TEXTOS Y DISCURSOS DE ESPECIALIDAD EL ESPAÑOL DE LOS NEGOCIOS
FORO HISPÁNICO. REVISTA HISPÁNICA DE FLANDES Y HOLANDA núm. 26, agosto de 2004 Consejo de dirección: Patrick Collard (Universidad de Gante) Nicole Delbecque (Universidad de Lovaina) Rita De Maeseneer (Universidad de Amberes) Hub. Hermans (Universidad de Groninga) Francisco Lasarte (Universidad de Utrecht) Luz Rodríguez (Universidad de Leiden ) Maarten Steenmeijer (Universidad de Nimega) Redacción de este número: Andreu van Hooft Comajuncosas Secretaria de redacción: María Eugenia Ocampo y Vilas Toda correspondencia relacionada con la redacción de la revista debe dirigirse a: T.a.v. María Eugenia Ocampo y Vilas - Foro Hispánico Departement Letterkunde (Romaanse Talen) Universiteit Antwerpen - Campus Drie Eiken Universiteitsplein 1 B-2610 Wilrijk Bélgica Suscripciones y administración: Editions Rodopi B.V. Toda correspondencia administrativa debe dirigirse a: Tijnmuiden 7 1046 AK Amsterdam Países Bajos Tel. +31-20-6114821 Fax +31-20-4472979 Diseño y maqueta: Editions Rodopi ISSN: 0925-8620
TEXTOS Y DISCURSOS DE ESPECIALIDAD EL ESPAÑOL DE LOS NEGOCIOS
Bajo la dirección de Andreu van Hooft Comajuncosas
Amsterdam - New York, NY 2004
All titles in the Foro Hispánico (from 2002 onwards) are available online: See www.rodopi.nl Electronic access is included in print subscriptions. The paper on which this book is printed meets the requirements of “ISO 9706:1994, Information and documentation - Paper for documents Requirements for permanence”. ISBN: 90-420-1982-4 ©Editions Rodopi B.V., Amsterdam - New York, NY 2004 Printed in The Netherlands
ÍNDICE ESTUDIOS: Textos y discursos de especialidad: el español de los negocios -
Andreu van Hooft Comajuncosas Introducción y presentación
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María Teresa Cabré ¿Lenguajes especializados o lenguajes para propósitos específicos?
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Blanca Aguirre Beltrán Perspectivas de la enseñanza y aprendizaje del español de los negocios
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Daniel Cassany Explorando los discursos de las organizaciones
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Maria Vittoria Calvi El lenguaje del turismo en las páginas web de los paradores
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Kris Buyse, Patricia Muñoz Tavira, Eugeen Roegist y Anne Vandenberghe El proyecto ElektraVoc-II: hacia un léxico económico español en soporte electrónico
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Pedro Barros García, María del Pilar López García y Jerónimo Morales Cabezas El español para la comunicación bancaria: propuesta didáctico-metodológica
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Ángel M. Felices Lago Parámetros para la orientación temática en el discurso prototípico de la economía sectorial
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ARTÍCULO-RESEÑA -
Danny Masschelein Sobre M. Hummel, Der Grundwert des spanischen Subjunktivs y W. Nowikow, La alternancia de los modos Indicativo y Subjuntivo en las cláusulas subordinadas sustantivas
COLABORAN
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Andreu van Hooft Comajuncosas Universiteit Nijmegen (Nimega) INTRODUCCIÓN Y PRESENTACIÓN
La relevancia y el impacto de los discursos y textos persuasivos e instructivos y el de las imágenes que pueden acompañarlos, usados por empresas y organizaciones fueron agudamente e irónicamente señalados por Tristán Tzara (1917) en la serie de manifiestos dada publicados entre los años 1917 y 1922. En estos manifiestos, resuenan los ecos de las palabras usadas en dichos discursos y textos de especialidad. Tzara toma prestadas esas palabras e imposta el tono y estilo originales de tal modo que esos ecos sonarán distorsionados. La intuición de que los mensajes emitidos por empresas y organizaciones estatales y no estatales configurarán una parte importante de los actos comunicativos de las sociedades industrial, comercial e informática en detrimento de otros discursos y textos como, por ejemplo, el literario queda plasmada en el ‘persiflage’, la exageración y deformación de expresiones como: “señoras y señores compren entren compren y no lean verán...” (Tzara 1983: 55)” o “¡soy como ustedes! Quería hacerme un poco de publicidad” (Tzara: 33). O en aquel otro texto instructivo presentado en el ‘Séptimo Manifiesto’ en el que se presenta el procedimiento, los pasos, que deben seguirse ‘para hacer un poema dadaísta’. (Tzara: 50) Desde las artes plásticas, Marcel Duchamp desafiará y desmontará el canon artístico de principios de siglo XX al presentar como alternativa al arte vigente de la época sus ‘ready made’: la funda de una maquina de escribir Underwood (Duchamp 1916), o la percha invertida titulada Trébuchet (Duchamp 1917a) o su conocida Fountain (Duchamp 1917b) firmada por su heterónimo R. Mutt. Estas obras reutilizan esos productos despersonalizados, esos objetos anónimos y repetidos hasta la saciedad por los sistemas de producción en serie. Objetos que serán, paradójicamente, singularizados a través de la mirada del artista, descolocados por la perspectiva y la posición que toma el individuo que los mira. Duchamp selecciona y saca del contexto inmediato y práctico esos materiales. Los desplaza y los introduce en espacios extraños y ajenos para los que no habían sido fabricados originariamente. La exposición de esos objetos encontrados en muestras y galerías de arte pone en tela de juicio esa única función práctica de los mismos y de rebote la función del arte. Más tarde, otros introducirán dichas obras en los museos y libros de historia del arte consumándose de esta manera el reconocimiento y la asimi-
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lación de la operación crítica de renovación ética y estética propuesta por Duchamp. En los años sesenta y desde la corriente del ‘Pop Art’, Andy Warhol incidirá en este proceso de crítica que dadaístas, surrealistas y demás vanguardias iniciaron a principios del siglo XX. Y señala de nuevo la ausencia o la fragilidad de los límites que separan el arte, los objetos artísticos, del resto de objetos producidos y consumidos en masa por las sociedades modernas. En su conocido cuadro en el que aparece una reproducción magnificada del bote de sopa de tomate Campbell’s, el continente –el bote de hoja de lata, la etiqueta– y el contenido –la sopa producida industrialmente– son transformados en icono singular, en símbolo de la sociedad de consumo. El artista, al igual que el consumidor, pone la mirada y selecciona los objetos preexistentes, ofrecidos y expuestos en escaparates y estanterías de tiendas, supermercados y centros comerciales. Pero a diferencia del segundo, el primero no sólo consume pero sobre todo y también cuestiona su función, el ‘status’ de ambos objetos. Planteando de esta manera el problema de la ambivalencia de una y otra realidad. Y marcando la zona gris que separa ambos objetos, la copia del original, la reproducción del referente, la obra de arte singular del bote de sopa incontable. El artista denuncia y critica la función del arte, la suya propia y la del espectador, en esa parte del mundo caracterizada, como dijera W. Benjamin, por la reproducción técnica. Junto a las imágenes, las palabras. La producción y el consumo en masa generan un sinfín de textos e imágenes que invaden los espacios públicos y privados, el mundo del ocio y el mundo del negocio. En México, durante los años 50 y desde la literatura, Juan José Arreola en su Confabulario (1952) utilizará el pastiche y descolocará el lenguaje de la publicidad en, por ejemplo, Anuncio. El discurso instructivo propio de los folletos y manuales de uso que suelen aparecer junto a los electrodomésticos y demás productos y servicios, corre una suerte parecida y será usado burlescamente en Baby H.P. En estas narraciones breves, los usos persuasivo e instructivo del lenguaje son enderezados por el escritor y convertidos en una fina astracanada crítica de la sociedad de consumo: “Señora ama de casa: convierta usted en fuerza motriz la vitalidad de sus niños. Ya tenemos a la venta el maravillosos H.P., un aparato que está llamado a revolucionar la economía.” (Arreola 1972: 63) El arte y la literatura toman como tema los objetos y el lenguaje de los negocios y los transforman en ocio crítico. Desde otras épocas y lenguas diferentes, desde otros ámbitos de acción y tomando una perspectiva histórica hallaremos documentos de especialidad motivados por las necesidades prácticas de viajeros, pioneros, descubridores o invasores de otras tierras y pueblos. En el mejor de los casos, los viajes y los encuentros entre pueblos motivan la necesidad de fijar los nuevos mundos y palabras descubiertos en documentos. Los libros de viaje, los mapas y hojas de ruta con las descripciones de accidentes geográficos y los glosarios de voces relacionadas con actividades como el intercambio de bienes y servicios, las técnicas necesarias para llevar a cabo esas empresas son herramientas indispensables para sobrevivir en mundos ajenos y desconocidos. Así en 1863 8
y en lengua inglesa se publica el Dictionary of the Chinook jargon, or, Trade language of Oregon, donde Gibbs recopila las voces usadas por los miembros de la tribu india de los Chinook cuya jerga se extendió y fue usada desde Yukon a California por un grupo variopinto de comerciantes, bucaneros, tramperos y viajantes. (Thomas 1970) Los textos de especialidad también se plasman en una serie de documentos instructivos relacionados, por ejemplo, con las técnicas, artes y ciencia de navegar, la construcción de naves y otros instrumentos utilizados en aquellos viajes. En este sentido y en el ámbito hispánico, J. P. Basterrechea (1997) reivindica la importancia de los documentos en lengua española escritos en el siglo XVI sobre las artes y la ciencia de la navegación. La trascendencia de estos textos no literarios queda además demostrada, como indica Basterrechea, por las traducciones de los mismos a la lengua inglesa realizadas en aquella época. E. Martinell (1988) incide en el tema situando y trazando el efecto del descubrimiento y la conquista de América en la lengua española. La necesidad de aprender esas y otras palabras queda fijada también en los primeros libros de aprendizaje del castellano que se conocen y que datan del XVI, tal y como informa M. Llobera (2001). Este mismo autor cita el trabajo de John Misheu (Londres, 1623) como ejemplo de cómo se intentaban satisfacer por aquel entonces las “necesidades comunicativas supuestas de los comerciantes y viajeros que se desplazaban a Flandes, Inglaterra o España”. E indicará que aquellos primeros proto métodos de aprendizaje de lenguas extranjeras “son libros organizados alrededor de situaciones tales como levantarse [...] Los objetivos de la escritura están muy claros –contratos, modelos de letras de cambio, [...]”. (Llobera 2001: 14) Las respuestas de las academias de humanidades, la atención dada por filólogos, documentalistas y lingüistas consistió, por un lado, en la recuperación, mantenimiento de los documentos y, por otro lado, la composición diccionarios. Esta tarea lexicográfica que sigue la tradición de los primeros glosarios antes mencionados, se localiza ya en el Diccionario universal del comercio, de la banca, de las manufacturas y de las mercaderías (Ardoni, 1845-1846) o el Diccionario de la vida práctica indispensable en el campo y en la ciudad: Contiene noticias, preceptos y recetas de fácil ejecución sobre... Economía doméstica: Economía rural... Industria y comercio: Hacienda... Legislación y administración: Religión y educación... Ilustrado con numerosos grabados. (Sánchez y Rubio 1899) En la actualidad, dichas necesidades las cubren otras obras como el Diccionario de economía y finanzas de R. Tamames (1998), el Diccionario empresarial capital (1998) o los trabajos de nuevo cuño como los diccionarios, corpora y bases de datos digitalizados que pueden consultarse a través de Internet, sirvan de muestra el Corpus de Referencia del Español Actual (CREA) y el Corpus Diacrónico del Español (CORDE) ambos de la RAE. Esta labor lexicográfica práctica se complementa con trabajos teóricos, de fijación de límites, definición de conceptos, asentamiento de bases metodológicas y aplicaciones prácticas. En lengua española es indispensable y de referencia obligada el volumen que M. T. Cabré (1993) ha dedicado a la terminología.
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El paso al estudio del discurso y del texto se dará durante los años 60. Es cuando Roland Barthes (1964) en sus Elementos de Semiología aboga por ampliar el espectro de textos objeto de estudio por parte de lingüistas y literatos. Y plantea la pertinencia de estudiar otros textos generados por nuestras sociedades modernas. Así y cuando comenta los aspectos metodológicos para la elección y delimitación de un corpus textual, elige como ejemplo las “cartas de los menús” que se ofrecen en los restaurantes. La ciencia de la lengua pone su punto de mira en aquellos objetos y textos cotidianos emitidos por profesionales. El investigador sigue los hechos históricos de su tiempo, el presente se transforma en objeto de estudio. Los textos y discursos de ámbitos como el de la economía y las finanzas, la administración pública, la judicatura, la publicidad, la actividad mercantil y profesional, las relaciones comerciales y económicas, la compra y venta, el consumo, la comunicación externa e interna serán objeto de estudio. La atención y el interés que dichos documentos despiertan viene motivada por el impacto, el volumen y el desarrollo de los medios de comunicación de masas y la red Internet que, como muy bien indica Marcos Marín, generan una avalancha de información que comporta un cambio del canon de la lengua escrita. El cambio es de tal magnitud que “la lengua escrita (y, por tanto, también leída) ya no es la lengua literaria, más cuidada, sujeta a convenciones retóricas tradicionales”. (Marcos Marín 2000: 140) La lengua usada en la radio, la televisión, Internet, revistas y periódicos, contratos, leyes, folletos, manuales de uso y prospectos es parte de esa ingente variedad de discursos que se expresan a través de una muy amplio y diverso abanico de géneros y subgéneros textuales y orales. (véase Marín 1983, Swales 1990; Bathia 1993) Como afirma A. Schriver (1995: 5) estos textos nos deberían ayudar a aprender a comportarnos en las tareas diarias sea como profesionales, ciudadanos, sea como clientes, usuarios, y, así dar sentido a nuestra vida cotidiana. Los textos y discurso producidos por y en los ámbitos de acción humana como el diseño industrial, la moda, los negocios, la ciencia y la tecnología encontrarán en la disciplina de reciente cuño Document Design el paradigma científico que prestará atención a dichos textos y discursos. Esta nueva disciplina se caracteriza por un enfoque interdisciplinar y por dar atención tanto a los mensajes como a los emisores y receptores de dichos mensajes. En Document Design se entrelazan diversas ciencias: desde la lingüística y sus diferentes ramas, como, por ejemplo, la terminología, la pragmática, la sociolingüística, la lingüística del texto, la lingüística aplicada, los paradigmas clásicos ofrecidos por la retórica y la poética, pasando por las teorías de la recepción y la percepción, la semiología y semiótica, sociología y antropología. El carácter interdisciplinar además se complementa con una aplicación de métodos que van desde el estudio de caso de enfoque cualitativo, a las investigaciones experimentales de carácter cuantitativo, del análisis de corpus a, por ejemplo, los análisis de necesidades y recepción. C. Jansen (1999: 3) caracteriza esta disciplina como una rama de la ciencia cuyo dominio teórico y práctico tiene como objetivo el análisis y la creación de documentos comprensivos, persuasivos y funcionales según las necesidades de las organiza10
ciones profesionales, los clientes y ciudadanos. Las variables estudiadas conciernen, por ejemplo, al contenido, la estructura, la forma, el estilo, la audiencia, el impacto, la efectividad de los mensajes emitidos y publicados. Desde un punto de vista histórico y como ejemplo significativo de este “nuevo” enfoque y en tanto que trabajo ‘avant la lettre’, cito aquí el estudio fundamental, el primer estudio monográfico, dedicado al discurso de la publicidad basado en el análisis de un corpus de textos publicitarios reales titulado English in Advertising. A Linguistic Study of advertising in Great Britain. (Leech 1966) En lengua castellana, uno de los primeros trabajos que dedica atención y analiza de forma sistemática el lenguaje de la publicidad se debe a Cardona y Fernández Berasarte (1972). Ambos trabajos son los primeros pasos serios en el estudio y análisis desde un enfoque lingüístico de uno de los discursos más presentes e influyentes en la actualidad. Un discurso que afecta a los ámbitos del comercio, los negocios, la estética. Un discurso que pretende influir en el comportamiento de los individuos y se erige como referencia de los sistemas de creencias y valores de los consumidores. Un discurso que mueve un ingente volumen económico. Y posiblemente por todo ello una de las variedades más estudiadas hasta el presente. En lengua española, también han recibido más o menos atención otros textos y discursos de especialidad. Así sin querer ser exhaustivos, han sido estudiados los discursos de la política, el turismo, el periodismo y el deporte. También el lenguaje jurídico y administrativo ha sido objeto de especial atención. El cambio político en España y la democracia exigen otros contenidos y otras formas. Así y desde la misma administración del estado se redactan la Orden Ministerial de 7 de julio de 1986 en la que se predicen las reglas de claridad y concisión, y la publicación de un Manual de estilo del lenguaje administrativo, publicado en 1990. Ambas fuentes jurídicas intentan solucionar la herencia del obsoleto lenguaje jurídico-administrativo de la dictadura. El proceso de normalización del lenguaje administrativo tiene su continuación, como informa Martínez Martín (1997: 228), en la publicación en 1994 del Manual de documentos administrativos. Desde los estudios filológicos, el primer estudio descriptivo sobre el lenguaje jurídico y administrativo, basado en un análisis de una muestra de un corpus textual sacada de El Boletín Oficial del Estado, fue realizado por L. Calvo Ramos en 1986. Esta labor pionera y estudio han sido retomados en otros trabajos como los de G. Salvador, C. Duarte i Montserrat y M. Martínez Baragueño donde se discuten las elecciones, aciertos y errores que según los distintos autores han tenido lugar en el proceso de modernización y normalización del lenguaje administrativo español iniciado en las publicaciones ministeriales arriba indicadas. Para ampliar el panorama aquí esbozado, para recabar más información sobre los estudios y trabajos realizados en este campo, remito al lector interesado al artículos de J. Martínez Marín (1997) y para adentrarse en los entresijos de los rasgos lingüísticos característicos del lenguaje jurídico-administrativo, de su formación y evolución véase el excelente trabajo de Maitena Etxebarria Arostegui (1997).
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Por lo que se refiere a los discursos y textos del español de los negocios y como precedentes de este número de Foro Hispánico, cabría destacar aquí tres vías de trabajo. La primera se correspondería con las necesidades de aprendizaje de esta variedad de la lengua española por parte de nativos o aprendices del español como segunda lengua. La labor iniciada por Blanca Aguirre y Consuelo Hernández (1987) tiene su continuidad en los recientes trabajos de Josefa Gómez de Enterría (2003 y 1999), Imelda Hernández (2003), Nina Moreno (2003) en cuyas propuestas didácticas las autoras reflexionan y argumentan las estrategias por ellas elegidas para enseñar el lenguaje de los negocios, comercio y la bolsa. La segunda vía viene representada por los cursos de español para los negocios como lengua extranjera de mucho más alcance y de mayor difusión que los primeros, este el caso de cursos como los de Prada y Bovet (1992), Sabater et al. (1992), Fajardo et al. (1995), Centelles (1997) o los más recientes de Ruipérez et. al. (2003) y Felices et al. (2003). La tercera vía incluiría las investigaciones de corpus o experimentales. Así, C. Jansen y A.J. van Erkel (1996) comparan un corpus de textos instructivos en neerlandés y español. Y en Calvi (2000) también encontraremos un análisis de los géneros usados en el sector turístico como los anuncios y otros textos de promoción turística, la literatura de viaje, las guías turísticas y la prensa turística. L. Fant (1996) analiza y compara la regularización conversacional en el discurso oral de las negociaciones y compara las pautas mexicanas y españolas. A Hans Hoeken et al. (2003) se debe una investigación experimental ‘cross-cultural’ en la que se han analizado si las diferencias en cuanto a la reducción de incertidumbre deben ser consideradas cuando se quiere presentar anuncios en España, Francia, Holanda y Bélgica. Podemos concluir que en el ámbito de la lengua española los trabajos comentados arriba apuntan básicamente hacia las mismas tendencias en el desarrollo de esta área de estudio observadas por Harris y Bargiela-Chiappini (2003) para el ámbito de lengua inglesa: 1. La conveniencia de formular y encontrar una teoría estándar aceptada por una mayoría de los investigadores. 2. La relevancia de continuar el análisis de corpus de textos especializados reales ya iniciado y analizar dichos textos y discursos orales a todos los niveles de la lengua desde enfoques pragmáticos y funcionales para averiguar y tipificar mejor las características de estos mismos textos. El incremento del uso de nuevos medios, el análisis y el impacto de dichos medios en los textos y el lenguaje oral de los negocios reforzarían dicha relevancia. 3. La tarea no menos sustancial de realizar de análisis de la recepción de estos textos y discursos especializados ya sea desde una perspectiva monocultural o crosscultural. Tarea motivada por a la creciente necesidad del estudio del lenguaje en situaciones multilingües e interculturales.
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En esta encrucijada de dominios científicos y ámbitos de actuación situaríamos los mensajes de los negocios y este número de Foro Hispánico. Como se puede leer, proponemos una definición amplia que incluye todas aquellas actuaciones lingüísticas realizadas por profesionales pertenecientes a empresas y organizaciones u otras personas afines o relacionadas con las primeras cuando se comunican entre sí, con otras instituciones, o con particulares o como resultado de las necesidades de todos los involucrados en estos procesos comunicativos. Procesos comunicativos que responden a necesidades y que se expresan tanto a través de la comunicación interna como la comunicación externa de dichas organizaciones tanto de forma oral como escrita. Estas necesidades estarán relacionadas directa e indirectamente con la compra, venta o cambio de géneros y servicios para obtener ganancias o mejorar determinadas situaciones. (cfr. Tamames 1993: 293) Encontrará el lector en este número de Foro Hispánico seis trabajos que van desde la reflexión teórica, la definición y limitación, la pertinencia o no de los límites de los conceptos de lenguas de especialidad y lenguajes para propósitos específicos; pasando por un panorama de la enseñaza del español de los negocios como segunda lengua, la presentación de un marco que sitúa y perfila los discursos de las organizaciones, una muestra de análisis de corpus del lenguaje del turismo, una aplicación informática en el campo de la lexicografía de la economía, a dos propuestas didácticas: una sobre el lenguaje del sector bancario y la otra sobre el lenguaje de la economía española y latinoamericana. María Teresa Cabré abre el diálogo con una reflexión teórica, en la que después de constatar el importante crecimiento de especialistas dedicados al estudio y la aplicación de los lenguajes especializados como respuesta a la demanda de las sociedades modernas, propone hacer una lectura crítica, redefinir y delimitar las nociones de lenguajes especializados y lenguajes para propósitos específicos. M. T. Cabré toma posición y afirma que ‘considera los lenguajes de especialidad como subconjuntos virtuales del lenguaje concebido como un código global que se actualizan en determinadas circunstancias comunicativas’. Para después pasar a discutir la oportunidad o no de la aplicación del adjetivo especializado al lenguaje. Y a continuación delimitar la denominación de lenguajes para propósitos específicos como expresión usada fundamentalmente en el ámbito de la enseñanza y aprendizaje de lenguas primeras y segundas. Otro punto problemático que aborda la investigadora es el de los límites entre lo especializado y lo no especializado y las posiciones sobre lo qué se entiende por lengua de especialidad. También en esta discusión Cabré toma posición y propone, frente a las otras soluciones, la denominación de ‘discurso especializado’. Por último, la autora plantea una serie de directrices y bases temático-metodológicas que pueden funcionar como marco para la elaboración de programas para la adquisición y el desarrollo de la competencia comunicativa en el ‘mundo de los negocios’. Blanca Aguirre ofrece un estado de la cuestión sobre la enseñanza y aprendizaje del español de los negocios. Repasa las razones históricas, socia13
les, económicas y de progreso tecnológico que han motivado la creciente demanda de estudios, especialistas y personas que dominen idiomas extranjeros por parte de empresas y organizaciones. La autora se centra en el desarrollo y crecimiento del español de los negocios en los últimos veinte años y relaciona las iniciativas institucionales y profesionales para la difusión de la lengua española y esta variedad del español. Sigue con la descripción de propuestas didácticas sobre el aprendizaje de lenguas extranjeras, en general, y el español para fines específicos y como segunda lengua en particular. Expone los diversos enfoques para el estudio del español de los negocios y acota la noción de lengua especializada. Indica la dificultad epistemológica para separar lo general de lo específico y subraya la importancia del enfoque funcional y comunicativo para diseñar programas de español para la comunicación profesional. Cierra su artículo resaltando la creciente importancia del idioma español en el contexto internacional y subraya el papel determinante de MERCOSUR y el lugar que ocupa el español en Brasil y Estados Unidos en el desarrollo del idioma español y sus variedades. En su artículo, Daniel Cassany plantea la relevancia y actualidad del estudio del discurso de las organizaciones y ofrece unas bases conceptuales y metodológicas para entender mejor y aproximarse con más claridad a la comunicación de las organizaciones. El investigador traza un mapa detallado de las orientaciones y líneas de investigación realizadas desde distintas perspectivas como la política, la publicidad, el marketing, la sociología o en ámbitos de acción como las mismas empresas y las organizaciones estatales. Pasa revisión a los trabajos realizados en el ámbito de la escritura técnica y empresarial. Y a continuación expone una tipología de los textos utilizados en las organizaciones a partir de un organigrama. Caracteriza y describe la complejidad del discurso de las organizaciones y distingue cuatro tipos funcionales de comunicación: el técnico-científico, el organizativo, el comercial y el protocolario. En la tercera parte de su colaboración, el autor plantea una tipología y describe los discursos y textos de las organizaciones en función del foco a partir del cual se plantean las actividades comunicativas. Por último, enumera y describe una serie de trabajos relacionados con las posibles intervenciones en los distintos ámbitos de una organización por parte de los lingüistas o especialistas en la comunicación de las organizaciones. Este es el caso de, por ejemplo, la redacción de manuales de estilo de las empresas, la regularización y estandarización de los textos y discursos empresariales o la asesoría comunicativa a departamentos como el de recursos humanos. Maria Vittoria Calvi sitúa el lenguaje del turismo en el marco de las lenguas para fines específicos, lo define y plantea las dificultades de ambas tareas. A continuación ofrece una caracterización del lenguaje del turismo y sus textos. La investigadora recurre al concepto de género textual para delimitar su aproximación teórica y plantear el enfoque de su análisis. A su vez, la noción de género textual permite fijar el corpus de textos que serán objeto de estudio en su artículo: los portales o páginas de la red de Internet de los Paradores Nacionales. La elección de este género como ejemplo significativo de un discurso profesional que se dirige a un público general posibilita, a su 14
vez, formar un corpus homogéneo y representativo. A partir de aquí, M. V. Calvi establece una exhaustiva y válida caracterización de dicho género a nivel de léxico, de frase y de estructura textual. Realiza un análisis y caracterización que, en todo momento, tienen en cuenta el componente cultural y el contexto como factores que pueden determinar y explicar los valores y las connotaciones de las expresiones usadas en los portales de los Paradores Nacionales para convencer e informar a los clientes potenciales. Las repercusiones de las nuevas tecnologías, sus aplicaciones y uso en el campo de la lexicografía en el español de los negocios son expuestas por el grupo investigador de la Universidad de Amberes. En su artículo, Patricia Muñoz Tavira, Eugeen Roegist, Anne Vandenberghe ofrecen una descripción de los motivos, los objetivos y el método que han seguido para realizar el proyecto “Elektra voc-II”: una solución informática y una herramienta de apoyo didáctico y profesional para el aprendizaje del léxico económico español. Este número dedicado al español de los negocios, lo cierran dos artículos centrados en la didáctica y enseñaza del español de los negocios como segunda lengua. Así y en el trabajo ofrecido por Pedro Barros, María del Pilar López García y Jerónimo Morales encontraremos una primera parte en la que se ofrece el análisis de corpus de una serie de textos auténticos procedentes del sector bancario. El objetivo de este análisis de documentos reales es fijar las características del lenguaje de dicho sector y sentar las bases metodológicas y teóricas que permitirán a los autores, en la segunda parte de su artículo, ofrecer una propuesta de unidad didáctica para el aprendizaje del lenguaje bancario. Por último y en el artículo de Ángel Felices el lector encontrará una reflexión crítica sobre las recientes aportaciones al estudio del lenguaje de la economía y una caracterización del mismo. También aquí, el lector tomará conocimiento de los criterios y las elecciones de contenidos, forma y didáctica seguidas por el mismo autor para la redacción y composición de un manual de economía sectorial. Este manual de clara orientación temática (editado ya al ver la luz este número de Foro Hispánico, Á. Felices 2003) tiene en cuenta tanto las prácticas, textos y discurso de las variantes del español hablado y escrito en España, como el de las variantes del español hablado en los países latinoamericanos como las características culturales de dichos países. La evidencia de lo que llamamos realidad es algo escurridizo y cambiante, la evidencia de que los actos de habla también lo son se manifiesta de forma muy evidente en los textos y discursos estudiados en este número de Foro Hispánico. Los textos y discurso de especialidad, de los negocios, tienen como peculiaridad la tendencia a cambiar rápidamente y con mucha frecuencia. Esta tendencia viene además agudizada por la caducidad propia de los temas tratados o las exigencias de actualización de los soporte digitales en que aparecen dichos textos. Los documentos sobre economía o los textos que aparecen en la red de Internet son un claro exponente de ello. Este cambio continuo del que hablo es un riesgo y un reto asumidos por todos los participantes de este número 26 de Foro Hispánico. No obstante y a pesar de ser conscientes de este riesgo, los estudiosos proponen métodos de análisis e 15
intentan explicar estas realidades cambiantes. Permitiéndonos de esta manera acercarnos lo más objetivamente posible a estos hechos de lengua y ayudarnos a comprenderlos y aprenderlos mejor. Al lector le corresponde ahora determinar si hemos conseguido estos objetivos. BIBLIOGRAFÍA Aguirre, B. 2001 El Español para la comunicación profesional. En: Bordoy, M., van Hooft, A. Sequeros, A. Español para fines específicos. Actas del I CIEFE. Barcelona: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Consejería de Educación y Ciencia en Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo. 34-43. Aguirre, B. y C. Hernández 1987 Curso de español comercial. Madrid: SGEL. Ardoni, B. 1845-1846 Diccionario universal del comercio, de la banca, de las manufacturas y de las mercaderías. Málaga: Martínez de Aguilar. Arreola, J.J. 1952 Confabulario. México: Fondo de Cultura Económico. 1972 Mujeres, animales y fantasías mecánicas. Barcelona: Tusquets Editores. 1997 Narrativa completa. Madrid: Alfagura. Bhatia, V.K. 1993 Analysing Genre: Language Use in Profesional settings. Essex: Longman. Barthes, R. 1964 Éléments de sémiologie. En: Communications: école pratique des hautes études; Paris, fasc. 4; recherches sémiologiques, 91-135. Basterrechea Moreno, J.P. de 1997 Traducciones al inglés de obras españolas del arte de navegar del siglo XVI. Universidad del País Vasco. (Tesis doctoral). Cabré, M.T. 1993 La terminología. Teoría, metodología, aplicaciones. Barcelona: Antártida/ Empúries. Cardona, D. y R. Fernández Berasarte 1972 Lingüística de la publicidad: el idioma español en la publicidad. Palma de Mallorca: Ediciones de los Papeles de Son Armadans. Calvi, M.V. 2000 Il linguaggio spagnolo del turismo. Viareggio: Baroni. Centelles, A. 1997 Proyecto en español comercial. Madrid: Edinumen. Churchill, W. 1911 Beach-la-mar, the jargon or trade speech of the western Pacific. Washintong, D.C.: The Carnegie Institution of Washintong. Duchamp, M. 1916 Traveler’s Folding Item. En: Marcel Duchamp. Works from the John Mable Ringling Museum of Art Collection, (1983) Florida: John Mable Ringling Museum of Art Fundation, 24-25. 1917a Trébuchet. En: Marcel Duchamp. Works from the John Mable Ringling Museum of Art Collection, Florida: John Mable Ringling Museum of Art Fundation, 30-31. 1917b Fountain. En: Arturo Schwarz. (1988) Marcel Duchamp, la sposa... e i readymade. Milano: Electa Spa: 58. Etxebarria, M. 1997 “El lenguaje jurídico y administrativo. Propuestas para su modernización y normalización”. En: Revista Española de Lingüística. Madrid: Gredos. 1997, 341-380. Fajardo, M. et al. 1995 Marca Registrada. Madrid: Santillana.
