NÚMERO 39 - AÑO 2001 © 2000-2002 ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico http://www.arp-sapc.org/
SUMARIO - OTRO FIN DE AÑO, ¿UN NUEVO COMIENZO? Por: Dr. Zenon Sanz
- EN EL CANDELABRO Por: Luis Alfonso Gámez
- BUENAS Y MALAS RAZONES PARA CREER Por: Richard Dawkins
- EL MISTERIO DE LA ESTRELLA DE BELÉN Por: Agencias
- FANTASMAS. ¿Y SI LOS OTROS NO EXISTEN? Por: Agencias
- EXPERTOS ACONSEJAN IR A LA CAMA CUANDO SE TIENE SUEÑO Por: Javier Sampedro
- EL NACIMIENTO DE UNA GALAXIA Por: Javier Armentia
- MITOS SOBRE LOS ORÍGENES Por: Agencias
- LO QUE LA PROFETISA AMANDA NO DIJO. Por: Agencias
- SAI BABA: ¿EL DIOS PECADOR? Por: Alejandro Agostinelli
- DATACIÓN POR CARBONO 14 Por: Felix Ares de Blas
- DE LA Por: Agencias
- DOBLANDO CUCHARAS E INSULTANDO A LA AUDIENCIA. Por: Ricardo Campo Pérez
- LA ADICCIÓN A INTERNET NO EXISTE Por: Helena Matute
- EL OVNI QUE NO FUE Por: Christian Sanz
- EL ROSARIO DE LA AURORA DE LA RAZÓN LAICA Por: Agencias
- EL ORIGEN DE LA HUMANIDAD
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Por: Francisco J. Ayala
- ¿Y SI EL PROBLEMA ES DIOS? (I) Por: Gregorio Morán
- HABERMAS, EL ISLAM Y LA CIENCIA Por: Agencias
- UNA CRISIS DEL ISLAM Por: Agencias
- YA ESTÁ BIEN DE DIOSES Por: Eduardo Haro Tecglen
- «UN ANALFABETO CIENTÍFICO ES UN ANALFABETO A SECAS» Por: Francisco Doménech
- NEWTON VUELVE A MORIR Por: Saul Blanco Lanza
- VISIONARIOS DE PEGA Por: Agencias
- ACUPUNTURA PARA LA FIBROMIALGIA Por: Agencias
- AQUELLOS PRIMEROS CROMAÑONES ... Por: Agencias
- EL GENERADOR DE LAS NEURONAS Por: Tom Clarke
- EL ÁRBOL DEL PENSAMIENTO Por: Agencias
OTRO FIN DE AÑO, ¿UN NUEVO COMIENZO? Por: Dr. Zenon Sanz
OTRO FIN DE AÑO, ¿UN NUEVO COMIENZO? Por: Dr. Zenón Sanz Son estas, fechas en las que la gente gusta de sincerarse los unos con los otros, aunque al día siguiente tanta franqueza le pase cuenta a más de uno. Por dicho motivo, voy a reconocer que nunca he sentido una especial tendencia ni al envío de felicitaciones navideñas, orladas de leyendas más o menos empalagosas, ni a la participación en otras celebraciones navideñas que no sean las marcadas por mi proverbial inclinación a ese mal llamado pecado capital de la gula – ¡qué tiempos aquellos en los que se pecaba con la angula y no con patéticos sucedáneos de surimi!. Quizás porque nunca he tenido excesivamente claro qué es lo que todo el mundo conviene en celebrar de antuvión es por lo que mis días de navidad solamente se diferencian de los de diario por el agobio de las reuniones familiares, por el de las presurosas compras navideñas y por el solaz que cada 31 de diciembre, tras la precipitada ingestión, a ritmo de carillón, de las doce insoslayables uvas, me aporta la audición del Sacro Oratorio del Messiah de Handel. Por eso, no sé realmente si hice bien al aceptar la Página 2/69
invitación, que me cursaron los compañeros de “El Escéptico Digital”, para despedir ante todos ustedes el primer año de este nuevo milenio que, dicho sea de paso, tantas esperanzas de progreso ha frustrado de forma harto rastrera. De cualquier modo, una promesa es una promesa y no quisiera dejar sin mancillar este espacio en blanco, destinado a los buenos deseos y a los mejores propósitos. Hoy, a las doce de la noche, muchos de nosotros celebraremos el ritual correspondiente, destinado a invocar la buena fortuna sobre nuestras cabezas y a rehuir la mala ventura (que si de paso cae sobre la testa de quien no nos cae excesivamente bien pues mejor que mejor), con el claro convencimiento de que lo único mágico que hemos de obtener es la resaca del día después. Así, mientras unos tragamos apresuradamente esos doce frutos dorados de la vid (y digo dorados porque, a buen seguro, habrán sido pagados a precios absolutamente desorbitados) con la tranquilidad de saber que nos quedan otros 365 días por delante, antes de tener que enfrentar nuevamente el suplicio, otros harán lo propio con el zumo achampanado de las susodichas bayas. Habrá quien, por su parte, degluta unas lentejas estofadas para recibir el año entrante mientras su vecino abre el ventanal y tira a su través un balde lleno de agua, con la vana esperanza de que salga así de su casa todo lo malo que el año, de luengas y blancas barbas, que muere le ha deparado. A buen seguro que respetables padres de familia y sus no menos honorables esposas recibirán el año enfundadas sus nalgas en prendas íntimas de casquivano color carmesí, que harían palidecer, cualquier otro día del año, al más templado de sus retoños. Correrá el oro de copa en copa de cava (champán para los más exquisitos) y, un año más, las maletas volverán a dar la vuelta a las manzanas de algunas de nuestras barriadas, manzanas o cuadras. Por su parte, nuestros maltratados hermanos argentinos proseguirán con esa tradición tan suya de dar fuego a sus muñecos de trapo (a estas horas tengo entendido que Rodríguez Saá ha ardido ya) en un intento de cambiar el destino que, espero de todo corazón, no sea baldío. Y sin embargo, lejos de asombrarme, no puedo alejar de mí la intuición de que, detrás de tan diversos ritos, no se esconde más que el miedo del ser humano a enfrentar su propio destino y la incertidumbre que el devenir le depara. ¿Qué dirían quienes creen sinceramente que el trágala de las uvas atrae la buena suerte si supiesen que, según las malas lenguas, dicha costumbre se remonta tan sólo a 1909 y que basa su razón de ser en el prosaico engaño, urdido por unos avispados productores españoles, con el fin de eliminar un nada despreciable excedente frutícola? ¡Ay, si cada españolito se comiese doce uvas se acababa el problema!, debieron pensar y… ¿qué mejor forma de convencimiento que el engaño de fin de año en forma de sortilegio para la buena suerte? Como colofón me gustaría proponer un brindis en loor de un próspero año nuevo, para todos los seres que poblamos este mal llamado planeta Tierra, y recuperar de la memoria una cita de Richard Dawkins, que espero sirva de reflexión. "Toda idea que no este fundamentada en la razón, ésta contra ella. Y dado que la capacidad de razonar es la adaptación más importante de nuestra especie, se puede decir que toda idea irracional es perjudicial para los humanos". Amigos míos, ¡muchas felicidades para todos! y que el nuevo año 2002 sea, por lo menos en lo referente al desarrollo del pensamiento crítico, un poco mejor que el que hoy termina. ¡Chin, chin!
EN EL CANDELABRO Por: Luis Alfonso Gámez
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EN EL CANDELABRO Por: Luis Alfonso Gámez 1. 'THE LANCET' Y EL ALMA. Los autores de un artículo sobre experiencias cercanas a la muerte (NDE, por sus siglas inglesas) publicado en la revista 'The Lancet' concluyen que la mente funciona al margen del cerebro. Una afirmación extraordinaria que ha hecho las delicias de los de siempre, que se han puesto a gritar al mundo que la ciencia ha demostrado la existencia del alma. Lástima que se trate de otra conclusión extraordinaria sin más base real que la fe de los autores, unos científicos holandeses que estudiaron los casos de 344 enfermos que fueron reanimados tras sufrir ataques al corazón. Los autores encontraron que el 18% de los pacientes decía haber vivido una experiencia cercana a la muerte. Ya saben, esas historias en las que uno aparentemente abandona su cuerpo, atraviesa un luminoso túnel, ve la película de su vida en un fugaz instante, etcétera. Pues bien, el equipo de Pim van Lommel, cardiólogo del hospital Rijnstate de Arnhem, cree que su trabajo cuestiona el "asumido, pero nunca probado, concepto de que la conciencia y la memoria se localizan en el cerebro". Y se preguntan cómo, si no es con la existencia de algo más, puede experimentarse la conciencia durante los episodios de muerte clínica, con electroencefalograma plano, como ha ocurrido con sus pacientes. Buena pregunta si no partiera de un presupuesto erróneo. En ningún momento de su trabajo, los autores demuestran que las NDE tengan lugar cuando el electroencefalograma es plano, tal como Christopher C. French, de la Universidad de Londres, indica en un comentario adjunto. Naturalmente, 'Mundo Misterioso' (http://www.mundomisterioso.com/article.php?sid=435) y 'Akasico' (http://www.akasico.com/paginasasp/Contenidosecciones.asp?ID=1738&Nombre=) pasan por alto este inconveniente para mejor vender 'su verdad'. ¿O es que no se han leído el estudio? 2. Y EL ASTRONAUTA DIJO NO. Nos cuenta James E. Oberg, ex ingeniero de la NASA, periodista científico y activo escéptico (http://www.jamesoberg.com), que recientemente ha recibido un clarificador mensaje de correo electrónico de Scott Carpenter. El astronauta del proyecto Mercury se ha hartado, por lo visto, de que los fabricantes de misterios le atribuyan, cada dos por tres, la siguiente frase: "En ningún momento los astronautas han estado solos en el espacio, siempre ha habido una constante vigilancia por los ovnis". Y le dice a Oberg, en un mensaje del pasado 19 de diciembre, que "la cita es un absoluto disparate y una mentira descarada. Nunca he pensado eso, nunca he dicho eso, y nunca sucedió eso". 3. EL 'MAGUFO' MÁS LISTO. Una pena que los chicos de 'Magufomedia' (http://www.magufos.f2s.com) no se hayan planteado dar un premio al charlatán pseudocientífico más listo. No voy a dudar de que el galardón que otorgan al más bobo de cada bimestre sea acertado, pero sería de justicia que le dieran otro al más listillo. Por si se lo plantean, ahí va mi candidata para los últimos meses de 2001: Luisa Alba. ¿Que por qué? Porque ha demostrado que es capaz de sacar pasta primero con artículos en favor de un curandero y después, agárrense, con la denuncia de que es un estafador. En 1997 y 1998, Luisa Alba lanzó al estrellato al cirujano psíquico Andrés Ballesteros. Aseguraba que operaba sin anestesia y sin dejar cicatriz, y la 'investigadora' se lo creyó y escribió auténticos panegíricos en 'Enigmas', 'Interviú' y 'Karma.7'. Por si no me creen, ahí va una muestra: "Andrés es poseedor de unas 'manos de santo'", "para los médicos que han seguido su trabajo es un 'fenómeno inexplicable'", "es un cirujano psíquico capaz de realizar las más sorprendentes operaciones quirúrgicas", "las pruebas y testimonios no ofrecen lugar a dudas de que
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estamos ante algo por encima de las leyes que la ciencia oficial conoce"... Todo esto y mucho más decía Alba en sus artículos de hace tres años. Bueno, pues ahora, dice lo contrario porque ha averiguado que los médicos que apoyaban al curandero -los mismos en los que ella se apoyó para fundamentar la fiabilidad de Ballesteros- no existen y que, además, muchas curaciones "han quedado en entredicho". Vamos, que lo de hace tres años fue una investigación de oídas. Queda una pregunta en el aire: ¿Qué ha llevado a los mismos que apoyan a otros peligrosos charlatanes a denunciar las prácticas de Andrés Ballesteros, al que habían hecho una magnífica publicidad en su día? 4. EL 'MAGUFO' MÁS BOBO. Si los de 'Magufomedia' no han dado aún el premio al pseudocientífico más bobo a Marco A. Reynoso B., responsable del Club Ovnis de Terra Networks México, me imagino que es porque pondría el listón muy alto para las siguientes convocatorias o porque desconocen los méritos de este individuo. Yo mismo los ignoraba hasta que el arqueólogo Julio Arrieta, codirector de la revista 'El Escéptico' (http://www.el-esceptico.org), me dio el chivatazo. A pesar de que Arrieta es un tipo de fiar, no acabé de creerme lo que me contaba hasta que lo comprobé por mí mismo. Es difícil que alguien iguale en incompetencia a este ufólogo que, en 1995, fue nombrado delegado del MUFON en México "directamente por Walter H. Andrus", director internacional de esa organización platillista. Una designación que no demuestra sino el descenso en picado de la ufología estadounidense. Porque Reynoso es más que un crédulo, es un auténtico pardillo capaz de tragarse como noticia científica un delirante artículo sobre el destino final de la 'Mars Polar Lander' a manos de un monstruo marciano con tentáculos, publicado en la humorística web 'Valientes Platillos'. Si no tienen problemas cardiacos, lean primero el original en la siempre recomendable 'Valientes Platillos' (http://www.geocities.com/Area51/Comet/6574/mpl.htm) y comprueben después la incapacidad crítica de Reynoso en su propia web (http://comunidades.infosel.com/ovnis/articulos/NEWSNASA/5146). Sin duda, tiene un sitio junto a Bruno Cardeñosa, el último vendedor de misterios premiado por 'Magufomedia'. 5. OTRO PIONERO DE LA UFOLOGÍA QUE DESAPARECE. Dos meses después de la muerte de Antonio Ribera, el pasado 28 de diciembre fallecía Manuel Pedrajo, otro de los pioneros de la ufología española. Como dije en 1993 en el I Congreso Nacional sobre Pseudociencia, la aportación de Pedrajo a la ufología "ha sido nula". Su principal mérito radica en que escribió en 1954 'Los platillos volantes y la evidencia', el primer libro sobre platillos volantes que se publicó en nuestro país, una obra en la que las naves extraterrestres aparecen por todas partes, pero la evidencia brilla por su ausencia. Mantenía que los tripulantes de los ovnis eran marcianos que habían sobrevivido al deterioro climático de su planeta. El desaparecido ufólogo, un hombre amable y educado donde los haya, estuvo estrechamente vinculado al Centro para la Investigación de Objetos Volantes Extraterrestres (CIOVE) y, desde que esta asociación desapareció, a la Fundación Anomalía (http://www.anomalia.org/pedrajo.htm), uno de cuyos vicepresidentes, Julio Arcas, había sido el 'alma mater' del CIOVE. 6. EL FUNDADOR DEL OPUS, SANTIFICADO. Ahora que Juan Pablo II ha anunciado la próxima canonización de José María Escrivá de Balaguer, marqués de Peralta y fundador del Opus Dei, es un buen momento para acercarse a las andanzas del religioso de Barbastro. Durante los próximos meses, la maquina publicitaria de la Obra llenará el horizonte de hagiografías de 'El Padre', ante lo cual sólo cabe recuperar del baúl de los recuerdos los
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trabajos que ponen al ultraconservador sacerdote en su sitio. Me limitaré a recomendar tres alternativas inteligentes al camino abierto en 1928: 'Vida y milagros de Monseñor Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei', de Luis Carandell; 'La prodigiosa aventura del Opus Dei. Génesis y desarrollo de la Santa Mafia', de Jesús Ynfante; y 'Autopista (Cuando un bosque se quema, algo suyo se quema, señor Conde)', de Jaume Perich. 7. LOS FINANCIADORES DE LA INCULTURA. La publicidad es la principal vía de financiación de las publicaciones esotéricas. Al margen de las empresas del sector del misterio (teleadivinos, vendedores de amuletos, etcétera), hay instituciones y entidades que financian -mediante la inserción de publicidad- las revistas paranormales. En diciembre, los anunciantes que han colocado publicidad en 'Año Cero' (A), 'Más Allá' (M), 'Enigmas' (E) y 'Enigmas Express' (EE) son: Instituciones: Patronato de Turismo de Gran Canarias (EE). ONG: Cruz Roja (EE), Greenpeace (EE). Editoriales: EDAF (A, M, E Y EE), Ediciones Obelisco (A y M), Grijalbo (M), Libsa (EE), Oberón (A, E y EE), Robin Book (A y M) y Sirio (A). Otras: Aula Formació Directa (A y M), Cambridge International University (E y EE), Canal Satélite Digital (A y M), CCC (A y E), Ceac (M), J&B (M), Onda Cero (EE), Sogecine (M) y Sara Records (A). 8. FELIZ AÑO NUEVO. © Copyright Luis Alfonso Gámez, 2001. Prohibida la reproducción.
BUENAS Y MALAS RAZONES PARA CREER Por: Richard Dawkins
BUENAS Y MALAS RAZONES PARA CREER Por: Richard Dawkins Querida Juliet: Ahora que has cumplido 10 años, quiero escribirte acerca de una cosa que para mi es muy importante. ¿Alguna vez te has preguntado cómo sabemos las cosas que sabemos? ¿Cómo sabemos, por ejemplo, que las estrellas que parecen pequeños alfilerazos en el cielo, son en realidad gigantescas bolas de fuego como el Sol, pero que están muy lejanas? ¿Y cómo sabemos que la Tierra es una bola más pequeña, que gira alrededor de esas estrellas, el Sol? La respuesta a esas preguntas es "por la evidencia". A veces, "evidencia" significa literalmente ver (u oír, palpar, oler) que una cosa es cierta. Los astronautas se han alejado de la Tierra lo suficiente como para ver con sus propios ojos que es redonda. Otras veces, nuestros ojos necesitan ayuda. El "lucero del
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alba" parece un brillante centelleo en el cielo, pero con un telescopio podemos ver que se trata de una hermosa esfera: el planeta que llamamos Venus. Lo que aprendemos viéndolo directamente (u oyéndolo, palpándolo, etc.) se llama "observación". Muchas veces, la evidencia no sólo es pura observación, pero siempre se basa en la observación. Cuando se ha cometido un asesinato, es corriente que nadie lo haya observado (excepto el asesino y la persona asesinada). Pero los investigadores pueden reunir otras muchas observaciones, que en un conjunto señalen a un sospechoso concreto. Si las huellas dactilares de una persona coinciden con las encontradas en el puñal, eso demuestra que dicha persona lo tocó. No demuestra que cometiera el asesinato, pero además pueda ayudar a demostrarlo si existen otras muchas evidencias que apunten a la misma persona. A veces, un detective se pone a pensar en un montón de observaciones y de repente se da cuenta que todas encajan en su sitio y cobran sentido si suponemos que fue Fulano el que cometió el asesinato. Los científicos -especialistas en descubrir lo que es cierto en el mundo y el Universo- trabajan muchas veces como detectives. Hacen una suposición (ellos la llaman hipótesis) de lo que podría ser cierto. Y a continuación se dicen: si esto fuera verdaderamente así, deberíamos observar tal y cual cosa. A esto se llama predicción. Por ejemplo si el mundo fuera verdaderamente redondo, podríamos predecir que un viajero que avance siempre en la misma dirección acabará por llegar al mismo punto del que partió. Cuando el médico dice que tienes sarampión, no es que te haya mirado y haya visto el sarampión. Su primera mirada le proporciona una hipótesis: podrías tener sarampión. Entonces, va y se dice: "Si de verdad tiene el sarampión, debería ver...." y empieza a repasar toda su lista de predicciones, comprobándolas con los ojos (¿tienes manchas?), con las manos (¿tienes caliente la frente?) y con los oídos (¿te suena el pecho como suena cuando se tiene el sarampión?). Sólo entonces se decide a declarar "Diagnóstico que la niña tiene sarampión". A veces, los médicos necesitan realizar otras pruebas, como análisis de sangre o rayos x, para complementar las observaciones hechas con sus ojos, manos y oídos. La manera en que los científicos utilizan la evidencia para aprender cosas del mundo es tan ingeniosa y complicada que no te la puedo explicar en una carta tan breve. Pero dejemos por ahora la evidencia, que es una buena razón para creer algo, porque quiero advertirte en contra de tres malas razones para creer cualquier cosa: se llaman "tradición", "autoridad" y "revelación". Empecemos por la tradición. Hace unos meses estuve en televisión, charlando con unos 50 niños. Estos niños invitados habían sido educados en diferentes religiones: había cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, sijs...El presentador iba con el micrófono de niño en niño, preguntándoles lo que creían. Lo que los niños decían demuestra exactamente lo que yo entiendo por "tradición". Sus creencias no tenían nada que ver con la evidencia. Se limitaban a repetir las creencias de sus padres y de sus abuelos, que tampoco estaban basadas en ninguna evidencia. Decían cosas como "los hindúes creemos tal y cual cosa", "los musulmanes creemos esto y lo otro", "los cristianos creemos otra cosa diferente". Como es lógico, dado que cada uno creía cosas diferentes, era imposible que todos tuvieran razón. Por lo visto, al hombre del micrófono esto le parecía muy bien, y ni siquiera los animó a discutir sus diferencias. Pero no es esto lo que me interesa de momento. Lo que quiero es preguntar de dónde habían salido sus creencias. Habían salido de la tradición. La tradición es la trasmisión de creencias de los abuelos a los padres, de los padres a los hijos, y así sucesivamente. O mediante libros que se siguen leyendo durante siglos. Muchas veces, las creencias tradicionales se originan casi de la nada: es posible que alguien las inventará en algún momento, como tuvo que ocurrir con las ideas de Thor y Zeus; pero cuando se han transmitido durante unos cuantos siglos, el hecho mismo de que sean muy antiguas las convierte en especiales. La gente cree ciertas cosas sólo porque mucha gente ha creído lo mismo durante
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siglos. Eso es la tradición. El problema con la tradición es que, por muy antigua que sea una historia, es igual de cierta o de falsa que cuando se inventó la idea original. Si te inventas una historia que no es verdad, no se hará más verdadera porque se trasmita durante siglos, por muchos siglos que sean. En Inglaterra, gran parte de la población ha sido bautizada en la Iglesia Anglicana, que no es más que una de las muchas ramas de la religión cristiana. Existen otras ramas, como la ortodoxa rusa, la católica romana y la metodista. Cada una cree cosas diferentes. La religión judía y la musulmana son un poco más diferentes, y también existen varias clases distintas de judíos y de musulmanes. La gente que cree una cosa está dispuesta a hacer la guerra contra los que creen cosas ligeramente distintas, de manera que se podrá pensar que tienen muy buenas razones -evidencias- para creer lo que creen. Pero lo cierto es que sus diferentes creencias se deben únicamente a diferentes tradiciones. Vamos a hablar de una tradición concreta. Los católicos creen que María, la madre de Jesús, era tan especial que no murió, sino que fue elevada al cielo con su cuerpo físico Otras tradiciones cristianas discrepan, diciendo que María murió como cualquier otra persona. Estas otras religiones no hablan mucho de María, ni la llaman "Reina del cielo", como hacen los católicos. La tradición que afirma que el cuerpo de María fue elevado al cielo no es muy antigua. La Biblia no dice nada de cómo o cuándo murió; de hecho, a la pobre mujer apenas se la menciona en la Biblia. Lo de que su cuerpo fue elevado a los cielos no se inventó hasta unos seis siglos después de Cristo. Al principio, no era más que un cuento inventado, como Blancanieves o cualquier otro. Pero con el paso de los siglos se fue convirtiendo en una tradición y la gente empezó a tomársela en serio, sólo porque la historia se había ido transmitiendo a lo largo de muchas generaciones. Cuanto más antigua es una tradición, más en serió se la toma la gente. Y por fin, en tiempos muy recientes, se declaró que era una creencia oficial de la Iglesia Católica: esto ocurrió en 1950, cuando yo tenía la edad que tienes tú ahora. Pero la historia no era más verídica en 1950 que cuando se inventó por primera vez, seiscientos años después de la muerte de María. Al final de esta carta volveré a hablar de la tradición, para considerarla de una manera diferente. Pero antes tengo que hablarte de la otras dos malas razones para creer una cosa: la autoridad y la revelación. La autoridad, como razón para creer algo, significa que hay que creer en ello porque alguien importante te dice que lo creas. En la Iglesia Católica, por ejemplo, la persona más importante es el Papa, y la gente cree que tiene que tener razón sólo porque es el Papa. En una de las ramas de la religión musulmana, las personas más importantes son unos ancianos barbudos llamados ayatolás. En nuestro país hay muchos musulmanes dispuestos a cometer asesinatos sólo porque los ayatolás de un país lejano les dicen que lo hagan. Cuando te decía que en 1950 se dijo por fin a los católicos que tenían que creer en la asunción a los cielos del cuerpo de María, lo que quería decir es que en 1950 el Papa les dijo que tenían que creer en ello. Con eso bastaba. ¡El Papa decía que era verdad, luego tenía que ser verdad! Ahora bien, lo más probable es que, de todo lo que dijo el Papa a lo largo de su vida, algunas cosas fueron ciertas y otras no fueron ciertas. No existe ninguna razón válida para creer que todo lo que diga sólo porque es el Papa, del mismo modo que no tienes porque creer todo lo que te diga cualquier otra persona. El Papa actual ha ordenado a sus seguidores que no limiten el número de sus hijos. Si la gente sigue su autoridad tan ciegamente como a él le gustaría, el resultado sería terrible: hambre, enfermedades y guerras provocadas por la sobrepoblación.
