NÚMERO 13 - AÑO 2001 © 2000-2002 ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico http://www.arp-sapc.org/
SUMARIO - UNA INICIATIVA SALUDABLE, EN RELACIÓN A LAS "VACAS LOCAS" Por: Carlos López Borgoñoz
- EDUARDO PUNSET Y SU PROGRAMA "REDES" Por: Javier Torres
- LA MONTAÑA QUE ERA COLINA Por: Adolfo Estalella
- FOTONES PARA MAYOR VELOCIDAD Por: Michael Alberganti
- UN HONGO MADRILEÑO, EFICAZ CONTRA LAS PRINCIPALES INFECCIONES HOSPITALARIAS Por: Ainhoa Iriberri
- CARRERAS DE FONDO PARA LA CIENCIA Por: Pere Puig Domenech
- BIOLOGIA MARINA.CIENTÍFICOS ESPAÑOLES Y FRANCESES DESCUBREN NUEVOS GRUPOS DE MICROORGANISMOS MARINOS Por: Redacción de El Mundo
- DESCUBREN CÓMO SE PRODUCEN LAS METÁSTASIS Por: Anónimo
- UN ESTUDIO VINCULA LA SOBREALIMENTACIÓN CON LA ADICCIÓN Por: Anónimo
- LA LECTURA EN LA EDUCACIÓN INFANTIL Por: Isabel Solé
- SEGÚN UN INFORME DE LA ONU, EL EFECTO INVERNADERO "CUESTA" CADA AÑO 53 BILLONES DE PESETAS Por: EFE
UNA INICIATIVA SALUDABLE, EN RELACIÓN A LAS "VACAS LOCAS" Por: Carlos López Borgoñoz
Probablemente la más acertada en cuanto a garantizar la salud, por lo menos mental, de los españoles. Aunque parezca mentira, no se trata de un nuevo método de enterramiento de animales muertos ni de una nueva receta culinaria, por lo que representa un enfoque nuevo y prometedor ante un problema que no podemos cometer el error de menospreciar: la irracionalidad con que amplios sectores de la sociedad, con la colaboración de las autoridades españolas, trata el problema del "mal de las vacas locas" (¡y tantos otros!).
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Se trata de un manifiesto en pro de la aplicación del pensamiento crítico al problema de las vacas locas al que no podemos menos que aplaudir, pues no sólo supone una bocanada de aire fresco y racional en torno a este tema, sino que supone una reflexión general en favor de la aplicación del método científico al bienestar y seguridad de los seres humanos en todos los ámbitos de la sociedad. En efecto, la alarma social que este tema ha despertado, utilizada de forma irresponsable, refuerza en determinados sectores un sentimiento de idolatría hacia "lo natural" y "lo tradicional", expresiones que se convierten en sinónimas de "lo saludable" y "lo seguro", frente a un proceso de demonización de cualquier proceso que sencillamente suponga la intervención humana en los procesos que se consideran naturales (con criterios siempre difíciles de definir). En nuestros días, gozamos de una longevidad insospechada pocas décadas antes; hemos reducido la mortalidad infantil y muchas enfermedades infecciosas se manifiestan con una incidencia realmente baja. A pesar de la obviedad de la aportación de la ciencia y la tecnología aplicadas a los procesos industriales en esos logros, cualquier iniciativa que lo recuerde debe ser bienvenida por ARP-SAPC, especialmente cuando lo único que se pretende es pedir un poco de sensatez en un problema que probablemente, aún no ha afectado a ningún ser humano en nuestro país. Agradecemos a los autores de este manifiesto, Miguel Calvo y Josep Català, junto a las decenas de profesionales del sector alimentario que lo firman, su esfuerzo en evitar que no sólo las vacas, sino todos nosotros, acabemos siendo víctimas de un lento pero inexorable proceso de deterioro cognitivo. Agrodigital.com http://www.agrodigital.com/ MANIFIESTO POR UNA APROXIMACIÓN CIENTÍFICA A LA SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS ALIMENTARIOS El siguiente Manifiesto fue firmado en principio por 101 personas, en su mayoría profesores universitarios e investigadores, miembros de las listas de distribución de RedIris: CYTALI (Tecnología de los alimentos
), BIOTEC (Biotecnología ) y MICROALI (Microbiología de los alimentos ). ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico ha decidido hacer suyo dicho manifiesto y suscribir, mediante su firma como colectivo, los contenidos que en él se recogen. Con tal fin su presidente Don. Javier Armentia ha sumado los datos societarios pertinentes (ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico, G80159411, sociedad inscrita en el registro de asociaciones: Nº Reg.Asociaciones 71.114) a la lista de apoyo al manifiesto, lista que puede ser consultada a través de un enlace situado en la misma página en la que figura la declaración. El ?Manifiesto por una aproximación científica a la solución de los problemas alimentarios? se encuentra a disposición de quien desee consultarlo vía web en la siguiente url de Agrodigital.com: http://www.agrodigital.com/Horizontal/Horizontales/CONSUMIDORES/Manifiesto%20por%20una%2 0aproximacion%20cientifica%20a%20la%20solucion%20de%20los%20problemas%20alimentarios.htm
Quien desee adherirse al mismo puede hacerlo bien a través de:
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http://www.agrodigital.com/Secciones/formulario%20manifiesto.htm o, en el caso de no disponer de acceso a un navegador, mediante el envío de un mensaje a [email protected]. En dicho mensaje se deberá encabezar el título del mismo con el texto ?ADHESIÓN MANIFIESTO? y se hará constar en el cuerpo del mismo los siguientes datos: Nombre / Apellidos / Profesión / D.N.I. o pasaporte / Titulación y Empresa o Universidad. La Redacción de El Escéptico Digital se encargará de sumar las adhesiones, que se reciban en dicho buzón, a la lista de apoyo. A continuación reproducimos el texto íntegro del MANIFIESTO POR UNA APROXIMACIÓN CIENTÍFICA A LA SOLUCIÓN DE LOS PROBLEMAS ALIMENTARIOS A raíz del nuevo capítulo de la crisis de las "vacas locas" y de la confirmación de los primeros casos de esta enfermedad detectados, la sociedad española ha comenzado a compartir la misma sensación de inseguridad y miedo que ya sufrieron en su día otros ciudadanos europeos ante los problemas alimentarios acaecidos en los últimos años. En esta situación de desconocimiento e incertidumbre, la opinión pública recibe en algunas ocasiones información confusa, parcial, y fuera de toda lógica racional, que sólo consigue alarmarla aún más. Por ello, los abajo firmantes, docentes universitarios, profesionales del sector de la producción de alimentos y expertos en tecnología alimentaria, hemos querido expresar nuestra opinión al respecto. El método científico es la única fuente de conocimiento que, mediante la duda sistemática, se basa en intentar rebatir sus propias hipótesis de trabajo, por lo cual aquellas que resisten repetidamente la contrastación experimental (y que, por lo tanto, son capaces de predecir los comportamientos futuros acotando su margen de error probable) deben considerarse, racionalmente, creíbles y sólidas. Éste es el método que, en el campo alimentario, ha permitido establecer sólidos fundamentos para la seguridad alimentaria, mediante el conocimiento de la composición de los alimentos, los agentes que los alteran y los mecanismos para su control, los efectos que tienen los alimentos sobre la fisiología humana y los riesgos asociados a cualquier etapa de su producción. La ciencia, por lo tanto, está ligada intrínsecamente a una actitud constructivamente escéptica sobre sus propios resultados, que la lleva a examinar cualquier detalle que, por no previsto, pudiera falsear la verificación de las hipótesis de partida. Este mismo escepticismo es el que hace que el científico se exprese, incluso en relación a los asuntos en los cuales debe ser considerado experto (existen indicadores objetivos en el mundo científico para ello), con un pudor y una prudencia que desde el universo mediático, que requiere "hechos y declaraciones contundentes" y no los característicos "sí, pero..." de los científicos, se comprenden mal, y se confunden con frecuencia con el ocultamiento de la verdad o la sumisión a "oscuros" intereses de gobiernos y corporaciones. Cuando, por su propio interés o azuzados por representantes de las autodenominadas "ciencias alternativas", que han aprendido más deprisa el dominio de los resortes mediáticos que el rigor científico, los medios de comunicación amplifican falsas o tenues alarmas en la opinión pública, se están echando por la borda tres siglos de racionalidad que, muy a pesar de los bienestantes defensores de una imposible Arcadia feliz, han llevado a la sociedad occidental a un grado de bienestar material sin parangón en la Historia de la Humanidad. Bienestar que, en relación a los alimentos, significa que disponemos de ellos en cantidades más que suficientes, en una variedad nunca antes imaginada, y con unas garantías de salubridad y calidad nutricional muy superiores a las que ha visto cualquier otra generación humana.