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María Teresa Cabré Universitat Pompeu Fabra (Barcelona) ¿LENGUAJES ESPECIALIZADOS O LENGUAJES PARA PROPÓSITOS ESPECÍFICOS?1
El objetivo de este artículo de carácter general es realizar una reflexión teórica y plantear una discusión sobre los límites y la validez de los conceptos: ‘lenguajes especializados’ y ‘lenguajes para propósitos específicos’ y sus respectivas definiciones. Más concretamente, en este artículo analizamos el concepto de lenguajes de especialidad como elemento diferenciado de los lenguajes para propósitos específicos. Además, situamos los lenguajes de especialidad en el marco de la comunicación especializada y proponemos algunas estrategias para su caracterización y aplicación como elemento clave de la transmisión del conocimiento especializado. Introducción La importancia de los denominados lenguajes de especialidad o lenguajes especializados está hoy en día fuera de toda duda. Es más, el número de especialistas dedicados a su descripción y aplicación crece incesantemente. Ello obedece en nuestra opinión a tres razones: en primer lugar al nuevo papel que juega hoy la lingüística aplicada en el marco de la lingüística en general; en segundo lugar a las necesidades sociales en materia de plurilingüismo, y en tercer lugar a la importancia que la sociedad actual concede a las especialidades. Al lado de la denominación lenguajes de especialidad o lenguajes especializados, se usa la expresión lenguajes para propósitos específicos para hacer referencia a los recursos lingüísticos de todo tipo utilizados en ámbitos profesionales precisos, incluyendo en este caso las unidades pertenecientes a sistemas distintos del lenguaje natural aunque también empleadas en el ámbito en cuestión. En este texto nos proponemos analizar el concepto de lenguajes de especialidad, diferenciándolo del concepto de lenguajes para propósitos específicos, darles un estatus preciso en el marco de la comunicación especializada y proponer estrategias para su caracterización y aplicaciones partiendo de sus producciones discursivas.
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1. Lenguajes especializados o lenguajes de especialidad y lenguajes para propósitos específicos 1.1 Lenguajes especializados Las características comunicativas del mundo actual, marcadas por su carácter plurilingüe y por un grado importante de especialización, han hecho aumentar las necesidades de formación en lenguas para propósitos específicos y han abierto la puerta a hablar de lenguajes de especialidad. Pero hablar de lenguajes de especialidad en sentido literal significa abrirse a la idea de que existen códigos gramaticales distintos que se utilizan para la comunicación en determinados ámbitos, aunque esta explicación no permite aclarar si es adecuado hablar de lenguajes especializados, si es propio utilizar la denominación lenguaje o lenguajes para referirse al conjunto de recursos utilizados para hablar de determinados temas ni, en el caso de que sea propio, no aclara tampoco qué especificidad tienen estos lenguajes en relación con el lenguaje común ni qué relación mantienen con el lenguaje general o con el lenguaje común. Habitualmente el concepto de lenguajes especializados contrastados con el denominado lenguaje general2 se suele asociar a la dicotomía conocimiento general/conocimiento especializado como dos tipos diferentes de conocimiento. También en relación con los lenguajes especializados se utilizan nociones como ámbito o dominio especializado para hacer referencia a una determinada parcela de saber, o se habla de lenguajes especializados para referirse a los recursos que se utilizan en situaciones de comunicación específica y sobre temas también específicos. Pero ni existe un consenso generalizado sobre el uso del término lenguaje aplicado a los recursos usados en situaciones especializadas, ni tampoco está claro muchas veces el contenido del adjetivo especializado, en sí mismo polisémico. Y menos aun parece nítida la distinción entre lo general y lo especializado aplicado al lenguaje. Ahora bien, si se usa tan frecuentemente la denominación lenguajes especializados debe ser porque alguna idiosincrasia presentan seguramente los recursos utilizados para comunicarse en determinadas circunstancias; y, si, además, se utiliza la expresión en plural, debe ser porque la situación probablemente juega un papel discriminador en relación con los recursos empleados. Vamos a intentar aclarar primero estos conceptos. La denominación lenguajes especializados es en nuestra opinión un uso abusivo del término lenguaje. Un lenguaje3, como sinónimo de una lengua, presupone un conjunto completo y autónomo de unidades y de reglas o condiciones que describen las producciones emitidas en una situación de uso. Un lenguaje requiere siempre una gramática que lo describa, y esa gramática incluye una fonología, una morfología, una sintaxis y un léxico. Por tanto, lo que debemos preguntarnos es si el análisis del conjunto de elementos y combinaciones usados en un determinado ámbito de especialidad realmente corresponden a lo que se denomina lenguaje. Con relación al uso de la expresión lenguajes de especialidad, Quemada manifiesta: 20
La linguistique descriptive condamne les désignations de ‘langue’ technique et scientifique qui sont également impropres. Il convient plutôt de parler de vocabulaires, s’agissant d’emplois particuliers du français et de ses variétés qui font appel, pour la prononciation, la morphologie et la syntaxe, au fonds de la langue commune, caractère à partir duquel notre analyse établit des rapports fonctionnels mais non hiérarchisés. (Quemada 1978: 1146)
En nuestra opinión, y siguiendo el pensamiento de Quemada, si, en lugar de partir de una concepción apriorística de lenguajes de especialidad, observáramos la selección y características de los recursos lingüísticos utilizados en situaciones de comunicación especializada, llegaríamos a la conclusión que esta denominación solo puede utilizarse en sentido metafórico, igual que usamos la palabra lenguaje para referirnos al lenguaje de las flores o al lenguaje de las abejas. Fácilmente llegaríamos a la conclusión de que las producciones lingüísticas en situaciones de especialidad proceden del conjunto de recursos que una lengua ofrece para expresarse y comunicarse, y que solo la situación determina que se haga uso de una parte de estos recursos. ¿Qué es pues lo que ha dado pie a hablar de lenguajes de especialidad? De hecho, si partimos de una concepción de la lengua general como sistema que incluye tanto las variedades marcadas por algún criterio como las no marcadas, podemos deducir que la selección de los recursos de este sistema para comunicar una temática en una situación específica no es más que uno de los posibles registros de una lengua. Se trata en este caso de uno de sus registros funcionales, como lo serían el denominado lenguaje coloquial, o el lenguaje poético. Desde este punto de vista los lenguajes de especialidad o lenguajes especializados son registros funcionales caracterizados por una temática específica ‘tratada de determinada manera’, o mejor aún, conceptualizada de forma específica. Y todo ello producido en situaciones de comunicación en las que el emisor o los emisores son específicos (personas que han adquirido conscientemente un conocimiento especializado, fundamentalmente los especialistas de una determinada materia), el tipo de situación también lo es (fundamentalmente profesional y siempre dentro de un nivel de formalidad aunque esta formalidad admita grados distintos) y la función comunicativa que les es inherente es la informativa, sin menoscabo que cada producción use estrategias discursivas distintas. Denominaremos a estos ‘lenguajes’ especializados, discursos especializados y a los textos que producen, textos especializados. Al lado de esta concepción de las lenguas de especialidad, existen otras posiciones alternativas. No todos los especialistas comparten la idea de que los lenguajes de especialidad son registros de una lengua. Las posiciones divergentes se dan en dos sentidos contrarios: la de los que defienden que se trata de códigos completos diferenciados de la lengua general (Hoffmann 1979); y la de los que proponen que su especificidad en relación con la lengua general se reduce exclusivamente al uso de un léxico distinto. (Rondeau 1984; Rey 1979; Quemada 1978) Entre una y otra posición, sin embargo, existe una tercera vía que considera los lenguajes de especialidad como subconjuntos del lenguaje concebido como 21
un código global que se actualizan en determinadas circunstancias de comunicación. (Varantola 1986; Sager et al. 1980; Picht y Draskau 1985) Y dentro de esta posición, está la de los que postulan que estos subconjuntos son reales, y la de los que piensan, y entre ellos me incluyo, que se trata solo de subconjuntos virtuales. Ahora bien, a pesar de estas diferencias, todos coinciden en que cuando se habla de lenguajes de especialidad se trata de producciones lingüísticas sobre temas relacionados con el saber descriptivo o procedural, sobre parcelas específicas del conocimiento. Desde este punto de vista, todas las áreas científicas, técnicas o profesionales serían ámbitos de comunicación especializada. 1.2. Sobre el adjetivo especializado aplicado al lenguaje Al lado de la cuestión sobre si es o no legítimo hablar de lenguajes, el tema de los lenguajes de especialidad o lenguajes especializados plantea también el interrogante sobre qué entendemos por especializado. En nuestra opinión el adjetivo especializado nos remite a dos sentidos: a)
diferente de lo que podemos considerar general en lo que concierne a los factores comunicativos b) que trata un tema especializado, de un tema que no es de dominio común. El número de analistas del lenguaje en vivo, es decir, en situación de comunicación real, ha aumentado de forma considerable con la importancia que la pragmática ha adquirido en los modelos lingüísticos. La concepción de la gramática como un conjunto que necesariamente incluye la variación se ha asumido hoy en día de forma casi unánime. En esta línea los conceptos de gramática de la variación, competencia comunicativa, registros funcionales o variedades del lenguaje aparecen en la investigación lingüística basada en las producciones reales y preocupada por describir no solo los conocimientos de los hablantes sino también sus prácticas. En este panorama es ampliamente aceptada la propuesta ya clásica de Gregory y Carroll (1986) según la cual el hablante posee de manera natural unas variedades intrínsecas determinadas por su procedencia social, geográfica y generacional, que va ampliando a medida que aumenta su nivel de culturalización. Y al lado de las variedades dialectales centradas en las características de los hablantes, coexisten las variedades funcionales determinadas por las características de las situaciones comunicativas. Inicialmente se establecieron una serie de variables que especificaban los tipos de situaciones comunicativas: a) el canal, que ‘grosso modo’ permite distinguir las situaciones de oralidad y las de escritura con todos sus matices b) el tema, que distingue los textos especializados de los generales 22
c) el grado de formalidad entre los interlocutores, que conduce a la distinción formal-informal, y d) el propósito comunicativo o tenor funcional, que especifica los diferentes tipos de textos y la selección de estructuras sintácticas y textuales en función de las finalidades discursivas del texto: informar, evaluar, clasificar, argumentar, enumerar, describir, etc. Con el tiempo esta clasificación se ha refinado y ha perdido su carácter jerárquico. Como alternativa se ha propuesto una caracterización de las situaciones de comunicación en la que todas las variables pueden entrar en juego al mismo tiempo y cada una de ellas admite grados diferentes de la misma propiedad. Así hablamos por ejemplo de discurso oral formal e informal, de discurso especializado de alto, mediano o bajo nivel. De acuerdo con esta clasificación, un texto especializado se definiría por su desviación respecto al estándar de comunicación. Este estándar correspondería al discurso oral espontáneo, de tema no especializado, medianamente formal y de función básicamente referencial. Ahora bien, si tomamos el segundo sentido de especializado (que trata de un tema que no es de dominio común), observamos que se consideran especializados los textos que tratan de temáticas tales como las que corresponden a las titulaciones y disciplinas académicas, las técnicas y todas las actividades profesionales. Desde este punto de vista, lo que separaría lo especializado de lo no especializado sería el tema del que trata un texto. Y habitualmente así se ha considerado. Se ha postulado que es la temática la que determina el carácter especializado de un texto. De acuerdo con este criterio, un texto de física o de botánica sería automáticamente especializado, y, en contraste, un texto sobre cocina o juegos sería no especializado. En nuestra opinión, y así lo hemos ya desarrollado en Cabré (1998), la temática únicamente orienta la probabilidad, pero no es una condición ni necesaria ni suficiente para dar carácter especializado a un texto. La razón nos parece clara. Si abogamos porque solo el especialista puede ser emisor de un texto especializado, por cuanto solo conociendo un tema a fondo se puede tener un control conceptual sobre un campo de conocimiento, si creemos además que el conocimiento especializado de un campo se consolida a través del discurso entre los especialistas del campo en cuestión y que sus conceptos se establecen en el discurso (por medio de operaciones metalingüísticas explícitas o implícitas) o a través de obras de fijación del sentido de los términos (glosarios y diccionarios), parece evidente que lo que da carácter especializado a un texto no es el tema, sino la manera de tratarlo, es decir, el control sobre los contornos de los conceptos representados por los términos. Un tema será tratado como especializado solo cuando respete la conceptualización propia de un ámbito, conceptualización decidida externamente por los especialistas y compartida por la comunidad experta. Es este control, y no el tema en sí mismo, el que da carácter especializado a un texto. 23
En consecuencia, aunque de hecho un texto de física, de química o de matemáticas tenga más probabilidades de ser un texto especializado, cualquier materia o tema abordado desde este control previamente explicitado será un texto especializado desde el punto de vista de su contenido. Con ello concluimos que es el contenido, o mejor el tratamiento de este contenido, y no el tema, la condición necesaria para considerar que un texto es especializado. Al lado de la denominación lenguajes especializados se usa la expresión lenguajes para propósitos específicos para hacer referencia a los recursos lingüísticos orales y escritos (textuales, sintácticos, léxicos y morfológicos) y no lingüísticos (símbolos, fórmulas, nombres científicos, gráficos, etc.) utilizados en ámbitos profesionales precisos. Estos ámbitos incluyen una gran cantidad de situaciones de expresión y comunicación y en cada una de ellas se requieren unos recursos específicos. La denominación lenguajes para propósitos específicos se usa fundamentalmente en los ámbitos de la enseñanza-aprendizaje de lenguas porque se trata de enseñar una lengua en una situación precisa de uso. Por ello preferimos la denominación lenguas para propósitos específicos. La necesidad de enseñar los recursos utilizados en una situación profesional, en lenguas tanto extranjeras como en la lengua propia, ha dado lugar a un número muy importante de cursos de formación. Estos cursos pueden basarse en distintos criterios: a) en el colectivo profesional al que van dirigidos b) en el tema del que tratan c) en la finalidad de la comunicación que se pretende que alcancen los estudiantes con el uso de estos recursos. En el primer caso se ofrecen cursos de lenguas para cubrir las necesidades de un grupo profesional: secretariado, técnicos de turismo o enfermeras o enfermeros, etc. El colectivo de usuarios al que se dirigen es un grupo profesional y se supone que este grupo usará una lengua en circunstancias muy diversas para ejercer su profesión. En el segundo caso nos referimos a cursos por ejemplo de lenguaje médico, de lenguaje económico o de lenguaje jurídico. En ellos de lo que se trata es de las características que el lenguaje manifiesta en situaciones de temática específica. La temática puede o no coincidir con un colectivo profesional o abarcar distintos colectivos. En estos cursos, aunque pueden abordarse cuestiones de índole comunicativa, el centro de atención lo constituye la caracterización de los recursos y la idiosincrasia que el lenguaje sobre una temática presenta en relación con los recursos que se usan para tratar temas distintos. En el tercer caso se ofrecen cursos de negocios, de turismo o de administración de empresas. Lo que importa en ellos es la finalidad comunicativa. Pueden ser muy específicos y centrarse en un tipo textual o en una situación comunicativa muy precisos, como por ejemplo la correspondencia comercial o la redacción de manuales de usuario. Se especifica en este caso el tipo concreto de actividad lingüística que dentro de un tema preciso se intenta que adquiera el estudiante. 24
En los casos más generales, los contenidos de los programas didácticos parten de un conjunto de situaciones reales de expresión y transferencia de conocimiento para realizar funciones profesionales.4 1.3. Sobre la línea divisoria entre especializado y no especializado Entre los analistas del discurso especializado existe hoy día un punto de disensión. Esta disensión se concreta en la manera cómo abordan la diferencia entre especializado y no especializado aplicada al texto. Para unos, se trata de una cuestión de grado; para otros es un rasgo o criterio discreto. Para los primeros, el punto central en el que basan su posición es el texto, y más concretamente su textura. Para los segundos, se trata de textos que vehiculan un tipo diferente de conocimiento, lo que inevitablemente tiene consecuencias en determinados elementos de la textura. Y estas dos posiciones creemos que son independientes del hecho de que el analista adopte un modelo de enfoque más lingüístico o más procedural. En el primer grupo de los que defienden que se puede trazar una separación nítida entre general/especializado se sitúan Sager, Dungworth & McDonald (1980), que utilizan el criterio del emisor-especialista para distinguir los textos especializados de los generales. Para ellos es el emisor quien determina el carácter especializado o no de los textos. En la posición de los partidarios de considerar que existe un ‘continuum’ entre especializado-general se sitúan Gläser, 1981, 1982; Gläser, 1993; Jacobi, 1987; Loffler-Laurian, 1983; Loffler-Laurian, 1984; Spillner, 1979. Nuestra posición en este tema es, de un lado, que no podemos hablar de ‘lenguajes’ especializados ‘strictu sensu’, sino de usos especializados a partir de una misma lengua o de discursos especializados. Y, de otro lado, que los usos especializados que se proyectan en los textos son especializados o no especializados, pero no un híbrido. Entre ellos existe una línea divisoria, no un ‘continuum’. Dos son las ideas que nos llevan a proponer que solo existen usos especializados, pero no lenguajes: La primera es que no tiene sentido hacer una distinción especializado/general sino solo contraponer especializado a no especializado, ya que general es una ambigüedad. La segunda es que pensamos que existe una distinción clara entre texto especializado y texto no especializado si tomamos como punto de análisis los aspectos relativos al mantenimiento del control conceptual, aunque reconozcamos que esta diferencia entre texto especializado y texto no especializado sea una cuestión de grado si tomamos como base otros rasgos de análisis. 1.4 ¿Lenguaje o lenguajes de especialidad? ¿Discurso o discursos de especialidad? Las posiciones sobre qué se entiende por lengua de especialidad y cuáles son los criterios utilizados para definir el carácter ‘especializado’ de un lenguaje difieren en gran medida. De acuerdo con estos criterios, se ha elaborado una clasificación 25
de los distintos lenguajes especializados y se han establecido las características de cada (sub)lenguaje funcional. (Kocoureck 1982) La posición más generalizada sobre el tema establece dos ejes de caracterización de los diversos lenguajes de especialidad: uno, vertical, basado en la temática; y otro, horizontal, basado en el estilo y grado de abstracción en que puede presentarse un contenido. El primer eje nos permite distinguir textos de diferentes ámbitos temáticos, clasificados por bloques de materias, por materias, por submaterias, etc. Constituye la base de las clasificaciones jerárquicas que se utilizan en documentación. Desde el punto de vista temático, los distintos ámbitos de especialidad son un ‘continuum’ en el que pueden distinguirse las distintas áreas temáticas, cada una de las cuales se caracteriza por un conjunto de recursos específicos de una materia y, a su conjunto, se le ha denominado discurso de especialidad en general o discurso especializado: “On the continuum formed by different SL's, we would discern the prototype areas of various fields such as science, technology, law, religion, etc., and also determine interface areas where the different fields fuse.” (Varantola 1986: 10) [Dentro del ‘continuum’ formado por los diferentes discursos de especialidad, podemos distinguir las áreas prototípicas de varios campos como el de la ciencia, la tecnología, las leyes, la religión, etc., y a su vez podemos determinar aquellas áreas de intersección en las que los diferentes campos se superponen o funden.] (Traducción de A.van Hooft) El segundo eje de caracterización permite que cada tema de especialidad pueda proyectarse en textos en los que distinguimos un ‘continuum’ con distintos grados de abstracción, que conducen a distintos niveles de especialización. Cada nivel está determinado por el grado de abstracción en que se presenta una temática, o por su adecuación cognitiva al destinatario y a la situación comunicativa a que se da respuesta. Ante toda la variedad temática y de nivel de especialización que pueden ofrecer los textos de especialidad, podemos preguntarnos si es legítimo hablar de un registro de especialidad en singular, del discurso especializado en singular. Porque sólo si mediante el análisis de los distintos discursos especializados por la temática se llega a la conclusión de que todos ellos presentan unas características comunes suficientes y convincentes, podremos afirmar que constituyen un tipo de discurso específico. El discurso técnico-científico –el caso más claro de discurso especializado– ha sido considerado normalmente por los especialistas como un tipo de discurso unitario. Algunos autores han hablado de ‘lenguaje’ de especialidad en singular y han ubicado en su campo los distintos ‘lenguajes’ especializados por criterios temáticos. En ese supuesto, cada discurso temático sería un conjunto de variedades expresivas, concebidas como variantes paramétricas del código especializado general, determinadas por el grado de abstracción y por las funciones comunicativas priorizadas en cada situación. Picht y Draskau (1985), partidarios de este enfoque unitario, establecen una serie de características comunes a los discursos especializados que nos permiten caracterizarlos como una unidad: 26
a) el carácter monofuncional que manifiestan, puesto que se usan en un marco social específico y con propósitos comunicativos; b) el número restringido de usuarios que los utilizan; c) su adquisición voluntaria; d) la autonomía que presentan respecto al lenguaje general, en el sentido de que la variación de los lenguajes de especialidad no afecta al lenguaje general. Beaugrande se sitúa también en esta posición: I should prefer to speak of variety of LSP, because while we speak of terminologies in the plural, LSP varieties from various areas of specialism have many shared characteristics. To speak of ‘a variety’ of LSP allows both this character of genus or superordinate term, and at the same time, of an extensive term covering many categories and lending itself to classification on another level e.g. the LSP of chemistry. Any taxonomy would soon show that no clear borders exist between different LSP in any sense comparable to those between, say, English and Danish. (Beaugrande 1987: 3) [Preferiría hablar de variedad de lenguajes para fines específicos (LpFE), ya que también hablamos de terminologías en plural, unas variedades de LpFE que pertenecen a diferentes áreas de especialización y que comparten muchas características comunes. Hablar de una ‘variedad’de LpFE permite tanto indicar el carácter originario o término subordinado así como el carácter extensivo del mismo. Un término que cubre muchas categorías y que, a su vez, permite realizar una serie de clasificaciones como por ejemplo, el LpFE de la química. Cualquier taxonomía que se haga mostrará que no existen límites claros entre los diferentes LpFE. Sucede aquí algo parecido a lo que ocurre cuando se intentar delimitar con exactitud las fronteras entre las lenguas naturales como, pongamos por caso, el Inglés y el Danés.]
Con todo, parece que si se parte de una concepción de los discursos de especialidad como un terreno abstracto, fruto de una síntesis de las distintas variedades temáticas, se puede justificar su unidad. Y los elementos que unificarían la diversidad serían de tres tipos: pragmáticos, funcionales y lingüísticos. Desde el punto de vista pragmático, puede decirse que los distintos discursos especializados coinciden, aunque en distinto grado, en: a) los usuarios, tanto desde el punto de vista cuantitativo (un subgrupo restringido dentro de la comunidad hablante) como cualitativo (un subgrupo definido por la profesión o la especialización adquirida por aprendizaje); b) las situaciones comunicativas en que se materializan estos discursos (situaciones formales de tipo profesional); c) las funciones prioritarias que los distintos discursos especializados vehiculan a través de sus expresiones (básicamente informativas). Desde el punto de vista pragmático, hay un elemento relevante para justificar la unidad del discurso especializado por encima de su diversidad: la facilidad con que se comprenden los interlocutores especializados, pese a utilizar distintas lenguas. En efecto, parece bastante evidente que el especialista de una determinada materia es capaz de entender con relativa facilidad textos de su especialidad expresados en otra lengua, aunque sea incapaz de mantener en esa misma lengua 27
una conversación oral sobre un tema banal o de entender una pregunta relativa al mundo cotidiano. La respuesta a esta situación debe buscarse en las unidades y reglas de juego controladas que poseen los discursos de especialidad, con carácter internacional y a menudo establecidas voluntariamente por sus usuarios. Esos elementos —junto a la restricción temática— facilitan la intercomprensión. Cuanto más especializado es un discurso más restringido es el número de sus usuarios, y más internacionales resultan sus unidades y sus reglas. Este hecho es un factor que permite diferenciar el discurso no especializado del especializado, y constituye un factor de unión de los discursos especializados entre sí. Como muy acertadamente dice Beaugrande: LSP's tend to share much of their resources not merely with LGP's, but also often have common cognate resources. LSP thus tends to be more ‘international’, or indeed ‘universal’, than does LGP.” (Beaugrande 1987: 9) [Los LpFE tienden a compartir muchas de sus fuentes no únicamente con los lenguajes para fines generales (LpFG), pero, a menudo, comparten también las fuentes de un cognado común. Los LpFE tienden a ser más ‘internacionales’ incluso más ‘universales’ que los LpFG.]
Desde el punto de vista gramatical puede decirse que en todos los discursos especializados se usa un léxico específico. Normalmente el léxico presenta más diferencias que coincidencias entre dos ámbitos de especialidad diferentes. A veces las unidades de este léxico son de uso exclusivo en un ámbito; otras veces poseen unidades que comparten con otros ámbitos, incluso con el discurso más común. A pesar de esta diversidad de situaciones, una unidad usada en un ámbito siempre adquiere en él un significado preciso. En esta propiedad radica el valor especializado de la terminología. Morfológicamente cada ámbito de especialidad presenta características propias, a veces determinadas por el tema, otras por la clase semántica de la mayoría de unidades. Pese a sus coincidencias pragmáticas y léxicas, los distintos discursos de especialidad ofrecen una amplia gama de posibilidades, que abarca desde discurso marcadamente especializado (el prototípico), hasta una variedad de discurso fronterizo con la lengua común. Postulamos pues un eje de prototipicidad con relación a los denominados discursos especializados en función de su temática, su finalidad y del ámbito en que se usan. Por ejemplo, el discurso de la física, la química, la biología, la geología, la matemática, la estadística, la lingüística, la antropología, la historia, la arquitectura, la estética, la economía teórica, etc., sería más prototípico que el de la banca, la bolsa, el comercio o las finanzas; y más periférico aun sería el discurso de la restauración, la peluquería, la ferretería, los deportes o los remedios caseros. 2. Del discurso especializado a los textos especializados El adjetivo ‘especializado’ referido a los textos, como en el caso en que se refiere al lenguaje, puede también obedecer a criterios distintos (Cabré, 1993: 135-137): 28
a) por un lado a la especialización por la temática. De acuerdo con este criterio y aplicando a los textos la misma etiqueta que Sager, Dungworth & McDonald utilizan para los lenguajes (subject specialized language) hablaremos de textos temáticamente especializados b) por otro lado, la especialización por las características ‘especiales’ en que se desarrolla el intercambio de información. De hecho, en determinadas situaciones discursivas —situaciones profesionales en las que se trata un tema específico de la profesión en relación con la temática del ámbito— suelen producirse textos (orales o escritos) especializados. Para que un texto sea considerado especializado deben concurrir algunos criterios pragmáticos, lingüísticos (textuales y léxicos) y cognitivos. Pragmáticamente los factores que caracterizan el proceso de produccióntransmisión y recepción del discurso especializado inciden en las características del productor o emisor (siempre un especialista o alguien que maneja bien los conocimientos de una materia), el receptor (siempre en expectativa de ser informado), la función predominante (informativa), el tono (formal aunque se admitan distintos grados de formalidad) y la situación (siempre profesional). Desde el punto de vista textual, los textos especializados se caracterizan por una configuración global específica, que los diferencia claramente de la que poseen otros tipos de textos (periodísticos, religiosos, literarios, publicitarios, etc.), y por un estilo (el estilo científico-técnico), de carácter regular, que manifiesta variaciones según la temática y los distintos niveles en que se trata. Se trata de textos en general concisos (que tienden a ser poco redundantes), precisos (que tienden a no presentar ambigüedad), con pretensión de objetivos y despersonalizados (poco o nada emotivos). Desde el punto de vista léxico, los textos especializados contienen una cantidad importante de términos (palabras con un valor preciso en el discurso de especialidad), cantidad que aumenta o disminuye en función del grado de especialización de un texto. El léxico es en estos textos su elemento más visible y, dentro del léxico, las formas nominales (por encima de las verbales y de las adjetivas) son las más representativas. Las nominalizaciones de verbos son también mucho más frecuentes que en los textos no especializados. Desde el punto de vista cognitivo, son textos especializados los que vehiculan un conocimiento preciso, que es el resultado de un proceso de conceptualización de la realidad muy específico: realizado y validado por consenso entre los especialistas del ámbito. Desde el punto de vista temático, suelen ser especializados los textos que tratan de las siguientes disciplinas: a) b) c) d) e)
las materias científico-técnicas las ciencias exactas las ciencias experimentales las ciencias sociales las ciencias humanas 29
f) las profesiones g) las actividades especializadas Por último, desde el punto de vista funcional, los distintos lenguajes de especialidad poseen también características comunes: su función básica es la transmisión de información, y sus terminologías respectivas sirven para denominar los conceptos de una área especializada. Así pues, las comunicaciones científico-técnicas elaboradas a partir de los denominados ‘lenguajes’ de especialidad poseen una serie de aspectos comunes que les confieren unidad y que de hecho dan legitimidad a usar la denominación discurso de especialidad en singular. En nuestra opinión es más adecuada la denominación discurso especializado, ya que es en el discurso de características pragmáticas como las mencionadas donde se actualizan los recursos lingüísticos que cumplen las condiciones cognitivas y lingüísticas que generan textos especializados. 3. La enseñanza del español para propósitos específicos: el español de los negocios El enunciado El español para propósitos específicos: el español de los negocios5 requiere de entrada retener dos factores. En primer lugar se trata de enseñar la lengua española para actuar y expresarse adecuadamente en un ámbito determinado: los negocios. En segundo lugar, se trata de enseñar el español ‘de’ los negocios, es decir, un tema específico. Esta doble opción obliga a precisar dos componentes: a) el ámbito temático a tratar b) las actividades que se llevan a cabo en este ámbito En primer lugar, ¿qué ámbito temático cubren ‘los negocios’? El ámbito denominado de los negocios cubre un complejo, pero organizado, conjunto de temas. En su organización cabe destacar las siguientes áreas: a) b) c) d) e) f) g)
Área de planificación y diseño Área de producción Área de logística y distribución Área de marketing Área de publicidad Área de venta o comercial, que cubre la venta y la postventa Área financiera, que comprende las subáreas de financiación, cobro e inversión.
En esta organización compleja se dan cita elementos procedentes de materias y ámbitos temáticos distintos: la economía, la planificación y gestión, la publicidad, la logística, etc. 30
En segundo lugar, ¿qué competencias lingüísticas se requieren para actuar lingüísticamente en este ámbito? En lo que concierne a las actividades que afectan la actividad del ámbito de los negocios hay que tener en cuenta separadamente todas las áreas que conciernen los negocios, porque en cada una de ellas se realizan actividades distintas. La formación de cara a la adquisición de una competencia comunicativa operativa y eficiente supone especificar todas las situaciones de comunicación de cada una de las áreas. Para cada situación comunicativa en cada área, habría que especificar las características discursivas que se presentan en lo que afecta a emisores, destinatarios, temáticas, canales y medios, funciones, finalidades y propósitos o estrategias discursivas. También sería necesario detallar los tipos de documentos escritos representativos en cada actividad y los tipos de comunicación oral que las actividades requieren. Hay que conocer también los documentos normativos del ámbito o de cada uno de sus subámbitos. Y convertir toda esta información en un programa de actividades orientadas a la adquisición de competencia comunicativa dentro del marco de los negocios. Para ello habría que elaborar recursos adecuados de formación como los siguientes: a) conjuntos de documentos que den información sobre los conocimientos, organización y procesos del ámbito b) corpus de documentos representativos de las situaciones de comunicación c) glosarios temáticos bien especificados d) recopilaciones fraseológicas relacionadas con cada tipo de documento e) normativa sobre el ámbito f) otras convenciones y sistemas no lingüísticos de representación y transferencia del conocimiento del ámbito. Cada tipo de documentos es una fuente importante de conocimiento sobre estructuras, terminología, fraseología y estilo adecuados a cada situación de comunicación. Mediante la descripción de los textos o de las interacciones orales pueden hacerse generalizaciones sobre las características de los recursos comunicativos que el estudiante debe aprender para ser considerado lingüística y comunicativamente competente en el ámbito en cuestión. Los profesores de lenguas para propósitos específicos conocen bien cómo extraer estas generalizaciones y, a partir de ellas, elaborar materiales didácticos. También son conscientes de la importancia de disponer de una buena documentación para ofrecer un curso adecuado. Los recursos que constituyen las fuentes de información para la propuesta de un curso de formación deben ser reales, representativos, actuales, y adecuados, y a ser posible estandarizados. Solo de fuentes de conocimiento que cumplan estos requisitos puede salir un programa de formación de calidad.
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NOTAS 1. 2. 3.
4.
5.
Este artículo se ha llevado a cabo en el marco del proyecto financiado TEXTERM: Textos especializados y terminología: selección y recuperación automática de la información (BFF2000-0841). Obsérvese el contraste entre el plural de lenguajes especializados y el singular de lenguaje general. No podemos confundir el término lenguaje en este contexto con el uso de lenguaje en el contexto del lenguaje humano, referido a la capacidad innata que poseen todos los individuos de la especie humana de expresarse en una lengua y comprender las producciones de los individuos que utilizan esa lengua. Una muestra de distintos tipos de cursos se ofrece en la publicación La enseñanza - aprendizaje del español con fines específicos, coordinada por la profesora Josefa Gómez de Enterría (2001) de la Universidad de Alcalá de Henares. En esta obra aparecen artículos como ‘La enseñanza de las lenguas especiales a estudiantes extranjeros: el español de la medicina’ de A. Anz o ‘El discurso específico militar’ de P. Roldán, que son cursos centrados en el tema, al lado de ‘El español de los negocios’ de I. Hernández o ‘El español en el ámbito de la bolsa de valores’ de N. Moreno, que presentan propuestas centradas en el ámbito de comunicación. Son ejemplos también de este segundo tipo las obras de J. Gómez de Enterría (2002) La comunicación escrita en la empresa o (1990) Correspondencia comercial en español. Finalmente, la colección El español por profesiones de la Editorial SGEL S.A representa un ejemplo de publicaciones diversas adecuadas a los usuarios finales de cada volumen de la colección. Es relevante citar en este tema la actividad llevada a cabo por el grupo de investigación de la Universidad de Alcalá de Henares, del que forman parte las doctoras Blanca Aguirre Beltrán y Josefa Gómez de Enterría.