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Por supuesto, también en la ciencia ocurre a veces que no hemos visto personalmente la evidencia, y tenemos que aceptar la palabra de alguien. Por ejemplo, yo no he visto con mis propios ojos ninguna prueba de que la luz avance a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, sin embargo, creo en los libros que me dicen la velocidad de la luz. Esto podría parecer "autoridad" pero en realidad es mucho mejor que la autoridad, porque la gente que escribió esos libros sí que había observado la evidencia, y cualquiera puede comprobar dicha evidencia siempre que lo desee. Esto resulta muy reconfortante. Pero ni siquiera los sacerdotes se atreven a decir que exista alguna evidencia de su historia acerca de la subida a los cielos del cuerpo de María. La tercera mala razón para creer en las cosas se llama "revelación". Si en 1950 le hubieras podido preguntar al Papa cómo sabía que el cuerpo de María había ascendido al cielo, lo más probable es que te hubiera respondido que "se le había revelado". Lo que hizo fue encerrarse en su habitación y rezar pidiendo orientación. Había pensado y pensado, siempre sólo, y cada vez se sentía más convencido. Cuando las personas religiosas tienen la sensación interior de que una cosa es cierta, aunque no exista ninguna evidencia de que sea así, llaman a esa sensación "revelación". No sólo los Papas aseguran tener revelaciones. Las tienen montones de personas de todas las religiones, y es una de las principales razones por las que creen las cosas que creen. Pero ¿es una buena razón? Supón que te digo que tu pero ha muerto. Te pondrías muy triste y probablemente me preguntarías: "¿Estás seguro? ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo ha sucedido?" y supón que yo te respondo: "En realidad no sé que Pepe ha muerto. No tengo ninguna evidencia. Pero siento en mi interior la curiosa sensación de que ha muerto". Te enfadarías conmigo por haberte asustado, porque sabes que una "sensación" interior no es razón suficiente para creer que un lebrel ha muerto. Hacen falta pruebas. Todos tenemos sensaciones interiores de vez en cuando, y a veces resulta que son acertadas y otras veces no lo son. Está claro que dos personas distintas pueden tener sensaciones contrarias, de modo que ¿cómo vamos a decidir cuál de las dos acierta? La única manera de asegurarse que un perro está muerto es verlo muerto, oír que su corazón se ha parado, o que nos lo cuente alguien que haya visto u oído alguna evidencia real de que ha muerto. A veces, la gente dice que hay que creer en las sensaciones internas, porque si no, nunca podrás confiar en cosas como "mi mujer me ama". Pero éste es un mal argumento. Puedes encontrar abundantes pruebas de que alguien te ama. Si estás con alguien que te quiere, durante todo el día estarás viendo y oyendo pequeños fragmentos de evidencia, que se van sumando. No se trata de una pura sensación interior, como la que los sacerdotes llaman revelación. Hay datos exteriores que confirman la sensación interior: miradas en los ojos, entonaciones cariñosas en la voz, pequeños favores y amabilidades; todo eso es autentica evidencia. A veces, una persona siente una fuerte sensación interior de que alguien la ama sin basarse en ninguna evidencia, y en estos casos lo más probable es que esté completamente equivocada. Existen personas con una firme convicción interior de que una famosa estrella de cine las ama, aunque en realidad la estrellan siquiera las conoce. Esta clase de personas tienen la mente enferma. Las sensaciones interiores tienen que estar respaldadas por evidencias; si no, no podemos fiarnos de ellas. Las intuiciones resultan muy útiles en la ciencia, pero sólo para darte ideas que luego hay que poner a prueba buscando evidencias. Un científico puede tener una "corazonada" acerca de una idea que, de momento, sólo "le parece" acertada. En sí misma. Ésta no es una buena razón para creer nada; pero sí que puede razón suficiente para dedicar algún tiempo a realizar un experimento concreto o buscar
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pruebas de una manera concreta. Los científicos utilizan constantemente sus sensaciones interiores para sacar ideas; pero estas ideas no valen nada si no se apoyan con evidencias. Te prometí que volveríamos a lo de la tradición, para considerarla de una manera distinta. Me gustaría intentar explicar por qué la tradición es importante para nosotros. Todos los animales están construidos (por el proceso que llamamos evolución) para sobrevivir en el lugar donde su especie vive habitualmente. Los leones están equipados para sobrevivir en las llanuras de África. Los cangrejos de río están construidos para sobrevivir en agua salada. También las personas somos animales, y estamos construidos para sobrevivir en un mundo lleno de... otras personas. La mayoría de nosotros no tienen que cazar su propia comida, como los leones y los bogavantes; se las compramos a otras personas, que a su vez se la compraron a otras. Nadamos en un "mar de gente". Lo mismo que el pez necesita branquias para sobrevivir en el agua, la gente necesita cerebros para poder tratar con otra gente. El mar de está lleno de agua salada, pero el mar de gente está lleno de cosas difíciles de aprender. Como el idioma. Tú hablas inglés, pero tu amiga Ann-Kathrin habla alemán. Cada una de vosotras habla el idioma que le permite hablar en su "mar de gente". El idioma se transmite por tradición. No existe otra manera. En Inglaterra, tu perro Pepe es a dog. En Alemania, es ein Hund. Ninguna de estas palabras es más correcta o más verdadera que la otra. Las dos se transmiten de manera muy simple. Para poder nadar bien en su propio "mar de gente", los niños tienen que aprender el idioma de su país y otras muchas cosas acerca de su pueblo; y esto significa que tienen que absorber, como si fuera papel secante, una enorme cantidad de información tradicional (Recuerda que "información tradicional" significa, simplemente, cosas que se transmiten de abuelos a padres y de padres a hijos). El cerebro del niño tiene que absorber toda esta información tradicional, y no se puede esperar que el niño seleccione la información buena y útil, como las palabras del idioma, descartando la información falsa o estúpida, como creer en brujas, en diablos y en vírgenes inmortales. Es una pena, pero no se puede evitar que las cosas sean así. Como los niños tienen que absorber tanta información tradicional, es probable que tiendan a creer todo lo que los adultos les dicen, sea cierto o falso, tengan razón o no. Muchas cosas que los adultos les dicen son ciertas y se basan en evidencias, o, por lo menos en el sentido común. Pero si les dicen algo que sea falso, estúpido o incluso maligno, ¿cómo pueden evitar que el niño se lo crea también? ¿Y que harán esos niños cuando lleguen a adultos? Pues seguro que contárselo a los niños de la siguiente generación. Y así, en cuanto la gente ha empezado a creerse una cosa -aunque sea completamente falsa y nunca existan razones para creérsela-, se puede seguir creyendo para siempre. ¿Podría ser esto lo que ha ocurrido con las religiones? Creer en uno o varios dioses, en el cielo, en la inmortalidad de María, en que Jesús no tuvo un padre humano, en que las oraciones son atendidas, en que el vino se transforma en sangre..., ninguna de estas creencias está respaldada por pruebas auténticas. Sin embargo, millones de personas las creen, posiblemente porque se les dijo que las creyeran cuando todavía eran suficientemente pequeñas como para creerse cualquier cosa. Otros millones de personas creen en cosas diferentes, porque se les dijo que creyesen en ellas cuando eran niños. A los niños musulmanes se les dice cosas diferentes de las que se les dicen a los niños cristianos, y ambos grupos crecen absolutamente convencidos de que ellos tienen razón y los otros se equivocan. Incluso entre los cristianos, los católicos creen cosas diferentes de las que creen los anglicanos, los episcopalianos, los shakers, los cuáqueros, los mormones o los holly rollers, y todos están absolutamente convencidos de que ellos tienen razón y los otros están equivocados. Creen cosas diferentes exactamente por las mismas razones por las que tú hablas inglés y tu amiga Ann-Kathrin
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habla alemán. Cada una de los dos idiomas es el idioma correcto en su país. Pero de las religiones no se puede decir que cada una de ellas sea la correcta en su propio país, porque cada religión afirma cosas diferentes y contradice a las demás. María no puede estar viva en la católica Irlanda del Sur y muerta en la protestante Irlanda del Norte. ¿Qué se puede hacer con todo esto? A ti no te va a resultar fácil hacer nada, porque sólo tienes 10 años. Pero podrías probar una cosa: la próxima vez que alguien te diga algo que parezca importante piensa para tus adentros: "¿Es ésta una de esas cosas que la gente suele creer basándose en evidencias? ¿O es una de esas cosas que la gente cree por la tradición, autoridad o revelación?" Y la próxima vez que alguien te diga que una cosa es verdad, prueba a preguntarle "¿Qué pruebas existen de ello?" Y si no pueden darte una respuesta, espero que te lo pienses muy bien antes de creer una sola palabra de lo que te digan.
Te quiere, Papá.
[Nota] *Richard Dawkins es biólogo evolutivo. Nació en Nairobi, Kenya, en 1941 y se educo en la Universidad de Oxford. Comenzó su carrera como investigador en los 60, estudiando bajo la dirección del etólogo Nico Tinbergen, ganador del premio Nobel, y desde entonces su trabajo ha girado en torno a la evolución del comportamiento. Ha obtenido las cátedras Gifford de la Universidad de Glasgow y Sidwich del Newham College de Cambridge. Además ha sido profesor de zoología de las universidades de Oxford y California, ha presentado programas de la BBC y dirigido varias publicaciones científicas. En 1995 se convirtió en el primer titular de la recién creada cátedra Charles Simony de Divulgación Científica en la Universidad de Oxford. Autor de obras muy leídas como El gen egoísta (1976 & 1989). El fenotipo extendido (1982), El relojero ciego (1986), River Out of Eden (1995), Escalando el monte improbable, Destejiendo el arco iris (2000) y La máquina de memes (2000). La presente carta a Juliet apareció publicada en el libro "Así son las cosas" de editorial Debate. ISBN 84-8306-0361
EL MISTERIO DE LA ESTRELLA DE BELÉN Por: Agencias
EL MISTERIO DE LA ESTRELLA DE BELÉN Por: Marcos Pérez 19 dic 2001 - En estos días navideños, astrofísicos y astrónomos aficionados se apresuran a discurrir sobre el posible origen de la Estrella de Belén. Nosotros no íbamos a ser menos. La Adoración Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén diciendo: «¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido
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a adorarle". (...) después se pusieron en marcha, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente, iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño.» San Mateo 2, 1-10 Cada año por estas fechas muchos asistentes al Planetario de la Casa de las Ciencias solicitan que se les muestre la estrella de Belén. La pregunta es peliaguda, pues a falta de un astro singular al que señalar con dedo acusador, la respuesta adquiere un tono inevitablemente vago en el que se mezclan hechos astronómicos e interpretaciones históricas que, dicho sea de paso, no suelen dejar satisfecho a nadie. Por ello, partiendo de que la Biblia no es una crónica histórica y de que podemos reproducir con bastante fidelidad los acontecimientos astronómicos que rodearon el nacimiento de Jesús, vale la pena profundizar en este apasionante asunto encarando algunos de los conflictos que surgen cuando la ciencia arroja su mirada sobre acontecimientos históricos o mitológicos. Los protagonistas Según Mateo, Jesús habría nacido al final del reinado de Herodes, quien según Flavio Josefo consumió sus últimos años entre severas convulsiones, úlceras diversas, gangrena de sus partes privadas y, posiblemente, una paranoia que le llevaba a asesinar a todo aquel de quien sospechaba que ponía en peligro su mandato. Herodes no era muy querido por su pueblo, que veía con desagrado la progresiva romanización de Jerusalén. La complacencia del Rey hacia las costumbres del opresor explica además que aunque la astrología no tuviese demasiado predicamento entre los judíos, Josefo narre varios episodios de la vida de Herodes que confirman su fe en la influencia de los astros en los asuntos humanos. Por otra parte, resulta interesante comprobar que este historiador no hace referencia alguna a la matanza de los inocentes que, según Mateo, sucedió a la visita de los Magos. Para rastrear el origen de los Magos de Oriente debemos remitirnos a los escritos de Herodoto, otra de las fuentes fundamentales de esta época, que describe a los Magoi como una casta de sacerdotes zoroástricos procedentes de Persia que dominaban el arte de la curación y la astrología. Aunque el poder de los Magoi se encontraba en franca decadencia, podemos suponer que mantenían intacto su prestigio como astrólogos, especialmente si tenemos en cuenta que esta práctica era muy apreciada por los romanos. Hay que destacar que el evangelio de Mateo, el único que recoge este episodio, no menciona el número ni los nombres de los Magos que acudieron a la corte de Herodes. Mientras que en las pinturas de las catacumbas romanas aparecen representados dos o cuatro, según la Iglesia de Siria eran doce, cantidad que los coptos elevaron hasta sesenta. En el siglo V el Papa León el Grande fijó oficialmente su número en tres. ¿Puede predecirse el nacimiento de un rey? Las profecías juegan un importante papel en las religiones antiguas. Sin embargo, por muy sabios que fuesen los Magos, lo cierto es que nadie puede predecir el nacimiento de un rey o cualquier otro acontecimiento guiándose por las posiciones de los astros en el cielo. La astrología en tiempos de Cristo todavía conservaba su esencia babilónica basada en la creencia de que los planetas eran seres divinos capaces de influir en nuestros asuntos. En aquel tiempo, y a falta de una explicación mejor, esta hipótesis era tan buena como cualquier otra, pero hoy resulta totalmente inaceptable. Debemos asumir por tanto que este relato es un recurso literario con el que Mateo pretende realzar el nacimiento de Cristo. Cabe incluso la posibilidad de que algún astrólogo calculase retrospectivamente si en fechas cercanas a dicho nacimiento se había dado alguna situación astronómica digna de mención, y que esta predicción a posteriori hubiese sido incorporada por Mateo bajo la forma de la Adoración de los Magos. La aparente precisión de la predicción se explica por tanto en virtud de la paradoja del tirador infalible, aquél que dispara contra una pared y luego dibuja la diana alrededor de los impactos.
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Hay otros indicios de que esta parte del relato de Mateo es esencialmente literario. Por ejemplo, los regalos de los Magos: oro, incienso y mirra, se corresponden respectivamente con los símbolos tradicionales del reyes, el dios y el hombre, lo que sin duda parece fruto de la interpretación cristiana del significado del nacimiento de Jesús. Así pues, y en definitiva, debemos considerar que lo importante del relato no es que sea verídico, sino que resulte plausible para un lector de la época. Señales en el cielo Una vez que hemos puesto al descubierto la esencia del misterio de la Estrella de Belén podemos recrearnos tranquilamente en la exploración de los fenómenos astronómicos que un astrólogo, quizá relacionado con los Magoi, podría haber escogido para adornar el nacimiento de Jesús. De hecho, en las sociedades primitivas la astrología contribuía al estudio de los movimientos de los astros tanto como podía hacerlo la búsqueda de un calendario que permitiese organizar las actividades agrícolas. Sin embargo, esta aportación al conocimiento astronómico cesó cuando los astrólogos comenzaron a disponer de cartas celestes que les permitían aproximar las posiciones de los planetas sin necesidad de mirar al cielo. Existen multitud de estudios sobre los fenómenos astronómicos que los astrólogos podían asociar con una señal que anunciaba la llegada de un rey. Muchos de ellos incorporan sesudas disquisiciones sobre la fecha real del nacimiento de Jesús, pues la información que dan los evangelios no permite determinar una fecha exacta. En cualquier caso y a la luz de lo aquí expuesto, esta incertidumbre es irrelevante y podemos asumir el margen más amplio con el que trabajan los expertos, lo que nos sitúa entre los años 12 y 1 a. de C. Cometas Los cometas aparecen de forma inesperada, permanecen visibles durante varios meses y se desvanecen sin dejar rastro. Se trata de cuerpos helados de pocos kilómetros de diámetro que ocasionalmente se precipitan desde los confines del Sistema Solar hacia el centro del mismo. En un principio es fácil confundirlos con cualquiera de los objetos difusos que abundan en el firmamento como galaxias, nebulosas o cúmulos de estrellas. Sin embargo, a medida que se acercan a nuestra estrella y debido a la acción del viento solar despliegan una espectacular cola que puede alcanzar hasta cuatro veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Afortunadamente los astrónomos chinos nos han legado sus cuidadosos registros de los cometas visibles en la época del nacimiento de Jesús. Así, sabemos que entre los años 11 y 4 a. de C pudieron verse hasta tres cometas, siendo el primero de ellos el famoso Halley que con un período aproximado de 76 años nos visitó por última vez en 1986. Este cometa se ha hecho visible en cada una de las treinta visitas que han quedado registradas desde el año 240 a. de C. Sin embargo, en casi todas las culturas primitivas los cometas se consideraban portadores de malas noticias, por lo que es poco probable que los Magos pudieran relacionarlos con el nacimiento de un rey. A pesar de ello muchas de las escenas de la adoración, entre ellas el conocido cuadro de Giotto en la Capilla de la Arena en Padua, presentan la estrella con la forma de un cometa. Novas y supernovas La aparición de una estrella brillante en el firmamento no puede pasar desapercibida para astrónomos
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experimentados como sin duda eran los astrólogos persas y babilonios, o más aún, para los chinos que nos dejaron los registros más detallados de este tipo de fenómenos. De las distintas fuentes de la antigua China sólo una menciona una nova en el período que nos interesa, datada a finales del invierno del año 5 a. de C. Sin embargo, estos fenómenos son tan espectaculares que la falta de confirmación por otras fuentes es suficiente para hacernos dudar de su existencia. Johannes Kepler fue el primero en apuntar la posibilidad de que la Estrella de Belén respondiese a uno de estos fenómenos, quizás influenciado por la nova de 1604 que llegó a superar en brillo aparente al del planeta Júpiter. En la actualidad sabemos que estos fenómenos no están asociados al nacimiento de nuevas estrellas, sino que se trata de astros que en las últimas etapas de su evolución experimentan cataclismos capaces de incrementar su brillo entre miles y millones de veces. De hecho lo que los primeros astrónomos denominaban novas pueden responder a dos tipo de fenómenos distintos. Las novas propiamente dichas se dan en sistemas binarios en los que una gigante roja transfiere parte de su materia a su compañera enana blanca hasta que ésta revienta en una gigantesca explosión termonuclear. Cada año tienen lugar entre diez y quince novas en nuestra galaxia, pero aunque en este proceso la estrella original multiplica por mil su brillo aparente, sólo unas pocas pueden verse desde la Tierra. El segundo fenómeno, más raro pero también más espectacular, es el de las supernovas, grandes estrellas que en las últimas fases de su vida agotan su combustible nuclear y sufren un desplome gravitatorio que comprime su núcleo hasta alcanzar densidades difícilmente imaginables. En su fulminante caída hacia el centro, las capas exteriores de la estrella se encuentran con el núcleo impenetrable y rebotan en una monstruosa explosión que puede liberar más energía que la que emiten juntas todas las estrellas de una galaxia. En la Vía Láctea tiene lugar una de estas explosiones cada tres decenios, y otras, como la de 1987 en la Gran Nube de Magallanes, se registran en galaxias vecinas. Aún así desde el año 1000 sólo seis de estas explosiones han podido observarse a simple vista. Conjunciones Desde que Johannes Kepler lo intentara por primera vez en el siglo XVI, muchos astrónomos han rastreado las aproximaciones de planetas que pudieran haber despertado el interés de los astrólogos en las fechas cercanas al nacimiento de Cristo. Como veremos, cada año se producen varias conjunciones que cualquiera puede denominar acontecimientos extraordinarios si se corresponden con la profecía adecuada. Profecía cuya formulación, por otra parte, suele ser lo suficientemente vaga como para encajar en muchas situaciones distintas. Las órbitas de los planetas alrededor del Sol se mantienen prácticamente en el mismo plano: si redujésemos el diámetro del Sistema Solar al de un disco de vinilo su grosor sería de unos pocos centímetros. Es por ello que un observador terrestre siempre encuentra al Sol y los planetas en una estrecha franja que atraviesa las constelaciones zodiacales. Como las velocidades orbitales son distintas, cada vez que se produce un adelantamiento los planetas aparecen juntos en el cielo, a veces tan juntos que durante unas horas pueden llegar a confundirse con un único astro mucho más brillante. La espectacularidad de una conjunción depende de lo mucho que lleguen a aproximarse los planetas. Si tenemos en cuenta que el ojo humano es capaz de separar puntos brillantes que se encuentran a más de una décima de grado (el disco lunar ocupa medio grado), cualquier conjunción en la que la separación sea menor dará lugar a una temporal fusión de planetas. Desde el año 2 a. de C. se han producido nada menos que 128 conjunciones de este tipo entre Venus y Júpiter. Si sumamos las protagonizadas por las parejas Venus-Saturno (98), Marte –Saturno (35), Marte-Júpiter (57) y Júpiter-Saturno (3) el número total asciende a 321 , es decir, casi una conjunción espectacular cada lustro, a las que aún habría
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que sumar los eclipses y ocultaciones protagonizadas por la Luna. Si relajamos nuestras exigencias y contamos las ocasiones en que dos planetas se juntan con menos de un grado de separación (dos veces el disco lunar), encontraremos que sólo en 2002 se producirán la friolera de diecinueve conjunciones, lo que sugiere que estadísticamente, al menos una vez al año se produce una conjunción notable en cada constelación del zodíaco. Como se puede ver, la astrología siempre encontrará en el cielo material suficiente para asociar cualquier evento terrenal con una situación astronómica que podría pasar por excepcional. Los astrónomos han llamado la atención sobre tres conjunciones especialmente relevantes. La primera de ellas tuvo lugar en febrero del año 7 a. de C., cuando Júpiter y Venus se reunieron muy cerca del Sol, en la constelación de Pisces. En Mayo de ese mismo año se produjo otra conjunción que tuvo como protagonistas a Júpiter y Saturno. La misma situación se reprodujo dos veces más en los meses de Octubre y Diciembre. Esta triple conjunción es especialmente significativa porque tuvo lugar en la constelación de Acuario, todavía cerca de Pisces. Aunque los Peces son un conocido símbolo de los albores del cristianismo, no tenemos muy claro si en tiempos de Cristo los astrólogos atribuían al pueblo hebreo alguna relación con esta constelación. El estudio de la astrología de la época ha permitido a algunos investigadores proponer una tercera conjunción que habría tenido lugar en el año 6 a. de C. La hipótesis se basa en la existencia de unas monedas de la época en las que aparece representado un carnero bajo una estrella. Dado que existen indicios de que Aries era el signo zodiacal más ligado al pueblo judío, las dos ocultaciones de Júpiter por la Luna en esa constelación han sido consideradas por algunos como el signo esperado por los Magos del relato. Bólidos y estrellas fugaces Las lluvias de estrellas fugaces pueden alcanzar tal intensidad (miles de meteoros por hora) que en ocasiones han sido confundidas con la llegada del fin del mundo. Las estrellas fugaces son el resultado de la entrada en la atmósfera de materia espacial que la Tierra atropella a medida que recorre su órbita alrededor del Sol. El tamaño típico de estas partículas oscila entre el de un grano de arena y una pepita de uva. Al entrar en la atmósfera a gran velocidad estas partículas calientan las moléculas del aire dejando un rastro incandescente similar al de un rayo. Las lluvias de estrellas fugaces están asociadas a la materia procedente de la cola de cometas cuya órbita se cruza con la de la Tierra. Como dicho cruce se produce siempre alrededor de las mismas fechas, las lluvias de estrellas fugaces se convierten en fenómenos relativamente predecibles. Los bólidos figuran entre espectáculos más sobrecogedores que nos puede deparar el firmamento. En comparación con las estrellas fugaces, de las que cada noche podemos observar varias, los bólidos son más raros y generan estelas luminosas que pueden persistir durante varios minutos. Sin embargo, como estos fenómenos tienen lugar a unos 100 kilómetros de altura, sólo son visibles desde aquellos lugares que queden más o menos bajo de la trayectoria del meteoro. Entonces, ¿no existió una estrella de Belén? El relato de los Reyes Magos figura entre las primeras creencias que adquirimos a lo largo de nuestra vida y además está ligado a la intensa experiencia que supone la noche de Reyes en la que se materializan nuestros sueños infantiles. Sin embargo, asumir que
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el nacimiento de Jesús fue anunciado por una circunstancia astronómica que figuraba en alguna profecía supone un acto de fe demasiado exigente. Como hemos visto, el cielo depara suficientes efemérides extraordinarias como para que cualquier evento terrenal quede reflejado por un signo en el firmamento. La capacidad humana para relacionar acontecimientos aparentemente dispares no tiene límites, pero al mismo tiempo que da pie a todo tipo de creencias infundadas también juega un papel fundamental en el desarrollo de la ciencia. Al fin y al cabo, las asociaciones inverosímiles son el alimento fundamental de la imaginación y la pulsión creativa. Para más información: Tras la pista de los Reyes Magos y la Estrella de Belén (Astronomía Digital). Artículo escrito por Jesús Gerardo Rodríguez Flores, en el que se realiza un análisis del posible origen astronómico de la Estrella de Belén. http://www.astro-digital.com/7/reyesmagos.html [Nota] *Marcos Pérez es Jefe de Sección de la Casa de las Ciencias de La Coruña.
FANTASMAS. ¿Y SI LOS OTROS NO EXISTEN? Por: Agencias
FANTASMAS. ¿Y SI LOS OTROS NO EXISTEN? Por: Manuel Díaz Prieto El cine siempre ha estado poblado de fantasmas y, últimamente, los ha vuelto a poner de moda con películas como "Los otros" o "El sexto sentido". Pero, al margen de modas, los científicos insisten en que no han encontrado la más mínima prueba de su existencia Una de las últimas apariciones de un fantasma recogida por la prensa española se produjo el pasado mes de agosto en el museo de la catedral de Mondoñedo (Lugo). Una turista peruana sufrió un sofoco en la sala dedicada a fray Antonio Guevara al ver a dos monjes espectrales cruzando por el despacho del obispo. Tras recuperarse, Julián López, el joven guía de 17 años, le explicó a la visionaria que hacía más de 40 años que en el lugar no habitaban monjes, tras lo cual, "la señora rompió a llorar y salió a toda prisa del museo". Un niño que formaba parte de la visita aseguró que también los había visto. Y una vecina del pueblo, Leonor Justo, no dudó en atribuir las fantasmagóricas apariciones: "Corresponden a Pardo de Cela y su hijo, porque dicen que les cortaron la cabeza y que nunca aparecieron los cadáveres". Leonor Justo no duda de que allí, entre los muros medievales, "hay algo". No todos piensan igual, el librero Manuel Alvite niega tal posibilidad: "Para creer tengo que tocar". ¿Qué piensa usted?, ¿cree que realmente existen los fantasmas? Cualquiera que haga una rápida encuesta en su entorno topará fácilmente con escalofriantes historias de presencias o señales del más allá, pues los fantasmas se encuentran confortablemente instalados en nuestras creencias. No resulta extraño que en su tesis "Investigación sobre personalidad y creencia en fenómenos paranormales", la psicóloga Lilian Velasco mostrase que en una población universitaria, el 34% de los hombres y el 35% de las mujeres han tenido la sensación de que alguna persona o fuerza está a su alrededor aunque no vean a nadie.
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Ya desde sus inicios, el cine ha convertido este filón en todo un género. Y durante los últimos tiempos, asistimos a un aluvión de filmes que se hacen eco de este fenómeno. Películas como "El sexto sentido" o "Los otros" llenan las salas con protagonistas venidos del más allá, mientras Internet ofrece incontables páginas dedicadas al tema, desde aquellas que aconsejan cómo fotografiarlos ("no beber alcohol durante la investigación", recomiendan) hasta las webcam cazafantasmas conectadas las 24 horas del día en lugares propicios, a la espera de que aparezca alguno. Frente a esta exuberancia de fantasmas (término de origen griego que significa espectro, visión quimérica), resulta paradójica la escasez de voces escépticas respecto a su existencia. Quizás se deba a lo que ya apuntó Isaac Asimov en "La mente errabunda": "Muchos científicos vacilan en atacar los diversos géneros de insensateces que circulan por la sociedad actual por temor a hacer mal papel y parecer dogmáticos y de mente cerrada. Por ello, tienden a mantenerse callados frente a las fantasías astrológicas, los cuentos de hadas de las pirámides, los mitos como el triángulo de las Bermudas, la manía de los ovnis, las fábulas de Velikovski, el disparate creacionista y todo lo demás". Sin embargo, existe una corriente de pensamiento escéptico en el mundo científico que arranca con Pirrón de Elis, en la Grecia clásica, pero que se constituye en movimiento cuando, hace tres décadas, el filósofo Paul Kurtz creó el Comité para la Investigación Científica de lo Paranormal, del que forman parte el mismo Asimov y Carl Sagan. En España surgen colectivos similares como Alternativa Racional a las Pseudociencias (ARP) que, según sus estatutos "impulsan el desarrollo del pensamiento crítico, la educación científica y el uso de la razón". Esta asociación promueve la investigación crítica de las afirmaciones paranormales y pseudocientíficas desde un punto de vista científico y racional, divulgando la información sobre los resultados de estas investigaciones entre la comunidad científica y el público en general. Carlos J. Álvarez, profesor de Psicología Cognitiva de la Universidad de La Laguna se muestra así de contundente: "No existe la más mínima evidencia científica de la existencia de poderes, fuerzas o fenómenos paranormales o sobrenaturales como los fantasmas o espíritus. La explicación a este tipo de experiencias anómalas se encuentra más dentro de nosotros que en el mundo externo". Para el doctor Álvarez éste sería una de los inconvenientes de tener un cerebro rápido, eficaz y muy adaptativo. Pues el pensamiento mágico ha estado presente en toda la historia del ser humano. La creencia en dioses, demonios, fantasmas y fuerzas del más allá probablemente tenga su origen en múltiples factores, apunta el psicólogo, tales como la falta de control sobre las fuerzas de la naturaleza y su dificultad de predecirlas, la conciencia de la propia muerte, el deseo de comunicarnos con los desaparecidos y la necesidad de conocer y entender el universo. "Muchas experiencias paranormales tienen su fundamento en la forma de funcionar de nuestra percepción, nuestra memoria y nuestros procesos cognitivos en general, además de en ciertas características de personalidad. Las ilusiones perceptivas y las alucinaciones son más comunes de lo que solemos pensar. Nuestra memoria es reconstructiva, con lo cual una experiencia recordada, con el paso del tiempo, puede ser muy diferente a como realmente sucedió. Por otro lado, la influencia de nuestras creencias y expectativas en cómo percibimos el mundo es innegable, a parte de ser un fenómeno investigado y bien establecido por la psicología. Si creemos en fantasmas, las posibilidades de ‘ver’ uno son infinitamente mayores que si no creemos en ellos, sobre todo ante estímulos ambiguos." No hay pruebas
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Pero a medida que ha ido avanzando la comprensión racional y científica del cosmos, de la naturaleza y de nosotros mismos, muchas de las explicaciones sobrenaturales han ido retrocediendo y desapareciendo. Investigadores de todas las ramas de la ciencia han estudiado y estudian las afirmaciones del ocultismo desde una perspectiva neutral y escéptica y sus conclusión es que, en el caso concreto de los fantasmas, no existe ninguna prueba contundente de que existan. Y respecto a los supuestos médiums y a la práctica del espiritismo, son muchos los casos de fraudes y simples trucos de ilusionismo estudiados y documentados desde hace más de 150 años. El ingeniero nuclear Ferran Tarrasa, profesor asociado de la UPC, sintió curiosidad por el estudio de estos fenómenos: "Me llamaba la atención la escasa base científica sobre la que se sustentaban, pero también su popularidad. Y las últimas películas no hacen más que abundar en los típicos lugares comunes del espiritismo que comenzó a mediados del siglo XIX con las hermanas Fox". Desde los tiempos más remotos han existido personas que han afirmado poderse comunicar con los muertos; sin embargo -explica este erudito ingeniero- el espiritismo moderno se remonta a mediados del siglo pasado, cuando una serie de ruidos extraños empezaron a manifestarse en una casa de Hydesville, Nueva York. Corría el año 1848, cuando en el hogar de las hermanas Fox, de 6 y 8 años, empezaron a escucharse una serie de ruidos en respuesta a preguntas formuladas en voz alta. Entre estas preguntas se contaban algunas como: ¿Eres acaso un espíritu? Si es así da tres golpes. Y se oían tres golpes. Sólo muchos años después las hermanas Fox confesaron que aquello no era más que un juego infantil y que el ruido lo producía una de ellas chasqueando los dedos de los pies. "Durante esta primera época del espiritismo -explica Tarrasa- las demostraciones de los médiums, las personas que afirmaban comunicarse con los difuntos, fueron evolucionando y haciéndose cada vez más complejas, a medida que un cierto sector de la sociedad se sentía cada vez más atraído hacia estos fenómenos." El repertorio de efectos se amplió con materializaciones de ectoplasma y de pequeños objetos, movimiento y levitación de objetos, generación de música procedente del más allá, aparición de rostros o de manos luminosas que flotaban (se supone que de los mismísimos difuntos), e incluso, en ocasiones, la levitación del propio médium. "Bajo estas condiciones tan laxas y permisivas, ¿quién no podría producir fenómenos maravillosos?", se pregunta el ingeniero, antes de recordar que el mismísimo Harry Houdinni dedicó gran parte de sus energías a desenmascarar a un sinnúmero de médiums, que abusando de la confianza y credulidad de sus clientes falsificaban todas las supuestas manifestaciones espiritistas. Su experiencia la resumió en una frase: "Cualquiera puede hablar con los muertos, lo que pasa es que los muertos no contestan". Miguel Ángel Sabadell se define cono una fan de las películas de terror, pero está convencido de que el actual auge de este género se debe a una moda, como pudo ser la de las catástrofes. Doctor en Física, Sabadell ha publicado "Hablando con fantasmas" (Temas de Hoy). En esta obra repasa todo el devenir reciente del espiritismo, desde el inocente juego de las niñas Fox hasta las ansias de unos por confirmar que existe vida tras la muerte y de otros por hacer dinero con todo ello. "La investigación psíquica adolece hoy, como en sus primeras épocas, de problemas importantes de difícil solución: escasa metodología, nula base teórica, contradicción con los principios sólidamente asentados en física, química o biología, ausencia de fenómenos netamente parapsicológicos en otras ciencias". Males que este físico que había dado clase en la universidad de Zaragoza antes de dedicarse al asesoramiento científico achaca no sólo al espiritismo, sino a toda la gama de pseudociencias imaginables. "No nos interesa la respuesta correcta sino la que nos reconforta", es su conclusión.