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¿Qué razones empujan, pues, a amplios sectores sociales a denostar los alimentos producidos con los métodos propios de la era industrial, con base científica y racional? Un primer factor a tener en cuenta ha sido que el propio sistema agroindustrial ha cometido graves errores: ha permitido que coexistieran empresas que han implementado con seriedad las buenas prácticas de fabricación, las rigurosas disposiciones de higiene alimentaria y un sistemático control de calidad de producto y de proceso, con otras empresas poco motivadas por la innovación y mucho por el beneficio a corto plazo, oportunistas y más pendientes de las sanciones administrativas que de la calidad de sus productos. Es en este segundo grupo de empresas donde se han originado los grandes escándalos alimentarios, y la responsabilidad de la Administración en su continuidad es fundamental. La irresponsabilidad de una pequeña parte de estos actores del sistema agroindustrial consigue arrastrar y poner en gravísimas dificultades a todo el sector. En España, la comercialización de lotes adulterados de aceite de colza, que causó miles de muertos, apartó, por muchos años, este aceite del mercado. En la actualidad, la alarma mediática por el llamado "mal de las vacas locas" (extendido por la inexplicable obcecación de ciertos responsables políticos británicos que, silenciándolo, creían proteger a este sector, cuando le estaban pegando el tiro de gracia), está a punto de causar la ruina de muchos de nuestros ganaderos. Y además, están a punto de causar un tremendo problema medioambiental con los despojos que, desde muchos años atrás, eran reciclados como harinas de carne. De nada sirve que esté demostrado que las partes musculares de los terneros jóvenes (las que normalmente se consumen en España) no sean una vía de infección; ni que, por otro lado, no haya ninguna evidencia de que las harinas de carne, obtenidas mediante enérgicos procesos de esterilización y aplicadas a dosis limitadas, como en la actualidad, en los piensos de monogástricos (aves y cerdos), produzcan trastorno alguno a estos animales o a quienes los consuman. Los temores del consumidor siempre pueden más que la evidencia científica. Como segundo factor, podemos señalar la falta de decisión del sector industrial en desmentir una de las grandes falacias de nuestros días: la valorización de los alimentos "naturales" sobre los "industriales". Actualmente no se puede deslindar la producción de alimentos de la industria, excepto en pequeñas empresas artesanales incapaces de dar abasto para las necesidades de la población. Por lo tanto, son las instalaciones industriales las que traen a la cesta de la compra nuestros productos alimentarios, "naturales" o no. Incluso en los sectores donde predominan las pequeñas empresas, como el del pan, las materias primas, aditivos y procedimientos empleados son de base claramente industrial, del mismo modo que la gran industria es perfectamente capaz de emular los procesos artesanos y suministrar, por ejemplo, pan con el aroma tradicional del horno de leña. Confundir, de forma genérica, lo "artesano" con lo "saludable" o "de calidad" puede acarrear algún disgusto. Un queso artesano elaborado sin pasterizar correctamente la leche, o un salchichón artesano que prescinda completamente de los nitritos, conllevan un riesgo microbiológico muy superior a sus equivalentes industriales, que no van a prescindir de esos factores de seguridad y se juegan mucho más si un consumidor enferma. En la artesanía alimentaria, igual que en la industria, la línea divisoria hay que marcarla entre la mayoría, que trabaja correctamente, y los que, por desconocimiento o mala voluntad, no lo hacen. Y eso es independiente del hecho de llevar la etiqueta de "ecológico", "biológico", "artesano", etc., o no llevarla; las obligaciones que imponen las normativas a los productores de alimentos con esas denominaciones nos darán indicación de algunas de sus propiedades, pero en absoluto descalifican la salubridad o la calidad de los productos que no las ostenten. Ya hemos visto, y cierto es, que la industria se debe a la opinión de sus consumidores. Ésta puede estar
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influida por ideas razonables, como la conveniencia de reducir aditivos superfluos o residuos de plaguicidas (para los cuales, por lo tanto, deberán encontrarse técnicas sustitutivas, para poder seguir suministrando productos apetecibles), pero también por otras ideas interesadas y sin base alguna que las sustente. Y aquí es donde surge el tercer factor: la presión de grupos de gran presencia mediática que anteponen sus criterios doctrinarios a otros contrastados científicamente. El ejemplo paradigmático de la actualidad es el freno a la investigación y desarrollo de productos transgénicos, causado en Europa por algunos movimientos ecologistas. Los consumidores deben ser conscientes de que la introducción de nuevos alimentos o sus componentes implica pasar rigurosas pruebas toxicológicas que reducen hasta niveles despreciables los riesgos para la salud. Del riesgo cero, olvídense: no existe, ni en el caso de que cada cual cultivara su propio huerto (quizá, en este caso, mucho menos aún). Sin embargo, nuestra industria alimentaria, cumpliendo con la legislación vigente, está sacando sus productos con un riesgo casi nulo para el consumidor, como lo prueba el hecho de que cualquier caso aislado de intoxicación alimentaria genera un gran titular de prensa. A pesar de que el rigor de los ensayos a los cuales se someten es superior al aplicado en otros alimentos, no se han hallado evidencias científicas de que los alimentos procedentes de plantas transgénicas sean perjudiciales para los consumidores. La única postura racional es, pues, concluir que dichos alimentos son tan seguros como los tradicionales y que es inverosímil que a Ud., querido lector, le ocurra algún percance alimentario por su causa. A pesar de ello, por presión mediática (o por temor a ella) grandes grupos alimentarios están renunciando a usarlos. Seguramente, en ese proceso, estamos renunciando todos, o quizá simplemente aletargando por unos años, a una línea con un gran potencial para hacer frente a las necesidades alimentarias del mundo en un futuro a medio plazo. Hasta este punto hemos hablado sobre todo de nuestra sociedad occidental, rica y bienestante. Es muy lamentable que muchas otras sociedades en el mundo no hayan alcanzado este mismo grado de bienestar. Es necesario denunciar los abusos que han contribuido a ello y es imprescindible poner los medios para paliar las situaciones de catástrofe alimentaria y para alimentar dignamente a todo el mundo. Sin embargo, la población mundial ha crecido de tal modo que esta noble empresa no se podrá llevar a cabo sin el concurso de la ciencia, como herramienta para aumentar la cantidad y calidad de los alimentos disponibles, y de la industria, para garantizar su transformación, conservación y distribución. Que, en ocasiones, los hallazgos de los científicos que trabajan en alimentación sorprendan o parezcan contradictorios, no es motivo para sospechar de ellos. El conocimiento científico es un cuerpo vivo, en constante evolución, y tiene en su propio método las herramientas para corregir sus errores; en ello radica, precisamente, su fortaleza. Sólo los dogmáticos y aprioristas creen no equivocarse nunca, por lo cual es imposible que avancen. Queremos tener una perspectiva razonablemente buena sobre el futuro, con una alimentación suficiente, saludable, segura y para todos. Queremos mantener el progreso que ha permitido aumentar el promedio de vida, reducir las enfermedades de origen alimentario y el dolor que conllevan, alimentar a una población en continuo crecimiento. Para conseguirlo, conviene regresar cuanto antes a la confianza en la ciencia y sus procedimientos.