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Blanca Aguirre Beltrán Universidad Complutense de Madrid PERSPECTIVAS DE LA ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE DEL ESPAÑOL DE LOS NEGOCIOS
La exposición se centra en el estado de la cuestión de la enseñanza del español para la comunicación profesional en contextos de negocios, en España. Se establecen las causas socio-políticas, económicas y culturales que han originado la creciente demanda de enseñanza de lenguas con una orientación especializada y se revisan la trayectoria y movimientos de la enseñanza con fines específicos, así como los aspectos fundamentales de este proceso de enseñanza-aprendizaje. Se presta especial atención a la incidencia y características generales de las lenguas especializadas en la comunicación profesional en contextos de negocios. Finalmente, se apuntan algunos datos que permiten augurar el crecimiento del español como lengua de comunicación profesional. El contexto socio-económico de finales del siglo XX y principios del XXI se caracteriza por una rápida evolución del entorno –la llamada cultura de la velocidad–, los cambios en las esferas políticas y económicas, la globalización de la información, la internacionalización de los mercados, los desarrollos científico-técnicos, que abarcan prácticamente todas las ramas del saber, y la revolución que han supuesto las aplicaciones de las tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Todos estos cambios han originado, por una parte, un nuevo modelo de sociedad, a la que se ha denominado la Sociedad de la Información y el Conocimiento (SIC), una sociedad en la que se ha puesto de manifiesto la importancia que tiene el factor información-conocimiento para el avance científico y el desarrollo económico, así como la exigencia de una disposición permanente para adquirir nuevos conocimientos. Es obvio que, en esta sociedad, es fundamental el dominio de (varios) idiomas para acceder directamente a la información, al conocimiento, en los ámbitos académicos y profesionales y, evidentemente, para establecer y mantener relaciones comerciales. Por otra parte, la evolución del entorno está generando grandes posibilidades en el mundo laboral pero, también, una mayor complejidad y necesidades crecientes de formación entre los profesionales relacionados con las actividades económicas y de negocios. Mencionaremos solamente las perspectivas que ofrece la libre circulación de trabajadores y profesionales en el 35
marco de la Unión Europea, la ampliación de países miembros a partir del año 2004 la –Europa de los 25–, la integración de los mercados en el continente americano y asiático, los movimientos migratorios y el incremento de población hispana en los Estados Unidos de América. El efecto de este escenario en la demanda de enseñanza de idiomas ha sido de carácter cuantitativo pero, también, ha producido una mayor exigencia de calidad y de eficacia y, sobre todo, una especialización para adaptarse a las necesidades reales de comunicación profesional. De hecho, las demandas planteadas por la sociedad, junto con los avances de las Ciencias del Lenguaje, han propiciado y acelerado los cambios que se han producido en el campo de la enseñanza de lenguas extranjeras y, a partir de los años sesenta, han originado la especialización en este campo, tendencia que se ha denominado enseñanza-aprendizaje de lenguas con fines específicos. El conocimiento de una lengua extranjera tiene un valor económico, se percibe como un bien, un recurso económico. Este cambio cualitativo en la consideración de las lenguas extranjeras está incidiendo en la estructura de la enseñanza de las mismas, en la organización y gestión del aprendizaje y en la formación del profesorado, señalando la importancia de la diversificación de la oferta y, sobre todo, las metas del aprendizaje. La importancia de los idiomas es indiscutible. Evidentemente, esta importancia no se debe solamente a las actividades relacionadas con los servicios de enseñanza, traducción e interpretación o con la industria editorial, por muy importantes que éstas sean. Su importancia estriba en el hecho de que las lenguas son un factor de penetración comercial para todo tipo de productos y servicios: el comercio es básicamente comunicación y la lengua es el instrumento de esa comunicación. Al igual que es un elemento esencial de la cultura y uno de los vectores de la imagen –de la marca– de un país, de su nivel económico y cultural, de su desarrollo industrial y tecnológico, de su prestigio. Ahora bien, las lenguas han disfrutado de un prestigio y valor económico a lo largo de la historia en función del prestigio de la sociedad y el peso político y económico de los países que las hablaban. Ese es el caso del español, de la lengua castellana, en los siglos XV-XVIII. Recientemente, debido a las circunstancias y dimensiones que acabamos de mencionar, la demanda de enseñanza del español como lengua extranjera ha experimentado un incremento, de manera paralela al incremento del uso de esta lengua en contextos internacionales, hasta el punto de situarse en un segundo puesto, según diversos indicadores y los datos que arrojan los Anuarios del Instituto Cervantes.1 Por otra parte, las estimaciones de la Asociación para el Progreso del Español como Recurso Económico (E/RE) y el estudio realizado por el Instituto de Comercio Exterior (ICEX)2 señalan que la lengua española empieza a tener incidencia como recurso económico de importancia. Asimismo, se percibe una tendencia al alza en la demanda de enseñanza-aprendizaje del español con fines específicos, especialmente en los sectores de prestación de servicios (consultorías, jurídicos, turísticos, sanitarios etc.) y de negocios, así como en
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ámbitos académicos (originados por los intercambios de profesores y alumnos, en el marco de la Unión Europea). De todo lo expuesto se colige la trascendencia de orientar el proceso de enseñanza-aprendizaje hacia un fin específico: la comunicación profesional. La enseñanza del español con fines específicos: del español comercial al español para la comunicación profesional El interés por el aprendizaje de lenguas extranjeras con fines utilitarios está plenamente documentado a lo largo de la historia. Sánchez Pérez (1992:11) afirma que existen testimonios fiables del aprendizaje de lenguas, mediante vocabularios y manuales de conversación, entre los sumerios, entre los egipcios, entre los griegos y entre los romanos. A partir del siglo XV, los descubrimientos de las nuevas tierras, las circunstancias sociopolíticas y las relaciones mercantiles internacionales pusieron de manifiesto la necesidad de aprender español comercial.3 Ahora bien, es en el siglo XX cuando el concepto de enseñanza de lenguas con fines específicos adquiere pleno sentido. Nos estamos refiriendo al “enfoque de la enseñanza de lenguas que tiene como meta satisfacer las necesidades de comunicación de un grupo específico de aprendices”, de acuerdo con la definición propuesta de Hutchinson y Waters (1987:21). Este enfoque se originó en los años sesenta y en relación con la enseñanza de la lengua inglesa, por los que se denominó English for Specific Purposes (ESP).4 Esta orientación generó una cierta confusión y polémica en sus comienzos, ya que se aducía que carecía de marco teórico, de modelos de análisis y de metodología. Sin embargo, en los últimos años ha experimentado un auge considerable, a medida que se han ido planteando las necesidades de comunicación entre los profesionales de áreas específicas y ha dado lugar a importantes líneas de investigación y a experiencias prácticas que, a su vez, han repercutido en la enseñanza generalista de lenguas extranjeras. Por lo tanto, se ha abierto un campo de enseñanza especializada interesantísimo en todos los idiomas, como se refleja en las actividades de los departamentos de las facultades universitarias y en la literatura profesional. Por lo que respecta al español, no se puede establecer con exactitud el comienzo y la extensión de esta tendencia. No obstante, a partir de nuestra propia experiencia, podemos señalar la década de los años ochenta como el comienzo de la demanda de enseñanza-aprendizaje de español con fines específicos –fundamentalmente, español comercial–, así como el interés de las instituciones académicas y profesionales para canalizar esta demanda5 y el consiguiente inicio de la actividad editorial en este campo. Por otra parte, esta demanda se vio favorecida por un acontecimiento y reflejada por otro: la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea (actualmente Unión Europea), en 1986, y la celebración de V Congreso de la Asociación de Lingüística Aplicada (ASELE), dedicado a la Enseñanza de Lenguas con Fines Específicos. Posteriormente, este enfoque fue incorporado en los programas de postgrado de formación de profesorado de español como lengua extranjera. Desde la pasada década, estamos observando una tendencia alcista 37
de la actividad en este campo, tanto en ámbitos académicos como profesionales. La prueba de este interés y actividad quedó evidenciada por las aportaciones e intervenciones en el I Congreso Internacional de Español para Fines Específicos (CIEFE), celebrado en Amsterdam el año 2000. La orientación de la enseñanza ha pasado por distintos enfoques y etapas, con distintas trayectorias en cada país y para cada lengua. Esto se debe, en gran medida, a la vinculación de esta tendencia con las necesidades percibidas y al desarrollo o integración de los países y sus lenguas en los foros y mercados internacionales. Si tomamos como referencia la investigación sobre el inglés académico y profesional, se puede distinguir claramente dos líneas: una dentro de la lingüística oracional y, la otra, en el marco de la Pragmática o Lingüística supraoracional.6 La primera tiene por objeto la competencia lingüística, mientras que el objeto de la Pragmática es la competencia comunicativa o discursiva. El paradigma de la Pragmática ha tenido una repercusión fundamental en la enseñanza de lenguas con fines específicos. La Pragmática, definida por Escandell (1996:13-14) como “el estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir, las condiciones que determinan tanto el empleo de un enunciado concreto por parte de un hablante concreto en una situación comunicativa como su interpretación por parte de un destinatario” plantea como meta final el análisis de la lengua en acción y aborda el aspecto comunicativo de la lengua, con todas las implicaciones que conlleva el análisis de la comunicación y el uso de la lengua en un contexto concreto. Los diversos enfoques que se han ido proponiendo para la enseñanza de lenguas con fines específicos, en el transcurso de los últimos años, se han centrado en las características de las lenguas especiales, en el análisis del registro, en el análisis retórico, en el análisis de la situación de comunicación y, en el proceso de aprendizaje. Cada una de estas aproximaciones ha aportado perspectivas muy interesantes y, de hecho, ninguno de los enfoques propuestos ha quedado relegado en la aplicación práctica en el aula. Sin embargo hay que destacar la influencia que ha tenido el enfoque centrado en el aprendizaje, propuesto y defendido por Hutchinson y Waters (1987) y, a partir de los años setenta, la asunción definitiva de la importancia que tiene el contexto. Más recientemente, la corriente de la enseñanza de lenguas extranjeras para la comunicación profesional representa una perspectiva multidisciplinar, en la que intervienen, además de las Ciencias del Lenguaje, la Teoría de la Comunicación, la Teoría de la Organización de Empresas y la Informática. Esta perspectiva ha dado una dimensión más amplia que requiere que se tenga en cuenta los aspectos relacionados con los procesos de comunicación verbal y no verbal, lingüísticos y no lingüísticos y la incorporación de las múltiples formas de la tecnología de la comunicación. Asimismo, hay que tener en cuenta que la interacción se va a producir en un contexto internacional, lo que implica un conocimiento de las diferencias culturales en cuanto a saber ser, saber estar y saber hacer7, es decir, los usos y costumbres que rigen en los países en los
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que se vaya a trabajar; normas que están estrechamente relacionadas con la cultura de esa sociedad y, más concretamente, con la cultura empresarial.8 Se trata, por tanto, de una orientación de la enseñanza que tiene como propósito proporcionar a los aprendices de la lengua la competencia comunicativa necesaria para desenvolverse en diferentes contextos académicos y profesionales que se les pueda presentar a lo largo de su actividad. Esto implica un enfoque basado en la comunicación y centrado en la adquisición de esa competencia mediante la aplicación de determinadas estrategias. La competencia comunicativa es un concepto importante, acuñado por Hymes (1972), para referirse a las reglas de tipo social, cultural y psicológico que rigen el uso de la lengua en determinados contextos sociales. La competencia comunicativa –objeto de estudio de la Pragmática- destaca los aspectos de la lengua en acción e incluye diferentes subcompetencias (gramatical, discursiva, sociolingüística, estratégica y sociocultural). Otro concepto igualmente importante es el de contexto, entendido como el conjunto de conocimientos que comparten el emisor y el receptor de cualquier acto de comunicación. Al especificar las características del contexto que pueden ser importantes para identificar el tipo de acto de comunicación, Hymes (1972) señala las siguientes: interlocutores (el papel o relación entre ellos); el tema (de qué se habla);el marco (espacio y tiempo, así como la relación entre los hablantes, postura, gestos, expresión facial); el canal (presencial, por teléfono, por teleconferencia); el código; el género, el suceso o acontecimiento. Entendido este último como la naturaleza del acto comunicativo en el cual puede incluirse un tipo de género de discurso (un discurso en diferentes tipos de actos sociales o profesionales). Posteriormente, Hymes añadió la clave, que implica una valoración, y la finalidad o intención. Asimismo, el análisis del discurso ha tenido un profundo efecto en el desarrollo de la enseñanza de lenguas con fines específicos y, especialmente, el concepto de tipo y género del discurso de una comunidad. Los géneros están integrados por textos adecuados a una situación de comunicación, por lo que deben compartir un conjunto de características, tanto formales como de contenido. La conexión entre géneros y situación comunicativa es fundamental ya que son productos de las convenciones de la comunicación de una determinada comunidad, que los reconocerá como adecuados o no. En términos generales, el discurso es la lengua en acción; es el flujo lingüístico que transporta la información con el fin de realizar una función instrumental de la lengua. En términos lingüísticos, es una unidad lingüística y comunicativa, oral y escrita, de enunciados relacionados que forman un conjunto coherente. La tipología textual de la comunicación académica y profesional es muy amplia y, para su clasificación, se utiliza el concepto de género. Este concepto de género, que procede de la crítica literaria, se ha convertido en uno de los aspectos fundamentales que hay que considerar en el momento de establecer la programación de un curso de lenguas para la comunicación profesional. De hecho, enseñar un tipo de discurso, unos determinados géneros de una comunidad (editorial carta, informe, acta, discurso, conferencia, etc.), es lo que hace que la enseñanza sea especializada. 39
En el plano práctico, todo proceso de enseñanza-aprendizaje del español para la comunicación profesional debe basarse en una programación, en un plan previamente definido, que tenga en cuenta la naturaleza de la lengua, los rasgos y características de la o las lenguas de especialidad, la terminología específica, los géneros y las destrezas requeridas para la comunicación en las distintas situaciones- meta, así como los aspectos pragmáticos. Las lenguas de especialidad y la comunicación profesional en contextos de negocios Por razones obvias, las lenguas de especialidad constituyen uno de los contenidos fundamentales en la enseñanza de la comunicación profesional. Una de las características de la lengua es su capacidad para facilitar a los hablantes de la misma la comunicación mediante los recursos del sistema, adaptándose a cada comunidad lingüística concreta. Ahora bien, el sistema es lo común e invariable, pero existen una serie de factores lingüísticos o extralingüísticos que determinan las diferentes variedades de uso, esto es, la variación lingüística. Estas variedades se denominan diatópicas o dialectos, determinadas por la procedencia territorial; diastráticas o registros de lengua, que se establecen en función de los diferentes niveles socioculturales de los hablantes; diafásicas o estilos de lengua, condicionadas por las situaciones de comunicación. Uno de los factores que determina el fenómeno de la variación lingüística es la profesión de los hablantes y las situaciones de comunicación en las que se desenvuelven, lo que da lugar a las variedades denominadas lenguas de especialidad, variedades sectoriales, de grupo o tecnolectos. La noción de lengua especializada y su distinción frente a la lengua común difiere de un idioma a otro y entre los distintos investigadores. Por ejemplo, en francés, se utiliza el término langue spécialisée; en inglés, special language; en alemán, Fachspreche y Spreche im Fach (lengua en especialidad). También recibe diversas definiciones. Para Kocourek (1991:40-41), “la lengua de especialidad es más que un registro, más que el discurso, más que el vocabulario o que la terminología. Es un sistema libre, con recursos que abarcan todos los planos de la lengua”. Sager (1993:156-157) considera “las lenguas de especialidad como sistemas semióticos complejos, basados en la lengua general y derivados de ella, que se comportan de forma autónoma”. Lerat (1997:18) propone la siguiente definición: “es el uso de la lengua natural para exponer técnicamente los conocimientos especializados”. Se trata de una definición pragmática, la lengua especializada es ante todo una lengua en situación, una lengua en especialidad, como indicaba la Escuela de Praga. Ahora bien, esos conocimientos especializados disponen de unas denominaciones lingüísticas gracias a los términos, que son palabras o grupos de palabras sometidos a definiciones convencionales para denominar las nociones de cada área de conocimiento. El conjunto de estos términos, de estas expresiones, se llama Terminología (palabras, expresiones, letras, cifras, pictogramas o una combinación de elementos). La Terminología, como disciplina, está definida por la International Standardization Organization 40
(ISO-1087, 1990) como “el estudio de las nociones y los términos usuales de las lenguas de especialidad”. Para la ISO, las lenguas de especialidad son subsistemas que utilizan la terminología y otros medios lingüísticos con objeto de suprimir toda ambigüedad en la comunicación propia de un área concreta de conocimientos. En cuanto a los rasgos identificables de las lenguas especiales, lo primero que llama la atención es su número y su heterogeneidad. Tradicionalmente se han distinguido tres grupos: jergas, lenguas de grupos sociales caracterizadas por un relativo hermetismo9; lenguajes sectoriales, utilizados por los profesionales en sus distintas actividades, sin finalidad críptica; lenguajes cientifico-técnicos, utilizados por las diversas ciencias para la descripción de sus objetos. En este caso, no existe finalidad críptica, aunque puedan dificultar la comprensión por parte de los hablantes ajenos al campo en cuestión. Si bien no resulta fácil establecer una clara distinción entre lengua general y lengua de especialidad, en términos generales, podemos señalar como rasgos generales su carácter unívoco y objetivo, con un léxico exclusivo, en muchos casos, que impide la polisemia y las connotaciones, que utiliza una amplia terminología y la gramática general con determinados usos específicos. A esto hay que añadir que se fundamenta en dos factores extralingüísticos: un componente temático, ya que transmite contenidos y designa unos objetos y relaciones determinados; y un componente sociológico, puesto que la lengua es un hecho social que funciona dentro de un determinado grupo social. Este grupo social crea, conforma e identifica sus formas propias de comunicación. Ahora bien, las lenguas especializadas están condicionadas por el uso de la lengua y se ven sometidas constantemente a la creatividad lingüística. Por tanto, pueden manifestarse de forma variable, incluso en el plano léxico, por lo que pueden presentar el fenómeno de la polisemia y de la connotación en algunos casos.10 De hecho, la connotación es uno de los recursos más efectivos. También es frecuente la utilización de préstamos procedentes de otros lenguajes (el código bélico o el del deporte, por ejemplo) para explicar las relaciones comerciales. Otra de las características es la integración, adaptación o adopción, de una ingente cantidad de tecnicismos procedentes en su mayor parte de otras lenguas, fundamentalmente la inglesa. Estos extranjerismos presentan diferentes grados de adaptación a la morfología y a la fonética de la lengua española. De modo que pueden coexistir préstamos plenamente adaptados con otros adaptados parcialmente y otros no adaptados fonética ni morfológicamente. Por lo que hay que distinguir entre préstamo crudo (rating, warrant, prime rate), préstamo en proceso de aclimatación sponsor/esponsorización) y préstamos naturalizados (líder, flotación). Por lo que respecta a la comunicación, se busca la eficacia comunicativa, mediante la claridad, el orden y la concisión en la exposición, subordinando la estética y la expresividad a la objetividad. Desde el punto de vista estilístico, y debido al hecho de producirse en contextos formales, se opta por la impersonalidad y la escasa afectividad. En cuando a las modalidades del
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discurso, se da una clara tendencia al discurso escrito, con una amplia variedad de géneros. El último rasgo importante que hay que mencionar es el amplio uso de lenguajes simbólicos (matemáticos, químicos, por ejemplo); el recurso constante a los distintos sistemas de representación de la realidad, de iconicidad, y la proliferación de abreviaturas, siglas y acrónimos. Por lo que respecta a las variedades de lengua necesarias para la comunicación en contextos de negocios, hay que considerar en primer lugar la lengua de la Economía. Sin embargo, existe la posibilidad de que se requieran varias lenguas de especialidad, variedades sectoriales de grupo o tecnolectos ya que, dependiendo del tipo de actividad empresarial o de negocios, de cada situación de comunicación, es muy posible que intervengan más de una: lenguaje burocrático-administrativo, económico-financiero, jurídico, publicitario, científico-técnico, sanitario, turístico, deportivo, del cine y la televisión, periodístico, informático, etc. Evidentemente, el análisis de necesidades previo al inicio de todo proceso de enseñanza-aprendizaje indicará los requisitos de lengua necesarios para desenvolverse en cada situación-meta, básicamente el contexto, el tema de que se va a hablar y el papel de los interlocutores.11 Para terminar esta breve exposición sobre las lenguas de especialidad y los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de programar un curso de español para la comunicación profesional, debemos considerar los posibles tipos de intercambio, en relación con las situaciones de comunicación, los destinatarios del texto o discurso y el tipo de canal o soporte: I. Intercambio científico: utilizado en la comunicación exclusiva entre especialistas en la materia, ya sea en la vertiente oral o escrita. Este intercambio se produce en textos de teoría o artículos de revistas especializadas, en congresos, conferencias o seminarios académicos. II. Intercambio pedagógico: utilizado en aquellas situaciones en las que se habla o escribe sobre temas económicos con una orientación pedagógica, para transmitir conocimientos a unos destinatarios no especializados, en formación. Este intercambio se produce en contextos docentes, conferencias, seminarios o manuales destinados a estudiantes. III. Intercambio público, esto es, el utilizado en la literatura de divulgación, tertulias radiofónicas o programas de televisión, destinados a los no iniciados.12 En la práctica, hay que mencionar una cuarta modalidad de intercambio en el ámbito de la empresa, del comercio y de los negocios, en general. Esta modalidad tiene como referencia la Economía pero persigue diversos objetivos: información, formación y transmisión de conocimientos teóricos o prácticos, instrucciones, etc. Se trata de un discurso de acción, con autores, destinatarios, finalidades y canales o soportes muy variados y una amplia tipología de textos y géneros. Todos estos niveles y modalidades destinados a la comunicación de los contenidos económicos y comerciales están, eviden42
temente, relacionados y representan enfoques y respuestas diferentes para los distintos tipos de necesidades. Consideraciones finales En este entorno en constante cambio, como señalábamos al comienzo de esta exposición, resulta difícil avanzar un vaticinio sobre cualquier tema, y mucho más sobre la trayectoria internacional de una lengua. Sin embargo, a partir de un conjunto de datos objetivos y tendencias, podemos arriesgarnos a decir que la demanda de enseñanza del español de los negocios va a continuar incrementándose en los próximos años. En primer lugar, el español es el mayor activo que tenemos. Las características del español hacen que sea un idioma eficaz en la comunicación y competitivo, ya que cuenta con aspectos muy sólidos: unidad idiomática, no hay riesgos de fragmentación, ajuste fonológico, simplicidad fonética, flexibilidad léxica, riqueza expresiva, etc. Si bien, en el caso de las lenguas de especialidad, podemos encontrar rasgos variables en la pronunciación, en el plano gramatical y en el léxico-semántico, debidos a razones geolingüísticas y a la no unificación de las terminologías en los países de habla hispana. Una de las razones que favorece la pujanza del español en la actualidad es el hecho de que es una lengua que se habla en España y en veinte países más, con un grupo de hablantes que tiene el español como lengua materna que supera los 400 millones y que constituye la lengua de unas sociedades muy pobladas y de economías emergentes, y que, además, es una lengua que tienen o están adquiriendo una relevancia y espacio muy importantes en la comunicación y enseñanza de poblaciones de grandes países como Brasil y los Estados Unidos. La implantación del español en el sistema educativo brasileño, como respuesta a las necesidades –generadas por el proceso de integración de MERCOSUR y por el hecho de que España es el segundo país inversor en ese país, detrás de los Estados Unidos– en el mundo de los negocios y entre los profesionales relacionados con la economía, la comunicación, la medicina y la enseñanza, etc., ha provocado una gran demanda de profesores y de materiales didácticos en español con fines generales o específicos. En los Estados Unidos, el español se ha consolidado como la segunda lengua, debido a factores demográficos, económicos, culturales y políticos. De una parte, el incremento de la población hispana en los Estados Unidos – próxima a los cuarenta millones, y con un aumento constante según los datos de la Oficina del Censo–, indica que en el plazo de pocos años un cuarto de la población norteamericana tendrá el español como lengua materna. A esto hay que añadir la cifra aproximada de cinco millones de norteamericanos de origen no hispano que habla español en distintos ámbitos de actividad (organizaciones de cooperación económica y política, comercio, industria cinematográfica y discográfica, empresas multinacionales, etc.). Todo ello ha hecho que muchas empresas fomenten entre sus empleados el aprendizaje del español como idioma de trabajo para favorecer las relaciones comerciales interna43
cionales – activadas por los procesos de integración como el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Estados Unidos, Canadá y México- y, también, el propio mercado interno que genera la población que habla español. Por otra parte, no podemos olvidar el interés creciente que suscitan los valores y productos culturales de los países que hablan español. Finalmente, en el plano político, hay que destacar la importancia del voto hispano en las elecciones nacionales y estatales de los Estados Unidos. Además, las previsiones y tendencias que indican los Anuarios elaborados por el Instituto Cervantes, desde el año 1998 hasta el presente año, son muy alentadoras en todos los continentes: el español es la segunda lengua como vehículo de comunicación internacional y la cuarta más hablada del mundo, después del chico, el inglés y el hindi. Igualmente, la labor realizada por el Instituto Cervantes, creado en 1991 para impulsar la lengua y la cultura españolas, garantiza la expansión de la presencia del español en todo el mundo a través de sus centros abiertos en cuatro continentes, así como con la organización de cursos generales y especiales de lengua española y la gestión de exámenes de español como segunda lengua. El plan de expansión del Cervantes y la promoción del español en Internet. Es precisamente en este ámbito donde el español adolece de presencia, debido a la dependencia tecnológica y la indispensable incorporación masiva de Iberoamérica. Sin embargo, el Observatorio Europeo de las Tecnologías de la Información augura que el español será la lengua con mayor crecimiento en Internet.13 Otra labor fundamental es la llevada a cabo por la Real Academia Española, con su esfuerzo coordinado con las veintiuna Academias de Lengua Española de los países hispanoamericanos y las nuevas herramientas que está proporcionando. En el ámbito académico, debemos resaltar las iniciativas que promueven algunas universidades españolas en cuanto al creciente número de intercambios, cursos de formación de profesorado, creación de una sede permanente de la Universidad Nacional de Enseñanza a Distancia (UNED) en Miami y el consorcio de la Universidad de Salamanca con doce universidades americanas para impartir una maestría de lengua española para graduados de los Estados Unidos. Finalmente, tenemos que mencionar la dimensión europea de la Enseñanza Superior, marcada fundamentalmente por la Declaración de Bolonia, que prevé la plena implantación del Espacio Único Europeo de Enseñanza Superior para el año 2010. El objetivo fundamental es lograr un sistema compatible y comparable de titulaciones que permita promover el empleo de los ciudadanos y la competitividad internacional del Sistema de Educación Superior Europeo. No cabe la menor duda de que, para alcanzar esa meta, será imprescindible el dominio de varias lenguas con una orientación profesional14 y creemos que el español se encuentra en una posición inmejorable para ser una de ellas. A los profesores que estamos implicados en la formación lingüística de los profesionales nos corresponde ahora investigar, reflexionar, intercambiar 44
experiencias e intervenir didácticamente en consecuencia para proporcionar los mejores medios que permitan alcanzar la competencia comunicativa requerida en los contextos profesionales del mundo de los negocios. NOTAS 1. 2. 3.
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Desde 1998, el Instituto Cervantes (www.cervantes.es) ha venido publicando el Anuario titulado El Español en el Mundo, en el que prestigiosos colaboradores exponen la situación del español en distintos ámbitos y desde diversos puntos de vista. Véase Sin autor (1998) ‘Vender el español’. Véase también Berdugo (2001). Para tener una visión completa de la historia de la enseñanza del español como lengua extranjera, consúltese Sánchez Pérez (1992). En relación con el interés por el español como segunda lengua con fines comerciales, es interesante la obra de Juan Ramón Lodares. (Lodares 2001:143-147) Para profundizar en la trayectoria de la enseñanza del inglés con fines específicos (English for Specific Purposes), consúltese Swales (1998). Consúltese, también, Robinson (1991). Desde hace 25 años, la Cámara de Comercio e Industria de Madrid administra los Exámenes de Español de los Negocios en tres niveles (denominados anteriormente Español Comercial): Certificado básico, Certificado Superior y Diploma de Español de los Negocios, a través de su Instituto de Formación Empresarial (IFE). Véase Alcaraz Varó (2000). En este campo, son interesantes las investigaciones de Poyatos (1983) y Poyatos (1994). Así como las aportaciones de Hall (1959) y Scheflen (1984). Sobre comunicación intercultural, véase la ponencia de Hooft y Korzilius (2000). Véase, también, Aguirre Beltrán (1998b). En realidad el concepto de jerga abarca varias acepciones y se utiliza para denominar distintos grupos de hablantes, por ejemplo, la lengua de determinados grupos gremiales (zapateros, canteros, etc.). También, se aplica para caracterizar a un grupo social (estudiantes) o para indicar el conjunto de rasgos lingüísticos, artificiosos, que se utilizan con intenciones crípticas. En términos generales se denomina jerga profesional a los usos característicos de un grupo de hablantes que pertenecen a una profesión determinada, sin que estos usos impliquen una intención críptica. Mª Teresa Cabré (1993:214) explica que “el fenómeno comúnmente denominado polisemia recibe en terminología un tratamiento muy diferente del que se conoce en lexicografía”. Y añade: “dentro de un mismo campo de especialidad también pueden coexistir efectivamente unidades formales idénticas con significados diferentes.” También señala que “la palabra terminología sirve para designar tanto la teoría de los términos como el conjunto de palabras de un campo de especialidad”. Para una visión de conjunto sobre la organización de un curso de español con fines específicos, véase Aguirre Beltrán (1998a). Bertha M. Gutiérrez Rodilla (1998:20), propone el siguiente esquema para la división del lenguaje científico: intercambio especializado (publicaciones científicas); intercambio público (publicaciones de divulgación); intercambio familiar (diarios de laboratorios, cartas, correo electrónico). Según la Asociación de Usuarios de Internet, la presencia de la lengua española se cifra en un 6,7%, el mismo porcentaje que la lengua alemana y detrás del inglés (43%), el chino (9,2%) y el japonés (9,2%). Covadonga Fernández (2002), en su artículo sobre el valor económico del español, afirma que la sociedad de la información y el conocimiento ha convertido al español en un sector estratégico de la economía. Nos parece necesario destacar la herramienta que los profesores tenemos a disposición gracias a la publicación, por parte del Consejo de Europa, del Marco de referencia europeo para el aprendizaje, la enseñanza y la evaluación de lenguas. En este trabajo figuran las descripciones de los contextos de uso, entre ellos el profesional El documento ha sido traducido y puesto a disposición en español por el Instituto Cervantes: <www.cvc.cervantes.es/obref/marco>.
