece casi insondablemente a través del camino de las preguntas. Camino que él considera y afirma que tiene todas las respuestas: 67 Mmmm... No me pidas consejo, ¿quién mejor que tú mismo, para velar por ti? No me digas que no sabes porque es mentira, solo descubre tu verdad y tendrás las respuestas a todas tus preguntas. El que pregunta sabe la respuesta. Pero que el poeta transita sin encontrarlas y sin dejar de buscarlas. En esa genealogía que comenzó el poema 49, posteriormente agrega al “pobre Hermano Cristo”, al que eleva sobre los hombres y reconoce como “piedra de la iglesia”, 23
pero cíclico, eterno, como es toda su obra, sólo diferente del hombre porque es “un Santo de pies descalzos”: 79 Estos andrajosos brazos son de hijo pródigo que espera el eterno retorno, dicen que el que ha de venir llegó y unirá los pensamientos, noble actitud, porque hoy es de piedra la iglesia, mañana será tierra de los humildes. Es necesario errar para que venga el Santo de los pies descalzos, y predicar la unidad. Y el hombre, de santo no tiene nada, absolutamente nada. El hombre “es un simple animal con apetitos sexuales razonados” y es allí donde retorna a ese camino que comenzó en sus primeros versos, a esa senda de rosas con espinas, a la misma tierra en la que Zeus escondido por su madre logró sobrevivir: 84 ...terruño fecundo hecho de raíces en mis manos, vacías; deja caer las rosas en mi izquierda, las espinas en mi derecha... llora terruño, que viene de la noche... 24
85 No me busques si quieres conocerme. Estoy en tu delante, me estas pisando. ¿ves?, soy la tierra, el pasto, el estiércol la tumba y la fuente de la vida. 86 Dijo un verso: Soy una lágrima de madre a la muerte de sus hijos. Puedo ser tu hijo muerto si me permites. El hombre fue hijo primero, padre, madre, muerte y animal detestable después. 87 Todo se llega a ser; incluso un animal detestable. Los animales no nos quieren porque presienten nuestro caos, nuestro universo, sumergido en la podredumbre de nuestro pensamiento. El hombre sombríamente cae, se degrada en el mar de los prejuicios, de los cuales Víctor Hugo Arévalo Jor25
dán quiere escapar, eligiendo vida-muerte o eternidad. Pero no elige. La duda es tan fuerte que aunque haya gritado el dolor de ser hombre-animal, sigue luchando entre el ser y el no ser… Decía líneas más arriba, Diálogo consigo mismo, todo TESTIMONIO es un DIÁLOGO del poeta con su Dios, con el hombre, con la duda. Un DIÁLOGO de preguntas con respuestas nulas, donde intenta sin sosiego, conocerse, encontrarse. Por eso transita todos los mundos, todas las religiones y los libros sagrados, buscando un Dios, ofreciendo un Dios único y perfecto en el mar de las religiones y los nombres, por eso para él es “EL SIN NOMBRE”, hasta encontrarlo detrás de todas sus máscaras: 106 Hablo con Dios... estaba en un rincón de mi humanidad. No me pedía sacrificios... solo que comprenda a este universo para entender su mensaje. Descubrimiento difícil y arduo en este largo siglo XX marcado por una sociedad imperfecta, dentro de una humanidad donde Arévalo Jordán se siente eterno, donde pretende encontrarse con los diciembres que se mueren solos, porque hasta él mismo no puede acompañar el nacimiento de la hora 24… Porque él ha tenido sin querer y sin buscarlas 25 horas de ausencia… redonda y de búsqueda continua.
CLAUDIA GISELA SUPPO
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TESTIMONIO O EL HOMBRE FRENTE A SU DESTINO
(El Poeta) “Qué dignidad tan grande la de creer siempre en la vida, con solo ver una flor brotando entre las ruinas”. LEÓN GIECO (Mensajes del alma, 1992)
COMO proyectos inacabados, y desde la libertad de nuestras conciencias, en el fondo, la exploración del universo es una de las razones o urgencias que nos impulsan a sentir, a gozar y a desear la vida. Y, si el universo exterior (aquello que es objeto de los sentidos) es recorrido por el hombre a través de mil formas sustantivas, tan concretas y físicas como el ambiente que intenta sondear: su intimidad (tan universo como aquella expresión circundante de lo humano), tiene en la Poesía al vehículo, a uno de los vehículos, más importantes para alcanzar un adecuado análisis de los intrincados laberintos que encierran (y liberan) desde el lama (abismo insondable), el sentido de la vida. Limitado, entrelazado entre dos realidades igualmente infinitas, se estremece cimbrando como la cuerda de un arco cuando lanza flechas de aliento y de anhelos hacia las profundidades de un único Ser. Ciudadano de dos mundos, pequeño, se reconoce parte de una Grandeza que lo subyuga y atrae, con motivo de una Breve Sinfonía (Colmegna, 1990), nos atrevimos