EDUARDO PUNSET Y SU PROGRAMA "REDES" Por: Javier Torres
EDUARDO PUNSET Y SU PROGRAMA "REDES": TVE NOS DESCUBRE EL ESLABÓN
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PERDIDO EN LA CADENA DE TRANSMISIÓN DE LA CREDULIDAD. "Redes" es un espacio autocalificado como de "divulgación científica", que se emite la madrugada de los domingos dentro de la "programación cultural" del segundo canal de TVE, la televisión pública española. Su estructura principal consta de reportajes propios, entrevistas, noticiario y un coloquio. Para situar a "Redes" digamos en primer lugar que no es lo que en terminología escéptica se puede calificar como "magufo". Es decir, ni el presentador es un profesional de la pseudociencia ni el contenido responde habitualmente a los temas preferidos del mundo paranormal. Antes al contrario, el espacio parece querer moverse en el terreno científico, y lo hace en algunas ocasiones, pero lamentablemente todo queda ridiculizado cuando a Eduardo Punset le da por fabricar unos cuantos programas un poco "alternativos". En este sentido, fue sonado el día en que -a estas alturas del fraudeno tuvo reparo en servir de selecta publicidad a Uri Geller, aunque la lista de disparates es muy larga: medicinas alternativas, fluidos cósmicos universales, científicos que utilizan la mecánica cuántica para sus impresentables rapsodias metafísicas, etc. No sabemos si es la propia ignorancia de nuestro protagonista la que motiva esta situación, o quizá alguna estrategia relacionada con los niveles de audiencia (lo que demostraría también su incapacidad para realizar una atrayente divulgación científica). El hecho es que en el producto final encontramos una alternancia de estilo muy posmoderno. De la presencia de científicos divulgando correctamente sus disciplinas pasamos alegremente al tratamiento pseudocientífico que realizan con cierta frecuencia tanto el director como los entrevistados e invitados, sean o no científicos. El propio carácter científico que pretende el programa adopta en estas circunstancias una fascinación ingenua del tipo: "La ciencia adelanta que es una barbaridad". Pero el enfoque absolutamente acrítico trata de ocultarse, se esconde bajo la coartada de introducir flecos del discurso antiprogreso, de ciertas dosis de pseudociencia, estableciendo una solución redonda: planteamientos espirituales, místicos o pseudocientíficos como único modo de contrarrestar la amoralidad de la ciencia. Toda esta bazofia ideológica, además de sutilmente excluyente, constituye una eficaz especialización y estratificación de la credulidad, que utiliza la televisión pública y sus programas más prestigiosos (en tanto que reserva de la "programación cultural") para introducir y validar premisas que anulan la capacidad crítica ante la pseudociencia de unas franjas sociales que resultan capitales (aquellas masas de personas que cuentan con un nivel medio o alto de instrucción y que demandan divulgación científica). La cuestión que nos podemos plantear en ARP-SAPC (Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico) es hasta qué punto la sociedad española asimila estos postulados con total naturalidad, y correlativamente, cuál es la posición y líneas de actuación de las organizaciones escépticas. Para relacionar ambos aspectos es necesario tener presente en qué estrato de la credulidad nos encontramos. Evidentemente, no hablamos del descarado negocio del esoterismo, de los videntes de turno o de las revistas especializadas. Ni siquiera hablamos de los que dentro de ese ámbito poseen mayor destreza para el fraude. No hablamos de "profesionales del sector", sino de quienes, por convicción, ignorancia o ausencia de escrúpulos, opinan que eso de divulgar con seriedad la ciencia es imposible, es poco rentable o incompatible con el gran público (debe ser que nunca disfrutaron, por ejemplo, de la serie "Cosmos" de Carl Sagan). Para estos personajes, entre los que se encuentra Eduardo Punset, la única manera de divulgar es alejarse de las posturas críticas y racionales y anular cualquier exigencia científica, realizando un producto más "atrayente" en el que se incluyan con mayor o menor frecuencia graves desatinos bajo el manto de "preocupaciones espirituales".