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Daniel Cassany Universitat Pompeu Fabra (Barcelona) EXPLORANDO LOS DISCURSOS DE LAS ORGANIZACIONES
Después de comentar algunas de las orientaciones con que se estudian los discursos en las organizaciones (empresas o instituciones), presentamos dos clasificaciones discursivas, basadas respectivamente en el organigrama (formal / informal, horizontal / vertical, etc.) y en la función comunicativa (discursos técnico-científicos, organizativos, comerciales y protocolarios). También establecemos una tipología de intervenciones lingüísticas en organizaciones, según tomen como objeto de trabajo la estructura organizativa, los recursos humanos, el registro o un discurso particular. Denominaciones actuales como ‘español de los negocios’, ‘lengua con fines específicos (LFE)’, ‘discursos disciplinarios’, ‘comunidades discursivas específicas’ o ‘comunicación en las organizaciones’ se refieren grosso modo a un mismo referente, aunque procedan de disciplinas con propósitos, metodologías y fundamentos diferentes. El interés por los discursos especializados ha surgido y crecido de modo paralelo en las últimas décadas, en la investigación universitaria de orientación lingüística (análisis del discurso, terminología, lingüística aplicada) o político-sociológica (teoría de la organización), en el desarrollo empresarial (búsqueda de calidad, mejora de resultados, formación, etc.) y también en la enseñanza del español (cursos de español comercial, para empresarios, para las relaciones internacionales, etc.). Desgraciadamente, la interacción entre estas distintas orientaciones no es tan frecuente como sería deseable y a menudo cada disciplina ignora los trabajos de sus vecinos. En este artículo nos proponemos contribuir a romper este aislamiento presentando precisamente algunas de estas orientaciones complementarias al ‘español de los negocios’. Partiendo del concepto básico de organización, nos proponemos explorar los discursos verbales que se generan en el sector laboral, en las empresas y las instituciones. Entendemos la organización como una agrupación estructurada de personas que desarrollan actividades específicas para conseguir propósitos que no podrían alcanzarse individualmente; la interacción verbal entre estos individuos es uno de los elementos constitutivos de la organización y una de sus herramientas para conseguir los objetivos. Desde esta óptica, el español de los negocios es la lengua utilizada en los discursos generados en las organizaciones de la comunidad hispanohablante. Preferi49
mos hablar de discursos de las organizaciones que de español de negocios, porque las comunicaciones se materializan en forma de textos orales y escritos y porque se contextualizan en organizaciones particulares –que suelen tener una cultura, unos géneros y un estilo también particulares. Nuestro punto de vista es el del lingüista aplicado –o el mediador lingüístico (Cassany 1996)– que aporta sus conocimientos a las organizaciones para solucionar los problemas comunicativos que padecen, sea con la formación lingüística, la traducción y redacción u otro tipo de intervención. 1. Orientaciones y líneas de investigación Los estudios sobre los discursos en la organización adoptan orientaciones variadas según provengan del mundo empresarial o de la investigación universitaria, de la iniciativa pública o privada, o del campo de las ciencias del lenguaje, de la política o de la publicidad y el marketing. Desde la sociología y la política, aportan buenas síntesis Ramió y Ballart ed. (1993) o Regouby (1988). En la tradición del análisis del discurso, con un enfoque empírico con el concepto de género como punto de partida, destaca el creciente interés por el análisis de corpus textuales extensos (Hyland 2000), por el estudio de la construcción socio-histórica de los géneros de cada disciplina (Berkenkotter y Huckin 1995; Gunnarsson, Linell y Nordberg 1997), por la implicación entre el discurso oral y las actividades no verbales en el ámbito laboral (Boutet, Gardin y Lacoste 1995) o por la aplicación del aparato teórico del análisis del discurso a los problemas cotidianos. (Gunnarsson 1997) En el ámbito más restringido de la escritura técnica y empresarial, existe una importante e histórica tradición anglosajona de estudios lingüísticos aplicados. En EEUU encontramos varias revistas especializadas (JBTC, TCQ, JTWC), selecciones de artículos (Harkins y Plung ed. 1982) e infinidad de manuales, puesto que las universidades norteamericanas incluyen materias de redacción en la mayoría de los estudios. En Europa destaca el Institute of Scientific and Technical Communication, con su revista Communicator, además del manual teórico-práctico de Turk y Kirkman (1989). Dentro del sector público, el denominado movimiento para el lenguaje llano (en inglés Plain Language Movement o Plain English; en España, también conocido como simplificación del lenguaje) ofrece otra orientación sugerente. Con el propósito de mejorar la comunicación entre la ciudadanía y los grupos y las instituciones dirigentes –e indirectamente de profundizar en la democracia–, el lenguaje llano audita la legibilidad y comprensibilidad de los textos públicos (jurídicos, administrativos, económicos, etc.), analiza las dificultades lingüísticas que presentan; propone alternativas a la redacción burocrática, etc. Aunque se haya desarrollado básicamente en el mundo anglosajón (Eagleason 1990; Bailey 1990) empieza a haber trabajos españo1 les (MAP 1991; IVAP 1995) y también italianos y franceses. Finalmente, en el lado más comercial, cabe destacar una prolífica producción de obras ligeras (manuales de autoayuda, recetarios de soluciones y 50
‘confesiones’ de famosos empresarios, psicólogos o publicistas), destinados al consumo masivo –que uno encuentra en cualquier librería de aeropuerto. Con una orientación prescriptiva –y a menudo reduccionista–, presentan las ‘claves’ de un determinado aspecto para conseguir su mejora o comprensión; en el terreno lingüístico abundan manuales para hablar en público, escribir informes técnicos o cartas, manejar emails o elaborar webs (resulta ilustrador pasearse por las webs de editoriales especializadas como <www.gestion2000.com> o <www.e-deusto.com>). Sin ser traducciones inglesas o francesas, son útiles Delisau (1986), Sanz y Fraser (1998) o Güell y Sanz (2000). 2. Tipología de textos en la organización Una organización reproduce la misma complejidad y diversidad de discursos que encontramos en la vida real, por lo que cualquier aproximación a su estudio debe lidiar con el problema de distinguir los tipos, géneros y registros principales, en una intrincada y heterogénea selva discursiva. Podemos distinguir dos perspectivas en el estudio de la tipología de comunicaciones en las organizaciones: la que parte del organigrama o la estructura organizativa y la que distingue tipos funcionales. Seguimos Cassany (1995) para este apartado. 2.1 El organigrama La primera dicotomía básica entre comunicación externa e interna distingue los mensajes que se dirigen a destinatarios ajenos a la organización (clientes, proveedores, administración, prensa) como publicidad, correspondencia, comunicados, etc.; de los que se cruzan unidades o áreas de la misma empresa (informes, análisis de contabilidad, proyectos, manuales de procedimientos, normativas, ordenanzas laborales, contratos, revista interna, etc.). Tradicionalmente mereció más interés e inversión la externa, porque es la que ofrece una imagen social del organismo y, en algunos casos, la que vehicula su actividad comercial, pero recientemente el interés por estudiar los procesos organizativos y la necesidad de mejorarlos ha llevado a prestar atención a la interna. Dentro del grupo interno, distinguimos la comunicación formal de la informal. La primera corresponde a las líneas rectas continuas (en el siguiente cuadro) y deriva del cargo y de la función que desempeña un puesto de trabajo; se trata de intercambios oficiales, periódicos, planificados, etc. (reuniones periódicas, informes, mensajería interna, etc.). En cambio, las líneas onduladas discontinuas corresponden a la interacción informal, impredecible y espontánea que se establece entre las personas que ocupan los puestos de trabajo, por motivo de sus relaciones personales (como conversaciones, rumores, filtraciones, chismorreos, etc.). Así, la reunión semanal de dirección o el informe semestral de cuentas son formales, pero la conversación entre empleados amigos durante el desayuno es informal. En principio, la actividad organizativa se basa en los intercambios formales, aunque recientemente se 51
está reconociendo la aportación relevante de los intercambios informales. La implantación de las nuevas tecnologías (correo electrónico, foros, sitios web, etc.) está borrando la distinción entre ambos tipos y desarrollando sistemas más abiertos, informales y ágiles de comunicación.
Organigrama comunicativo
Dentro del grupo formal, distinguimos la comunicación horizontal, entre sujetos o unidades de un mismo nivel jerárquico (entre directivos, especialistas, operarios) y de perfil profesional parecido, y la vertical, entre sujetos de distinto nivel y perfil (entre técnicos y operarios, directivos y empleados). Esta última incluye el problema de la divulgación de conocimientos técnicos a no especialistas o de establecer comunicación entre grupos con niveles y grados de conocimiento diverso de un mismo tema. Finalmente, dentro del grupo vertical, distinguimos la comunicación descendente, de la dirección a la base, de la ascendente, de los empleados a la dirección. Puesto que buena parte de las organizaciones empresariales e institucionales suelen tener un carácter jerárquico y oligárquico, las cuestiones relacionadas con el desarrollo de la comunicación descendente (la divulgación a legos o semilegos de procedimientos técnicos –instrucciones, normas, etc.–; la construcción de una cultura empresarial única, el establecimiento de canales descendentes rápidos, etc.) han merecido mucho más interés que las vinculadas con los mensajes ascendentes (estructurar la participación de cada empleado en la gestión del organismo, facilitar el acceso de todos a la dirección, etc.). Otras distinciones que se usan corrientemente son el parámetro escalar especializada / general, que abre el paso a la fecunda tradición de estudios sobre los discursos especializados, y la dicotomía oral / escrita, que ha merecido poca atención dentro del ámbito empresarial.
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2.2 Ámbitos comunicativos Atendiendo a criterios pragmáticos (función, interlocutores) y discursivos (estructura, estilo) podemos establecer cuatro grandes ámbitos comunicativos en la organización: el técnico-científico, el organizativo, el comercial y el protocolario. No se trata de grupos homogéneos: las fronteras entre éstos resultan difusas y pueden hacerse varias subdivisiones importantes dentro de cada uno. A grandes rasgos, los dos primeros ámbitos son internos y más especializados, mientras que los segundos tienden a ser externos y generales (véase la Tabla 1: Tipos funcionales de comunicación en la organización). Los discursos técnico-científicos exponen datos especializados (con conceptualización controlada, nivel alto de abstracción, densidad terminológica), de manera económica, objetiva y eficaz. Tienen interlocutores cualificados, con formación específica en el campo o tema de comunicación. Presentan secuencias textuales específicas (definiciones, citaciones, enumeraciones, cálculo, razonamientos); tienen modalidad afirmativa; sufren una fuerte despersonalización (verbos impersonales, pasivas, 3ª persona del singular), y usan una sintaxis controlada con tendencia a la nominalización. Pueden incluir mapas, gráficos, dibujos, esquemas, fotografías, tablas o símbolos e iconos. Los discursos organizativos aglutinan las funciones referencial (para describir la realidad organizativa), conativa (para ordenar lo que debe hacerse) y metalingüística (para explicar conceptos de funcionamiento interno) con el propósito de regular la actividad interna de la organización. Se trata de un ámbito escrito, medianamente especializado, interno y más vertical que horizontal –aunque este último punto dependerá de la estructura de cada organización, de su cultura y política comunicativa y de los propios miembros que la constituyan. Dos subtipos especiales son el lenguaje administrativo y el jurídico –que deben considerarse los discursos organizativos de la Administración Pública. Con un grado de desarrollo muy superior al resto, tienen proyección y bastante influencia en el resto de los ámbitos –puesto que todos pertenecemos a este organismo.2 Los discursos comerciales regulan, mantienen y potencian las relaciones comerciales entre la organización y los usuarios, con función referencial y conativa (persuadir al destinatario). Debemos distinguir como mínimo dos grupos importantes: la correspondencia comercial (cartas, pedidos, facturas, albaranes, cheques, etc.) se encarga de regular las transacciones con los clientes actuales; contiene una parte de burocracia administrativa que tiene puntos de contacto con la comunicación organizativa. Por otra parte, la publicidad en sus diversas formas (correspondencia, catálogos, anuncios en los medios, etc.) busca captar nuevos clientes; en los últimos años ha tenido un desarrollo frenético muy por encima del resto de ámbitos, de modo que son los discursos menos fosilizados, los más versátiles y más permeables a todo tipo de influencias (literatura, cine, moda, tradiciones, etc.) y recursos (imágenes, poética, música, humor, sorpresa, etc.).
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Objetivo Ejemplos
Características
Emisor
Función
Referencial.
Conativa, referencial metalingüística.
y Conativa y referencial.
Expresiva y poética.
organización Áreas específicas (marketing, Áreas específicas (comunicación, de Áreas técnicas de cada ámbito Áreas gabinete públicas, comunicación, relaciones (proyectos, auditoría, evaluación, (dirección, personal, adminis- publicidad, personal), secretarios personales. comercial, ventas). tración, evaluación, calidad). investigación). Especializada, despersonalizada, Muy estructurada, con forma Versátil, usa técnicas persua- Personalizada e individualizada; estilo elegante, cordial y amable; con mucha terminología, integra directiva (instrucción, norma, sivas y retóricas. presentación impecable. lenguajes semióticos no verbales reglamento). (dibujo, cuadro).
Informes técnicos (física, química, economía, auditoría); investigación (artículos en boletines, congresos); manuales técnicos.
Manual de procedimientos, reglamento interno, ordenanzas laborales, normas y actuación; de protocolos burocracia; lenguajes administrativo y jurídico.
Publicidad (anuncios, mailings), correspondencia comercial (cartas, facturas); relaciones con los medios.
Cartas de agradecimiento, pésame, felicitación; saludo, invitaciones, menús, notas personales; discursos protocolarios.
Tabla 1:
54 Tipos funcionales de comunicación en la organización Técnico-científico Organizativo Comercial Protocolario Transmitir información objetiva y Ordenar y regular la actividad Influir sobre la opinión y la Mantener y consolidar las relaciones autor-lector. conducta del destinatario. de la organización. precisa.
Finalmente, los discursos protocolarios tienen el objetivo de mantener y consolidar la comunicación entre emisor y receptor, utilizando el componente personal de la relación, la cortesía y la estética (o función expresiva y poética). Suelen ser más corrientes en el ámbito externo (clientes, colaboradores de otras organizaciones, relaciones con las instituciones públicas) que internos, aunque también son habituales en las grandes organizaciones, en las que no hay contactos habituales entre sus distintos miembros. Son breves, ponen énfasis en la interacción entre autor y lector, en la liturgia ceremonial (tono cordial, amabilidad, formas). Tienen estructuras textuales estereotipadas, designan explícitamente al emisor (1ª persona) y al receptor (usted / ustedes / tú, tratamientos honoríficos, evitan el sexismo lingüístico); buscan un estilo atractivo (elegante, sin amaneramiento, con toques personales, modalidad variada); usan sintaxis y léxico de la lengua común, y cuidan la presentación (papel, tipografía y formato). Algunos ejemplos son la felicitación de Navidad, la invitación a un acto, la carta de agradecimiento, de pésame, el saludo, el menú gastronómico o la nota que acompaña a un regalo. Gestionan estos textos personas o unidades específicas (relaciones públicas, comunicación, gabinete personal, secretarios, etc.) y se dirigen a clientes, proveedores o colaboradores (comunicación externa, oral o escrita, de tema general). En conjunto, la organización ofrece una gran diversidad de discursos. Si alguna característica común presenta esa variedad es, sin duda, la de pertenecer a un mismo grupo humano, a una misma comunidad discursiva, que por este hecho comparte una cultura y un estilo comunicativo únicos, que son particulares e irrepetibles. 3. La intervención en la comunicación La enseñanza del español de los negocios pretende sin duda que un individuo pueda participar eficazmente en el entramado comunicativo que hemos esbozado, pero cabe destacar que la formación es solo una de las intervenciones que un especialista en lingüística aplicada pueda realizar en las organizaciones (Payrató 1996). A continuación presentamos una clasificación de tareas que se puede realizar en una organización para mejorar la calidad de su comunicación. Teniendo en cuenta el foco sobre el que se realiza la actividad, distinguimos: intervenciones sobre la estructura organizativa (reorganización de organigramas, configuración de canales comunicativos o regulación de procesos de producción y recursos informáticos), los recursos humanos (selección, formación y asesoría), el registro (tipos de texto, formularios, manuales de estilo, terminología) y el discurso particular (traducción, interpretación, corrección, etc.) (véase la Tabla 2: Tipología de intervenciones).
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Estructura de la organización
Recursos humanos
Registro
Discurso
Tipo 1. Auditoría comunicativa 2. Procesos organizativos 3. Recursos tecnológicos 4. Evaluación de personal 5. Actividades heterodirgidas 6. Autoformación
Tipología de intervenciones Descripción Evaluación de la cultura de la organización, de su calidad comunicativa y de su documentación escrita. Evaluación y rectificación de los procesos de producción de documentos. Evaluación de los recursos tecnológicos empleados, implantación de nuevas tecnologías. Medición de la capacidad expresiva de un grupo determinado de autores.
Métodos programados y cursos de formación dirigidos por profesorado especialista. Desarrollo y uso de sistemas variados de formación autodirigida: centros de autoaprendizaje, sistemas informáticos de autoacceso, formación a distancia. Utilización puntual o periódica de la tutoría o asesoría sobre comunicación 7. Asesoría escrita y redacción. 8. Manual de estilo Fijación de criterios lingüísticos generales para cualquier documentación. Elaboración de un repertorio cerrado de modelos y ejemplos de documentos. 9. Formulario Definición precisa de las características de un tipo de texto, formulada en un 10. Plantilla modelo. Evaluación de la calidad general de un documento (puede afectar varios nive11. Supervisión les). Reformulación de un original en otra lengua. 12. Traducción Elaboración de un documento concreto. 13. Redacción
Tabla 2:
56 Ámbito
La auditoría cultural (núm. 1) diagnostica el conjunto de creencias, comportamientos y actitudes (verbalizados en discursos) que comparten los miembros de una organización y que configura su identidad social: lo que se suele denominar 'cultura de empresa'. Paralelamente, una auditoría comunicativa o lingüística evalúa el discurso global (la suma de todos los mensajes) que genera una organización para determinar su eficacia, su calidad o su grado de adecuación a parámetros preestablecidos. En cambio, la evaluación y mejora de los procesos organizativos o de los recursos tecnológicos son intervenciones menos ambiciosas porque se limitan a ámbitos y elementos particulares, por ejemplo: determinar un canal fijo de comunicación para una nueva actividad o implementar una intranet o un programa de contabilidad nuevo. Las intervenciones sobre los recursos humanos consisten en la evaluación de sus habilidades lingüísticas y comunicativas para la selección o promoción interna; en el desarrollo de todo tipo de sistemas de formación, y en la creación de sistemas de asesoría comunicativa. En formación, distinguimos las actividades autoformativas (el aprendiz dirige su propio aprendizaje) de las heterodirigidas (un docente o tutor dirige su aprendizaje). Recientemente están adquiriendo relevancia los sistemas de formación no presencial con recursos en línea, auto o heterodirigidos (los conocidos centros o aulas de autoaprendizaje o self-access center); además del ahorro –¡es más barato organizar materiales en línea que pagar a un docente!–, incrementan la disponibilidad formativa (horarios, diversidad de niveles, no fungibilidad del material, etc.), aunque exigen mucha disciplina y constancia del aprendiz. Las intervenciones sobre el estilo o registro consisten en regular y estandarizar tanto el denominado corpus lingüístico (criterios lingüísticos, terminología, estructura del documento, fraseología, etc.) como el estatus (función, canal, idioma, tipo de texto, etc.). Según el volumen de tipos de discurso regulados, hablamos de manual de estilo, que establece criterios generales para el conjunto de la organización; formulario, que ofrece ejemplos y modelos de un tipo concreto de texto (cartas, informes, actas, etc.), o plantilla, que hace una propuesta muy detallada (diseño, formato, fraseología, etc.) de un único documento. La confección de manuales de estilo en grandes organizaciones es una de las intervenciones que ha proliferado en los últimos años en España. Desarrollados a partir de la expansión de los medios de comunicación norteamericanos durante los años 60 y 70, los manuales de estilo en organizaciones no periodísticas fijan normas de uso (¿software o programa?, ¿clubs o clubes?, ¿periodización o periodificación?; ¿C.I.C., CIC o cic –abreviación de comunicado intercentros–?)3; unifican el idioma, especialmente en grandes organizaciones repartidas entre distintos países y/o continentes; estandarizan documentos (estructura, contenidos, interlocutores, etc.); contribuyen a la formación continuada del personal, y también consiguen reconocimiento y prestigio social. Finalmente, las intervenciones sobre un discurso irrepetible son actos individuales de mediación lingüística: se interviene en una situación concreta para transmitir un mensaje a un destinatario determinado. Cabe destacar que 57
la supervisión incluye todo tipo de manipulación de documentos: corrección gramatical y tipográfica, reformulación estilística, preparación editorial de originales, etc. En conjunto, esa variada gama de intervenciones sobre la estructura, los recursos humanos, el estilo o una comunicación ofrece distintas posibilidades de mejora de los discursos en una organización. Obviamente, cada una de esas acciones tiene alcances y metas diferentes: si la redacción o la supervisión de un documento solo permite mejorar la calidad de una situación concreta, un manual de estilo constituye un instrumento potente para incrementar la eficacia del conjunto de comunicaciones de una organización. 4. Epílogo A la luz de los apartados anteriores, la denominación ‘español de los negocios’ puede esconder aspectos muy diversos. En lo referente a los discursos, podemos encontrarnos con textos comerciales (facturas, publicidad), protocolarios (invitaciones, cartas), organizativos (normas, procedimientos) o técnicos (informes de viabilidad, contabilidad). En lo referente a la intervención, el lingüista puede tener que formar a otras personas, elaborar textos o traducirlos. En todos los casos nos encontramos con un tipo de actividad notablemente particular, que muestra su especificidad en las formas discursivas que adopta y en los recursos léxicos y gramaticales que utiliza. El docente de español con fines específicos puede tener en cuenta estas líneas generales y esquemáticas sobre los discursos con el fin de poder comprender mejor los usos concretos que adopta el idioma en cada contexto. NOTAS 1. 2.
3.
Ver también las páginas web de algunas instituciones públicas sobre lenguaje llano: Plain Language en EUA:
. Web de la Generalitat de Catalunya en catalán: . Por ejemplo, el hábito de redactar las sentencias judiciales de varias páginas con una sola oración repleta de gerundios (considerando, resultando) contagió en épocas remotas al estilo administrativo (instancias, propuestas, etc.), que quizás pretendía así simular más autoridad. ¡Todavía hoy podemos rastrear ese tic en ciertos documentos! En algunas organizaciones financieras ‘cic’ designa los comunicados (antes en papel y ahora también electrónicos) que una unidad de la organización (una oficina, área, departamento, etc.) envía a otra. Se trata de un tipo de comunicación equivalente al oficio, dentro del lenguaje administrativo en el sector público. Desde un punto de vista discursivo, se trata de un documento monotemático y breve; sin tratamientos protocolarios de los interlocutores y con escasas o nulas fórmulas de cortesía; con grado de formalidad bajo y de especificidad elevado, de tono directo, etc.
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Maria Vittoria Calvi Università de Miláno EL LENGUAJE DEL TURISMO EN LAS PÁGINAS WEB DE LOS PARADORES
En la primera parte del artículo se plantea la inclusión del lenguaje del turismo en el marco de los lenguajes sectoriales, relacionados con específicos ámbitos profesionales y caracterizados por la combinación de diversos elementos temáticos; también sobresale en ellos la creación de un discurso dirigido al público, en el que la divulgación presenta a menudo una finalidad persuasiva. La segunda parte propone el análisis de un corpus de páginas web pertenecientes al sitio oficial de los Paradores de España, en las que se observa una marcada tendencia a la implicación del interlocutor en el texto, tanto en formas indirectas como exhortativas, y la preferencia por descripciones de tipo connotativo, con fórmulas recurrentes, que hacen hincapié en la relación de este género con el patrimonio histórico y natural españoles. 1. Lenguaje del turismo y lenguas para fines específicos La inclusión del lenguaje del turismo en la categoría de las lenguas especializadas, o para fines específicos, no está exenta de dificultades. Si bien por un lado se evidencia la continua expansión y especialización de los servicios y actividades relacionadas con los viajes, el ocio, la restauración y el alojamiento, por otra parte es muy arduo definir el perfil lingüístico de un sector profesional tan dinámico y heterogéneo; muchos ponen en duda, incluso, que la industria del turismo dé lugar a la formación de una lengua específica. Y sin embargo, se registra un interés creciente por este lenguaje, que empieza tímidamente a obtener carta de naturaleza en los encuentros y simposios dedicados a los lenguajes para fines específicos (LSP).1 La definición de lenguaje del turismo (o para el turismo) remite, ante todo, al marco más amplio del debate sobre las lenguas de especialidad, en el que se defienden posiciones distintas, empezando por la propia terminología empleada para designarlas, que oscila entre lenguajes específicos, lenguas especiales, lenguajes sectoriales, micro lenguas etc. Cabe destacar, en primer lugar, las profundas diferencias entre la lengua de la ciencia y los lenguajes utilizados para fines profesionales específicos. En el lenguaje científico-técnico, prima el componente temático y la creación 61
de terminología propia; la mayor o menor densidad de léxico específico depende de las necesidades de la disciplina interesada, pero también del nivel de especialización, que comporta asimismo la elección de formas textuales apropiadas. El discurso de especialista a especialista presenta la máxima concentración de tecnicismos; sobresalen, además, los rasgos de universalidad, objetividad y monorreferencialidad que se consideran propios del discurso científico. En segundo lugar, el discurso dirigido a semiespecialistas o especialistas en formación resulta más asequible y está caracterizado por el empleo de estrategias explicativas (reformulaciones, aclaraciones, ejemplos etc.) que, en el tercer nivel, el de la divulgación, llegan a ser dominantes. Por supuesto, no todas las ciencias poseen el mismo nivel de abstracción y formalización: en las ciencias humanas, en particular, la vinculación con el lenguaje común es más marcada que en las ciencias naturales; pero, en todo caso, la divulgación atañe al mismo componente temático del discurso especializado. Muy diferente resulta, en cambio, la fisonomía de los que algunos autores definen como lenguajes sectoriales2, en los que el componente temático suele derivar de la combinación de diversas disciplinas, y la producción de terminología específica es bastante limitada. Los lenguajes sectoriales están relacionados con ámbitos profesionales tales como los negocios, la política, la prensa, la televisión etc.; en el nivel más especializado, el de la comunicación entre profesionales, la adopción de un lenguaje común marca la pertenencia a una específica ‘comunidad de habla’ o discourse community. (Swales 1990) La divulgación, a diferencia de lo que ocurre en el lenguaje científico, no consiste en hacer más comprensible la descripción de una disciplina, sino que está condicionada por una finalidad pragmática, a menudo de tipo persuasivo, y el consiguiente empleo de estrategias lingüísticas muy diversificadas. Desde este punto de vista, el lenguaje del turismo no resulta menos específico que, por ejemplo, el de los políticos. La lengua del turismo comprende, además de un núcleo de terminología relativa a las estructuras y organización turística, un área periférica de léxico procedente de la economía, la geografía y las ciencias jurídicas, entre otros sectores. El discurso entre especialistas atañe a distintos sectores profesionales implicados (hostelería, restauración, agencias de viajes, transportes, ferias y congresos sectoriales etc.), mientras que el discurso para el público consiste sobre todo en presentar las características de los destinos, rutas e instalaciones turísticas, con una finalidad tanto informativa como persuasiva. Los textos turísticos divulgativos incluyen desde los anuncios publicitarios -destinados a vender un producto (como en el caso de la publicidad comercial de las agencias de viajes) o promocionar una imagen (como ocurre con la publicidad institucional)- que corresponden al grado máximo de exhortación, hasta las guías turísticas, en las que sobresale la intención informativa, pasando por folletos, artículos y reportajes en revistas del sector, en los que descripción y persuasión se mezclan en distintas combinaciones. El léxico utilizado pertenece a sectores y disciplinas muy 62
diversas, como la geografía, la historia del arte, la historia, la gastronomía, el ocio y el deporte; las estrategias discursivas no remiten sólo a la finalidad persuasiva, sino más en general a la experiencia del viaje y a la visión del mundo que ésta permite. Es evidente que en la caracterización de un lenguaje cuyo referente es un concepto tan cambiante y complejo como el de turismo conviene centrarse en la especificidad del texto más que en la creación de terminología propia; en particular, resulta muy productivo el concepto de género (genre), entendido como evento comunicativo creado por especialistas con una finalidad específica (Swales 1990), concepto sobre el que volveré en el apartado siguiente. Pero antes de pasar a la parte analítica del presente artículo, es conveniente aclarar otro aspecto general que caracteriza el lenguaje del turismo, y que resulta decisivo en su enseñanza, es decir la preeminencia del componente cultural. En las disciplinas de más elevado nivel de abstracción, las diferencias interculturales son mínimas, hasta el caso límite de las ciencias matemáticas; pero incluso en materias menos formalizadas y más relacionadas con las actividades humanas, como las ciencias económicas, la fuerte vocación internacional del lenguaje utilizado facilita la comunicación entre especialistas. La vinculación entre lengua y cultura, en cambio, es mucho más evidente en sectores como la política o la sociología, en los que el significado de los términos específicos varía según el trasfondo cultural de referencia; pensemos, por ejemplo, en la polisemia y variaciones diacrónicas de palabras como ‘democracia’, ‘estado’ o ‘autonomía’. En el caso del turismo, hay un núcleo fuerte, relativo a la organización de los servicios turísticos, que presenta una marcada dimensión internacional, e incluso la tendencia a emplear masivamente el inglés como instrumento de comunicación (véase como ejemplo la correspondencia entre agencias de viaje); en el extremo opuesto, el lenguaje destinado al público hace a menudo hincapié en el componente cultural como rasgo distintivo del destino turístico. Cabe destacar la relevancia de este factor en la planificación de un curso de lengua extranjera para el turismo: el profesional del turismo no sólo deberá estar capacitado para comunicar con otros profesionales, sino también poseer amplios conocimientos de la cultura interesada, tanto en sus aspectos altos como en la vertiente más cotidiana; y ser capaz de reconocer los estereotipos que a menudo caracterizan la imagen ‘turística’ de un país.3 2. El lenguaje en la página web de los Paradores En el campo del turismo, la producción de textos dirigidos al público ocupa un lugar muy destacado: el nacimiento mismo de la industria del turismo se relaciona con la publicación de las primeras guías turísticas, los Baedeker, pensadas para acompañar al turista en sus peregrinaciones. Frente a otros textos análogos, como los antiguos manuales para viajeros y los libros de viajes, las guías dictaron las reglas de un nuevo género textual, entre 63
descriptivo y prescriptivo, destinado a influenciar la mirada del turista. (Barthes 1974; Di Mauro 1982) Otros textos característicos del turismo son los folletos y las revistas especializadas, que han tenido un desarrollo espectacular en los últimos tiempos; asimismo, las transformaciones en el concepto de turismo y sus modalidades4 han producido significativas variaciones lingüísticas: al tono impersonal de las guías tradicionales se prefiere hoy el uso de fórmulas más directas y participativas, que impliquen al interlocutor; se atenúa el impacto prescriptivo ampliando el abanico de sugerencias, en consonancia con una creciente diversificación de los “turismos”, y se emplean los tecnicismos con moderación. (Calvi 2000: 93-115) No sorprende, por lo tanto, que la industria turística haya explotado masivamente la comunicación telemática: aunque la venta directa de productos turísticos por Internet sigue siendo bastante limitada, la red se ha convertido en un poderoso instrumento de promoción de imagen para los emisores del turismo, y en una veta inagotable de datos para el viajero. Este tipo de información se caracteriza por el abundante empleo de elementos icónicos y por la interactividad, que permite seguir una trayectoria de búsqueda autónoma; por otra parte, no se ofrecen profundizaciones de los temas tratados, que el usuario interesado sólo podrá encontrar en la producción editorial especializada. El análisis de las páginas web de turismo evidencia el empleo de tipologías textuales y estrategias discursivas que se repiten sistemáticamente, es decir una importante producción de lenguaje en función del interlocutor; entre otros factores, la selección del léxico desempeña un papel fundamental en la articulación del texto. El estudio que se propone a continuación ha sido realizado sobre un corpus de 23 páginas de otros tantos Paradores de turismo, todas pertenecientes al sitio oficial de los Paradores de España (www.parador.es.) La página inicial del sitio, a la que se llega tras haber seleccionado la lengua (se ofrecen versiones en español, inglés, alemán y francés), además de informar sobre las ofertas de última hora, plantea varias opciones tanto de tipo comercial (tarifas y facilidades, servicios para empresas, reservas, teléfonos etc.) como de contenido descriptivo. Entre estas últimas, se destacan ‘Las rutas de los Paradores’ y ‘Conoce nuestros Paradores’; ambas llevan a una página en la que se recapitulan, respectivamente, las sugerencias para itinerarios de viaje de Parador en Parador y el elenco completo de todos los Paradores. De éstos, he seleccionado los siguientes: Hostería de Alcalá de Henares Parador de Aiguablava Parador de Almagro Parador de Argómaniz Parador de Ávila Parador de Baiona Parador de Cañadas del Teide 64
Parador de Cardona Parador de Carmona Parador de Ceuta Parador de Chinchón Parador de Ciudad Rodrigo Parador de Córdoba Parador de Ferrol Parador de Gijón Parador de Granada Parador de Guadalupe Parador de Hondarribia Parador de Pontevedra Parador de Salamanca Parador de Santillana Parador de Vic-Sau Parador Hotel dos Reis Católicos En la elección he tenido en cuenta la distribución geográfica, la ubicación y la tipología del edificio. Como es bien sabido, los Paradores pertenecen a la industria del patrimonio histórico; buena parte de ellos ocupan edificios antiguos, algunos han sido edificados en estilo tradicional y otros, completamente modernos, se destacan por su posición panorámica y la cercanía con centros histórico-artísticos o bellezas naturales. Este tipo de establecimiento hotelero está destinado principalmente al turismo de tránsito, de ahí que se sugieran también rutas, de raigambre histórica o de nuevo cuño, con estancias en diferentes paradores.5 Cada página, a su vez, incluye las siguientes opciones: ‘Álbum de fotos’, ‘Conoce el Parador’, ‘El Parador’, ‘Gastronomía’, ‘Entorno’, ‘Deporte y naturaleza’, ‘Cómo llegar’ y ‘Buscador’. He analizado en particular las páginas de presentación: ‘Conoce el Parador’ y ‘El Parador’. La primera propone una foto del establecimiento, visto por fuera o en su interior, o del panorama circundante; aparecen también una foto pequeña, de persona, que representa a un posible turista, y un breve texto en el que una voz narradora destaca una característica sobresaliente del edificio o de su entorno, dirigiéndose al interlocutor con un tono muy confidencial. En ‘El Parador’ se describe el edificio y su entorno, además de detallar las instalaciones y los servicios ofrecidos; algunas propuestas relativas a la gastronomía local, las visitas imprescindibles en los alrededores y las posibilidades de practicar deportes están desarrolladas en las páginas específicas. Mi análisis parte del concepto de ‘género’, que permite enfocar estas páginas como ejemplo de discurso profesional dirigido a un interlocutor determinado, el cliente de los Paradores -de nivel sociocultural bastante elevado- con la finalidad de destacar no sólo la calidad de los servicios, sino también la relación del establecimiento con el patrimonio histórico-artístico y el entorno natural; la aparición sistemática de ciertos rasgos discursivos depende de la adopción de este género específico. Sobresale en particular el 65
propósito de implicar al interlocutor en el texto, dándole la ilusión de encontrarse directamente en el lugar evocado; en las descripciones, se adopta un tono impersonal para garantizar la objetividad de lo expuesto, pero las preferencias léxicas corresponden a una evaluación subjetiva, hecha en función del destinatario. En conjunto, la elaboración de las páginas responde a un diseño unitario en el que se combinan variación y repetición. En la selección léxica se destaca, ante todo, la ausencia de la palabra ‘turista’, sustituida por términos equivalentes que, sin embargo, carecen de las connotaciones negativas asociadas a la imagen del ‘turista de masas’ que se deja llevar sin tener conciencia de lo que ve: términos como ‘viajero’, ‘visitante’, ‘huésped’ o, en ocasiones, ‘caminante’, son los sustitutos más frecuentes de ‘turista’. En la sección ‘Conoce el Parador’, se procura atraer al interlocutor en una red de sugestiones, con diferentes medios verbales e icónicos. Algunos textos tienen cierta extensión, otros ocupan poco más de una línea; abundan las formas verbales, aunque en algunos casos prevalecen la frases nominales. Aparece casi siempre -salvo en tres casos- un verbo en II persona singular, y todo el texto se ofrece como intervención dialógica de una voz narradora. En 12 de las 23 páginas seleccionadas, el texto se abre in media res, con unos puntos suspensivos seguidos por una forma verbal que aproxima al destinatario al lugar descrito; recurren verbos como mirar, ver, encontrar, descubrir, disfrutar, a menudo acompañados por adverbios u otras expresiones de lugar, que recalcan lo visual: “…y de repente miras a lo alto del promontorio y lo ves” (Parador de Cardona) y “[…] y allí, adosado a las murallas de la ciudad de Santa Teresa, encontrarás el Parador” (Parador de Ávila). La apropiación visual, íntimamente relacionada con la experiencia turística, se propone en tres modalidades: 1) visión del Parador desde fuera; 2) visión del interior del Parador: “Entras en el Parador y más que en una mansión, parece que estás en un galeón” (Parador de Ferrol); 3) visión desde el interior hacia la ciudad, que descuella en el caso de edificios modernos: “…y esas vistas de las rías de Vigo y de Bayona y de las Islas Cíes, que disfrutas desde la fortaleza, son… francamente… indescriptibles” (Parador de Baiona). Otras veces la II persona es sustituida por un ‘nosotros’ participativo que incluye al hablante y al interlocutor: “Entramos en el Palacio de los Condes de Maceda y ahí está esa magnífica escalinata de piedra labrada dándonos la bienvenida” (Parador de Pontevedra). Los tiempos verbales más empleados son el presente, que simultanea el viaje virtual con el real, y el futuro que, con su modalidad prescriptiva, afirma la certidumbre de la visita. Véase también cómo, en el ejemplo siguiente, la implicación del interlocutor se consigue mediante una pregunta directa que hace referencia a su saber enciclopédico: Aparte del Parador, lo más impresionante de esta ciudad, declarada Monumento Histórico Artístico, es su Monasterio. ¿Sabías que fue convertido en priorato monástico por Alfonso XI después de la batalla del Salado? (Parador de Guadalupe).