a definirlo: Dios, esa Grandeza, nos ha revelado la Presencia del Misterio que es la Vida, No el Misterio, solo su Presencia. Por eso es: El Artista). Dice Arévalo al respecto: ¿A quién lanzaremos nuestro grito de angustia? Somos la flor de fuego que nadie ha reconocido. Somos el Verbo conjugable, y sólo es perfecto el Verbo inconjugable, en nuestra oración de piedad. (v. 50) Así de humana y de creyente es la búsqueda, la exploración bilateral que lleva a cabo en su reciente libro Testimonio, una desgarradora mirada hacia el mundo desde un implacable y amargo, largo siglo veinte (v. 1). Pues su relación con la naturaleza de las cosas, del hombre y de Dios (El Innombrable; ya que se ha quedado con todos los hombres y es depositario de todos los nombres) lo encuentra tensado entre esas dos expresiones (lo real y lo trascendente) de un único universo: el de la vida: donde se ama y se odia, se goza y se sufre, mientras se camina en búsqueda de la Verdad. Porque Los valores opuestos tienen un mismo origen vienen del mismo huevo originario, dividido en escalas por generación (v. 34) Búsqueda esencialmente agustiniana la de Arévalo: urgida, persistente y no exenta de contradictorias inter28
pretaciones sobre la Humanidad y su connatural llamado la Trascendencia. Pero búsqueda noble y dolorosa al fin en su afán por descorrer algunos de los innumerables velos que opacan, en principio el hallazgo de la Verdad. Búsqueda, por ende, esencialmente cristiana que tendrá por fruto el íntimo roce con el universo de barro, transfigurado en luz, llamado Amor: aquello que otorga sentido a la vida en plenitud. Y es en ese contexto que Arévalo experimenta a la POESÍA , como vehículo ligado en sustancia a la oración, como actitud de llamada, súplica o alabanza: Ven y sígueme. Dijo el Maestro reza conmigo los versos (v. 6) También con la contemplación, como actitud de asomo a la verdad de las cosas: No me asombra tu mirar ojos abiertos por el asombro que desmienten mi duda, mi luz, mi sueño los vi muchas veces con la misma expresión (v. 7) Y, desde su rol de testigo y cronista de su tiempo, fiel captador de los mensajes del alma, acude a todas ellas en sus simbiosis reflexiva e iluminadora sobre el Hombre frente a su Destino. Negándose a sí mismo, se llena de Humanidad y la dignidad de su perfil poético en el tono elegíaco que envuelve a la carnadura lingüística de sus versos, el sonoro cauce para transferirnos sus honduras más íntimas; esas que lo enfrentan con la esencia del Misterio Crea29
dor y Salvador de un hombre, que se debate entre las sombras y claridades de su sentir cosmogónico (v. 40). Alejado, quizás, del surrealismo agudo de producciones anteriores, se muestra franco y sentencioso en la composición de los ejes reflexivos que integran su Testimonio, logrando así un efecto de pronta comprensión de su recorrido, a pesar de la profundidad conceptual que lo anima. Sobre el particular, J. A. Hernández al prologar una edición de su anterior libro Los Augures, llamaba a Arévalo “inquieto inquisidor de deidades” (1993). Es que en la epopeya de las almas, nuestro poeta persiste desde Testimonio, en desplegar marcos conceptuales concretos “de una realidad integradora y totalizante, generando permanentemente la simbiosis del mundo conflictivo del universo humano, conflicto que se observa como una definición propia en sus anteriores obras Soledad, hoy, Geometrías del dolor y Génesis, al decir de Isabel Muñoz Reyes (1978) con referencia al citado ensayo poético (Los Augures). Sólo que ahora aferrándose a ese compendio de huellas y pistas divinas sobre la existencia, que constituye “El Libro de la Vida Eterna” (v. 46). Tres cosas me dieron a elegir: (El Poema) VIDA. MUERTE. ETERNIDAD. las tres llenas de amargura y gloria. ¿Cuál elegir...? VÍCTOR HUGO ARÉVALO JORDÁN (Testimonio, 1993). 30
Testimonio emerge desde las aristas elegíacas de sus 126 poemas, como un único poema. Una visión situada que se apoya en un largo (implacable y amargo) siglo veinte (v. 1), para actualizar dos planteos sin embargo inmemoriales: El hombre frente al tiempo de su vida (Su destino) y, luego de desnudar su disyuntiva (Puente), Ejercer la vida o morir (v. 21), referir al enigma de su Principio y Fin: El Hombre frente al Innombrado (Dios). Así en su primera parte, la angustia existencial se hace presente en esas horas largas de espera sin saber realmente que se espera, Horas largas que no esperan nada porque todo está terminado concluido, acabado, realizado (v. 2) Y la desolación frente al Misterio de la Vida queda planteada. Además, la temible presencia de la Muerte dramatiza la angustia: Cumpliendo fielmente su misión sin comprenderse es error su deseo de igualdad (v. 3) para dar paso a la contradicción: Ser grande para ver nuestra pequeñez no es dimensión ni futuro simplemente esperanza conocida (v. 7) 31
Y al pensamiento sobre la Vida, en tanto que El conocimiento es tiempo que se graba en los años, en las barbas, en las canas, en los sueños rotos (v. 8) Y lo acusa la Desesperanza: Dios mío, cuánto caminar por este planeta abandonado lleno de esperanzas perecederas, (v. 9) El duro encuentro consigo mismo: Mi fatigado aleteo vuelve sin ser anunciado, al hogar ...a reposar a mi silencio, en recuerdos del ser que fui, asombro apenas que puedo ver lo perdido en las profundas oscuridades de mi ser (v. 10) Y la melancolía: Tiempos perdidos cuando la felicidad fue volar montado en la bicicleta de los vientos (v. 11) porque 32