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¿Cuál debe ser la postura de las asociaciones escépticas ante programas como "Redes"? No hay que olvidar que estas asociaciones surgen ante una situación desesperada de extensión de todo tipo de esoterismo y pseudociencia, en unos niveles y con unas consecuencias sociales que piden una respuesta ciudadana. Pero la grave situación que mueve los resortes de la movilización, conlleva también problemas para afinar el diagnóstico del problema. Existe unanimidad en la crítica de las manifestaciones más palmarias de irracionalidad y de fraude paranormal, aunque no hay manera de alcanzarla en fenómenos asociados o en supuestos de apariencia más inofensiva. Una buena parte de los escépticos asociados creemos que la única forma de combatir la pseudociencia es desde la coherencia y desde el rechazo de actitudes irracionales y crédulas, con la defensa de la racionalidad científica como única manera de afrontar los interrogantes del conocimiento humano. Creemos que el fomento de hábitos críticos y racionales debe acompañar necesariamente a la refutación puntual de aquellas supuestas manifestaciones de lo paranormal. A raíz de este planteamiento es frecuente controversia en estas organizaciones cuál deba ser la postura ante la mística, existiendo quien contempla una pacífica convivencia entre ciencia y religión y defiende la posibilidad de una opción fideísta que no se inmiscuya en realidades falsables. Esto, evidentemente, no sólo debería afectar a la religión, sino a cualquier filosofía, creencia o pseudociencia que se mueva en realidades inidentificables e infalsables. Las consecuencias de esa indiferencia en un terreno tan amplio y tan conectado con los fraudes paranormales se derivan de la propia consideración de las creencias infalsables, que no son más que el núcleo que fundamenta y justifica cualquier pseudociencia y sus eventuales incursiones en terrenos que sí son fiscalizables científicamente. Aunque pueda parecer algo alejado de la crítica a Punset, considero que este análisis tiene también importantes consecuencias en aquellos ámbitos de pésima divulgación científica, “ciencia alternativa”, “ciencia sin prejuicios” o “ciencia posmoderna”. El tema de fondo es, en mi opinión, que la pseudociencia, su supervivencia, difusión y aceptación en la sociedad, no depende tanto de las refutaciones puntuales que se hagan de sus innumerables manifestaciones, sino de cuáles son las visiones del mundo que esa sociedad acepta con total naturalidad y de la ausencia de hábitos de crítica racional. Si la sociedad acepta mayoritariamente premisas propias del pensamiento mágico y supersticioso, en forma más o menos difusa a través de una concepción mítico-religiosa del mundo, y las asociaciones escépticas permanecen indiferentes mientras no se hagan afirmaciones falsables, la tarea que se proponen es inabordable por incoherente. Constituir la estrategia fundamental discriminando el carácter falsable supone renunciar a la crítica del fundamento gnoseológico que nutre a las pseudociencias y a las religiones, y por tanto el efecto sobre ellas será mínimo, porque subsistirán bien resguardadas en su inmenso terreno infalsable, en el que sin ningún rubor realizan afirmaciones con pretensiones de referirse a realidades objetivas, sin cumplir los principios metodológicos que exigimos a las afirmaciones científicas. ¿Cómo, desde una perspectiva racionalista y crítica, nos va a resultar indiferente que sin ninguna evidencia se defienda el dualismo materia-espíritu, se crea en la existencia de una realidad inmaterial, en la inmortalidad, en otro mundo después de la muerte, etc., como hace habitualmente Punset en su programa? Y la cuestión, reitero, no es que este tipo de afirmaciones sean ajenas a la ciencia, sino su inevitable colisión, en un proceso en el que los conocimientos científicos aumentan y las alternativas pseudocientíficas se van replegando según diversas estrategias (reelaboración, huida hacia el lenguaje simbólico, etc.). ¿Cómo vamos a desmontar la creencia en milagros, en poderes paranormales, si no emitimos una opinión respecto de su fundamento último, que no es más que la visión mitológico-religiosa del mundo y su hábito asociado de realizar afirmaciones trascendentes sin la más mínima evidencia? "Redes" es el prototipo de programa que, sirviéndose a veces de legitimaciones como la de los
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magisterios separados, y otras entrando de lleno en la pseudociencia, se mueve en un terreno intermedio entre la divulgación científica y el sutil fomento del pensamiento mítico y la superstición. El pasado veintiuno de enero, por ejemplo, asistimos al contubernio de Fernando Sánchez Dragó y Eduardo Punset, las dos grandes lumbreras de la programación "cultural" del segundo canal de TVE, que hicieron sus programas al alimón. En "Redes" pudo verse la utilidad de la doctrina de los magisterios separados para introducir multitud de tesis y planteamientos plenamente "magufos". Comenzó con la entrevista a un monje budista que utilizó, cómo no, el original y agudo discurso de la imposibilidad de la ciencia para responder a todas las preguntas y de dar sentido a la vida del hombre. ¿Por qué nuestros criterios para valorar el conocimiento varían y los tenemos que relajar ante la religión y mantenerlos vigentes en la ciencia? ¿Por qué, dado que la ciencia no llega todavía a determinados asuntos, reservamos esa parcela para que sea la religión la que diga sobre esos asuntos aquello que le venga en gana sin exigirle los requisitos de objetividad que sí exigimos a la ciencia, si ambas ostentan las mismas pretensiones de referirse a realidades objetivas y se mueven en el terreno del conocimiento humano? ¿Por qué el sentido último, el esquema de finalidad de la vida y el comportamiento humanos, sólo lo pueden aportar las creencias indemostrables que se presentan como objetivas? ¿Por qué no reconocemos nuestra ignorancia más allá de los actuales límites del conocimiento científico, en vez de tratar de suplirla equivocadamente con viejas herencias metafísicas y teológicas? En aquella edición del programa "Redes" el grado de indigencia intelectual fue asombroso y, como era de esperar, las divagaciones de Fernando Sánchez Dragó estuvieron a la altura de su habitual zafiedad lírica. Rechazó lo que él llamó el aspecto exotérico de las religiones, su dimensión histórica y los textos revelados, pero proclamó su creencia en realidades trascendentes (vida después de la muerte, etc.) por vías esotéricas o místicas. Afirmó estrambóticamente, con la tranquilidad que da la ignorancia, que sólo creía en lo que verificaba, concibiendo por verificación la experiencia. El problema es que se olvida de que esta experiencia debe ser contrastable y no es suficiente con la experiencia puramente personal, inefable o sin validez intersubjetiva. Fue muy curiosa su aportación a la crisis de las "vacas locas", citando a Fernando Arrabal, o relacionando la enfermedad con la torre de Babel y la pérdida de la telepatía humana, que explicó, fuera ya del mito, por la actual "comprobación científica de la telepatía animal". Eduard Punset también apoyó sus intervenciones citando a "grandes sabios" (p. ej.: Pániker) y los dos, en un gran orgasmo "magufo", financiado por todos nosotros, vibraron con sus inigualables hipótesis delirantes y ponzoñosas. La lección para los escépticos no es baladí. La contemporización con la pseudociencia tiene un anclaje fundamental en los hábitos irracionales a los que deja vía libre la concepción de los magisterios separados. El terreno diferenciado que se confiere a la religión o a las interpretaciones espirituales u ocultas de la realidad, las legitima como modo alternativo y pertinente de conocimiento para los interrogantes que la ciencia aún no ha desvelado. Por tanto, el papanatismo hacia los mitos orientales tan propio de los protagonistas de este artículo no debe ocultar su origen y comunión con los principios de la catequesis más pueril, a saber, la falta de armonía entre el hombre y el progreso, la necesidad de sentido vital a través de la trascendencia, la frialdad de la ciencia, etc., patéticas soflamas que pretenden torcer la lógica y conducir los anhelos existenciales del ser humano a una acrítica e inmadura solución espiritualista. [Nota] *Javier Torres es miembro de ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico.