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Un científico de reconocido prestigio, Josep Comas Solà (1868-1937), que fue fundador y director del Observatori Fabra, realizó numerosas experiencias con la médium Carmen Domínguez a petición de un círculo espiritista barcelonés, que pretendía de esta forma autorefrendarse, dado su prestigio. Sus investigaciones las reflejó en la obra "El espiritismo ante la ciencia", subtitulado "Estudio crítico de la mediumnidad". Comas Solà no considera que el origen de estos fenómenos sean los espíritus descarnados, como pretende la doctrina espiritista, sino algunos fenómenos físicos poco conocidos. "El espiritismo -escribió- tal como se concibe por sus adeptos, y considerado en conjunto, no puede de ninguna manera ser hoy aceptado por la ciencia. En otros términos; está por demostrar que los difuntos, hayan tenido jamás participación alguna en los hechos bien observados." Alejandro Amenábar, el conocido director de cine, ha huido de hacer una interpretación moral de su película, pero nos aproxima a su visión al relatar la experiencia personal que lo llevó a filmar "Los otros": "La primera vez que recuerdo haber sentido un escalofrío con el cine fue realmente en un sueño, que no deja de ser una experiencia cinematográfica. En él, una presencia de la que sólo oía aullidos avanzaba por el pasillo de mi casa en dirección al salón, donde yo la esperaba, acurrucado en el sofá. Yo no tendría más de cinco años y cuando pienso en ello pienso en el hecho de que mi niñez siempre estuvo asociada al miedo, miedo a la oscuridad, a las puertas entreabiertas, a los armarios, y en general, a todo lo que pudiera ocultar a alguien o algo". Mientras, en las tascas de Mondoñedo, continúa el debate sobre qué eran en realidad aquellos dos monjes espectrales, aunque parece que gana adeptos la creencia popular que verbaliza el agricultor Manolo Feijó: "Yo no creo en esas cosas, pero estoy seguro de que existen".
EXPERTOS ACONSEJAN IR A LA CAMA CUANDO SE TIENE SUEÑO Por: Javier Sampedro
EXPERTOS ACONSEJAN IR A LA CAMA CUANDO SE TIENE SUEÑO Por: Javier Sampedro - Madrid Breve antología de noticias médicas y científicas del año que no han tenido la menor repercusión (por fortuna) El teletipo llegó a la Redacción el viernes 2 de febrero de 2001, exactamente a las dos y media de la tarde: 'Un equipo del British Antarctic Survey desmiente el mito de que los pingüinos se caigan de espaldas si un helicóptero les sobrevuela'. Dios mío, pero ¿cómo hemos podido estar engañados todo este tiempo? Sigamos leyendo: 'Durante cinco semanas, el equipo estudió el comportamiento de 1.000 pingüinos reales en la isla de Georgia del Sur, mientras helicópteros de tipo Lynx volaban sobre sus cabezas. 'Ningún pingüino real se cayó cuando los helicópteros pasaron', declaró el jefe del equipo, el doctor Richard Stone'. No, hoy no es 28 de diciembre. El teletipo, el doctor Richard Stone y su exhaustivo estudio sobre el mito de los pingüinos que se caen de espaldas no sólo son reales, sino que ni siquiera tienen nada de insólito. Las revistas científicas, los boletines médicos y los servicios de noticias fríen a diario a los medios de comunicación con sublimes descubrimientos de ese jaez. He aquí una pequeña muestra, fatigosamente recopilada a lo largo de este año que no acaba nunca.
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¡Acertó! Hacer predicciones suele ser arriesgado, como demostró en célebre ocasión un hombre del tiempo de la tele franquista, Eugenio Martín Rubio, cuando dijo aquello de: 'Me juego el bigote a que mañana nieva en Madrid'. No nevó y adiós bigote. Pero hay una forma simple de convertir cualquier brumoso augurio, por peregrino sea, en un tiro seguro: ampliar los plazos. Esta técnica fue utilizada con brillantez por el director del Centro de Astrobiología del CSIC, Juan Pérez Mercader, al anunciar durante una conferencia en Ronda (Málaga): 'En el siglo XXI podremos saber si estamos solos en el Universo o no'. Y luego añadió: 'Habrá alguna sorpresa'. Eso seguro. 50 ovejas Con tanto genoma humano y tanta guerra bacteriológica, a todo el mundo se le ha escapado la verdadera noticia del año, publicada por la revista Nature: 'El Babraham Institute de Cambridge (Reino Unido) demuestra que las ovejas no son tan estúpidas como la gente piensa'. El director del equipo científico, Keith Kendrick, aclaraba más abajo: 'Hemos visto que las ovejas pueden recordar 50 caras de otras ovejas durante dos años. Eso quiere decir que tienen una inteligencia razonable, porque si no, ¿para qué quieren un sistema que recuerda caras y no recuerda ninguna otra cosa?' Buena pregunta, doctor Kendrick. Debe admitirse, desde luego, que distinguir a 50 ovejas por la cara tiene un mérito indiscutible, lo que viene a demostrar que los científicos de Cambridge no son tan estúpidos como creen algunas ovejas. Sexo (a ser posible) La principal agencia de noticias francesa nos regalaba en agosto esta primicia: 'Científicos peruanos constatan que un tubérculo andino podría aumentar la potencia sexual'. Por desgracia, el doctor Gustavo González, director del estudio, añadía en el mismo despacho: 'No se ha podido constatar un efecto eréctil del tubérculo'. Vaya por Dios. Lo que parece constatarse, siendo así, es un gatillazo andino, que se dice. Mientras se esclarecen los efectos del tubérculo andino, conviene recordar que gran parte de la vida sexual de un individuo no depende de la dieta, sino de las estrellas. Así, por ejemp
EL NACIMIENTO DE UNA GALAXIA Por: Javier Armentia
EL NACIMIENTO DE UNA GALAXIA Por: Javier Armentia Cuando los astrónomos observan el espacio, están también observando el tiempo: la luz de un objeto lejano pasa un buen tiempo viajando hasta nosotros, y así, esa imagen nos muestra cómo era cuando la luz comenzó su viaje. Las distancias en el Cosmos son a veces tan descomunales que el viaje en el tiempo puede ser también enorme. Pensemos en la Luna, a 380.000 km de la Tierra: su luz tarda poco más de un segundo en llegarnos. No nos damos cuenta, pero estamos viendo la Luna tal y como era hace un segundo, algo que se notaba en las comunicaciones entre los astronautas del Apolo y el centro de control en la Tierra, una demora de dos segundos (uno para ir y otro para volver) que se daba entre las preguntas y las respuestas. Pero la Luna está aquí al lado: el Sol, a 150 millones de km de la Tierra, nos presenta su imagen tal y como era
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hace 8 minutos. Cuando vemos a Júpiter, lo estamos contemplando tal y como era hace más de ocho horas. Las distancias a las estrellas son, en comparación con las de nuestro sistema solar, muchísimo mayores. La luz tarda en viajar desde la estrella más cercana al Sol, Alfa Centauri, más de cuatro años. El centro de nuestra Galaxia se encuentra a una distancia tal que la luz emplea unos 27.000 años en recorrerla. Los astrónomos emplean precisamente el año-luz como una unidad de distancia. Pero lo es también de tiempo: ahora, vemos el centro de la Vía Láctea tal y como era hace 27.000 años. Las escalas de tiempo del Universo son normalmente enormes: una estrella como el Sol puede llegar a vivir 10.000 millones de años. Por eso, cuando observamos el centro de nuestra Galaxia, aunque han pasado varias decenas de miles de años, el panorama no habrá cambiado mucho. Y algo similar sucede cuando observamos galaxias mucho más lejanas, cuya luz ha estado viajando cientos o incluso miles de millones de años hasta llegar a nuestros telescopios; el escenario es poco más o menos similar: conjuntos de estrellas, nubes de gas y polvo... La Cosmología nos enseña, sin embargo, que el Universo tuvo su comienzo hace unos 14.000 millones de años. Desde el momento en que el Cosmos se hizo transparente a la luz, algo que ocurrió en torno al año 500.000 después de ese comienzo (o Big Bang), hay una época, el primer millardo de años, que suele ser “la Edad Oscura”, porque apenas tenemos información de lo que sucedió entonces. Después de la Edad Oscura, el Universo es aproximadamente similar al actual: grandes espacios vacíos que separan agrupaciones (o cúmulos) de galaxias en las que nacen y mueren estrellas. Son galaxias enormes, con más de 100.000 millones de estrellas como el Sol, y tamaños de unos 100.000 años luz de lado a lado. Pero esas galaxias tuvieron que nacer antes. Y al formarse, muy posiblemente, no lo hicieron como un todo, sino que fueron agrupaciones de elementos más pequeños, protogalaxias con masas de un millón de soles, y tamaños de unos cientos de años luz, en los que la gravedad hacía que el gas se comprimiera y formara estrellas. Esos bloques precursores de las galaxias se irían agrupando posteriormente para dar lugar a las galaxias modernas. El problema de una teoría, o un modelo como el que hemos dibujado en el párrafo anterior es que ha de poderse comprobar, para validar su utilidad. Y esto no es nada fácil: cuanto más lejos está algo, menos luz nos llega de él. De hecho, de los objetos más lejanos del Universo sólo se ha podido observar los más brillantes, los luminosos cuásares y galaxias con intensa formación estelar que emiten suficiente luz como para poder ser localizados con los grandes telescopios. Estos objetos, sin embargo, no son “normales”, precisamente por ser los más energéticos. Los astrofísicos llevan años intentando encontrar los objetos menos luminosos que nos den pistas de cómo era lo habitual en aquellas épocas remotas. El pasado 5 de octubre, un equipo internacional liderado por el galés Richard Ellis (del Instituto Tecnológico de California) y el francés Jean-Paul Kneb (del Observatorio de Midi-Pyrenées) presentaban su investigación de un objeto que es la primera confirmación de ese escenario de la formación galáctica en la Edad Oscura. Se trata de una pequeña agrupación de estrellas jóvenes y brillantes que se encuentra a unos 13.400 millones de años luz de la Tierra. Si concedemos unos 14.000 millones de años a la edad del Universo, este objeto nos está mandando luz de cuando nació, hacia el año 600 millones después del Big Bang. Utilizando los telescopios gemelos Keck I y Keck II, unos ojos para observar el cielo con 10 metros de diámetro cada uno, enclavados en la cima de un volcán en la isla
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de Mauna Kea, en Hawai, los astrofísicos han podido analizar espectralmente la luz de este objeto, que había sido descubierto a partir de imágenes obtenidas con el Telescopio Espacial Hubble, y poder comprobar que se trata de una pequeña protogalaxia, con una masa de cerca de un millón de soles. En condiciones normales, esta galaxia en nacimiento no sería observable: emite muy poca luz y está en los confines del Universo observable. Pero la casualidad ha jugado a favor de los científicos. Entre ella y nosotros, a una distancia de 2.000 millones de años luz, hay un cúmulo de galaxias llamado Abell 2218, una gigantesca agrupación de unos 10.000 objetos cuya gravedad es tan intensa que, conforme a la predicción de la Teoría General de la Relatividad de Einstein, es capaz de actuar como una lente, magnificando la luz del objeto que tiene detrás unas 30 veces, y haciendo posible así que lo observemos. La luz cambia su trayectoria debido a la presencia de campos gravitatorios, y un cúmulo de galaxias actúa como una verdadera lupa que nos desvela detalles que tiene detrás. Esta lente ha producido dos imágenes del objeto lejano, llamadas lacónicamente por los descubridores “a” y “b”, de cuyo análisis han deducido su masa, su distancia y su juventud. Cabe esperar en el futuro que similares investigaciones nos permitan comenzar a conocer mejor cómo se formaron las galaxias en aquella Edad Oscura. Una lente gigantesca Abell 2218 es un gran cúmulo de galaxias, a dos mil millones de años luz de nosotros. Se ve (con telescopios) en la dirección de la constelación del Dragón, y ya desde 1995 se comenzó a estudiar porque las imágenes obtenidas con el Telescopio Espacial Hubble presentaban una serie de arcos luminosos que son la evidencia de que está actuando como una lente gravitatoria. Esto se produce porque es muy masivo (equivalente a diez mil galaxias como la Vía Láctea) y muy compacto. En las primeras imágenes de alta resolución del Hubble, se encontraron unos 120 arcos, correspondientes a galaxias que se encuentran detrás del cúmulo, y cuya luz es distorsionada por la gravedad. Tras la última misión de servicio al Telescopio Espacial, en enero de 2000, Abell 2218 fue uno de los primeros objetos en ser observados con los instrumentos mejorados. Gracias a esta imagen, Ellis y sus colaboradores pudieron identificar los dos pequeños y débiles arcos de luz de la protogalaxia, tan débiles que antes no habían sido reconocidos.
MITOS SOBRE LOS ORÍGENES Por: Agencias
MITOS SOBRE LOS ORÍGENES Por: Robert Carneiro Traducción por: Marcos Mozas Fuente: National Center for Science Education En el comienzo hubo un período de Caos, cuando el aire, el agua, y la materia estaban combinadas en una mezcla sin forma. Sobre ésta flotaba un Huevo Cósmico, del cual surgió Gaia (la Tierra) y Urano (el Cielo). Estas deidades crearon la tierra y sus criaturas y el Sol, la Luna, y las Estrellas. Así es como los Griegos dan cuenta de la creación. En el comienzo estaba el Pueblo Santo, sobrenatural y sagrado, que vivía bajo tierra en 12 mundos
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inferiores. Una gran inundación en el mundo subterráneo obligó al Pueblo Santo a reptar a la superficie de la tierra a través de un bejuco hueco, donde crearon el mundo. La Mujer Cambiante dio a luz a los Héroes Gemelos, llamados "Asesino de Monstruos" y "Niño de las Aguas" que tuvieron muchas aventuras. El Pueblo de la Superficie de la Tierra, mortal, fue creado, y el Primer Hombre y la Primera Mujer fueron formados a partir de mazorcas de maíz blanco y amarillo. Así es como los Navajos dan cuenta de la creación. Entre las preguntas más básicas planteadas por los seres humanos están aquellas sobre los orígenes. ¿Cómo surgió la especie humana? ¿Cómo fue creada la Tierra? ¿Qué pasa con el Sol? ¿La luna? ¿Las estrellas? ¿Por qué tenemos noche y día? ¿Por qué muere la gente? A ninguna sociedad humana le faltan respuestas a esas preguntas. Aunque varían mucho en los detalles, son, para los pueblos primitivos en conjunto, similares en su forma básica: la gente y el mundo existen porque fueron traídos a la existencia por una serie de actos creativos. Mas aún, esta creación es habitualmente considerada como la obra de seres o fuerzas sobrenaturales. Los relatos de las formas en que estos agentes sobrenaturales formaron la tierra y la poblaron son conocidos como mitos sobre los orígenes. Hasta el surgimiento de la ciencia moderna, los mitos sobre los orígenes proporcionaron los únicos tipos de respuestas posibles a tales preguntas. De este modo, los mitos personificaron el estado y limitación del pensamiento humano sobre los orígenes durante más del 99% de la historia humana. Aunque los mitos sobre los orígenes son usualmente asignados a la esfera de la religión, contienen un elemento de ciencia: explicación. A pesar de que pueda haber lecciones morales esparcidas aquí y allá a lo largo de ellos, los mitos sobre los orígenes son básicamente maneras de explicar las cosas tal y como son. La Explicación, por tanto, no es exclusiva de ni comenzó con la ciencia. La Ciencia comparte la explicación con la mitología. Lo que distingue a la ciencia de la mitología es la verificación. La ciencia no sólo propone respuestas, procede a probar esas respuestas, y si las respuestas se prueban incorrectas, deben ser desechadas o modificadas. La mitología difiere de esto. Un mito sobre los orígenes ofrece una explicación que debe ser creída. Aceptación, no verificación, es lo que exige. Los antiguos Vikingos creían que la aurora boreal (Luces Norteñas) eran reflejos de luz de los escudos de las doncellas guerreras, las Valkirias; los astrónomos modernos nos cuentan que son causadas por vientos solares interactuando con el campo magnético de la tierra y los gases atmosféricos. Ambas son explicaciones, pero sólo una de esas explicaciones puede ser verificada. ¿Qué es explicación? En el fondo, equivale a traducir lo desconocido en lo conocido, lo extraño en lo familiar. ¿Y qué es lo que los seres humanos conocen mejor? A sí mismos. Saben cómo la gente pie
LO QUE LA PROFETISA AMANDA NO DIJO. Por: Agencias
LO QUE LA PROFETISA AMANDA NO DIJO. Por: Giordano Bruno. El recién estrenado film cubano "Las Profecías de Amanda", es una especie de biografía-documental sobre una médium cartomántica que posee poderes paranormales, como trasmitir o recibir el pensamiento de otros (telepatía), o puede adivinar el destino o futuro, así como el pasado (clarividencia o adivinación). También hace "trabajos de limpieza" y diagnostica enfermedades.
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Todas las personas han tenido varias premoniciones en su vida. A todo el mundo le pasa: es absolutamente normal. Por supuesto, hay una explicación racional (lástima, pues a todos nos gustaría tener poderes psíquicos). A veces esta explicación es difícil de comprender y admitir, pues no todo el mundo ha sido preparado para pensar en términos probabilísticos. Uno tiene tantos pensamientos a lo largo del día, y durante tantos días, que es normal que se produzcan coincidencias sorprendentes. De hecho, lo extraño sería que nunca se produjesen. A esto hay que añadirle nuestra tendencia psicológica a olvidar los casos desfavorables (cuando "notas" que alguien te está mirando y no hay nadie, cuando "presientes" que te has sacado la lotería y no recibes un centavo..) y conservar muy vivos en la memoria los escasos sucesos favorables. De este modo, podemos tener la falsa impresión de que hemos acertado demasiadas veces, y que tiene que haber algo paranormal por medio. Algunos escollos de la Parapsicología El 14 de febrero de 1837 se creó una comisión en la Academia de Medicina francesa para verificar si eran ciertas las capacidades paranormales de los médiums. Pero fracasaron los experimentos de órdenes telepáticas, la visión con ojos cerrados, se describieron objetos diferentes a los presentados. Burdin, miembro de la Academia, propuso un premio de 3 mil francos de su fortuna personal para concederlo a aquel que hipnotizado o despierto mostrara capacidades paranormales. El concurso duró hasta 1840 y nadie pudo demostrar científicamente sus poderes paranormales. En 1851, tres médicos de la Universidad de Buffalo, EEUU, invitaron públicamente a las hermanas Fox, famosas médiums fundadoras del espiritismo, a una investigación. Fueron inmovilizadas de tal forma que no pudieron moverse, y durante la sesión no pudieron originar ni un solo rap o ruido de golpe de los espíritus. Se concluyeron que esos ruidos del "más allá", eran producidos por la articulación de la rodilla y de los dedos de los pies, pero los crédulos no le prestaron atención a ello. Más tarde Margaret Fox confesó públicamente que era un fraude. En 1955 G.P. Price retó a los parapsicólogos con sus médiums publicando en la revista Science que si la clarividencia es una capacidad real, se manifestará a pesar de todas las precauciones que se tomen para evitar la ilusión o fraude. Planteó el barajar cartas al azar con una máquina, luego colocarlas en recipientes metálicos, cerrándolos por soldadura, que se microfotografían. Luego se presentan al clarividente, que no observó este proceso, el cual debe de decir lo que hay dentro, sin abrirlos, y se graba en cinta. Al final se abren las cajas para valorar. Hasta hoy ningún adivino o parapsicólogo ha enfrentado este reto. Los recientes experimentos de Ganzfeld, tampoco han arrojado resultados a favor. De toda esta serie de fenómenos paranormales, podemos afirmar que no existe la más mínima evidencia que permita demostrar su existencia. Se ha sometido a experimentación a personas que afirmaban poseer dichos poderes, no obteniéndose resultados más allá de los esperados por las leyes del azar. También se podría argumentar que si estos poderes existiesen, entonces serían usados por gente más seria que los parapsicólogos; pero el caso es que cuando hay una filtración de información en una embajada, todos buscan un espía y no un telépata. Ante esto, los parapsicólogos alegan que este tipo de fenómenos no se manifiestan en presencia de personas escépticas y suficientemente preparadas para desenmascarar este tipo de fraudes (curiosa teoría para la que tampoco tienen explicación). Otro argumento típico para justificar la existencia de este tipo de fenómenos es la afirmación de que "El ser humano no utiliza el
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cerebro en su totalidad, y hay partes de éste cuya función es ignorada por la Ciencia". La demostración de la falsedad de dicho argumento es obvia: cualquier lesión de cualquier parte del cerebro origina una discapacidad en el individuo, cosa que no sucedería si hubiese partes que no se utilizan. Además, no hay evidencia de que esas partes del cerebro sean más usadas por los supuestos telépatas. La gran oportunidad que se están perdiendo los adivinos James Randi es el decano de los magos de EEUU. Mago quiere decir que es alguien que realiza hazañas asombrosas, pero que admite que son trucos. El mago es un artista, no un charlatán. Randi se dedica a desenmascarar charlatanes que pretenden utilizar estos mismos trucos para estafar a los incautos. Nadie mejor que un mago que conoce todos los trucos del oficio para desenmascarar a otro. Entre otras actividades, ha organizado una fundación que se puede localizar en Internet (http://www.randi.org/) o cuya dirección postal es: The Randi Fund 355 West Reno Street Suite L Las Vegas N.V. USA 89118 que ofrece un gigantesco premio de más de un millón de dólares ($1,112,000.00) a quien logre demostrar cualquier tipo de habilidad sobrenatural, o poder paranormal (adivinación, telepatía, telequinesia, radiestesia o zahorismo, etc). Varios autoengañados y estafadores han intentado conseguir este premio a lo largo de más de 20 años, pero todo lo que han conseguido es ponerse en evidencia mientras el premio sigue aumentando, para vergüenza de todo aquel que diga que la existencia de los fenómenos paranormales está demostrada científicamente. Esta fundación también ofrece otros premios y becas para estudiar "lo paranormal". De todas formas, no hay problema: Si crees poseer alguno de estos poderes, tienes que ponerte en contacto con la Fundación James Randi, y demostrarlo, y ganarás un excelente premio: más de un millón de dólares USA, serás el primero en ganarlo y tu fama está asegurada. Y tendrás la satisfacción de obligarme a negar todo esto. Uri Geller, israelita que vive en Inglaterra, es precisamente uno de esos seres famosos con poderes paranormales que ha tratado de mostrar sus facultades excepcionales. En los años 70 los científicos Rusell Targ y Harold Puthoff, dos físicos del Research Institute de Stanford realizaron experimentos de fenómenos de telequinesia y percepción extrasensorial con él y una computadora. El adivinaba y dibujaba lugares escogidos por ella. Estos dos físicos fueron engañados sin compasión. Pero Geller ha sido desenmascarado por Randi y un equipo de científicos. Geller lograba doblar cucharas de metal, llaves de puertas y otros objetos metálicos con la yema de sus dedos, detener relojes de pulsera mecánicos automáticos con sólo tocarlos, siendo realmente burdos trucos de magia. No hay ningún poder psíquico involucrado, como lo demuestra Randi en su libro "Flim Flam". Séller ha tenido largas batallas legales en juicios contra Randi y el Comité para la Investigación Científica de lo Presunto Paranormal (CSICOP), que no sólo ha perdido repetidamente, sino que además le han causado un enorme desprestigio al exhibirse públicamente videos que muestran claramente todos sus engaños. A pesar de todo, Geller sigue pretendiendo y ahora tiene una delirante página en Internet donde demuestra convincentemente que tiene más habilidades psicoquinéticas que vergüenza; pero son interesantes los comentarios que hacen los científicos y magos sobre él. Esta vendiendo un Kit de Poder Mental por unos
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$30. El kit incluye un casete, un cristal, y un libro de cómo desarrollar su PES, zahorismo, el poder del cristal, terapia del color, y por supuesto, telekinesis. Lo que no conocen la mayoría de los críticos de cine A pesar de las críticas artísticas desfavorables que se han emitido sobre este film, ningún comentarista de arte se ha atrevido a abordar el contenido paranormal y esto denota la clásica ausencia de cultura científica, lo cual conlleva, por lo general, a una fácil credulidad en lo paranormal por parte de los intelectuales del arte. Esto es algo muy importante en el ámbito de nuestra cultura. Hay necesidad de que el artista tenga idea de por dónde va la ciencia, para no quedar rezagado en intelecto y creatividad. No basta con saber que existen las computadoras y usarlas para escribir novelas, o aplicar la tecnología láser para grabar su música. Tiene que estar al día en cuanto a qué avances hay en las investigaciones científicas. Si no, sólo logrará divulgar, reciclar y reafirmar viejas supersticiones con lenguaje moderno. El científico tiene más suerte que el artista, el pintor o el poeta. Porque el científico puede entender el arte, su estética, sus colores, las metáforas. Un científico no sólo es capaz de analizar y desmenuzar las cosas y formularlas matemáticamente. Puede disfrutar de la belleza de un cuadro, de un poema, de una pieza musical, o en una noche de primavera contemplar el brillo de la Luna. Pero un artista que no conozca mínimamente los fundamentos de la ciencia, sea la física o la biología, no es capaz de sentir la belleza de la naturaleza, de sus simetrías, de sus curiosidades. No es capaz de sorprenderse a sí mismo pensando por qué unas sustancias son opacas y otras transparentes, por qué brillan las estrellas que tanto inspiran a los poetas, o por qué nos encontramos todos pegados a este planeta (Feynman). Lo que sí sabe el director de este film Según algunos críticos, artísticamente esta película no fue buena. Sin embargo, creo que su director es sagaz, pues ha mezclado todos los ingredientes básicos para tener éxito de marketing en las masas: sexo, violencia, lenguaje cubano y lo paranormal o sobrenatural. Poco a poco se están eliminando tabúes. Con la película "Fresa y Chocolate" se ha mostrado que el homosexual es un ser humano, a tolerarlo socialmente. Lo paranormal, sobrenatural y místico mágico, fue rechazado en décadas anteriores por las autoridades que dirigen los medios de información a las masas. Era algo de lo que no se debía hablar, ni por radio, ni TV. Pastor Vega ha sido el primero y es audaz en romper ese hielo. No se atrevían a abordar estos temas por la sencilla razón de que la mayoría de las veces no sabían cómo y por qué ocurría eso. No tenían una respuesta clara. Una confusión de conceptos que se retrata en el filme es producto de propagar durante años en nuestra educación que marxismo y ciencia es lo mismo. La falsa idea de que el materialismo por sí solo es suficiente para acreditar o avalar algo como ciencia. Cuando en realidad quien avala que algo sea científico o no, es una forma de pensamiento y acción llamada Método Científico, con todos sus pasos obligatorios que debe cumplir. Es cierto que el materialismo es uno de los cinco requisitos indispensables que debe cumplir todo Método de Investigación Científico, junto al realismo, racionalismo, empirismo y sistemismo científico. Pero el materialismo por sí solo es insuficiente para validar algo. Es la ciencia la que devela las verdades del universo, los científicos verdaderos utilizan teorías y experimentos, no se basan en profecías y promesas. Los científicos buscan hechos, evidencias, no palabras, ni anécdotas, ni testimonios.