Con el tiempo olvidamos fácilmente nuestra condición humana (v. 14) Pero también acucian varias certezas: El hombre busca su destino y La búsqueda le hace pretender que eres libre (v. 13). Pero cuando ese hombre se extravía en pos de fantasías, Regresar es duro y doloroso empezar de nuevo es valor (v. 17) No es vano Toda huida culmina en la realidad como paradoja del destino... y Toda huida termina en la eternidad (v. 18). Por otro lado, el puente hacia el rescate de lo humano (que no proviene de sí mismo y por sí mismo solamente), es disyuntiva y desafío: es necesario nacer de nuevo, de lo Alto. Sin Dios, Solo nuestra ilusión crea puertas. (v. 21). Y el poeta advierte: Los ciudadanos del mundo no pueden ver a las estrellas... hay silencio de almas (v. 20) o muerte espiritual. Y su alerta se levanta cuando grita: Todo está inventariado, incluso este destino que no es otra cosa que distancia... (v. 24). 33
Y el culmen exacto de tamaña disyuntiva de pronto se revela: ¿Ignoran acaso mis ojos que soy y no soy? veo la nada y el todo... (v. 27) La segunda y última parte del poemario toma el color claroscuro de la esperanza en la sanación de tantas heridas siempre contemporáneas (A las 25 horas de ausencia-v. 1), desde que La voz ronca del Innombrado rompe mi silencio de montañas (v. 35) Pero no hay esperanzas sin Humildad, porque Tenemos el enemigo metido como raíz en la tierra, somos nosotros mismos; (v. 42) y, con ella se puede lograr: He ganado la batalla y he medido el infinito (v. 42). Ya en Los Augures, Claudia Suppo al referirse a la obra de nuestro poeta (del cual Testimonio es eslabón consecuente), alertaba acerca de una cuestión que formaliza su idea de esperanza: “Tanto el origen del mundo, del hombre, Dios, como el fin y la guerra”... “Son (despertados) originados según Arévalo Jordán ante todo por la duda de todo... Todo vuelve a ser y no ser... Cíclica idea de tiempo, de historia y del hombre... su obra es el círculo, el eterno retorno de la nada a la creación, de la creación a 34
la destrucción y el recomienzo”. Duda que da paso a la discusión y a la contradicción, pero también a la razón (v. 51). Es que Aquí en el planeta tierra todo es contradictorio. Mayo, mes de la luna, me gusta ser doble triste y alegre, llevo todo adentro, donde nadie me ve (v. 57) Dualidad capaz de resistir el Cíclico círculo del tiempo al que alude Suppo (ob. cit.), porque Nunca me he visto más humano, soy un complejo y un sentimiento, una fobia y una virtud. La virtud es una regeneración del pasado (v. 59) Y desde el sufrimiento esperanzador el poeta se reconoce (v. 114), comprende (v. 115), se niega a sí mismo (v. 124), se conduele (vs. 68, 74, 79, 80), fustiga (vs. 65, 73, 78, 110, 111), proclama (vs. 12, 13, 97, 108, 112, 113, 119), perdona (v. 118), agoniza y muere (vs. 81, 126), y él también es capaz de resucitar como su Maestro Salvador: Di todo lo que quieras tengo aún tiempo para escucharte... vengo cada cien años, o mil si se prefiere, y cada tanto me voy... (v. 125) 35
Soy el corazón que no amanece, concierto de aves. Soy el universo entero (v. 61) Sí, la influencia entre Creador y creatura, que en la omega de los Tiempos resultará Todo en Todos, es confesada y asumida por el poeta en las postrimerías de su periplo escatológico, donde su voz interrogativa es canal por donde se transfigurará la voz de Dios: Llevo los cantos del espacio... sonrisas eternas invisibles intocables, de voces que no se ven. Luz. Esta carne no es mía, estos huesos no son míos. Pero Yo Soy, el tiempo no hizo mella en los ojos de mi espíritu (v. 93) Y El fondo de las cosas las ilumina cada uno de nosotros, puedes iluminar tú. Somos la Luz. Soy la Luz... (v. 96)
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Y esta confluencia tiene que ver con la mirada de Arévalo y su concepción de la Unidad Creacional: Dios es uno solo y religiones muchas (v. 105), en tanto se resiste a encerrar a su Dios desde la limitada percepción humana. No obstante, su visión del encuentro con el Misterio, se define en favor de la intimidad, con un Dios personal, que crea y humaniza Hablo con Dios... estaba en un rincón de mi humanidad. no me pedía sacrificios... solo que comprenda a este universo para entender su mensaje. (v. 106) Y el poeta que se ha despojado de su vanidad de ser, asumiendo la humanidad del mundo, renace como nueva creatura que, al igual que el Cristo, se convierte en víctima viva, santa e irreprochable, capaz de darlo todo en la tenaz aventura de transfigurarse en las alturas de la Belleza y la Verdad: Soy un mercado por dentro mas, para entrar en él deja tu nombre y dinero afuera (v. 123) Saca lo que quieras y ve tranquilo (v. 124) En síntesis, Testimonio es la renovada epopeya del Hombre que, asumido como semilla de Cruz, batalla y 37
libra el buen combate en las fronteras de su propio espacio-tiempo Siglo veinte, siglo veinte, viviendo en un sola noche desde el nacimiento hasta el fin (v. 41) sin perder la fe, ni la esperanza ni la generosidad en su trato con los semejantes, confiado en que la misericordia del Creador también se renueva eternamente, en un diciembre sin tiempo, sin edad...