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LA MONTAÑA QUE ERA COLINA Por: Adolfo Estalella
Artículo enviado por: Alfonso López Borgoñoz Cierto día se presentaron dos topógrafos en el pueblecito galés de Ffynnon Garu con la intención de medir -como estaban haciendo con las estribaciones de la zona- la montaña cercana a la villa. Después de realizar sus cálculos no les quedó más remedio que sorprender y decepcionar a los paisanos del lugar al comunicarles que a su montaña le faltaban unos muy pocos metros para ser catalogada como tal. Se quedaba en una simple colina. Los parroquianos, ofendidos por la degradación de lo que era considerado un tesoro propio decidieron solventar el asunto. Añadieron a la colina los metros que le faltaban hasta ganarse de los expertos foráneos la acreditación de montaña y recibir con ello el derecho a figurar en los mapas. Así cuentan -aproximadamente- esta fantástica historia en El inglés que subió una colina pero bajó una montaña, extenso título para una película protagonizada por el galán británico de aficiones lúbricas Hugh Grant. Uno de los dramas más interesantes que se desarrollan en el campo de la ciencia-política-economía en este cambio de siglo tiene como protagonista a los organismos genéticamente modificados (OGM) o transgénicos. Al contrario que los paisanos de Ffynnon Garu, aquí la sentencia de los expertos se pasa por alto. La comunidad científica -con alguna disidencia excepcional- asegura que no hay prueba alguna que sugiera el carácter nocivo de los transgénicos. Se les exige a los OGM que demuestren su inocencia cuando las pruebas sólo alcanzan a probar de uno lo contrario. La culpabilidad se demuestra, la inocencia sólo puede presumirse. Aún así, los políticos de medio mundo se niegan a aceptarlos y una buena parte de los consumidores los rechazan. Es una situación excepcional en la que el experto parece haber perdido su credibilidad. Si embargo, tras la controversia que unos y otros llevan al campo científico, se distingue la presencia de intereses económicos y políticos. Aún así, la postura pública de los detractores es de una excepcionalidad asombrosa: haciendo caso omiso de la opinión de los expertos los alimentos transgénicos continúan vetados hasta que demuestren su inocencia. Issues in Science and Technology examina en uno de sus artículos del último número algunos aspectos del debate. Entre ellos se toca el que se refiere al principio de precaución, una argucia técnica que aún dará que hablar. El científico bueno Quizá, el mayor invento de la ciencia haya sido el método de purificación de sus principios. Es la única institución que ha sabido liberar a sus dogmas de cualquier rastro de sus influencias. De ahí han surgido, entre otros, el mito del científico altruista. Los teóricos suelen rehuir cualquier responsabilidad sobre el uso que se haga de sus invenciones. ¿Se acusaría a un herrero de criminal porque alguien asesine con los cuchillos que él forja?, se pregunta un científico español tratando de
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liberar de responsabilidad a los compañeros de su gremio. Una ecuación destilada se toma como un objeto imparcial y aséptico. No todos los científicos participan de esa pretensión de desligar a su ciencia de cualquier relación con la política o la economía. Así lo demuestra el último número Physics Today que hace un repaso de los compromisos de los científicos con la seguridad nacional en EE UU. Para más información: Issues in Science and Technology http://www.nap.edu/issues/17.1/miller.htm Physics Today http://www.aip.org/pt/
FOTONES PARA MAYOR VELOCIDAD Por: Michael Alberganti
¿Qué obstáculo podrá ralentizar la alocada carrera de los fabricantes de microchips en pos de mayores prestaciones? Aunque se mencionan a menudo, el hecho es que los límites en la miniaturización de las máscaras en los chips de silicio no dejan de aumentar. Sin embargo, otra dificultad puede surgir. "Hoy, los plazos para el tratamiento y la transmisión de datos en un microprocesador ya son del mismo orden de magnitud", indica Frédéric Gaffiot, investigador francés. El punto crítico fue alcanzado por los chips de un gigahercio (GHz), anunciados ya en 1998 y comercializados en 2000. En adelante, los chips alcanzarán una velocidad de cálculo tal que correrán el riesgo de carecer de materia prima al encontrarse regularmente en paro técnico, como una fábrica privada de aprovisionamiento. Así, la logística de los datos se puede convertir en el principal elemento de asfixia del sistema que puede echar por tierra el incremento en prestaciones en los chips hasta alcanzar los 10 GHz en los próximos años. De ahí la importancia estratégica de las investigaciones actuales para la sustitución de la corriente eléctrica por la luz como vehículo para transmitir los datos en los circuitos integrados. Las implicaciones de esta modificación son múltiples. Además de los problemas técnicos por resolver, el paso de la electrónica pura a la optoelectrónica cuestiona los procesos de fabricación de los chips e implica importantes inversiones adicionales. Velocidad de transmisión "No se trata de un problema de velocidad de transmisión", explica Gaffiot al precisar las motivaciones para recurrir a la luz. "En cambio, el paso de la corriente eléctrica en unas pistas cada vez más cercanas entre sí engendra perturbaciones en la señal que pueden provocar errores". Al contrario que los electrones, los fotones son insensibles a este tipo de influencia. Además, su desplazamiento presenta la ventaja de no producir el efecto Joule, es decir, calor. Por último, la introducción de conexiones ópticas permitiría simplificar el diseño de los microprocesadores "mediante la reducción del número de capas de metalización". Todas estas ventajas confortan a los investigadores en el interés de crear un microprocesador optoelectrónico en el que los fotones y electrones trabajen en armonía. Los primeros se encargarán de transportar las informaciones y los segundos de su tratamiento, una operación todavía difícil de concebir mediante la vía puramente óptica. En esta configuración híbrida, la fuente luminosa podría ser exterior al chip.
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Pero esto llevaría a integrar un microláser y a conectarlo a los componentes de silicio. Los fabricantes ven con malos ojos esta unión delicada y costosa. De ahí, los trabajos dirigidos a integrar la fuente de luz en el propio componente. "Hemos ideado unas microcavidades capaces de atrapar a los fotones y, de este modo, crear unas microfuentes de luz", explica Pierre Viktorovitch, director de investigación del CNRS francés. El material puesto a punto, una estructura cristalina artificial (cristal fotónico) se presenta bajo la forma de una membrana de 0,25 micras de espesor en arseniuro de galio y de indio atravesada por una red de agujeros inferiores a una micra. Son estos últimos los que permiten "confinar, guiar y seleccionar la dirección y longitud de onda de los fotones", precisa el investigador, y así realizar unas microfuentes de luz (de 1,5 micras de longitud de onda) así como unas guías que "tomen unas curvas muy cerradas que pueden alcanzar los 60 grados". Así se dispone de un verdadero "sistema de conexiones fotónico" cuyo tamaño está hecho a escala de los chips actuales. El desarrollo de los componentes híbridos y su industrialización están siendo sometidos a la decisión de los fabricantes de chips, Intel, AMD, Via o ST Microelectronics. "Hablamos con ellos desde hace dos años", señala Gaffiot. "Pero siguen mostrándose reticentes y debemos seguir intentando convencerles".