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Vega logra retratar fielmente el típico médium cubano que históricamente nunca ha sido tan "poderoso" como muchos del mundo Europa y Norteamérica, pues no posee otras facultades paranormales como elevar su cuerpo por medio de la mente (levitación), ni logra mover objetos por una orden mental sin tocarlos (telequinesia), como tampoco materializar formas vivientes, objetos, rostros, que parecen salir del cuerpo del médium (ectoplastia o ideoplastia). Ya que para lograr estos fenómenos se necesita dominar técnicas de trucaje propia de magos. Por tradición, algunos de nuestros médiums realmente creen que poseen esas facultades especiales y viven autoengañados, y otros, que son la mayoría, son realmente unos charlatanes que dominan antiquísimas técnicas conocidas para manipular los deseos y necesidades de los demás, abusando de la credulidad. Este director logra mostrar otra realidad actual, un grupo de profesionales como psicólogo y médicos que realmente existen en nuestro medio, carentes del necesario escepticismo científico. Universitarios de ciencias que desconocen qué son las pseudociencias, con alto nivel de credulidad, ausentes de crítica y análisis científico del fenómeno. Saben mucha filosofía, pero muy poco de ciencia. No son todos, pero ese tipo de universitario existe, los vemos que van de los sublime a lo ridículo, cuando sabemos que han dado crédito a doctrinas irracionales y anticientíficas, como por ejemplo, la Orinoterapia. En el hospital Ameijeiras iban a realizar un estudio sobre la orinoterapia, que es una doctrina carente por completo de fundamento científico, la cual explica que las enfermedades se pueden curar o evitar, ingiriendo o untándose orina. La mayoría de los psicólogos cubanos desconocen los cinco mecanismos psicológicos básicos que explican por qué cualquier método o doctrina adivinatoria parece funcionar. No saben que es la Lectura en Frío, el efecto Forer o efecto de validación personal, como tampoco el reforzamiento comunitario, etc. La clave para entender los fenómenos paranormales que sustentan a las pseudociencias reside en la psicología humana. Pero Vega, desconocedor de las teorías y experimentos de rigor que se han realizado con médiums, posiblemente desconoce el análisis y la crítica científica sobre los temas de paranormalismo. Por lo tanto, su película no eleva el nivel cultural del espectador, no enseña nada novedoso sobre este tema, sólo trasmite lo ya conocido desde la época de las pitonisas griegas o desde la Edad de Piedra, para así darnos la visión típica del intelectual de artes con gran incultura científica. En el arte está permitido todo tipo de concesiones, el subjetivismo no está atado a leyes, pero esto no salva al director en este film. La comisión de médicos que discuten el caso de Amanda Los parapsicólogos y similares, recurren con frecuencia al "Relativismo de la Verdad" y a la Física cuántica y relativista, para pretender justificar el paranormalismo, y esto está bien reflejado en este filme, cuando se reúne la junta médica cubana en el Ameijeiras. El Relativismo de la Verdad es un artificio muy viejo de los sofistas, con el cual tratan de justificar cualquier idea irracional o falsa, de inmediato dicen que la verdad es relativa, lo cual implica que no hay verdades reales y todo en el fondo es una gran mentira. Este argumento literario y no científico se destruye al ejemplificar con verdades científicas irrebatibles como: la Tierra es esférica y gira alrededor del Sol. Los copernicanos y galileanos tuvieron que enfrentarse a esos relativistas de la verdad que decían que la Tierra gira alrededor del Sol y a su vez el
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Sol gira alrededor de la Tierra, así pretendieron salvar los errores geocentristas que aparecen el la Biblia. Las verdades científicas son las más sólidas y las teorías científicas son parcialmente verdaderas, o sea, tienen una parte que está dudosa o puede ser falsa. Pero eso no quiere decir que lo ya correctamente verificado sea falso. Los científicos están convencidos que hay cosas ciertas en el Universo, que es cognoscible utilizando el Método Científico. En este filme también se dijeron disparates en relación con la física. La física newtoniana no está destruida por la física relativista o einsteniana. La teorías se pulen, una nueva teoría no niega totalmente la anterior. Gracias a las leyes de la física newtonianana se colocan satélites de comunicación y meteorología alrededor de cualquier planeta. Y también el hombre ha ido varias veces a la Luna. Los parapsicólogos y los pseudocientíficos pretenden convencer mencionando términos de la física cuántica y relativista. Usan frases como "Incertidumbre de Heisenberg" o nombran a Einstein, cuando realmente ambos físicos negaron la posible justificación teórica de esas doctrinas paranormales. Los pseudocientíficos se aprovechan de la ignorancia que tiene el gran público, el cual nunca lee o entiende de física y entonces mezclan sus pseudoargumentos formando un texto o discurso cantinfleado. Los trabajos de Einstein niegan que una persona pueda viajar al pasado, que alguien vea el futuro y lo cuente ahora. Los viajes en el tiempo hacia atrás, son físicamente absurdos por la misma ecuación del tiempo einsteniana. Como ha dicho el eminente físico inglés Stephen Hawking, si se pudiera viajar al pasado, estuviéramos rodeados de turistas venidos del futuro. Sólo el arte puede recrearnos con esa posibilidad. La predicción del futuro a corto plazo es posible mediante la prognosis, y es lo que hacen los comentaristas deportivos cuando pronostican quién ganará una competencia, al igual hace el meteorólogo, o un médico sobre el paciente. La prognosis o previsión del sentido común se basa en generalizaciones y tendencias, Julio Verne la empleaba, no usaba la cartomancia, leía textos de ciencias. El poder vaticinar el futuro exacto a largo plazo es científicamente imposible. Otro detalle del filme fácil de desmentir es que los experimentos sobre la adivinación no se hacen por simple cálculo en por ciento, sino por estudios basados en las probabilidades matemáticas. Los científicos ya no callan ante los disparates Cuando por nuestros medios de comunicación un locutor o escritor habla mal, tiene errores ortográficos o de redacción, es criticado de inmediato. Cuando alguien dice que la Monalisa la pintó Shakespeare, o que Los Miserables fue escrito por Beethoven, los dedicados al arte dirán que eso es un disparate y con menos probabilidad pensarán que es una broma. Desde hace siglos existe una gigantesca propaganda pseudocientífica a través de los medios de información a nivel mundial. La propaganda a favor de las pseudociencias siempre ha superado en volumen a la crítica científica sobre ellas. El pensamiento científico y la cultura científica es dominio e interés de un pequeñísimo grupo de personas, por ello, el pensamiento mágico abunda más que el racionalismo científico. Propagar pseudociencias sin una crítica científica es signo de ignorancia, oscurantismo y retroceso en cualquier país y época. Algunos de los mecanismos psicológicos que las generan son permanentes, por lo que sería un error prohibirlas, ignorarlas o perseguir a sus cultores. Dar a conocer a la población la
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crítica científica a estos mitos desenmascarándolos, es lo idóneo. Una educación basada en la ciencia nos alejará cada vez más de la Edad de las Cavernas. La duda escéptica es una de las fases de todo proceso de investigación, pero se puede superar cuando las hipótesis se comprueban con suficientes pruebas y razones que las justifiquen. Es un escepticismo positivo y constructivo; se limita a las realidades concretas sometidas a investigación. Los científicos saben que sus hipótesis son falibles y que, con el tiempo, pueden ser modificadas por estudios y teorías futuras. No obstante, la ciencia da por cierta la idea de que, con esfuerzos constantes, es posible alcanzar un grado de conocimiento fiable. Ya los científicos no se quedan silenciosos ante los disparates, han creado organizaciones científicas como el CSICOP Internacional (Comité para la Investigación Científica de lo Presunto Paranormal) de EE.UU., la SOMIE (Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica) de México, y la ARP (Alternativa Racional a las Pseudociencias. Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico) de España, dedicadas a desmentir a las pseudociencias y anticiencias. Actualmente existen 90 organizaciones científicas repartidas en 31 países que desenmascaran a las pseudociencias y otras supersticiones mediante la teoría y la experimentación científica. Como es de esperar, la mayoría de estas organizaciones están en el mundo desarrollado (Norteamérica y Europa), donde la investigación científica del planeta está a la cabeza. Pocas naciones del mundo subdesarrollado tienen organizaciones de este tipo, solo hay tres en América Latina: México, Argentina y Brasil; y una sola en África, República Sudafricana. CSICOP fue fundada en EE.UU. en 1976, y actualmente es una de las organizaciones científicas de mayor prestigio internacional, pero es prácticamente desconocida por los cubanos. Por ser la voz contra la pseudociencia y la superstición, contribuyendo a la educación pública mundial, la Unión Astronómica Internacional nombró a un asteroide Skepticus 6630 CSICOP Organization, en el 20 aniversario de su fundación. Esta organización publica sus trabajos en la revista Skeptical Inquirer, la cual también está disponible en Internet, junto a otra publicación electrónica llamada Skeptical Briefs. Su e-mail es:
[email protected] y su sitio Web: http://www.csicop.org/ [Nota] *Giordano Bruno nos ha remitido este artículo como respuesta al titulado”MARTHA ESTEVEZ: LA FARAONA DE CUBA, escrito por: Carlos Rafael Sánchez Almenares y que se encuentra colgado del sitio charlatán-cubano-miamense “Miami Ufo Center” en la url: http://www.angelfire.com/fl/ufomiami/index.html El autor nos ha enviado, acompañando a su artículo, una breve reseña histórica y sociológica que por su indudable interés hemos decidido igualmente publicar. A continuación pueden ustedes disfrutar con su lectura: Amigos, hace tiempo (el 11-10-1999) escribí un artículo motivado por una película que se hizo acá en Cuba sobre esta adivina llamada Martha Estévez, cuyo nombre en el film se cambió por el de Amanda. Dicho artículo se lo entregué personalmente a uno de los principales editores del periódico Ahora de esta provincia, pero no fue publicado, como tampoco te publican artículos contra las pseudoterapias en los medios de información nacionales. El asunto es que el homosexualismo (al igual que la religión, la prostitución, etc) fue perseguido con extrema ferocidad durante las primeras décadas del triunfo del actual gobierno (les sugiero leer las obras
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del fallecido escritor cubano Reynaldo Arenas). Los religiosos, disidentes, homosexuales, etc. fueron confinados a unas granjas de fuerte trabajo agrícola durante años. Posterior a la caída del Muro de Berlín es que se invitó al Papa, se permiten algunas cosas a los homosexuales, y a los adivinos se les ha dado libertad de propaganda. Eso no quiere decir que el tiempo entre la Caída del Muro y 1959, en Cuba no hubiesen homosexuales, pues existían hasta en altos cargos, pero los trataban de tapar. También siempre han existido prostitutas, y miles de religiosos no pudieron ser convertidos al marxismo, la mayoría de ellos silenciosamente ocultaban sus creencias. Los adivinos y curanderos siempre existieron, pero no se les permitía propaganda pública. Posterior a la precipitación de los ladrillos germanos, el gobierno para cambiar la imagen al exterior, permitió realizar una película que muestra que los homosexuales son humanos (ver el film cubano "Fresa y Chocolate"), y con el film Las Profecías de Amanda, se propulsa abiertamente a los adivinos y similares que siempre han existido en Cuba, pero no se les permitía hacer propaganda pública. A Martha Estévez la han presentado varias veces por la TV cubana con gran bombo y platillo, pero no está permitido desenmascararla, ni explicar al público lo que es una lectura en frío, etc. Curiosamente, ahora para este fin de año en las iglesias católicas, templos protestantes y centros de santería, hemos visto que están llenándose mucho mas que en años atrás. Además ha aumentado la asistencia de muchos comunistas de carné. Es decir, ahora traen bajo un brazo la Biblia; o en su muñeca los pulsos de cuentas verdes y amarillas, o una tira roja de santería, y debajo del otro brazo el carné del partido comunista y El Capital. Años atrás solo veías los dos extremos: 1- el marxista ateo 2- el religioso creyente ahora abundan más la combinación de ambos. La religión marxista esta en detrimento. Por otra parte, por los medios se hace propaganda de los valores nacionales y la cubanía. A diferencia de años atrás ahora se menciona mas a Martí que a Marx. En religión por los medios se sigue incentivando más a la santería y adivinos, que a la históricamente la principal religión de este país, la católica, la cual es eterna enemiga del gobierno. Es una estrategia ideológica el incentivo de la santería y religiones mas primitivas o afro. El film cubano Las profecías de Amanda, fue criticado por los medios cubanos por su estilo, ya que unas veces parecía mas documental que película, o mas biografía que película, etc. A veces por la actuación que si fue buena o mala. También la película cumple propósitos para turismo extranjero. En una de sus escenas aparece un español que conoció a Amanda en Cuba, y mientras él conversa con Amanda por teléfono desde España, de pronto ella le dice que le están robando su auto, y él sorprendido corre, se asoma y es cierto. Luego ella recibe regalos desde España. Si usted visita la Habana Vieja verá en la Plaza de la Catedral a una negra gorda vestida de blanco hasta la cabeza, ropa típica de las santeras, y su mesita con cartas y otras cosas, lista para adivinarle su futuro por pago en dólares. Todo forma parte de un gigantesco mecanismo gubernamental para captar dólares. Un método de supervivencia dada la fuerte crisis económica que padece este empobrecido país.
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Aprovecho y les envío una copia del artículo no publicado y solo díganme si lo recibieron. Aquí nadie ha oído sobre Randi, CSICOP ni la ARP a no ser por lo que escribo bajo la férrea mirada inquisidora. (Si ustedes creen que todo este mensaje valga la pena enviarlo a la lista, háganlo ustedes, ya les explicaré otro día).
SAI BABA: ¿EL DIOS PECADOR? Por: Alejandro Agostinelli
SAI BABA: ¿EL DIOS PECADOR? Por: Alejandro Agostinelli A propósito del programa “Zona de Investigación”, emitido por Azul TV (Argentina), el 5 y 12 de agosto de 2001. Todo comenzó el 20 de octubre de 1940, cuando Sathya Anarayana Raju, un joven de 14 años que vivía con su familia en Puttaparthi, un pueblito perdido en el sur de la India, anunció que dejaba todo -su familia, su escuela, su pasado- para consagrarse a una misión espiritual: “Me voy -dijo-, ya no les pertenezco; la ilusión se ha ido. Mis devotos me están esperando”. Y reveló ser Sai Baba, la reencarnación del santo Sai Baba de Shirdi, fallecido ocho años antes de que él, Sathya, naciera. Al tiempo, proliferaron historias sobre sus milagros y sus seguidores se multiplicaron. El próximo 23 de noviembre, Sri Sathya Sai Baba cumple 76 años y ya no tiene un puñado sino unos 10 millones de seguidores en todo el mundo que lo consideran la encarnación de la divinidad. En nombre de este dios vivo, sus devotos realizan servicios a la comunidad, edifican colegios, venden sus posesiones o gastan todos sus ahorros para viajar a la India. Todo es esfuerzo es poco: van, según creen, al encuentro de Dios. Para algunos, no tiene por qué existir polémica porque todo se reduce a una mera cuestión de fe. Para otros, la fe deja de ser razón suficiente si existen las pruebas del engaño: cada vez son más los devotos dispuestos a afirmar que Sai Baba -el líder neoreligioso hindú más popular en Occidente- es un impostor que se aprovecha su ropaje divino para apropiarse del dinero de sus fieles “vip” y abusar sexualmente de otros. El pasado 5 de agosto de 2001, “Zona de Investigación” (Azul TV, domingos, 22 horas) difundió sendas entrevistas con ex seguidores, el joven iraní-norteamericano Said Korramshahgol y el actor y empresario sueco Conny Larsson donde señalaron que –so pretexto de curarlos de enfermedades que ellos ignoraban poseer o iniciarlos en el camino espiritual- Sai Baba les “manifestó de la nada” un aceite con el que frotó sus genitales. Esto no sería tan grave si Said no hubiera dicho que el masaje fue seguido de “masturbación” y Conny de “sexo oral”, asunto chocante si lo hay si se considera que estamos hablando de un gurú que pregona el celibato, la moralidad y la rectitud como valores supremos. Tanto Said como Conny coincidieron en que Sai Baba se vale de una serie de ardides pseudoespirituales para tener sexo con devotos que oscilan entre los 12 y los 30 años. Estas denuncias circulan desde hace más de un año en Internet y ya habían sido investigadas por el “Daily Telegraph” de Londres, el “Indian Today”, de Nueva Delhi y la propia UNESCO, que el 15 de septiembre de 2000 retiró el auspicio a un congreso sobre “valores humanos” que iba a celebrarse en el ashram de Sai Baba en Puttaparthi. Desde
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hace unas semanas, los testimonios de Korramshahgol y Larsson forman parte de la primera demanda contra Sai Baba por abuso sexual que recibe la Corte Alta de la India, encabezada por el ingeniero Hari Sampath, un ex devoto que perteneció al cuerpo de seguridad de Sai Baba entre 1992 y 1995. El aceite divino Durante su investigación, la producción de “Zona de Investigación” entrevistó a más de una docena de devotos que hablaron de situaciones similares a las que describieron Korramshahgol y Larsson y no encontraron a ninguna mujer que relatara una “iniciación” semejante por parte de Sai Baba. “En alguna forma, (Sai Baba) toca los genitales de los hombres, porque nunca lo hace con las mujeres… él dice que las mujeres no necesitan estímulo de ningún tipo…”, dijo a “Zona...” Mónica Socolovsky, la empresaria de modas que abrió el primer Centro Sai Baba en Buenos Aires, allá por 1980. Según Korramshahgol, el masaje con el aceite “es la introducción, la manera en que rompe el hielo”. Luego, dijo, “me pedía que me bajara los pantalones en todas las entrevistas. Ya no me aplicaba aceite entre el ano y el pene. Jugaba con mi pene”. El sueco Conny Larsson viajó al ashram de Sai Baba en marzo de 1978. Larsson creyó que finalmente había encontrado a Dios y abandonó su empresa para irse a vivir al templo de Baba. “Yo estaba convencido de que Sai Baba me había elegido para una importante misión”. En la primera entrevista, explicó Larsson, Sai Baba le reveló que había sido discípulo suyo en una encarnación anterior y, acto seguido, le bajó los pantalones para luego “untarme con aceite los genitales”. Las entrevistas privadas siguieron y, poco a poco, Baba continuó avanzando: “Me decía que mi fuerza vital en la espalda, el kundalini, estaba en el lugar equivocado”, dijo Larsson. “El era Dios diciéndome que yo estaba enfermo -continúa- y Dios tenía derecho de hacer conmigo lo que quisiera”. Conny Larsson fue discípulo de Sai Baba durante 21 años y fue uno de los devotos más populares de Europa. En el programa dijo que “se le cayó la venda” al descubrir que no era el único: pronto supo que los jóvenes que viajaban con él desde Suecia estaban recibiendo el mismo “tratamiento” que había recibido él a comienzos de los ’80. “Zona de investigación” descubrió que un relato sobre estas prácticas ¿espirituales? aparecía mencionado en el libro escrito por la devota Graciela Busto, “Sai Baba El Señor” (Errepar, 1993). Un párrafo que, curiosamente, fue suprimido en una reedición del libro publicada este año. Leonardo Gutter, presidente de la Organización Sai Baba en América Latina, dijo que estas acusaciones son “una barbaridad” y destacó la realidad de sus milagros, entre ellos la construcción de “hospitales gratuitos para toda la gente” con el dinero aportado por el norteamericano Isaac Tigrett, el fundador del Hard Rock Café que en los años ochenta vendió su empresa para donar la mitad a Sai Baba. Dios, sexo y videos El domingo 12 de agosto, “Zona de Investigación” siguió develando el otro lado de “la cortina de la vergüenza”, como llaman los disidentes al cuarto donde Baba atiende a sus “elegidos”. Conny Larsson, quien llegó a ser Coordinador Espiritual de la Organización Sai Baba, y Said Korramshahgol, desde hace varios años webmaster de un sitio en Internet dedicado a exponer “la otra cara de Dios”, ahondaron el relato de las experiencias que les causaron el estado de “devastación espiritual” que les llevó abandonar el culto. El ilusionista Enrique Márquez, por su parte, explicó cómo cree que “el avatar materializa el
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lingam” (un huevo de piedra que expulsa por su boca durante ciertas ceremonias) y se presentó el testimonio de Sharon Purcell, una ex devota que perteneció durante 32 años al grupo fundacional de la Organización Sai en los Estados Unidos. “Mi hijo no pudo racionalizarlo -dijo Sharon- y dejó de creer. Pero yo seguí pensando que estaba recanalizando su energía sexual y espiritual. Yo era tan estúpida...” Purcell decidió dejar el culto cuando conoció las razones por las cuales un amigo suyo escapó en 1972 de la India: “Me dijo que Baba puso su pene (el de Baba) en su boca y eyaculó”. El presidente de la Organización Sai en la Argentina, el ingeniero Jorge Hadad, refutó las acusaciones alegando que éstas son parte de una campaña de difamación. “En la época de Jesús -dijo, citando un reciente discurso de Sai Baba- había un Judas; en esta época hay muchos Judas capaces de traicionar a la divinidad por unas monedas”. Otros devotos, en cambio, abrigan dudas o se refugian en la incomprensión de los designios de la divinidad. “¿Algo consciente para que la persona trabaje o debilidad (humana) que no puede manejar...? No lo sé...” reflexionó Daniel Zalzman, antiguo devoto de Baba y hoy coordinador de la Fundación Espiritualidad Práctica. Por su parte, el psicólogo Daniel Coifman, distanciado de la Organización Sai tras 20 años de dedicación plena, reveló que, cuando hace algunos años conoció estos relatos, reaccionó con sorpresa. Y se preguntó: “¿Será o no será? Después yo empecé a entender que hay cosas que no puedo comprender...”. En la misma línea, Socolowicz repuso: “La gente está acostumbrada a evaluar la acción correcta desde una premisa de juicio, y a un maestro no se lo puede juzgar porque nadie lo puede comprender”. Martín Caparrós, un periodista argentino que a mediados de los noventa publicó “Dios mío. Un viaje a la India en busca de Sai Baba”, comentó: “Una de las grande ventajas de ser Dios es que uno no se parece a sus súbditos. Es radicalmente distinto, y por lo tanto siempre se puede usar el argumento según el cual: ‘Ahhhhh!!! nosotros no somos capaces de entender lo que él dice o lo que él hace porque él es dios y nosotros no..’ Eso facilita mucho la comprensión entre los fieles y un dios, en la medida que esa comprensión está basada en la incomprensión radical”.
DATACIÓN POR CARBONO 14 Por: Felix Ares de Blas
DATACIÓN POR CARBONO 14 Por: Félix Ares de Blas La atmósfera de la Tierra está formada fundamentalmente por nitrógeno (78%) y oxígeno (21%). A las capas altas de la atmósfera llegan partículas altamente energéticas procedentes del Sol –viento solar—y del resto del universo –rayos cósmicos. Cuando estas partículas altamente energéticas chocan con el aire se producen, entre otros muchos efectos, que parte del Nitrógeno 14 se convierte en Carbono 14 (C14) El nitrógeno 14 (N14), es el nitrógeno “normal” el más abundante en la Tierra; en su núcleo tiene 7 neutrones y 7 protones. 7+7=14, de ahí su nombre. Tiene un hermano radiactivo, el Nitrógeno 15, del que no nos vamos a ocupar. El Carbono tiene varias formas (isótopos), el más común es el Carbono 12, que es un átomo estable; su
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núcleo tiene 6 neutrones y 6 protones. Tiene hermanos inestables (radiactivos), entre los que destaca el Carbono 14 que tiene 6 protones y 8 neutrones. El la alta atmósfera pueden llegar neutrones altamente acelerados, procedentes mayoritariamente de los rayos cósmicos. A veces, cuando el neutrón choca con el núcleo del Nitrógeno 14, desplaza un protón y se queda en el núcleo. Es decir, el Nitrógeno 14 que tenía 7 protones y 7 neutrones se queda con 8 neutrones y 6 protones. Las propiedades químicas de un elemento las define el número de electrones, que siempre coincide con el de protones, para que el átomo sea neutro. Por tanto, ese “nitrógeno” con 8 neutrones y 6 protones, se comporta como Carbono. Como el número de neutrones (8), más del de protones (6) suman 14, se le llama Carbono 14. Los rayos cósmicos son, por tanto, una fuente permanente de Carbono 14 “fresco”. El Carbono 14 químicamente se comporta igual que el Carbono 12, por tanto es capaz de formar parte de compuestos como el dióxido de carbono que respiran todos los seres vivos. Pero es inestable, o dicho de otro modo: es radiactivo. Un elemento radiactivo se desintegra sin intervención de nadie a una velocidad constante. Esa velocidad se suele medir como período medio de desintegración que es el tiempo en el que la mitad de los átomos existentes se han transformado. Un ejemplo, si tenemos 100 átomos de carbono 14, la vida media es lo que tardan en desintegrarse 50 átomos. El C14 al desintegrarse produce N14. Su vida media es de 5 730 años. Los seres vivos respiramos mientras estamos vivos; pero dejamos de hacerlo al morir. Mientras respiramos, recibimos una mezcla de C14 y C12. Al morir, el C14 empieza a desintegrase, convirtiéndose en Nitrógeno. Por tanto, la relación entre C14 y C12 nos dice cuánto hace que fallecimos. Un ejemplo, si nada más morir la relación entre C14/C12 es K, 5 730 años después será la mitad. Otros 5 730 años más tarde la carta parte, etc. 50 000 años más tarde, tan sólo queda el 0,236% del C14 inicial, lo que hace que a partir de este número de años el método no sea válido. Una simple fórmula logarítmica nos permite saber el tiempo transcurrido desde que un ser vivo ha muerto. PERO. Ya sabemos que siempre hay un pero. En este caso hay dos o tres peros. El pero primero se refiere a la tasa de generación de Carbono 14. Tal como hemos visto, depende de los neutrones energéticos que llegan a la alta atmósfera. En el simple cociente C14/C12, expuesto más arriba, se supone que es constante. Sin embargo no es así. La radiación que nos llega no es constante, depende de muchos factores. Por convenio se aplica la tasa de creación de C14 que había en 1950, que el creador del método de la datación por C14, estimó en: 19 átomos/min por gramo de carbono en el ciclo mundial de carbono. Además, en aquel año se estimaba que la vida media de desintegración del Carbono 14 era de 5 568, cuando hoy se ha calculado con más precisión y se le asignan los 5 730 ya mencionados.