ADRIÁN NÉSTOR ESCUDERO Santa Fe, 5 de septiembre de 1993.
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ÍNDICE
Sobre el autor ................................................................ 5 Prólogo, por Claudia Gisela Suppo ............................. 13 Testimonio o el hombre frente a su destino, por Adrián Néstor Escudero ................................... 27 Testimonio ..................................................................... 40
Testimonio
1 Ahora, hoy a las 25 horas de ausencia: veo lo implacable y amargo en el largo siglo veinte.
2 ¿Sentimos el dolor de la obsidiana incrustado en nuestro propio tiempo? ¿O es que somos tan pobres? Tú y yo. Tú, quien quiera que seas solitaria mujer solitario ser con amaneceres que te sobran, horas largas de espera sin saber realmente que se espera;
y yo, noche conocida horas largas que no esperan nada porque todo está terminado, concluido, acabado, realizado.
3 Contempla los dulces parpadeos de la parca apoyada en cada matorral, detrás de jazmines y rosas, de juveniles y retamas, pensativa postura vegetal sobre pastos, apoyada la parca siempre sobre huesos blanquecinos cumpliendo fielmente su misión sin comprender si es error su deseo de igualdad.
4 Ahora, hoy soy tan pequeño como tú mundo que me dueles al quebrarte rama seca golpeada por el viento, hoja marchita de otoño (La necesidad es: ser grande para ver nuestra pequeñez). 42
5 ¿O es que somos tan ridículos? orillas de soledad tú bordeando mi ego enredadera en el muro del ego incógnito. Núcleo de vacíos.
6 “Ven y sígueme” dijo el Maestro, reza conmigo tus versos, golpeando en las sienes, endulzando las penas absorbiendo ríos, versos con enojos diarios y sueños ateridos de humedad, alaridos que rompen silencios ocultos en lo recóndito de nuestras almas; vamos para santos los dos: que una juventud sin versos no tiene futuro ni madurez de los años sin santidad. Este entusiasmo es sólo un ladrido del fiel compañero cuando llega la humanidad.
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7 No me asombra tu mirar ojos abiertos por el asombro que desmienten mi duda, mi luz, mi sueño, los vi muchas veces con la misma expresión. ¿Asombro?... el tiempo ya no trasciende, solo transcurre. ¿Existencia? el mañana no es dimensión ni futuro, simplemente esperanza conocida. ¿Existencia?, ¿existe el que se asombra?... ¿Evoluciona?... encasillemos como es habitual, ¿Freud, Sartre o Darwin?... Test emocional. esclerótica pregunta del cultos. Mas te asombrarías si digo: —Llevo muchos siglos en los bolsillos pedazos de tiempo en la cartera. Todo eso que llevo pesa tanto que es difícil llevar la propia carga.
8 El pensamiento es pañuelo azul con bordados blancos que cubren poco a poco las imágenes de la idea. 44
El cielo con jirones plateados se graba en la retina silenciosamente como una pausa de tanto horizonte, El conocimiento es tiempo que se graba en los años, en las barbas, en las canas, en los sueños rotos.
9 Dios mío, cuánto caminar por este planeta abandonado lleno de esperanzas perecederas, como frutos perdidos en el huerto que nadie quiso recoger.
10 El río del Olvido fluye incansable y perenne hacia la mar; sus aguas recorren pujantes lo que heredamos de la nada. Mi fatigado aleteo vuelve sin ser anunciado, al hogar, cansancio del diario vivir, a casa, 45
a reposar en mi silencio, en recuerdos del ser que fui, asombro apenas que puedo verlo perdido en las profundas oscuridades de mi ser.
11 Tiempos perdidos cuando la felicidad fue volar montado en la bicicleta de vientos, pateando el balón por las calles, algún vecino furibundo con vidrios rotos.
12 —¡¡El pasado no ha muerto!! —anuncia a diario el ángel sin nombre, Dios creó la paradoja el pasado es el futuro y tengo en cuenta por lo menos este granito de arena que es solo recuerdo.
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13 Presumiblemente liberado sales por el mundo con el pelo y la barba crecida, buscando sombra, camino y árbol, escogiendo cuál será tu día sin miedo, buscando la propia prolongación de la vida, la búsqueda te hace pretender que eres libre, y sin embargo te asombras cuando digo —Eres un ser humano también.
14 Sé que no basta una palabra para el largo reencuentro, pero nos conocemos desde los tiempos perdidos cuando yo era humano... así es: con el tiempo olvidamos fácilmente nuestra condición humana.
15 El hombre común reflexiona, se idealiza... se teosifica... se osifica... 47
se fosiliza... y por último se idiotiza.
16 Esperemos que el entendimiento permita ingresar en el Club de los Santos Humildes —difícil—, así hablaremos en silencio sobre nuestros problemas humanos.
17 Con las manos hemos forjado a la Diosa Fantasía, medios días inflamados, con los ojos hemos forjado y hemos visto a la Ilusión... mundo de fantasía, todo es ilusión, solo nos queda un sentimiento indefinible de vacío y amor. Nos equivocamos de camino. regresar es arduo y doloroso. Empezar de nuevo es valor.