UN HONGO MADRILEÑO, EFICAZ CONTRA LAS PRINCIPALES INFECCIONES HOSPITALARIAS Por: Ainhoa Iriberri
Se llama 'Glarea lozoyensis' en honor al río cerca del cual fue descubierto, el madrileño Lozoya. Lo hallaron hace 15 años científicos del Centro de Investigación Básica de los laboratorios ?Merck Sharp and Dohme? de España y ha demostrado tener una potente acción antifúngica. Ayer, la Food and Drug Administration (la FDA, el organismo que se encarga de regular medicamentos y fármacos en EEUU) aprobó su utilización en Estados Unidos. Han sido muchos años de trabajo desde que, a los seis meses de encontrarlo, los científicos descubrieron la actividad del hongo. «Cuando se purificó el compuesto que producía ese hongo, se observó que podría convertirse en un eficaz antifúngico al tener un mecanismo de acción diferente del resto de antifúngicos». Desde entonces, y a lo largo de estos años, los científicos de la multinacional farmacéutica centraron sus esfuerzos en aumentar la potencia de la molécula y convertirla, finalmente, en un fármaco que pudiera usarse en seres humanos. Pero, quizás, lo más novedoso del fármaco resultante, llamado caspofungina, no es sólo que sea capaz de 'luchar' contra otros hongos. Lo importante, además de que reduce la toxicidad de otros tratamientos antifúngicos, es que es eficaz contra los principales hongos que producen infecciones mortales, es decir, 'Aspergillus' y 'Candida', responsables de más del 80% de las infecciones graves que afectan a los enfermos ingresados en las UCIs de España. Su eficacia ha sido probada en numerosos estudios. En la reunión anual de la Conferencia de Agentes Antimicrobianos y Quimioterapia, celebrada el pasado septiembre, se presentaron los resultados de un ensayo en Fase I del fármaco, en el que el 49% de los afectados por una infección por Aspergillus, que no habían respondido a otros tratamientos antifúngicos, la habían superado con el nuevo fármaco. En dicha ocasión, uno de los autores del trabajo, el doctor Thomas Walsh, del Instituto Nacional de Cáncer, afirmo que «estamos muy animados por los resultados de este estudio clínico». El tiempo le ha dado la razón, ya que ayer la FDA aprobó el medicamento, que se comercializará en EEUU con el nombre de Cancidas. Se espera que el fármaco, que ya está en proceso de registro en la Unión Europea, pueda llegar pronto a España. La vía de administración de la caspofungina es intravenosa y se espera que sea de mucha utilidad, sobre todo para pacientes de
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enfermedades o tratamientos que debiliten el sistema inmune. Para más información: Página web del Grupo Merck http://www.merck.es/spain/worldwide/index.htm Food and Drug Administration (FDA) http://www.fda.gov/ Artículo de presentación de resultados http://pslgroup.com/dg/1e17da.htm
CARRERAS DE FONDO PARA LA CIENCIA Por: Pere Puig Domenech
No hace falta insistir mucho para convencer a alguien de que la ciencia la hacen personas. Para investigar, se necesitan instrumentos, institutos y dinero, pero sin imaginación, inteligencia y tesón la ciencia no se hace y éstas son, hoy por hoy, virtudes humanas. En nuestro país, en el que la ciencia es una actividad todavía joven, la definición de una carrera científica es una tarea por hacer. Unos criterios obvios para ello son, por ejemplo, que debemos aspirar a la máxima calidad y dedicación del personal científico. Sólo así podremos aprovechar unos recursos que por razones de la economía, la tradición y la talla del país serán siempre limitados. Dos noticias recientes son buenas noticias en esta dirección. En una de ellas se anuncia un aumento sustancial en la dotación de las becas predoctorales. El inicio de una carrera es el momento en el que el joven que acaba una licenciatura va a emprender su actividad profesional. En el caso de la investigación esta etapa incluye un doctorado, el cual es por otra parte también la vía de entrada a la carrera universitaria. En este momento económico nos deberíamos alegrar de que los mejores talentos se dirigieran a crear y dirigir empresas o a acumular dinero, pero también nos interesa que una buena proporción de ellos se encamine a nuestras universidades y a hacer ciencia Para ello, el joven debería ver en el doctorado una vía atractiva. En este contexto, ¿no sería posible acabar de dignificarlo y convertir las becas en algún nuevo tipo de contrato de aprendizaje con una seguridad social reducida pero que hiciera sentir al joven que se inserta ya en la vida profesional? Por otra parte, se anuncia la convocatoria de un número significativo de contratos de investigador a distintos niveles que abre una vía alternativa a la funcionarial. Es éste un punto importante para la profesionalidad, calidad y flexibilidad que se necesitan en el trabajo científico. Será necesario ahora ver cómo se relacionan las dos vías, la funcionarial y la de contrato y cómo buscan una armonía de integración en nuestro sistema de ciencia y tecnología. Al mismo tiempo, hay que considerar que la ciencia no necesita sólo de una carrera científica. Junto a ella es imprescindible la existencia de profesionales técnicos y de gestión. Es necesario personal bien formado que se ocupe de la infraestructura y dé soporte a los grupos de investigación y personal, que de forma profesional y a ser posible de la forma lo más parecida posible a la gestión de una empresa se ocupe de la gerencia de los centros. De hecho, sería esencial que estas carreras, la científica, la técnica y la de gestión estuvieran bien definidas y tuvieran cada una su atractivo. También sería interesante que el personal pudiera pasar, con los condicionamientos que fuera, de una a otra. Hay todos los ejemplos que se quiera de profesionales que en un momento dado encuentran positivo dejar la investigación para dedicarse a la gestión o a dar soporte técnico y viceversa.
Pero esta facilidad de paso debería existir también en las dos direcciones, entre personal científico y
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personal universitario y entre el personal científico público y los de empresas. Por ello, debemos pensar en una concepción flexible, abierta y bien financiada de los contratos de personal a todos los niveles. Y todo lo que avance en esta dirección puede ser interesante. El día en que los centros de investigación, universidades y empresas compitan por nuestros investigadores, que científicos, técnicos y gestores tengan los mayores estímulos (profesionales y económicos) para su trabajo habremos dado un gran paso para crear una carrera con calles paralelas y de fondo. [Nota] *Pere Puigdomenech es profesor de investigación del CSIC.