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Hay un tercer pero y es que no a todos los lugares de la Tierra llegan el mismo número de moléculas de CO2 con carbono 14. Los tres peros nos muestran un panorama que nos dice que el cálculo de la edad por Carbono 14 no es tan sencilla como indica la fórmula de la que hemos hablado. Pero, los científicos tienen que hablar un idioma común. No pueden depender de su ubicación geográfica o del año en el que se midió una determinada edad media de decaimiento radiactivo. Por ello, han definido que cuando se habla de “años de radiocarbono” se refieren a la fórmula aplicada estrictamente, considerando que la cantidad de C14 generada es uniforme en toda la Tierra y todos los tiempos y que coincide con la que midió Libby en 1950. Además, se considera que la vida media de desintegración del C14 es la que usó Libby, 5 568, aún a sabiendas de que hoy hay mediciones más exactas. Por lo tanto hay una diferencia entre el número de años “radiodatados” y los años de calendario o civiles. Ello lleva a frases tan curiosas como ésta, leída en el número de agosto de 2001, de la revista “National Geographic”, en español, hablando de la cueva de Chauvet: “los humanos usaron la cueva hace 32.000 años de radiocarbono, lo que equivale a unos 35.000 años civiles”. A pesar de los peros, pocas dudas hay de que los años de radiocarbono son una buena aproximación a los años de calendario. Pero todavía se puede ir más lejos, obtener mayor precisión, utilizando sistemas de calibrado. El radiocarbono no es el único sistema de calibrado, hay otros muchos; por ejemplo la dendrocronología, que se basa en los anillos que producen anualmente los árboles. Los árboles son seres vivos que respiran el C14. Si elegimos un anillo correspondiente a un año determinado; podemos saber su proporción de C14/C12 exacta. Eso nos permite calibrar el carbono 14 año a año. En esa calibración fina no sólo se utilizan los anillos de los árboles, también se emplean otros sistemas de datación absoluta como son las capas de hielo árticas, sedimentos, registros históricos.. Se han dedicado muchos años y esfuerzo a la calibración fina de la datación por radiocarbono y hoy existen tablas y programas informáticos que nos hacen la conversión de años de radiocarbono a años de calendario. Pueden encontrar un programa muy utilizado en: http://depts.washington.edu/qil/ Otro en: http://units.ox.ac.uk/departments/rlaha/orau/06_frm.htm En la Universidad de Oxford encontramos explicaciones de todo tipo sobre los métodos de datación: http://www.rlaha.ox.ac.uk/orau/ Para acabar quiero señalar que el método de datación por radiocarbono sólo es válido para materiales orgánicos y que no puede usarse para más de 50 000 años. También quiero señalar que una vez calibrado, el método es sumamente exacto; pero incluso sin calibrar los errores no son excesivamente grandes. Mucho he leído sobre que la datación hecha con C14 para la “Sábana Santa de Turín”
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eran erróneos, que el método no funciona... Fundamentándose en los “errores” que tiene el método. Simplemente quiero señalar que el trabajo se realizó en tres laboratorios diferentes, con metodologías diferentes y que los tres coinciden en la fechas... y que los tres utilizaron sistemas calibrados. Por lo tanto, pretender que el método se equivocó al señalar que la “sábana” es medieval en vez de ser de la época de Jesucristo, es simplemente un insulto al método del Carbono 14 y a la ciencia.
DE LA Por: Agencias
DE LA 'SABANA SANTA' A LA BOTELLA Carbono 14 contra el fraude en los vinos Los científicos australianos han inventado un método para descubrir los vinos fraudulentos, según un estudio realizado por expertos de la Universidad de Adelaida y de la Australian Nuclear Science and Technology Organization (Organización Australiana de Ciencia y Tecnología Nucleares, ANSTO). El director del equipo, el doctor Graham Jones, del Departamento de Horticultura, Viticultura y Enología de esa Universidad, ha colaborado con el doctor Ewan Lawson y con el doctor Claudio Tuniz de la División de Física de ANSTO para autentificar muestras de vinos utilizando su datación por carbono 14. Y es que, por muy bien que se imite, el líquido dentro de una falsa botella de Vega Sicilia 1970 no va a haber sido elaborado en 1970... Jones explica que el estudio mostraba que la datación por carbono -método más conocido por su aplicación a la 'Sábana Santa' de Turín y a vestigios antiguos tales como las esculturas de piedra- puede utilizarse asimismo para datar cosechas recientes de vino. Según él, "la detección de aditivos prohibidos y de otras adulteraciones vinícolas es de creciente importancia para la industria". El método se fundamenta en la medición de las minúsculas cantidades de carbono 14 en elementos que estuvieron en su día en equilibrio con la atmósfera. Incorporadas en el dióxido de carbono, se liberaron cantidades relativamente grandes de carbono 14 como resultado de las pruebas atmosféricas con armas nucleares durante los años 50 y principios de los 60. La captación de este dióxido de carbono atmosférico por las plantas significa que los productos derivados de las mismas pueden ser datados con exactitud. El doctor Jones afirma que "las cantidades de carbono 14 que se hallan en los elementos de las plantas en fechas determinadas se conocen por los estudios de los anillos de los árboles y por las muestras de dióxido de carbono atmosférico". Y agrega: "En el caso del vino, los azúcares y otros componentes, tales como los compuestos de sabor acumulados en las uvas durante su maduración, contienen esta información sobre su edad. Cuando las uvas han fermentado en vino, esta información es retenida en el alcohol y en muchos otros componentes del vino". Los niveles de radiocarbono atmosférico aumentaron tras las pruebas nucleares durante la Guerra Fría. En las explosiones de bombas se generaron las partículas eléctricamente neutras, los neutrones, que interactuaron con el nitrógeno atmosférico para formar el radioisótopo de carbono.
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El doctor Jones explica un descubrimiento importante, como parte de esta investigación, es que la cantidad de carbono 14 en el hemisferio sur aumentó aproximadamente un año después de que hubiera aumentado en el hemisferio norte. Puesto que el carbono 14 se encuentra en una parte por cada billón o menos de otros isótopos de carbono, precisa unas mediciones extremadamente sensibles. Estas mediciones fueron supervisadas por el Doctor Tuniz y por el doctor Lawson, del grupo del Acelerador de Espectrometría de Masa (AEM) del ANSTO. El AEM es una técnica analítica ultrasensible, basada en la utilización de un acelerador de iones. La mayor parte de las mediciones de las cosechas coincidieron exactamente con las fechas que figuraban en las etiquetas. Sin embargo, los investigadores prosiguen su trabajo para verificar los resultados de una muestra que arrojaba una discrepancia significativa con respecto a la cosecha impresa en la botella. El doctor Jones señala que la proporción de carbono 14 a carbono ordinario (carbono 12) en el dióxido de carbono de la atmósfera está disminuyendo hasta el punto en que este método puede volverse inexacto dentro de un periodo de 10 años aproximadamente, a menos que se diseñe un equipo más sensible.
DOBLANDO CUCHARAS E INSULTANDO A LA AUDIENCIA. Por: Ricardo Campo Pérez
DOBLANDO CUCHARAS E INSULTANDO A LA AUDIENCIA. Por: Ricardo Campo Pérez. Quizá sería suficiente con decir: "¿Se creen que somos estúpidos?". O aquella otra frase más elegante de H. L. Mencken: "Una carcajada vale por mil silogismos". Cualquiera de los dos asertos es más que suficiente para retratar la indignante aparición del prestidigitador Uri Geller en la primera cadena de la televisión pública española en un programa de variedades llamado "Tiempo al tiempo", presentado por Concha Velasco. Al lado de Uri, la extasiada Velasco parecía estar frente a un hombre santo, como si se le hubiese dado la oportunidad de contemplar la manifestación de un poder sobrehumano. Terciando, José María Íñigo, que sabe perfectamente que el israelí es un gigantesco farsante, pero que prefiere aparecer en la pantalla como su introductor en España, sabedor de que aquella lejana exhibición del doblador de cucharas en septiembre de 1975 en el programa "Directísimo" fue un hito en la historia de la televisión española; y eso acarrea su pequeño prestigio. Más de 25 años después nos lo presentaron como una vieja historia que no ha perdido lustre. Realmente la audiencia resultó impactada por entonces: miles de personas tomaron sus viejos relojes para que Geller, con su "fuerza mental", los pusiera en movimiento. Sin duda tuvo éxito. Pero es que cualquiera podría tenerlo: entre miles, por simple probabilidad, una porción se pondrán en marcha con sólo darles cuerda de nuevo -que es lo que Geller pide a la audiencia, además-, con una pequeña sacudida... Por supuesto, en estas ocasiones llaman al programa los que lo logran...; ¿por qué no llaman aquellos cuyo reloj sigue tan parado como antes, que serán una parte lógicamente proporcional? La entrevista fue totalmente parcial, como en toda ocasión en que uno de estos personajes, ya sean astrólogos, tarotistas o divulgadores de la falsa presencia de los extraterrestres en la Tierra, aprovechados de la credulidad en torno al mito de los platillos volantes, etc. aparecen en un medio: nada
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de crítica, ni un solo escéptico en el plató. ¿Por qué no se preguntó a Geller por Jim Carson, popular presentador de la CNN americana que hace 20 años ridiculizó a Geller ante toda la audiencia cuando éste no pudo adivinar en qué recipientes de metal había agua y en cuáles no, sólo porque el israelí no había podido manipular con antelación las vasijas ni tocarlas durante sus vanos intentos ante las cámaras? ¿Por qué no se le recordó la molesta presencia del mago escéptico y "cazador de charlatanes" James Randi, capaz, al igual que todo buen mago e ilusionista, de reproducir todos los trucos de Geller, como doblar cucharas o adivinar lo que alguien ha dibujado en un papel? Porque de eso se trata, de simples trucos de ilusionismo. Todos podemos aprender estas habilidades, trucos de magia para principiantes. Sólo que Geller hace uso simultáneo de esa ridícula virtud que es el carisma, de esa capacidad para escenificar un proceder esencialmente fraudulento, de cautivar a las mentes menos críticas que lo contemplan y tragan sin masticar. La hilarante conversación mantenida con el mago Geller podría ser analizada en sus más mínimos detalles y descubrir cómo se construye un "poder" de la nada, sólo con un poco de habilidad, "tablas" para salir en la tele, mucha credulidad, una audiencia entregada y afirmaciones totalmente gratuitas y rotundamente falsas. Nos quedamos con dos: en la primera la presentadora afirma que sólo usamos una parte de nuestro cerebro. Se trata de una curiosa y falsa leyenda ampliamente extendida entre el gran público. Cualquier psicólogo o neurocientífico nos dirá que usamos todo, absolutamente todo nuestro cerebro en incontables ocasiones a lo largo del día; tan sólo para coger un vaso de agua de una mesa son innumerables los recursos cerebrales que entran en juego. El otro argumento fue de los que hacen época: según Iñigo, los magos nunca fallan en sus trucos, pero Geller sí ha fallado. Sin duda, Íñigo nos quería vender que el spoonbender profesional (doblador de cucharas) es un dotado, un ser que posee cualidades que no están solo en su mano, que no se reducen a una operación técnica como las de los magos, que proceden de una esfera trascendente que por obra y gracia de estos deleznables espectáculos televisivos queda convertida en un reino de simples efectos especiales. Por supuesto, Geller nos recordó al final que seamos positivos y optimistas con nosotros mismos, porque así nos pasarán "cosas buenas", pinceladas nuevaeristas de las que este individuo echa mano como un vendedor cualquiera en el mercado multinacional de la "nueva conciencia" y "desarrollo personal". La verdad es que a Geller hay que reconocerle una vez más su abrumadora capacidad para ejercer efectos a distancia: consiguió insultar y ofender a la inteligencia de buena parte de la audiencia; intentó que comulgásemos con unas gigantescas ruedas de molino; se nos trató como a ignorantes necesitados de consejos vitales vendidos en un bazar de pseudo-espiritualidad de todo a 100; se nos revolvió el estómago; la adrenalina circuló aceleradamente por nuestras venas; se nos entrecortó la respiración; y dejamos de salivar durante un rato. Y todo ello con su presencia y su palabra, señor Geller. No está mal para un "dotado".
LA ADICCIÓN A INTERNET NO EXISTE Por: Helena Matute
LA ADICCIÓN A INTERNET NO EXISTE Por: Helena Matute. Cada vez hay más clínicas virtuales que hacen sus buenos negocios tratando on-line la adicción a Internet. Y sin embargo, la adicción a Internet no existe.
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En nada se parece la famosa adicción a Internet a las adicciones que se describen en los manuales de psicología y psiquiatría. La adicción a Internet es esa necesidad imperiosa que tanta gente siente de conectarse a Internet nada más levantarse por la mañana. O sea, algo así como la adicción a leer el periódico, pues también hay mucha gente que necesita leer el periódico mientras desayuna y no le gusta nada quedarse un día sin periódico. ¿Que a algunos les quita mucho tiempo? Claro, pero las adicciones no se definen por el tiempo que nos ocupan. También ver la televisión o leer el periódico quita tiempo a la gente y sin embargo nadie es adicto al periódico o a la televisión. La nicotina, en cambio, es adictiva y no nos quita tiempo. La adicción a Internet no figura en el DSM IV, el manual más utilizado para el diagnóstico de desórdenes mentales, editado por la Asociación Americana de Psiquiatría, y tampoco ha sido aceptada por la Asociación Americana de Psicología. Los defensores de su existencia se escudan en que la red Internet es aún muy nueva y por eso no ha sido aún aceptada la existencia de esta adicción por las principales asociaciones profesionales. Adicciones químicas Lo comparan con la adicción al juego, al sexo, a las compras, llamándolas a todas ellas, de manera colectiva, “adicciones no químicas”. Sin embargo, el DSM IV no considera ninguna adicción no química: las adicciones se definen según la sustancia que las causa. Los comportamientos compulsivos han existido siempre, pero pertenecen a una categoría diagnóstica muy distinta. El término “adicción a Internet” fue originalmente una broma de esas que acaban dando la vuelta al mundo varias veces por correo electrónico. En un foro de profesionales de la salud mental, Ivan Goldberg intentaba hacer una parodia del DSM IV. En el mensaje afirmaba Goldberg irónicamente haber descubierto un nuevo síndrome, el “Síndrome de adicción a Internet”, y proponía crear nada menos que el primer cibergrupo de ciberadictos anónimos. Algo así como la primera asociación de alcohólicos anónimos que se reúne tomando copas en un bar. Casi nada. El término “adicción a Internet” fue originalmente una broma de correo electrónico Esto ocurría en 1995 y lo triste es que hubo mucha gente que se lo creyó; o que no leyó el mensaje despacio antes de reenviarlo a sus amistades; o que, sencillamente, no tuvo interés en aclarar el malentendido que empezaba a extenderse, quizá para así dar cobertura a la alarma sobre el nuevo síndrome de adicción a Internet. Incluso quizá, algunos, para poder sentar las bases de un nuevo negocio bien rentable: el del tratamiento on-line de la adicción a Internet. Afortunadamente todavía puede consultarse el mensaje de Goldberg en las secciones de humor de algunas universidades. Existen muchas clínicas virtuales que hacen sus buenos negocios tratando este síndrome, pero no me pidan que les de esas direcciones. Cada vez hay más noticias, en todos los medios de comunicación, en cualquier programa de radio, en cualquier página web, que dan por probada la existencia de la adicción a Internet y dan direcciones de clínicas virtuales donde tratar el síndrome sin dejar de usar Internet. Después, la gente acude a las ciberclínicas, y si de verdad tenían algún problema, difícilmente será resuelto. Sencillamente porque está mal diagnosticado. Utilización excesiva, no adictiva Pero si no existe la adicción a Internet, ¿qué hay, entonces, de esas personas que pasan tantas horas
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enganchadas y tienen tanta dificultad para desconectar? Sí, podemos hablar, claro está, de personas que utilizan Internet de manera excesiva; y también de personas que ven la televisión en exceso, y de personas que hacen más deporte de lo normal, incluso de personas que leen más de lo normal para nuestro modo de vida. ¿Vamos a llamarlas adictas a todas ellas? Es absurdo. Para empezar, no sabemos todavía qué es normal, dice el doctor Leonard Holmes, que se pregunta cómo pueden algunos estar hablando de utilización patológica de Internet si ni siquiera sabemos todavía qué es un uso “normal” de Internet. Convendría también preguntarse, como hace el doctor Grohol, qué será normal dentro de unos pocos años, cuando ya todos podamos pasar en Internet el mismo tiempo que ahora pasamos viendo la televisión. ¿Se dan cuenta de que si seguimos así, cuando todos pasemos en Internet el mismo tiempo que pasamos ahora viendo la televisión, todos los desórdenes mentales que ya existen podrán acabar siendo atribuidos a la adicción a Internet? Meter en el saco de la adicción los problemas psicológicos de los internautas es como volver a la época en la que todo se explicaba con el complejo de Edipo Es cierto que dedicar muchas horas a una actividad se ha de traducir, por fuerza, en una disminución de las horas que dedicamos a otras actividades. Y esto a veces puede causar problemas. El estudiante que pasa demasiadas horas leyendo lo que le apetece en vez de los libros de texto acabará teniendo problemas en sus estudios, al igual que el que pase muchas horas por ahí con los amigos, o haciendo deporte, o charlando con gente en Internet. Y puede que no solo tenga problemas en los estudios, sino que a lo mejor también puede llegar a tener problemas con su familia y amigos si su actividad preferida acaba convirtiéndose en un obstáculo para estar con ellos. Pero lo que conviene dejar claro es que ni Internet, ni el deporte, ni los libros, ni los amigos son adictivos. Internet es solo una tecnología de comunicación humana. Y los amigos, los libros, el deporte... bueno, ya saben ustedes lo que son. Distribuir mejor el tiempo El problema, en todo caso, será que ese estudiante de nuestro ejemplo no está dedicando el tiempo necesario a otros aspectos de su vida que también son importantes, y por tanto, tendrá que aprender a distribuir mejor su tiempo si le interesa conservar también esas otras cosas. Pero un diagnóstico como ese no se parece en nada a un diagnóstico de adicción. Y su tratamiento también deberá ser muy distinto.
Quizá un tratamiento para mejorar los hábitos de estudio sea lo único que necesita ese estudiante. O quizá no, quizá necesite mejorar algún aspecto de su personalidad, quizá una simple timidez que le impide relacionarse de otra forma con la gente. Quién sabe. Eso tendrá que determinarlo un profesional tras un diagnóstico individualizado. Lo único que está claro es que si seguimos metiendo en el saco de la adicción a Internet todos los problemas psicológicos que vayan apareciendo en la gente que utiliza la red, no haremos sino volver a la época en la que todo se explicaba acudiendo al mismísimo complejo de Edipo. Para más información: DeAngelis, T.: Is Internet addiction real? http://www.apa.org/monitor/apr00/addiction.html Página de Grohol http://psychcentral.com/grohol.htm
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Holmes, L.: What is “normal” Internet use? http://mentalhealth.miningco.com/library/weekly/aa100697.htm El mensaje de Goldberg http://www.cog.brown.edu/brochure/people/duchon/humor/internet.addiction.html
[Nota] *Helena Matute es catedrática de psicología en la Universidad de Deusto y una entusiasta de la divulgación científica. Ha publicado numerosos artículos de investigación y colabora en el comité editorial de varias revistas científicas. Su página web está en http://sirio.deusto.es/matute/
EL OVNI QUE NO FUE Por: Christian Sanz
EL OVNI QUE NO FUE Por: Christian Sanz Mi abuela solía decir que “no todo lo que brilla es oro”. Ella siempre me decía que debía ser muy cauto a la hora de certificar lo que fuera como cierto. Aunque suene imbécil, esa misma frase debería ser un filtro en los medios y tantos otros ámbitos como para no caer en tantas trampas cotidianas. Luego del atentado ocurrido el día 11 de septiembre en Nueva York, mucha gente (inescrupulosa) ha salido a aprovecharse de la situación. Desde numerólogos hasta clarividentes han salido a decir que era algo que estaba escrito por el destino. Algo extraño ya que, paradójicamente, nada habían anticipado antes de que sucediera. Y, si algo nos faltaba, era justamente el tema OVNI. Bien... no ha pasado demasiado tiempo como para que algún avivado saliera a hablar de que los OVNIs tenían alguna intervención en el tema. En nuestro país -que nunca puede ser menos a la hora de la avivada-, la mecha fue encendida por un autotitulado “investigador de OVNIs” llamado Francisco Fazio. Un joven que suele comprar historias ya desprestigiadas y refutadas en otros países y que sale a “venderlas” a los medios nacionales. Esa locura por el tema Ufológico ha llevado a Fazio a trabajar con gente como Jaime Maussán, un chanta mexicano que suele certificar como auténticas muchas supuestas evidencias de OVNIs que luego se descubren fraudulentas. Uno de sus papelones más recordados es el de haber avalado un descenso de OVNIs en la ciudad de Metepec que luego se desenmascaró de manera vergonzosa (http://www.tioabel.com/enlaces/phpHoo2.php3?viewCat=5). Por otro lado, el chanta de Fazio ha dado difusión en nuestro país a un video de un falso doctor llamado Jhonatan Reed, en el que supuestamente este último mata a un extraterrestre y lo guarda en un freezer. Este joven ufólogo (?) muestra, como prueba de que el video es auténtico, el estudio de un microbiólogo llamado Harold Chacón (que por el apellido merecería ser ginecólogo). Hete aquí que este tal Chacón (que nunca quiere mostrar su título) asegura haber estudiado en la Universidad Católica de Puerto Rico, una institución que no posee dicha carrera.