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18 Toda huida culmina en la realidad como paradoja del destino, luchamos pero la vida no está, fractura interna de voluntad y ansiedad, tiempo interminable, sol de cabellos que arrastra a la noche tras suyo, toda huida termina en la eternidad.
19 Las ciudades se maldicen solas, están llenas de intelectuales que no pueden ver el cielo ni cuando sueltan la carcajada, llenos de odio angurriento, cautelosos como los chacales, no pueden cantar a las nubes como los hombres del pasado cuyos pasos resuenan en los umbrales.
20 Los ciudadanos del mundo no pueden ver a las estrellas porque llevan las quijadas anquilosadas por la angustia y el deseo. Hay silencios de almas. 49
21 Todos los días están contados uno a uno, quedándonos una alternativa pobre, ejercer la vida o morir. Nadie nos espera en ninguna parte solo nuestra ilusión crea puertas para cubrir nuestra debilidad de ser humanos, es nuestra comedia de soledad.
22 ¿Escuchas?... Los vientos cantan al Hombre Nuevo, que ha de venir, porque los angustiados o mueren o se salvan en la Luz de su espíritu. El nuevo Hombre se llama Amor, es Dios es Naturaleza, es privilegio sobre todas las cosas.
23 Tampoco está la muerte porque no está la vida, 50
cuando uno tiene sitio es invulnerable, porque el refugio nos protege de la nada. Ya no somos, no tenemos sitio, somos unos más. Bebemos continuamente nuestro murmullo, Así por lo menos digerimos nuestro veneno, si salimos de nuestra noche es porque se terminaron los rumores y los murmullos y mis visiones del fuego original me consumen.
24 Todo está inventariado, incluso este destino que no es otra cosa que distancia con raíces profundas en el viento y en el sol.
25 No es cierto, que toda huida es absurdo. La Libertad soy yo y huyo de mí mismo. Realidad y Eternidad. ¿Nunca se te ocurrió pensar que la Eternidad es aburrimiento?
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26 Ser amigo es ser sabio con los amigos, saber hablar es ser humano; pero no hables en “lengua culta” ni en guarismos extranjeros, habla tu idioma, el idioma de tus padres, que la Tradición es el respeto a los pueblos del mundo. Lo demás es colonia.
27 Mis poros se funden con el vacío. Mis ojos se funden con el Infinito; con esa esencia que es Tiempo y ese espacio que soy yo. El sol ve la Nada de mi ausencia. Olvido. ¿Ignoran acaso mis ojos que soy y no soy? Veo la nada y el todo...
28 Las huellas de las limosnas no se recogieron; 52
se fueron con los vientos de la soledad. Los ojos de una esquina a medias no sabían qué día escoger para pedir al innombrado su Libertad. ¡Libertad! El innombrado se los dio y les quitó su sentido real ante los ojos del hombre.
29 ¿Ah? Los pies arañan desesperados y resbalan en las telas del tiempo. Las arañas tejen filosofía para cazar moscas voladoras, incautas.
30 Mientras mis nietos regados en el Huerto del Edén padecen hambre.
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31 Desde lejos, arriba, abajo, historia que se cansa en cada partida, muere el tiempo como producto del cambio, se cumple nuestro sino sin fin... echamos una mirada al pasado, pueblos sin nombre abandonados, vemos las rosas de nuestros ojos, nuestros ojos se cubren de antifaces.
32 No es barro cocido, ni metal, ni sombra, ni luz, ni madera tallada, apenas disfraz llamado nombre, marca o gesto determinante que cambia nuestra realidad, porque nosotros bautizamos las cosas, ¿Cómo las bautizó el Creador?... (¿Llamaría a todo ILUSIÓN?)... somos átomo, somos Cosmos.
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33 Nacimos sin ser bautizados, no escogimos nuestro nombre, como una forma que se busca en el fondo, nos bautizaron, porque podíamos ser cualquier cosa, y fuimos hombres, blanco y negro. Ser blanco o ser negro, ser chino o ser indio, es simplemente Ser; que ya es suficiente problema como para tener otros, soy átomo y cosmos, distingo a ambos.
34 Los valores opuestos tienen un mismo origen, vienen del mismo huevo originario, dividido en escalas por generación.
35 La voz ronca del Innombrado rompe mi silencio de montañas, sangran mis crepúsculos por el sendero herido. Marcha la juventud arrollando bellezas. Papel picado y serpentina Santa. 55
36 Escucho los consejos del viento que se va del púlpito paralizado por las horas horas que doy de cambio, por no llevar tiempos sueltos en los bolsillos.
37 Sobre mi faz y tu charca podrida inmundo tu reflejo y el mío tiemblan al contacto del guijarro cruel. Canto solitario. Serenidad.
38 Aún me preguntas porque canto, y te sorprendes cuando te digo que eres humano. ¿Sabes tú quién eres?
39 Quítate tu nombre y dime: ¿quién eres?, ¿qué es la vida?, 56
¿qué es el amor?, ¿qué es la belleza? ¿Eres idéntico aún? Una araña teje filosofía.