BIOLOGIA MARINA.CIENTÍFICOS ESPAÑOLES Y FRANCESES DESCUBREN NUEVOS GRUPOS DE MICROORGANISMOS MARINOS Por: Redacción de El Mundo
Un equipo multidisciplinar de investigación, integrado por científicos del Instituto de Ciencias del Mar (CSIC) de Barcelona, la Universidad Miguel Hernández de Alicante y la Station Biologique en Roscoff (Francia), ha analizado bibliotecas genéticas procedentes de distintas áreas del océano, con el objetivo de conocer los componentes más pequeños del plancton. La revista científica 'Nature' publica hoy los primeros resultados. El mar es el ecosistema más extenso y desconocido del planeta. En cada mililitro de agua de mar viven unos mil protistas, cerca de un millón de bacterias y casi 10 millones de virus. Estos microorganismos planctónicos llevan a cabo la mayor parte de la fotosíntesis y de la respiración en el mar y, por tanto, son responsables del equilibrio de CO2 entre el mar y la atmósfera. Los microorganismos de menos de 2 micrómetros de diámetro forman el picoplancton. Se sabe que el picoplancton es responsable de la mayor parte de la fotosíntesis en las zonas de mar abierto, pero hasta ahora se desconocía su identidad. Las últimas técnicas de biología molecular en oceanografía están permitiendo identificar y analizar muchos de estos microorganismos. Estos investigadores presentan ahora los resultados del análisis de muestras tomadas en el Océano Glacial Antártico, durante la campaña DHARMA del buque Hespérides, en el verano austral de 1998. En muestras tomadas a gran profundidad (entre 250 y 3.000 metros) han aparecido grupos de picoeucariotas completamente nuevos y se ha descubierto una serie de clones dentro del grupo de los alveolados, que podrían ser los habitantes más numerosos de los fondos marinos y, por tanto, tendrían un papel preponderante en los ciclos biogeoquímicos en esas zonas abisales del océano. Ciclo de carbono oceánico El Instituto de Ciencias del Mar del CSIC ha realizado estudios similares en muestras de picoeucariotas tomadas en lugares tan alejados entre sí como el Mediterráneo, el Atlántico Norte y la Antártida. Los investigadores han comprobado que los estramenópilos son el grupo de picoeucariontes recuperado con mayor frecuencia en todas las muestras analizadas, por lo que puede tratarse de uno de los grupos de microorganismos con un papel más relevante en el ciclo del carbono en los océanos. Debido a las numerosas implicaciones filogenéticas, ecológicas y biogeoquímicas de estos descubrimientos, el grupo francés y el del CSIC han iniciado un proyecto de la Unión Europea, denominado PICODIV, con el fin de estudiar a fondo la composición del picoplancton marino y de intentar aislar en cultivos puros estos grupos de pequeños seres vivos, lo que permitiría determinar el papel exacto que juegan en la naturaleza. Hasta ahora se han analizado sólo siete puntos del océano. El hallazgo de tantos grupos de
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microorganismos nuevos sugiere que la diversidad que todavía queda por descubrir debe de ser fabulosa. Y esta diversidad encierra el potencial de una gran cantidad de nuevos genes con aplicaciones en biotecnología.
DESCUBREN CÓMO SE PRODUCEN LAS METÁSTASIS Por: Anónimo
Un equipo de investigadores del Massachusetts General Hospital de Boston (EE UU) ha descubierto un nuevo y sorprendente mecanismo por el que se produce la metástasis de las células del cáncer de mama a los ganglios linfáticos y los pulmones. Bloqueando esta trayectoria, los autores creen que puede ser posible bloquear la expansión mortal de las células cancerígenas a partir del tumor primario. "No diría que es el mecanismo, porque puede haber otros", dice el principal investigador, Michael Detmar. "Pero ciertamente es un importante mecanismo molecular para la metástasis del cáncer de mama en los nódulos linfáticos". Aunque se cree que las células cancerígenas penetran en los ganglios linfáticos a través del sistema linfático (una maraña de vasos con diversas funciones) poco se sabe acerca de cómo llegan las células tumorales del tumor primario a dicho sistema. Este trabajo, publicado en Nature Medicine, plantea que las células cancerígenas salen del tumor a través de un sistema de vasos linfáticos internos expresamente creados por el tumor. Lo sorprendente del descubrimiento es que no se pensaba que los tumores tuvieran vasos linfáticos, y lo más interesante es que su número es indicativo del riesgo de metástasis. Para más información: Nature Medicine http://www.nature.com/nm/
UN ESTUDIO VINCULA LA SOBREALIMENTACIÓN CON LA ADICCIÓN Por: Anónimo
La asociación entre obesidad y dopamina abre una nueva vía para el tratamiento La dopamina, una sustancia cerebral asociada con la adicción a la cocaína, el alcohol y otras drogas, puede desempeñar también un papel clave en la obesidad, lo que abre una nueva vía para su control. Según un estudio publicado en la revista The Lancet, los obesos tienen menos receptores de dopamina, un neurotransmisor que interviene en el desencadenamiento de los sentimientos de satisfacción y placer. Lo que plantea este trabajo es que los obesos, como ocurre con los adictos a sustancias, quizá coman más para estimular los circuitos del placer de la dopamina. "Los resultados de este estudio indican que las estrategias dirigidas a mejorar el funcionamiento de la dopamina pueden ser beneficiosas en el tratamiento de las personas obesas", afirma el médico Gen-Jak Wang, del Laboratorio Nacional Brookhaven de EE UU, que ha dirigido el estudio. Científicos de este laboratorio han realizado un estudio extensivo para demostrar que la dopamina desempeña un papel importante en la adicción a las drogas. Entre otras cosas, han descubierto que las drogas adictivas aumentan el nivel de dopamina en el cerebro, y que los adictos tienen menos receptores de dopamina que los sujetos normales.
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"Dado que el comer, como el uso de drogas adictivas, es un comportamiento fuertemente reforzador, que induce sentimientos de gratificación y placer, sospechamos que las personas obesas también podrían tener anomalías en la actividad cerebral de la dopamina", explica la psiquiatra Nora Volkow, otra de las autoras del estudio. Para probar esta hipótesis, los científicos midieron el número de receptores de dopamina en el cerebro de 10 personas muy obesas y 10 controles normales. Su método consistió en aplicar a cada voluntario una inyección con un radiotrazador, un rastreador químico radiactivo diseñado para unirse a los receptores de dopamina del cerebro. A continuación, los investigadores hicieron un barrido del cerebro de los sujetos mediante un aparato de tomografía por emisión de positrones (TEP). El TEP recoge la señal radiactiva del contraste y muestra dónde se une a los receptores de dopamina del cerebro. La intensidad de la señal indica el número de receptores. Así, los científicos hallaron que los obesos tenían menos receptores de dopamina que las personas de peso normal. Dentro del grupo de obesos, el número de receptores de dopamina disminuía conforme aumentaba el índice de masa corporal, un indicador de la obesidad. Es decir, a mayor obesidad, menor número de receptores. "Es posible que las personas obesas tengan menos receptores de dopamina porque su cerebro está intentando compensar los niveles crónicamente elevados de dopamina, que se activan por un exceso crónico de comida", explica Wang. "Sin embargo, también es posible que estas personas tengan un bajo número de receptores de dopamina desde el principio, y que eso los haga más vulnerables a conductas como la ingesta compulsiva de alimentos". Causa o consecuencia Los investigadores señalan que, basándose sólo en este estudio, no pueden llegar a la conclusión de si los cambios cerebrales detectados son consecuencia o causa de la obesidad. También reconocen que la regulación del peso corporal es extremadamente compleja, y que incluye muchos mecanismos y neurotransmisores fisiológicos. Pero insinúan que encontrar formas de regular la dopamina en los obesos podría ayudar a estas personas a reducir su tendencia a comer en exceso. Desafortunadamente, muchas de las sustancias que se ha demostrado que alteran los niveles de dopamina son muy adictivas. Sin embargo, el ejercicio, además de quemar calorías, es otra de las medidas con la que los obesos podrían estimular la satisfacción producida por la dopamina en los circuitos del placer, sugieren los investigadores. "En otros estudios con animales se ha descubierto que el ejercicio aumenta la liberación de dopamina y el número de receptores de dopamina", afirma Volkow. Esto sugiere que los obesos podrían aumentar su respuesta a este neurotransmisor haciendo ejercicio en vez de comiendo. Para más información: The Lancet http://www.thelancet.com/