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Finalmente se ha demostrado que el amigo Harold es empleado de una gasolinería. Asimismo, Reed asegura poseer un brazalete confeccionado con un material desconocido en el planeta tierra. Se ve que nunca le contaron que existe algo llamado “Rubbermaid”, que sirve para tapizar escritorios y cuyo material es el mismo que el que tiene el citado brazalete. En esta oportunidad, Francisco Fazio ha traído a nuestras tierras el video de un OVNI que sobrevuela las torres gemelas un mes antes del atentado del 11/9. Considerando que la locura ufológica de este joven desborda su capacidad de raciocinio, vamos a comentar un par de cosas que a lo mejor debería haber analizado antes de mostrar este fraudulento video. La cinta en cuestión fue enviada por una tal “Bárbara S.” a la cadena de televisión “ SCIFI”, a partir de lo cual comenzó a tener la fama que se le atribuye. Desmenuzando lo que se ve en el video, el cual fue analizado por expertos, se puede ver que: 1- El supuesto OVNI despega en forma ascendente (diagonal) pero al seguirlo, el camarógrafo lo toma en línea recta y sabe exactamente donde estará detenido. 2- Cuando el OVNI sale disparado de las torres gemelas -pasando cuadro por cuadro el video-, se ve que el brazo de Bárbara lo señala sabiendo donde se va a detener, aun cuando el objeto no terminó su desplazamiento. 3- El OVNI, cual el camaleón, va cambiando de forma según la ocasión: a) Cuando aparece entre las torres gemelas el objeto es el clásico OVNI en forma de 2 platos invertidos y de color claro. b) Cuando sale disparado de las torres gemelas es un OVNI alargado en forma de cigarro. c) Cuando se lo ve a lo lejos frente al helicóptero tiene la misma forma del primer objeto (inciso a). d) Al empezar su trayectoria hacia el frente del helicóptero en los primeros cuadros ya tiene otra forma, con una cúpula en la parte superior y ya se ve de un color mas oscuro. e) Cuando pasa frente al helicóptero su forma es el de una hamburguesa y con una separación en el centro. 4- En su trayectoria hacia el helicóptero, el OVNI desaparece en mas de 5 cuadros en el video. 5- La reacción de las personas que están en el helicóptero (Bárbara, su amigo y el piloto) es llamativa. En ningún momento se capta una expresión de susto y solo se escucha la voz de ella sin asombro. 6-Se escucha un leve sonido del OVNI al pasar encima, pero ¿Por qué no se escuchan las hélices del helicóptero? 7- La voz de Bárbara se escucha con gran nitidez, ya que tiene conectado un micrófono para que no se pierda con el ruido de las supuestas hélices. Por cierto, ¿Qué hélices si no hay sonido de ellas?. Los expertos que han analizado el video demostraron que, cuando se detiene el OVNI encima del helicóptero se pueden ver los píxeles y retoques que tiene. En el análisis por computadora se tomaron 2 cuadros, uno donde el OVNI está frente al helicóptero y otro donde se ve que deja la estela de humo. Esto se hace con el programa PhotoShop y es un efecto de nombre "RELIEVE". El primer OVNI no tiene dimensión aunque la ciudad de Nueva York al igual que
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el helicóptero sí la tienen. Pero en el segundo cuadro el OVNI tiene la dimensión que antes no tenía. Más allá de lo burdo del video y de la evidencia que demuestra que es “trucho”, la misma cadena SCIFI ha admitido que es falso. El mismo fue creado por la compañía Edefex USA (*) en 1999 y dado a conocer en el año 2000 por la citada cadena de televisión. Lo que querían hacer era algo similar a lo que en el siglo pasado hiciera Orson Wells con la novela "La Guerra de los Mundos" de H.G. Wells, ya que SCIFI estaba perdiendo auditorio y de esta manera podían hacer publicidad en el anuncio de su semana de "Ciencia Ficción". Para que no queden dudas, Edefex ha explicado las cuatro partes de cómo fue realizado el video: a) Se contrato a un piloto para que hiciera tomas de la ciudad de Nueva York y principalmente de las Torres Gemelas. b) Se contrato a 3 actores y se hizo una toma desde la supuesta cabina del helicóptero con las personas a bordo. c) Se creó un objeto (OVNI) digitalizado, dándole movimiento y forma. d) Por ultimo, se anexó el audio tanto del OVNI como de la actriz. En el canal de SCIFI lo han pasado a cada hora aunque no tuvo mucho éxito, ya que muy pocas personas en EE.UU. creyeron que fuera cierto. Así y todo algunos incautos, como el chanta de Fazio, han caído en la trampa, por el simple motivo de que no han chequeado mínimamente la supuesta evidencia. Es por eso que creemos que este caso debe ser paradigmático para que cada persona haga un mínimo análisis del tema que sea, antes de afirmar cosas descabelladas. Es lamentable que estas confusiones sucedan, ya que generan expectativas vanas en la gente y solo sirven para que muchos inescrupulosos ganen su buen dinero. Fazio, lamentablemente, seguirá vinculado a personajes fraudulentos como Reed y Maussán a los cuales invitamos a presentar su evidencia y ganar los U$S 100.000 que otorgamos a cualquier persona que presente una sola prueba de que nos visitan seres de otros planetas (obviamente nunca aceptarán). Esa misma evidencia esquiva que se niega a aparecer es la misma que todos estos chantas utilizan para estafar hablando de tonterías tan o menos creíbles que el ratón Pérez o los Reyes Magos. [Nota] *Christian Sanz ostenta el cargo de Presidente de la recientemente creada Asociación Argentina de Lucha Contra las Pseudociencias (ASALUP) www.asalup.org Edefex USA es una compañía que desde hace algunos años ha trabajado para Hollywood en películas de Efectos Especiales, sus oficinas se encuentran en la ciudad de Los Ángeles, California EE.UU.. y ha sido galardonada con Premios muy importantes a nivel mundial por sus trabajos en F/X. Para más información: Acerca de los fines y objetivos de ASALUP http://asalup.org/boletin/boletin1.htm
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[NOTA IMPORTANTE] El artículo el "Ovni que no fue" sirvió para destapar uno de los mayores fraudes habidos dentro de escepticismo hispano. Gracias a la investigación realizada por los escépticos argentinos Alejandro Agostinelli, Alejandro Borgo y Max Seifert se pudo descubrir que Christian Sanz, autor del presente artículo, plagió e inventó las fuentes sobre las que está basado. La Redacción del Escéptico Digital ha tomado la decisión de mantener este artículo dentro de nuestra base de datos con el exclusivo fin de dar testimonio de un fraude que salpicó a la propia organización de la que Christian Sanz era presidente. Posteriormente, han sido publicados en nuestro medio diversos artículos denunciando este asunto y el encubrimiento del que fué objeto por parte de significados exmiembros de ASALUP, como su ex vicepresidente Norberto Maraschi. Para mayor información les aconsejamos que consulten otros artículos como: "Cuando el enemigo está dentro. Cronología de un caso de antiescepticismo en la Argentina", de Alejandro J. Borgo
EL ROSARIO DE LA AURORA DE LA RAZÓN LAICA Por: Agencias
EL ROSARIO DE LA AURORA DE LA RAZÓN LAICA Por: Francisco Fernández Buey Cuarenta y ocho horas después de los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York y contra el edificio del Pentágono, el presidente de los EE UU declaró que no se trataba simplemente de un acto terrorista, sino propiamente de un 'acto de guerra' y que, como tal, exigía también una respuesta militar. Ésta no se ha hecho esperar. Coincidiendo con la festividad cristiana del Rosario, las ciudades afganas de Kabul, Kandahar y Jalalabad han sido bombardeadas. Aún no sabemos con qué resultados. Sólo sabemos que, desde Afganistán, Osama Bin Laden advierte a nuestros dirigentes, y a través de ellos a todos nosotros, que los islamistas están preparados para una larga guerra de liberación, que incluye las tierras de Palestina. Así que ya estamos, una vez más, en guerra: santa para unos, de civilización para otros. Lamentadas las muertes de tantos inocentes, los europeos discuten ahora si vamos a entrar en la fase anunciada de 'guerra de civilizaciones' o si más bien vamos a vivir la enésima forma de la lucha entre las clases en el plano mundial, o sea, en un mundo en el que la agudización de las desigualdades socioeconómicas estará constantemente cruzada ya por las diferencias étnicas y culturales. Nadie dice querer la guerra de civilizaciones, pero las comandancias y liderazgos de las dos partes hablan y actúan como si la guerra entre civilizaciones fuera inevitable. De creer a unos y a otros, la razón laica estaría ya entre la espada y la pared, obligada a elegir nuevamente entre Guatemala y Guatepeor. La neutralidad vuelve a ser equiparada al carro de la basura. Y de seguir así, sin una presión mayoritaria contra la guerra, aquí y allí, lo más seguro es que este 7 de octubre haya empezado el rosario de la aurora de la razón laica. Habría que hacer algo para evitar que eso ocurra. Y una de las cosas que podemos hacer a este respecto es llamar la atención, una vez más, sobre los males de la guerra, de esta guerra. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Karl Kraus, que era un pacifista atípico, dio un buen consejo: dar un paso al frente... y callar. Pero luego él mismo escribió un montón de páginas sobre lo que llamó los últimos días de la humanidad. Tal vez porque el silencio, incluso cuando sale de la sensibilidad de quien da el paso al
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frente, otorga. La gran mayoría de los individuos que componen el género humano son pacifistas en un sentido muy preciso: prefiere la paz a la guerra. Esta mayoría es también pacifista en un sentido secundario: tiende a considerar que toda guerra pasada, independientemente de lo que dijeran de ella los poderes de la Tierra, fue un mal. Incluso los que un día glorificaron la guerra o la justificaron como un mal menor, tienden, con los años, a considerar que fue un mal mayor. Pero esta mayoría vacila cuando se ve obligada a pensar no en las guerras del pasado, sino en la posibilidad de una nueva guerra en el presente. Entonces casi siempre se acaba encontrando lo que se busca: el argumento para decidir que, a diferencia de las guerras anteriores, ésta del presente sí es justa, está justificada moral y/o políticamente. La paradoja que brota de ahí es tan llamativa como terrible: casi todas las guerras del pasado, o aquellas que en el presente afectan a los otros, son deplorables, irracionales o males en sí, pero aquellas guerras que propugnan 'los nuestros' en el presente son necesarias, moralmente justas y acordes con el derecho internacional existente. Esta paradoja tiene su base en la creencia, muy extendida, según la cual nuestra civilización, aquella de la que formamos parte, es superior a cualquier otra forma de civilización. Esta creencia, aunque con derivaciones contrapuestas, está metida en el tuétano de las diferentes culturas, etnias y civilizaciones. Unos, como Berlusconi, expresan esta creencia de la manera más abrupta, y otros, que sienten aproximadamente igual que Berlusconi, expresan la cosa de forma más sofisticada. Pero unos y otros quieren guerra. Por lo que se sabe de su historia escrita, la humanidad ha cambiado muy poco en estas cosas. En la mayoría de los textos escritos de las distintas culturas, tradiciones y civilizaciones es posible encontrar las dos cosas: la justificación del genocidio o del etnocidio en nombre de la superioridad moral o religiosa de la propia cultura y el lamento ante los estragos de la guerra. Pero justificación de la guerra y lamento de sus consecuencias no suelen ir juntos en esos textos, no suelen ser simultáneos. Así es que no se ve por qué hay que elegir entre civilizaciones o culturas tomadas en bloque, en su conjunto. Lo que diferencia una cultura ilustrada de la mera expresión de aquella instintiva creencia compartida es la duda racional sobre el valor moral de los argumentos elaborados por 'los nuestros' para justificar la guerra en el presente: la simultaneidad de la creencia instintiva en la superioridad de la propia civilización y del rechazo, ya no de toda guerra, sino de la guerra que se anuncia y que, por el momento, la mayoría cree justa. La razón ilustrada quiebra cuando la creencia instintiva logra adornarse retóricamente con el argumento de que lo ocurrido ahora es una novedad absoluta, algo que no había ocurrido nunca antes en la historia de la humanidad. Pues esta idea de la novedad absoluta de lo acontecido suele llevarse por delante todo el esfuerzo de la razón en favor del derecho de gentes y de la regulación de los conflictos internacionales. Algo así pasó, en el marco de nuestra cultura, en el momento de la guerra del Golfo; volvió a pasar en el momento de los bombardeos de Belgrado y Bagdad, y está pasando ahora, en escala ampliada, después de lo ocurrido el 11 de septiembre y el 7 de octubre. Pero ¿cuál es la novedad ahora? No, desde luego, el acto en sí del 11 de septiembre, ni siquiera el altísimo número de muertos causado. Tampoco es novedad el terrorismo en sí: de eso y de sus contradicciones sabíamos ya mucho, y desde hace mucho tiempo, por el Dostoievski de 'los endemoniados'. Tampoco son una novedad absoluta, hablando con propiedad, los medios empleados en esa bárbara acción. Estos medios son una combinación de herramientas y tecnologías modernas y premodernas. Tampoco es novedad el odio al
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tipo de civilización que simbolizan los EE UU de Norteamérica: ahí estaba ya el Manifiesto de Unabomber como muestra, y en los mismos EE UU se hizo una película basada en la vida real del personaje. La novedad, relativa, del 11 de septiembre es la forma en que se han combinado técnicas y fines: antiquísimas creencias religiosas persistentes, cuchillos premodernos, modernos aviones y posmodernos ciudadanos entre las víctimas, los victimarios y los observadores del hecho. La novedad, relativa, del hecho es que el malestar ante la modernidad no se ha manifestado en EE UU como contracultura interna a la propia cultura (que es lo que venía ocurriendo desde la década de los sesenta hasta las más recientes acciones contra la globalización en Seattle, Praga y Génova), sino como una contracultura que tiende a percibirse como externa e inasimilable. También las anteriores formas 'terroristas' de la contracultura combinaron antiguas creencias (premodernas) con las más novedosas técnicas (modernas), seguramente porque las técnicas son y serán siempre de doble uso. Lo verdaderamente nuevo es que esto de ahora se ha percibido como un ataque exterior a 'nuestra' civilización, a una civilización que, contradictoriamente, se define a sí misma como multicultural, pero que no sabe nada, o apenas nada, de las culturas que supuestamente la integran en un mundo globalizado. El gran problema, el problema de fondo que se oculta en este nuevo redoble de tambores, es saber precisamente de qué guerra estamos hablando cuando, para decirlo como lo decía El Roto no hace mucho, 'ya todo es Occidente'. ¿Hay enemigo 'externo' en un mundo globalizado como el nuestro? Parodiando al poeta: ¿Qué será de nosotros sin 'bárbaros' externos? Y el primer equívoco al que tendrá que hacer frente la razón laica es la posibilidad de dejarse embaucar por la consoladora idea de que ésta va a ser la primera guerra 'limpia', una guerra en la que la absoluta superioridad modernizadora de 'los nuestros' va a acabar de golpe con los restos medievalizantes del planeta en nombre de la democracia y de la libertad. Eso ha sido siempre la ilusión del progresismo descabellado. De la misma manera que el 11 de septiembre fue una combinación trágica de lo moderno, lo posmoderno y lo premoderno, también, previsiblemente, lo será lo que siga al 7 de octubre. Pues ¿qué es si no la combinación que se perfila entre los misiles de última generación, la infantería de la Alianza del Norte y la imposición de un rey antiguo cooptado por la CIA con 'las tribus' contra un enemigo que puede usar armas químicas o bacteriológicas con los conocimientos adquiridos en las mejores universidades norteamericanas y en nombre de la grandeza de Alá? Si esto es así, en vez de dedicar tanto tiempo y tanto espacio a buscar un enemigo externo entre religiones y civilizaciones a las que hemos colonizado y acogotado durante siglos, y en una época en que las armas que posee la Gran Alianza podrían destruir unas cuantas veces al conjunto de la humanidad, ¿no sería mejor dar por supuesto que también 'ellos' son mayoritariamente laicos, como nosotros, y actuar sobre las causas (el hambre y la pobreza, las enfermedades y la esclavitud, la prostitución forzada y el uniformismo cultural impuesto) que hacen que la otra parte de la humanidad perciba no sólo a los dueños del mundo, sino a los pueblos de Occidente como el gran Mal? Justicia, y no venganza; nuevo derecho de gentes, y no guerra. Eso es lo que vienen exigiendo desde hace décadas personas que, como Edward Said, Tayyeb Saleh, Amin Maalouf y tantos otros, llegaron desde el mundo que ahora se demoniza para enseñarnos qué es realmente Oriente visto desde Oriente, qué fueron las cruzadas vistas por los árabes y qué herencia dejaron, qué quieren y que sienten los hombres en la época de la gran migración al Norte y por qué el sentimiento de la diferencia, tan respetable, da lugar a veces a identidades asesinas. Prolongar ahora, en este momento trágico, la razón ilustrada, que no quiere guerra de civilizaciones ni retornos religiosos, obliga de nuevo a atreverse a pensar. Y siendo occidentales cuando 'ya todo es
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Occidente', tal vez a pensar con un poco más de concreción lo que nos invita a pensar, juntos, el físico paquistaní Parvez Hoodbhoy desde la Universidad de Islamabad: ¿qué estamos haciendo mal para tener que sufrir este desastre los laicos de aquí y los de allí? [Nota] *Francisco Fernández Buey es coordinador de la Cátedra Unesco / UPF para estudios interculturales
EL ORIGEN DE LA HUMANIDAD Por: Francisco J. Ayala
EL ORIGEN DE LA HUMANIDAD Por: Francisco J. Ayala La Biblia sitúa el Jardín del Edén en la cercanía de los ríos Tigris y Éufrates, en la región del Medio Oriente donde hoy existen Irak y Siria. Allí puso Dios al hombre «para que lo labrara y lo guardase» (‘Génesis’, capítulo 2, versículo 15). La ciencia nos dice que los humanos venimos de África. Nuestros antepasados de hace dos millones de años eran ya humanos, pertenecían a la especie ‘Homo erectus’ (hombre erguido). Eran individuos de 1,3 a 1,4 metros de altura y con un cerebro de un kilo de peso, cuatrocientos gramos menos que el nuestro. Construían utensilios rudimentarios de hueso y de piedra, de los cuales se han encontrado muchas muestras. Los ‘Homo erectus’ son los primeros homínidos que salen de África, su continente natal, para esparcirse por otros continentes. ‘Homínidos’ es el término con el que nos referimos a nuestro linaje, una vez que se separa del de los simios. Nuestros parientes animales más próximos son los chimpancés. Tanto sus antepasados como los nuestros vivían en África tropical. El linaje de los homínidos se separa del de los chimpancés hace seis millones de años. Los primeros restos fósiles de homínidos que conocemos son de África, de hace 4,5 millones de años. Eran bípedos, como nosotros, de algo más de un metro de altura y con un cerebro mucho más pequeño que ‘Homo erectus’, de unos 300 gramos, como el de los chimpancés actuales. A estos homínidos y a sus descendientes durante dos millones de años más se les llama ‘Australopithecus’. Los primeros homínidos que reciben el nombre ‘Homo’ aparecen en África tropical hace algo más de dos millones de años; pertenecen a la especie ‘Homo habilis’. Son también los primeros en hacer utensilios de piedra. Son individuos todavía menudos, pero su cerebro llega hasta los 800 gramos, más del doble del de ‘Australopithecus’, los primeros homínidos. Los individuos de ‘Homo erectus’ son los primeros viajeros intercontinentales. Desde África se dispersan a través de Asia Menor y el Próximo Oriente, llegando por un lado hasta España y por el otro hasta cerca de Pekín, en el norte de China, y hasta la isla de Java, en Indonesia. Los fósiles más antiguos de Atapuerca, cerca de Burgos, que tienen 800.000 años, son descendientes de ellos. Los ‘Homo erectus’ más antiguos de Europa se han encontrado en Georgia, donde vivían hace 1,6 millones de años. (La localidad de Dmanisi, donde se han encontrado estos fósiles, está cerca del límite generalmente reconocido entre Europa y Asia; algunos autores caracterizan estos fósiles como asiáticos.)
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La dispersión de ‘Homo erectus’ por los continentes del Viejo Mundo es la primera diáspora africana. Una segunda ocurriría mucho más tarde, hace sólo 100.000 años. Una cuestión debatida es si los descendientes no africanos de la primera diáspora se extinguieron completamente o si nuestra especie, llamada ‘Homo sapiens’ (hombre ‘sabio’, como inmodestamente nos hemos bautizado), desciende de individuos procedentes de ambas diásporas. Según la hipótesis llamada multirregional, los ‘Homo erectus’ dispersados por Europa, Asia y África tienen descendientes actuales, es decir, se transformaron gradualmente de una especie a la otra, del ‘Homo erectus’ al ‘Homo sapiens’. La hipótesis multirregional era aceptada por los antropólogos hasta hace una veintena de años, basándose en estudios de cráneos fósiles. Pero se ha ido desmoronando poco a poco a consecuencia de las investigaciones de los genéticos. Los genéticos examinan el ADN -ácido desoxirribonucleico, que contiene los genes que transmiten la herencia biológica- en individuos de orígenes geográficos dispares. Comparándolos, reconstruyen el ADN ancestral de todos ellos e infieren así su origen geográfico. Un descubrimiento importante fue el desafortunadamente conocido como la ‘Eva mitocondrial’ o ‘Eva africana’, que tuvo lugar en 1987. El hallazgo deriva del estudio de una molécula llamada ADN mitocondrial, que se transmite sólo por línea materna. La madre la pasa a hijos e hijas, pero sólo las hijas la pasan a sus descendientes. Algo así como lo que ocurre con el apellido familiar: lo pasamos a hijos e hijas, pero sólo los varones lo pasan a las generaciones siguientes. Este descubrimiento de 1987 demostraba que el ADN mitocondrial de los humanos actuales estudiados, que eran de varios continentes, venía de antepasados africanos que vivían hace unos 100.000 años. La designación ‘Eva’ para la hipótesis es desafortunada porque parece implicar descendencia a partir de una sola mujer, lo cual ciertamente no es el caso. Por el contrario, los cálculos indican que el número de antepasados nunca habría sido menor de 10.000 por generación. Pero la fecha de 100.000 años para nuestros antepasados africanos más recientes excluye de nuestro linaje a todos los humanos que vivían en otros continentes antes de esa época. La hipótesis del origen multirregional fue sustituida, en la opinión de muchos antropólogos y genéticos, por la hipótesis llamada ‘Desde África’, según la cual los emigrantes de la segunda diáspora africana, hace 100.000 años, habrían reemplazado completamente a los descendientes de la diáspora africana anterior, ocurrida casi dos millones de años antes, que se habrían extinguido. En 1995, otro grupo de científicos, estudiando un segmento de ADN llamado ZFY, que se transmite sólo de varón a varón, llegaba a la misma conclusión de que todos los hombres actuales hemos heredado nuestro ZFY de antepasados que vivían en África hace unos 100.000 años. Más importante todavía fue el análisis, llevado a cabo hace pocos años, de un conjunto de más de un centenar de genes en individuos representativos de las poblaciones más diversas del mundo. La genealogía de estos genes sitúa también en África el tronco de donde derivan todas las poblaciones. Lo que parecía hace unos meses una conclusión casi definitiva ha cambiado recientemente. Dos equipos científicos han publicado este año resultados que indican que el reemplazamiento que ocurrió durante la segunda diáspora africana no fue completo, sino que persisten en los humanos actuales algunos genes y rasgos anatómicos que evolucionaron en los continentes no africanos a partir de los colonizadores de la
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primera diáspora. Uno de los trabajos, publicado en ‘Proceedings of the US National Academy of Sciences’, demuestra la presencia en humanos actuales de ADN derivado de australianos que no descienden de los africanos de la segunda diáspora. El segundo estudio, publicado en la revista ‘Science’, indica que dos poblaciones contemporáneas, una de Chequia y la otra de Australia, retienen rasgos anatómicos heredados de homínidos que vivían en esas regiones antes de la segunda diáspora africana. Estos dos trabajos matizan, así pues, la hipótesis ‘Desde África’, que tiene que ser ahora interpretada sin implicar un reemplazamiento total, aunque fuera mayoritario. Claro que esto depende de que los resultados de estos dos trabajos recientes sean confirmados por otros investigadores.
¿Y SI EL PROBLEMA ES DIOS? (I) Por: Gregorio Morán
¿Y SI EL PROBLEMA ES DIOS? (I) Por: Gregorio Morán Soy consciente de adentrarme en uno de esos temas delicados, de los que más vale no escribir si se quiere sobrevivir a estos tiempos de creyentes muy liberales siempre que no se trate de sus creencias. Se trata de un asunto sobre el que la gente se bloquea y apela a sus sentimientos más hondos, que en general suelen ser los más superficiales y más violentos, y lo que pretende alcanzar la altura de una meditación se transforma en una pelea o en una sarta de insultos descalificadores. Aunque advierto que he de moverme en terreno minado, lo intentaré y de paso aprovecho para decir que ya es vergüenza que en el siglo XXI aún haya cuestiones sobre las que no se puede escribir sin herir supuestamente la sensibilidad de quienes no muestran sentimientos en cuestiones capitales de la vida y de la humanidad y del sufrimiento. Pero eso sí, a "mi Dios" que no me lo toquen. Fíjense por un momento en un detalle que es toda una categoría; en la breve declaración última de Ossama Bin Laden se cita exactamente once veces a Dios y una sola a Andalucía, pues bien, lo de Andalucía es un elemento que genera todo tipo de comentarios pero lo de Dios ninguno. Hay como un temor, nunca mejor dicho religioso, a enfocar el asunto desde la raíz del otro y no desde las concepciones nuestras, defensivas y autosatisfactorias. El terrorista suicida, islámico o cristiano, que también los hay aunque menos notorios -uno de los tabúes en nuestros medios de comunicación, como muy bien saben los periodistas que viven, sufren y trabajan en Euskadi, es el de los funerales religiosos por los mártires abertzales en el que los imanes católicos, popularmente conocidos como curas, dicen cosas que de leerlas el común les evocaría escenas que les escandalizan cuando las pronuncian los musulmanes barbados-, el terrorista, digo, basa su acto en el más allá. Independientemente de las variedades de los textos sagrados, en ambas está presente la idea del cielo, del paraíso, del gozo junto a Dios que le acoge y por tanto le bendice. Esta monstruosidad que nadie se atreve a abordar es algo que me subleva; no porque la piensen -las creencias pertenecen a quien las tiene y están en su derecho a defenderlas- sino porque no se cuestiona el fondo del asunto que no es otro que ese diabólico, digo bien, diabólico paralelo de vida eterna y de paraíso, que para los creyentes resulta una obviedad. En otras palabras, que el canalla capaz de matar indiscriminadamente a centenares o decenas de ciudadanos, ya sean ancianos, señoras o niños, por el sencillo hecho de que les ha declarado la guerra, no lo haría si no
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tuviese la firme promesa del paraíso y por tanto de la bendición de su Dios. Lo de las huríes es ya un añadido para nosotros sarcástico y que da mucho juego para el humor, pero sin embargo no solemos hacer chistes sobre los ángeles asexuados, tan populares entre los católicos. ¿Quién carajo es el que garantiza la vida eterna? La Iglesia católica lleva siglos administrando la vida eterna con gran éxito de crítica y público. En Jerusalén hay un cementerio donde enterrarse cuesta una millonada y todo porque los rabinos aseguran que el día del Juicio Final será el primer lugar donde resucitarán los muertos. Ahora que son tan de uso las autocríticas históricas -una forma inane de quitarse la responsabilidad de encima, para encanto de los cándidos- sería bueno una revisión sobre este asunto. Para ilustrarlo yo suelo traer a colación un personaje por el que siento especial atracción, aquel inefable Marqués de Comillas, con plaza pública importante en Barcelona, que después de hacer una fortuna como negrero, entre otros jugosos negocios nada santos, se puso a bien con Dios, o al menos eso le debieron garantizar los jesuitas de la época, donándoles nada menos que la Universidad de Comillas, por citar su más notorio pacto con la Divinidad por mediación de los hombres tonsurados. ¿A ustedes les cabe en la cabeza que a hombre tan probo y tan desprendido, aunque sea tardíamente, se le haya podido negar el paraíso? Una complejísima tela de conceptos que recuerdo muy bien desde mi infancia, sobre los limbos y los purgatorios y los paraísos, sin huríes pero con muchos angelitos, lo que le daba un aire un poco mariquita al cielo, dicho sea sin ofender. Esos conceptos aún están ahí, y no en el subconsciente colectivo sino en la cotidianiedad de la vida intelectual de una inmensa mayoría de ciudadanos por más pobres e ignorantes que sean, y cuanto más pobres e ignorantes más creyentes. Lo cual se sostiene sobre una lógica aplastante: si no creyeran en el más allá ¿cómo iban a aguantar resignadamente el más acá? Si no hay nadie, como muy bien reconocen los expertos en asunto tan controvertido, que pueda garantizar la vida eterna, por qué diantres la prometen y la hacen creer y pueden cometer los mayores crímenes en su nombre. Es verdad que cuando las sociedades se estabilizan y la gente se vuelve menos montaraz, la idea de Dios se convierte en amor, paz, comprensión y todo lo que hay de bueno entre las gentes, pero en cuanto surgen problemas y se fertilizan las angustias empieza la guerra de Dios, aquello que un criminal de guerra carlista, conocido como el Cura de Santa Cruz, denominaba "cristazos", matar a cristazos. (Los liberales de la época, para que no se diga, también mataban y con saña, pero al menos no creían que por eso se ganaban el cielo). Reconozcámoslo, el criminal ideológico es un invento religioso. Nació con el monoteísmo, con el dios único y verdadero. El totalitarismo lo hizo laico, pero la lección la aprendió de las Iglesias. Mientras no conste lo contrario, la invención de Dios fue un asunto de los hombres, y digo bien de los hombres porque habría que rastrear hasta la magnífica Hildegarda, allá por el siglo XII, para encontrar mujeres notables en el campo del desarrollo ideológico de esa invención. Y sobre todo porque no conozco ninguna religión que no sea discriminatoria hacia la mujer, cosa que no lo eran en ocasiones las religiones paganas, por cierto. Cuando uno reflexiona sobre momentos históricos como éste que estamos viviendo, se pregunta si eso que hemos considerado como un avance, el paso del politeísmo pagano a un solo Dios, ha sido un progreso de la razón o una aventura dogmática, o ambas cosas. El politeísmo ejerció en ocasiones una mayor tolerancia religiosa; había tantos dioses, que nadie podía enfadarse por unos cuantos más. La sabiduría indudable de la Iglesia católica creó una mixtura entre la antigüedad y nuestra civilización dogmática con esa fastuosa idea de los santos, los intermediarios de Dios, pero no es lo mismo, aunque mucha gente del común así lo crea. Soy consciente del carácter socialmente incorrecto de esta reflexión mía. Ahora, que hasta los ayer filósofos radicales han redescubierto las raíces espirituales del ser y de la nada, lo mío parece disparo en un museo, pero es así. Los hechos son tozudos y el número de gentes en todo el mundo que viven de
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Dios es alarmante. Cuanto más pobre es un país más gente tiene que vive de Dios; por si lo dudan recuerden nuestros años de postguerra. La religión debería concebirse -entiéndanlo irónicamente-, como si fueran armas; algo que a la humanidad le ha servido para hacer muchas cosas, pero que alcanzado un determinado momento del desarrollo histórico, debe guardarse en casa, en el ámbito de lo privado, y hacer usos colectivos muy limitados, como son la caza o el deporte. No es una minusvalorización de la religión ni de Dios, sino una necesidad social para convivir en paz. Escribí hace varios años, y con funestas consecuencias para mí, que el fundamentalismo nació en Israel y es hijo del monoteísmo, del primer monoteísmo de la humanidad. A mí, que los judíos practicantes tengan dos lavaplatos para no mezclar productos, que un magrebí no le pueda echar un chorizo al cuscus, que los cristianos no coman carne en vigilia, me es indiferente, mientras no piensen que eso es lo que hay que hacer para conseguir la vida eterna. Detrás de esa promesa de la vida eterna está el miedo del hombre y la obligación del apostolado: convertir infieles. Les confieso que esta reflexión absolutamente intempestiva nació al calor de la impresión que me causaron un par de filmes magníficos que plantean nuestro desamparo ante la muerte, o por mejor decir, ante el fin de la vida. El cine y la vida, ése es el objeto de los artículos que seguirán a éste. Permítanme este prólogo y sobre todo no se enfaden; tantos años diciendo lo mismo y felices de ser tan idénticos, consientan al menos que un día uno saque su desazón y la haga pública. Prometo no repetirlo, siempre que la indignación de este contubernio teológico que vivimos no me sobrepase otra vez. Aquel personaje de Dostoievsky que llegó a decir que "sin Dios, todo estaba permitido", era un miserable que temía a Dios y odiaba a la humanidad. -----------------LA DERROTA DE LA VIDA (II) Por: Gregorio Morán Ya es casualidad que dos filmes recién estrenados en España, y tan diferentes, coincidan en una sola inquietud. La vida es una basura rutinaria, hasta que un golpe certero en el meollo de tus sentimientos te descubre que nada es basura ni rutina, sino la única oportunidad que tienes para ser algo antes de que te devore el horno, del que saldrás hecho cenizas templadas, de esas que al parecer tanta ilusión hacen a algunas acémilas apasionadas echar sobre los campos de fútbol. La muerte en el fondo no es algo truculento, sino algo común, sencillo e inevitable, sólo que hay un temor atávico, religioso, patético para no afrontarla hasta que llega ese golpe que lo hace ineludible. En ocasiones que la vida te derrota, descubres la vida. Manoel de Oliveira es un director que tiende a los planos largos y a los tiempos lentos; hay películas suyas que me sublevan y otros que, confieso, me han subyugado. Pertenece a esa estirpe de portugueses de París cuya huella inició con brillantez Eça de Queiroz hace ya bastante más de un siglo. (Si el tiempo y la intención me lo permite confío muy pronto volver a Eça de Queiroz, nuestro olvidado particular.) Los intelectuales que nunca van al cine y que gustan de ver las películas en pantallita del televisor y pantuflas domésticas no deben tener fácil, imagino, saber algo de Manoel de Oliveira fuera de los canales de pago. Tampoco los degustadores de palomitas. Hay un cine que te meten por los ojos y otro que tienes que buscar; ocurre en todo, pero con las películas se nota mucho. En el mundo del cine hacerse viejo es un drama aún mayor que en la vida. No admite paliativos; un viejo actor, cineasta, técnico, es siempre un pasado que carece de presente, no digamos ya de futuro. Muy
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pocos sobreviven con dignidad a esta angustia. Recuerdo siempre al destructivo Kurosawa, abocado a intentar el suicidio reiteradamente, tratando de rodar sus angustias, sus últimas obras, salidas con limosnas y cuentagotas. El cine es una industria de la imaginación y esa suma de dos elementos tan complejos, industria e imaginación, resulta carísima. Por tanto, trabajar con gente mayor es un riesgo que pocos financieros asumen. Primero hay que terminar el filme a tiempo, es decir, sin percances. Luego debe dar dinero, y rápido. El cine, confío explicarlo mejor en el próximo artículo, a propósito del increíble personaje que fue Samuel Bronston, tiene una producción muy costosa, y los ancianos, los enfermos, los excéntricos, por principio, no dan dinero; lo gastan. A los 92 años, Manoel de Oliveira, con más de treinta películas en su filmografía, ha rodado una especie de testamento para ser visionado antes de que le entierren; privilegio de artista poco inclinado al despilfarro. Se titula "Vuelvo a casa". Una película para ver tranquilo, preferentemente un sábado, sin obligaciones ni angustias del día siguiente. Allí un hombre, un gran actor de teatro, Michel Piccoli, hace de sí mismo. Lo verán en escenas de "El rey se muere" de Ionesco, en "La tempestad" de Shakespeare e incluso de Buck Mulligan en el inabordable "Ulises" de Joyce en versión pretendidamente cinematográfica. Un actor de éxito, de gran teatro, como sólo pueden existir en lugares legendarios para la escena como París o Londres, recibe la infausta noticia de que todo aquel mundo familiar que le rodea, lo que le permite ser él mismo cuando desciende de las tablas a la vida, se ha ido al traste. Su mujer, su hijo y su nuera han muerto en ese vulgar flagelo de un coche y un accidente. Le queda un nieto. Un nieto y la vida. O los restos de la vida; el final de partida, que dijo otro. Es un filme de una hermosura crepuscular, que es como se designa ahora a lo que te da cien patadas en el corazón del entusiasmo. Un actor de éxito, ante la tragedia de la vida, descubre su último tramo haciendo ni más ni menos de lo que ha hecho siempre, pero deleitándose en ese gozo de vivir, consciente del final, sabedor de que no hay tiempo que perder que no transcurra tranquilo y sin engañarse. El cómodo placer de unos zapatos, tan hermosos, que se explican. Un periódico leído en un café, tan personal que después de leerlo se enrolla como un bastón o una batuta. Un cartel de otra época que evoca gozos irrepetibles. Y un nieto al que se ve como aquello que va a perdurar y sobrevivirnos, el único que se acordará de nosotros en su borrosa memoria de niño gozador y despistado. El único, por tanto, que merece los últimos gestos, los últimos esfuerzos y hasta las últimas miradas. Michel Piccoli haciendo de gran actor en plenitud, exactamente lo que es, solicitado para millonarios papeles de teleserie, al que la joven actriz sueña con seducir y su representante con adocenar, pero que sabe retirarse a tiempo. Vuelve a casa no por temor al fracaso sino por la inanidad del esfuerzo. No tenemos más que una vida para vivir y lo demás es engañarse. Esa vida que otro director de muy diferente estilo, Nanni Moretti, trasluce con una brillantez tal que algunos espectadores son capaces de decir que la película "La habitación del hijo" tiene dos partes, y que a ellos les gusta sobre todo la primera. Si se mirara al espejo ese espectador filisteo, consumidor de supuesta alta cultura, descubriría el sueño del pequeño burgués que todos llevamos dentro, plasmado con talento por Moretti. Es decir, la familia soñada por todos los fracasados del mundo, Moretti incluido. Una esposa bella, inteligente, dedicada al arte, que nos ama incluso adormecida. Unos hijos amables, estudiosos, incluso traviesos. (¿Se han fijado que la realidad de los chavales de ahora ha convertido la palabra travieso en una cursilería?) Que viven en una casa grande, un poco antigua, con muchas habitaciones, como gusta a la gente que ya sabe que esos pisos están fuera de su alcance. ¿Y él? ¿Cómo decirlo? Encantador. Además psiquiatra. Un poco inclinado a esa morbosidad del psicoanálisis, pero psiquiatra al fin y al cabo. Un hombre tranquilo y un padre atento, obsesionado quizá en exceso por el futuro de los suyos, ¿pero a quién no le ocurre? Conservador y progresista, en esa curiosa proporción de los tiempos sin dogmas, dicen, siguiendo estrictamente el manual de las buenas gentes, porque sabe lo
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que tiene y el esfuerzo que ha hecho hasta llegar ahí. Esa es la primera parte que agrada a la gente supuestamente dura, los del bronce de la estética y el gimnasio. En el fondo todos llevamos dentro un pequeño burgués frustrado, y algunos dos. Pues bien, todo eso vale una higa cuando un día la vida te da el golpe y te encuentras aún más desamparado que si las hipotecas te vencieran y el acreedor vestido de frac llamara a tu puerta. Incluso eso, ¿qué importa una deuda que puedes pagar, aunque no dispongas de numerario, frente a aquello que, pagues lo que pagues, no tiene arreglo, porque carece de precio y está fuera del mercado? Porque construimos la vida pensando que es para siempre, y resulta que casi nada dura más allá del sueño. Llega la desgracia y todo lo que creías sólido se convierte en un reproche por el tiempo que has perdido en construirlo. Y entonces nos volvemos infantiles; no servimos para nada. Ni para el trabajo, ni para los pacientes que nos han dado su confianza, ni para sobrevivir a la desgracia. Fíjense bien en un detalle típico de nuestra época; la gente soporta las emociones fuertes, las escenas truculentas, los sentimientos apasionados. Pero lleva con dificultad el terror vulgar, sencillo y natural que trasparenta esa escena impresionante, única, de ver el ataúd donde está tu hijo, no en escorzo, al estilo de los grandes de Hollywood, sino mientras dos sencillos empleados de la anónima funeraria van sellándolo con esa pasta de estaño que usan los aprendices de fontanero y colocan unos tornillos con la misma taladradora que todos tenemos en casa. Eso es más duro de asumir que los féretros impresionantes de Francis Ford Coppola en "El Padrino". La vulgaridad de la muerte, su sencillez ritual, su obviedad, eso es muy difícil de encajar y quizá por eso no suele mostrarse. La muerte oscura está fuera de nuestra civilización de héroes y canallas. Víctimas o verdugos. Y la verdad es que no. Que somos corderos ante un final sencillo, sin ritual y sin teatro. Eso es el privilegio de un filme tan paradójico como "La habitación del hijo"; resulta que luchas por la vida y por el futuro de los tuyos, y cuando todo parece atado y bien atado, surge la realidad y la desgracia y casi nada de lo que hasta entonces era primordial tiene sentido, no merece ni la pena. Nuestra concepción del mundo y de lo que debemos hacer y de lo que han hecho los grandes hombres que nos han precedido, empezando por la patria -ese gran invento alimentado por el miedo de la tribu-, todo lo que nos han contado, en suma, son historias que no nos enseñan a morir solos. Porque morimos solos; salvo en las películas, en que los protagonistas están rodeados de cámaras y técnicos. En realidad la muerte resulta una especie de exigencia para vivir intensamente. Lo descubrimos demasiado tarde, y por eso conviene ir al cine, y ver películas como "Vuelvo a casa" o "La habitación del hijo". Nos ayudan a ser humildes y a valorar lo único que tenemos y lo que podemos perder. El ser humano no está hecho para la derrota desde el momento que le llenaron la cabeza de trascendencias imposibles. Conviene recordarlo, aunque sea con olor a palomitas.