40 Somos algo así como 3.000.000.000 de seres humanos nocturnos, que no podemos ver la luz pese a nuestros adelantos.
41 Nuestros ojos reflejan la muerte, nuestra mirada no es significativa, siglo veinte, siglo veinte, viviendo en una sola noche desde el nacimiento hasta el fin, olvidados del futuro, esperando en la noche el alimento profano de las tinieblas, época de confusión, caos, negrura y maldad. Los jueces no están en su sitio. 57
42 Tenemos al enemigo metido como raíz en la tierra, somos nosotros mismos; vi a mi enemigo y supe vencerle. Su ignorancia despertó mis sueños y lastimó mis oídos. He ganado la batalla y he medido el infinito. El infinito es un pretexto de Dios para hacernos corto el camino.
43 El infinito, suma de vuelos de aves, es pequeño, concreto, simple, raíz entre clavícula salomónica y costilla adámica, prisionero en un rincón desconocido y limpio de la caja torácica, resonante tambor que me hace comprender a diario mi pequeñez y la magnificencia del Innombrado.
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44 Entre paréntesis, (ahora sé quién es el Innombrado, en realidad, no nos necesita, le somos tan aburridos como seres, sobre todo con nuestra vanidad tecnológica, le bastaría un gesto, solo un gesto, y el hombre con su tecnología sería la nada, como ya lo es ahora).
45 Su antipatía la confiesa él mismo, nada más que con su presencia. Es antipático por su sabiduría. La ciencia y el saber son antipáticos, el Hombre Común no los soporta. El político tampoco.
46 Es el Dios más egocéntrico que he conocido, se muerde eterno. Me lo dijo en su libro. El innombrado es escritor, multifacético hacedor de las cosas y hombres, a decir verdad, es muchas cosas, no tiene premios ni pretensiones, 59
es pacífico, ha creado un solo libro y pude leerlo, se intitula “EL LIBRO DE LA VIDA ETERNA”. Cada letra es un hombre. Me lo prestó un día sin decir nada. ¿Excéntrico? Leí y comprendí su ambición. Solo quiere que lo amemos. Nada más. ¿Y por qué no hacerlo? A veces, tenemos que ser comprensibles con los dioses.
47 Vi en su libro que no era feliz, ningún escritor de su calidad lo es, su puño temblaba de emoción cuando escribía. Los hombres temblaban.
48 El Innombrado cuenta que tuvo un hijo menos perfecto que él: Cronos. Cronos tuvo un hijo menos perfecto aún: Zeus, que tuvo un hijo medio imbécil 60
todo solucionaba por la fuerza: Heracles. Así pasó a la Historia.
49 Cuenta el libro, que nosotros, los pobrecitos hombres somos sus tatarabisnietos. (Creo que dijo tara-nietos, ya no recuerdo muy bien, hace tanto tiempo de todo esto). Tuve que decirle que sí a todo para no ofender al noble anciano que firmaba como Dios en cada capítulo de su libro.
50 ¿A quién lanzaremos nuestro grito de angustia? Somos la flor de fuego que nadie ha recogido. Somos el Verbo conjugable, y solo es perfecto el Verbo inconjugable, en nuestra oración de piedad.
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51 Necesitamos de la discusión, y de la contradicción: así nos damos la razón. Nos convertimos en humanos cultos. ¿Que parece absurdo? ¿Y no es el absurdo el principio de vida?
52 Vemos científicos buscando el origen del hombre, de las cosas y del universo... se verán de narices con el absurdo, todo lo que ellos llaman absurdo es realidad.
53 Ya te dije que conozco tus ojos. Es necesario que me busques como te he buscado algún día.
54 Todos se necesitan: el pueblo necesita un gobernante, el gobernante necesita un pueblo, 62
el hombre necesita una mujer (o más), la mujer necesita de un hombre (o más), el negro necesita del blanco, hablo de los hombres, algún día hablaré de los colores.
55 El aire regresa viento mientras huyen las claridades. Camino sobre un año, una hora, un viento, del brazo de la luna, del brazo del sol. Los Padres del anterior tiempo.
56 Mido el tiempo vertical en el abismo desesperado. El ruido monótono de una fábrica me causa asombro y placer como el de un Infinito que ha sido visto.
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57 Aquí, en el planeta tierra todo es contradictorio. Mayo, mes de la luna. Me gusta ser doble, triste y alegre, llevo todo adentro, donde nadie me ve.
58 Hoja tras hoja fui despojándote... quise ver tu alma y no la encontré. Tus hojas pesan en mis manos, caen en silencio con una sonrisa de pena. Una flor deshoja el viento con espinas de luz.
59 Nunca me he visto más humano, soy un complejo y un sentimiento, una fobia y una virtud. La virtud es una regeneración del pasado. 64
60 Hoja tras hoja fui despojándote, quise encontrar tu alma y no la encontré. ¿A dónde se fue?... No puedo entender mi vuelo.
61 Soy el corazón que no amanece, concierto de aves. Soy el universo entero.
62 Dentro de ese universo tengo mi mundo, mi todo y mi nada, y tú y yo y él y ella, somos un mundo aparte. Sufren mis alas viajeras cuando sufre el hombre que busca corazones abiertos, en toda Institución abren las puertas solo los que están abajo, los que están arriba tienen secretarias 65
que muestran su belleza y guardias a puertas cerradas, testigos mudos de la burocracia.
63 Lloran mis costados. Mala suerte impresa en la frente como nuevo enigma cristiano hecho a base de teorías sobre burocratización de la muerte.