LA LECTURA EN LA EDUCACIÓN INFANTIL Por: Isabel Solé
En las postrimerías del curso pasado, los medios de comunicación dieron cuenta de unas declaraciones de la ministra de Educación en las que se deslizaron unas palabras de singular trascendencia. Aunque no puedo reproducirlas literalmente, de ellas se desprendía la voluntad de que las niñas y niños aprendan a leer en el último curso de la etapa de educación infantil (5/6 años). Sin perjuicio de cuáles sean las
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intenciones últimas que se esconden tras estas palabras -pues, a pesar de su aparente claridad, pueden ser interpretadas en sentidos muy diversos-, el hecho mismo de que Pilar del Castillo realice estas manifestaciones ofrece un magnífico pretexto para ocuparse de un tema serio y complejo que con demasiada frecuencia se aborda con preocupante frivolidad. La formación de lectores y escritores es una finalidad social que atañe a todas las etapas educativas y, en un sentido amplio, a la sociedad en su conjunto. El acceso a la información y el conocimiento requiere saber leer y escribir y utilizar estas herramientas constitutivas de nuestra cultura para aprender. Además, mediante la lectura nos evadimos, llenamos nuestro tiempo de ocio, viajamos a mundos reales e imaginarios. En definitiva, nos hacemos con una amiga fiel y discreta, que nos acompaña a lo largo de toda la vida. Desde muy pequeños, los niños y niñas que viven en sociedades como la nuestra experimentan una interacción inespecífica con la escritura, pues ésta se encuentra presente de diversas formas en sus contextos de vida (en los envoltorios de productos habituales, en las indicaciones de las medicinas, en las instrucciones de los juegos, en el supermercado, en los rótulos de las calles, en los diarios y libros). Algunos -desde luego, no todos- viven en familias en las que lo escrito forma parte de lo cotidiano. Los niños, como sus familias, son diferentes; los sentimientos, experiencias y conocimientos que aportan a la escuela varían de uno a otro. Corresponde a la escuela sistematizar un conjunto de experiencias para que todos encuentren los motivos, los retos y las ayudas para aprender. En lo que concierne a la lectura, tomar conciencia de esta diversidad cuestiona la confortable pero errónea y peligrosa idea de que existe un único método para aprender a leer y una edad determinada para realizar ese aprendizaje. Tan absurdo es proclamar que los niños y niñas no pueden leer antes de los seis años (o de los siete, o de los cinco), aludiendo a una pretendida "madurez", o al dominio de ciertos "pre-requisitos", como decretar que todos deberán leer inexcusablemente en un mismo curso escolar. Afirmaciones de este tipo son poco respetuosas con la diversidad a que se ha aludido y muestran escasa familiaridad con los conocimientos aportados por la investigación realizada en los últimos años. Es evidente que la lectura tiene un espacio en la educación infantil, espacio que no se restringe a la enseñanza de las correspondencias entre sonidos y letras. En la etapa, lo fundamental es que los niños disfruten de la lectura, se familiaricen con ella y quieran leer por su cuenta; que sientan confianza en sus propias posibilidades y en las ayudas que reciben para aprender a lo largo de un proceso dilatado y personal. Dado que cada uno es diferente, el ritmo y las ayudas también lo serán: algunos las necesitarán para interesarse por los libros y las historias; otros, para encontrar respuestas a sus interrogantes ("aquí, ¿qué pone?"); algunos querrán leer y escribir enseguida, otros se mostrarán más remisos hasta sentirse seguros. Una postura como la descrita, basada en el respeto a la diversidad, es incompatible con otras que establecen edades fijas para leer, o una clara distinción entre lector y no lector, y que conducen inevitablemente a la homogenización (de métodos, de exigencias, de periodos). Por este camino no se soluciona ninguno de los problemas que tenemos en relación a la formación lectora de los niños y jóvenes; es más, previsiblemente se crearán otros nuevos -entre los que no hay que excluir una precoz e injustificable clasificación entre los que "saben" y "no saben"- y es posible que asistamos a una involución en las prácticas de enseñanza en educación infantil y en los supuestos en que se apoyan. Contribuir a la formación de lectores y escritores, lo que seguramente pretende la ministra, requiere una auténtica política de fomento de la lectura, que garantice la igualdad de oportunidades. Una política cuyas intervenciones dirigidas a los centros (impulso de las bibliotecas escolares, formación de docentes, asesores, inspectores y dotación de recursos) se complementen con medidas de carácter más amplio
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(programas de intervención en familias, medios de comunicación, redes de bibliotecas, uso de las nuevas tecnologías de la información e implicación de la comunidad en la formación de sus miembros). Una política que haga de la escuela infantil lugar de encuentro de las niñas y niños con el placer de la lectura y que evite que ninguno se sienta excluido de ella. [Nota] *Isabel Solé es profesora del departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Barcelona.
SEGÚN UN INFORME DE LA ONU, EL EFECTO INVERNADERO "CUESTA" CADA AÑO 53 BILLONES DE PESETAS Por: EFE
EFE - Nairobi Los expertos subrayan que, de mantenerse el actual ritmo de contaminación, habrá un incremento de los ciclones tropicales, pérdida de miles de kilómetros de litoral, desaparición de numerosas especies marinas y una drástica reducción del agua El recalentamiento del planeta causará unas pérdidas de 304.200 millones de dólares (más de 53 billones de pesetas) cada año en la economía mundial, debido al aumento de desastres naturales, según un informe divulgado por la ONU en Nairobi. Este documento, que coincide con el comienzo de la reunión anual en esta capital del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), advierte sobre los peligros de la actual emisión de dióxido de carbono y de otros gases a la atmósfera causantes del denominado efecto invernadero. En sus conclusiones, el estudio, que ha sido elaborado por expertos de compañías de seguros y del PNUMA, destaca que la economía mundial resultará perjudicada si no se frena la contaminación atmosférica. Incremento de ciclones Los expertos subrayan que, de mantenerse el actual ritmo de contaminación, habrá un incremento de los ciclones tropicales, la pérdida de miles de kilómetros de litoral debido a la subida del nivel de los mares, la desaparición para los pescadores de numerosas especies marinas y una drástica reducción del agua y, por lo tanto, de la agricultura. En algunos archipiélagos, como las islas Maldivas, las Marshall o la Federación de Estados de Micronesia, las pérdidas económicas, debidas directamente a los cambios climáticos, podrían superar en el año 2050 un 10% de los ingresos anuales actuales, según cálculos de los expertos. El director ejecutivo del PNUMA, el alemán Klaus Toepfer, considera que «ha llegado la hora de actuar y reducir la emisión de gases que recalientan la atmósfera». Los científicos han llegado a la conclusión que de continuar así la temperatura del planeta subirá entre 1,4 y 5,8 grados centígrados. La reunión del PNUMA en su sede de Nairobi, que contará con la asistencia de ministros de un centenar de países, examinará además diversos aspectos relacionados con problemas medioambientales, así como la biodiversidad cultural y la amenaza de desaparición de algunas lenguas autóctonas indígenas en varios puntos del planeta.
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