HABERMAS, EL ISLAM Y LA CIENCIA Por: Agencias
HABERMAS, EL ISLAM Y LA CIENCIA Por: Salah Serour El diálogo entre culturas y religiones debe intensificarse y tiene que hacerse de una manera distinta a como se ha llevado a cabo hasta ahora», afirmó el gran filósofo alemán Habermas en su comparecencia ante los medios de comunicación, tras recibir el Premio de la Paz concedido por la Asociación de Libreros y Editores de Alemania. La verdad es que investigadores occidentales se percataron hace largo
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tiempo de la importancia del Islam para la Humanidad y para la civilización, haciendo del venerado Corán un material para su propia cultura. Estos pensadores y escritores cristianos no sólo no negaron la virtud del Islam y su grandeza, sino que lo calificaron como bueno, lo cual demuestra su sano pensamiento y su imparcialidad al describir las realidades históricas. Entre estos destacamos al escritor y filósofo actual estadounidense Toni Morrison (Lorain, Ohio, 1931), quien dijo que la verdad indiscutible es que el Islam es más que una doctrina o una religión -«Desde luego el Islam es un sistema social perfecto, una civilización bien hecha con su propia filosofía y sus artes»-, añadiendo que Europa no conoció el sentimiento de fraternidad sino hasta después de la Revolución Francesa, mientras que el Islam ya lo aplicaba mil años antes. Sir William Hamilton, filósofo escocés (Glasgow, 1788; Edimburgo, 1856), estimó que el Islam era todavía capaz de servir eminentemente a la Humanidad, puesto que no había ninguna otra fuerza que lograra unir a las razas sobre la base de la igualdad. Si intentamos estudiar las controversias entre los Estados, debemos acudir al Islam para resolverlas. «La doctrina mahometana no obstaculiza el pensamiento: cualquiera puede ser musulmán y a la vez liberal, y eso no excluye la existencia de Dios». Así hablan los filósofos imparciales sobre el Islam y sus eminentes y evidentes valores, afirmando que Mahoma reúne la sabiduría, la moralidad y la elocuencia. El Islam precedió a todos los filósofos y pensadores en el respeto y veneración del hombre. Mahoma no creció en una de las grandes sedes de la ciencia, cultura y civilización, como fueron Constantinopla, Alejandría o Roma, sino que dio sus primeros pasos en un ambiente duro, cruel y, en aquel tiempo, carente de civilización. En tal ambiente despertó al mundo un espíritu humano de inmensa sabiduría y eminente cultura. Esto constituye una señal clara de que Mahoma es un «enviado de Dios» como Moisés o Jesucristo, y de que su mensaje es fruto de una inspiración divina y no una invención humana. «El fundamentalismo no es específico de la sociedad islámica», dijo Habermas. Los primeros musulmanes pensaron que el Universo se había creado bajo leyes firmes y sólidas, y sobre la base de la aplicación adecuada de esta creencia alcanzaron un progreso deslumbrante. Pero hoy en día, por causa de una indebida utilización de la ciencia, el progreso científico se ha convertido en una amenaza no sólo para Occidente y Estados Unidos, sino para todo el mundo, que vive bajo el temor de una guerra de exterminio. Los musulmanes necesitan hoy renovar su creencia en la ciencia tanto como en el Corán, para convertir la fe tradicional en fe sólida, segura, que llene sus corazones de dignidad y que haga de la ciencia una guía en sus acciones y negocios cotidianos. El Islam es una religión que comprende muchos de los aspectos de la vida humana, y que abre sus puertas a la investigación y a la ciencia para el bien de todos. Pero he de recordar las palabras de Habermas al decir que son necesarias nuevas formas de cooperación. Mahoma apreció la ciencia (y a los científicos) haciendo de su avance uno de los primeros deberes del musulmán y diciendo que el día del juicio final sería tan valorable la tinta de los sabios como la sangre de los mártires, elevando así la virtud de la ciencia a la virtud de la adoración. Pero aquí ‘ciencia’ quiere decir la ciencia de la vida y de la religión. También ordenó a los musulmanes ayudarse unos a otros y trabajar con todos los medios legales, llegando a preferir el trabajo al aislamiento para la adoración. Es un hecho que la buena obra otorga moralmente el bien al que la lleva a cabo, pero evidentemente repercute también beneficiosamente en los demás. Ibn Jaldun, un gran historiador árabe clásico (Túnez 1332; El Cairo 1406) escribió que el Islam es
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cultura y religión a la vez y que es pequeñez mental imaginar una sin la otra. El resultado de esta realidad es que si los musulmanes perdieran su religión, perderían su cultura y, por consiguiente, la sociedad se corrompería. Siguiendo la misma idea, el filósofo alemán Habermas concluye que la reacción fundamentalista es un fenómeno moderno, que no hay que confundir con una sociedad tradicional. El mundo islámico de hoy se enfrenta a muy variadas dificultades pero no puede crecer ni florecer sino con la difusión del saber y el desarrollo de la ciencia porque, repito, entre el Islam y la ciencia hay una verdadera e íntima relación. No en vano la primera aleya de la azora XCVI del Corán comienza por la significativa frase «Lee en el nombre de tu Señor». «El diálogo es algo complicado», dijo Habermas, pero hay que recordar el antiguo dicho árabe de que cualquier viaje, por largo que sea, siempre empieza con un simple paso. «Hay gente que se comporta de tal manera que no se puede volver a hablar con ellos, pero la discusión con el mundo islámico invita a debatir también sobre la relación entre sociedad laica y tradición religiosa», concluyó Habermas. «Di: ¡Oh gentes del Libro! (cristianos, judíos y aquellos que recibieron una revelación escrita por parte de Dios) ¡Venid a pronunciar una palabra común a nosotros y a vosotros!, es decir, que no adoramos sino a Dios y no le asociamos nada, que no utilizamos, ni unos ni otros, señores fuera de Dios» (Corán III: 57/ 64).
UNA CRISIS DEL ISLAM Por: Agencias
UNA CRISIS DEL ISLAM Por: Antonio Elorza Hace un par de años presidí el tribunal encargado de juzgar la tesis de un estudiante palestino sobre los orígenes del Islam. Era un hombre amable, de profunda religiosidad, que enjuiciaba todo desde la prioridad de lo sagrado. Así, la conquista de Jerusalén en 638 era presentada en la tesis como «la liberación de al-Quds» que «la nación árabe» había llevado a cabo. Le objeté que no sólo «al-Quds» no existía entonces, pues es una denominación islámica de Jerusalén que se acuña en el siglo X, sino que mal podían sentirse liberados los habitantes de una ciudad donde no había entonces un solo musulmán. ¿Por qué no hablar de conquista? El doctorando me replicó que para un creyente como él toda expansión del Islam sólo podía entenderse como liberación, a lo cual a mi vez repuse que comprendía su punto de vista, pero que también él debía entender que optaba a un grado en una Universidad donde el laicismo era la norma, por contraste con lo que hubiera sido admisible en una Universidad islámica como la de Al-Azahr. Así que obtuvo una calificación discreta. Lo aceptó cordialmente, pero no así el director de la tesis, uno de esos arabistas que parte de considerar que toda pretensión de crítica occidental del Islam es síntoma de odio e ignorancia. Y sobre todo montaron en cólera acompañantes que procedían de la gran mezquita de Madrid. Uno de ellos, tal vez el imán, se dirigió a mí airado, batiendo una cachava contra el suelo: «¡Lo que me faltaba por oír, que la ciencia es laica!». El incidente sacaba a la luz dos cosas de interés a la hora de analizar la presente crisis. La primera, la aproximación reverencial que muchos islamólogos hacen a los problemas que en la historia concreta presenta su objeto de estudio, apareciendo antes como abogados defensores que como expositores de una realidad que todos debemos conocer. La segunda, el sentimiento de superioridad que caracteriza al creyente, en especial si se trata de un integrista, como cabía suponer de los adscritos a una institución
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pagada por Arabia Saudí. Todo lo que no fuera reconocimiento de su sacralidad por parte del otro era visto como un insulto que justificaba una respuesta violenta. Si tal es el comportamiento en un país no islámico, resulta fácil adivinar el alcance de la reacción en su tierra sagrada. Hay que partir, en consecuencia, de algo muy claro: por mucho que desagrade, el macroterrorismo del 11 de septiembre ha existido y sus raíces son inequívocamente islámicas. Eso sí, de un sector muy concreto del Islam. Y se apoyan en esa conciencia de superioridad de la ‘umma’ de creyentes que fijó Alá al designarles como la mejor comunidad, por encima de todo otro colectivo humano. Precisamente conviene partir de este reconocimiento, designando el sujeto de la acción, el integrismo de procedencia wahhabí, porque es el único modo racional de explicar que por supuesto el Islam en su conjunto no es el culpable, aun cuando en sus textos sagrados los integristas puedan encontrar puntos de apoyo para una acción tan irracional como la ejecutada. Con la consecuencia nada irrelevante de que la crisis actual no consiste sólo en una confrontación entre musulmanes radicales y gentes de Occidente, sino que es también un último episodio de la intensa tensión que en el interior del mundo musulmán opone a una minoría de radicales puritanos, dispuestos a una depuración de la fe por la sangre, respaldados por masas de desheredados, con quienes han ido adaptando las formas de vida de la ‘umma’ de creyentes al curso de la historia. Y que esta partida es tan importante como la detención de Bin Laden para el futuro de la convivencia de religiones y formas de vida a escala mundial. Porque al líder terrorista hay que tomarle completamente en serio. A la vista de la documentación hoy disponible, cabe preguntarse por la alternativa que hubiera podido buscarse a la acción militar. Está muy bien oponerse con todas las fuerzas posibles a la guerra, pero el pacifismo nada tiene que ver con el silencio de los corderos. La yihad puesta en marcha por Bin Laden y Al-Qaida el 11 de septiembre no se hubiera detenido en modo alguno de elegir Estados Unidos una vía de diálogo -¿con quién y para qué?y de renuncia a ejercer represalias. Sólo habría sido válida la retirada de Oriente Próximo, con la disolución del Estado de Israel, y aún entonces la victoria de Alá exigiría nuevas concesiones de unos ‘paganos’ destinados a la expulsión. No es casual que Bin Laden cifre en 80 años el tiempo de humillación sufrido por los musulmanes: es el plazo que media desde la disolución del Imperio otomano, el último vehículo político de la expansión del Islam, a cuyo desplome habría seguido un periodo de fragmentación y dependencia respecto de aquellos ‘infieles’ a quienes, en la tradición wahhabí, resulta hoy imprescindible aniquilar. La modernidad en el contexto y en los medios sirve de envoltura a un núcleo ideológico muy sencillo y coherente ‘made in Wahhab’. No cabe compromiso alguno entre el creyente y unos infieles que profanan ‘dar-al-Islam’. Frente a la humillación que eso representa y al reto de las costumbres corruptoras de Occidente, ha de alzarse el muro de los usos islámicos originarios y debe surgir una ofensiva sin cuartel hasta la destrucción del contrapoder satánico. Dado el carácter sagrado de los contenidos de la lucha, no existen límites en cuanto a los medios empleados y al coste en vidas, tanto de ‘paganos’ como de mártires que cumplen el mandato del Corán. En el orden técnico, la revolución en las comunicaciones y la informática, así como la formación de profesionales que conservan la fe integrista, han sido los supuestos para que surgiera una red terrorista dispersa por todos los países donde viven creyentes. Los ingresos procedentes del petróleo de Arabia Saudí y de los emiratos contribuyeron asimismo a reforzar esa plataforma, tanto a nivel individual con Bin Laden como mediante el establecimiento de instituciones (mezquitas, centros culturales, fundaciones) donde pudo echar raíces la trama. Paradójicamente, la última fase de la modernidad capitalista, la globalización, favoreció el encuentro con la fórmula más arcaica de una religión orientada
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hacia una implantación universal (no en un reino de otro mundo, sino configurando con su poder la vida de los hombres sobre la tierra). El ataque a Occidente se hizo imprescindible. Pero es también un ataque al Islam realmente existente en gran parte del mundo musulmán, conmovido ahora por la tendencia tradicional a la solidaridad comunitaria frente al no creyente. La disyunción observable entre ulemas y gobiernos musulmanes es el síntoma de esa pugna decisiva.
YA ESTÁ BIEN DE DIOSES Por: Eduardo Haro Tecglen
YA ESTÁ BIEN DE DIOSES Por: Eduardo Haro Tecglen Un musulmán mata cristianos en Pakistán, y otro judíos en Israel, desde donde cada día se matan musulmanes en Palestina. Y los cristianos matan musulmanes a chorro en Afganistán; después de que un puñado de musulmanes engañados por sus ulemas mataron a cinco mil personas en las Torres Gemelas de Nueva York. ¡Ya está bien de dioses! Hace dos mil años se asesina por ellos. Otras religiones han sido iguales: los paganos entregaban los suculentos cristianos a sus leones famélicos ante un público que ardía de risa y patriotismo; los descendientes de los devorados quemaron a los paganos, los infieles y los herejes. No hablo de Asia, o de la América precolombina. Los grandes asesinos del mundo inventaron dioses para justificar sus crímenes, sus repugnantes 'guerras justas': para acumular riquezas (todas las del mundo) creando el hambre en los demás, los cuales mataron para comer algo. Hace un largo par de centurias brilló la idea de la igualdad, que se reconstruyó en el siglo XX en un par de colectivismos; la razón acompañada de guillotinas, exterminios, cámaras de gas, y los defensores de esa razón a su vez exterminados por los que les dominaron. Tengo números de historiadores con insensatas intenciones de objetividad -extranjeros, digo- que creen que hubo en el XX más víctimas del anticomunismo que del comunismo. No es cosa de cantidad. Los fascistas fueron menos asesinados cuando perdieron porque servían para trabajar en el anticomunismo. En todo esto había teologías candentes. Vi mandar matar bajo palio; y tribunales militares que mandaban asesinar con un crucifijo y con un sable desnudo en la mesa. Estas matanzas bajo los tres dioses son matanzas de civiles que rezan mientras mueren, como otros rezan mientras matan. El asombro y el dolor de la matanza de Nueva York no ha cesado, y ya duele el de los desgraciados habitantes de Afganistán, víctimas de los grandes bárbaros de América que lanzan contra su adobe las armas nuevas de su civilización, conseguida del expolio de tres cuartas partes del mundo; incluso de los que viven en sus calles más podridas. Vi en las ruinas de Nueva York, donde están aún cinco mil asesinados, una ceremonia ecuménica con varios sacerdotes, porque las víctimas (del sistema en que vivían y del que les mató) eran de varias religiones. Es bueno este opio si ayuda a los supervivientes. Pero convendría que nos dejáramos ya de los tres
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dioses, y de todos los demás. Y de los Césares.
«UN ANALFABETO CIENTÍFICO ES UN ANALFABETO A SECAS» Por: Francisco Doménech
«UN ANALFABETO CIENTÍFICO ES UN ANALFABETO A SECAS» Por: Francisco Doménech – A Coruña Entrevista enviada por: Vicente Prieto «Estoy muy de acuerdo con la definición de ciencia que dan los niños», afirma Ramón Núñez tras compartir con algunos el inicio de la semana de puertas abiertas de los Museos Científicos Coruñeses. Pregunta-. ¿Qué es la ciencia? Respuesta-. Una manera de pensar. P-. ¿Es la mejor? R-. Para entender el entorno e inventar cosas, sí. Pero no es la única manera de mirar la vida. P-. ¿Es compatible con la poesía y el arte? R-. Sí, siempre que estas disciplinas y la superstición no se utilicen con los mismos fines que la ciencia. P-. ¿Qué se pretende con esta semana de actividades? R-. Que la gente adopte actitudes más científicas. P-. ¿Y cuáles son éstas? R-. El escepticismo, la objetividad, la necesidad de pruebas y el respeto a la lógica. También la provisionalidad: alguien con esta actitud es capaz de vivir en la incertidumbre y sólo teme al dogmatismo. Además, tiene un espíritu crítico. P-. Sea crítico. R-. Nuestros presupuestos de Ciencia son los más bajos de Europa. Es una vergüenza. Todos debemos pedir al Gobierno que los aumente. P-. ¿Por qué? R-. Porque la ciencia ha cambiado la vida, se nos ha metido en casa. No se puede darle la espalda. El analfabetismo científico es analfabetismo a secas.
NEWTON VUELVE A MORIR Por: Saul Blanco Lanza
NEWTON VUELVE A MORIR Por: Saúl Blanco Lanza No estamos en la Inglaterra de 1727, sino en España, en los albores del tercer milenio. La transición había traído grandes esperanzas para el mundo de la divulgación científica en nuestro país, intentando poner al día a todos los ciudadanos sobre cómo la ciencia y la tecnología progresan en el estudio del hombre, de la naturaleza, del Universo. La revolución periodística hacia la democracia y la libertad alcanzó también a la ciencia; haciendo ver la necesidad de hacer partícipes a toda la sociedad de sus avances. Bajo este espíritu vieron la luz las primeras revistas de divulgación científica, como “Investigación y Ciencia”, “Mundo Científico”, “Muy Interesante”, “Conocer”, etc, que sin duda contribuyeron a despertar las ansias de
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conocimiento en muchas personas, cuando no fructíferas vocaciones en diferentes disciplinas científicas. El progreso de las sociedades depende en gran medida de la capacidad de sus miembros de acceder a los conocimientos científicos que producen, y de poder asimilarlos y emplearlos en el desarrollo personal y en la mejora de la calidad de vida. Como consecuencia de ello, la historia puede cuantificarse en cada uno de los inventos y descubrimientos que han hecho avanzar a la humanidad. Actualmente muchas decisiones políticas acerca de asuntos de primera importancia (por ejemplo, el cambio climático, los productos transgénicos, la lucha contra el cáncer) sólo pueden ser asumidas por personas suficientemente instruidas. Al limitar el acceso público a estos conocimientos, estamos atentando contra la democracia y la capacidad de los pueblos de decidir sobre su futuro. La divulgación científica juega aquí, junto con la educación, un papel decisivo. Por ello se ha dicho que hacer ciencia es tan importante como divulgarla. Pero el periodismo de divulgación científica en España está en crisis. Así lo constata la progresiva desaparición de publicaciones del sector: “Algo 2000”, “Conocer”, algunas de vida efímera como “Ciencia y Vida” o “Explora”. A esta lista se acaba de sumar “Newton”, una revista del Grupo Z que vio el pasado Agosto su último número. Se trataba de una publicación rigurosa y amena, con un cuidado diseño gráfico y un competente equipo editorial. De esta forma el mercado editorial del sector, dejando a un lado “Investigación y Ciencia” y “Mundo Científico”, de un nivel algo menos asequible para el público general, queda dominado por la veterana “Muy Interesante”. En este río revuelto parecen enraizarse publicaciones del tipo “CNR” o “Quo”, que cualquiera que haya ojeado dudaría en calificar de “divulgación científica”. Incluso no sería difícil asistir de forma cada vez más frecuente a una sucesión de apariciones y desapariciones de revistas científicas en un sector que no acaba de consolidarse. No es un secreto que la prensa y los libros no son el principal negocio del país, donde las palabras “ciencia”, “arte” y “cultura” se usan aún como armas políticas. Es necesario desvincular la divulgación de las pretensiones mercantilistas y asumirlo como una necesidad pública ajena a las demandas de rentabilidad a corto plazo con que a veces se entiende el mundo de las editoriales. En la búsqueda de nuevos mercados, siempre se puede recurrir a seguir explotando el inagotable filón de las pseudociencias, que gozan de una envidiable salud en España en su rama periodística. Ahí tenemos una amplia colección de publicaciones destinadas a embrutecer y a confundir a la opinión pública, amparándose en una prostituída libertad de expresión. Cada vez que una publicación desaparece somos un poco menos libres. Menos capaces de acceder a distintas visiones sobre la realidad, de poder informarnos y opinar sobre los acontecimientos científicos y tecnológicos que condicionan nuestro progreso. Un poco más ignorantes y más dependientes de intereses inciertos. Pero hay algo peor que la ignorancia: saber poco. Saber poco es peligroso.
VISIONARIOS DE PEGA Por: Agencias
VISIONARIOS DE PEGA Por: Santiago de Pablo
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Aunque para mucha gente se trate de algo prácticamente desconocido, uno de los sucesos más sonados en el País Vasco de la II República fueron las supuestas apariciones de la Virgen que tuvieron lugar en la localidad guipuzcoana de Ezkioga a partir del verano de 1931. Setenta años después, Manuel Gutiérrez Aragón se ha animado a llevar al cine esos hechos y el resultado es la película ‘Visionarios’ (título tomado de un libro de Pío Baroja, publicado en 1932), proyectada por vez primera en el Festival de San Sebastián y recientemente estrenada en las salas comerciales. Trasladar a la gran pantalla un acontecimiento tan complejo como el de Ezkioga (incluso el presidente de la Generalitat de Cataluña, el miembro de Esquerra Republicana Francesc Macià, tuvo relación con algunos videntes) era una misión difícil y el cineasta cántabro -autor de películas estimables- no ha salido bien parado del envite. La película sigue con relativa fidelidad los hechos históricos: a finales de junio de 1931, dos niños aseguraron haber visto a la Virgen en una campa próxima a Ezkioga y a partir de ahí los videntes se multiplicaron. Miles de personas (hasta 80.000 según algunas fuentes) acudieron al lugar y enseguida se habló de una ‘conspiración’ clerical para derribar la República, pues las apariciones -en un momento de tensión por la aplicación de las medidas de separación entre la Iglesia y el Estado decretadas por el Gobierno- hablaban de supuestos castigos divinos. La persecución a los videntes por parte de las autoridades republicanas y la pronta decisión del obispado de desautorizar la autenticidad de las apariciones hicieron fracasar definitivamente el movimiento, aunque algunos videntes (acusados de concomitancias con el nacionalismo vasco) fueron también perseguidos por el franquismo, tras la toma de Guipúzcoa en 1936. Algunos detalles históricos están tratados con gran realismo: los métodos utilizados para descubrir si los visionarios eran farsantes o no; la figura del jesuita José Antonio Laburu, que, tras filmar las apariciones, comparó a los videntes con enfermos mentales (aunque se da una importancia desproporcionada a la trascendencia de sus filmaciones en el descubrimiento de la falsedad); la resistencia de las autoridades del País Vasco rural a cumplir las disposiciones de la República ordenando retirar las imágenes religiosas de las escuelas, etcétera. Asimismo, el arranque del filme refleja visualmente a la perfección el choque entre dos formas de ver la vida, enfrentadas en el inicio de la etapa republicana, y la mezcla de elementos políticos y religiosos, propia del clericalismo español (y especialmente vasco) de la época. Sin embargo, estos elementos son desaprovechados por una trama deslabazada, poblada de personajes nada creíbles, lo que hace que el filme vaya perdiendo fuerza a medida que avanza. Algunos anacronismos desmerecen del esfuerzo que se ha invertido en recrear el ambiente de la época y los autores ni siquiera parecen tener claro en qué año sucedieron los hechos de 1931, puesto que al inicio del filme se habla del segundo verano de la República (1932) y, según algunas entrevistas y sinopsis publicadas en la prensa, estaríamos al final de la etapa republicana, con lo que se intenta embarullar al espectador, haciéndole creer que todo ello tenía que ver con la idea de «allanar el camino a la sublevación fascista en marcha». En realidad, nada de esto tendría demasiada importancia, puesto que la invención es completamente necesaria en el cine histórico. Lo peor es que se han pasado por alto aspectos y se han introducido cambios que modifican el sentido de la historia. Por ejemplo, fue el gobernador civil republicano (interpretado por Fernando Fernán Gómez), y no el franquista, quien decidió enviar a algunos videntes al manicomio. En la resolución del asunto fue fundamental la decisión del obispado -tras realizar una investigación- de negar la existencia de hechos sobrenaturales y de prohibir la presencia en Ezkioga de sacerdotes y de fieles. Nada de esto aparece en la película, por lo que el espectador puede quedarse con la idea de que era cierta la afirmación de la conspiración eclesiástica (aquí reconvertida en fascista) para provocar una guerra civil.