64 Mi destino arranca inmisericorde sueños rotos de quienes aprendieron lecciones para vivir, lecciones para morir.
65 Qué aprender más ¡¡si somos tan sabios!! como para destruir el mundo.
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66 El saber nos resulta un simple producto del arquetipo humano en un mundo mágico de pesadilla que desordena el Cosmos y al Hombre Universal.
67 Mmmm... No me pidas consejo, ¿quién mejor que tú mismo, para velar por ti? No me digas que no sabes porque es mentira, solo descubre tu verdad y tendrás las respuestas a todas tus preguntas. El que pregunta sabe la respuesta.
68 ¿Y tu Humanidad?... en tus manos tenías al Hermano Mayor y lo abandonaste.
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69 ¿A quién crees que dijo “Elí, Elí, Lamma Sabactani”?... A Elías no era, sino a ti.
70 Tu sombra Humanidad, tu sombra es ignoto infinito que no se aparta de mi sombra. Mi boca mastica tu sedicioso nombre. Eres humana Humanidad, mi hermano Mayor era divino y no lo comprendiste.
71 Yo lo comprendo, soy humano como todos los Hermanos de la Orden de Dios, pero a mis congéneres hombres, no los entiendo, la estupidez es su regla general.
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72 Al contemplar los cielos oí la voz de los truenos mezclado con el canto de las aves. Oí el murmurar de los manantiales...
73 No es necesario buscar el ardid y la astucia para ofender al cuerpo. Me defiendo. ¿Y no es eso vivir? ¿No es la vida una constante acusación? ¿Una eterna defensa? Evático círculo vicioso.
74 ¿Por qué entonces vino el Hermano Mayor si no fue tan humano? Pobre hermano Cristo.
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75 Son aguas cristalinas los días en que arrojé mi pañuelo de pupila e ilusiones.
76 Son negras noches las arañas en que arrojé la loza de los ensueños.
77 Si tú fueras asesino mete tu puñal en mi llaga si tanto te place, pero no huyas...
78 Nadie puede condenar a nadie por lo que hizo antes del tiempo. Ahora no.
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79 Estos andrajosos brazos son de hijo pródigo que espera el eterno retorno, dicen que el que ha de venir llegó y unirá los pensamientos, noble actitud, porque hoy es de piedra la iglesia, mañana será tierra de los humildes. Es necesario errar para que venga el Santo de los pies descalzos, y predicar la unidad.
80 Duele que la hipocresía otorgue vida y ritmo a este pobre mundo aburrido. ¿Qué sería del género humano si tú faltaras y todos fueran santos?
81 Como un sueño aparte jugaba con la Señora Muerte de pequeño, y muchas veces la tuve entre mis brazos.
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Me prestaba sus costillas sonajeras de donde surgían melodías. Sonaban cual tambores de la noche. Un día... vi la sangre en sus ojos... Mi alma quedó espantada, suspendida en sus brazos de hueso.
82 Es ridícula esta forma de vivir, pero la vida y las palabras son necesarias para los seres humanos, los humanos nos distinguimos por habladores, las palabras son necesarias para mí y para ti; amén te eduques con mi voz.
83 Los animales tienen su lenguaje, por eso entiendo sus necesidades. Generalmente el hombre es un simple animal de apetitos sexuales razonados.
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84 ...terruño fecundo hecho de raíces en mis manos, vacías; deja caer las rosas en mi izquierda, las espinas en mi derecha... llora terruño, que viene de la noche...
85 No me busques si quieres conocerme. Estoy en tu delante, me estas pisando. ¿ves?, soy la tierra, el pasto, el estiércol la tumba y la fuente de la vida.
86 Dijo un verso: Soy una lágrima de madre a la muerte de sus hijos. Puedo ser tu hijo muerto si me permites. 73
87 Todo se llega a ser; incluso un animal detestable. Los animales no nos quieren porque presienten nuestro caos, nuestro universo, sumergido en la podredumbre de nuestro pensamiento.
88 Somos animales detestables llenos de prejuicios mentales, religiosos, sociales, morales, políticos, históricos, psicológicos. El orden no importa en el caos. Animales.
89 Tres cosas me dieron a elegir: VIDA, MUERTE, 74
ETERNIDAD, las tres llenas de amargura y gloria. ¿Cuál elegir...?
90 A veces me llaman Hombre, no es raro entonces que digan: —Ha pecado, es culpable... Pero en realidad, tú no necesitas saber nada del pecador.
91 Necesitas de esta piedra que estás pisando. ¿Donde pisarías si no fuera de piedra y tierra?
92 Apoya tus pies en mi dureza... revuélcate en mi libertad de barro cocido...
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Libertad... Libertad...
93 Llevo los cantos del espacio... Sonrisas eternas invisibles, intocables, de voces que no se ven. Luz. Esta carne no es mía, estos huesos no son míos. Pero Yo Soy, el tiempo no hizo mella en los ojos de mi espíritu.
94 Veo que me conoces un poco más. No es difícil; pero... podrías conocerme mejor.
95 ¿Puede tu mente descubrir lo que es una sonrisa...? 76
No la descubras, siéntela... es la Luz. Al sentirla verás que todo tiene forma y fondo. Verás las cosas gracias a la luz, no la del sol parásito, que no ve nada. Sólo ilumina superficies.
96 El fondo de las cosas las ilumina cada uno de nosotros, puedes iluminar tú. Somos la Luz. Soy la Luz. Los soles que tú verás serán siempre iguales.