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o, en otros casos, estableciendo una relación ideal entre el turista de hoy e ilustres ‘visitantes’ del pasado: …Unamuno, Fray Luis de León, Tirso de Molina, Cervantes, Nebrija, Cortés, Colón, Góngora, Garcilaso… En definitiva, ilustres visitantes a los que deben la Universidad y la ciudad de Salamanca parte de su esplendor (Parador de Salamanca).
Sin lugar a dudas, la continuidad con el pasado es un elemento clave de estas páginas, que enfatizan la emoción de alojarse en edificios que rezuman historia: Verás cómo las figuras de Cervantes, Lope y Quevedo te salen al encuentro (Hostería de Alcalá de Henares). ...y nada más entrar en el Parador retrocedes a la Edad Media: gruesos muros de piedra, arcos, lanzas, armaduras... (Parador de Hondarribia). …y mientras andas por el Parador, mirarás hacia abajo y pensarás: “Este suelo que piso albergó en su día los cimientos del palacete de verano de Abderramán I”. Emocionante, ¿no? (Parador de Córdoba).
Obsérvese cómo, en el último ejemplo, la relación con el pasado es puramente imaginativa, puesto que se trata de una construcción moderna, aunque edificada en un paraje histórico. La sección ‘El Parador’ es la más amplia; se divide en dos partes: la primera incluye un texto descriptivo y la segunda, de tipo formulario, recoge los principales datos de interés (dirección, teléfonos, servicios etc.). En el texto descriptivo, se prefieren las formas impersonales, que sin embargo delatan inmediatamente la valoración subjetiva: la finalidad promocional de la página se evidencia en la presentación de elementos de evaluación como si fueran propiedades características del objeto. Se destaca, por ejemplo, el frecuente empleo de adjetivos con valor connotativo, a menudo antepuestos al sustantivo, o acumulados en series bimembres o trimembres: Posee cuatro claustros de inmensa belleza, elegantes estancias, espectaculares habitaciones y un lujoso comedor (Parador Hotel Dos Reis Católicos). Las estancias interiores son acogedoras con aire elegante y sosegado (Parador de Almagro). Distinguido, señorial e ilustre son tres calificativos que definen un interior donde abundan los detalles insignes (Parador de Pontevedra). Cuenta con un interior amplio, acogedor y luminoso que recrea en habitaciones y estancias la calidez del entorno (Parador de Gijón).
Hay calificativos recurrentes (“bellísimo”, “espléndido”, “extraordinario”, “magnífico”, “recogido”, “elegante”, “lujoso”, “confortable”) así como com67
binaciones características de ADJETIVO + SUSTANTIVO: “impresionantes panorámicas”, “excepcional panorámica”, “inmejorables panorámicas”, “hermosas panorámicas”, “espaciosas habitaciones”, “espléndidas vistas”, “excepcionales vistas”, “exquisita decoración”, “bella ciudad”, “relajados paseos”, “plácidos paseos”, “peculiar luz”, “inmensa belleza”, “inigualable comedor”, “cuidado jardín”, “agradable ambiente”, “majestuosas murallas”, “espléndido entorno natural”, “bella localidad”, “legendaria ciudad”, “monumental conjunto”, “típica cocina”. También sobresale el adjetivo “antiguo”, usado a veces en forma superlativa, como se ve en el ejemplo siguiente, en el que se destaca su redundancia: “La tranquilidad del entorno [...] predispone a la visita de antiquísimas iglesias románicas” (Parador de Vic-Sau). Otro aspecto significativo de la selección léxica es la preferencia por palabras cultas o rebuscadas: “estancias”, “rebosar”, “vergel”, “recovecos”, o la forma verbal “fuera” con valor de pluscuamperfecto de indicativo: “El Parador ocupa un palacio que fuera antigua residencia de los Condes de Maceda” (Parador de Pontevedra). Se imita el estilo literario en sus aspectos más convencionales: “En este marco, los cipreses, rosas y alibustres del jardín dibujan una bellísima estampa, pincelada con un espléndido claustro y suavizada por el azul de su piscina” (Parador de Chinchón). En cuanto a los tecnicismos, sobresalen los relativos a la historia del arte, al tipo de construcción y al decorado (“estilo románico”, “mudéjar”, “renacentista”; “alcázar”, “fortaleza”, “castillo”, “palacio”, “palacete”, “masía”, “convento”, “colegio”, “casa consistorial”, “casona”, “mansión gallega”, “molino centenario”; “galerías acristaladas”, “arcadas”, “soportales”, “arquerías”, “bóvedas”, “fosos”, “torres”, “murallas”; “azulejería”, “artesonado”, “forjados”, “camas con dosel”, “celosías”, etc.), a la geografía y accidentes del paisaje (“vega”, “falda”, “sierra”, “serranía”, “montículo”, “pantano”, “tajo”) y a la gastronomía, con especial atención por las tradiciones locales (“cocido madrileño”, “hornazo”, “farinato”, “cartuja de perdiz”, “bacalao”, “ajo blanco extremeño”, “pucheretes teresianos”, “muégado de Guadalupe”, “pollo con langosta”, “goxua” etc.). En la sección dedicada a los servicios, se encuentran algunos tecnicismos, a veces de nuevo cuño, que la hostelería toma prestados de diferentes tecnolectos (aire acondicionado, toma de corriente, salones para convenciones, proyector de diapositivas con mando a distancia, retroproyectores); pero es de destacar también la ausencia de anglicismos. A pesar del tono impersonal, se procura mantener el contacto con el interlocutor, cuya presencia está a menudo evocada o insinuada: el viajero puede disfrutar de hermosas playas (Parador de Aiguablava). El entorno invita a un paseo por el pequeño y entrañable pueblo de Argómaniz (Parador de Argómaniz). Habitaciones confortables y un agradable ambiente ayudan a encontrar el reposo y la tranquilidad (Parador de Santillana).
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Esta sensación de bienestar se acentúa gracias a su piscina y a los jardines que lo rodean (Parador de Córdoba).
En las restantes secciones, de carácter marcadamente prescriptivo, domina la función conativa, que se expresa en la insistente repetición de cláusulas exhortativas, en la II persona singular: Acércate a andar por la Sierra de Béjar y la Peña de Francia. También te aconsejo que aproveches las instalaciones del Parador para nadar o jugar al tenis. Golf, rutas a caballo, capeas taurinas, puenting, caza mayor y menor y pesca son otras actividades que te propongo. Disfruta de ellas (Parador de Salamanca). Pasa al comedor adornado con el tradicional mobiliario de la época y disfruta de exquisitos platos... (Hostería de Alcalá de Henares). Descubre la belleza de Gredos (Parador de Ávila). No te pierdas la ciudad de los Califas. [...] Disfruta de la Mezquita... [...] Acércate también a conocer el conjunto arqueológico... (Parador de Córdoba).
3. Conclusiones En resumidas cuentas, se observa cómo los textos analizados contienen elementos descriptivos muy variados (tipo de edificio, decoración, paisaje, gastronomía, deportes etc.); pero la información proporcionada es genérica, y se destacan los aspectos connotativos, que giran en torno a los conceptos de excepcionalidad, antigüedad y tranquilidad. Por otra parte, resalta la intención comunicativa y la implicación del interlocutor en el discurso, muy marcada en la envolvente presentación inicial, sólo sugerida en la descripción general del Parador y de nuevo dominante en los textos abiertamente regulativos de las otras secciones. La creación de lenguaje específico, como se ve, no consiste en acuñar nuevos términos, sino en fijar unas fórmulas recurrentes, funcionales para los objetivos que se propone el emisor, es decir atraer al turista proponiéndole cierta visión del mundo (amor por la historia y el arte, placer por las tradiciones gastronómicas, deseo de tranquilidad y actividades deportivas). Estos elementos lingüísticos se convierten en rasgos caracterizadores del género: desempeñan esta función, por ejemplo, las palabras clave como “viajero” o “visitante”, las parejas de sustantivos y calificativos, y las formas exhortativas de verbos como “descubrir” o “disfrutar”, que encarecen las cualidades intangibles del destino turístico. NOTAS 1. 2. 3.
Por ejemplo, en Palmer, Posteguillo y Fontanet (2001) aparece la sección ‘The discourse of tourism’. Sin embargo, la bibliografía del sector sigue siendo escasa; véase por ejemplo Febas Borra (1978), Knowles (1989), Dann (1996), Calvi (2000) y Cortini (2001). Ver por ejemplo Alarcos Llorach (1981: 137-139) y Sobrero (1993: 239). Sobre el estereotipo turístico de España, ver por ejemplo Lamo de Espinosa (1993).
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4. 5.
Véase, entre otros autores que han estudiado el desarrollo del turismo en clave sociológica, Leed (1992) y Savelli (1996). La palabra ‘ruta’ es muy productiva en el lenguaje del turismo, y da lugar a la formación de numerosas combinaciones: a las denominaciones tradicionales (Camino de Santiago, Ruta de la Plata etc.), se añaden otras basadas en elementos histórico-culturales (Ruta Imperial, Ruta de los Descubridores), geográficos (Ruta del Sistema Central, Ruta Cantábrica) o incluso gastronómicos, como la Ruta del Pescaíto, que conecta varios paradores andaluces.
BIBLIOGRAFÍA Alarcos Llorach, Emilio 1981 Lengua española. COU. Madrid: Santillana. Barthes, Roland 1974 ‘La Guida blu.’ En: Miti d’oggi. Torino: Einaudi: 118-121 (trad. del francés). Calvi, Maria Vittoria 2000 Il linguaggio spagnolo del turismo. Viareggio: Baroni. Cortini, Michela 2001 ‘La Comunicazione Turistica. Studio dei formati comunicativi del Canale Televisivo Satellitare MarcoPolo.’ En: Languages for Special Purposes: Perspectives for the New Millenium. Tübingen: Gunter Narr Verlag, vol. II: 823830. Dann, Graham M. S. 1996 The Language of Tourism. A Sociolinguistic Perspective. Oxon UK: CAB International. Di Mauro, Leonardo 1982 ‘L’Italia delle guide turistiche dall’Unità a oggi.’ En: Cesare De Seta (ed.), Storia d’Italia. Annali 5. Il paesaggio. Torino: Einaudi: 369-428. Febas Borra, José Luis 1978 ‘Semiología del lenguaje turístico.’ En: Estudios turísticos 57-58: 17-192. Knowles, Murray 1989 ‘Some Characteristics of a Specific Language. The Language of Tourism.’ En: Christer Laurén y Marianne Nordman (eds.), From Office to School. Special Language and Internationalisation. Clevedon/Philadelphia: Multilingual Matters Ltd.: 59-66. Lamo de Espinosa, Emilio 1993 ‘La mirada del otro. La imagen de España en el extranjero.’ En: Información comercial española 722: 11-25. Leed, Eric G. 1992 La mente del viaggiatore. Dall’Odissea al turismo globale. Bologna: il Mulino (trad. del inglés). Palmer, Juan Carlos, Posteguillo, Santiago e Inmaculada Fortanet (eds.) 2001 Discourse Analysis and Terminology in Languages for Specific Purposes. Castelló de la Plana: Publicacions de la Universitat Jaume I. Savelli, Asterio 1996 Sociologia del turismo. Milano: Franco Angeli. Sobrero, Alberto A. 1993 Introduzione all’italiano contemporaneo. Vol. II: La variazione e gli usi. RomaBari: Laterza. Swales, John M. 1990 Genre Analysis. Cambridge: Cambridge University Press. Paradores Nacionales 2002 <www.parador.es>, 2 de noviembre.
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Kris Buyse y Patricia Muñoz Tavira, Lessius Hogeschool Eugeen Roegiest y Anne Vandenberghe, Universiteit Gent EL PROYECTO ELEKTRAVOC-II: HACIA UN LÉXICO ECONÓMICO ESPAÑOL EN SOPORTE ELECTRÓNICO
En el presente artículo se describe la concepción global, las características y el proceso de elaboración del módulo económico del proyecto ElektraVoc-II. De acuerdo con la filosofía global de ElektraVoc, se pretende elaborar una plataforma electrónica del español económico contemporáneo que permita al usuario aprender mediante la práctica y de una manera integrada y dinámica en un contexto de aprendizaje autónomo asistido. El usuario podrá disponer de una base de datos temática con los términos económicos más frecuentes de la prensa y de los manuales y glosarios, insertos en contextos auténticos e introducciones temáticas, lo cual deberá permitirle aprender los términos indispensables para comprender la prensa económica. El proyecto, en el que colaboran la Lessius Hogeschool, la Katholieke Universiteit Leuven y la Universiteit Gent, está en vías de desarrollo. La fase final está prevista para la primavera del 2003. 1. Esbozo histórico y conceptual de ElektraVoc El proyecto ElektraVoc se enmarca, a través de todas sus fases y componentes1, en una concepción global del estudio de la lengua, presentada entre otros en Buyse y Delbecque (2002) y Buyse y Torfs (1998). En ella destacan (i) la forma “integrada” y “dinámica” de los productos didácticos compuestos por unidades adaptables, actualizables y modulares que presentan la lengua como un conjunto; (ii) la atención dedicada –en el marco didáctico global– a los “procesos cognitivos” y “metacognitivos” (planificación, inducción, control y (auto)evaluación) y (iii) –en las horas de contacto– a la “dimensión comunicativa”, procurando así establecer el (iv) lazo con el “uso real” –y con la Cultura– (v) de la forma más “directa” y “agradable” posible. Más en particular se proyecta (vi) integrar mejor el desarrollo de la competencia léxica en el aprendizaje global de la lengua, suponiendo aquélla ya un conjunto de habilidades (comprender y producir; cuidar la pronunciación, la grafía, la morfología, la sintaxis; tomar en cuenta la combinatoria léxica y semántica, las frecuencias, los registros, etc.).2 Por otro lado, también estamos convencidos (véase Lewis 1997) de que “las características del léxico, por una parte, y los procesos implicados en el desarrollo de la competencia comunicativa, por 71
otra, hacen necesarias actividades específicas de vocabulario que permitan la adquisición de un corpus básico y flexible de unidades léxicas, su almacenamiento en la memoria a largo plazo, su rápida y efectiva recuperación y un uso adecuado de las mismas”. (Cervero y Pichardo Castro 2000: 130-131) De ahí la promoción del aprendizaje por la práctica (a través de ejercicios) y la importancia del contexto sintagmático (contextos auténticos, registros, colocaciones, ...) y paradigmático (clasificación temática, derivados y compuestos). Así se pretende responder a las necesidades y oportunidades de los nuevos entornos de aprendizaje de la lengua que vienen imponiéndose desde finales de los años noventa, caracterizados por la mayor cantidad y disponibilidad de medios técnicos, en contraste con la disminución de las horas de contacto. Por medio de un trabajo en equipo –indispensable en vistas a la optimización de la gestión y rentabilidad de los recursos humanos, financieros y logísticos actuales–, convertimos e integramos primero, en el marco de ElektraVoc-I, el Vocabulario básico del español. Listas temáticas (Buyse y Delbecque 1993) en una plataforma electrónica integrada por un léxico temático y contrastivo español-neerlandés (y, dentro de poco, también francés), unos índices alfabéticos, un módulo de ejercicios y un entorno de aprendizaje autónomo asistido.3 2. Características generales de ElektraVoc-II Entretanto también ha arrancado ElektraVoc-II, que tiene por cometido fomentar y sostener más a fondo la integración de las dimensiones pragmáticas y socioculturales del lenguaje, entre otros por medio de la ampliación del vocabulario con un léxico económico, la elaboración de un entorno web y la explotación de fragmentos cinematográficos digitalizados.4 El módulo cinematográfico está integrado por unos veinte fragmentos de películas españolas y latinoamericanas que han sido seleccionadas a partir de los siguientes parámetros: (i) la representatividad cultural, (ii) la particularidad lingüística, (iii) el nivel de dificultad y (iv) el contenido. Estos fragmentos han sido digitalizados de modo que pueden ser visualizados en la página web del proyecto y ser utilizados como material didáctico. El objetivo didáctico implica la completa explotación lingüístico-cultural del módulo audiovisual multimedia. Así pues, de los fragmentos se comentan no solo la información léxica, la información gramatical o la fraseología, sino también los aspectos sociolingüísticos y pragmáticos, la información sobre la película y cierta información cultural específica relacionada con el tema. El programa ElektraVoc-I y el módulo cinematográfico de ElektraVoc-II ya han sido comprobados entre varios públicos. ElektraVoc-I ya se utiliza en múltiples centros de enseñanza, mientras que ElektraVoc-II todavía está en vías de desarrollo. Una fase de experimentación con los materiales del módulo económico está prevista para finales del 2003. Paralelamente al módulo audiovisual multimedia se está realizando el módulo de español económico. A través de la constitución de un corpus 72
electrónico de artículos de prensa económicos y la consiguiente extracción semi-automática de terminología, queremos configurar una plataforma electrónica constituida por una base de datos temática de los términos económicos más frecuentes, acompañados por fichas terminológicas, introducciones temáticas y ejercicios, con el objetivo de ofrecer una plataforma que permita al usuario salvar las dificultades que le suelen impedir leer y comprender la prensa económica. El módulo tecnológico permitirá ofrecer todo el material de ElektraVoc en una plataforma electrónica que promueva el aprendizaje autónomo asistido. En lo que sigue, describiremos más en detalle el desarrollo del módulo económico. Presentaremos, respectivamente, ‘las fuentes’, ‘la clasificación temática’, ‘nuestro análisis electrónico’, ‘la estructura de la base de datos’ y ‘las introducciones temáticas’. 3. Fuentes del léxico económico El corpus está constituido por unos 5500 artículos, procedentes tanto de la prensa general como de la prensa económica especializada, de periódicos españoles y latinoamericanos, todos en línea. Es decir, estos artículos han aparecido en las versiones digitales publicadas en las páginas de Internet de: El Mundo, El País (España) y La Nación (Argentina) para la prensa general y La Gaceta de los Negocios, 5Días, Expansión Directo (España) y Expansión (México) para la especializada. Los artículos proceden de todas las secciones económicas de los periódicos seleccionados. Dado el carácter desigual de la cantidad de artículos de índole económica que aparecen en la prensa general, por un lado, y en la propiamente económica, por el otro, fuimos coleccionándolos diariamente, procurando conseguir cierto equilibrio entre las diferentes fuentes periodísticas con motivo del carácter representativo del corpus. 4. Clasificación temática Para estructurar el léxico económico en sus varios subtemas, recurrimos a diferentes fuentes taxonómicas. Entre otras podemos citar las clasificaciones de los artículos económicos en la prensa general y especializada, las estructuras de los manuales y glosarios de economía, y la propia organización temática de las facultades e institutos de economía. Ante el carácter práctico y didáctico de nuestro proyecto (véase el apartado 2), hemos privilegiado el criterio de los ‘artículos económicos’ en la prensa. Por artículos económicos de la sección ‘Economía’ entendemos los que aparecen en la prensa general. Tratan temas relativamente dispares –de la micro a la macroeconomía, de la economía internacional a la llamada ‘nueva economía’– por lo que optamos por una concepción bastante amplia de ‘lo económico’. Además, dentro de cada artículo, es frecuente que se combinen elementos de distintos ámbitos o disciplinas. Un artículo que trata la situación 73
económica de una nación suele contener información sobre las consecuencias del fenómeno económico para las empresas y para la inversión en bolsa. La actualidad económica se caracteriza particularmente por una interacción continua entre las distintas disciplinas. En las subsecciones y suplementos eventuales, se observan unos clusters: los artículos de las subsecciones ‘Finanzas’, ‘Mercados’, ‘Inversión’ y ‘Dinero’, por ejemplo, se enmarcan todos en el ámbito financiero, por lo que se han analizado juntos para poder elaborar las listas de términos típicamente financieros. Por otro lado, la sección ‘Economía’ en la prensa general recoge artículos que en la prensa especializada se colocan en otras secciones. Finalmente, la ausencia total de subsecciones temáticamente claras en un periódico como Expansión (México) constituye una dificultad suplementaria. Concluyendo, la división de los artículos en subsecciones a veces arbitrarias no es suficiente ni epistemológicamente aceptable con miras a una clasificación clara y fundamentada del léxico económico proveniente de nuestro corpus. Por ello, y frente a esa falta de transparencia, se ha precisado recurrir en una segunda fase a otras fuentes de información. Las clasificaciones de los manuales y glosarios económicos5, por no explicitar sus selecciones y categorizaciones, y de la organización de los departamentos de ciencias económicas, por ser difícilmente actualizable e inspirada por criterios de muy diversa índole, tampoco son suficientes, pero completadas por el primer criterio nos han llevado finalmente a una taxonomía léxica que consta de los siguientes subtemas : 1) empresa, 2) comercio y marketing, 3) recursos humanos, 4) finanzas, 5) economía, 6) nueva economía. La taxonomía se ha simplificado para asegurar una mayor transparencia didáctica. Una subdivisión más detallada no nos parece útil en la elaboración de un léxico ‘básico’, pues, al no encontrarse reflejada la división teórica de los distintos campos de la economía, ‘lato sensu’, en las subsecciones de la prensa, podría haber complicado la posterior tarea de atribución de artículos periodísticos a las categorías temáticas. Con la atribución de los artículos a uno de los seis subtemas, el corpus de 2.400.000 tokens (palabras) se dividió en distintos bloques: 1: Empresa (2.21 MB) 2: Comercio y marketing (233 KB) 3: Recursos Humanos (638 KB) 4: Finanzas (3.73 MB) 5: Economía (5.59 MB) 6: Nueva economía (1.56 MB) Total:
378.695 tokens 38.260 105.351 652.902 964.742 267.822 2.407.772
Los seis subcorpora conseguidos tienen un tamaño desigual debido a una relativa escasez de artículos para ciertos subtemas, a saber: 2) comercio y marketing y 3) recursos humanos. Como es nuestro objetivo guiar a los
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usuarios de la plataforma en su contacto con la prensa económica, hemos mantenido estas desproporciones en el corpus y en los subtemas. 5. Análisis electrónico del corpus A cada una de las clases temáticas, se les asigna un conjunto de términos seleccionados a base de sus frecuencias relativas. Los términos económicos con mayor frecuencia –con respecto a unos criterios cuantitativos preestablecidos, a saber: {test=log likelihood, p = 1, max. wanted = 16000, min freq = 1}6– pueden, en este sentido, ser considerados como los ‘básicos’ para el usuario que quiera familiarizarse con el funcionamiento de la economía tal como se percibe y comenta en la prensa. Para descubrir estas frecuencias en el corpus y en los subcorpora recurrimos, después de haber comparado varias herramientas disponibles en el mercado, al programa WordSmith Tools (Wordlist, Concord y KeyWords), diseñado por Mike Scott, Oxford University Press, el cual nos sirve para observar cómo funcionan las palabras en los textos. Para limitar la cantidad de palabras inútiles trabajamos con un StopList, es decir, una lista de palabras que suelen ser frecuentes pero no económicas. Una vez que WordList ha elaborado una lista de palabras a partir de los textos sometidos a análisis, lematizamos el resultado (véase el 1. anexo) agrupando de este modo las ocurrencias de un mismo término con sus distintas formas para conocer su frecuencia exacta. Por medio del instrumento KeyWords de WordSmith, que permite contrastar un subcorpus con el corpus entero o con un corpus de referencia, llegamos a una lista de ‘palabras claves’ (keywords), es decir, palabras típicas para el subcorpus. El programa calcula el valor de Keyness (“calidad de palabra clave”), es decir, la medida en que el término caracteriza al texto, teniendo en cuenta las frecuencias relativas de los términos (véase un ejemplo del cálculo de las frecuencias en el anexo 2). Durante la misma operación, el instrumento Concord permite generar rápidamente todas las ‘concordancias’ del término. Los contextos así obtenidos pueden conservarse en un documento aparte sin perder las fuentes de procedencia respectivas. Cada contexto se acompaña automáticamente del código que había sido atribuido al documento del que procede. De esta manera, se pueden elegir para cada término unos contextos que apoyan adecuadamente su significado, para uso futuro en las fichas terminológicas del léxico y además para la elaboración del módulo de ejercicios sobre el léxico económico. 6. Estructura de la base de datos léxica Así seleccionados y clasificados, los términos formarán el núcleo central de una base de datos, configurada dentro del programa Multiterm de Trados. Este programa es ante todo un excelente instrumento terminológico y, aunque carece de una serie de posibilidades lexicográficamente importantes para la administración y configuración de las fichas, incluye también la conversión a 75
una base de datos en XML, lo cual para nuestro proyecto constituye una utilidad indispensable para la integración posterior de la base de datos en la plataforma general de ElektraVoc, construida en XML. Para cada término económico en español, se confecciona una ficha (véase, para un ejemplo, el anexo 3) en la que además de la traducción del término en neerlandés y en francés –también está previsto incluir el inglés en una fase posterior–, se encuentran la categoría gramatical, la definición, unos contextos y las fuentes de procedencia. Pueden consultarse, gracias a unos enlaces con la bibliografía, el artículo y el periódico en cuestión, junto con la fecha de publicación en Internet, y las fuentes consultadas para confeccionar las definiciones. El contexto en la ficha precede la indicación de la temática a la que pertenece el mismo. Por último, aparecen en la ficha los eventuales sinónimos y colocaciones del término. 7. Las introducciones temáticas Para completar el léxico económico generado exclusivamente a partir del corpus hemos desarrollado otro material didáctico, a saber: unas introducciones temáticas. Presentan el léxico llamado ‘básico’ según los autores de los manuales.7 Para su selección consultamos manuales teóricos, glosarios y textos auténticos sobre cada tema. Cabe mencionar que no hemos reparado en la frecuencia que tienen en el corpus, sino en la relevancia pedagógica que tienen para el estudiante que, por ejemplo, quiere describir una empresa y necesita para ello un vocabulario específico. El léxico que aparece en las introducciones pretende, además, remediar el problema de las posibles carencias de la terminología recopilada a partir del corpus. Como los textos del corpus han sido coleccionados en un período de cuatro meses consecutivos (de noviembre 2001 a febrero 2002), el léxico está fuertemente determinado por la actualidad económica de ese período. Así, por ejemplo, se explica la alta frecuencia de la palabra ‘corralito’, neologismo común en tiempos de la crisis económica argentina, acontecimiento de gran importancia y ampliamente tratado en la prensa argentina durante la colección de los textos del corpus. Por el contrario, hay términos esenciales que no se encuentran en el corpus y que, gracias a las introducciones, pueden ser integrados en el conjunto. Los términos ‘económicos’ de las introducciones se presentan con un color diferente de manera que el usuario los pueda reconocer como ‘económicos’. Se relacionarán mediante un enlace con una ficha terminológica similar a las fichas de los términos provenientes del corpus. 8. Perspectivas y conclusiones Tenemos previsto ofrecer en la plataforma de ElektraVoc las fichas terminológicas de los subtemas más frecuentes de nuestro corpus económico, para que el usuario pueda, de acuerdo con la filosofía global de ElektraVoc, aprender mediante la práctica y de una manera integrada y dinámica en un contexto de aprendizaje autónomo asistido. La base de datos temática con los 76
términos económicos más frecuentes de la prensa, por un lado, y de los manuales y glosarios, por el otro, insertados en contextos auténticos e introducciones temáticas, debería permitirle aprender los términos indispensables para comprender la prensa económica. Idealmente el usuario dispondrá de las fichas de todas las temáticas, con definiciones y traducciones en neerlandés, francés e inglés, acompañado de un módulo de ejercicios. La relevancia científica y práctica del proyecto está en (i) la combinación única de datos de tres fuentes: unos corpus periodísticos electrónicos actuales, cuyos términos simples y colocaciones han sido aislados por medio de los instrumentos más modernos; una selección de glosarios y manuales; y la competencia rectificadora de unos expertos; (ii) la combinación de un léxico temático –descrito por medio de definiciones, traducciones a varias lenguas, contextos e información gramatical y colocacional–, con textos auténticos y ejercicios; (iii) la integración de estas bases de datos en un entorno y una metodología de aprendizaje. NOTAS 1.
2. 3.
4.
5. 6.
El proyecto tiene varias fases. ElektraVoc-I es una aplicación informatizada que une listas temáticas de vocabulario contrastivo y ejercicios contextualizados con retroalimentación. Así se aprende a trabajar individualmente y a organizar los estudios de manera autónoma, también en los niveles intermedio y superior, donde se podrá disponer en el futuro cercano de los productos de ElektraVoc-II, que tiene por cometido fomentar y sostener más a fondo la integración de las dimensiones pragmáticas y socioculturales del lenguaje. Consta de tres aspectos: un módulo económico, otro cinematográfico (la explotación de fragmentos digitalalizados de películas españolas y latinoanoamericanas) y, para terminar, un entorno web donde el estudiante encontrará los materiales de EV-I y de los dos módulos de EV-II, junto con enlaces y materiales para enriquecer sus conocimientos y/o elaborar ‘informes digitales’. Véanse, e.o., N.C. Ellis (1997: 123) y Binon y Verlinde (1999: 465). Colaboran en ElektraVoc-I, subvencionado por la K.U.Leuven (KUL), la Lessius Hogeschool (LHO) y el ministerio de Educación de la Vlaamse Gemeenschap (la comunidad flamenca): Nicole Delbecque (KUL), directora; Kris Buyse (LHO y KUL) y Dirk Speelman (KUL), codirectores; Sara Six e Hilde Hanegreefs (KUL) y Sabela Moreno (LHO), colaboradoras. La comercialización de ElektraVoc-I está prevista para la primavera de 2003. Para más información: , , . Además de la directora y los codirectores de ElektraVoc-I, el equipo de ElektraVoc-II también consta de unos miembros nuevos: Eugeen Roegiest (RUG), codirector; Lieve Behiels (LHO), codirectora para el módulo económico; Katleen Van den Steen (KUL), Patricia Muñoz Tavira (LHO) y Anne Vandenberghe (RUG), colaboradoras. Nicole Delbecque coordina el módulo cinematográfico, Kris Buyse el económico y Dirk Speelman el tecnológico. Para más información sobre el módulo económico: , <[email protected]>. Nos basamos principalmente en Egas Reparaz y De Vries (1997) y Poppe-Stolk (1987). Thematische woordenschat Spaans voor handel en economie, Amsterdam/ Amberes: Intertaal, 1997. El test compara un corpus con otro y de esta manera aísla los términos que, según un parámetro de probabilidad, serían típicos del primer corpus (i.e. marcadamente más o menos frecuentes que en el otro corpus). Así comparamos los corpus de los subtemas 1, 2, 3, 4 y 6 con el corpus económico general (5) para sacar los términos clave de aquellos corpus. El corpus económico general (5) se ha comparado con un corpus muy amplio de lengua general
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7.
que nos proporcionará el prof. G. Rojo (RAE / Universidad de Santiago). Para más información sobre el test, véase Ted Dunning (1993). Accurate Methods for the Statistics of Surprise and Coinicidence. Computat « p » es el parámetro de probabilidad : cuanto más bajo, más relevante será la diferencia. Un valor inferior a 0.05 se considera como significativo. Aquí se ha manejado un valor de 1 para poder comprobar en un orden decreciente todos los « tokens » y filtrarlos manualmente. Los valores máximo y mínimo constituyen otro filtro : así se podría limitar la cantidad de términos obtenidos. Sin embargo, aquí se ha optado por manejar unos márgenes muy amplios para poder analizar primero la lista antes de filtrarla manualmente. Véase nota 5.