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En efecto, ciertos sectores de la izquierda vasca de la época se refirieron a Ezkioga con el nombre de la ‘Virgen del Estatuto’ (en referencia al proyecto de Estella, apoyado por los carlistas y el PNV), llegando a afirmar que la Virgen se aparecía con «el Estatuto de Estella debajo del brazo», al mismo tiempo que la prensa derechista aprovechaba los sucesos para azuzar la oposición entre el catolicismo y la recién nacida República. La especificidad política vasca no aparece en ningún momento en el filme, que no recrea el clima de tensión política y religiosa reinante en el verano de 1931, aunque, como dice William A. Christian -el mejor conocedor de los sucesos-, «cualquier análisis que interprete [las apariciones] como una conjura clerical para desbaratar el progreso social constituirá (...) una lectura empobrecida». En realidad -como ha escrito Antón Merikaetxebarria en EL CORREO-, después de ver esta película «uno no se explica muy bien qué ha querido contarnos» el director. En declaraciones previas al estreno, Gutiérrez Aragón explicó que había tratado de demostrar que «la mezcla de religión y política siempre es explosiva» y que el fanatismo «acaba destruyendo a los propios fanáticos». La verdad de estas afirmaciones se demostró ya en la España de los años treinta y ha vuelto a ponerse de manifiesto recientemente en un ámbito muy diferente. Lástima que al espectador le sea imposible llegar por sí solo a esta conclusión, después de ver esta fallida película.
ACUPUNTURA PARA LA FIBROMIALGIA Por: Agencias
ACUPUNTURA PARA LA FIBROMIALGIA Versión en español por: José Manuel Iglesias La acupuntura se usa frecuentemente en el tratamiento de la fibromialgia porque esta constituye una enfermedad difícil y dolorosa sin muy claras opciones terapéuticas. Otra razón para su uso es que así lo quieren los pacientes y uno se pregunta si los pacientes están cabalmente informados. De modo que, ¿cuál es la evidencia de que la acupuntura sea efectiva?. Esta revisión nos proporciona pocas o ningunas pruebas de que produzca beneficio, por el contrario: puede hacer que las cosas empeoren (1) Revisión La revisión la hizo un grupo de Medicina Alternativa de Baltimore con una acreditada reputación de hacer las cosas bien. La búsqueda fue ejemplar, no sólo en las bases electrónicas de datos sino en otros registros especiales, en sus propios registros sobre el uso medicinas alternativas para el tratamiento del dolor y mediante cartas a casi 100 expertos instituciones especializadas. Resultados Encontraron tres ensayos aleatorizados, tres estudios de cohortes prospectivos y un estudio de cohortes retrospectivo. Los tres ensayos aleatorizados concernían a 135 pacientes; dos tenían una calidad metodológica baja. Todos los estudios de cohortes se etiquetaron de baja calidad. De modo que dejaron un estudio aleatorizado (realizado en Ginebra [2]) que comparaba la electro-acupuntura con electro-acupuntura simulada en 70 pacientes tratados durante tres semanas, sin valoración de resultados a largo plazo. El estudio concluía que la acupuntura era mejor para algunos resultados que la acupuntura
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simulada; no obstante, las diferencias existentes en la distribución por sexos y de la duración de la enfermedad en el punto de partida del estudio hacían pensar en un error en la aleatorización de los pacientes . Comentario ¿Tiene todo esto algún valor? La revisión da a entender que lo tiene y habla de sus implicaciones prácticas. Pero, ¿sería aceptable este nivel de evidencia para asumir un nuevo procedimiento médico o quirúrgico?: creemos que no. El doble rasero que proponen los partidarios de las medicinas alternativas es realmente preocupante. Usan tratamientos de eficacia no demostrada que pueden ser peligrosos y se relatan en la revisión casos de algunos pacientes que sufrieron exacerbaciones de sus síntomas. El uso de la evidencia debería ser primero cualitativo y posteriormente cuantitativo. Por eso consumimos tanto tiempo en la búsqueda de posibles sesgos. Nos importa mucho la presencia de cualquier sesgo en los productos que nos venden las compañías farmacéuticas. ¿No deberíamos ser igualmente precavidos cuando las revisiones, procedentes de un grupo con intereses específicos, acepta cualquier vieja evidencia e ignora los límites que imponemos para aceptar otros tratamientos?. ¿Le decimos a los pacientes que, no sólo la efectividad de la acupuntura en la fibromialgia según las pruebas es de valor limitado, sino que, además, puede ser perjudicial?. Si no lo hacemos: ¿porqué?. Podría ser el paraíso de un abogado Para más información: [1] BM Berman et al. Is acupuncture effective in the treatment of fibromyalgia? Journal of Family Practice 1999 48:213-218. [2] C Deluze et al. Electroacupuncture in fibromyalgia: results of a controlled trial. BMJ 1992 305:1249-1252. [Nota] *José Manuel Iglesias. Médico de familia. Salamanca Versión original en: http://www.jr2.ox.ac.uk/bandolier/band90/b90-3.html
AQUELLOS PRIMEROS CROMAÑONES ... Por: Agencias
AQUELLOS PRIMEROS CROMAÑONES ... Por: Alvaro Arrizabalaga Nuestra especie, -la especie elegida, diría Arsuaga-, se ha empeñado en las últimas décadas en ilustrar el camino por el cual consiguió su supremacía sobre los restantes homínidos y terminó aupándose a la cúspide de la pirámide evolutiva. Al parecer, los modernos estudios de antropología genética demuestran que todos los seres humanos que hoy poblamos la Tierra descendemos de la misma rama evolutiva de la especie humana, cuya aparición en Europa Occidental hace unos 40.000 años desencadenó una serie de cambios de gran trascendencia, en diversos campos. La reciente publicación en la revista Munibe (de la Sociedad de Ciencias Aranzadi) del libro "Labeko Koba (País Vasco). Hienas y humanos en los albores del Paleolítico superior" permite mostrar que Euskal Herria no resulta un territorio ajeno a estos
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cambios. Durante décadas, el afán del investigador por caracterizar a los últimos neandertales ha estado mediatizado por una visión peyorativa de los mismos. Probablemente por la necesidad de sustentar sobre bases objetivas la supremacía de nuestra especie (todos somos cromañones), se destacaba de modo artificioso la diferencia, el matiz que separaba la apariencia física y el comportamiento de aquellos humanos, con respecto a nosotros. En los años 70 y 80 del siglo XX se reitera la incapacidad de los neandertales para ser considerados como seres humanos que nos preceden directamente en la escala evolutiva. Sus representaciones gráficas incluyen un aspecto más simiesco del que hoy día parece verosímil. Pero es que, además, estos humanos se ven afectados por una larga serie de limitaciones físicas e intelectivas, que les incapacitan para desarrollar una actividad "normal", tal y como hoy día la entendemos. Entre las limitaciones que se achacan a estos seres debemos incluir su pesado movimiento, debido a su gran tamaño. Pero, muy especialmente, el hecho de que no se le supone capacidad para emitir un lenguaje articulado, para planificar estrategias de explotación económica del territorio, para elaborar utensilios de acuerdo con técnicas de cierta sofisticación, para efectuar representaciones gráficas de significado simbólico (cuando menos, que hayan llegado hasta nuestros días) o para establecer una malla de vínculos sociales que trascienda la unidad del clan. Pocas veces se incide en la fortaleza sensacional que debieron tener estos humanos o en lo positivo de muchas de las innovaciones que protagonizan respecto a anteriores períodos. De modo obsesivo se incide en su incapacidad y sus limitaciones, como nos muestran C. Stringer y C. Gamble en un libro relativamente reciente ("En busca de los neandertales"). En la práctica todos los tópicos que se vienen aplicando a la caracterización anatómica, tecnológica, cultural, social, económica y comportamental del neandertal encuentran su réplica en el propio registro arqueológico que sirve como punto de partida para su desprestigio como seres humanos. Cada una de las opiniones emitidas acerca de las supuestas incapacidades del neandertal ha sido contestada a partir de la constatación de que para el período crítico en el que desaparecen unos (los neandertales) y aparecen otros (los cromañones o humanos modernos) tenemos un grave vacío en el registro humano fósil. Argumentaciones como la tecnológica ("la industria lítica considerada poco desarrollada que se reconoce durante el Paleolítico medio estaría elaborada por los neandertales, en tanto que los complejos laminarizados y diversificados que surgen en el Paleolítico superior obedecerían a la superior capacidad intelectiva del humano moderno") son perfectamente reversibles en ausencia de un hilo conductor que no permita establecer semejantes atribuciones. A la falta de restos fósiles humanos debemos añadir que el número de yacimientos y niveles excavados según metodologías modernas y comprendiendo situaciones de tránsito (datadas entre aproximadamente el 38.000 y el 30.000 antes del presente) entre ambos mundos es muy pequeño. De este modo, nos presentamos ante una paradoja difícil de resolver a corto plazo: tratándose el Paleolítico superior inicial de una época en la que el interés de la comunidad científica y el nivel de planteamiento de hipótesis de gran calado son crecientes, contamos con un conjunto de "evidencia" bastante limitado, más aún si sometemos a las actuaciones antiguas a los filtros metodológicos con que contamos en la actualidad. Si recurrimos al estudio del País Vasco, apenas contamos con una docena de yacimientos en los que, previsiblemente, tenemos representada la horquilla cronológica que se presenta más arriba. De ellos, poco más de la mitad han sido excavados en extensión, permitiendo la contextualización más o menos adecuada de sus restos. Debido a las circunstancias historiográficas de la investigación, en un solo caso ha sido aplicado un protocolo analítico completo al yacimiento, en paralelo a su excavación (analíticas paleoambientales, económicas, de aprovisionamiento de materias primas, estudio integral de tecnocomplejos, etc.). En otros dos casos, actualizaciones en curso de la
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excavación clásica pueden proporcionar informaciones de este género para yacimientos conocidos desde hace mucho tiempo. Para estas cronologías, apenas contamos con una decena de dataciones C14, la mitad de las cuales puede considerarse anómala, por los problemas de conservación de la muestra. Si nos remitimos a los actuales territorios administrativos, la información se fracciona aún más, de modo que apenas podemos decir nada sobre estos ocho mil (!¡) años en Bizkaia, Alava, Navarra o Lapurdi. Los casos de Labeko Koba (en Gipuzkoa), Isturitz (en Baja Navarra) o Gatzarria (en Zuberoa) son los únicos que permiten ilustrar de modo gráfico este proceso de transición en los respectivos territorios. Debido a este motivo, aún cuando la información detallada de una memoria de excavación es siempre muy útil, cuando se refiere a períodos como los comprendidos en la secuencia de Labeko Koba resultan doblemente prácticas. El yacimiento de Labeko Koba (Arrasate, Gipuzkoa) fue excavado en su integridad entre 1987 y 1988, siendo a continuación destruida la cavidad que lo albergaba por las obras de construcción de la variante de Arrasate. Incluía una interesante secuencia estratigráfica, abierta con una unidad castelperroniense (la primera cultura considerada como propia del Paleolítico superior), otra protoauriñaciense y tres niveles adscritos al Auriñaciense antiguo (VI, V y IV). En un total de cuatro metros de potencia estratigráfica, sobre una superficie media de veinte metros cuadrados, fueron recuperadas (con la información contextual correspondiente) más de cincuenta mil restos arqueológicos, divididos casi a medias entre restos de fauna y de industria lítica u ósea. Han sido necesarios doce años para procesar la información y elaborar los correspondientes análisis que permiten un estudio exhaustivo del yacimiento, procedimiento tras el cual se ha editado una monografía con cuatrocientas páginas de texto y cerca de trescientas ilustraciones (gráficos, láminas y fotografías, tanto a blanco y negro, como a color). De este esfuerzo tan dilatado en el tiempo se ha podido extraer algunas conclusiones que resultan de gran interés para caracterizar cuáles son los mecanismos de tránsito entre el Paleolítico medio y superior, al menos en esta parte del territorio vasco. No todas las dataciones obtenidas (ocho) tienen el mismo valor, dándose la circunstancia de que sólo damos por correctas tres de las mismas, y aceptamos con reservas una cuarta. Todas las dadas por válidas nos sitúan en un período entre el 35.000 (Castelperroniense) y el 30.000 (Auriñaciense antiguo) antes del presente. De los análisis paleoambientales efectuados (Sedimentología, Palinología y lectura ecológica de las asociaciones faunísticas determinadas) se deduce que el ambiente reinante fue severo o muy severo, excepto en la base de la secuencia, en torno al Castelperroniense, que muestra un ambiente más caldeado, con la presencia de especies arbóreas como el castaño. También algunos niveles del Auriñaciense antiguo muestran una cierta mejoría térmica, de modo que el clima no sería tan extremo. En Labeko Koba se puede registrar una alternancia en la ocupación de la cavidad por parte de los grupos humanos y de diversas especies de carnívoros (hienas, osos, lobos, zorros, etc.). Durante el ciclo inferior de la cueva (los hasta dos metros de potencia del nivel IX), la presencia predominante corresponde a los carnívoros, que arrastran a su guarida los restos de las presas cobradas o carroñeadas (en el caso de las hienas). Es probable que la ocasional presencia humana guarde relación con visitas esporádicas en busca de materias primas (cuerno, piel, hueso, etc.) o carne, cuya presencia en la cueva estaba garantizada. Esta situación se invierte a partir del nivel protoauriñaciense, en el que la presencia humana se hará casi estable, en tanto que son los carnívoros (como los osos) los que acuden ocasionalmente a la cueva. Las especies cazadas por el ser humano son sensiblemente diferentes de las cobradas por otros carnívoros. Destacan entre aquellas los grandes bóvidos (bisontes y uros), en los que se observa una alta tasa de especialización (sorprendente para las cronologías que estamos tratando). Ciervos y caballos, básicamente, junto a pequeños porcentajes de otras especies (entre las que llaman la atención el rinoceronte lanudo o el mamut), completan las bases de subsistencia de origen animal (las únicas a cuyo
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conocimiento tenemos acceso). El registro lítico del yacimiento constituye, junto a la fauna, el que presenta mayor número de efectivos (más de 25.000 restos). En su conjunto permite insertar todas las ocupaciones, desde el mismo subnivel IX inferior, hasta el techo durante el Auriñaciense antiguo, en un universo tecnológico de Paleolítico superior, con una alta tasa de empleo de sílex como materia prima, altísima leptolitización y laminaridad, restricción de los elementos de sustrato, característicos de tecnologías musterienses, etc. Conocemos también las fuentes de las que obtenían el sílex aquellas gentes (sobre todo, Urbasa y Treviño, con algunos aportes del Flysh costero), lo que nos permite una nueva lectura acerca de la movilidad de los grupos humanos durante el Paleolítico superior inicial, o cuando menos, de las materias primas que empleaban. La industria ósea de Labeko Koba no resulta de gran riqueza, aunque si muestra cierta variabilidad y una relativa abundancia para las cronologías en las que se contextualiza. Algunas azagayas (dos de ellas de base hendida, muy infrecuentes en el Cantábrico), punzones, huesos retocados reproduciendo técnicas líticas y, fundamentalmente, retocadores de útiles óseos, integran el lote, uno de los más amplios disponibles para esta cronología en toda la Península. La memoria de Labeko Koba se cierra con una aportación de valor excepcional. Se trata de un pequeño canto de calcarenita encontrado en el nivel VII (Protoauriñaciense), en el que han sido grabados dos profundos trazos ortogonales. Esta pieza, bastante humilde, junto a otras incisiones localizadas en alguna esquirla ósea del mismo nivel, constituyen las piezas de arte mueble, las manifestaciones de un comportamiento simbólico, con datación más antigua a fecha de hoy para toda la Península Ibérica. La aparición de pequeños restos de ámbar, tanto en el nivel VII, como en el V (Auriñaciense antiguo) y la de otros restos óseos claramente decorados en otros niveles superiores, permite asegurar que este comportamiento se encontraba presente entre nuestra población desde hace más de 30.000 años. [Nota] *Alvaro Arrizabalaga, pertenece a la UPV-EHU y es miembro de la S.C. Aranzadi. Así mismo es co, junto a Jesús Altuna, del libro “Labeko Koba (País Vasco). Hienas y Humanos en los albores del Paleolítico superior” (Labeko Koban eginiko lanen eta bertan eskuraturiko materialen inguruko zientzia txostena. Memoria científica sobre los trabajos llevados a cabo en Labeko Koba y los materiales allí rescatados). Editorial Aranzadi Zientzi Elkartea. ISSN: 1132-2217
EL GENERADOR DE LAS NEURONAS Por: Tom Clarke
EL GENERADOR DE LAS NEURONAS Por: Tom Clarke Deslumbrantes instantáneas muestran cómo proporcionan energía los iones de potasio 'Los canales de potasio están detrás de todos nuestros movimientos y pensamientos', dice Rod MacKinnon, de la Universidad Rockefeller de Nueva York. Su equipo ha mostrado ahora la mecánica molecular de estos diminutos poros en la pared de las células. Algunos dicen que el trabajo merece el Premio Nobel.
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Los canales de potasio en la pared de las células proporcionan la energía para la transmisión de señales nerviosas por todo el cuerpo y el cerebro haciendo entrar y salir los iones de potasio (K+) de nuestras células. Roderick MacKinnon y sus colaboradores (Joao H. Morais-Cabral y Yufeng Zhou) han tomado imágenes de rayos X de alta resolución de los canales en acción, que revelan cómo, y con qué velocidad, avanza cada ion de K+. (Nature, 1 de noviembre de 2001). Es una hazaña notable; la apertura del canal de potasio es más de 100.000 veces más fina que una hoja de papel, con un ancho de menos de seis ángstroms (un ángstrom equivale a la diezmillonésima parte de un milímetro). El papel de los canales de potasio en los nervios los ha convertido en famosos pero son importantes en toda la biología, afirma Christopher Miller (Universidad Brandeis). Están presentes en la más humilde de las amebas y en las células de los cerebros más complejos. Las últimas imágenes de la proteína del canal de potasio son 'deslumbrantes', afirma Miller. Revelan que las células explotan la carga positiva de los iones K+ para producir el voltaje que proporciona la energía de las señales nerviosas. Para MacKinnon, contemplar la economía de diseño de la naturaleza en detalle es igual de fascinante: 'Su sencillez resulta hermosa', dice. Utilizando una técnica denominada cristalografía de rayos X para obtener imágenes de diferentes concentraciones de iones K+ en los canales de potasio el equipo de este científico del Instituto Howard Hughes de la Universidad Rockefeller (Nueva York) ha mostrado la ruta precisa que siguen los iones. 'Es casi como ver los iones atravesar el canal', afirma MacKinnon. El equipo ha descubierto que cada ion K+ puede ocupar una de siete posiciones, Los iones atraviesan el canal saltando de una posición a la segunda siguiente mientras otros iones los empujan desde atrás. Midiendo las fluctuaciones eléctricas en el canal, el equipo de MacKinnon calcula cuánta energía necesitan los iones de K+ para saltar de una posición a otra. El canal resulta estar tan bien adaptado a los iones de potasio que casi no necesitan energía para atravesarlo, excluyendo de esa forma otros iones, que no tienen suficiente energía para atravesar el canal. 'Esto explica cómo pueden ser tan rápidos y al mismo tiempo tan selectivos', explica Miller. Cómo consiguen los canales transportar iones de potasio con mayor rapidez que el impulso nervioso es algo que había tenido en vilo a los biólogos durante décadas. En 1999, MacKinnon recibió el premio Lasker de investigación médica básica por revelar la estructura detallada del canal de potasio. Ahora su nombre suena insistentemente como futuro ganador del Nobel. Su trabajo más reciente fortalece esta predicción, según Miller: 'Este es el tipo de trabajo que abre todo un mundo nuevo'. Es el método sistemático utilizado por este científico para descifrar cómo funciona el canal de potasio, así como la importancia científica de dicho canal lo que le hace merecedor del premio, afirma Fred Sigworth (Universidad de Yale). 'Estas últimas imágenes son sólo el fin de una cadena de maravillosos descubrimientos realizados por Mackinnon', afirma. 'Estamos hablando de un conjunto de trabajos que comenzó en la década de 1990'. Siempre es agradable que le reconozcan el mérito a uno, admite MacKinnon, pero la posibilidad de obtener el Nobel no es lo que motiva su investigación. 'Me divierto muchísimo haciendo ciencia', dice. De hecho, tras haber alcanzado un 'nivel muy profundo de conocimiento' de los canales de potasio, el científico pretende ahora examinar cómo abren y cierran las células sus canales de iones.
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Cada tipo de célula se puede reconocer por su combinación de canales iónicos.'Esta combinación', explica Michel Lazdunski (CNRS), 'varía no solamente de un tipo de célula a otro sino también para un mismo tipo de células en el curso de su desarrollo. Estas estructuras son microgeneradores eléctricos que permiten a las células del sistema nervioso comunicarse entre ellas y con los órganos, a las células musculares y cardíacas desencadenar la contracción, a las del sistema endocrino segregar las hormonas. Son indispensables para la vida, ya que también existen en células que no generan bioelectricidad.
EL ÁRBOL DEL PENSAMIENTO Por: Agencias
EL ÁRBOL DEL PENSAMIENTO Por: Francisco Mora La Neurociencia busca el “cableado” de los procesos creativos y espirituales ¿Qué da lugar a los cambios en la estructura molecular del cerebro? ¿Cómo afectan a la conducta y los valores humanos? El Doctor en Neurociencias por la Universidad de Oxford, Francisco Mora, participa estos días en Fundación Congreso Catalán de Salud Mental y en el Centro Mediterráneo de Neurociencias de Alicante, en sendas conferencias sobre las infinitas posibilidades del cerebro. El autor de El reloj de la sabiduría analiza para El Cultural cómo interviene la actividad neuronal en temas como la conciencia o los principios morales. El hombre es hijo del tiempo, ese Dios abstracto e inaprehensible que se expresa en los espacios cambiantes de todo lo que existe. Sabido esto, sin embargo, y hasta hace poco, la historia del hombre, la de un hombre o mujer concretos, venía envuelta en un velo que lo hacía parecer casi eterno y permanente. Los cambios en nuestra apariencia, la de nuestro cuerpo, era aceptada por evidente, pero no tanto así la esencia de nosotros mismos, la de lo que somos a lo largo de nuestras vidas. Las Ciencias del Cerebro, las Neurociencias, por el contrario, han proporcionado, en muy pocos años, nuevos conocimientos acerca de cómo somos en el mundo y cómo cambiamos de modo permanente y constante, no como una entelequia psicológica y espiritual, sino en su sentido más físico y químico a través de los cambios y recambios de nuestro cerebro. Hoy sabemos que al igual que cambia nuestra piel, nuestro pelo o el conjunto de nuestra cara, así cambia, con el tiempo, nuestro cerebro. Y que son estos cambios del cerebro los que hacen cambiar nuestra conducta, nuestras percepciones y experiencias, nuestras relaciones con los demás, nuestros procesos mentales y hasta nuestra propia conciencia. Las Neurociencias están reanclando al hombre a sus verdaderas raíces terrenales. Somos inviolablemente hijos de las vicisitudes de nuestra madre Tierra, de su evolución y avatares y por ello congéneres de nuestros parientes los demás seres vivos que la pueblan. El empeño de la Neurociencia actual es, precisamente, añadir piezas a una “hipótesis” que dé coherencia a la “unificación del conocimiento” sobre el hombre y su mundo. Las bases de esta hipótesis arrancan, en parte, del “proyecto cerebro humano” creado en 1980 y en el que se incluyen de “abajo-arriba” o si se quiere, de “la molécula a la palabra”, muchos y diferentes niveles de estudio. Desde los genes y las proteínas, a los orgánulos y microcircuitos de las neuronas, circuitos neuronales, regiones cerebrales específicas, sistemas distribuidos a lo largo y
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ancho del cerebro y la propia conducta. Y en esta última, finalmente, se incluyen el estudio de los ingredientes elementales de una operación mental así como los sistemas de conocimiento propiamente dichos, sean estos leer, escribir, planear un viaje, etc. Todo esto nos lleva claramente a establecer que todos los procesos mentales, incluso los que dan lugar a los más excelsos pensamientos creativos o espirituales (lo que incluye los principios morales, la religión y hasta la misma concepción de Dios) derivan o son operaciones del cerebro. Toda esta ambición ha llevado a la comunidad científica y humanística internacional a hacerse la siguiente pregunta: ¿Amenazan las Ciencias del Cerebro los valores humanos? Lo que nos enseña claramente la Neurociencia hoy es que el cerebro de todo ser vivo, incluido naturalmente el del ser humano, cambia no sólo durante el desarrollo e infancia y juventud, sino también durante todo el arco vital, es decir, durante la vida adulta y el propio envejecimiento. El cerebro es pues una estructura con un infinito repertorio de mecanismos puestos en marcha pocos días después de la concepción que prosigue su construcción y reconstrucción constantemente sin alcanzar una forma o función estable y definitiva, proceso sólo detenido por la muerte. ¿Qué da lugar a estos cambios de la estructura molecular del cerebro y por tanto a los cambios funcionales (mentales) y de la conducta que experimentamos a lo largo de nuestra vida? Hasta donde el estudio del cerebro nos enseña, dos son los procesos fundamentales: aquellos que significan aprendizaje y memoria. Todo aquello que signifique aprendizaje, memoria y olvido cambia el cableado cerebral formando y reforzando nuevas conexiones neuronales o debilitando y eliminando las viejas previamente formadas. En realidad el cerebro se construye siguiendo órdenes dadas por los códigos heredados y anclados en última instancia en los arcanos del tiempo, pero estos códigos, ya desde su funcionamiento inicial en el individuo, incluso en el propio claustro materno, son modulados por el medio ambiente, creando así una diversidad de conexiones genuinas para cada cerebro. Al final, cada cerebro se parece a otro como los árboles de un bosque, que aun siendo todos de la misma especie y en la lejanía parecer iguales, de cerca, en las pequeñas ramas e incluso en ramas principales, son claramente diferentes. Esto ocurre incluso en los seres humanos clónicos, los gemelos univitelinos. Es en estos vericuetos de las conexiones del cerebro en donde se crean por códigos temporales todavía desconocidos, los más excelsos pensamientos, el conocimiento y la conciencia. Nuestro cerebro en su interacción con el medio ambiente está operando constantemente bajo la orquestación de los genes que tenemos en nuestras células cerebrales. Memorizar, tras haber asociado algo y aprendido de nuevo significa cambios de la maquinaria genética que elabora nuevas proteínas que al ser insertadas en los puntos de contacto de estas mismas células hacen que cambien las señales (propiedades) de sus contactos. Estos cambios moleculares se pueden crear, reforzar o perder cambiando en una u otra dirección las conexiones ya existentes y creando así nuevas memorias, reforzando y potenciando las ya existentes o perdiendo las memorias que ya existían en ese cerebro. Es de esta manera que ese tráfico de moléculas (bioquímica) da lugar a cambios en la estructura (anatomía) y ésta a la función (fisiológica) del cerebro en un proceso constante e incesante que se expresa en la conducta de todo ser vivo. Es claro, pues, que aprender, memorizar, olvidar, significa precisamente eso: cambiar constantemente el cerebro. ¿Y acaso aprender y memorizar (sea ello nuevos conceptos e ideas, patrones morales o sociales o sentimientos) no es la esencia de nuestro ser y estar en el mundo? Kandel ha señalado recientemente acerca de los genes, conducta y mente: “No hay cambios en la conducta que no se reflejen en el sistema nervioso, ni cambios persistentes en el sistema nervioso que no se reflejen como cambios estructurales de algún nivel de resolución”. Estas ideas claramente
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inciden de lleno no sólo en la psicología y la filosofía sino también en la propia medicina. Apostilla Kandel: “Cuando un terapeuta habla a un paciente y el paciente escucha, la maquinaria cerebral del terapeuta está realizando un efecto sobre la maquinaria neuronal del cerebro del paciente y posiblemente viceversa... es probable, por tanto, que nuestras palabras produzcan cambios en el cerebro del paciente. Desde estas perspectivas, las aproximaciones biológica y sociopsicológica se unen”. El final de estas reflexiones parece evidente. Estamos entrando en un siglo en donde el cambio de nuestro modo de pensar y concebir el mundo, lo que incluye a nosotros mismos, va a sufrir un cambio importante, sino radical. Cambio basado esta vez en premisas y conocimientos nuevos. Cambios que, como posiblemente el mismo hombre verá, le va a hacer sentirse último responsable de sí mismo y su destino. No es una responsabilidad ciertamente baladí.
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