97 La verdad está en mis ojos, en tus ojos, no en los del cuerpo, que son imperfectos.
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98 ...apunta tus arcos sobre los falsos profetas, sofistas que se disputan la fama...
99 He visto el infinito y lo he devorado, todos somos el infinito y un poco más. Lo he digerido y excrementado como el estiércol.
100 Lágrimas de silencio en riscos señeros de recuerdos; donde te estrellas mar, donde tengo silencio.
101 Puedes decir que me has encontrado un solo momento, ¿te das cuenta?, necesitabas conversar unos instantes, ¿verdad? 78
102 Por las dudas: ¿no necesitas un Dios? Puedo ofrecerte uno si quieres. Gratis. ¿Quieres un Dios bondadoso o uno enérgico? (Como el de la Biblia, que es un Dios muy serio. Manda sus profetas, testigos y promesas, y hasta un hijo nos manda, encima castigo).
103 Decía que si quieres un Dios, Soy Islam, Veda, Mahometano, Budista, Cura sin hábito, y hasta ateo por momentos.
104 Sigo los pasos del Alcorán, de la Biblia, del libro de los Mormones, (el libro de los mormones me gusta por sus fantasías). 79
105 Hablo como Zoroastro, como Siddhartha Gautama Sakia Muni. Escoge y aprende, Dios es uno solo y religiones muchas. No hablo con los dioses de católicos, protestantes, sabatinos, adventistas. Hablo con Dios. El de ellos no se siente, te lo hacen sentir... Lo he buscado en el infinito y no lo encontré.
106 Hablo con Dios... estaba en un rincón de mi humanidad. No me pedía sacrificios... solo que comprenda a este universo para entender su mensaje.
107 Solo la ficción del hombre pide recompensas. Y muchos de los que viven lo hacen gracias a las limosnas para Dios. 80
108 Ten fe y cumple contigo mismo, eso ya es bastante difícil, luego aprende de tus propias enseñanzas. Si así caminaras dos pasos sin amor, no crecerá el pasto donde pisaste.
109 Tiempo, ¡¡¡qué siglo más largo!!! Mujeres de esculturales vaivenes, en las calles muertas de Grecia antigua. Estrellas del saludo sonriente.
110 Un día, en aquellos tiempos, vi una mujer desnuda de bustos y muslos firmes. Recordé que hace novecientos mil años vi otra igual. Y comprendí lo que es la desnudez, el significado del vestuario. 81
Mi traje es sociedad y se ensucia rápido.
111 Hoy, esquina nada a medias, solo contemplo desnudeces, desnudos no hay condiciones sociales, desnúdate nuevamente, mujer, y aprende una cosa: somos sociedad, y es singular, entonces, ¿por qué lo divides? Alguna vez has oído decir “La sociedad de Juan Pérez”. ¿No es absurdo eso?
112 La soledad tiene garras, manos de cactus que estrechan el corazón y estiran el universo. Piensa y actúa, actúa y piensa lo que has actuado.
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113 Soy el pensamiento y basta. Es más difícil conocerse a sí mismo que juzgar a los demás pretendiendo conocerlos.
114 Yo soy la Humanidad con sus vicios, complejos y pecados, temores y virtudes.
115 No te asustes si hoy peco y mañana leo libros escritos por la mano de Dios. La lógica del Hombre no es la lógica de Dios.
116 Se secan los mares, se secan los ríos, se secan los lagos sagrados, se seca el infinito... 83
Dios no tiene dedos; los perdió cuando modelaba la inteligencia del hombre. Un poco antes de Adán, hablando gastronómicamente, el hombre se comió los dedos de Dios.
117 Y Dios contrató un Arcángel que decía saber escribir: y lo nombró como “Escribano oficial del cielo”, era tan creído como un periodista y tan inútil como un empleado público. ¡¡¡Dios lo mandó al diablo!!!
118 Te estrellas, mar, en remojo de lágrimas, donde tengo mis silencios en remojo de recuerdos. Este mundo está lleno de calamidades, es bello, 84
descansa, recuéstate en el regazo del amor...
119 Soy tu hijo y tu padre, tu nieto o tu abuelo. Tengo madre e hijos, soy normal, soy la gran familia compuesta de flores y porquerías. Ahí está lo perfecto, en la mezcla, Humanidad, tienes que aprender a separar lo bueno de lo malo. Y que la balanza marque igualdad.
120 Hoy conforme ayer, cada cien años si quieres o mil si prefieres —el tiempo ya no tiene importancia—, voy perfeccionando cada vez más.
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121 De la eternidad antes del hombre, fui creado por mi padre y educado por mi hermano mayor; eran bondadosos y me arrodillé ante tanta sabiduría.
122 Allí aprendí a orar: Lágrimas de silencio, hoy conforme ayer en riscos señeros de recuerdos, ayes de hoy, en la mañana.
123 Soy un mercado por dentro. Mas, para entrar en él deja tu nombre y dinero afuera.
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124 No tengo vendedores que quieren tu bolsa, ni compradores que regateen los precios. Saca lo que quieras y ve tranquilo. Te has cansado ¿verdad?
125 Di todo lo que quieras; tengo aún tiempo para escucharte. A ti solo, a ti sola, luego iré a escuchar a otros, vengo cada cien años, o mil si se prefiere, y cada otros tantos me voy...
126 Y nuevamente los diciembres se mueren solos.
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