BIBLIOGRAFÍA Binon, J. y S. Verlinde 1999 ‘La contribution de la lexicographie pédagogique à l’apprentissage et à l’enseignement d’une langue étrangère ou seconde (LES)’. En: Etudes de linguistique appliquée 116: 453-468. Buyse, Kris y Nicole Delbecque 1993/1999 Vocabulario básico del español. Listas temáticas. Leuven: Wolters. 2002 ‘ElektraVoc. Aprendizaje del vocabulario español asistido por ordenador’. En G. Fabry (dir.), Jornada de estudios sobre el aprendizaje del vocabulario ELE. Louvain-la-Neuve: UCL y Emabajada de España. Buyse, Kris y Gitta Torfs 1998 ‘Magister. El tutor electrónico de la Handelshogeschool. Un programa de “autoestudio guiado” en un curso de español interactivo’. En: Enfoque comunicativo y gramática. Santiago: Universidad de Santiago de Compostela: 235-265. Cervero, M.J. y F. Pichardo Castro 2000 Aprender y enseñar vocabulario. Madrid: Edelsa. Egas Reparaz F. G. y H. De Vries 1997 Thematische woordenschat Spaans voor handel en economie. Amsterdam/Amberes: Intertaal. Dunning, T. 1993 Accurate Methods for the Statistics of Surprise and Coincidence. Computational Linguistics 19.1 Ellis, N.C. 1997 ‘Vocabulary acquisition: word structure, collocation, word-class and meaning’. En: N. Schmitt y M. McCarthy (dirs.), Vocabulary, description, acquisition and pedagogy. Cambridge: Cambridge University Press: 122-139. Lewis, M. 1997 Implementing the lexical approach. Hove: Language Teaching Publications. E. Poppe-Stolk 1987 ¡Al grano! Vocabulaire economisch-administratief Spaans. Groninga: WoltersNoordhoff.
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Anexo 1: Muestra de un documento de lematización ABARATAR -> ABARATÓ ABASTECER -> ABASTECE ABIERTO -> ABIERTOS,ABIERTA,ABIERTAS ABONAR -> ABONA,ABONAN,ABONADO,ABONADOS ABRIR -> ABRE,ABRA,ABREN,ABRÍA,ABRIENDO,ABRIERON,ABRIÓ,ABRIRÁ,ABRIRÁN ACCIÓN -> ACCIONES ACCIONARIO -> ACCIONARIA,ACCIONARIOS,ACCIONARIAS ACCIONISTA -> ACCIONISTAS ACELERAR -> ACELERA,ACELERE,ACELERÓ,ACELERADO,ACELERADA ACENTUAR -> ACENTÚA,ACENTUÓ,ACENTUADO ACORDAR -> ACORDÓ,ACORDARON,ACORDADO,ACORDADAS ACREEDOR -> ACREEDORES ACTA -> ACTAS ACTITUD -> ACTITUDES ACTIVA -> ACTIVAS ACTIVIDAD -> ACTIVIDADES ACTIVO -> ACTIVOS ACTUACIÓN -> ACTUACIONES ACTUAR -> ACTÚAN,ACTUANDO,ACTÚA,ACTUARON,ACTÚE ACUERDO -> ACUERDOS ACUMULAR -> ACUMULA,ACUMULAN,ACUMULANDO,ACUMULÓ,ACUMULADO,ACUMULADOS,A CUMULADA ADAPTAR -> ADAPTARSE,ADAPTADOS ADEUDAR -> ADEUDA,ADEUDAN ADHESIÓN -> ADHESIONES ADHERIRSE -> ADHIRIÓ ADJUDICAR -> ADJUDICÓ ADMINISTRACIÓN -> ADMINISTRACIONES ADMINISTRADOR -> ADMINISTRADORES,ADMINISTRADORA,ADMINISTRADORAS ADMINISTRAR -> ADMINISTRADO ADMINISTRATIVO -> ADMINISTRATIVOS,ADMINISTRATIVA,ADMINISTRATIVAS ADOPTAR -> ADOPTADO,ADOPTADAS,ADOPTADA,ADOPTE,ADOPTEN,ADOPTÓ ADQUIRIR -> ADQUIRIÓ,ADQUIRIDO,ADQUIRIDOS ADQUISICIÓN -> ADQUISICIONES ADUANA -> ADUANAS ADUANERO -> ADUANEROS AFILIAR -> AFILIADOS AFRONTAR -> AFRONTA,AFRONTAN,AFRONTE AGENCIA -> AGENCIAS AGENTE -> AGENTES AGRARIO -> AGRARIOS,AGRARIA,AGRARIAS AGRAVAR -> AGRAVA,AGRAVADO,AGRAVADA,AGRAVANDO,AGRAVARÁ,AGRAVARSE,AGRAV Ó AGRESIVO -> AGRESIVA,AGRESIVAS AGRÍCOLA -> AGRÍCOLAS AHORRADOR -> AHORRADORES AHORRAR -> AHORRA,AHORRADO,AHORRANDO,AHORRARÁ,AHORRARSE,AHORRÓ AHORRISTA -> AHORRISTAS AHORRO -> AHORROS
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Anexo 2: Una lista de ‘palabras claves’
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Anexo 3: Ejemplo de ficha terminológica en Multiterm
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Pedro Barros García, María del Pilar López García y Jerónimo Morales Cabezas Universidad de Granada EL ESPAÑOL PARA LA COMUNICACIÓN BANCARIA: PROPUESTA DIDÁCTICO-METODOLÓGICA
Los estudios dedicados a los lenguajes especiales se han hecho frecuentes en todas las lenguas, en los últimos años. Como consecuencia de ello, también se ha intentado su aplicación a las enseñanzas de otras lenguas, bajo la denominación de Enseñanza de Lenguas con Fines Específicos. Siguiendo este enfoque, nuestra contribución se centra en un trabajo dedicado al lenguaje bancario: Al principio hemos tratado de situarlo en el conjunto de los estudios lingüísticos, como un lenguaje sectorial, dentro de los lenguajes especiales; después lo hemos analizado desde una perspectiva lingüística y pragmática, proponiendo una metodología integradora, para lo cual hemos presentado una muestra en forma de unidad didáctica. 1. Introducción La necesidad de establecer una mayor relación entre la formación de profesores y alumnos y el mundo laboral y profesional en el que deberán ejercer su trabajo, así como el creciente desarrollo de las Ciencias del Lenguaje, han generado un profundo cambio en el campo de la enseñanza de lenguas extranjeras. A partir de la década de los ochenta, se hace patente, en la investigación lingüística y en las propuestas didácticas, el importante papel que desempeña el componente sociocultural en la enseñanza de la lengua para la comunicación profesional Los planteamientos pragmáticos permitieron centrar la atención en la situación comunicativa y en el estudio de las dificultades que hay que superar en el transcurso de la interacción comunicativa en una lengua extranjera. En consecuencia, la enseñanza de lenguas para la comunicación profesional es, como dice Blanca Aguirre (2000: 35), “un enfoque basado en la comunicación y orientado a la consecución de una determinada competencia comunicativa, que tiene como propósito mejorar las capacidades de comprensión y expresión que se requieren en un determinado campo de actividad profesional”.
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Estos planteamientos han dado lugar a nuevas líneas de investigación que se enmarcan dentro de lo que ya se conoce, en paralelo con lo que se ha venido haciendo para otras lenguas, el Español para Fines Específicos. (Cfr. Bungarten 1990, Cabré 1993, van Hooft 2001) Aunque la tipología en este campo es ya bastante amplia, nos interesaría centrarnos, en esta ocasión, en una propuesta que tenga como objetivo presentar una metodología didáctica y, al propio tiempo, un análisis lingüístico. Para el enfoque metodológico, nos inclinamos, según lo expuesto arriba, por la aplicación de lo comunicativo en la resolución de tareas orientadas a descubrir la relación de la lengua con los usuarios, es decir, prestando una mayor atención a los condicionamientos socio-pragmáticos. Para el análisis lingüístico proponemos la utilización tanto del enfoque tradicional como del enfoque pragmático. El tradicional nos facilita el conocimiento de los procesos creativos, principalmente en el terreno morfológico: afijación, composición, derivación, etc.; el análisis de las estructuras sintácticas: comparándolas con las empleadas en otros lenguajes científico-técnicos o sectoriales. En el léxico nos permite investigar los campos creados por las nuevas tecnologías, buscar las causas de los nuevos significados: especializaciones, generalizaciones, calcos, préstamos, neologismos, polisemia, sinonimia, metáforas, etc.; incluso posibilita el análisis contrastivo de las lenguas para observar las interferencias, las equivalencias, los falsos amigos, las diferencias de amplitud en cuanto a la significación, etc.. Por otra parte, el enfoque pragmático nos orienta principalmente hacia los siguientes aspectos: a) la identificación de la estructura discursiva de los textos profesionales y b) el estudio de las estrategias comunicativas presentes en los textos especializados. Mediante el primer aspecto se pretende determinar el ‘género’específico – en este caso será el bancario–, caracterizado por un ‘registro’ y un ‘lenguaje especial’, que es reconocible por los miembros de una comunidad profesional que “además de poseer uno o varios objetivos comunicativos específicos, está estructurado de forma protocolizada, no exento de variables.” (Swales 1990) El segundo aspecto nos permite poner de manifiesto las estrategias comunicativas, el proceso de interacción entre los interlocutores y el tipo de actitud reinante en función de la modalidad del discurso empleado. Trataremos de aplicar estos criterios en el análisis que sigue; pero antes me gustaría, aunque sea someramente, situar el lenguaje bancario dentro de las lenguas de especialidad, sin entrar en el amplio debate terminológico sobre la pertinencia de la denominación (lenguajes de especialidad, lenguas de especialidad, lenguajes especiales, lenguajes con fines específicos, sublenguajes, etc.)3, que encierra, a su vez, un profundo desencuentro en el campo conceptual ¿Es el lenguaje bancario un lenguaje técnico o sectorial? Si nos apoyamos en las argumentaciones utilizadas por B. Rodríguez4 para diferenciar argot, lenguajes científico-técnicos y lenguajes sectoriales, el lenguaje ‘bancario’ se ubicaría dentro de los lenguajes sectoriales, ya que podríamos situarlo en una posición intermedia de la escala en cuyos extremos coloca los argots, por una parte, y los lenguajes científicos-técnicos, por otra: 84
argot ‘sujetos’ ‘objetos’
+ -
lenguajes sectoriales + +
lenguajes científico-técnicos +
En consecuencia, y de acuerdo con esta clasificación, ‘el lenguaje bancario’, como lenguaje sectorial, sería neutro en cuanto a las variantes ‘sujetos’ (= pensamiento) y ‘objetos’ (= realidad). No obstante, junto a los temas tratados –informativos, transaccionales, jurídicos, publicitarios– y con independencia del destinatario –el conjunto de los posibles clientes–, la finalidad de los distintos productos bancarios modificará el estilo expresivo de los textos, adaptándolos a los objetivos. En nuestro caso, hemos utilizado documentos –contratos de aperturas de cuentas, préstamos, transferencias, cartillas, etc.– y folletos en los que se anuncian determinados productos bancarios. Por esta razón, nuestras consideraciones están hechas en relación con este tipo de textos. Somos conscientes de que sería necesario completar este estudio, tomando como base otro tipo de documentos, dada la plurifuncionalidad del lenguaje bancario, pero en esta ocasión, nos hemos limitado a ofrecer una aproximación al estado de unos textos que, por otra parte, son los más habituales en la comunicación entre la banca y los clientes. Por otra parte, teniendo en cuenta una perspectiva extensional, ocuparía un determinado ámbito coincidente con la lengua histórica y, al propio tiempo, con las lenguas especiales. En definitiva, a nuestro juicio, la consideración del ‘lenguaje bancario’ encajaría perfectamente dentro de la definición que B. Rodríguez propone para los lenguajes sectoriales: Se denominan lenguajes sectoriales aquellos ámbitos de una lengua histórica que, en virtud de las características extralingüísticas tanto de los ‘objetos’ que se designan como del dominio social ‘sujetos’ en que se los designa, quedan individualizados lingüísticamente, adoptando rasgos de los argots o de los lenguajes científico-técnicos. (Rodríguez 1981: 114)
Por último, nos gustaría destacar –a tenor de los documentos analizados– como una prueba más de esta inclusión del ‘lenguaje bancario’ dentro de los lenguajes sectoriales, la falta de ‘objetividad’ –característica básica de los lenguajes científico-técnicos–. En este lenguaje empresarial se utilizan diversos procedimientos para guiar, manipular o persuadir al posible cliente de la conveniencia de un determinado producto o de la segura rentabilidad de sus inversiones, así como de la rapidez y eficacia de sus servicios. Algunos de estos recursos expresivos podrían ser: ● La colocación estratégica de determinados enunciados o frases llamativas: (obsérvese en el texto de las imágenes I, II y III, que la organización del mensaje destaca las palabras claves)
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I
II La frase, “la familia bien, gracias”, va acompañada por una imagen sugerente.
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III En este caso, se juega con el doble valor de las palabras incluidas en el mensaje.
● El empleo de la interrogación como forma de llamar la atención (imágenes IV y V):
IV
V
● El uso de determinadas formas verbales: infinitivo, imperativo, futuro, participio de presente, etc., en por ejemplo, las siguientes frases publicitarias: “Preparar la jubilación te va sentar muy bien” y “Persigue los regalos más buscados y verás lo que te espera”. (Cursiva del autor) Formas verbales que también aparecen en combinación con letras multicolores e imágenes apropiadas, para anunciar también un tipo de libreta infantil y juvenil, como en las imágenes siguientes:
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● La utilización de verbos modales –tales como: poder, creer, ser posible–, para atenuar las informaciones y hacerlas más corteses, y narrativas –ir a + inf., usado en plural– de generalización para marcar la cortesía y la persuasión: “Usted ya puede disfrutar de un depósito que le ofrece a la vez ...” “¿Cree que es posible tener más motivos para invertir?” “Le vamos a dar dos más.” “Le podemos doblar su ingreso” (Cursiva del autor) ● Los recursos corteses privan en los documentos para la relación directa con los clientes: “(...) quiero aprovechar la ocasión para saludarle y animarle a acudir a su Oficina, donde estaremos encantados de atenderle y asesorarle sobre cualquier tema que sea de su interés”. (Fragmento de una carta comercial) Ampliaremos este conjunto de datos en la propuesta que hacemos a continuación, para la que hemos utilizado un corpus recogido en distintas entidades bancarias, sin ningún criterio selectivo. Simplemente nos hemos limitado a tomar lo que hay a disposición de los clientes. En cuanto al volumen, hemos utilizado aproximadamente 1/3 de los documentos, ya que debido al especio del que disponemos, sólo mostraremos los más relevantes para este tipo de lenguaje. 2. Características generales de los lenguajes de especialidad 5: El lenguaje bancario Las lenguas de especialidad profesional presentan una serie de características diferenciadoras que se hacen evidentes también en el lenguaje bancario. 2.1. Dimensión escrita 2.1.1. Aspectos léxico-semánticos Vocabulario especializado en el que se incluyen elementos de nueva creación o adaptación al nuevo contexto: a) Formas compuestas, tomadas de otros campos: (causahabientes, derechohabientes... –del lenguaje jurídico–, compraventa, contraprestación –del lenguaje comercial–). b) Especialización del léxico general de la lengua: (movimientos, productos, talonarios, tarjetas, transferencia, cargo, valores, fondos, saldos, ingresos, abonos, intereses, obligaciones, comisiones, apuntes, cargar, compensar, abonar, devengar, practicar, etc.). 89
c) Uso desmesurado de mayúsculas (Contrato de Apertura, Cuenta a Plazo, Contrato Marco, Cuenta Asociada, Mercados Financieros...). d) Léxico técnico distribuido en campos semánticos (crédito, hipoteca, aval, fianza, precio, coste, importe...). e) Polisemia, en relación con la lengua común (operación [bancaria / quirúrgica]; prestación [económica / social]; órdenes [mandato / ejecución de un movimiento bancario]; valor [acción bancaria / precio]), monosemia, dentro del propio lenguaje bancario, (vencimiento [límite del plazo]; imposiciones [cantidad que se ingresa]; domiciliación [operación que el banco facilita al cliente, como el pago del recibo del teléfono]) y sinonimia, también en el campo de los bancos y con respecto a los usuarios (Entidad/ Oficina [uso indistinto de determinados términos que son equivalentes para los usuarios]; Sucursal; cartilla, libreta de ahorro...). f) Siglas y abreviaturas (TAE [Tasa Anual Equivalente],Cta. Cte. [Cuenta Corriente], .N.I.P. [Número de Identificación Personal] ). g) Préstamos extranjeros (Internet, Intranet, e-mail...). h) Nominalizaciones de formas verbales: (ordenante, interviniente, mandante, descubierto, reintegro, adeudo descuento, pagaré, ...). 2.1.2. Aspectos morfosintácticos La sintaxis de los textos bancarios se ajusta a las múltiples finalidades que se persiguen, en función de los distintos servicios que se ofrecen, lo que hace que la tipología de los diferentes ‘géneros’ exija la adaptación de los recursos lingüísticos a las características propias de los mismos, como son: las cartas de todo tipo, seguros, valores, pagos de recaudaciones, planes de pensiones, etc. No obstante, podríamos destacar algunos aspectos que nos parecen habituales en los diferentes escritos de procedencia bancaria: La claridad de conceptos, la precisión léxica -para lo que se recurre con frecuencia a la acumulación de vocablos con la pérdida o elipsis de los elementos relacionantes, que producen estructuras amalgamadas-, la brevedad y el orden en la exposición, unidos a un tono, por lo general, motivador, persuasivo, que pretende inspirar seguridad y confianza. El registro empleado suele ser el que corresponde a una relación formal, con abundancia de rutinas lingüísticas, frases hechas y clichés, que son habituales en las expresiones corteses, propias de los lenguajes comerciales. Señalaremos a continuación algunos de los rasgos que nos han parecido más significativos: -
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Formación de sintagmas especializados, mediante el empleo de adjetivos especificativos, creados, a veces, para la ocasión: (cuenta vinculadota, tarjeta virtual@cash, saldo deudor/acreedor, interés nominal, cuenta indistinta, órdenes periódicas, entidad pagadora/librada, saldo indisponible, ...). Complejidad sintáctica por acumulación de complementos preposicionales que especifican el concepto: (último tipo de interés nominal de
-
-
descubiertos, contrato de alquiler de cajas de seguridad, llave de control del banco, ...). Adjetivación mediante sustantivos apuestos sin preposición de enlace: (código cuenta cliente, contrato marco, libro registro de visitas,...). Amplia presencia se sintagmas preposicionales, como recurso para denominar los distintos productos bancarios: (código de usuario, cuenta de apertura, cuenta a plazos, órdenes de pago, pago en efectivo, pagos con tarjeta, banca a distancia, dígito de control, caja de seguridad,...). Tendencia a la nominalización y al empleo frecuente de las formas no personales (infinitivo, gerundio y participio de presente y pasado):
“La orden cursada... y ejecutada...” (Cursiva del autor)
-
Sintaxis elíptica con pérdida de elementos determinantes y relacionantes, lo cual genera la acumulación de conceptos. Esta amalgama se produce tanto con sustantivos como con adjetivos, sobre todo para denominar los distintos productos bancarios: “Banesto gestión global fim” “Plan futuro La General RV” “Santander Central Hispano Investment, S.A.”
-
Uso frecuente de las construcciones pasivas y con SE: “En caso de desacuerdo no será prorrogado este contrato.” “El Banco se compromete a...” “El cliente se obliga a [...]” “Las operaciones serán confirmadas por cuenta.” “[...] susceptible de ser extraviado o sustraído.” “[...]la misma (la clave) sea conocida por terceras personas.” “La facturación del Servicio se pacta con una duración [...]”
-
Elisión del artículo: “El usuario del Servicio autoriza la utilización por *Banco Español de Crédito.” Construcciones específicas: “Facturar a futuro.” Orden en la construcción. No se sigue un orden lógico, como el habitual en la lengua escrita, sino un orden impuesto por las necesidades 91
informativas, como sucede en el discurso oral. Así, el texto del siguiente ejemplo, en el que aparece un orden alterado: Por el presente documento se formaliza con el BANCO ESPAÑOL DE CRÉDITO, S.A., en adelante, el Banco, el contrato de alquiler de un compartimento en una caja de seguridad, cuyos números y volumen figuran en las CONDICIONES PARTICULARES. Con el metálico encontrado y con el producto líquido de la subasta, el Banco se hará pago hasta donde alcance, de todos los gastos ocasionados por la apertura y por la subasta y de lo que se le adeude por alquiler, procediendo a depositar o consignar el resto [...]; (Banco español de Crédito)
Se podría haber expresado como sigue y con un orden más lógico: El Banco Español de Crédito formaliza el contrato de alquiler de un compartimento en una caja de seguridad por el presente documento [...].
2.1.3. Aspectos tipográficos -
Siglas y abreviaturas (TAE [Tasa Anual Equivalente],Cta. Cte. [Cuenta Corriente]). Uso desmesurado de mayúsculas (Contrato de Apertura, Cuenta a Plazo, Contrato Marco, Cuenta Asociada, Mercados Financieros...). Empleo irregular de las mayúsculas:
- Utilización del color para jugar con las palabras:
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2.1.4. Aspectos de puntuación y acentuación -
Desigual empleo de los signos de puntuación, con tendencia a la no colocación entre comas de los elementos parentéticos, en aposición o en los marcadores discursivos:
-
Irregularidades ocasionales en la acentuación: Si el arrendatario mostrará su desacuerdo con las nuevas condiciones y lo comunicará al Banco antes de 10 días desde la fecha de su aplicación, podrán resolver el presente contrato, aplicándose en tal caso las últimas condiciones aceptadas hasta la fecha en que haga constar el Banco su disconformidad. (Cursiva del autor)
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-
Empleo de la interrogación como recurso para llamar la atención: “¿cómo quiere conducir sus ahorros?” (imagen IV) y “¿tienes niños de hasta 12 años?” (imagen V).
2.1.5. Aspectos socioculturales En el ámbito de la lengua de los negocios, los interlocutores establecen las relaciones socioprofesionales a partir de ciertos parámetros como: el origen geográfico, el grado de formación cultural, la edad y la especialidad profesional. Por estas razones, en las relaciones de negocios y, concretamente en el caso del lenguaje bancario, no sólo necesitamos conocer un sistema de signos, sino también el significado cultural de los mismos. El conocimiento de las costumbres de otros países y de las pautas de conducta sociales nos permite actuar correctamente, siguiendo unas normas establecidas, lo cual implica, al mismo tiempo, desarrollar las oportunas funciones profesionales. En el caso que nos ocupa, los ejemplos aportados (véanse las imágenes II, I y V) pertenecen al ámbito del círculo familiar y apuntan hacia el común denominador del bienestar social: “La familia bien, gracias” (planes de pensiones); “El mejor respaldo para tu futuro.” y “La mejor desgravación para tu presente (plan de jubilación). “Pertenecen a la generación G” “grande, guay, goloso, ganador, gracioso, game, glup, guap@s” (libreta para niños y jóvenes).
2. 2. Dimensión oral 2.2.1. La conversación en los negocios: oralidad y cortesía Hasta aquí hemos aplicado nuestro análisis a los documentos escritos, utilizados en el lenguaje bancario. Nuestro propósito es hacer lo mismo con los materiales orales –grabaciones en las entidades bancarias, mensajes en los medios de comunicación, conversaciones telefónicas, videoconferencias, etc.–, dado que las actuaciones conversacionales ocupan una gran parte de las transacciones bancarias. En este ámbito, resulta fundamental –para obtener buenos resultados– el adecuado manejo de las reglas que rigen el lenguaje conversacional y, dentro de ellas, las que afectan al empleo de la cortesía, pues, como dice Carreño, (...) sin ella careceríamos del medio más pronto y eficaz de transmitir nuestras ideas, y de hacer más agradable y útil el trato con nuestros semejantes. Nada hay que revele más claramente la educación de una persona, que su conversación: el tono y las inflexiones de la voz, la manera de pronunciar, la elección de los términos, el juego de la fisonomía, los movimientos del cuerpo, y todas las demás circunstancias físicas y morales que acompañan la enunciación de las ideas. (Carreño 1999: 174)
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La falta de espacio nos impide llevar a cabo este análisis en el presente artículo, pero esperamos llenar esta laguna en un futuro trabajo en el que pretendemos recoger los aspectos fundamentales de las interacciones orales en le mundo de la banca, tales como: las estrategias de interacción, la selección del vocabulario en relación con los temas, los procedimientos de cohesión aplicados a la coherencia conversacional, la utilización de los turnos, la observación de lo no verbal y su influencia en la aplicación de los recursos gramaticales, etc. 3. Aplicaciones didácticas 3.1. Fundamentos didáctico-metodológicos La comunicación oral y escrita en el mundo de los negocios presenta dos rasgos que la distinguen frente a la comunicación de las relaciones sociales. El primer aspecto que se debe subrayar es el uso especial de la lengua en situaciones de comunicación profesional (ya sea de forma oral o escrita). Ésta, a la vez, aparece inscrita en el ámbito de las nuevas tecnologías; esto es, interacciones socio-profesionales hechas a través del teléfono, internet o las videoconferencias, ya que, como todos sabemos, las organizaciones empresariales establecen la comunicación utilizando soportes y medios de telecomunicación. El segundo aspecto que nos preocupa es la descripción de un enfoque de la enseñanza del español como lengua extranjera para la comunicación profesional; esto es, definir y describir las situaciones de comunicación en el contexto del español de los negocios. A continuación, vamos a describir una propuesta didáctica de carácter general con objeto de planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje orientado a las lenguas de especialidad. 3.2. Diseño de la unidad didáctica Partimos de una metodología comunicativa en la que el alumno participa de forma activa en el proceso de aprendizaje. El objetivo prioritario consiste en capacitar a los estudiantes para que consigan resolver problemas en situaciones reales de comunicación profesional, y dominen ciertas estrategias para desenvolverse en el contexto socio-profesional. Por otro lado, creemos que en el desarrollo de tareas para la enseñanza del español con fines específicos debe contemplar la utilización de documentos propios de este campo, el empleo de ciertos recursos y formas de comunicación de la lengua de los negocios, así como la adquisición del léxico del campo profesional. Cada unidad debe contemplar unos objetivos generales y unos objetivos específicos. En este tipo de tareas es fundamental que el profesor haga previamente un test de necesidades y contemple las necesidades comunes de los alumnos. 95
Las unidades didácticas tienen que incluir lo que sigue: - Unos contenidos temáticos. - Unos contenidos funcionales. - Unos contenidos gramaticales. - Unos contenidos léxicos. - Una serie de aspectos socioculturales (diferencias en la forma de actuación profesional, en las formas de interacción y en el componente no verbal de la lengua objeto). En cuanto a los materiales y recursos didácticos, proponemos: - Formatos textuales diferentes (cartas, informes, memorandos). - Vídeos, DVD’s y CD’s. - Modelos de telecomunicación (videoconferencias, páginas web...). - Desarrollo de tareas y proyectos complejos en función del nivel de lengua (búsqueda de información y documentación fuera del aula, planteamiento de casos y supuestos, etc.). Al final de cada unidad debemos incluir un sistema de evaluación de los contenidos que han sido aprendidos y diversas fórmulas de refuerzo didáctico. Con ello se pretende que los estudiantes se impliquen en el proceso participando activamente y analizando sus carencias. El objetivo final debe estar centrado en el logro de una adecuada competencia comunicativa socio-profesional y en un uso de la lengua que les capacite para desenvolverse en un determinado contexto. Basándonos en el documento V podemos presentar un esquema para uso didáctico (véase la página 97). 4. Conclusiones Hemos querido ofrecer –dentro de las limitaciones espaciales de las que disponíamos– una propuesta de análisis y aplicación didáctica de una variedad del español, el lenguaje bancario, que hemos caracterizado como una modalidad sectorial, basándonos en las argumentaciones aportadas por otros especialistas. En la introducción de este trabajo, hemos analizado brevemente el estado de la investigación lingüística y de las propuestas didácticas, destacando el importante papel que ha alcanzado el componente sociocultural en la enseñanza de la lengua con fines profesionales. Con estos planteamientos renovados, hemos pretendido integrar en una misma propuesta los principios del análisis lingüístico tradicional y los más recientes procedimientos pragmáticos. Nos hemos servido, para el análisis lingüístico, de documentos auténticos, utilizados por distintas entidades bancarias: sólo hemos presentado una breve muestra del inmenso caudal que hemos recogido. 96
CONTENIDOS FUNCIONALES
CONTENIDOS GRAMATICALES
CONTENIDOS LÉXICOS
ASPECTOS SOCIOCULTURALES
Apertura de una cuenta corriente
Persuadir al cliente
La interrogación publicitaria en el lenguaje bancario
Léxico propiamente bancario y específicamente dirigido a los jóvenes
Idea del ahorro para los más jóvenes. Socialización y círculo familiar
Fórmulas de obligatoriedad e impersonalidad (HAY QUE; SE)
Esquema para uso didáctico:
CONTENIDOS TEMÁTICOS
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Para subrayar algunos aspectos de las estrategias empleadas, hemos acompañado nuestra descripción con las imágenes de diversos folletos bancarios, cuya visualización facilita la comprensión de las expresiones lingüísticas y su intencionalidad, dado que suelen estar sacadas de sus contextos habituales. Por último, para apoyar nuestros planteamientos metodológicos, hemos diseñado una propuesta de unidad didáctica, cuya finalidad será capacitar a los usuarios de la lengua para que puedan desenvolverse, con la competencia necesaria, en un contexto tan específico como es el mundo de la Banca. NOTAS 1. 2.
López Arroyo, B. (2001) recoge un repertorio de opiniones sobre esta problemática, así como una acertada bibliografía. Entre la tipología general de los documentos escritos denominados ‘de especialidad’ se encuentran: cartas, contratos de compra-venta, informes, memorandos, de presentación, de solicitud, de acuse de recibo, de reclamación, de pedido, de recomendación, circulares, sociales (de felicitación, agradecimiento, invitación, pésame, etc.), entre otros.
BIBLIOGRAFÍA Aguirre, B. 2000 ‘El español para la comunicación profesional. Enfoque y orientaciones didácticas.’ En: M. Bordoy, A. van Hooft, A. Sequeros (eds.), Español para Fines Específicos. Actas del I CIEFE. Barcelona: Ministerio de Educación y Deporte: 34-43. 1998 ‘Enfoque, metodología y orientaciones didácticas de la enseñanza del español con fines específicos’. En: Carabela 44: 5-9. Bungarten, T. 1990 ‘Lengua común y lenguaje especializado. Aspectos de una teoría del lenguaje especializado.’ M. A. Álvarez Martínez (coord.), Actas del Congreso de la Sociedad Española de Lingüística XX Aniversario II. Madrid: Gredos: 880-888. Cabré, M.T. 1993 ‘Los lenguajes de especialidad.’ En: M.T. Cabré, La terminología. Teoría, metodología, aplicaciones. Barcelona: Antártica/Empuries: 125-168. Carreño, M. A. 1999 Manual de urbanidad y buenas maneras. Bogotá: Editorial Panamericana. Hooft, A. van 2000 ‘¿Son especiales las lenguas especiales? Apuntes sobre las direcciones en el estudio de los lenguajes de especialidad en el hispanismo.’ En: C. Van Esch, M. Steenmeijer (reds.), Symposium Spaans in onderwijs, onderzoek en Bedrijfsleven. Nimega: Katholieke Universiteit Nijmegen: 51-66. López Arroyo, B. 2001 ‘Sistema y norma en los lenguajes especializados.’ En: C. Muñoz (coord.), Trabajos en Lingüística Aplicada. Barcelona: 715-722. Rodríguez Díez, B. 1981 Las Lenguas Especiales.El Léxico del Ciclismo. León: Colegio Universitario de León. Swales, J. 1990 Genre Analysis. English in Academic and Research Setting. Cambridge: Cambridge University Press. Citamos por M.ª S. Cruz Martínez, ‘El inglés para fines específicos como marco de investigación en el análisis lingüístico.’ En: C. Muñoz (coord.) Trabajos de Lingüística Aplicada. Barcelona, 2001: 308.
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Ángel M. Felices Lago Universidad de Granada PARÁMETROS PARA LA ORIENTACIÓN TEMÁTICA EN EL DISCURSO PROTOTÍPICO DE LA ECONOMÍA SECTORIAL
Las reflexiones metodológicas para la elaboración del primer manual español de E/LE para el estudio intensivo de la temática y el léxico de la economía sectorial de España y Latinoamérica sirven para reabrir la polémica en torno a los criterios teórico-prácticos y los principios empíricos que presiden el diseño de los materiales didácticos del discurso especializado en la actualidad. Se intenta dar una respuesta práctica a preguntas como: ¿Hasta qué punto es especial el lenguaje económico? ¿Por qué se debe elaborar un manual temático y no lingüístico? ¿Cuáles son los criterios para elaborar un manual orientado a la economía sectorial? 1. Introducción El español para fines específicos ha experimentado un desarrollo impresionante en la última década. Se ha publicado una cantidad importante de nuevos materiales en formatos diversos (libros, CD-Rom multimedia, videos, etc.).1 Sin embargo, persisten aún una serie de carencias teóricas, temáticas y metodológicas. Llama la atención la ausencia de investigaciones teórico-prácticas sobre la taxonomización de géneros y registros del español para fines específicos. Tampoco disponemos de estudios específicos (con fundamentación empírica exhaustiva) sobre las características del lenguaje de las especializaciones temáticas más importantes en el español de especialidad.2 La mayor parte de los manuales de enseñanza disponibles se orientan al español comercial, lo hacen de manera muy general y con el propósito de abarcar un poco de todo en ese campo. En cambio, aún no se han elaborado manuales específicos de muchas especializaciones temáticas tan importantes como la teoría económica, la economía española y/o latinoamericana desde un enfoque sociocultural, el marketing, las relaciones públicas, la contabilidad, los seguros, la publicidad, etc. Y de otros temas sólo existe un manual específico, lo cual limita mucho el factor cualitativo en la elección. Éste es el caso del lenguaje jurídico (para extranjeros), el lenguaje de las ciencias de la salud o el lenguaje de los servicios financieros, banca y bolsa.3
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En las líneas que siguen intentaremos justificar la necesidad de seguir aumentando el catálogo de nuevos materiales de español profesional y académico4 mediante la propuesta de un texto que, a nuestro juicio, debería estar al servicio de los estudiantes de E/LE interesados en conocer los rasgos fundamentales de las economías de los países de habla hispana. Se trataría de un manual muy innovador por su temática dentro de la especialidad de español de los negocios. La dimensión global del mundo hispanohablante estaría tratada desde la perspectiva socio-económica y cultural. El producto se dirigiría a alumnos con un nivel medio-alto o avanzado y se trataría del primer manual español para el estudio intensivo de la temática y el léxico de la economía sectorial de España e Hispanoamérica con la introducción de los aspectos más interesantes de la cultura empresarial de España y América Latina. En la actualidad, estos contenidos están experimentando una fuerte demanda por parte de los alumnos extranjeros que siguen cursos de español de los negocios. Asimismo, este enfoque temático sirve para la formación de los profesores que se quieren preparar temas de economía sectorial (la que mayor interés suele suscitar) a la hora de formarse en español de los negocios. Es más, los temas tratados encajarían perfectamente en la formación necesaria para preparar diversos apartados de los exámenes del Certificado Superior y el Diploma de español de los negocios de la Cámara de Comercio de Madrid, tanto en la temática tratada como en la estructura de los ejercicios. Sin embargo, la elaboración de un manual de estas características debe obedecer a una reflexión profunda sobre aspectos teóricos y prácticos que justifiquen la orientación que pudiese darse al producto final. 2. ¿Hasta qué punto es especial el lenguaje económico? Una de las claves para entender la complejidad de la determinación de lo que entendemos como lenguaje económico y comercial reside en el concepto de lenguaje de especialidad y su distinción de la lengua común o general. Existen varias posturas: 1. Los lenguajes especializados como códigos de carácter lingüístico, diferenciándose de la lengua general por poseer reglas y unidades específicas (Hoffmann, 1979). 2. La posición de muchos lingüistas que proceden de la lingüística teórica o descriptiva (Rey 1976, Quemada 1978, Rondeau 1983): Cada lenguaje de especialidad es una simple variante del lenguaje general. 3. Los lenguajes especializados se consideran subconjuntos, preferentemente de carácter pragmático, del lenguaje entendido en sentido global. (Varantola 1986, Picht y Draskau (1985), Sager, Dungworth y McDonald (1980). Al clasificar el concepto de especialidad, se ha chocado con dos interpretaciones diferentes. El criterio de la especialización por la temática (el más clásico) y el de especialización por las características ‘especiales’ en que se desarrolla el intercambio de información. Cabré (1993: 137) afirma que será 100
especializado cualquier tipo de discurso que se aleje de las características generales por un elemento cualquiera de los siguientes: la temática, las características específicas de los interlocutores, las características específicas de la situación comunicativa, la función comunicativa o el canal de transmisión de los datos. La mayor parte de los textos o fragmentos discursivos que puedan incluirse en la etiqueta ECONÓMICO-COMERCIAL responden a la concepción del lenguaje como ergolecto o lengua de trabajo en el sentido que le da Pickett (1989). O sea, un ergolecto opera a nivel de lexis y a nivel de transacción (negociación pragmático-comunicativa entre hablantes), pero apenas lo hace a nivel morfosintáctico. Para Pickett, la lengua económico-comercial es, mayoritariamente, una lengua de mediación entre los aspectos técnicos del ámbito empresarial y la lengua común. No es un registro que esté especialmente diseñado para la comunicación especializada, puesto que el mundo del comercio y los negocios son por definición propia un punto de encuentro entre el especialista y el público en general. 3. ¿Por qué un manual temático y no lingüístico? • La mayor parte de los alumnos interesados en seguir un manual especializado en economía sectorial y regional suele poseer un nivel medio, medio-alto o avanzado. • Los alumnos interesados en este tipo de información suelen poseer conocimientos limitados o estereotipados sobre los contenidos temáticos y específicos que ahí se presentan. Por lo tanto, desean que el material ofrecido se concentre en cubrir esa necesidad. • Existe ya una gran abundancia de textos de E/LE dedicados a la enseñanza de la lengua general en todos los niveles posibles. Por lo tanto, un texto con fines especiales no debe sentirse obligado a reproducir esos contenidos. • La experiencia nos dice que los manuales específicos que introducen actividades gramaticales no suelen añadir nada nuevo respecto a lo que ofrecen los manuales de lengua general. Esa información es percibida como repetitiva por parte de muchos alumnos. • El mayor interés de un alumno de E/LE al optar por un manual de contenido específico (economía sectorial) se centrará en la adquisición pasiva y/o activa del léxico especializado (tecnolectos) y los sintagmas terminológicos desde su aspecto referencial/denotativo. Sin embargo, será mayor aún la necesidad de familiarizarse con la información de contenido técnico y económico. Las actividades deben dirigirse especialmente al desarrollo de esas capacidades. [Ver las actividades y ejercicios que acompañan los textos del anexo I y el anexo III] • Otro aspecto de especial relevancia es la información cultural orientada a los usos y costumbres en la actividad económica de cada país (con independencia de que tenga o no conexión con el lenguaje). [Ver anexo II] 101
4. ¿Cuáles son los criterios para elaborar un manual de economía sectorial? • La elaboración de un manual de estas características supone una preparación previa del profesor de lengua en el ámbito de especialidad, hasta el punto de ser capaz de adaptar la información temática a un público no especialista. Ésa es su principal virtud. • La dificultad del carácter especializado de la información escogida debe superarse mediante su adaptación previa al nivel de comprensión de los alumnos. • El léxico económico y la lengua general comparten un número muy elevado de unidades léxicas, incluso sin variación en el significado. Por lo tanto, no sería necesario incluir ese tipo de unidades en un glosario especial, con la excepción de los términos que se expresen de manera diferente en los países de habla hispana. • Sin embargo, el léxico especializado de mayor dificultad y los sintagmas terminológicos deberán incluirse y definirse en el mismo manual a través de conceptos más simples y en un lugar de fácil acceso. • La información debe distribuirse en función de los tres grandes sectores económicos e incluir, además, otros temas considerados imprescindibles en cualquier tratado sobre la economía de un país (infraestructura natural, población, medio ambiente, mercado de trabajo, etc.). [Ver anexo III, primera parte, para un ejemplo de información sobre los tres grandes sectores económicos en la descripción de un país iberoamericano] • La información económica caduca con inusitada rapidez. El esfuerzo de adaptar y elaborar materiales didácticos tendría que soslayar esa circunstancia en la medida en que eso sea posible. La única manera de producir un material que pueda tener continuidad en un tiempo razonable (al menos unos 5 años) se logra mediante la eliminación de datos y estadísticas que envejecen en breves periodos de tiempo. [Obsérvese detenidamente la forma en que se han adaptado los textos del anexo I y anexo III]. La información no incluida en esa presentación descriptiva de las variables económicas de un país se puede aportar invitando al alumno a leer la prensa diaria o consultar las páginas web que sean relevantes. • Si se incluye información de textos auténticos, ésta deberá buscarse y adaptarse en función de su capacidad de ofrecer información pertinente, interesante y no perecedera. [Ver anexo I. Ahí se introduce un artículo sobre el peso de las constructoras en la economía española. Ese texto acompaña el tema donde se introduce el sector industrial de la economía española] 5. Conclusiones La elaboración de un manual de lenguaje especializado (económico en este caso) supone, desde el inicio mismo de su concepción, la toma de decisiones muy importante. Éstas van desde el nivel de adaptación de las dificultades 102
propias de un lenguaje pensado para especialistas hasta la orientación lingüística o temática de los contenidos ofrecidos, sin olvidar el perfil comunicativo propio de un material diseñado para la enseñanza de E/LE. Optar por uno u otro modelo supone renunciar a una parte del público potencialmente interesado y afrontar la posible incomprensión de aquellos que tengan que juzgar ese trabajo desde los dos lados de la frontera: la del especialista y la del filólogo. A estas disyuntivas se une otra realidad: un mercado mucho más reducido que en el caso de los productos orientados a la enseñanza general de E/LE. Un manual de estas características tampoco puede perder de vista que la información respecto a la economía española y latinoamericana debería ofrecerse en función de los contenidos económicos más adecuados para entender el perfil económico de cada país y del conjunto de la región. A la hora de incluir la información de cada país, las diferencias culturales deben tenerse muy en cuenta, de la misma forma que el glosario con la terminología de los textos debería incluir también las variantes utilizadas en España o América. NOTAS 1.
2. 3.
4.
Entre los materiales producidos en estos últimos años, merecen destacarse los cursos multimedia en CD-Rom dirigidos por Félix San Vicente: El español de las ciencias sociales y El español de las artes y los bienes culturales. Asimismo, merece reseñarse el curso multimedia en CD-Rom denominado En el mundo de los negocios y que ha sido elaborado a través del programa LEONARDO (proyecto nº SK/98/1/84016/PI/1.a) con la colaboración de la empresa Soluziona (filial de Unión Fenosa), las universidades de Alcalá, Bolonia, Comenius (Bratislava), Economía de Bratislava, Granada y la Cámara de Comercio e Industria de Madrid. Véase a este respecto lo que se dice en Moreno Fernández (1999), Felices Lago (2000) y Martín Martín y otros (1996). Sin embargo, a comienzos de esta década se publicó un excelente tratado teórico sobre el lenguaje del turismo en español (cfr. Calvi, 2000). El mayor número de manuales de especialización temática disponible en el mercado del E/LE (derecho, comercio, ciencias de la salud, turismo, secretariado, etc.) ha sido ofrecido por SGEL a través de la serie dirigida por Blanca Aguirre con el título de El español por profesiones. En esta denominación nos hemos inspirado en Alcaraz Varó (2000), ya que los argumentos esgrimidos para definir el inglés de especialidad como inglés profesional y académico nos parecen perfectamente válidos para referirnos también al español.
BIBLIOGRAFÍA Alcaraz Varó, E. 2000 El inglés profesional y académico. Madrid: Alianza. Cabré Castellví, M. T. 1993 La terminología. Teoría, metodología, aplicaciones. Barcelona: Antártida. Calvi, M. V. 2000 Il linguaggio spagnolo del turismo. Viareggio-Lucca: Mauro Baroni.
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Felices Lago, Á. M. 2000 ‘Revisión crítica de la enseñanza de los tecnolectos empresariales en España.’ En: Lebende Sprachen (Zeitschrift für fremde Sprachen in Wissenschaft und Praxis) XLV, 2: 75-78. Hoffmann, L. 1979 ‘Towards a theory of LSP. Elements of a methodology of LSP analysis.’ En: Fachsprache 1: 1-2. Martín Martín, J. y otros 1996 Los lenguajes especiales. Granada: Comares. Moreno Fernández, F. 1999 ‘Lenguas de especialidad y variación lingüística.’ En: S. Barrueco, E. Hernández y L. Sierra (eds.), Lenguas para fines específicos (VI). Investigación y enseñanza. Alcalá de Henares: Universidad: 3-14. Picht, H., Draskau, J. 1985 Terminology: An Introduction. Guilford: University of Surrey. Pickett, D. 1989 ‘The sleeping giant: Investigations in business English.’ En: Language International I: 1. Quemada, B. 1978 ‘Technique et langage.’ En: B. Gille (ed.), Histoire des techniques. Paris: Gallimard. Rey, A. 1976 Néologie en marche, série b: langues de spécialité 2. Québec: Gobierno. Rondeau, G. 1983 Introduction à la terminologie. Chicoutimi, Quebec: Gaëtan Morin. Sager, J.C., D. Dungworth y P.F. Mcdonald 1980 English Special Languages: Principles and Practice in Science and Technology. Wiesbaden: Oscar Brandstetter. San Vicente, F. 1998 El español de las ciencias sociales. Texto y CD-Rom. Bolonia: CLUEB. Varantola, K. 1986 ‘Special Language and General Language: Linguistic and Didactic Aspects.’ En: ALSED-LSP Newsletter 9, 2: 23.
APÉNDICES Nota: Los anexos de esta sección se han extraído de la siguiente obra publicada recientemente: Felices, Ángel, Mª Ángeles Calderón, Emilio Iriarte y Emilia Núñez (2003): Cultura y Negocios: El español de la economía española y latinoamericana. Madrid: Edinumen.
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ANEXO 1: LA PRENSA INFORMA El artículo que hemos seleccionado nos va a ilustrar sobre un aspecto de sumo interés. Nos relata cómo las constructoras españolas se están transformando en corporaciones multinacionales a gran velocidad. La construcción se amolda a los macroproyectos Las grandes empresas españolas ganan tamaño para acceder con garantías a la realización de grandes obras El sector de la construcción español culminó hace algunos años un importante proceso de concentración que ha servido para constituir grupos que distan mucho de la tradicional empresa dedicada en exclusiva al ladrillo y al cemento. Hoy, hablar de Dragados, Fomento de Construcciones y Contratas (FCC), ACS o Ferrovial es hablar de grupos cuya facturación supera con creces los 3.000 millones de euros o queda al borde de esa mágica cifra, inimaginable hace una decena de años. ¿Cuál es la razón de esa apuesta casi desaforada por el tamaño? Un buen número de expertos señalan que el boom de concentraciones tiene su origen en que "la necesidad de realizar infraestructuras grandes y complejas, puesta de manifiesto no sólo en España sino en todo el mundo, conlleva la creación de grandes proyectos que, a su vez, exigen grandes empresas, capaces de gestionarlos con éxito". Y ofrecen varios argumentos para sustentar esta tesis. En primer lugar, la envergadura económica. "Los grandes proyectos exigen una determinada capacidad financiera y recursos e instrumentos de gestión adecuados". Un segundo razonamiento consiste en los problemas técnicos que plantea la puesta en marcha de un macroproyecto. "Únicamente las empresas que posean medios humanos y materiales suficientes pueden asegurar la correcta realización de este tipo de obras", y recuerdan el caso de la gran tuneladora utilizada para la construcción de los nuevos trazados de la red del Metro de Madrid. Téngase en cuenta que estas medidas pueden tener una notable repercusión social, dado que en ocasiones se han tenido que formar auténticos pueblos para dar cobijo a las personas que están trabajando en un gran proyecto que se está desarrollando en un lugar aislado. Por último, los expertos consultados destacan que es cada vez más frecuente que los clientes, ya sean públicos o privados, cada vez pongan más exigencias en el proceso de precalificación de las empresas que optan al macroproyecto. Adaptación del artículo de Jorge Rivera en El País Negocios (13/02/00)
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En líneas generales... En parejas: a)
Habla con tu compañero y pensad en tres grandes construcciones de infraestructura de vuestro país. Por ejemplo, una gran autopista, una presa en un río muy grande, etc. Explicad, si lo sabéis ¿qué tipo de empresa la construyó, cuánto tiempo se necesitó, con qué capital se financió, etc...? b) Pensad de nuevo en vuestro país ¿creéis que ya cuenta con todo tipo de infraestructuras? ¿Necesita alguna nueva construcción para satisfacer las necesidades de sus ciudadanos? c) ¿Pensáis que España, en comparación con vuestro país, cuenta con una infraestructura mínima satisfactoria? ¿ necesita alguna en especial? ¿cuál? Vamos al grano... a. La tendencia a la concentración de las empresas constructoras se debe a varios factores. De las siguientes afirmaciones sólo 4 son verdaderas, indica cuáles son: 1.
Las pequeñas y medianas empresas constructoras se asocian para competir contra las grandes empresas. 2. Las pequeñas empresas de construcción se agrupan y trabajan juntas para compartir costes. 3. Las pequeñas empresas de construcción no pueden abordar las grandes obras de infraestructura que necesita el país. 4. Las pequeñas empresas se asocian para satisfacer todas y cada una de las expectativas de sus clientes. 5. La creación de grandes proyectos conlleva la necesidad de grandes empresas que hagan viable su gestión. 6. Las medianas empresas de construcción se agrupan para conseguir el máximo porcentaje del mercado de la vivienda. 7. Únicamente las grandes empresas constructoras cuentan con suficientes medios materiales y recursos humanos para la construcción de gran envergadura y magnitud. 8. Las pequeñas y medianas empresas pueden fácilmente afrontar el compromiso de construir infraestructuras de gran escala. 9. Las pequeñas y medianas empresas tienen suficiente capacidad y recursos para la realización de cualquier tipo de construcción. 10. Recientemente los clientes de las empresas constructoras que optan por un macroproyecto son más exigentes en el proceso de selección y precalificación.
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b. Dentro del sector de la construcción ya hemos visto que existen Pymes y grandes empresas. Además de su tamaño puedes indicar qué otras características las diferencian.: Pymes
-Restauración -----------------------------------------------------------
Grandes constructoras
-Facturación ---------------------------------------------------------------
En parejas tratad de indicar cuáles son algunas de las repercusiones sociales y ecológicas que los proyectos de las grandes infraestructuras conllevan: Por ejemplo: gran demanda de mano de obra. ------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------ANEXO II: ASÍ NOS VEN. ASÍ NOS VEMOS. EN PERÚ Reuniros en grupos y pensad en los aspectos más destacados que conocéis de Perú. Luego, cada grupo debe exponer sus ideas para hacer una puesta en común. A continuación, vais a leer el texto siguiente... La historia de la conquista del Perú fue un episodio especialmente significativo que conviene conocer. Sin embargo, Perú hoy es un país en plena transformación con grandes posibilidades de futuro, a pesar de sus problemas 107
actuales, sobre todo de pobreza, u otros ya pasados, de terrorismo y narcotráfico. Es también un país de contrastes. Las distintas capas sociales están muy acentuadas. Los peruanos asignan las letras A, B, C, para referirse a la más elevada, media y baja. Ahora bien, eso no quita que el peruano sea una persona cordial, con buenas formas, con una manera de hablar que se puede calificar de señorial y en la que no hay cabida para expresiones malsonantes o de sonrisa fácil. El tuteo no se utiliza hasta que no se alcanza un buen nivel de confianza. Son gente con iniciativa y están acostumbrados a los retos difíciles, pues les ha tocado vivir en un entorno natural y geográfico muy difícil. Antes de ir de viaje, todo debe planificarse con cuidado y por escrito. Hay que dejar margen de tiempo en la agenda, porque las demoras son previsibles (como suele ser el caso de muchos países de esta zona del mundo). Las presentaciones suelen ser muy formales, con intercambio de tarjetas y siempre con la invitación a tomar café, que debe aceptarse. El saludo acostumbrado entre las mujeres es besarse una sola vez en la mejilla. En las clases directivas de las empresas es frecuente encontrar cargos de responsabilidad formados en universidades estadounidenses. Los planteamientos de negocios (comerciales o de inversión) hay que procurar hacerlos con el rigor necesario y aportando toda la documentación. Cuando se efectúe una exposición, hay que tener en cuenta que el peruano tiene un punto de orgullo. Se debe negociar con tacto y sin herir susceptibilidades, valorando en todo momento la capacidad profesional del socio potencial. Tampoco hay que olvidar que en este país se valora la calidad y la proyección de futuro, por lo tanto deben destacarse los aspectos tecnológicos y de gestión del producto que se oferte. El negociador peruano rechaza pronunciarse directamente sobre los asuntos que se discuten. Procurará dejar ver su criterio sutilmente. Desde luego, las obligaciones contractuales deben quedar bien redactadas. Enfrentarse con trámites judiciales en Perú no es deseable, ya que el sistema todavía necesita mejoras sustanciales. La hospitalidad es también una característica del peruano, aunque invitar a alguien a una cena o reunión social en un domicilio exige bastante confianza y se debe corresponder con flores o, mejor aún, con una botella de buen vino. Aunque cueste algún esfuerzo, dejar restos de comida en los platos se interpreta como un gesto de mala educación. En línea con otros países de Hispanoamérica, el papel de la mujer en la empresa es todavía bastante limitado, aunque se van observando progresos. La sociedad peruana, por otra parte, es bastante abierta. Se pueden abordar todos los temas de conversación, pero es recomendable extremar la prudencia en cuanto se hable de la política social y la historia del descubrimiento. Adaptación del artículo de F. Safont en El Exportador (enero, 1999)
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El test de la adaptación. ¿Crees que tendrías éxito como hombre de negocios en Perú? Si lo quieres saber, realiza el siguiente test. 1.- Cuando te relacionas con gente que no conoces mucho... a) Le tuteas desde el principio. b) Le hablas siempre de usted. c) Le hablas de usted hasta que te pide tutearle. 2.- Cuando estás en una conversación... a) Expresas directamente tu opinión b) Nunca das tu opinión c) Expones tu opinión de una manera discreta 3.- Cuando invitas a alguien a tu casa para cenar... a) No necesitas tener mucha confianza b) Nunca invitas a nadie a tu casa c) Debes tener bastante confianza 4.- Cuando te invitan a comer y no tienes confianza ... a) Nunca llevas obsequios b) Llevas el postre c) Llevas flores o una buena botella de vino 5.- Durante las comidas en otros países... a) Te gusta hablar de política b) Te gusta hablar de la historia del país para demostrar interés c) Eliges temas relajantes Resultados Si has contestado A suma 1 punto. Si has elegido B, suma 2 puntos y si has optado por C, suma 3 puntos. Suma el total de puntos y verás los resultados. Entre 12 y 15 - Eres perfecto para entablar relaciones en Perú, muestras un carácter abierto y respetuoso con aquellos aspectos más destacados de las relaciones sociales en este país. Entre 9 y 11 - Aunque te muestras muy flexible en ciertas facetas, debes pensar en mejorar tu actitud con respecto a ciertos temas relacionados con la socialización. Con un poco de ánimo y esfuerzo te auguramos un futuro muy prometedor en este país. 8 puntos o menos - Debes hacer un gran esfuerzo en relación a tu personal manera de entender las relaciones sociales. Recapacita y podrás tener éxito en este campo.
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Situación Llega a la estación de autobuses y decide tomar un refresco. Para mostrarse abierta, se dirige al camarero directamente y le cuenta un chiste. El proyecto empresarial que lleva a cabo en Perú parece ser más complejo de lo que había previsto. No ha tenido en cuenta la flexibilidad horaria y los transportes funcionan con más lentitud de la esperada Le presentan a otra empresaria peruana y tras besarle en la mejilla y ofrecerle su tarjeta de visita le propone tomar un café. Al realizar la exposición de su proyecto le piden documentación que él/ella considera innecesaria. Percibe cierta desconfianza al exponer sus ideas y al tratar de sugerir mejoras en las ideas de los demás.
Tú Un/a peruano/a
Tu compañero/a
2.- Una empresaria extranjera llega a Perú y se encuentra con las situaciones que se exponen a continuación. Intenta pensar en las distintas reacciones que tendrías. Luego, intercambia las respuestas con tu compañero/a. Finalmente, decidid cómo creéis que reaccionaría alguien de Perú.
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ANEXO III: VIAJE A LA ECONOMÍA DE AMÉRICA LATINA CHILE Extensión geográfica (km2) Población (millones) Capital del país Otras ciudades importantes Densidad demográfica Sistema de gobierno Moneda PIB (per cápita)
756.950 km2 15, 02 Santiago de Chile (La capital y el área metropolitana concentra a más de 6 millones de habitantes) Concepción, Viña del Mar, Valparaíso 19,8 hab./km2 República democrática presidencialista Peso chileno $5.000
¿Cómo crees que afecta la situación geográfica de un país a su economía?. En grupos, intentad pensar en tres formas diferentes en las que ésta puede influir en la producción de diferentes tipos de productos. PANORAMA DE LOS SECTORES ECONÓMICOS. La República de Chile forma una estrecha franja de tierra que discurre entre el océano pacífico y la cordillera Andina. Tiene una longitud de norte a sur de 4.270 km y una anchura media de 200 km. Si a esto se añade que el 80% del territorio es montañoso, estamos ante un país con una estructura muy peculiar. Este conjunto de factores hace que las diferencias regionales en todos los sentidos sean muy grandes en Chile. Santiago, la capital, concentra más de un tercio de la población y casi el 50% del PIB. La red de transportes es aún inadecuada pero se ha ido mejorando rápidamente mediante concesiones al sector privado. Las telecomunicaciones, en cambio, presentan un alto nivel de desarrollo, siendo pioneros en la privatización del sector en América Latina. Si bien Chile es un país con gran potencial agrícola y un importante exportador de productos hortofrutícolas a EE.UU. y Europa, al aprovechar la inversión de las estaciones, paradójicamente el sector atraviesa una grave crisis desde finales del siglo pasado debido al incremento de los costes de producción y al establecimiento de restricciones a los productos chilenos en los mercados exteriores. Los productos más importantes de su sector agrario son los hortofrutícolas, el vino y los recursos forestales de todo tipo, cuya explotación se concentra al sur del país. El sector forestal incrementa su importancia con el valor añadido incorporado a las manufacturas de madera destinadas a la exportación. Por otra parte, la pesca es una actividad en fuerte expansión en el norte del país. El 90 % de la producción pesquera es 111
absorbida por la industria reductora, fundamentalmente con destino al consumo animal (harinas de pescado y aceites). Aun cuando sea dependiente del exterior en productos energéticos y bienes de equipo, Chile ha sido siempre conocido como país rico en recursos minerales, sobre todo cobre y nitrato sódico, donde se sitúa como mayor productor mundial. La única gran empresa pública, Corporación del Cobre (CODELCO) podrá continuar la explotación de la cuarta parte de las reservas mundiales estimadas en mineral de cobre. El país también posee explotaciones de mineral de hierro, molibdeno, manganeso, cinc, plata y oro y dispone de grandes reservas de litio. El pujante sector minero resulta particularmente atractivo para la inversión extranjera, pese a la volatilidad de precios que sufre frecuentemente este tipo de productos. La industria, en particular la manufacturera, gana peso en la economía, con tasas próximas al 20% del PIB. Los sectores de mayor crecimiento en los últimos años son alimentación y bebidas, muebles, artículos eléctricos y electrónicos y maquinaria no eléctrica. Chile está esforzándose día a día por diversificar su oferta exportadora, todavía dominada por los segmentos y productos tradicionales: harina de pescado, celulosa, cobre y otros productos minerales. Por lo que se refiere al sector servicios, destaca en primer lugar el gran dinamismo del turismo, que ha seguido desarrollándose pese a la crisis en Argentina, principal país de origen de los visitantes. Los servicios financieros, la distribución comercial y la de energía han experimentado un notable crecimiento, expandiéndose por toda la región, y situándose a la cabeza del proceso privatizador latinoamericano de la década de los 90. En definitiva, la economía chilena, a diferencia de otras muchas economías americanas, se puede definir como abierta, con normas claras y estables, apoyada en unos recursos naturales diversificados, mano de obra cualificada, empresarios de primer nivel y una Administración seria y ágil. Comprendiendo el texto 1.- ¿Qué relación existe entre la privatización de la red de transportes y las telecomunicaciones en Chile? 2.- ¿Puedes expresar con tus propias palabras qué significa la expresión "aprovechar la inversión de las estaciones"? 3.- Se dice que Chile posee un gran potencial en la agricultura: exporta a EE.UU y Europa. Sin embargo, este sector sufre una fuerte crisis. ¿No te parece paradójico?. Razona tu respuesta. 4.- ¿Cómo definirías el concepto de industria reductora? ¿Qué relación crees que existe con el mal de las vacas locas? 5.- ¿Podemos encontrar en Chile monedas de 1, 2 y 5 céntimos de euro? Razona tu respuesta. 6.- Al igual que Chile es el país elegido por los argentinos para sus vacaciones, ¿Cuál es el mayoritariamente elegido en el tuyo?. ¿Hay alguna razón especial para esto?. 112
7.- En el último párrafo se define las características primordiales de la economía chilena. ¿Podrías volver a definirla tú con tus propias palabras?. BLOC DE NOTAS PARA EL HOMBRE Y LA MUJER DE NEGOCIOS • El 77% de los chilenos son mestizos y el 20% descendientes de europeos. En cuanto a la religión, el 77% se declara católico y un 13% evangélicos. • Un 20% de la población chilena ha entrado en el siglo XXI en el umbral de la pobreza, si bien disminuye cada año gracias al gran crecimiento económico que disfrutó el país durante la última década. • Cada año se celebran en Santiago numerosas ferias de distintos sectores. Cabe destacar la feria multisectorial FISA, que se celebra en la primera quincena de noviembre. • El tipo impositivo general del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) es del 18%. En cuanto al Impuesto sobre Sociedades, en Chile se llama Impuesto de Primera Categoría, es del 15%. • La red viaria consta de unos 85.000 kms, de los cuáles menos de 20.000 están asfaltados. La red ferroviaria es de 4.500 km., aunque su situación no es muy buena (déficit, equipos obsoletos, etc.). Sin embargo, Chile cuenta con un sistema de transporte marítimo bien desarrollado, con más de 60 puertos públicos y privados. • Chile ha empezado el siglo XXI como modelo de desarrollo económico para América Latina. Este buen resultado económico con altas tasas de crecimiento se ha debido a la acertada y pragmática gestión macroeconómica y al programa de reformas aplicadas en los últimos decenios (liberalización comercial, programa de privatizaciones del sector público y reformas en seguridad social y educación). • Gracias a las buenas calificaciones que la República de Chile ha venido obteniendo de las agencias internacionales de rating, como Standard & Poor´s, Moody´s y Fitch & Ibca y gracias también a la valoración de otros analistas internacionales, como el informe riesgo-país de The Economist Intelligence Unit donde ocupa el primer lugar de Latinoamérica como mercado de interés, la inversión extranjera ha seguido afluyendo a este país. ☺A partir de la información obtenida en el bloc de notas, vamos a discutir en grupos cuáles serían los conceptos que mejor definirían la idiosincrasia y la economía chilena. Explicad las razones que os han llevado a tal elección.
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Mestizaje 15%
Informe favorable Tercer Mundo
Luteranos Paupérrimo Número Uno Despilfarro
Autopistas
Pobreza
30%
Desarrollo
Cruce de caminos
Mercado Rentable Renovación
Eficacia
Peaje
Empresa Pública
Navegación
Antepenúltimo
Exposiciones variadas
NOTICIAS BREVES: Valparaíso, puerta del comercio Valparaíso está situada en la región V, en la costa del Pacífico, a 120 km. de Santiago de Chile. Cuenta con un puerto de carga que, junto con el de San Antonio, es el más importante del país como emisor y receptor de mercancías internacionales. Dicho puerto es líder en transferencia de contenedores y carga general de la costa oeste de América del Sur. Es el punto de conexión con todos los países miembros o asociados a Mercosur (Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay); es una puerta de entrada y salida para el comercio con la región Asia-Pacífico, y la principal conexión terrestre entre Chile y Argentina a través de un corredor terrestre entre dos océanos que tiene su eje en los puertos de Valparaíso (Pacífico), Buenos Aires, Montevideo y Santos (Atlántico). Las uvas de mesa, kiwis, manzanas rojas, peras, manzanas verdes y carozos son los principales productos de exportación embarcados desde este puerto, que concentra, además, la exportación de la producción de las Regiones V a VII, incluyendo la Región Metropolitana. Adaptación del artículo de la revista El Exportador (Noviembre, 2001) El vino chileno descorcha su plan Las ventas de vino chileno se consolidan en todo el mundo. Su calidad y su buen precio le hacen muy competitivo. Así, sus exportaciones han venido aumentando en una tasa del 32% anual. Ahora, los industriales tienen un plan más agresivo: vender la marca país en los cinco continentes. Esta historia no es una leyenda. Con más de un centenar de empresas, la industria vitivinícola chilena se ha modernizado y crecido, sus vinos compiten –muchas veces derrotan– a algunos de los más reputados del mundo y representan casi el 5% de las exportaciones mundiales del sector. 114
El vino chileno ha experimentado durante 18 años un crecimiento espectacular en las mesas de todo el mundo. Sobre la base de un clima y suelo favorable y variado, que permite producir diferentes variedades, con las barreras naturales de la cordillera andina, el desierto y el océano para detener el paso de plagas, con políticas de apertura al exterior, incorporación de tecnologías modernas y mano de obra barata, la industria ha atacado con vigor los mercados. Adaptación del artículo de Manuel Délano en El País Negocios (8/09/02) Crea tu propio anuncio publicitario A partir de la información obtenida en los dos apartados anteriores, crea un anuncio publicitario en el que reflejes claramente las características más relevantes de estos dos aspectos concretos de la economía chilena.Para ello, te presentamos cuáles deben ser las características principales del lenguaje de la publicidad: Cuando se habla de publicidad se ha de distinguir entre la publicidad meramente comercial, que persigue un fin económico: la venta de un determinado producto; y la publicidad institucional: la de campañas de solidaridad o humanitarias, prevención de enfermedades, donación de sangre, Cruz Roja, DOMUND... En todo mensaje publicitario desempeña un papel fundamental la connotación y la metáfora, ya que en muchas ocasiones lo que realmente quiere adquirir el comprador son esos valores asociados o connotativos más que el objeto en sí. Esto explica el fenómeno actual de que las marcas ya no señalen o identifiquen únicamente los productos sino también a sus consumidores, que pasan a formar parte de un grupo connotado con unas determinadas cualidades: modernidad, juventud, lujo, elegancia, distinción, economía, eficacia, etcétera. Para implicar al receptor se usan más las modalidades oracionales imperativas, interrogativas y exclamativas. Por ejemplo: “¿Quién consume a quién?” (Ministerio de Sanidad de España ) El rasgo semántico más característico del lenguaje publicitario es el de la connotación, que tiene una función evocadora, un fin persuasivo. Por ejemplo: “El sabor del éxito.” (Viña Alcorta) El lenguaje publicitario se caracteriza por la brevedad, eficacia y concisión.
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Danny Masschelein VLEKHO-Brussel TODOS LOS SUBJUNTIVOS EL SUBJUNTIVO
Artículo-reseña de M. Hummel, Der Grundwert des spanischen Subjunktivs. Tubinga: Gunter Narr Verlag, 2001 y de W. Nowikow, La alternancia de los modos Indicativo y Subjuntivo en las cláusulas subordinadas sustantivas. Poznan: Adam Mickiewicz University Press, 2001. En la profusa bibliografía que ha suscitado el tema del uso de los modos en castellano se pueden destacar, a grandes rasgos, dos tendencias. Determinados investigadores presentan una descripción detallada de la selección de los diferentes modos en todos los contextos en que pueden aparecer, renunciando –a veces explícitamente– a identificar el valor o la función que podrían tener en común todos los usos individuales. Éste es el enfoque de la mayor parte de los estudios didácticos, cuyo exponente más típico quizá sea la obra de Borrego, Asencio y Prieto (1986). Los autores en cuestión proponen nada menos que 77 reglas distintas; no niegan que el subjuntivo puede tener una caracterización unitaria, pero este valor general se situaría, según ellos, “en niveles de abstracción incompatibles con toda operatividad práctica”. (Borrego, Asencio y Prieto 1986: 8) Otros estudiosos, en cambio, han intentado reducir la alternancia del indicativo y del subjuntivo a un binomio del tipo ‘realidad/irrealidad’, ‘actualización/no actualización’, ‘objetividad/subjetividad’, ‘aserción/no aserción’, etc., aunque tampoco faltan aproximaciones en que se distinguen dos subjuntivos distintos (el subjuntivo dubitativo o epistémico y el subjuntivo optativo o deóntico, por ejemplo). Las dos publicaciones comentadas en este artículo reseña, que –quizá debido a su carácter ‘periférico’: la primera ha sido publicada en alemán, la segunda en una editorial polaca– no han recibido la atención que merecen, se inscriben en las dos tendencias señaladas. El estudio de Hummel (2001) es más ambicioso que el de Nowikow (2001): aquél pretende explicar el funcionamiento del sistema modal recurriendo a un valor fundamental que dé cuenta de todos los usos modales (sean cuales sean las condiciones sintácticas en que se efectúe la selección, independientemente de la variación diatópica, diacrónica, diastrática y diafásica; el autor hasta parece aspirar a elaborar un modelo válido para las diferentes lenguas románicas); éste más bien presenta 117
su estudio como una propuesta metodológica, y se limita a describir la alternancia modal en el contexto de las subordinadas sustantivas. Antes de formular una propuesta propia, Hummel establece un estado de la cuestión. (Hummel 2001: 23-49) Rechaza los enfoques que presentan la alternancia modal como una selección automática determinada por elementos superordinados (predicados, conjunciones, etc.); según él, la co-ocurrencia del subjuntivo con elementos contextuales no significa que el modo carezca de un valor semántico propio. Al contrario, las correlaciones más estrechas se darán precisamente en los casos en que el valor fundamental del subjuntivo se actualice de una manera prototípica (p.ej. en oraciones introducidas por quiero que o para que). (Ibídem: 61, 91, 206-220) El autor también critica las tentativas de explicar el uso de los modos mediante dicotomías del tipo ‘realidad/irrealidad’, ‘actualización/no actualización’, etc.: estas oposiciones generalmente no permiten rendir cuenta de todos los fenómenos de alternancia; a menudo, los lingüistas sólo han conseguido describir los efectos superficiales de una dicotomía más abstracta que no han logrado poner al descubierto. Hummel subraya que el subjuntivo generalmente se caracteriza en términos negativos: se suele afirmar que el hablante que selecciona el subjuntivo renuncia a realizar una aserción, o hace abstracción de la factualidad, etc. (Ibídem: 26) Según él, queda por determinar el valor ‘positivo’ del subjuntivo (no obstante, el autor parece aceptar el carácter eminentemente negativo del modo: “Zum Wesen des Subjunktivs gehört sein negativer Bezug zum Indikativ”). (Ibídem: 77) [“Es típico que el subjuntivo se defina en términos negativos con respecto al indicativo.”] En los casos en que sí se propone una definición positiva, se suele atribuir al subjuntivo un valor –la expresión de la postura subjetiva de alguien ante un enunciado– que, en realidad, corresponde al predicado regente. (Ibídem: 56) Sin duda, no es una casualidad que el capítulo más corto del estudio de Hummel sea el dedicado a la base empírica en que se sustenta su análisis. (Ibídem: 50-53) El autor no ha realizado un estudio sistemático y exhaustivo de un corpus o de un conjunto de corpus, sino que se ha limitado a recoger los ejemplos propuestos en la literatura secundaria; en ciertos casos, ha pedido la opinión de un número indeterminado (“zwei oder mehr”) [dos o más] de informantes procedentes de la Península. (Ibídem: 52) Ni que decir tiene que la exigüidad de la base empírica pone en tela de juicio la validez de la teoría esbozada por el autor. Los ejemplos citados, si no han sido inventados por el autor o por los investigadores que éste cita –así, Hummel copia ejemplos como No lloro porque me han suspendido, sino de rabia por la mala suerte o Que lo haya hecho, es cierto sin preguntarse siquiera hasta qué punto las construcciones son aceptables o gramaticales–, proceden de los géneros, registros, ámbitos geográficos y períodos más diversos. En sus conclusiones, Hummel reconoce la necesidad de averiguar sus hipótesis mediante un estudio circunstanciado de la variación lingüística (‘parole’). (Ibídem: 275-277) En la obra comentada, sin embargo, se dedica en primer lugar a investigar las posibilidades intrínsecas del sistema (‘langue’). Incluso intenta probar que su 118
teoría es (o fue) válida para las diferentes lenguas románicas, si no en su variante ‘estándar’ contemporánea, al menos en un registro o en una época determinada. Así, resulta algo exagerada la atención prestada por el autor a la posibilidad de utilizar el subjuntivo en subordinadas introducidas por creo que (aquí, Hummel parece invocar el uso italiano como argumento a favor de su tesis). Los ejemplos aducidos no sólo son demasiado heterogéneos, sino que también se presentan truncados, o desprovistos de contexto adecuado. Esta práctica refleja la convicción del autor de que el subjuntivo tiene un valor semántico propio, independiente de elementos contextuales. Así, al comparar las variantes El hecho de que se pueden distinguir dos grupos y El hecho de que se puedan distinguir dos grupos, el autor (Hummel 2001: 188) afirma que la segunda tiene un efecto “retórico” más pronunciado, y pertenece a un registro más “elevado”. (Ibídem: 188) Dado que ni siquiera examina enunciados completos, es evidente que no puede prestar atención a criterios como la función gramatical y/o la posición de las subordinadas introducidas por el hecho de que (en la lengua escrita, las subordinadas sujeto antepuestas de este tipo suelen llevar un verbo en subjuntivo) o la influencia de elementos contextuales (la naturaleza semántica del predicado, por ejemplo). De la misma forma, sorprende que Hummel se base en dos ejemplos procedentes de la revista Hola (y extraídos de un estudio ajeno) para avanzar la hipótesis de que el uso de la forma en -ra con el valor de un pluscuamperfecto de indicativo se debe al deseo de los autores de la prensa amarilla de remedar los usos del romanticismo español: es sabido que el uso en cuestión también se da en otros tipos de periodismo. Después de pasar revista a algunos de los usos “centrales” del subjuntivo (ibídem: 54-72), Hummel explica en qué consiste, según él, el valor fundamental de este modo. (Ibídem: 73-91) Parte del hecho evidente de que las formas de subjuntivo son formas verbales y que, por consiguiente, se utilizan para presentar “Ereignisse” [“eventos”]. El indicativo enfoca los eventos desde el punto de vista de su “existencia”: conceptualiza “das Eingetretensein (Existenz) von Ereignissen” (Ibídem: 75) [“el hecho de haber ocurrido (la existencia de) un evento”]; al seleccionar este modo, el hablante presenta el evento como ya realizado o en curso de realización, o se anticipa a la realización del evento en el futuro. El subjuntivo, en cambio, es el modo de la “incidencia”: focaliza los eventos “spezifisch unter dem Aspekt des Eintretens”. (Ibídem: 74; cursiva del autor) [“específicamente bajo el aspecto del ocurrir”] El hablante que emplea el subjuntivo admite –implícita o explícitamente– la contingencia del evento: puede que éste no se produzca, o que no se haya producido; si ya se ha producido, se reconoce la posibilidad de que hubiera podido ser de otro modo: se sugiere que se ha realizado una de las muchas posibilidades que existían (ibídem: 75; el capítulo 5 está dedicado íntegramente al uso del subjuntivo en referencias a eventos ‘reales’). A medida que avanza en su exposición, el autor va deslizando cada vez más la palabra “möglich” [posible] en su descripción del valor fundamental del subjuntivo (ibídem: 87, 91, 228, 248, 271), hasta el punto de que uno puede pregun119
tarse si tras el disfraz de su propuesta –aparentemente novedosa– no se oculta una nueva versión de la clásica lectura epistémica. En el capítulo dedicado a las sustantivas que dependen de verbos enunciativos (“Äuβerungsverben”, en el sentido amplio de la palabra: también se comentan predicados como creer, pensar, sospechar), Hummel afirma que en este contexto lo que se focaliza no es el evento designado por el verbo subordinado, sino el enunciado en sí. (Hummel 2001: 126-141) Según él, en un caso como No creo que sea así se niega el enunciado, pero no el contenido de la subordinada. No deja de ser discutible esta generalización. (Véase, a este propósito, Bosque 1990: 36-42) Por otra parte, Hummel no aporta claves que permitan explicar la diferencia entre No cree que haga nada, No cree que lo he hecho yo y No creas que lo he hecho yo. Hummel dedica su capítulo 7 a la relación entre los conceptos de modalidad y modo. (Hummel 2001: 143-175). Según él, el modo verbal funciona en un ámbito más abstracto que la modalidad, la cual se suele plasmar en elementos léxicos (adverbios como tal vez, o predicados como deseo que, por ejemplo). No obstante, el parentesco semántico de modo y modalidad explica que en ciertos contextos se produzca una redundancia parcial. Ello explica, según el autor, la alternancia modal en oraciones que contienen la locución adverbial tal vez, o el uso del indicativo en oraciones condicionales introducidas por si: la modalidad expresada por el adverbio de duda o la conjunción es tan específica que resulta innecesario (o, en el caso de determinadas oraciones condicionales, imposible) seleccionar el subjuntivo. En el capítulo siguiente, el autor se pregunta si el imperativo es un modo independiente, o si más bien se trata de una modalidad; finalmente, sugiere que el imperativo se debe considerar una manifestación específica del valor fundamental del subjuntivo, inducida por una función pragmática especial. (Ibídem: 176-187) En el capítulo 11, Hummel centra su atención en la relación existente entre modos y tiempos. (Ibídem: 221-251) Señala que el subjuntivo carece de la precisión temporal típica del indicativo: la propia contingencia que caracteriza el modo subjuntivo implica que resulta difícil, si no imposible, situar los eventos designados en el eje temporal. Ya se ha visto que Hummel rechaza las tentativas de explicar el uso de los modos como un fenómeno de rección; sin embargo, la selección de los tiempos del subjuntivo, en su opinión, sí se puede describir, en la mayor parte de los casos, mediante las reglas de la ‘consecutio temporum’. El autor aboga por la realización de un estudio empírico de la variación lingüística; ahora bien, es sorprendente que no haya consultado la obra de Eberenz (1981: 87-96), que presenta un estudio cuantitativo del uso de los tiempos (también de los tiempos del subjuntivo). En el capítulo 12, finalmente, Hummel distingue entre dos acepciones del término ‘aspecto’. (Ibídem: 252-270) En su sentido amplio, la palabra se refiere a la perspectiva desde la cual el hablante enfoca la realidad; si se utiliza con este valor, se puede decir que el modo es un aspecto (de hecho, el autor utiliza la palabra ‘Aspekt’ en su definición de la incidencia). En el sentido más tradicional de la palabra, la categoría ‘aspecto’ se refiere a la conceptualización de la estructura temporal interna de un evento (cf. la oposi120
ción ‘perfectivo’/‘imperfectivo’). Según el autor, el subjuntivo expresa el aspecto imperfectivo de la realización de un evento. Nowikow (2001) afirma que ha analizado la selección modal a partir de un corpus de ejemplos procedentes de las variedades peninsular (artículos periodísticos) y mexicana (lengua hablada), pero no incluye información precisa sobre la composición y la extensión de dicho corpus. A diferencia de Hummel, este investigador polaco parece hacer hincapié en la importancia de la relatividad en cuestiones lingüísticas: en su capítulo 1, en el que pasa revista a los diferentes enfoques teóricos que se han adoptado en los estudios dedicados a la selección modal, reserva un apartado entero a dicotomías del tipo ‘ley’/‘tendencia’, ‘norma’/‘variedad’, ‘centro’/‘periferia’. Nowikow presta mucha atención a ciertas variantes diatópicas (así, señala que en la lengua hablada de México, a diferencia de lo que sucede en el español peninsular, parece admitirse el uso del subjuntivo detrás de la locución a lo mejor, o en preguntas indirectas, etc.). El autor no niega que el subjuntivo tiene un significado propio, pero opina que también la configuración sintáctica puede influir en la selección modal. De hecho, uno se pregunta cómo Hummel justificaría la alternancia Está cansada de que le digan siempre lo mismo / Está cansada porque le dicen siempre lo mismo, que Nowikow atribuye a una diferencia en el grado de cohesión sintáctica (cuanto mayor sea la cohesión, más fácil resultará usar el subjuntivo, y los lazos entre una principal y una sustantiva son más estrechos que los que existen entre una principal y una subordinada causal). Dada la importancia que el autor polaco otorga a la variación lingüística, resulta normal que se decante por un estudio multifactorial del fenómeno de la alternancia modal. En su segundo capítulo, Nowikow presenta los diferentes niveles de su análisis: distingue entre los niveles sintáctico, semántico, pragmático, informativo, textual y discursivo. Incurre en algunas inexactitudes y omisiones. Así, presenta las frases queramos o no, nos guste o no, sea lo que fuere como “fórmulas estereotipadas” (Nowikow 2001: 48) , lo que significa que no ha sabido reconocer la productividad de las fórmulas reduplicativas. En el apartado dedicado a las aportaciones de la escuela pragmática (ibídem: 26, 6670), el autor deberá añadir referencias a la obra de Haverkate (1989, 2002), que parece desconocer, sin duda porque la primera versión de este texto fue publicada en neerlandés. En el capítulo final, Nowikow comenta un módulo sintáctico-semántico, un módulo semántico-pragmático y un módulo pragmático-informativotextual. En el primer módulo, estudia la influencia del significado del predicado en la selección modal. Señala que la oposición modal más postulada es la que se establece a partir de los conceptos de ‘aserción’ y ‘no aserción’. A su juicio, el concepto de ‘aserción’ se combina mejor con el indicativo que el de ‘no aserción’ con el subjuntivo. (Nowikow 2001: 95) Nowikow está dispuesto a admitir que los predicados de contingencia son compatibles con la noción de ‘no aserción’, pero opina que esto no es el caso de los predicados deónti121
cos. Efectivamente, resulta difícil interpretar en términos ‘veritativos’ el empleo del subjuntivo en una completiva que depende de un predicado deóntico. Así, en el ejemplo La Audiencia accede a que el gal Labade cumpla cadena perpetua en Francia no cabe refutar el contenido de la completiva mediante una frase como No es verdad, ni confirmarlo diciendo Es verdad. Uno puede preguntarse si Nowikow maneja una definición adecuada de la ‘(no) aserción’: define el concepto de aserción como ‘compromiso del hablante con la verdad de lo que se declara en el complemento’. (Nowikow 2001: 59) No está claro cómo se podrían describir, partiendo de esta postura, fenómenos como la mentira y la ironía. Otros autores desvinculan los conceptos de aserción y juicio ‘veritativo’. (Bosque 1990: 27-36; Ridruejo 1999: 3219) Por otra parte, Nowikow también parece equiparar las nociones de ‘posterioridad’ y ‘no aserción’: afirma que los predicados esperar y confiar siempre conllevan el rasgo ‘no aserción’, también al combinarse con un futuro de indicativo. (Nowikow 2001: 97) No queda claro si el autor polaco niega la posibilidad de combinar una aserción con una perspectiva de futuro. En el pasaje dedicado a la posibilidad de utilizar el predicado en posición parentética y a las construcciones en que la sustantiva figura en posición inicial, Nowikow formula algunas observaciones atinadas acerca de la importancia de la cohesión existentes entre las cláusulas regente y regida. Sin embargo, no presta la atención debida a la relación entre la posición de la subordinada y la función sintáctica de la misma; hubiera podido beneficiarse de la lectura de Delbecque & Lamiroy (1999). Por otra parte, el autor no llega a deslindar los conceptos de ‘aserción’ y ‘presuposición’; hasta parece sugerir que la presuposición automáticamente entraña aserción: “Los PRED de ‘valoración’ se ven relacionados con el concepto de [+ASER] al presuponerse el contenido de la subordinada como verdadero.” (Nowikow 2001: 103) En el módulo semántico-pragmático, los modos se estudian como “marcas comunicativas de creencias”. (Ibídem: 109) Nowikow estudia los predicados de valoración emotiva (afirma que el contenido de la subordinada tiene “carácter presupuesto” independientemente del modo que se seleccione) y la influencia de la negación y de la interrogación. Dedica un apartado muy extenso a los VEP o “verbos con estereotipos positivos” (como creer, decir y saber) y los VEN o “verbos con estereotipos negativos” (como dudar, negar e ignorar). Señala, con razón, la asimetría existente entre dudar (que se puede parafrasear como no creer) y negar (que no equivale a no decir, sino más bien a decir que no). (Ibídem: 120) Afirma que el indicativo es más “regular” detrás de creer, decir, saber que detrás de no dudar, negar, ignorar, y que el subjuntivo es más habitual detrás de no dudar, negar, ignorar que detrás de creer, decir, saber. (Ibídem: 121) Incluye el verbo descartar en la lista de los VEN, a pesar de que, en realidad, esta forma no se comporta de la misma manera que dudar, negar e ignorar (tiende a construirse exclusivamente con subjuntivo, sea cual sea la polaridad de la principal). (Ibídem: 130) En el módulo pragmático-informativo-textual, Nowikow comenta el rechazo textual, la diferencia entre soportes y aportes informativos, y las evocaciones intertextuales (o anáforas textuales). En el apartado dedicado al nivel 122
‘informativo’, reproduce un fragmento interesante sacado del periódico Ya: en el título se usa el indicativo (Nunca afirmó que el cuadro que él vendía era un ‘greco’) y en la propia noticia el subjuntivo ([...] nunca afirmó que el cuadro que vendió a Francisco Zaragoza fuera un ‘greco’). Según Nowikow, esta variación refleja una distinción del tipo informativo: mediante el subjuntivo se representan informaciones compartidas (en este caso, porque se supone que el lector ya ha leído el título), mientras que el indicativo se usa para introducir informaciones nuevas. Por otra parte, no es raro que las formas seleccionadas en los títulos difieran de las utilizadas en la propia noticia: no se debe perder de vista que los autores de los títulos y del cuerpo de las noticias generalmente son dos personas distintas. Nowikow no analiza la relación entre el rechazo textual (No creo que Pablo tiene suficiente dinero) y la anáfora textual (Me parece raro que nos hayan engañado), fenómenos que presenta en dos apartados diferentes, a pesar de que en los dos casos se reproducen las palabras pronunciadas o escritas por otra persona. Sin embargo, en la primera construcción se mantiene el indicativo utilizado por el interlocutor (a pesar de la polaridad negativa de la principal), mientras que en la segunda se utiliza un subjuntivo que no figuraba (necesariamente) en el texto (producido o imaginado) evocado. En sus conclusiones, Nowikow recalca que la selección modal depende de la presencia e interacción de varios parámetros; la presencia de todos los parámetros mencionados no es obligatoria en todas las combinaciones posibles. (Nowikow 2001: 145) Es una lástima que la monografía de Nowikow quede deslucida por numerosos errores de imprenta y de acentuación (ibídem: 72, 77, 89, 96, 99, 105, 107, 112, 114, 119), faltas de conjugación y de ortografía (“percebidas”, ibídem: 70; “eligido”, ibídem: 84), usos inaceptables del artículo indefinido (ibídem: 62, 65), etc. Ciertos errores de imprenta dificultan la lectura del libro. Así, en el ejemplo 86b el indicativo pueden se deberá sustituir por el subjuntivo puedan (ibídem: 111, ejemplo 86b); en la página siguiente la misma cita sí que se reproduce de manera correcta. (Ibídem: 87) El autor transcribe erróneamente un ejemplo de Porto Dapena (1991): se debe leer No digas que te aburres, en vez de No digas que te aburras. (Ibídem: 120 nota) Uno puede preguntarse, finalmente, qué combinación multifactorial justifica el uso del indicativo en la construcción “es significativo que […] señalan”. (Ibídem: 122) En sus conclusiones, Hummel admite que, dado el carácter abstracto de su descripción, ésta quizá no se pueda adoptar sin cambios en el contexto de la enseñanza; no obstante, apunta algunas pistas que podrían permitir a los profesores sacar provecho de su análisis. Nowikow no comenta las repercusiones didácticas de su método multifactorial, pero lo más probable es que a muchos estudiantes les cueste manipular un conglomerado inestable y proteico de parámetros de la más diversa índole. No obstante, es recomendable que los autores de futuros manuales dedicados al tema de la selección modal se familiaricen con los dos enfoques ilustrados por los autores alemán y polaco. 123
En un contexto didáctico que tiende a reconocer cada vez más la pluralidad de los estilos de aprendizaje, el manual ideal podría ser aquel que presentara una sabia dosificación de las dos aproximaciones. BIBLIOGRAFIA Borrego, J., J.G. Asencio y E. Prieto 1986 El subjuntivo. Valores y usos. Madrid: Sociedad General Española de Librería. Bosque, I. (ed.) 1990 Indicativo y subjuntivo. Madrid: Taurus. Bosque, I. V. Demonte (eds.) 1999 Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Espasa. Delbecque, N. y B. Lamiroy 1999 La subordinación sustantiva: las subordinadas enunciativas en los complementos verbales. En: Bosque y Demonte (eds.) 1999: 1965-2081. Eberenz, R. 1981 Tempus und Tekstkonstitution im Spanischen. Tubinga: Gunter Narr Verlag. Haverkate, H. 1989 Modale vormen van het Spaanse werkwoord. Dordrecht/Providence: Foris. 2002 The Syntax, Semantics and Pragmatics of Spanish Mood. Amsterdam/Philadelphia: John Benjamins. Hummel, M. 2001 Der Grundwert des spanischen Subjunktivs. Tubinga: Gunter Narr Verlag. Nowikow, W. 2001 La alternancia de los modos Indicativo y Subjuntivo en las cláusulas subordinadas sustantivas. Poznan: Adam Mickiewicz University Press. Porto Dapena, J.Á. 1991 Del indicativo al subjuntivo. Valores y usos de los modos del verbo. Madrid: Arco/Libros. Ridruejo, D. 1999 Modo y modalidad. El modo en las subordinadas sustantivas. En: Bosque y Demonte (eds.) 1999: 3209-3251.
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COLABORAN
Blanca Aguirre, Universidad Complutense de Madrid, Puerto Rico 22, 28016 Madrid, España. Email: [email protected] Pedro Barros, Universidad de Granada, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Filología Española, Campus Cartuja, 18071 Granada, España. E-mail: [email protected]. Kris Buyse, Lessius Hogeschool, Departement Handelswetenschappen, Sectie Spaans, Campus Handelshogeschool, Korte Nieuwstraat 33, 2000 Antwerpen, België. Email: [email protected]. Maria Teresa Cabré, Universitata Pompeu Fabra (Barcelona), Facultat de Traducció i Interpretació, Departament de Traducció i Filologia, Institut Universitari de Lingüística Aplicada, Rambla, 30-32, 08002 Barcelona, España. Email : Teresa.Cabré@trad.upf.es Maria Vittoria Calvi, Universitá degli Studi di Milano, Facoltá di Scienze Politiche, Instituto di Lingue straniere, Via Mercalli, 23, 20122, Milano, Italia. Email: [email protected] Daniel Cassany, Universitata Pompeu Fabra (Barcelona), Facultat de Traducció i Interpretació, Departament de Traducció i Filologia, Institut Universitari de Lingüística Aplicada, Rambla, 30-32, 08002 Barcelona, España. Email: [email protected] Sitio personal: http://www.upf.es/dtf/personal/danielcass Sitio de la red investigación: http://www.upf.es/dtf/xarxa/pral
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Ángel Felices Lago, Universidad de Granada, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Campus Universitario de Cartuja, 18071 Granada. España. Email: [email protected] Danny Masschelein, Hogeschool voor Wetenschap & Kunst, Campus VLEKHO, Koningsstraat 336, 1030 Brussel, België. Email: [email protected] Andreu van Hooft, Universiteit Nijmegen, Faculteit Letteren, Communicatieen Informatiewetenschappen, Sectie Spaans, Erasmusplein 1, 5.18A, 6525 HT Nijmegen, Nederland. Email: [email protected] María del Pilar López García, Universidad de Granada, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Filología Española, Campus Cartuja, 18071 Granada, España. Jerónimo Morales Cabezas, Universidad de Granada, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Filología Española, Campus Cartuja, 18071 Granada, España. Email: [email protected]. Patricia Muñoz Tavira, Lessius Hogeschool, Departement Handelswetenschappen, Sectie Spaans, Campus Handelshogeschool, Korte Nieuwstraat 33, 2000 Antwerpen, België. Email: [email protected]. Eugeen Roegiest, Universiteit Gent, Vakgroep Romaanse Talen (anderen dan Frans), Blandijnberg 2, B-9000 Gent, Bélgica. Email: [email protected]. Anne Vandenberghe, Universiteit Gent, Vakgroep Romaanse Talen (anderen dan Frans), Blandijnberg 2, B-9000 Gent, Bélgica. Email: [email protected].
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Títulos publicados de Foro Hispánico: FORO 1 (1991): La nueva novela histórica hispanoamericana. (agotado) FORO 2 (1991): Exploraciones semánticas y pragmáticas del español. FORO 3 (1992): Contactos entre los Países Bajos y el mundo ibérico. FORO 4 (1992): Discurso colonial hispanoamericano. FORO 5 (1993): La mujer en la literatura hispánica de la edad media y el siglo de oro. FORO 6 (1993): Aproximaciones a cuestiones de adquisición y aprendizaje del español como lengua extranjera o lengua segunda. FORO 7 (1994): La sociedad andalusí y sus tradiciones literarias. FORO 8 (1994): Lingüística y estilística de textos. FORO 9 (1995): Literatura chicana. FORO 10 (1996): Iberoamérica y el cine. FORO 11 (1997): El relato breve en las letras hispánicas actuales. FORO 12 (1997): Periodismo y literatura. FORO 13 (1998): Sociolingüística: Lenguas en contacto. FORO 14 (1999): Literaturas de España 1975-1998: convergencias y divergencias. FORO 15 (1999): Asimilaciones y rechazos: presencias del romanticismo en el realismo español del siglo XIX. FORO 16 (1999): ‘Hechos diferenciales’ y convivencias interétnicas en España. FORO 17 (2000): Estudio analítico del signo lingüístico. Teoría y descripción. FORO 18 (2001): Cambio de siglo. Ideas, mentalidades, sensibilidades en España hacia 1900. FORO 19 (2001): En torno al teatro breve.
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FORO 20 (2001): El pensamiento literario de Javier Marías. FORO 21 (2002): La oración y sus constituyentes. Estudios de sintaxis generativa. FORO 22 (2002): El laberinto de la solidaridad. Cultura y política en México (1910-2000). FORO 23 (2003): Aproximaciones cognoscitivo-funcionales al español. FORO 24 (2003): La literatura argentina de los años 90. FORO 25 (2004): En el centenario de Alejo Carpentier (1904-1980) Para suscripciones y para pedidos de números atrasados, dirigir correspondencia a la casa editorial Rodopi. ---------------------------Títulos en preparación de Foro Hispánico: Fronteras e interculturalidad entre los sefardíes occidentales Mitos e identidades en el teatro español contemporáneo ---------------------------
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Títulos publicados de Portada Hispánica: - Jean O’Bryan-Knight, The Story of the Storyteller: La tía Julia y el escribidor, Historia de Mayta, and El hablador by Mario Vargas Llosa. - Antonio Pérez-Romero, Subversion and Liberation in the Writings of St. Teresa of Avila. - Rita Gnutzmann, La novela naturalista en Argentina (1880-1900). - Catherine Raffi-Béroud, En torno al teatro de Fernández de Lizardi. - José Aragüés Aldaz, Deus Concionator. Mundo predicado y retórica del ‘exemplum’ en los siglos de oro. - Margot Versteeg, De Fusiladores y Morcilleros. El discurso cómico del género chico (1870-1910). - Otto Zwartjes (ed.), Las gramáticas misioneras de tradición hispánica (siglos XVI-XVII). - Joan Ramon Resina (ed.), Disremembering the dictatorship: The politics of memory in the Spanish transition to democracy. - Jesus Torrecilla (ed.), La Generación del 98 frente al nuevo fin de siglo. - Mercedes Maroto Camino, Practising places: Saint Teresa, Lazarillo and the early modern city. - Ilse Logie, La omnipresencia de la mímesis en la obra de Manuel Puig. Análisis de cuatro novelas. - Carmen De Mora, Escritura e identidad criollas. Modalidades discursivas en la prosa hispanoamericana del siglo XVII. - Alexis Grohmann, Coming into one’s Own: The Novelistic Development of Javier Marías. - Paul Allatson, Latino Dreams. Transcultural Traffic and the U.S. National Imaginary. - Maria Antònia Oliver Rotger, Battlegrounds and Crossroads. Social and Imaginary Space in Writings by Chicanas.
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- Ken Benson, Fenomenología del enigma. Juan Benet y el pensamiento literario postestructuralista. - Isabel Cuñado, El espectro de la herencia: la narrativa de Javier Marías. -------------------------Títulos en preparación de Portada Hispánica: - Mercedes Maroto Camino, Producing the Pacific: Maps and Narratives of Spanish Exploration (1567-1606).
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